Miruts Yifter, el hombre envuelto en un halo de misterio

Nos ha dejado Miruts Yifter, el etíope sin edad, el hombre cuya vida siempre estuvo envuelta en un halo de misterio. Su fecha oficial de nacimiento es el 15 de mayo de 1944, pero hay fuentes que la sitúan en 1938. A las preguntas sobre el tema, siempre respondía con evasivas: Me pueden robar los pollos o las ovejas, pero no me pueden robar la edad.

Aunque no se conozca la fecha de nacimiento de Yifter, sí se conoce el lugar, la ciudad etíope de Adigrat, fronteriza con Eritrea. Tras realizar diversos trabajos, se unió a la Fuerza Aérea de su país, donde comenzó a interesarse por el atletismo. En los años 60 tuvieron lugar los logros de dos de los atletas etíopes más grandes: Abebe Bikila (1932-1973), doble campeón olímpico de maratón en 1960 y 1964, y Mamo Wolde (1932-2002), que sucedió a Bikila en el maratón de México, después de haber sido plata en 10000 m, y medallista de bronce en el maratón de los Juegos de 1972. Yifter pronto se uniría a ellos como un grande del fondo, no solo etíope, sino mundial. En 1971 se dio a conocer internacionalmente en un encuentro África – Estados Unidos, celebrado en Carolina del Norte. El primer día aceleró, delante de Steve Prefontaine (1951-1975), en la recta de llegada… de la penúltima vuelta del 5000, un error que lo llevó a abandonar, pero el segundo día se impuso en el 10000, por delante de Frank Shorter (1947). Al año siguiente,  estaba inscrito en las dos pruebas de fondo de los Juegos de Múnich. Fue bronce en un sensacional 10 000, ganado por el finlandés Lasse Virén (1949) con plusmarca mundial. Yifter realizó 27:40,96, su mejor marca de siempre. Cuatro días después no se presentó en su serie de 5000 m. La verdadera razón de esta incomparecencia es un enigma. Hay múltiples versiones, que se quedó dormido, que se perdió, que se olvidó su credencial… Él añadió una nueva: una falsa información dada por los propios delegados oficiales etíopes con los que Yifter tenía mala relación, dado su origen en la provincia rebelde de Tigré, que se oponía a las políticas del emperador Haile Selassie (1892-1975). Sea como fuere, a las autoridades deportivas de Etiopía no les gustó lo sucedido y culparon al propio atleta, que se pasó tres meses en la cárcel al regresar a su casa. En 1973, probablemente ya congraciado con los dirigentes de su país, ganó el 10 000 de los Juegos Africanos, y fue segundo, por detrás del keniano Ben Jipcho (1943) en el 5000.

A principios de 1976 los All Blacks, el equipo neozelandés de rugby, realizó una gira por Suráfrica. Debido a sus políticas racistas, Suráfrica estaba excluida de todas las competiciones deportivas oficiales. Pese a que el rugby no era olímpico, la delegación de Congo, secundada por la mayoría de los países africanos, exigió al Comité Olímpico Internacional (COI) que sancionase a Nueva Zelanda impidiendo su participación en los Juegos. Dado que el COI no aceptó la demanda, los países africanos decidieron no acudir a la cita de Montreal. Yifter fue, sin duda, uno de los grandes perjudicados. Nos quedamos sin un gran doble duelo con Lasse Virén y sin saber si el finlandés habría sido capaz de renovar sus títulos de Múnich con el etíope en liza. En 1977 se estrenó la Copa del Mundo, una competición entre territorios: Europa, Asia, África, Estados Unidos, resto de América, Oceanía y los dos primeros países de la Copa de Europa. La primera edición se celebró en Düsseldorf. Yifter, representando a África, obtuvo sendas victorias en 5000 m, con 13:13,82, su mejor marca de siempre, a 0,95 de la plusmarca mundial de Dick Quax (1948), y 10 000 m, 28:32,3. En ambos casos su victoria se basó en un cambio de ritmo seco a falta de 300 metros, que se convertiría en su carta de presentación. La prensa lo llamó Yifter the Shifter (el del cambio). Además, en febrero de ese año, Yifter había realizado la que en aquel momento era mejor marca mundial de siempre de medio maratón, 1h02:57, entonces una distancia inusual. En 1979 se proclamó campeón de África en 5 y 10 Km y repitió su doblete en la Copa del Mundo celebrada Montreal, ciudad donde no había podido estar en 1976.

Yifter se preparó a conciencia para los Juegos de Moscú de 1980. Esta vez fue la política la que dejó coja la competición. En respuesta a la invasión soviética de Afganistán en 1979, el Presidente James Carter (1924) decidió que el equipo estadounidense no acudiría a los Juegos. Una gran parte de los países occidentales secundaron a Estados Unidos. Kenia, con su nueva estrella del fondo Henry Rono (1952), flamante plusmarquista mundial de 3000 m, 7:32,1, 5000 m, 13:08,4, 10000 m, 27:22,5, y 3000 m obstáculos, 8:05,4, tampoco estaría en Moscú. No lo habría tenido fácil, en cualquier caso con Yifter, que además contaba con la disciplinada ayuda del resto del equipo etíope: Mohamed Kedir (1954)  y Tolosa Kotu (1952). Cada uno de los tres etíopes ganó fácilmente su semifinal olímpica de 10000 m. El triplete era posible. La final, controlada en todo momento por los etíopes, se corrió a un ritmo muy irregular, con 14:03,5 en la mitad de la prueba. A falta de 700 metros, el grupo de cabeza estaba formado por los 3 etíopes, Lasse Virén, buscando su tercer oro consecutivo en la prueba,  y su compatriota Karlo Maaninka (1953). El aún campeón olímpico se colocó en cabeza, intentando repetir su táctica ganadora de los Juegos anteriores, pero no logró despegar a ninguno de sus rivales. En el último 300 Yifter cambió bruscamente de ritmo y se hizo con el oro en 27:42,69, última vuelta en 54,64. Maaninka impidió el triplete etíope, al ser plata con 27:44,28. Kedir fue 3º, 27:44,64, y Kotu 4º, 27:46,47. El finlandés acabaría confesando que había recurrido a las autotransfusiones para aumentar su rendimiento en los Juegos.

A continuación, Yifter, tras dos rondas, se clasificó fácilmente para la final de los 5000 metros, donde volvía a tener a Kedir a su lado y a otro etíope, Yohannes Mohamed (1948). La carrera no fue demasiado rápida. Tras pasos de 2:38,66, 5:23,38, 8:08,44 y 10:51,50, a falta de una vuelta todos los finalistas permanecían juntos. En ese momento, viniendo desde atrás, atacó Kedir. Yifter se quedó encerrado por el irlandés Eamon Coghlan (1953), plusmarquista mundial de la milla en sala, y el tanzano Suleiman Nyambui (1953). En el 300, Kedir se giró esperando una respuesta por parte de Yifter, que debió ser afirmativa porque le abrió el camino, de modo que este, con su rapidísimo acelerón, se colocó en cabeza hasta la meta. Se hizo con su segundo oro en 13:20,91, 55,02 la última vuelta, por delante de Nyambui, 13:21,60 y de Maaninka, 13:22,00.

Tras su doblete en Moscú, la intención de Yifter era prepararse para el maratón olímpico de 1984, pero las cosas le no salieron bien. En cualquier caso su país no volvería a unos Juegos hasta 1992. En 1981, Etiopía participaba por primera vez en el Campeonato Mundial de Campo a través, que ese año tenía lugar en el Hipódromo de la Zarzuela, en Madrid. Presentaron un potente equipo en el que destacaban Kedir y el propio Yifter. A falta de una vuelta los etíopes ocupaban las 6 primeras plazas con el anterior campeón, el estadounidense Craig Virgin (1955), 7º a cierta distancia, pero en ese momento se pararon pensando que ya habían terminado. Virgin se situó inmediatamente en primera posición. Kedir supo rehacerse y alcanzó al estadounidense, quien acabó renovando su título mundial. Kedir mantuvo la segunda plaza y, pese al monumental error, Etiopía se hizo con el oro por países. Yifter fue finalmente el 15º. Parece que el malentendido partió del entrenador etíope. El recorrido se componía de una vuelta pequeña y 4 grandes. El técnico pensó que eran 4 vueltas, incluyendo la pequeña. Yifter volvió a ganar el oro por países en los 2 siguientes Mundiales, en los que resultarían vencedores Kedir en 1982 y otro etíope, Bekele Debele  (1963), en 1983.

Tras su retirada fue entrenador del equipo nacional de Etiopía. Sin embargo, problemas serios con el Gobierno de su país hicieron que Yifter tomase en 1997 la decisión de emigrar a Canadá, donde siguió ejerciendo como entrenador. Falleció el 23 de diciembre de 2016 a consecuencia de problemas respiratorios en un hospital de Toronto, unos días después de que, por error, se anunciase su muerte. Yifter, uno de los mejores fondistas de la historia, fue un excelente competidor, al que interesaron poco las plusmarcas mundiales. Para la historia han quedado sus demoledores últimos 300 metros. Nunca sabremos lo que habría sucedido en Montreal, pero habría sido un rival muy duro para Lasse Virén. Fue una de las fuentes de inspiración para Haile Gebreselassie (1973) y forma parte, junto con el propio Gebre, Bikila, Wolde y el actual plusmarquista mundial de 5 y 10 Km Kenenisa Bekele (1982), del repóquer de ases del fondo etíope.

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5 comentarios en “Miruts Yifter, el hombre envuelto en un halo de misterio

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