Miruts Yifter, el hombre envuelto en un halo de misterio

Nos ha dejado Miruts Yifter, el etíope sin edad, el hombre cuya vida siempre estuvo envuelta en un halo de misterio. Su fecha oficial de nacimiento es el 15 de mayo de 1944, pero hay fuentes que la sitúan en 1938. A las preguntas sobre el tema, siempre respondía con evasivas: Me pueden robar los pollos o las ovejas, pero no me pueden robar la edad.

Aunque no se conozca la fecha de nacimiento de Yifter, sí se conoce el lugar, la ciudad etíope de Adigrat, fronteriza con Eritrea. Tras realizar diversos trabajos, se unió a la Fuerza Aérea de su país, donde comenzó a interesarse por el atletismo. En los años 60 tuvieron lugar los logros de dos de los atletas etíopes más grandes: Abebe Bikila (1932-1973), doble campeón olímpico de maratón en 1960 y 1964, y Mamo Wolde (1932-2002), que sucedió a Bikila en el maratón de México, después de haber sido plata en 10000 m, y medallista de bronce en el maratón de los Juegos de 1972. Yifter pronto se uniría a ellos como un grande del fondo, no solo etíope, sino mundial. En 1971 se dio a conocer internacionalmente en un encuentro África – Estados Unidos, celebrado en Carolina del Norte. El primer día aceleró, delante de Steve Prefontaine (1951-1975), en la recta de llegada… de la penúltima vuelta del 5000, un error que lo llevó a abandonar, pero el segundo día se impuso en el 10000, por delante de Frank Shorter (1947). Al año siguiente,  estaba inscrito en las dos pruebas de fondo de los Juegos de Múnich. Fue bronce en un sensacional 10 000, ganado por el finlandés Lasse Virén (1949) con plusmarca mundial. Yifter realizó 27:40,96, su mejor marca de siempre. Cuatro días después no se presentó en su serie de 5000 m. La verdadera razón de esta incomparecencia es un enigma. Hay múltiples versiones, que se quedó dormido, que se perdió, que se olvidó su credencial… Él añadió una nueva: una falsa información dada por los propios delegados oficiales etíopes con los que Yifter tenía mala relación, dado su origen en la provincia rebelde de Tigré, que se oponía a las políticas del emperador Haile Selassie (1892-1975). Sea como fuere, a las autoridades deportivas de Etiopía no les gustó lo sucedido y culparon al propio atleta, que se pasó tres meses en la cárcel al regresar a su casa. En 1973, probablemente ya congraciado con los dirigentes de su país, ganó el 10 000 de los Juegos Africanos, y fue segundo, por detrás del keniano Ben Jipcho (1943) en el 5000.

A principios de 1976 los All Blacks, el equipo neozelandés de rugby, realizó una gira por Suráfrica. Debido a sus políticas racistas, Suráfrica estaba excluida de todas las competiciones deportivas oficiales. Pese a que el rugby no era olímpico, la delegación de Congo, secundada por la mayoría de los países africanos, exigió al Comité Olímpico Internacional (COI) que sancionase a Nueva Zelanda impidiendo su participación en los Juegos. Dado que el COI no aceptó la demanda, los países africanos decidieron no acudir a la cita de Montreal. Yifter fue, sin duda, uno de los grandes perjudicados. Nos quedamos sin un gran doble duelo con Lasse Virén y sin saber si el finlandés habría sido capaz de renovar sus títulos de Múnich con el etíope en liza. En 1977 se estrenó la Copa del Mundo, una competición entre territorios: Europa, Asia, África, Estados Unidos, resto de América, Oceanía y los dos primeros países de la Copa de Europa. La primera edición se celebró en Düsseldorf. Yifter, representando a África, obtuvo sendas victorias en 5000 m, con 13:13,82, su mejor marca de siempre, a 0,95 de la plusmarca mundial de Dick Quax (1948), y 10 000 m, 28:32,3. En ambos casos su victoria se basó en un cambio de ritmo seco a falta de 300 metros, que se convertiría en su carta de presentación. La prensa lo llamó Yifter the Shifter (el del cambio). Además, en febrero de ese año, Yifter había realizado la que en aquel momento era mejor marca mundial de siempre de medio maratón, 1h02:57, entonces una distancia inusual. En 1979 se proclamó campeón de África en 5 y 10 Km y repitió su doblete en la Copa del Mundo celebrada Montreal, ciudad donde no había podido estar en 1976.

Yifter se preparó a conciencia para los Juegos de Moscú de 1980. Esta vez fue la política la que dejó coja la competición. En respuesta a la invasión soviética de Afganistán en 1979, el Presidente James Carter (1924) decidió que el equipo estadounidense no acudiría a los Juegos. Una gran parte de los países occidentales secundaron a Estados Unidos. Kenia, con su nueva estrella del fondo Henry Rono (1952), flamante plusmarquista mundial de 3000 m, 7:32,1, 5000 m, 13:08,4, 10000 m, 27:22,5, y 3000 m obstáculos, 8:05,4, tampoco estaría en Moscú. No lo habría tenido fácil, en cualquier caso con Yifter, que además contaba con la disciplinada ayuda del resto del equipo etíope: Mohamed Kedir (1954)  y Tolosa Kotu (1952). Cada uno de los tres etíopes ganó fácilmente su semifinal olímpica de 10000 m. El triplete era posible. La final, controlada en todo momento por los etíopes, se corrió a un ritmo muy irregular, con 14:03,5 en la mitad de la prueba. A falta de 700 metros, el grupo de cabeza estaba formado por los 3 etíopes, Lasse Virén, buscando su tercer oro consecutivo en la prueba,  y su compatriota Karlo Maaninka (1953). El aún campeón olímpico se colocó en cabeza, intentando repetir su táctica ganadora de los Juegos anteriores, pero no logró despegar a ninguno de sus rivales. En el último 300 Yifter cambió bruscamente de ritmo y se hizo con el oro en 27:42,69, última vuelta en 54,64. Maaninka impidió el triplete etíope, al ser plata con 27:44,28. Kedir fue 3º, 27:44,64, y Kotu 4º, 27:46,47. El finlandés acabaría confesando que había recurrido a las autotransfusiones para aumentar su rendimiento en los Juegos.

A continuación, Yifter, tras dos rondas, se clasificó fácilmente para la final de los 5000 metros, donde volvía a tener a Kedir a su lado y a otro etíope, Yohannes Mohamed (1948). La carrera no fue demasiado rápida. Tras pasos de 2:38,66, 5:23,38, 8:08,44 y 10:51,50, a falta de una vuelta todos los finalistas permanecían juntos. En ese momento, viniendo desde atrás, atacó Kedir. Yifter se quedó encerrado por el irlandés Eamon Coghlan (1953), plusmarquista mundial de la milla en sala, y el tanzano Suleiman Nyambui (1953). En el 300, Kedir se giró esperando una respuesta por parte de Yifter, que debió ser afirmativa porque le abrió el camino, de modo que este, con su rapidísimo acelerón, se colocó en cabeza hasta la meta. Se hizo con su segundo oro en 13:20,91, 55,02 la última vuelta, por delante de Nyambui, 13:21,60 y de Maaninka, 13:22,00.

Tras su doblete en Moscú, la intención de Yifter era prepararse para el maratón olímpico de 1984, pero las cosas le no salieron bien. En cualquier caso su país no volvería a unos Juegos hasta 1992. En 1981, Etiopía participaba por primera vez en el Campeonato Mundial de Campo a través, que ese año tenía lugar en el Hipódromo de la Zarzuela, en Madrid. Presentaron un potente equipo en el que destacaban Kedir y el propio Yifter. A falta de una vuelta los etíopes ocupaban las 6 primeras plazas con el anterior campeón, el estadounidense Craig Virgin (1955), 7º a cierta distancia, pero en ese momento se pararon pensando que ya habían terminado. Virgin se situó inmediatamente en primera posición. Kedir supo rehacerse y alcanzó al estadounidense, quien acabó renovando su título mundial. Kedir mantuvo la segunda plaza y, pese al monumental error, Etiopía se hizo con el oro por países. Yifter fue finalmente el 15º. Parece que el malentendido partió del entrenador etíope. El recorrido se componía de una vuelta pequeña y 4 grandes. El técnico pensó que eran 4 vueltas, incluyendo la pequeña. Yifter volvió a ganar el oro por países en los 2 siguientes Mundiales, en los que resultarían vencedores Kedir en 1982 y otro etíope, Bekele Debele  (1963), en 1983.

Tras su retirada fue entrenador del equipo nacional de Etiopía. Sin embargo, problemas serios con el Gobierno de su país hicieron que Yifter tomase en 1997 la decisión de emigrar a Canadá, donde siguió ejerciendo como entrenador. Falleció el 23 de diciembre de 2016 a consecuencia de problemas respiratorios en un hospital de Toronto, unos días después de que, por error, se anunciase su muerte. Yifter, uno de los mejores fondistas de la historia, fue un excelente competidor, al que interesaron poco las plusmarcas mundiales. Para la historia han quedado sus demoledores últimos 300 metros. Nunca sabremos lo que habría sucedido en Montreal, pero habría sido un rival muy duro para Lasse Virén. Fue una de las fuentes de inspiración para Haile Gebreselassie (1973) y forma parte, junto con el propio Gebre, Bikila, Wolde y el actual plusmarquista mundial de 5 y 10 Km Kenenisa Bekele (1982), del repóquer de ases del fondo etíope.

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El 1500 en España (VII). De Sídney al Europeo de Gotemburgo

El éxito de los atletas españoles en 1500 m en la temporada de 1999 generó grandes expectativas para el año olímpico. La Real Federación Española de Atletismo (RFEA) decidió que los tres finalistas de Sevilla Reyes Estévez (1976), Fermín Cacho (1969) y Andrés Díaz (1969) estaban  seleccionados para los Juegos de Sídney, siempre que acreditasen un estado adecuado de forma. Por si alguno de estos atletas fallase, el valenciano José Antonio Redolat (1976) corría el 30 de junio en Roma en unos excelentes 3:31,48. Redolat había sido subcampeón de Europa junior de 1500 m. Ese mismo año se había hecho con el oro del 1500 en el Europeo en sala. Tenía una mejor marca de 3:35,65. Poco después, el 25 de julio, en Barcelona, llevaba su marca personal de 800 m a 1:45,39. Aún faltaba mucho para la final olímpica de 1500 m, que tendría lugar el 29 de septiembre. De los atletas fijos, el único que parecía en buena forma era Andrés Díaz, que el 18 de agosto, en Mónaco, mejoró su marca personal hasta 3:31,48. Cacho se había pasado toda la temporada con problemas físicos, y Reyes Estévez confió más en su talento que en su trabajo y no consiguió ponerse en forma. El campeonato de España tendría lugar el 2 y el 3 de agosto, y Estévez se presentaba con una mejor marca de la temporada de 3:40,64 y de 3:56,48 en la milla, equivalente a 3:38 en el kilómetro y medio. Cacho, aunque consiguió clasificarse para la final, no salió y renunció a los Juegos. Aunque siguió en activo hasta 2004, ya no regresaría a la alta competición. Se retiraba uno de los grandes dominadores de la distancia en los años 90, presente en todas las grandes finales de 1991 a 1999, con oro y plata olímpicos, 2 platas en Mundiales y oro y bronce europeos. En la final se preveía un duelo entre Díaz y Redolat, con la incógnita de Estévez, pero el coruñés abandonó por problemas físicos. Parecía que Redolat se impondría, pero en la última recta surgió sorpresivamente el burgalés Juan Carlos Higuero (1969), que ganó el primero, y el más inesperado, de sus 5 campeonatos de España de 1500 m con 3:38,54. El valenciano fue 2º, 3:39,76, y Estévez 3º, 3:41,29.

Juan Carlos Higuero Mate (Aranda de Duero, Burgos, 3 de agosto de 1978) había sido medallista de bronce en el Europeo júnior de 1997. Tras haber bajado por primera vez de 3:40 en 1999, en 2000 fue 6º en el Europeo en sala y al aire libre mejoró sus marcas personales de 1500 m, 3:36,53, y 800 m, 1:46,42. En los años siguientes sería un habitual de las finales de grandes campeonatos. Su victoria en el campeonato de España causó un serio problema a la RFEA, pues al tener mínima olímpica, Higuero quedaba automáticamente seleccionado para los Juegos. Díaz era fijo y, pese a su abandono en el Nacional, había acreditado un buen estado de forma. Estévez también era fijo, pero había quedado detrás de Redolat y no había bajado de 3:40 esa temporada. Aunque Redolat también había hecho mínima en 800 m, el Comité Técnico de la RFEA decidió finalmente excluir a Estévez por baja forma. España perdía su mejor baza para el 1500 olímpico. En la ciudad australiana, Redolat se quedó en las semifinales, Díaz, con problemas físicos, e Higuero, pese a ciertos problemas tácticos, se clasificaron para la final, donde fueron respectivamente 7º y 8º, resultado aceptable para Díaz, dada su condición, y excelente para Higuero en su primera participación olímpica.

La temporada olímpica terminó, por tanto, con peores resultados de lo esperado, aunque con algunas notas positivas como la irrupción de Redolat y de Higuero. Sin embargo no compensaron la lesión y posterior retirada de Cacho ni la baja forma de Estévez. A partir de Sídney el 1500 español inició un largo declinar, en consonancia con el resto de Europa. En Sevilla se ganó la última medalla en un 1500 de ámbito mundial al aire libre. En cuando al atletismo europeo, hasta los Juegos de Barcelona había ganado 40 medallas olímpicas, 13 de ellas de oro. Desde entonces las únicas medallas europeas fueron la plata de Cacho en 1996, el bronce del portugués Rui Silva (1977) en 2004 y el del francés Mehdi Baala (1978) en 2008. Los líderes españoles del año, Redolat y Díaz con 3:31,48, compartieron el 7º puesto en la lista mundial del año.

Estévez se recuperó en 2001, aunque nunca volvió a ser el atleta de 1999. En pista cubierta se proclamó subcampeón mundial de 1500 m en una carrera muy lenta ganada por Rui Silva ante su público de Lisboa con 3:51,06. El campeón olímpico Noah Ngeny (1978) fue 3º. Ya en la temporada estival, Redolat se impuso por primera y única vez en el campeonato de España, por delante de Díaz y Estévez, con 3:39,05. Higuero, 4º, se quedaba fuera del Mundial de Edmonton. En la ciudad canadiense, la final de 1500 resultó rapidísima. Estévez luchó hasta la última recta por una medalla, pero finalmente solo pudo ser 5º con 3:32,34, en una carrera ganada por El Guerrouj, 3:30,68. Redolat fue 6º, 3:34,29, en su mejor actuación internacional. Díaz había abandonado en su serie. Redolat fue el mejor español del año, 3:31,21 (otra vez 7º del mundo), seguido de Higuero, 3:32,30 (15º del mundo), Estévez, 3:32,34 (16º del mundo) y Díaz, 3:32,66 (17º del mundo). Díaz fue además 4º del mundo ese año en la milla, con 3:48,38, 2º español de siempre, y Redolat 5º con 3:49,60, 4º español de siempre.

La temporada 2002, con doble campeonato de Europa, en sala y al aire libre, comenzó muy bien con la plata de Higuero en el primero. Al aire libre, el arandino se proclamó campeón de España por segunda vez con 3:38,81, por delante de Estévez, 3:38,86, y Redolat, 3:39,45. Estos tres atletas tomaron parte en el principal campeonato del año, el Europeo al aire libre de Múnich. El objetivo de Estévez era repetir el oro de 1998 y convertirse en el segundo atleta, tras Steve Cram (1960), en hacerlo. Higuero y Redolat eran candidatos a medalla. La carrera resultó lentísima con pases de 1:03,52 y 2:10,49. Estévez cambió a falta de 300 metros pero al francés Mehdi Baala lo alcanzó en el último metro y lo batió por 0,002. Higuero fue 5º y Redolat 11º. Estévez fue el mejor español del año con 3:32,93 (13º del mundo), seguido de Higuero 3:33,72 (17º del mundo).

La pista cubierta de 2003 se inició con un inesperado registro, el 22 de febrero en Sevilla manchego Roberto Parra (1976) sorprendía con unos excelentes 3:34,66, mejor marca mundial del año en sala. El malagueño Álvaro Fernández (1981) era segundo con 3:35,83. Parra, un atleta de un enorme talento pero muy propenso a las lesiones, había sido brillante campeón de Europa júnior de 800 m en 1995 con 1:45,90 plusmarca de los campeonatos y española de la categoría. Su mejor temporada en categoría absoluta había sido la de 1996, en la que se proclamó campeón de Europa en sala en las 4 vueltas y realizó su mejor marca al aire libre con 1:44,97. Un calvario de lesiones, una de ellas le impidió tomar parte en los Juegos de 1996, lo habían acompañado desde entonces. Su primera incursión en el 1500 fue un éxito, que no pudo refrendar en el mundial en sala de año, donde fue 9º, justo detrás de Higuero. Al aire libre, el objetivo de Parra era la clasificación para el Mundial de París, para lo que el campeonato de España resultaba determinante. Sus principales rivales eran Higuero y Estévez. El catalán atacó a falta de 250 metros, pero se hundió en la recta final, donde se vio sobrepasado por Higuero, oro con 3:39,71, y Parra, plata con 3:40,10. Estévez fue bronce con 3:40,19. Los 3 acudieron a París. Estévez, muy ambicioso, volvió a pelear por la medalla, pero volvió a quedarse sin fuerzas en la última recta. Fue 6º, con 3:33,84, en una carrera, una vez más, ganada por El Guerrouj en 3:31,77. Parra fue 10º con 3:35,02, su mejor marca al aire libre e Higuero 10º. El burgalés haría pocos días después su plusmarca personal con 3:31,61, lo que le valdría para liderar la lista española del año y ser el 10º atleta mundial del año. Parra, desgraciadamente, volvió a ser presa de las lesiones y no pudo mejorar sus prestaciones de 2003 en el kilómetro y medio.

En 2004 la principal competición volvían a ser los Juegos Olímpicos, que se celebrarían en Atenas. El malagueño Álvaro Fernández sorprendió a principios de julio con 3:33,66, con lo que entraba en los candidatos a los Juegos. En el Campeonato de España, en una carrera muy táctica, se llevó su tercera victoria Estévez. Álvaro Fernández fue segundo e Higuero tercero. Los tres se clasificaron para los Juegos, donde Estévez, el único que llegó a la final, fue 7º. Después de los Juegos, Fernández mejoró su marca a 3:32,88, lo que le sirvió para ser el mejor español del año y el 22º del mundo, Higuero con 3:32,95 fue el 23º.

A mediados de la década de los 2000 el atletismo español mantenía su presencia en las grandes finales y parecían ir surgiendo nuevos talentos. Uno de estos fue el madrileño Arturo Casado (1983), bronce en el Europeo junior de 2001 y 6º en el Mundial de la categoría de 2002, comenzó a destacar en categoría absoluta en el Europeo en sala de 2005, donde fue 4º en 1500, detrás de Higuero, plata, y Estévez, bronce. Al aire libre ganó los Juegos del Mediterráneo y se proclamó campeón de Europa sub23 y campeón de España absoluto, en una carrera muy lenta en la que derrotó a Reyes Estévez y a Higuero. Los tres acudieron al campeonato del Mundo, que por segunda vez se celebraba en Helsinki. Estévez lideró las 2 primeras vueltas, pero se quedó atrás cuando atacó el estadounidense Alan Webb (1983). Casado, muy bien colocado, terminó en 5ª posición, e Higuero, tras un gran acelerón en la última recta, llegó el 6º. Estévez fue 11º. Por delante, la carrera la había ganado el atleta de Bahrein, nacido marroquí, Rashid Ramzi (1980).

 

Con este 5º puesto, Casado igualaba a José Manuel Abascal (1958), que había ocupado la misma posición en la final de 1983 en el mismo escenario. Con 3:35,64 fue el tercer español del año por detrás de Juan Carlos Higuero, 3:33,72 y Álvaro Fernández, 3:35,57.

Al año siguiente, 2006, tendría lugar en Europeo al aire libre. La selección se haría en el Campeonato de España. Tras haber realizado 3:31,57, mejor marca personal, el gran favorito era Higuero, que consiguió imponerse por 4ª vez. Segundo fue el leonés Sergio Gallardo (1979), que unos días antes había acreditado 3:34,95. Gallardo, que había comenzado su carrera atlética corriendo 800 m, había sido 4º en los tres campeonatos de España anteriores. La tercera plaza fue para Casado. Los tres acudieron al Europeo, donde Higuero fue bronce, metal que repetiría en 5000m, Casado 4º y Gallardo 5º, en una carrera ganada por Baala en 3:39,02.

 

Los 3:31,57 de Higuero de principio de temporada le sirvieron para liderar la lista española y ser el 7º del mundo. A sus 28 años, al burgalés aún le aguardaba su mejor actuación.

El 1500 en España (VI). Los años 90, Fermín Cacho plusmarquista europeo

La temporada  del año olímpico de 1996 comenzó para Fermín Cacho (1969) mucho mejor de como había acabado la de 1995. En un exitoso mes de febrero se hizo con la plusmarca europea de 3000 m en sala, con 7:36,61, que era además la tercera marca mundial de siempre en aquel momento. Poco después registró 3:36,72 en 1500 m. Su incursión en pista cubierta fue, no obstante, corta, pues no tomó parte en el Europeo de ese año, campeonato en que el oro de los 1500 m fue para el mallorquín Mateu Cañellas (1972) y el de los 3000 m para el riojano Anacleto Jiménez (1967). Precisamente este atleta infligiría al soriano, ya al aire libre, una de las escasas derrotas que sufrió en aquella época ante atletas españoles. El 12 de junio, en la reunión de Madrid, Jiménez, con un gran cambio de ritmo a falta de 230 metros, derrotó a Cacho con 3:34,47, por 3:35,58 del soriano. El riojano era un corredor de 5000 m y 3000 m en sala, que ya había sido 7º en los 5 Km del Mundial junior de 1986 y campeón mundial universitario de la misma distancia en 1987. En sala, además del oro en el Europeo de ese año, había sido plata en el Mundial del año anterior, en 3000 m. En 1997 fue plusmarquista español de 5000 m con 13:08,30.

Esta derrota afectó poco a Cacho de cara a los Juegos de Atlanta, en los que las series de 1500 m comenzaban a finales de julio. Un mes antes, en un competido duelo con el palentino Isaac Viciosa (1969) ganó su 7º y último campeonato de España de 1500 m. El 3 de julio corría los 1500 m en 3:32,87 y 2 días después la milla en 3:49,56, su mejor marca de siempre. Cacho parecía en buena forma para los Juegos. Se preveía un gran duelo entre el argelino Nourredine Morceli (1970), que ya había corrido en 3:29,50, y el marroquí Hicham El Guerrouj (1974), que había realizado su plusmarca personal con 3:29,59. El atleta de Burundi Vetuste Niyongabo (1973), tercero del año con 3:30,07, había optado por el 5000 en los Juegos, prueba en la que sería brillante oro. Cacho era en aquel momento el 8º atleta del año, pero dada su gran capacidad competitiva se esperaba que estuviese en el podio. Una vez en Atlanta, el soriano se impuso con 3:39,84 en la 5ª y última serie del 1500. Le correspondió la primera semifinal, que fue una auténtica locura. Ganó Morceli con 3:32,88, a 0,34 de la plusmarca olímpica de Seb Coe (1956). Cacho fue 2º con 3:33,12. El francés Abdelkader Chékhémani (1971) fue con 3:34,84 el atleta más rápido de la historia de un 1500 olímpico que no se clasificó para la final. En la otra semifinal, ganada por El Guerrouj, 3:35,29, Isaac Viciosa, con 3:36,11, no entró en la final por 0,05. La final, sin embargo, resultó bastante lenta, con pases de 1:01,03 y 2:01,63.  A falta de 600 metros, Morceli tomaba la cabeza, con Cacho y El Guerrouj colocados inmediatamente detrás. En la recta de llegada, El Guerrouj pasó a la segunda posición y cuando trataba de igualarse a Morceli tropezó y se cayó al suelo, obstaculizando a Cacho. Morceli, que marcaba 2:42,28 a falta de una vuelta, dándose cuenta de lo sucedido, aceleró el ritmo y pasó el 1200 en 2:55,12. Cacho se pudo recuperar, pero el argelino ya estaba lejos. Morceli consiguió mantener su ventaja y ganó con 3:35,78 (53,5 la última vuelta). Cacho, 3:36,40 fue segundo. Es indudable que la caída perjudicó al soriano. Lo que está menos claro es si Morceli habría ganado sin la caída del marroquí. El Guerrouj acabaría liderando la lista mundial del año con 3:29,05. En 8ª posición, se situaba Cacho, con 3:32,54, tras una discreta actuación posolímpica. En cualquier caso, el soriano volvió a demostrar ser un extraordinario competidor. En una temporada de gran nivel en el 1500, se convirtió en el único atleta español con 2 medallas olímpicas y el 4º atleta de la historia, tras el italiano Luigi Beccali (1907-1990), oro en 1932 y bronce en 1936, el keniano Kip Keino (1940), oro en 1968 y plata en 1972, y el británico Seb Coe (1956), doble oro en 1980 y 1984, en repetir medalla en el kilómetro y medio.

La plata de Cacho en Atlanta añadía otro logro a su gran palmarés: oro y plata olímpicos, oro en el Europeo y una plata en el Mundial de 1993. Sin embargo, con su plusmarca personal de 3:32,01 era el tercer español de la historia tras José Luis González (1957), 3:30,92, y José Manuel Abascal (1958), 3:31,13. En 1997, Cacho no haría temporada de pista cubierta. Su objetivo era el Mundial de Atenas y, por primera vez, se había planteado intentar la plusmarca española. No participó en el campeonato de España. En el 1500 se hizo con el oro el barcelonés Reyes Estévez (1976), con un trepidante cambio a falta de 200 metros. Acompañaría al soriano a Atenas, donde se esperaba un nuevo duelo entre los magrebíes Morceli y El Guerrouj, con Cacho como tercero en discordia. Cada uno de los norteafricanos se impuso en su semifinal con tiempos similares de 3:38,82 y 3:38,92. En la semifinal del argelino entraron segundo y tercero Cacho y Estévez. La final comenzó lenta con pases de 1:01,08 y 2:02,04. A los 900 metros El Guerrouj se colocaba en primera posición y comenzaba progresivamente a cambiar de ritmo. Pasó el 1200 en 2:55,63 seguido de Morceli y de Cacho, con Estévez en 5ª posición. La ventaja del marroquí se fue agrandando. Al llegar a la última recta Cacho se colocaba en 2º tras sobrepasar a un titubeante Morceli, que acabó perdiendo la 3ª plaza a manos de Estévez. El Guerrouj se hacía con el primero de sus 4 títulos mundiales con 3:35,86. Cacho, por su parte, ganaba su segunda plata, tras la de 1993 y Estévez demostraba su gran clase con un inesperado bronce.

Contrariamente a su costumbre, Cacho decidió mantener la forma unos días para intentar superar a José Luis González. En Zúrich los 9 primeros del 1500 de Atenas se volvían a ver las caras. Esta vez había liebres, que marcaron pasos de 53,55 y 1:50,03, con los hombres fuertes algo alejados. Poco antes del 1200, la segunda liebre abandonaba y pasaba a la cabeza El Guerrouj, que marcó 2:48,24, seguido de Morceli y Cacho igualado con Niyongabo. Al entrar en la última recta, El Guerrouj mantenía la primera posición, que pudo aguantar pese al ataque final del soriano. El marroquí hacía su plusmarca personal con 3:28,91 y Cacho, con 3:28,95, lograba no solo la plusmarca española sino también la europea que tenía desde 1985 el británico Steve Cram (1960). Por su parte Reyes Estévez hacía plusmarca personal con 3:33,40. La marca del soriano lo convirtió en el tercer mejor atleta de siempre en ese momento. Tres días después, en Bruselas, no pudo acercarse al tiempo de Zúrich, si bien con 3:31,64 hacía su segunda mejor marca de siempre.

Para Reyes Estévez Fernández (Cornellá, Barcelona, 2 de agosto de 1976) la temporada de 1997 había resultado sobresaliente: campeón de España, bronce en el Mundial y plusmarca personal. Lo más sorprendente fue, sin duda, su actitud en Atenas, donde pareció todo un veterano. Aunque lo cierto es que Estévez ya estaba acostumbrado a ganar, si bien en categorías inferiores. Fue dos veces campeón de Europa junior de 1500 metros (1993 y 1995) y 4º en el Mundial de la categoría de 1994. En 1995 superó con 3:35,51 la plusmarca de Europa junior que tenía el británico Graham Williamson (1960) en 3:36,6, al paso de una milla en 3:53,17. En su primer año en categoría absoluta acudió a los Juegos de Atlanta donde fue semifinalista. Con 21 años el futuro parecía pertenecerle.

En la temporada al aire libre de 1998, Cacho sufrió problemas en su tobillo izquierdo, lo que hizo que bajase su rendimiento. Estévez, sin embargo, continuó con su progresión. Renovó su título de campeón de España, prueba en la que Cacho abandonó y llevó su marca hasta 3:30,87, la segunda española de siempre, en una rapidísima carrera el 12 de agosto en Zúrich, donde El Guerrouj se quedó a 0,45 de su entonces reciente plusmarca mundial de 3:26,00. 8 días después tenía lugar la final del campeonato de Europa de 1500 m, con tres españoles, Estévez, Cacho y el coruñés Andrés Díaz (1969). La final resultó muy lenta con pases de 1:01,40 y 2:04,71. La carrera se animó con el portugués Rui Silva (1977) en cabeza en los 1200 m en 3:01,65. A falta de 200 metros, Estévez dio un cambio de ritmo seco que no se veía desde los tiempos de Steve Ovett (1955) y se hizo con el oro en 3:41,25 frenándose en los últimos metros. Cacho, que intentó seguirlo, perdió la plata en la última recta a manos de Rui Silva. Díaz fue 11º.

A finales de esa temporada de 1998, Cacho, con 3:32,62, por primera vez no lideraba la lista española del año. Reyes Estévez, 3:30,87 y 6º mundial del año, Isaac Viciosa, 3:30,94, y Andrés Díaz, 3:32,17, relegaron al soriano a la 4ª posición, aunque ya se ha dicho que sus condiciones físicas no eran las mejores.

Para Andrés Manuel Díaz Díaz (La Coruña, 12 de julio de 1969) 1998 fue el año definitivo de su adaptación al 1500. Díaz comenzó a practicar atletismo a los 17 años, de la mano de Emilio Rogel (1961), un prometedor obstaculista al que un accidente de moto había obligado a abandonar la práctica deportiva. Comenzó alternando 800 y 1500 metros, pero inicialmente se decidió por los 800 metros. En 1995, en una controvertida decisión, el Ayuntamiento de La Coruña acordaba eliminar las pistas de atletismo del estadio municipal de Riazor, motivo por el que Díaz se trasladó a Madrid para entrenar a las órdenes de Manuel Pascua (1933). En 1995 fue subcampeón mundial universitario. Tomó parte en el Mundial de Gotemburgo al aire libre y el los Juegos de Atlanta siempre en 800 m. Su mejor marca en la prueba fue 1:45,89 (1996). En 1997 comenzó a competir en 1500 m. En el Mundial en sala de ese año fue 5º y en el Europeo de 1998 4º. 1999 sería su gran año, tanto en pista cubierta como al aire libre. En Atenas, el 24 de febrero, con la inestimable ayuda de su amigo Pedro Esteso (1976), que ejerció de liebre, Díaz superaba, con 3:33,32, la plusmarca europea en sala que tenía el británico Peter Elliott (1962). Unos días después, el 6 de marzo, el coruñés disputaba una semifinal muy táctica del 1500 en el Mundial en pista cubierta. Se clasificó por tiempos, pero la final fue muy rápida, lo que favoreció sus intereses. Consiguió una brillante medalla de bronce, con un tiempo de 3:34,46, en una carrera ganada por Haile Gebreselasie (1973) con 3:33,77.

Ya al aire libre, Díaz se proclamó campeón de España, por delante de Cacho y del anterior campeón Reyes Estévez. Los tres disputarían la final del 1500 Mundial de Sevilla, tras clasificarse fácilmente. El gran favorito para el oro era, una vez más, El Guerrouj, pero se contaba con los españoles para el podio, pese a que tanto Cacho como Estévez habían tenido algunos problemas esa temporada. La final se pareció más a una reunión que a un campeonato del mundo. El Guerrouj no quiso arriesgar. Su compatriota Adil Kaouch (1979) ejerció de liebre con pases de 54,31 y 1:52,15. A los 850 m plusmarquista mundial se ponía delante, con el keniano Noah Ngeny (1978), 3:28,6p ese año, en segunda posición y Cacho 3º. A falta de una vuelta Estévez, que se había acercado al grupo de cabeza, se iba detrás de El Guerrouj, que había vuelto a cambiar de ritmo, con Ngeny muy cerca 3º y Cacho 4º algo más retrasado. El marroquí pasaba por el 1200 en 2:46,79, con el español muy cerca, pero este no resistió el ritmo del marroquí, y se vio, a falta de 250 metros, superado por Ngeny. El Guerrouj se hizo con la victoria con incontestable superioridad y una marca de 3:27,65, segundo era el keniano Ngeny con 3:28,73. Estévez fue 3º (3:30,57, plusmarca personal), Cacho 4º (3:31,34) y Díaz 5º (3:31,83, plusmarca personal).

Estévez demostró su carácter ganador, no conformándose con la plata, aunque finalmente fuese bronce. Cacho, en otro año muy complicado, volvió a dar lo mejor de sí el día de la competición. Díaz, por su parte, hizo una excelente carrera, pero el nivel de sus rivales era altísimo. 1999 acabó como un año muy bueno para el 1500 español. Estévez fue el 4º mejor atleta del año, Cacho el 8º y Díaz el 11º. Las perspectivas para los Juegos de Sídney eran muy halagüeñas.

El 1500 en España (V). Los años 90, Fermín Cacho oro olímpico

Tras una década de éxitos, el año olímpico de 1988 resultó muy negativo para el 1500 en España, ya que finalmente no hubo ningún representante en los Juegos.  A pesar de que en esa temporada hubo 9 atletas por debajo de 3:40,00, tan solo dos de ellos fueron capaces de realizar la mínima olímpica de 3:38,5. José Luis González (1957) tuvo un verano plagado de problemas físicos. Pudo correr en 3:36,41, pero acabó renunciando a participar en los Juegos de Seúl. El otro atleta español con mínima fue el soriano Abel Antón (1962), que realizó 3:38,21, pero que correría el 5000 en la capital coreana, donde fue semifinalista. En Barcelona, 4 años después, fue 8º en 5000 m, distancia en la que sería bronce europeo en 1994, además de oro en 10000 m en la misma competición. Acabó corriendo maratón, modalidad en la que ganó el oro en los Mundiales de 1997 y 1999. En 1500 m, prueba en la que se prodigó poco, acreditó una mejor marca de 3:37,5 en 1985. El sorprendente campeón de España en 1988 fue el catalán Jaime Villalonga (1965), que ese mismo año realizó su mejor marca 3:40,31, y que, en una lentísima carrera, se llevó el oro con 3:55,48. El cántabro José Manuel Abascal (1958), en mermadas condiciones, fue 7º y tampoco acudió a Seúl.

Tras el tirón de Abascal y González habían surgido algunos jóvenes atletas en los que se confiaba para tomar el relevo de los dos grandes del medio fondo español. Dos de ellos entrenaban a las órdenes de Gregorio Rojo, en el grupo del cántabro. Se trataba del manchego, reusense de adopción, Teófilo Benito (1966-2004) y del barcelonés Ángel Fariñas (1967). Benito llevaba una trayectoria muy sólida desde categorías inferiores, lo que lo llevó a ser 4º en el Europeo Junior de 1500 m en 1983 con 3:43,28, plusmarca española juvenil. Era el favorito para el título europeo junior 2 años después, pero, pese a acreditar esa temporada 3:38,92, solo pudo ser 7º en una carrera táctica. No obstante siguió progresando y en 1986 realizó, con 20 años, 3:36,96. No volvió a mejorar hasta que en 1991 corrió en el que sería su mejor tiempo de siempre, 3:35,84. Tomó parte en los Mundiales de 1987 y 1991 y en el Europeo de 1990. Fue bronce en los Juegos del Mediterráneo de 1967. Aquejado por una enfermedad del sistema nervioso, falleció en 2004. Fariña, por su parte, había sido 8º en el 1500 del primer Mundial junior, en 1986. En 1990, registró la que entonces era 3ª mejor marca española de siempre, 3:35,15. Su recorrido atlético no fue, sin embargo, muy exitoso, ya que al aire libre nunca pudo participar en un gran campeonato.

El futuro del 1500, tanto en el ámbito internacional, como en el español, se estaba preparando, no obstante, muy lejos de Seúl, en la ciudad canadiense de Sudbury, provincia de Ontario, donde se habían celebrado los segundos Mundiales Junior. En el kilómetro y medio había repetido oro en keniano Wilfred Oanda Kirochi (1969). Curiosamente este atleta en sus dos participaciones en esta competición batió a los 3 siguientes campeones olímpicos. En 1986 la plata fue para el keniano Peter Rono (1967), oro en Seúl 1988, y en 1988 el bronce fue para el español Fermín Cacho (1969), oro en Barcelona 1992, y la plata para el argelino Nourredine Morceli (1970), oro en Atlanta 1996.

Fermín Cacho Ruiz (Ágreda, Soria, 16 de febrero de 1969) realizó una gran carrera en Sudbury, donde cambió de ritmo a falta de 500 metros, lo que le valió para hacerse con un valioso bronce. En semifinales había mejorado su marca a 3:44,04. Ese año hizo un mejor tiempo de 3:42,56. El año anterior había registrado 3:45,9 y había sido 12º en el Europeo Junior. En 1989 dio un enorme salto de calidad el imponerse en el campeonato de España con 3:36,23, que superaba notablemente los 3:39,64 que había realizado a principios de temporada y era plusmarca de los campeonatos. Ello y la lesión de José Luis González le sirvieron para representar a España en la Copa del Mundo de Barcelona ese año, donde ocupó la 6ª posición. Consiguió su primer éxito internacional unos meses después, cuando se colgó la plata en el 1500 del Europeo en sala. Al aire libre volvió a hacerse con el oro en el Nacional, con 3:37,04, su mejor marca ese año, y fue 11º en el Europeo absoluto. En 1991 se celebraba en tercer Mundial al aire libre, en Tokio en septiembre. En marzo tenía lugar el Mundial en sala, en el que Cacho fue plata en 1500 metros, detrás de Morceli, que ya comenzaba a mostrar una gran superioridad. Poco antes, con 3:35,29, que mejoraban su prestación al aire libre, se había hecho con la plusmarca española en sala. Al aire libre volvió a imponerse brillantemente en el campeonato de España, con 3:34,52, nuevamente plusmarca personal y de los campeonatos. Unos días después ratificó su buena forma al correr en Zúrich en 3:32,03, registro que lo convirtió en el tercer mejor atleta del año. Con estas credenciales se encontraba entre los favoritos para entrar en el podio del 1500 en el Mundial de Tokio. En la capital de Japón se clasificó fácilmente para la final. Los otros españoles, José Luis González y Teófilo Benito se quedaron en las semifinales. En la ronda definitiva, Cacho se volvía a encontrar con sus compañeros de podio en el Mundial Junior de 1988, Wilfred Oanda Kirochi y Nourredine Morceli, aunque esta vez el favorito era el argelino. La carrera se desarrolló a ritmo ligero con pases de 58,02 y 1:57,43, con la prueba liderada por el keniano David Kibet (1963) hasta que a falta de 420 metros Morceli cambió de ritmo, dando paso al 1200 en 2:54,10. El argelino se hizo con el oro con cierta facilidad en el excelente tiempo de 3:32,84. Kirochi entró 2 segundos después y fue plata. Esta sería la mejor actuación en categoría absoluta del keniano doble campeón mundial junior de 1500 m. Cacho, que entró en la recta final tratando de ir por el bronce, fue finalmente 5º, igualando lo conseguido por Abascal 8 años antes en Helsinki.

El soriano acabó la temporada corriendo un 800 en 1:45,37, que sería su mejor marca de siempre, y que coronaba una excelente temporada en la que se había incorporado a la élite mundial. A menos de un año vista para los Juegos de Barcelona, Cacho era uno de los candidatos a estar entre los tres primeros en la cita olímpica.

Aunque no tomó parte en el campeonato de Europa en sala, Cacho sí realizó pista cubierta en la temporada olímpica de 1992. Superó la plusmarca española de 3000 m con 7:46,11. Al aire libre renovó fácilmente su título nacional de 1500 m, en una carrera táctica, en la que marcó 3:49,0. Ya en los Juegos se mostró en excelente forma al vencer en su serie con 3:37,04 y hacer 3:34,93 en la segunda semifinal, su mejor marca del año, dejándose ir detrás del qatarí Mohamed Suleiman (1969), 3:34,77. Nunca se había corrido tanto en una semifinal olímpica. Morceli había ganado la primera con 3:39,22. La final resultó, no obstante, lentísima, con pasos de 1:02,25 y 2:06,83, con el veterano keniano Joseph Chesire (1961), 4º en LA84, en primera posición. Al paso por el 1200, en 3:02,55 Chesire aguantaba en cabeza seguido muy de cerca por el campeón de Europa, el alemán Jens Peter Herold (1965), Cacho y el estadounidense Jim Spivey (1961), con Morceli algo encerrado en 5ª posición. El keniano, incapaz de proteger la cuerda, vio cómo a falta de 200 metros lo sobrepasaba Cacho por dentro, que se fue irresistible por el oro, en 3:40,12.

Tan solo 38 años después de que Manuel Macías (1923-1983) se convirtiera en el primer español en correr los 1500 m por debajo de 4 minutos, el camino recorrido por el propio Macías, Barris, Esteban, González Amo, Burgos, los hermanos Morera, Abascal, González y Vera lo culminaba Fermín Cacho dándole a España el oro olímpico en la entonces considerada prueba reina.

La actuación de Morceli resulta difícil de explicar. No estuvo en carrera en ningún momento y acabó finalmente 7º. Sin embargo 10 días después, el 19 de agosto, en Zúrich realizó 3:30,75 y el 4 de septiembre superaba la  plusmarca mundial con 3:28,86, 0,60 menos que la marca del marroquí Said Aouita (1959) de 1985.  Las carreras posolímpicas de Cacho no fueron tan exitosas, si bien esto fue una constante durante varias temporadas con el soriano. Se centraba más en los grandes campeonatos y menos en hacer grandes marcas. En Zúrich fue 3º con 3:32,52, su mejor marca del año, y en Bruselas 2º con 3:32,98. Acabó la temporada haciendo plusmarca española de 1000 m con 2:16,13.

El 11º en la final olímpica fue otro español, el jienense Manuel Pancorbo (1966). Pancorbo, que llegó a correr la distancia en 3:34,03 (1998), repitió el mismo puesto al año siguiente en el Mundial al aire libre y fue 6º en el Europeo de 1994. Fue plusmarquista europeo al aire libre de 3000 m, con 7:31,78 y subcampeón de Europa de 5000 m en 1998, distancia en la que fue 11º en el Mundial de 1997, 2 veces campeón de España (1997 y 1998) y en la que acreditó 13:08,44.

El oro olímpico de Cacho no fue flor de un día. En 1993 continuó con un gran rendimiento, aunque ese año estuvo un escalón por debajo de Morceli, que se mostró muy superior. El 20 de junio en los Juegos del Mediterráneo, celebrados en la ciudad francesa de Narbona, el soriano registró unos excelentes 3:32,43, que le sirvieron para ganar la plata tras el inabordable Morceli, oro con 3:29,20. Tras repetir victoria por 5ª vez en el Campeonato de España, en Zúrich el 4 de agosto Cacho realizó su mejor marca personal, 3:32,01, otra vez detrás del argelino, primero con 3:30,06. En el Mundial de Stuttgart (a partir de entonces los Mundiales se celebran cada 2 años) se repitió el guion. La final no tuvo mucha historia. Con una táctica parecida a la de 4 años antes en Tokio, Morceli cambió de ritmo a falta de algo más de una vuelta y se llevó con él al somalí Abdi Bile (1962) y a Cacho. Morceli ganó con cierta ventaja en 3:34,24 y Cacho, que había sobrepasado al somalí a falta de 200 m, fue plata con 3:35,56.

Tras la plata de Stuttgart y la marca de Zúrich, con la que sería el segundo mejor atleta del año en 1500 m, Cacho se afianzó como uno de los mejores atletas del momento en el kilómetro y medio. El año siguiente de 1994 se lo tomó de transición. No pudo renovar su título nacional, pues fue 2º detrás del palentino Isaac Viciosa (1969). Este atleta fue su máximo rival en el Europeo al aire libre, aunque finalmente pudo derrotarlo. Cacho realizó 3:35,27, plusmarca del campeonato, que acabaría siendo su mejor marca del año. Viciosa fue segundo con 3:36,01, superando ambos el bronce de Abascal en 1982, la mejor actuación de un español en 1500 m hasta entonces.

El palentino Isaac Viciosa había comenzado corriendo 800 m, prueba en la que tomó parte en el Mundial Junior de Sudbury en 1988. Progresivamente fue haciendo la transición al 1500, distancia en la que la plata del Europeo fue su mejor resultado. Posteriormente subió al 5000, prueba en la que fue campeón de Europa en 1998. Ese año se hizo con la plusmarca europea de 3000 m con 7:29,34 y realizó sus plusmarcas personales en 1500 m, 3:30,94, y en 5000 m, 13:09,63. Ganó la milla de la 5ª Avenida de Nueva York en 4 ocasiones consecutivas, de 1995 a 1998. Es el único atleta que lo ha conseguido.

En año 1995 volvían los campeonatos del Mundo, tanto en sala como al aire libre. El Mundial de pista cubierta se celebraba en Barcelona. Fermín Cacho decidió tomar parte, tras unos buenos 3:36,61 y el oro en el Nacional en sala. En el Mundial, sin embargo, ocupó un inesperado 6º puesto. El ganador fue el marroquí de 20 años Hicham El Guerrouj (1974), que en poco tiempo se convertiría en uno de los más grandes de la historia. La plata fue para el mallorquín Mateo Cañellas (1972). Cañellas había sido campeón de Europa junior en 1991. Logró sus mejores éxitos en pista cubierta con esta plata en el Mundial y el oro europeo en 1996. Sus mejores marcas fueron 3:37,12 al aire libre y 3:37,99 en pista cubierta. Para Cacho las cosas tampoco fueron muy bien al aire libre. Se hizo con la victoria en el campeonato de España por 6ª vez y corrió en Mónaco en 3:34,25, pero una lesión en el muslo le impidió rendir adecuadamente en el Mundial de 1500 m, donde solo pudo ser 8º. Morceli se volvió a imponer con cierta facilidad, El Guerrouj, 3:31,16 ese año, fue plata y el atleta de Burundi Vetuste Niyongabo (1973), 3:30,78 ese año, fue bronce. Cacho acabó el 13º en la lista mundial del año. El año olímpico de 1996 se presentaba complicado, con Morceli, que había mejorado su plusmarca mundial hasta 3:27.37, inabordable y dos jóvenes atletas de gran calidad, El Guerrouj y Niyongabo. Pero para el soriano aún quedaba mucha tela que cortar.