Es bastante común ver cómo una parte de los aficionados al atletismo en particular, y al deporte en general, solo se fijan en las medallas en los grandes campeonatos. Identifican este atletismo de élite con el atletismo en su conjunto. Sin embargo, la esencia del atletismo no son las medallas, las medallas son una consecuencia. La esencia del atletismo es la superación personal. Pese a que han transcurrido tres décadas yo mismo recuerdo perfectamente la sensación que tenía cada vez que mejoraba una marca o conseguía un resultado interesante. En el atletismo nuestro rival somos nosotros mismos. Se superan barreras que parecen imposibles gracias al trabajo, el sacrificio y la disciplina. Ello constituye una valiosa lección aplicable a muchos otros campos. Cuando empiezas en este deporte te fijas en los que corren más que tú y crees irrealizable llegar a correr (o saltar o lanzar) tan rápido (o tan lejos), pero con esfuerzo y perseverancia, muchas veces, lo acabas consiguiendo. No tiene sentido correr solo para ganar, porque para ganar hay que perder muchas veces y trabajar muy duro.
Que una atleta alcance la excelencia a los 30 años significa muchas cosas. Significa motivación, amor por este deporte. Significa perseverancia, porque para una mujer correr los 800 m en menos de 2 minutos es una meta que no alcanza cualquiera. Significa mucho esfuerzo, muchas horas de entrenamiento, muchos momentos complicados. Y, por supuesto, significa que al lado de una gran atleta hay un gran técnico.
La catalana Esther Guerrero Puigdevall (Bañolas, Gerona, 7 de febrero de 1990) ha coronado la mejor temporada de su vida, al convertirse en la tercera mujer española, tras Mayte Zúñiga (1964) y Mayte Martínez (1976), en correr los 800 m en menos de 2 minutos. Ayer, 25 de septiembre, Esther terminaba segunda en la prueba de 800 m de la reunión de Doha, con 1:59.22. El fin de semana anterior conseguía el doblete en el campeonato de España con sendos oros en los 800 y los 1500 m, en dos finales separadas por menos de 10 minutos.
Guerrero es una atleta que hace honor a su apellido. Siempre da la cara y quien le gana lo hace por ser mejor, no porque ella no haya dado todo lo que lleva dentro. En los Juegos Olímpicos de 2016, un escaparate mediático inmejorable, mostró en todo su esplendor su manera de correr. No se clasificó para la siguiente ronda pero por ella no quedó. En la primera ronda se disputaron 8 series. Pasaban a las semifinales las dos primeras y 8 tiempos. Esther corrió en la séptima serie y trató de avivar el ritmo. Finalmente fue 3ª, con 2:01.85, a 0.65 de su mejor marca, y a 0.20 de la segunda clasificada. Su participación terminó ahí, pero su imagen de luchadora ha quedado desde entonces.
Cuando participó en Río, Guerrero ya llevaba 10 años corriendo los 800 en el atletismo. Ha participado, además de en los Juegos de 2016, en los Mundiales al aire libre de 2015, 2017 y 2019 y en los Europeos al aire libre de 2016 y 2018, año en que comenzó a centrarse más en los 1500 m. Su mejor clasificación fue 11º en el 1500 del Europeo de 2018. En pista cubierta fue 6ª en los 800 de 2017 y 2019. Ha sido 12 veces campeona de España, 4 en 800 m al aire libre (2015, 2016, 2017, 2020), 4 en 800 m en pista cubierta (2015, 2016, 2017, 2018), 2 en 1500 m al aire libre (2019, 2020) y otras 2 en 1500 m en sala (2019, 2020).
Además ha ganado un bronce (2017) y un oro (2018) en el relevo mixto de los campeonatos de Europa de campo a través. En este atípico año de 2020, Esther también ha mejorado su marca de los 1500 m, prueba a la que se ha dedicado de forma intensiva en las tres últimas temporadas. El 23 de agosto corrió en Estocolmo en 4:03.13, quinta mejor marca española de siempre. También se convirtió el 14 de julio en plusmarquista española de la inusual prueba de 2000 m con 5:41.30. Estamos hablando de una atleta semiprofesional, que trabaja en la escuela municipal de atletismo de su ciudad.
Entrenada por Joan Leonart, el próximo objetivo de Guerrero serán los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados a 2021 y que podrían disputarse sin público. Para entonces podría estar corriendo por debajo de los 4 minutos en los 1500 m. La misma Esther ha dicho que no toda la gente ha nacido para ser campeón olímpico. Evidentemente eso solo es para unos pocos, pero el buen aficionado al atletismo sabe apreciar los valores de la lucha, la perseverancia y la superación, el valor clave del atletismo. Esther Guerrero los representa todos.
Pingback: En Toruń los atletas europeos han vuelto a la alta competición – Historias del atletismo
Pingback: El atletismo español en Tokio cerca del sobresaliente – Historias del atletismo
Pingback: El 1500 femenino en España (V). Actualización. Esther Guerrero y Marta Pérez – Historias del atletismo