Fanny Blankers-Koen, la estrella que esperó doce años para brillar

En 1936 una jovencísima atleta neerlandesa tomaba parte en los Juegos Olímpicos de Berlín, donde vio a Jesse Owens (1913-1980) ganar 4 medallas de oro. El antílope de ébano se convirtió en la referencia de Francina Koen, a quien todos llamaban Fanny. Poco imaginaba esta adolescente que en los siguientes Juegos ella sería la estrella y que igualaría la hazaña de Owens, pero quizá aun imaginaba menos que los siguientes Juegos no tendrían lugar hasta 12 años después. En ese tiempo el mundo se sumiría en la mayor locura de la historia.

Francina Elsje Blankers-Koen había nacido en el pequeño pueblo de Lage Vuursche, en provincia de Utrecht, el 29 de abril de 1918. En su casa se respiraba deporte, pues su padre había sido lanzador de disco y de peso. Antes de comenzar a practicar atletismo específicamente probó con numerosos deportes, natación, gimnasia, tenis… Para todos ellos mostraba un enorme talento. Finalmente en 1935 se decidió por el atletismo. Parece que tuvo que ver en ello su entrenador de natación, quien, pese a que Fanny era una excelente nadadora, le vio más futuro en el atletismo. Un antiguo saltador de triple, llamado Jan Blankers (1904-1977), que en 1940 se convertiría en su marido, comenzó a entrenarla de forma regular. Empezó en los 800 m, distancia en la que registró 2:29.0, plusmarca nacional, pero enseguida se pasó a la velocidad y a los concursos. Con tan solo un año de entrenamiento acudió a los Juegos Olímpicos de Berlín donde ocupó el sexto y el quinto puesto en las finales de salto de altura y del relevo 4 x 100 m respectivamente. En 1938 se celebró el primer campeonato de Europa femenino al aire libre. Fue la única ocasión en que hubo diferentes sedes para el Europeo masculino, París, y femenino, Viena. Koen, que había superado ese año su primera plusmarca mundial, 11.0 en 100 yardas,  fue tercera en los 100 y en los 200 m, en ambos casos precedida por la polaca Stanisława Walasiewicz (1911-1980), de quien tras su muerte se descubrió que padecía un estado intersexual, y por la alemana Käthe Krauss (1910-1970). Koen esperaba brillar en los Juegos de 1940, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial impidió que se celebrasen la edición de ese año y la de 1944.

La guerra fue especialmente dura para los Países Bajos, que sufrieron la ocupación alemana desde 1940, tan solo dos semanas después del compromiso de boda de Fanny con su entrenador, hasta 1945. La ocupación terminó con una terrible hambruna, el último invierno antes de la liberación, debido al bloqueo de suministros decretado por el agonizante régimen nacionalsocialista. Pese a ello Blankers-Koen continuó entrenando, se casó y tuvo un hijo durante ese durísimo período. Superó 6 plusmarcas mundiales, de salto de altura, 1.71 m, salto de longitud, 6.25 m, 80 m vallas, 11.3, 100 yardas, 10.8,  4 x 110 yardas y 4 x 200 m.

En la primera competición tras la guerra, los campeonatos de Europa de 1946, celebrados en Oslo, la neerlandesa se volvió con 2 oros, en 80 m vallas y el relevo 4 x 100, pero con un sabor agridulce. Durante la final del salto de altura tuvo que hacer una pausa para disputar la semifinal de 100 m. No se clasificó pues sufrió una caída, que la afectó el resto de la competición de altura, donde fue cuarta. En cualquier caso hay que tener en cuenta que en febrero de ese mismo año había tenido una hija. En 1947 ganó los títulos nacionales en 6 disciplinas, 100, 200 , 80 m vallas, salto de longitud, salto de altura y lanzamiento de peso. Para los Juegos Olímpicos de Londres, en 1948, decidió tomar parte en 4 pruebas 100, 200 m, 80 m vallas y relevos 4 x 100. Un sector de la prensa la criticó por no estar en casa cuidando a sus hijos, otro decía que con 30 años era demasiado mayor para ganar un oro olímpico. Y no solo la prensa. También recibió muchas cartas personales criticando su decisión de ir a Londres.

En la castigada capital del Reino Unido, la primera prueba que disputó fueron los 100 m, cuya final tuvo lugar el 2 de agosto. Blankers-Koen se hizo con su primera victoria con 11.9, batiendo a la británica Dorothy Manley (1927) y a la australiana Shirley Strickland (1925-2004), que daría mucho que hablar en las dos siguientes ediciones de los Juegos. Al día siguiente comenzaron los 80 metros vallas. Tuvo que enfrentarse a la favorita local, la británica Maureen Gardner (1928-1974), a la que consiguió batir por centímetros en la final del 4 de agosto, ambas con 11.2. Shirley Strickland repitió bronce. El 6 de agosto, Blankers-Koen se hacía con su tercer oro en la final de los 200 m, con 24.4, la primera vez que se disputaba esta prueba en los Juegos en categoría femenina. La tercera, la estadounidense Audrey Patterson (1926-1996), se convirtió en la primera mujer de raza negra en ganar una medalla olímpica. El 8 de agosto Blankers-Koen recibía el testigo de forma defectuosa en la carrera de relevos 4 x 100 para la última posta en cuarta posición. Una grandísima remontada le permitió hacerse con su cuarta victoria e igualar a su admirado Jesse Owens. Había corrido 11 carreras en 8 días.

La neerlandesa se convirtió en la heroína de los Juegos y en una celebridad mundial. La prensa, tras haberla criticado duramente, se rindió a sus pies. Ahora resaltaban su edad y su condición de madre, mamá voladora, holandesa voladora… Su fama le permitió convertirse en embajadora del deporte femenino, entonces aún muy cuestionado. Su carrera atlética, no obstante, continuaba. En el Europeo de 1950 de Bruselas casi igualó su gesta olímpica con oros en 100, 200 m, 80 m vallas y plata en el relevo 4 x 100 m. En 1952 acudió a Helsinki, su tercera cita olímpica, en los 100 m y los 80 m vallas. Una infección cutánea la obligó a no presentarse en su semifinal de 100 m. En la final de vallas sufrió una caída que la dejó fuera de la carrera. Aún compitió hasta 1955, año en que ganó 58º título nacional, en lanzamiento de peso.

Además de las plusmarcas mundiales reseñadas anteriormente también consiguió igualar la de 100 yardas, 10.8 en 1948, otra vez 80 m vallas, 11.0, también en 1948, 11.5 en 100 m, plusmarca mundial igualada, el mismo año, 24.2 en 220 yardas en 1950 y 4691 puntos en pentatlón en 1951.

Tras su retirada trabajó con la federación de su país hasta 1968. En 1999 la entonces IAAF, hoy World Athletics, la nombró la mejor atleta femenina del siglo XX. Murió el 25 de enero de 2004. En sus últimos años padeció enfermedad de Alzheimer.

Fanny Blankers-Koen fue una amante del deporte a quien una terrible guerra y una no menos terrible hambruna no le impidieron perseguir su sueño olímpico. Fue una estrella que tuvo que esperar doce años para poder brillar con todo su esplendor.

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4 comentarios en “Fanny Blankers-Koen, la estrella que esperó doce años para brillar

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