Si resulta complicado mantener la forma para tomar parte en cuatro ediciones de los Juegos Olímpicos, más difícil es completar la participación habiendo alcanzado la final de una prueba las cuatro veces consecutivas. En una carrera como la de 800 m, con unas rondas de clasificación exigentísimas, conseguirlo constituye todo un hito. Esto es lo que hizo el estadounidense Johnny Gray (1960), finalista olímpico en la doble vuelta a la pista en 1984, 1988, 1992 y 1996, ya con 36 años.
John Lee Gray Jr nació en Los Ángeles el 19 de julio de 1960. Comenzó a practicar atletismo en 1977 y en 1978 ya corría los 800 m en 1:51,1. Al año siguiente, con 1:49,39, ocupó la 4ª posición en la lista junior (sub20) de ese año en su país. En 1980 mejoró hasta 1:47,06 y consiguió llegar a la final de las pruebas de selección olímpicas, si bien cuando se celebraron ya se sabía que Estados Unidos boicotearía los Juegos de Moscú. Se lesionó, aunque consiguió terminar andando en 3:22,9. Se perdió el resto de temporada y toda la temporada de 1981. Reapareció en 1982, año en que mejoró hasta 1:45,41. En 1983 no se pudo clasificar para el primer campeonato del Mundo al aire libre.
1984 era año olímpico y, lógicamente, el objetivo de Gray era clasificarse, algo que no resultaría nada fácil. La pruebas de selección olímpicas de Estados Unidos pueden llegar a ser más duras que la propia final olímpica. En la prueba de 800 m, 12 años antes, Dave Wottle (1950), que acabaría siendo oro olímpico en Munich, había igualado la plusmarca mundial con 1:44,3. Ese día los 6 primeros habían corrido en menos de 1:46,0 y Jim Ryun (1947), el plusmarquista mundial de las 880 yardas, con 1:45,2 había sido 4º. La final de 800 m de las pruebas de selección de 1984 tuvo lugar el 19 de julio, el día que Gray cumplía 24, tras 3 rondas previas. Los dos grandes favoritos eran los veteranos Don Paige (1956) y James Robinson (1954), acreditados, el año anterior, en 1:44,29 y 1:44,32 respectivamente. Habían sido 1º y 2º en las simbólicas pruebas de selección de 1980. Gray había igualado en el mes de mayo su marca de 1:45,41. La carrera dio un resultado absolutamente sorprendente. Desde el principio, el joven Earl Jones (1964), que nunca había bajado de 1:46,0 se colocó en cabeza. Pasó en 50,0 la primera vuelta, con Robinson en última posición. Jones consiguió mantener la cabeza hasta la meta en un final apretadísimo, en el que Johnny Gray se le echó encima. Metro y medio más atrás Robinson parecía que podría haber alcanzado la 3ª plaza, aunque estaba muy igualado con otro atleta de más de 1:46,0, John Marshall (1963). La marca del ganador era de 1:43,74, nueva plusmarca estadounidense, que superaba los 1:43,91 de Rick Wohlhuter (1950). La photo finish dio ganador a Jones, con el mismo tiempo que Gray. Robinson, finalmente, se quedó fuera de los Juegos, en beneficio de Marshall, ambos con 1:43,92, que también era la mejor marca de Robinson. La 5ª posición, ya lejos de los primeros, fue para Don Paige con 1:45,17.
Jones y Gray llegaban a los Juegos con la mejor marca del año, pero su falta de experiencia en la alta competición los hacía algo menos favoritos. La competición se iniciaba el 3 de agosto, con la primera de las 4 rondas. Johnny Gray se impuso en la 6ª serie con 1:47,19. Fue tercero en su serie de cuartos de final, con 1:45,82 y repitió puesto y marca en la segunda semifinal. A tenor de lo visto en las rondas previas, la final del 6 de agosto prometía un duelo entre el brasileño Joaquim Cruz (1963) y el británico Sebastian Coe (1956). Optaban a un bronce muy abierto Jones, Gray y los kenianos Erwin Koech y Billy Konchellah, que habían dado muy buena impresión. A la hora de la verdad, Cruz se mostró intratable y se hizo brillantemente con el oro con plusmarca olímpica y mejor marca personal de 1:43,00. Coe tuvo que luchar por la plata con un magnífico Earl Jones. Gray no hizo una buena carrera. Tras haber doblado la penúltima curva por las calles exteriores, trató de asomarse a la cabeza a falta de 250 m, pero no pudo y se hundió en la cola de la carrera. Acabó 7º con 1:47,89.
Tras los Juegos, Gray, probablemente no demasiado satisfecho con cómo se se había desarrollado la final olímpica dio lo mejor de sí. El 24 de agosto en Bruselas mejoraba la plusmarca estadounidense con 1:43,28, tiempo que igualaba 2 días después en Colonia, detrás de un inabordable Joaquim Cruz, que marcaba 1:41,77, y del keniano, ausente en Los Ángeles, Sammy Koskei (1961), 1:42,28. Finalmente el 29 de agosto en Koblenza se conviertió en el 4º atleta de la historia al registrar 1:42,96. Ese 1984 Gray se demostró a sí mismo que podía correr muy rápido. Le faltaba mejorar la táctica para poder estar delante en la alta competición.
En 1985 no había grandes campeonatos. Gray decidió continuar mejorando en las reuniones del circuito europeo. De vuelta a Koblenza, realizó 1:42,60, muy cerca de Joaquim Cruz, 1:42,49. Estas fueron las mejores marcas del año y la carrera más rápida de Gray de siempre. En 1987 se hizo con el oro en los Juegos Panamericanos, pero no pasó de la primera ronda en el Campeonato del Mundo al aire libre. En el nuevo año olímpico de 1988, las cosas parecían ir mucho mejor para asaltar el podio de los Juegos. Los Juegos se celebrarían en Seúl a finales de septiembre. Las pruebas de selección en Estados Unidos tuvieron lugar muy pronto, del 15 al 23 de julio en Indianápolis. Gray se impuso fácilmente en la final de 800 m, con 1:43,96. El mes anterior ya había corrido en 1:43,70. Siguió mostrando su gran forma en las reuniones de agosto. Corrió en 1:43,10 en Hengelo el 14 de agosto y realizó la mejor marca del año en Zúrich 2 días después, 1:42,65.
La prueba de 800 m de los Juegos de Seúl comenzó el 23 de septiembre. Como en Los Ángeles habría 4 rondas en 4 días. Gray ocupó la primera posición en la 3ª serie de la primera ronda con 1:48,83. Al día siguiente ganó su serie de cuartos de final con 1:45,96, pero sembró dudas en una durísima semifinal, en la que fue 4º con 1:45,06, tan solo 0,06 menos que el 5º. El día de la final Gray no era el favorito. El oro parecía entre al marroquí Said Aouita (1959), que pese a ser plusmarquista mundial de 5000 m se había decidido por el 800 y el 1500, y Cruz, quien volvía a la alta competición tras un calvario de lesiones. Los dos vencedores de las semifinales, los kenianos Nixon Kiprotich (1962) y Paul Ereng (1967), no se consideraban candidatos serios a la victoria. La final del 26 de septiembre resultó trepidante, con el brasileño José Luiz Barbosa marcando 49,54 en el primer giro y Ereng superando sorprendentente a Cruz en los últimos metros. tras ir en la cola la mayor parte de la carrera. Gray entró en la 5ª posición, pero en ningún momento tuvo opción de medalla.
Para Johnny Gray Seúl debió resultar frustrante. Pese a haber corrido los dos 800 más rápidos del año, no fue capaz de disputar el podio en la final olímpica. Tal vez pensó que los Juegos se acababan para él, ya que en 1992 tendría 32 años, pero aún le quedaba la mitad de su recorrido olímpico.
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