Los mejores mediofondistas fondistas de la historia

Esta entrada se publicó inicialmente en el número de junio de este año de la revista Somos Atletismo, que recomiendo encarecidamente. Es un proyecto personal de Carles Baronet y Joan Estruch, a quienes agradezco que hayan contado conmigo para algo tan ilusionante como es una nueva revista de atletismo.

Uno de los saltos más abruptos en las pruebas de pista es el que va de los 1500 a los 5000 m. La prueba más corta de fondo no solo es más de tres veces mayor que la más larga del medio fondo, sino que ambas difieren desde el punto de vista fisiológico. La distancia intermedia de los 3000 m no es oficial en categoría masculina, salvo el breve paréntesis de 3 Juegos Olímpicos, 1912-1924, de los 3000 m por equipos. Sin embargo, durante la historia del atletismo, ha habido unos cuantos atletas capaces de hacer compatibles ambas distancias simultáneamente.

El primero de ellos fue el eterno finlandés Paavo Nurmi (1897-1973), considerado uno de los mejores atletas de siempre. Nurmi se hizo con 12 medallas olímpicas, 9 de oro. De ellas, 7 lo fueron en pruebas individuales en pista, 4 de oro, en 4 distancias: un oro en 1500 m, una plata en 3000 m obstáculos, dos platas y un oro en 5000 m y dos oros en 10 000 m. Tras haberse proclamado campeón en 10 000 m y subcampeón en 5000 m en 1920, el finlandés se impuso el reto de ganar los 1500 y los 5000 m en los Juegos de 1924. La celebración de ambas finales tendría lugar en el espacio de menos de una hora. Para ello se planteó superar las plusmarcas de ambas pruebas el mismo día. El 19 de julio corría los 1500 m 3:52.6 y menos de una hora después registraba 14:28.2, sendos topes universales. El de 5000, de 14:35.4, ya le pertenecía. En los Juegos de París se llevó los dos oros. Nurmi superó una veintena de plusmarcas mundiales, desde 1500 a 20 000 m, incluyendo los 3000 (8:28.6, 8:25.4 y 8:20.4) y los 10 000 m 30:40.2, 30:06.2). Fue el primer corredor en poseer las plusmarcas de 1500, 5000 y 10 000 m y el único en hacerlo de forma simultánea.

Pasaron dos décadas antes de que otro atleta se encabezase la lista mundial de siempre en ambas distancias. El duelo entre sueco Gunder Hägg (1918-2004) y su compatriota y amigo Arne Anderson (1917-2009) dio como resultado 19 plusmarcas mundiales, 15 para Hägg, sobre todo en los 1500 m y en la milla, mientras el mundo se desangraba en la Segunda Guerra Mundial. Las mejores marcas de Hägg fueron 3:43.0 en 1500 m, 8:01.6 en 3000 m y 13:58.2 en 5000 m, primer tiempo sub14, en una de sus escasas intervenciones en esta prueba. La guerra y una posterior descalificación por profesionalismo impidieron a ambos disputar los Juegos Olímpicos.

Los campeonatos de Europa, de los que se habían celebrado dos ediciones previas, en 1934 y 1938, se reanudaron en 1946, en Oslo. El vencedor de los 5000 m fue el británico Sydney Wooderson (1914-2006), con 14:08.6. Antes de la guerra había sido plusmarquista mundial de las 880 yardas y de los 800 m con 1:49.2 (1:48.4) y de la milla con 4:06.4. En 1938 se había hecho con el oro en el campeonato de Europa de 1500 m.

A mediados de los 50, tres corredores húngaros se convirtieron en plusmarquistas mundiales de 1500 m, Sándor Iharos (1930-1996), 3:40.8, László Tabori (1931), 3:40.8, e Istvan Rózsavölgyi (1929-2012), 3:40.6. El primero de ellos consiguió también sendas plusmarcas universales en 5000 (13:50.8 y 13:40.6) y en 10 000  (28:42.8). De este modo se convirtió en el segundo y último atleta en poseer los topes mundiales de las tres distancias, si bien no lo hizo simultáneamente. A estos tres hay que unirle el de 3000 m con 7:55.6. No tuvo, sin embargo, una gran trayectoria competitiva. Ni en los Juegos Olímpicos, ni en los campeonatos de Europa se acercó al podio. En 1956, cuando estaba en su mejor momento, una lesión, o tal vez la situación política de su país, recién invadido por la Unión Soviética, lo dejó fuera de los Juegos.

En los Juegos Olímpicos de 1960, Iharos ocupó una discreta 10ª posición en los 5000 m, mientras que en los 1500 m, ganados de forma majestuosa por el australiano Herb Elliott (1938), con nueva plusmarca mundial, 3:35.6, el francés Michel Jazy (1936) se hacía con la plata. Jazy continuó en la élite mundial en los años siguiente, con el oro continental en 1962 y el tope universal, ese mismo año, en 3000 m de 7:49.2. Al año siguiente, se convertía en plusmarquista europeo de 1500 m con 3:37.8. Era uno de los favoritos para el oro olímpico en 1964, pero decidió renunciar al kilómetro y medio y centrarse en los 5000 m, distancia en que acreditaba 13:46.8. Cuando a falta de menos de 300 m lideraba la prueba con 10 m de ventaja, parecía imposible que se le escapase el oro, pero acabó fuera del podio. Al año siguiente mejoró su plusmarca mundial de 3000 m, 7:49.0, se hizo con la de la milla, 3:53.4, y con la europea de 5000 m, 13:27.6. En 1966 fue campeón de Europa de 5000 m y subcampeón de 1500 m, y mejoró su techo continental de 1500 m hasta 3:36.3.

Contemporáneo de Jazy fue el alemán Harald Norpoth (1942), que alternó con éxito ambas distancias, en las que acreditó 3:37.8i y 13:20.49. Fue subcampeón olímpico de 5000 m en 1966, 4º en 1500 m en 1968, plata en 5000 m en el Europeo de 1966 y de 1971 y bronce en 1500 en el de 1966.

Los Juegos Olímpicos de México fueron el punto culminante en la carrera de uno de los grandes de siempre, el keniano Kip Keino (1940). Keino hizo perfectamente compatibles los 1500/milla con los 5000 m, distancia esta en la que había sido 5º en la final olímpica de 1964, justo detrás de Jazy. En 1965 superó las plusmarca mundiales de 3000, 7:39.6, y 5000 m, 13:24.2. En los Juegos de 1968 intentó un triplete inédito, 10 000 m, cuya plusmarca personal era 28:06.4, 5000 m y 1500 m, cuya mejor prestación era 3:36.7+. Abandonó en la distancia más larga a falta de 3 vueltas por dolores abdominales, que resultaron ser una colecistitis. En contra del criterio médico, fue plata en los 5000 m y oro en los 1500, en una de las mejores finales de la historia, donde hizo, con 3:34.91, su mejor marca de siempre. En los Juegos de 1972 no pudo tomar parte simultáneamente en los 1500 y los 5000 m por incompatibilidad de horarios, y sustituyó esta última distancia, por los obstáculos. Pese a su deficiente técnica, ganó el oro, con su mejor marca de 8:23.64. En los 1500 m fue segundo, tras el finlandés Pekka Vassala (1948).

Los años 70 no fueron pródigos en mediofondistas fondistas. Hubo algunas excepciones. El neozelandés Rod Dixon (1950) consiguió el bronce olímpico en 1500 m en 1972 y el cuarto puesto en 5000 m en la final olímpica de 1976. Sus mejores marcas fueron 3:33.89 y 13:17.27. En 1983 hizo 2h08:59 en maratón. El británico Brendan Foster (1948) comenzó corriendo 1500. En 1971 fue bronce europeo en 1500 m, en 1972 5º en la final olímpica en 1500, en 1974 campeón de Europa de 5000 m y en 1976 bronce olímpico en 10 000 m. Sus mejores marcas, 3:37.89, 13:14.6 y 27:30.3, plusmarca europea. Fue plusmarquista mundial de 3000 m con 7:35.2 en 1974.

A caballo entre las décadas de los 70 y los 80, el británico Dave Moorcroft (1952), 5º en la final olímpica de 1500 m en 1976 y bronce europeo en 1978 en la misma distancia, superó, con 13:00.41 la plusmarca mundial de 5000 m en 1982. Ese año hizo también el tope continental de 3000 m, 7:32.79 y su mejor 1500, 3:33.79 y fue bronce en el Europeo de 5000 m.

El segundo en la carrera en que el británico corrió su mejor 3000 fue el estadounidense Sydney Maree (1956) con 7:33.37. En 1983 se convirtió, con 3:31.24, en plusmarquista mundial de 1500 m durante unos días. Dos años después realizó 3:29.77 y 13:01.15 en 5000 m, entonces tercer tiempo de siempre. Fue 5º en 5000 m en la final olímpica de 1988. El año de la efímera plusmarca mundial de Maree, en el 5000 del primer campeonato del mundo, celebrado el Helsinki, el mediofondista irlandés Eamonn Coghlan (1952), obtuvo la medalla de oro. Plusmarquista mundial de la milla en pista cubierta, 3:49.78, había sido subcampeón de Europa al aire libre en 1978. En los Juegos Olímpicos había obtenido sendos cuartos puestos, en 1500 m (1976) y 5000 m (1980). Sus mejores marcas fueron 3:36.57 (1978) y 13:19.13 (1983).

En esos primeros campeonatos del Mundo de Helsinki se dio a conocer uno de los corredores más versátiles de la historia. En la final de los 1500 m, un entonces poco conocido marroquí llamado Said Aouita (1959) entraba en la tercera posición de la final de los 1500 m. Su enorme capacidad de trabajo y su gran ambición lo convertirían en los años siguientes en una de las estrellas atléticas de la época. En 1984 se proclamaba campeón olímpico de 5000 m. En 1985 se hacía con los topes mundiales de 1500, 3:29.46, y 5000 m, 13:00.40. En 1987 mejoró hasta 12:58.39, primera marca de la historia por debajo de 13 minutos, y ganó fácilmente el oro en los 5000 m del Mundial. Estuvo imbatido las temporadas de 1984, 1985 y 1986. Su imagen habitual era la del sufrimiento agónico en busca de la plusmarca mundial, por la que iba en cada carrera. Incluso corrió un 10 000 en 27:26.11, segunda mejor marca de ese año 1986. Su racha victoriosa se cortó en los Juegos del Mediterráneo de 1987, cuando resultó derrotado en los 3000 m obstáculos, prueba en la que no competía. Su registro, 8:21.92. Para los Juegos de 1988 decidió dar un vuelco y preparar los 800, distancia en la que registró ese año 1:43.88, y los 1500 m. Aun mermado físicamente, fue bronce en las dos vueltas, pero no salió en su semifinal de 1500 m. Con esta medalla se convirtió en el único atleta de la historia en subirse al podio olímpico en 800 y en 5000 m. En 1989 rompió por primera vez en la historia la barrera de 7:30.00 en 3000 m, 7:29.45.

En los 90 y primeros 2000, otro marroquí siguió la estela de Aouita y mejoró sus logros. Hicham El Guerrouj (1973) dominó los 1500 m durante casi una década, con cuatro victorias en los campeonatos del Mundo y plata (2000) y oro (2004) olímpicos. Es el actual plusmarquista mundial, con 3:26.00. Se había iniciado en los 5000 m. En el Mundial junior (sub20) de 1992 había sido bronce en esta distancia. Retomó su primera distancia al final de su carrera con la plata en el Mundial de 2003, año en que había hecho su mejor marca de 12:50.24, y el oro olímpico de 2004, igualando a Paavo Nurmi, si bien, a diferencia del caso del finlandés, las finales de ambas pruebas fueron en días diferentes.

El gran rival de El Guerrouj, el keniano estadounidense Bernard Lagat (1974), fue de los últimos grandes atletas en hacer compatibles ambas distancias. Lagat, bronce olímpico en 1500 en 2000 y plata en 2004, con una mejor marca de 3:26.34, fue alternando esta distancia con los 5000 m tras los Juegos de 2004. Su mejor marca en los 5 Km es 12:53.60. En 2007 consiguió el doblete en el Mundial en ambas distancias, la única vez en la historia. Dos años más tarde, fue plata en 5000 y bronce en 1500. En los Juegos de 2012 ocupó la 4ª posición en 5000 m y 4 años más tarde, con 42 años, en un prodigio de longevidad, fue 5º en la final olímpica de los 5 km.

Hay dos incursiones en los 1500 m que merecen una mención especial. Por un lado, el etíope Haile Gebreslassie (1973), doble oro olímpico en 10 000 m y varias veces plusmarquista mundial de 5000, 10 000 y maratón, fue campeón del mundo en pista cubierta de 1500 m en 1999, año en que hizo su mejor marca de 3:31.76, en sala. Por otro lado, el británico Mohamed Farah (1983), cuádruple campeón olímpico de 5000 y 1000 m en dos Juegos consecutivos. Farah nunca ha sido plusmarquista mundial, ni continental en estas distancias. Sin embargo, en una de sus escasas participaciones en la prueba de los 1500 m, consiguió con 3:28.81 en 2013, la plusmarca continental.

En las últimas temporadas ha destacado notablemente el joven noruego Jakob Ingebrigtsen (2000). Pese a su corta edad, ya ha corrido los 1500 m en 3:30.16 y los 5000 en 13:02.03. En 2018, con 17 años, se proclamó doble campeón de Europa en ambas distancias, igualando a Sydney Wooderson, si bien este lo hizo en dos ediciones diferentes (1938 y 1946). En 2019, en el Mundial al aire libre fue 4º en la distancia más corta y 5º en la más larga. En esta atípica temporada ha hecho plusmarca europea de los 2000 m, 4:50.01, en su primera carrera. De seguir su progresión es un serio candidato al oro olímpico en ambas pruebas al año que viene en Tokio.

Pese a que ha habido numerosos corredores de 1500 m que no se han acabado de adaptar a los 5000 m, muchos otros lo han hecho sin problema, y han sido capaces de destacar en ambas. No obstante, para salvar la distancia que hay entre ambas pruebas, quizá la World Athletics se podría plantear hacer oficial los 3000 m lisos. El programa olímpico atlético apenas ha cambiado desde 1928, pero el atletismo y el mundo en general sí lo han hecho. Quizá es tiempo de cambiar también este programa.

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Jan Železný, subcampeón y tricampeón olímpico en lanzamiento de jabalina

El 20 de julio de 1984, el alemán del Este Uwe Hohn (1962) rompía con holgura la barrera de los 100 m en lanzamiento de jabalina, al irse a unos sorprendentes 104.80 m. Enseguida saltaron las alarmas. Esta distancia representaba casi el límite de la longitud del centro de los estadios de atletismo. La IAAF (hoy World Athletics) decidió adelantar 10 cm el centro de gravedad de la jabalina, lo que haría que los lanzamientos fuesen más cortos. El nuevo artefacto se introdujo en 1986. La mejor marca de ese año correspondió al alemán del Oeste Klaus Tafelmeier (1958), que se convirtió, con 85.74 m, oficialmente en el primer plusmarquista mundial de la especialidad con la nueva jabalina. El tope universal le duró al alemán menos de un año, pues el 31 de mayo de 1987 un joven checoslovaco llamado Jan Železný lanzaba 87.66 m.

Jan Železný había nacido el 16 de junio de 1966 en Mladá Boreslav, una ciudad de 45 000 habitantes 50 Km al noreste de Praga. Antes de dedicarse al atletismo había practicado hockey sobre hielo y balonvolea. En su etapa de junior (sub20) ya mostraba una gran solidez, con un sexto y un cuarto puestos en los Europeos de la categoría de 1983 y de 1985 respectivamente. En 1986, ya con la nueva jabalina, lanzó 82.48 m, sexta mejor marca de ese año, aunque no pudo pasar a la final del Europeo absoluto al aire libre. Tras su plusmarca mundial de 87.66 m al año siguiente, era uno de los favoritos para hacerse con el título de campeón del mundo ese 1987 en Roma. No ganó, pero su actuación fue buena. Se colocó en cabeza en la segunda ronda con 82.20 m, marca que no mejoró y que le sirvió para ganar el bronce, detrás del finlandés Seppo Räty (1962) y del ucraniano, entonces soviético, Viktor Yevsyukov (1956).

El objetivo para 1988 era el oro olímpico en los Juegos que se disputarían en Seúl. Železný llegó a Corea en una gran forma. Se clasificó brillantemente con un solo lanzamiento de 85.90 m, que le habrían hecho ganar el oro. Su rendimiento en la final fue algo peor. Tras un nulo lanzó 82.32 m, que lo colocaban segundo a 0.46 m del primero, el finlandés Tapio Korjus (1961). En la tercera ronda Seppo Räty se colocó en cabeza con 83.26 m, pero en la cuarta ronda Železný lo superó con 83.46 m. El entonces checoslovaco, que lanzaba en antepenúltima posición, reforzó su liderato en el último intento con 84.12 m. Sin embargo, Korjus, que no había mejorado su primer lanzamiento y había renunciado a dos rondas por calambres, hizo un último intento de 84.28 m, que le dio el oro, pues Räty no lo superó. Tras una reñida competición, Železný se fue con la plata, que probablemente le supo a poco.

El rendimiento de Železný en los cuatro años del siguiente ciclo olímpico fue más bajo de lo esperado. Tuvo problemas de espalda que no dejaron de acompañarlo. No pudo clasificarse para las finales del Europeo de 1990 y del Mundial de 1991. Protagonizó, no obstante, junto con su gran rival, y amigo, el británico Steve Backley (1969) y con Räty una serie de plusmarcas mundiales que acabaron no siéndolo. En marzo de 1990 el sueco Patrick Bodén (1967) había mejorado el tope mundial del checoslovaco con 89.10 m. Unos meses después, el 2 de julio, Backley se iba hasta 89.58 m. El 14 de julio, Železný, utilizando un modelo de jabalina Nemeth, con superficie rugosa, conseguía 89.66 m. Backley, el 20 de julio, recuperaba la plusmarca mundial con 90.98 m, con el mismo modelo de jabalina. Al año siguiente, también con este modelo Nemeth, Räty registraba 91.98 y 96.96 m. La IAAF, temerosa de volver a lanzamientos de más de 100 m, decidió, en agosto de 1991, no homologar este tipo de jabalina, por lo que la plusmarca mundial pasó de nuevo a los 89.58 m de Backley.

Železný parecía completamente recuperado en el año olímpico de 1992. El 4 de julio superaba el tope universal por más de 5 m, 94.74 m, con una nueva jabalina Nemeth. Sin embargo, este nuevo artefacto tampoco fue del agrado de la IAAF, que decidió no homologalo. En los Juegos de Barcelona, el checoslovaco, que representaba por última vez a este país, no dio opción. Hizo un único lanzamiento en la clasificación, 83.96 m, el mejor de todos los participantes. En la final se colocó en cabeza con un primer lanzamiento de 89.66 m, plusmarca olímpica. No mejoró en las siguientes cinco rondas, pero fue suficiente para ganar holgadamente, con más de 3 m de ventaja sobre Räty, plata. El bronce fue para Backley.

Los cuatro años siguientes al oro de Barcelona fueron los mejores del gran lanzador, que desde 1993 representaba a la República Checa, separada de Eslovaquia. El 6 de abril de 1993 conseguía su primera plusmarca mundial homologada, 95.54 m. El 28 de agosto mejoró hasta 95.66 m. Entre medias, se hacía con su primer oro en un Mundial. En el Europeo del año siguiente fue bronce, su mejor actuación en este campeonato, que repetiría en 2006. En 1995 revalidó su título mundial. Las perspectivas para repetir oro olímpico eran excelentes y se acrecentaron el 25 de mayo de 1996, cuando lanzó 98.48 m, plusmarca mundial aún vigente. En la final olímpica de Atlanta, Backley se colocó en cabeza en la primera ronda con 87.44 m, mientras Železný hacía un nulo. En la segunda ronda, el checo se aupó a la primera posición con 88.16 m. Ninguno de los dos mejoró y las posiciones no se movieron. Räty fue bronce con 86.98 m.

Los siguientes cuatro años resultaron complicados para Železný, que sufrió numerosos problemas físicos, especialmente una grave lesión de hombro en 1998. Sin embargo, consiguió recuperarse, y en 1999 pudo ganar el bronce en el Mundial. Con 34 años, esperaba un tercer oro olímpico, algo inédito en su prueba. Acudía a los Juegos de Sydney con una mejor marca del año de 90.59 m. Mostró su excelente forma con un único lanzamiento de 89.39 m en la clasificación. En la final, volvió a mantener un notable duelo con Steve Backley. El checo se puso primero en el primer intento con 89.45, el británico lo superó en la segunda ronda con 89.85 m, nueva plusmarca olímpica, pero el checo mejoró en la tercera ronda con 90.17 m. Ninguno de los dos lanzó más lejos y las posiciones se mantuvieron. El ruso Sergei Makarov (1973) fue bronce.

Con este tercer oro olímpico, más la plata de 1988, Jan Železný igualaba al georgiano, que representaba a la Unión Soviética, Viktor Saneyev (1945), oro en triple salto en 1968, 1972 y 1976 y plata, en una final muy polémica, en 1980, como tercer mejor atleta olímpico en una sola prueba. Por delante, con cuatro oros consecutivos, tan solo están el discóbolo estadounidense Al Oerter (1936-2007), oro en 1956, 1960, 1964 y 1968) y su compatriota saltador de longitud Carl Lewis (1961), oro en 1984, 1988, 1992 y 1996.

Železný continuó rindiendo al más alto nivel una temporada más. En 2001 conseguía su tercer oro en un Mundial. A partir de 2002 sus prestaciones bajaron, si bien aún fue cuarto en el Mundial de 2003, noveno en los Juegos de 2004 y bronce en el Europeo de 2006, con 40 años, el año de su retirada.

Continuó vinculado al atletismo como entrenador de lanzadores de jabalina. También trabaja para el comité olímpico internacional. Es además el director de la Reunión Internacional de Ostrava, incluida en la serie World Athletics Tour.

Hoy, 17 de julio se cumplen cuatro años desde que comencé este blog. Lo hice con muchas dudas, pensando si lo que yo escribiese podría llegar a interesar a alguien y de si sería capaz de encontrar el tiempo y la motivación suficientes para mantenerlo. Hoy, tras 143 entradas y 66 500 visitas esas dudas se han disipado. Gracias a todos los que me leéis.

Rudolf Harbig, un adelantado a su época, en una época trágica

De vez en cuando surgen atletas que dan lugar a un enorme salto de calidad de la prueba o pruebas a las que se dedican, con registros muy superiores a los de sus coetáneos. Esto sucedió con la plusmarca mundial de 1:46.6 realizada por el alemán Rudolf Harbig en Milán el 15 de junio de 1939. El tiempo de Harbig superaba el anterior tope universal del británico Sydney Wooderson (1914-2006) en nada menos que 1.8 segundos. El alemán estaba llamado a marcar una época en los 400 y en los 800 m, pero la Segunda Guerra Mundial acabó con su carrera atlética y finalmente con su vida.

Rudolf Waldemar Hardig había nacido en Dresden el 8 de noviembre de 1913. Desde muy joven se dedicó al deporte, compatibilizando el atletismo con el balonmano. En 1932, ante la falta de oportunidades laborales en una situación económica mundial muy compleja se enroló en el ejército. Pudo seguir practicando atletismo y compitiendo. En 1934 bajó por primera vez de 2 minutos, lo que llamó la atención del Dresdner Sporting Club y del entrenador Woldemar Gerschler (1904-1982). Con este club y este entrenador, comenzó a prepararse para los Juegos Olímpicos de 1936. Su ritmo de entrenamientos hizo que dejase el ejército en 1935. Mejoró a 1:54.1 ese año y a 1:52.2 el año olímpico. Su actuación en los Juegos, sin embargo, no fue buena. Ocupó el 6º puesto en la primera serie de los 800 m, si bien lo pudo compensar en parte con la medalla de bronce en el relevo 4 x 400 m.

Harbig continuó progresando en 1937. Siguió dedicando la mayor parte de su atención a los 800 m, distancia que corrió en 1:50.9, pero también centró sus esfuerzos en los 400 m, prueba en la que realizó 47.8. El año siguiente de 1938 tendría lugar en París el segundo campeonato de Europa al aire libre. Unos días antes había mejorado en 400 m hasta 46.8. Debido a que las pruebas de los 400 y los 800 m se celebraban en mismo día, Harbig prefirió la distancia más larga y el relevo. En la doble vuelta se enfrentó al que sería su gran rival los años siguientes, el italiano subcampeón olímpico de los 800 m Mario Lanzi (1914-1980). Lanzi pasó la primera vuelta de la carrera definitiva en 53.3, pero no pudo con el empuje del alemán, oro con su mejor marca, 1:50.6. El italiano, tercero con 1:52.0, acabó cediendo la plata al francés Jacques Lévèque (1917-2013), 1:51.8. Harbig repitió oro en el relevo largo.

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Rudolf Harbig venciendo en los 800 m del campeonato de Europa de 1938

La temporada de 1939 fue la mejor de siempre para el alemán. El haberse encontrado a Lanzi en plena forma condicionó, sin duda, que ambos se hiciesen mejores mutuamente. Harbig había progresado hasta 1:49.4 antes del 15 de julio, fecha en que sucedió el mejor duelo entre ambos corredores. En el Milan Arena, un viejo estadio construido en 1807, con una pista de tierra de 500 m de cuerda, tenía lugar un encuentro internacional entre Alemania e Italia. Habría un doble duelo entre los dos corredores, en días consecutivos, en 800 y 400 m. En la doble vuelta, Lanzi salió decidido a imponer un fuerte ritmo que dejase atrás al alemán. Pasó el primer 200 en 24.6, 52.5 la primera vuelta y 1:19.8 los 600 m. Harbig no se separó de él en ningún momento. El italiano se mantuvo en cabeza hasta la última recta, 1:33,4, pero no pudo resistir el ímpetu del alemán, que se fue como un cohete hasta la meta concluyendo en unos entonces estratosféricos 1:46.6, nueva plusmarca mundial. Harbig se convertía en al primer atleta en bajar de 1:48.0 y de 1:47.0.

No se pudo desquitar el italiano al día siguiente en la prueba de 400 m. Ambos marcaron 46.7, que igualaba la plusmarca europea, pero el alemán había llegado antes. Harbig, en una extraordinaria forma, decidió ir por la plusmarca mundial de los 400 m. Solamente dos atletas lo habían conseguido previamente, los estadounidenses Ted Meredith (1891-1957), en la década de 1910, y Ben Eastman (1911-2002), en la década de los 30, si bien este de forma no simultánea. Lanzi volvió a actuar de liebre involuntaria, en la calle 6, mientras Harbig iba en la 3. Como en la carrera de la plusmarca mundial de 800, el italiano fue en cabeza hasta la última recta con pases de 11.2, 21.7 y 33.5, por 11.3, 22.0 y 33.6 del alemán. Pero no hubo duelo en los postreros 100 m, pues Harbig se fue a 46.0, nuevo tope universal, mientras Lanzi se quedaba en 47.2.

Pese al estallido de la Segunda Guerra Mundial y a ser movilizado a finales de 1940, Harbig siguió corriendo hasta 1942, con mejores marcas anuales de 47.0 y 1:47.8 (1940), 46.7 y 1:49.2 (1941) y 47.9 y 1:51.9 (1942). Murió el 5 de marzo de 1944 combatiendo en el Frente Oriental, en Ucrania, en circunstancias desconocidas.

Rudolf Harbig fue un adelantado a su época, en una época trágica, que le acabó quitando la vida. Su extraordinaria plusmarca mundial de 800 m estuvo vigente hasta el 3 de agosto de 1955, cuando en Oslo el belga Roger Moens (1930) paró el crono en 1:45.7. Harbig fue el último plusmarquista mundial de 400 y 800 m. El que más se acercó desde entonces a esta doble plusmarca fue el cubano Alberto Juantorena (1950), quien en los Juegos Olímpicos de 1976 corrió los 400 m en 44.26, mejor tiempo de siempre al nivel del mar y 3ª marca de la historia, y los 800 m en 1:43.50, nueva plusmarca mundial. El estadio municipal de Dresden lleva el nombre de Rudolf Harbig.