María Vicente y el gen hipercompetitivo

Talento, capacidad de entrenamiento, incluyendo la voluntad de hacerlo, y mentalidad ganadora son la combinación para lograr en éxito en el deporte, y tal vez en cualquier actividad. Este jueves y viernes hemos visto mucho de estas tres y de qué manera la heptatleta española María Vicente es capaz de crecerse ante las dificultades en una competición con unas rivales cualificadísimas, que también dieron lo mejor de sí. El heptatlón del campeonato de Europa sub20 fue una competición llena de alternativas, con un altísimo nivel, y con un desenlace a la altura de una combinada magnífica.

María Vicente García nació en Hospitalet de Llobregat el 26 de marzo de 2001. De niña practicó ballet, pero cuando tenía 11 años, su madre, María José Vicente, entrenadora de atletismo, vio las cualidades de su hija y consiguió que la niña probase y se quedase con este deporte. Su inmenso talento le permitió destacar en varias modalidades e ir coleccionando mejores marcas españolas en categorías inferiores. Tanta versatilidad acabó llevándola a las pruebas combinadas, donde ha iniciado una brillante carrera que  ya está dando enormes alegrías al atletismo español.

En 2017 iniciaba su brillante periplo internacional, en el Campeonato del Mundo sub18, competición que ya no se volverá a celebrar, en la prueba de heptatlón. María se hizo con el oro, con su mejor marca entonces, 5612 puntos. Realizó plusmarcas personales en 4 de las 7 pruebas. Unos días después ganaba, con 13,72 m, el triple salto del Festival Olímpico de la Juventud Europea, en la ciudad húngara de Györ.

A Györ volvió al año siguiente a disputar el Campeonato de Europa sub18. En esta ocasión, además de la combinada, competiría en el triple salto. María dio un recital de cómo se afrontan las competiciones y de cómo es capaz de crecerse en las peores condiciones. En el heptatlón no dio opción. Se hizo con el oro con la mejor marca mundial de siempre de la categoría, 6221 puntos casi 600 puntos más que la segunda clasificada, y mejorando en 6 de las 7 pruebas.

En triple salto, sin embargo, no lo tenía tan fácil, con el añadido del cansancio acumulado de la combinada. La española tenía, con 13,76 m, la segunda mejor marca de las participantes, muy alejada, sin embargo, de los 14,00 m de la búlgara Aleksandra Natcheva (2001). María, con un primer salto de 13,84 m, mejor marca personal, lideró la prueba hasta el sexto salto de Natcheva, que se fue a 13,88 m. A la española le quedaba una oportunidad. Tendría que mejorar su plusmarca personal para hacerse con el oro. Y ahí salió su gen hipercompetitivo. Se fue a 13.95 m y se proclamó campeona de Europa. Tan solo unos día después, la búlgara, con 14,18 m, ganaba el campeonato mundial sub20.

 

El siguiente objetivo eran los Juegos Olímpicos de la Juventud, que tendrían lugar en Buenos Aires, en octubre. En el medio, en el mes de agosto, María tomó parte de su primera competición en categoría absoluta, el campeonato de Europa de triple salto, donde registró 13,50 m. En Buenos Aires, Natcheva lograba resarcirse de su derrota en Györ en triple salto. Batió a la española, que fue 2ª, con un resultado combinado de 13,76 + 13,67, en una competición que constaba de 2 rondas de 4 intentos cada una.

La temporada 2019 se inició para María con una nueva competición en categoría absoluta, el Campeonato de Europa en Pista Cubierta. Acudió a la combinada de pentatlón tras haberse hecho con la plusmarca española absoluta, 4412 puntos, unos días antes. No consiguió mejorar, pero tuvo una buena actuación, 9º con 4363 puntos. Una gran puesta a punto para la temporada al aire libre, en la que estrenaba competición, con mayor altura de las vallas y mayor peso de los artefactos de lanzamiento. Comenzó la temporada en la localidad austríaca de Götzis, el 25 y 26 de mayo. El objetivo era acercarse a la plusmarca española absoluta de Carmen Ramos (1998), 5905 puntos, y se quedó muy cerca, en 5900 puntos. La propia Carmen Ramos, recién salida de una lesión, ayudó a María, en una demostración de amistad y deportividad, a intentar superar el tope nacional tirando de ella en los 800 m. El atletismo tiene estas cosas.

El gran objetivo de María Vicente para esta temporada era el Campeonato de Europa sub20. A priori no parecía, como finalmente sucedió, un objetivo fácil. Varias mujeres, magníficas heptatletas, eran candidatas al oro, entre ellas la española, quien también aspiraba a la plusmarca española y a los 6000 puntos. La competición resultó sobresaliente. Durante 2 días cuatro mujeres pelearon a brazo partido por el oro, cada una de ellas sacando lo mejor de sí misma y de las otras tres. Los 5900 puntos de María eran la segunda mejor marca de los participantes. Por delante tenía a la suiza Annik Källin (2000) con 5952 puntos e inmediatamente por detrás a la irlandesa Kate O’Connor (2000) con 5881 puntos. En cuarto lugar, con 5722 puntos estaba la británica Holly Mills (2000). La igualdad de las marcas previas se tradujo en una cerradísima competición que solo pudo decidirse al final.

Las cosas empezaron bastante bien para María en los 100 metros con vallas, 2ª con 13,68 y 1024 puntos, 32 puntos por detrás de Mills, 19 por delante de Källin y 30 por delante de O’Connor, mejor lanzadora que vallista. En el salto de altura, la española hizo 1,72 m, 3 cm menos que Källin y 8 menos que O’Connor. Mills seguía liderando la clasificación con una gran ventaja, 2011 puntos con Källin 1921, Vicente 1903 y O’Connor 1885. María mejoró en peso su marca con 11,96 m, pero caía hasta la 5ª posición a 79 puntos de O’Connor, quien con 2640 puntos lideraba ahora la competición. Quedaba el 200 para cerrar el primer día, una de las pruebas fuertes de la española, cuya situación no era la ideal. Y como las situaciones complejas la estimulan, María dio un golpe de autoridad ganando la carrera con 23,76, su mejor marca de siempre, 0,29 más rápido que la británica, 0,89 mejor que la suiza y 1,06 menos que la irlandesa, y se puso en cabeza de la competición con 3565 puntos por delante de Mills, 3563, O’Connor 3543 y Källin 3503.

María estaba 55 puntos por encima del día de su mejor marca pero, pese a liderar la combinada, le quedaban dos pruebas, el lanzamiento de jabalina y los 800 m, que favorecían a la suiza y a la irlandesa, si bien ella era superior en el salto de longitud.

Y comenzó el segundo día con la longitud. La española fue segunda, con 5 cm menos que Mills, 6,30 m. Källin hizo 6,16 m y O’Connor 5,73 m. Mills retomaba la primera posición con 4506 puntos, por delante de María, 4492. En el lanzamiento de jabalina, tanto Källin, como sobre todo O’Connor eran muy superiores a la española, que las aventajaba en ese momento en 87 y 181 puntos respectivamente.

El salto de jabalina se dividió en dos grupos. María y Mills lanzarían en el primero. La británica se descolgaba de la lucha por las medallas con un lanzamiento de 32,73 m, mientras la española mejoraba 5 metros su mejor marca hasta 44,19 m. Sus rivales lanzarían en el segundo grupo. Se esperaba que, aunque la superasen como era previsible, la renta de María fuese suficiente para mantener la primera posición y disputar cómodamente el 800. Pero tanto la irlandesa como la suiza estaban decididas a ganar el oro. O’Connor se fue hasta unos magníficos 52,92 m en su primer lanzamiento, su mejor marca personal, mientras Källin se superó dos veces con 46,09 y 48,15 m. A falta de los 800 m, 15 puntos separaban a las 3 primeras, Källin 5243, Vicente 5240 y O’Connor 5228.

Sobre el papel, la española tenía la peor baza, pues su mejor 800 de 2:22,99 resultaba ampliamente superado por los 2:17,38 de la suiza y los 2:15,87 (2:17,22i este año) de la irlandesa. Pero María es de esas escasas deportistas que muestran su mejor versión cuanto más difícil se le ponen las cosas. En un alarde de talento y de esfuerzo realizó su mejor 800 de siempre con 2:16,29, por delante de O’Connor, 2;16,98 y de Källin, 2:19,81, consiguiendo una brillante medalla de oro, con nueva plusmarca española absoluta, 6115 puntos. La irlandesa fue plata con 6093 puntos y la suiza bronce con 6069 puntos, para ambas su mejor marca personal. La británica Mills, cuarta con 5802 puntos, también hizo su mejor marca.

Vídeo resumen de Eurosport de la prueba

Los 6115 puntos de María Vicente constituyen la 27º marca mundial absoluta de esta temporada y la 23º marca sub20 europea de todos los tiempos. Aunque su potencial es enorme, María ya es más que una promesa, pues se ha convertido en la mejor heptatleta española de siempre. Se trata de una mujer que reúne todas las condiciones de una deportista de alto nivel, sobre todo ese gen hipercompetitivo que la hace superarse en las peores circunstancias. Su lenguaje corporal transmite tranquilidad, motivación y unas enormes ganas de disfrutar del atletismo. Y está en buenas manos, las de su madre, María José Vicente, y las de su entrenador Fernando Martínez Esteban. Estos dos días, hemos visto una excepcional competición y a una excepcional atleta, de las que atraen aficionados al atletismo. Habrá muchos más días así. Enhorabuena a María y a todo su equipo y muchas gracias por habernos hecho disfrutar.

 

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Grandes de los obstáculos en España (III)

Tras muchos años de irrelevancia, la presencia de obstaculistas españoles se había convertido en una constante en las finales de los grandes campeonatos. Tanto Luis Miguel Martín Berlanas (1972) como Eliseo Martín (1973) se habían quedado en más de una ocasión cerca del podio de una complicadísima prueba, dominada por kenianos y, en menor medida, magrebíes. En 2003, se presentaba una nueva ocasión con motivo del Campeonato del Mundo que se celebraría en París. Eliseo Martín llegaba a la capital de Francia con una mejor marca ese año de 8:13,38, mientras Berlanas había corrido en 8:18,02. Habría un tercer español en la competición, el catalán de Lloret de Mar José Luis Blanco (1975), que esa temporada se había ido a 8:13,86.

El 23 de agosto se corrieron las tres series semifinales. Entrarían en la final los 4 primeros y 3 tiempos de repesca. Los tres españoles se clasificaron por puestos. Blanco fue 3º en la primera semifinal con 8:18,76, Eliseo Martín fue 3º en una disputada segunda semifinal con 8:22,54, y Berlanas se impuso en la tercera semifinal con 8:19,09. La final, tres días después, resultó una carrera rápida y muy disputada, donde los españoles desempeñaron un papel protagonista. El qatarí Khamis Abdullah Saifeldin (1976), siguiendo los intereses de su compatriota  Saif Saaeed Shaheennacido keniano como Stephen Cherono en 1982, imprimió un ritmo rápido desde el primer kilómetro, que cruzó Shaheen en 2:36,24, con su hermano el keniano Abraham Cherono (1980) segundo a cierta distancia y Berlanas en un pequeño grupo unos metros más atrás. Eliseo Martín y Blanco estaban algo más rezagados. A mitad de carrera la pista estaba ocupada por un rosario de corredores, con Shaheen primero destacado, mientras Ezekiel Kemboi (1982) era ahora segundo por delante de su compatriota Cherono. Berlanas se encontraba, junto con el marroquí Ali Ezzinne (1978) a unos 12 metros de Cherono, con Eliseo Martín unos 8 metros por detrás. Shaheen daba paso al 2º kilómetro en 5:19,58, justo en el momento en que Kemboi lo alcanzaba. Berlanas era en ese momento 4º, a unos 8 segundos de la cabeza, con Eliseo Martín muy cerca. A falta de 600 m los españoles se colocaban 3º y 4º respectivamente, tras sobrepasar a Cherono, y ya muy próximos a la cabeza. Al comenzar la última vuelta ambos peleaban por alcanzar la cabeza de la prueba. En la contrarrecta Shaheen pasaba de nuevo a la cabeza y conseguía irse con Kemboi, mientras Eliseo Martín lograba descolgar a Berlanas. En una última recta plena de emoción Shaheen se hacía con el oro en 8:04,39, por delante de Kemboi, 8:05,11, que ganaba la primera de sus siete medallas mundialistas en la prueba. Unos metros más atrás Eliseo Martín, con su mejor marca de 8:09,09, se convertía en el primer y hasta ahora único español en ganar una medalla, de bronce, en un campeonato de ámbito mundial. Por detrás, Berlanas, tras haber peleado por el podio, llegaba 6º y Blanco era 8º.

La época dorada de los obstáculos en España conseguía, por fin, una medalla en un Mundial, con los tres españoles entre los ocho primeros. En París, la prueba alcanzaba su culmen, aunque aún quedaría otra gran actuación en otra gran final, los Juegos Olímpicos de 2004. Berlanas llegó a Atenas con una mejor marca de 8:13,55 y Eliseo Martín 8:18,30. El tercer español en esta ocasión sería el sevillano, campeón de Europa dos años antes, Antonio David Jiménez Pentinel (1977), que esa temporada había registrado 8:14,30. Berlanas se mostró en buena forma, entrando en la final por puestos, mientras los otros dos españoles lo hacían por tiempos. Ausente Shaheen de la competición por problemas administrativos relacionados con su cambio de nacionalidad, los tres kenianos, encabezados por Kemboi, coparon el podio. El tiempo del ganador fue 8:05,81. En una nueva gran actuación, siempre con su encomiable espíritu de lucha, aunque sin opción de medalla en la última vuelta, Berlanas fue 5º con 8:11,64, mientras Eliseo Martín ocupaba la 9ª posición con 8:15,77 y Pentinel era 14º con 8:22,63.

Atenas fue la última gran actuación de los Martín. Berlanas aún fue 11º en el Mundial de 2005. Siguió disputando los obstáculos hasta 2007. En la actualidad sigue compitiendo el duatlón. Es entrenador de atletismo y fue responsable de la Sección de Fondo de la Real Federación Española de Atletismo. Por su parte, Eliseo Martín fue 7º en el Mundial de 2007, 11º en el de 2009 y 6º en el Europeo de 2010. Continúa compitiendo con 45 años. El año pasado corrió los 3000 m lisos en 8:43,35.

La edad de oro de los obstáculos en España tuvo, no obstante, su lado oscuro. Uno de los atletas destacados de esta época había sido el sevillano Pentinel. Pentinel sorprendió en el Europeo de 2002 cuando se hizo con el oro por delante del plusmarquista continental, el neerlandés Simon Vroemen (1969) y de Berlanas. El año anterior había sido 6º en el Mundial, puesto que repitió en 2005. En el Europeo de 2006 fue 5º. Su buen historial quedó envuelto en la sombra de una duda cuando en 2014 se descubrió que estaba en posesión de sustancias ilegales, por lo que recibió una sanción de tres años, como ya se indico en la anterior entrada.

Otro de los atletas de aquel momento, José Luis Blanco, 8º en el Mundial de 2003 y subcampeón de Europa en 2006, también resultó suspendido tras dar positivo para sustancias prohibidas en el Europeo de 2010, después de haber llegado en 3ª posición.

En los últimos campeonatos mundiales de obstáculos, la única presencia española fue la de otro catalán de Lloret de Mar, Ángel Mullera (1984), 11º en 2013. Mullera fue bronce en el Europeo de 2014, tras la descalificación del ganador, el francés Mahiedine Mekhissi-Benabbad (1985) por haberse quitado la camiseta antes de llegar a la meta. Dos años antes, en 2012, el madrileño Víctor García (1985) había sido bronce en la competición continental. En el Europeo de 2016, el jienense Sebastián Martos (1989) ocupó la 4ª posición. En el último Europeo, el de 2018, el madrileño Fernando Carro (1992) fue segundo, detrás de Mekhissi, que se hacía con su cuarto entorchado continental en obstáculos (podían haber sido 5).

Carro, cuya mejor marca hasta el año pasado era de 8:19,30, ha dado esta temporada un enorme salto de calidad. De la mano de su entrenador Arturo Martín (1967), un antiguo corredor de obstáculos, corrió en Roma el 6 de junio en 8:15,73 y el 12 de julio en Montecarlo sorprendió con unos magníficos 8:05,69, tiempo que superaba la anterior plusmarca española, en poder de Berlanas desde 2002 con 8:07,44. El tiempo de Carro es la 4ª marca mundial del año y la 4ª europea de todos los tiempos. Aunque aún queda mucho tiempo para el Mundial, con esta actuación, el madrileño tiene una gran oportunidad para alcanzar un puesto de finalista en Doha, algo que no consigue un atleta español desde 2007.