En los años 80 el duelo deportivo en la prueba de decatlón entre el británico Daley Thompson (1958) y el alemán Jürgen Hingsen (1958) sobrepasó el ámbito mediático del atletismo. La locuacidad del británico y el imponente físico del alemán supusieron un filón para la prensa de la época. Es demasiado guapo para ganarme, decía el británico en una de sus perlas. Para vencer en el decatlón hay que ser bajito, feo y ladino, como yo. Lo cierto es que pese a que el alemán solía llegar a los grandes campeonatos como plusmarquista mundial, nunca fue capaz de batir al británico. Fue plata en los Europeos de 1982 y 1986, en el Mundial de 1983 y en los Juegos Olímpicos de 1984. Incluso en la lucha por la plusmarca mundial Hingsen acabó perdiendo, pues un cambio en las tablas de puntuación permitió al británico superar al alemán con quien compartía el tope universal. En uno de sus duelos dialécticos, tras unas declaraciones de Hingsen sobre la posibilidad de superar los 9000 puntos en el futuro, Thompson respondió irónicamente que eso sucedería cuando llegase el primo de Superman. Con su reciente plusmarca mundial de 9126 puntos, el francés Kevin Mayer (1993) se acaba de convertir en el tercer primo de Superman de la historia.
Los 8847 puntos de Thompson duraron en lo más alto de la lista mundial hasta el 5 de septiembre de 1992. En Talence (Francia), ese día el estadounidense Dan O’Brien (1966) realizó 8891 puntos, con parciales de 10,43, 8,08, 16,69, 2,07, 48,51; 13,98, 48,56, 5,00, 62,58, 4:42,10. El perfil atlético de O’Brien era similar al de Mayer, con un poderío basado en gran medida en los lanzamientos y la historia de su plusmarca mundial es paralela a la del francés y no solo por el lugar en que se consiguió. Campeón mundial en 1991, era el máximo favorito para hacerse con el oro olímpico en 1992, pero tres nulos en pértiga en las pruebas de selección estadounidense lo apartaron de su objetivo. Lo conseguiría en 1996, además de otros dos oros en los Mundiales de 1993 y 1995.
Un atleta de un perfil parecido a O’Brien fue su sucesor como plusmarquista mundial, el checo Tomáš Dvořák (1972). El 4 julio de 1999, en Praga, Dvořák, campeón del mundo en 1997 y, posteriormente, en 1999 y 2001, se quedó, con 8994 puntos, suspiro de los 9000. Sus parciales fueron 10,54, 7,90, 16,78, 2,04, 48,08; 13,73, 48,33, 4,90, 72,32, 4:37,20. Es el único atleta que ha superado los 8900 puntos en 3 ocasiones. Fue bronce en los Juegos Olímpicos de 1996. Cuatro años más tarde acudió a los Juegos de Sídney en malas condiciones físicas y a duras penas consiguió acabar en 6ª posición.
No hubo que esperar mucho para romper la mítica barrera de los 9000. El 25 de mayo de 2001, otro checo, Roman Šebrle (1974), totalizaba en Götzis (Austria) 9026 puntos, con parciales de 10,64, 8,11, 15,33, 2,12, 47,79; 13,92, 47,92, 4,80, 71,16, 4:21,98. Ese año se lesionó y no pudo competir por el oro en el Mundial de Edmonton. Tuvo que esperar hasta 2007 para conseguirlo. En los Juegos Olímpicos fue plata en 2000 y oro en 2004. Fue además campeón de Europa en 2002 y 2006.
El sucesor de Šebrle fue un atleta con un perfil diferente al de los 3 plusmarquistas mundiales que lo precedieron, mucho más parecido a Daley Thompson, quien corría en 10,26 o 46,97. El estadounidense Ashton Eaton (1988) basaba su dominio en las carreras de velocidad y vallas, con mejores registros de 10,21, 45,00 o 13,35, esta conseguida fuera de un decatlón. Dominó la prueba de forma absoluta de 2012 a 2016, con sendos oros olímpicos esos años y el oro en los Mundiales de 2013 y 2015. Estableció dos plusmarcas mundiales de decatlón. La primera tuvo lugar en Eugene el 23 de mayo de 2012, en las pruebas de selección para los Juegos Olímpicos. Totalizó 9039 puntos, con parciales de 10,21, 8,23, 14,20, 2,05, 46,70; 13,70, 42,81, 5,30, 58,87, 4:14,48. La segunda se registró el 28 de septiembre de 2015, durante la disputa del Mundial de Pekín. Con 9045 puntos y unos espectaculares 45,00 en 400 m, Eaton mejoraba en 6 puntos su tope mundial con 10,23, 7,88, 14,52, 2,01, 45,00; 13,69, 43,34, 5,20, 63,63, 4:17,52.
Eaton se retiró tras el oro olímpico de 2016. La plata en esa competición fue para Mayer, que entonces tenía 24 años. Más lanzador, que velocista y, sobre todo, saltador de pértiga, la progresión del francés desde entonces ha sido fulgurante.
Kevin Mayer nació el 10 de febrero de 1992 en Argenteuil, en el área metropolitana de París. Fue campeón del mundo sub18 (2009), sub20 (2010) y de Europa sub20 (2011). En 2012 fue 15º en los Juegos Olímpicos. Ese año había superado por primera vez los 8000 puntos. En 2013 fue 4º en el Mundial y subcampeón de Europa en 2014. No disputó el Mundial de 2015 por lesión. En 2016 fue plata en los Juegos Olímpicos tras Aston Eaton con plusmarca personal de 8834 puntos, que mejoraba en 260 la plusmarca francesa de Christian Plaziat (1963) de 1990. En 2017 se proclamó campeón del mundo.
El objetivo de Mayer para 2018 era el oro en el campeonato de Europa de Berlín y tratar de acercarse a la plusmarca mundial de Eaton. Comenzó, con 10,64, mejorando su marca en 100, pero 3 nulos en longitud arruinaron su competición. Dos días después anunció que intentaría superar a Eaton el fin de semana del 15 y 16 de septiembre en Talence, el mismo lugar en que 26 años antes O’Brien se había resarcido parcialmente de su fracaso en las pruebas de selección olímpicas.
Comenzó mejorando su marca de 100 m hasta 10,55. También en la longitud mejoró hasta 7,80 m. En peso se fue hasta 16,00 m, 0,51 peor que su plusmarca personal. En altura saltó 2,05 m. 0,04 por debajo de su mejor registro. En 400 m, con 48,42 estuvo cerca de su mejor tiempo de 48,26. Este primer día totalizó 4563 puntos. Eaton había hecho 4703 puntos. Pero al francés le quedaban los lanzamientos de disco y jabalina y el salto de pértiga, pruebas en las que era muy superior a Eaton. Y la ventaja de este en los 110 m v no parecía que fuese a resultar decisiva.
Mayer empezó el segundo día con 13,75 en 110 mv y viento en contra, a 0,04 de su mejor marca y solo 0,06 peor que el día de la plusmarca de Eaton. A continuación enlazó tres plusmarcas personales en lanzamiento de disco, 50,54 m, salto con pértiga, 5,45 m, y lanzamiento de jabalina, 71,90. A falta de los 1500 m, Mayer tenía 8421 puntos. Ashton tenía el día de su plusmarca 8216. Salvo catástrofe, a esas alturas la plusmarca mundial estaba asegurada. Al francés le bastaban 4:49,00 para conseguir su objetivo. Su mejor marca en la prueba era 4:18,04, de 2012, cuando lanzaba mucho menos. Siempre llama la atención ver a decatletas con perfil de lanzador disputar los 1500 m. Su tiempo final fue de 4:36,11, lo que le dio una plusmarca mundial de 9126 puntos, la tarde del día en que el keniano Eliud Kipchoge (1984) había dinamitado con 2h01:39 el tope universal de maratón. Mayer hizo una competición casi perfecta mejorando en 5 de 10 pruebas y muy cerca de sus mejores registros en otras 4. Solamente se quedó lejos de su mejor tiempo en los 1500 m, marca a la que, dado su biotipo actual, probablemente ya no se acerque.
Mayer demostró que estaba en una excelente forma, pero probablemente también se dio cuenta de lo fácil que es tener un accidente en un decatlón. Sus próximos objetivos serán el Mundial de 2019 y los Juegos de 2020 y, quién sabe, quizá una nueva plusmarca mundial del tercer primo de Superman.
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