Los Juegos Olímpicos de Verano que no se celebraron

La pandemia de coronavirus ha provocado una situación inédita en la acomodada sociedad occidental. Por primera vez en muchos años nos enfrentamos a una catástrofe de incierto final, pero nada bueno en todo caso. Una de las consecuencias de esta pandemia es el aplazamineto del calendario deportivo, que probablemente incluirá los Juegos Olímpicos e Tokio, cuyas fechas previstas eran del 24 de julio al 9 de agosto. Aunque el Vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el español Juan Antonio Samaranch, realizó ayer unas declaraciones en las que aseguraba que las preparaciones seguían igual, no parece probable que los Juegos se puedan celebrar a finales de julio. Seguramente se trasladarán al otoño o a 2021.

No sería, sin embargo, la primera vez que unos Juegos Olímpicos se dejasen de celebrar. Los de Tokio son los Juegos de la XXXII Olimpíada, pero en realidad no serían los trigésimo segundos Juegos, sino los vigésimo novenos. En tres ocasiones la mayor competición deportiva hubo de suspenderse.

Fue el aristócrata francés Charles Pierre de Frédy, baron de Coubertain (1863 – 1937), quien peleó denodadamente hasta conseguir restablecer los juegos deportivos que se celebraban en la ciudad de la antigua Grecia Olimpia cada 4 años, desde 776 aC hasta 394 dC, en que el emperador romano Teodosio prohibió todos los juegos paganos. Coubertain fundó en COI, del que fue su primer presidente, en 1894 y organizó los Juegos de la I Olimpíada en Atenas, en 1896. Los Juegos fueron un éxito, con la presencia de 245 deportistas de 14 países. Atenas pretendió ser sede permanente de los Juegos, pero la idea de Coubertain era que se celebrasen cada 4 años en una ciudad diferente. Sin embargo, las dos siguientes ediciones fueron un fracaso, que hizo temblar el movimiento olímpico. En 1900, en París, los Juegos se diluyeron en la celebración de la Exposición Internacional Universal, y las cosas no fueron mucho mejor 4 años después en San Luis, con tan solo 12 países participantes y 65 deportistas no norteamericanos. Atenas intentó retomar su idea inicial de organizar los Juegos de forma continuada en 1906 con los llamados Juegos Interpolados o Intercalados, no reconocidos oficialmente por el COI, aunque en su momento de Coubertain los había aceptado sin gran convicción. Resultaron un éxito, con 854 deportistas, 321 griegos, de 20 países. Los griegos trataron de darle continuidad pero no pudieron organizar una segunda edición, en 1910, por problemas financieros.

 

1906_Athens_stadium
Ceremonia de apertura de los Juegos Intercalados de 1906 (By From James Sullivan, The Olympic Games at Athens 1906. – https://www.loc.gov/rr/main/olympics/images.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=124818)

 

Los Juegos Olímpicos consiguieron, no obstante, consolidarse con las ediciones de Londres en 1908, pese a organizarlos en tan solo 10 meses tras la renuncia de Roma, y, sobre todo, de Estocolmo en 1912. En la capital sueca se acordó que los siguientes Juegos tendrían lugar en Berlín, en 1916, capital del Imperio Alemán, nueva potencia mundial desde su irrupción como país en 1871. Se construyó en 1913, en 200 días, el Deutsches Stadion, con capacidad para 64 000 espectadores. El estallido de la Primera Guerra Mundial el 28 de julio de 1914 no paró los planes para celebrar los Juegos. Ingenuamente se pensaba que la guerra se terminaría en unos meses. En marzo de 1915 el comité organizador de los Juegos confirmó al COI que los preparativos para los Juegos continuaban. Varias ciudades de Estados Unidos, que no entró en la guerra hasta abril de 1917, se ofrecieron para sustituir a Berlín, pero el COI no lo consideró. Entonces en Atlántico era una enorme barrera. Ese mismo año el COI cambió su sede de París a Lausana, en la neutral Suiza, pero no se volvió a reunir hasta 1919. A principios de 1916 se vio que era imposible que los Juegos tuviesen lugar, aunque oficialmente nunca se cancelaron.

 

Parade_of_Turners_at_opening_of_the_1916_Summer_Olympics_(Berlin)
Inauguración del Deutsches Stadium en 1913 (By AUGUST SCHERL G.m.b.H. Berlin S.W. 68 – This image is available from the United States Library of Congress’s Prints and Photographs divisionunder the digital ID ggbain.13627.This tag does not indicate the copyright status of the attached work. A normal copyright tag is still required. See Commons:Licensing for more information., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18022211)

 

Tras el final de la guerra, el COI, reunido en abril de 1919, decidió aceptar el ofrecimiento de Amberes para organizar los Juegos de 1920. La ciudad belga ya había entrado en la carrera para sede de los Juegos en 1912, pero entonces el COI no había tomado ninguna decisión. Se eligió para rendir honores al sufrimiento de Bélgica durante la guerra. Los perdedores de la contienda, Alemania, Austria, Hungría, Bulgaria y Turquía, no recibieron invitación, en contra del criterio de de Coubertain.

Berlín acabó organizando los Juegos en 1936, los Juegos de la exaltación nazi y de Jesse Owens. Sin embargo, no era Berlín la ciudad favorita para ser sede olímpica. La ciudad favorita era Barcelona. El 26 de abril de 1931 tenía lugar en la Ciudad Condal la reunión para decidir la sede olímpica de 1936. Fue la segunda y última vez que esta reunión tenía lugar en una de las ciudades candidatas. Pero el pronóstico se rompió y la elegida resultó Berlín, entonces capital de la República de Weimar. Doce días antes de había proclamado la República Española. La incertidumbre provocada por el cambio de régimen tal vez no favoreció los intereses de Barcelona. Si Barcelona hubiese ganado la organización de los Juegos, probablemente no se habrían celebrado, pues la Guerra Civil lo habría impedido. Aunque quizá podríamos preguntarnos si habría estallado la Guerra Civil en este contexto.

Desgraciadamente la Guerra Civil fue el preludio de la Segunda Guerra Mundial, que obligó a cancelar dos ediciones de los Juegos Olímpicos. En 1932 Tokio presentó su candidatura para los Juegos Olímpicos de 1940. No parecía la mejor candidata, pues debido a la invasión de Manchuria, la Liga de Naciones había expulsado a Japón. Pero ganó sorprendentemente la nominación en 1936. Se celebrarían del 21 de septiembre al 6 de octubre de 1940. La sede principal sería el Estadio Meiji Jingu, con capacidad para 38 000 espectadores. No obstante, Tokio, con apoyo poco entusiasta de su belicoso Gobierno, renunció en julio 1938 debido a la Segunda Guerra Chino Japonesa.

El COI ofreció entonces la sede olímpica a Helsinki, que había sido segunda en el proceso de elección. Los finlandeses establecieron la fecha para los Juegos del 20 de julio al 4 de agosto en el estadio que acabaría siendo olímpico en 1952, con capacidad para 42 000 espectadores, pero el estallido de la guerra impidió que se celebrasen. Precisamente, poco antes de la invasión alemana de Polonia, en junio de 1939, Londres había resultado elegida sede de los Juegos de 1944, que nunca se celebraron.

El movimiento olímpico se restauró en 1948, con los Juegos de la austeridad, celebrados en un Londres castigado por los bombardeos, muy diferente de la ciudad de 1939. Aun así, los Juegos fueron un éxito, con 4104 deportistas de 59 países, pese a la renuncia de la Unión Soviética y a la exclusión de Alemania y Japón.

Desde entonces se han celebrado los Juegos ininterrumpidamente cada 4 años, aunque con tres boicots, que hicieron tambalearse el movimiento olímpico, el boicot africano en 1976, el boicot del bloque occidental en 1980 y el boicot del bloque oriental en 1984. Este año olímpico de 2020 probablemente verá por primera vez en la historia el traslado de fecha de los Juegos, en un mundo que probablemente será diferente del que hemos conocido hasta ahora.

 

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7 comentarios en “Los Juegos Olímpicos de Verano que no se celebraron

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