Esta entrada es parte de un artículo titulado Billy Mills y Bob Schul, dos fondistas estadounidenses campeones olímpicos en Tokio 1964, publicado en el número 5, de octubre de 2020, de la revista Somos Atletismo.
Tras el oro de Billy Mills (1938) en los 10 000 m, el fondo en pista reservaba otra alegría para la delegación olímpica estadounidense de Tokio, la victoria en los 5000 m de Bob Schul. Schul superó al principal favorito, el francés Michel Jazy (1936), que parecía superior, pero acabó quedándose fuera del podio. Robert Keyser Bob Schul había nacido en una granja en West Milton, Ohio, el 28 de septiembre de 1937. Se diagnosticó de asma siendo un niño. Comenzó a practicar atletismo en el instituto y posteriormente en la Universidad de Miami, adonde llegó en 1956 y volvería en 1963, tras un paréntesis en la Fuerza Aérea. Siendo militar conoció al húngaro Mihály Iglói (1908-1998), antiguo mediofondista olímpico y exitoso entrenador, que había dirigido la carrera de sus compatriotas Sándor Iharos (1930-1996), István Rózsavölgyi (1929-2012) y László Tábori (1931-2018), todos ellos plusmarquistas mundiales. Schul, que entonces se dedicaba a los 1500/milla y a los obstáculos, comenzó a entrenarse con Iglói, que sería desde entonces su técnico. En 1961 fue tercero en el campeonato de Estados Unidos de 3000 m obstáculos y realizó con 8:47.8 su mejor marca de siempre en esta modalidad. Sin embargo, los problemas físicos y una mononucleosis infecciosa lastraron notablemente su carrera en esos primeros años 60.
La situación cambió en el mejor momento, en el año olímpico de 1964. Esa temporada decidió subir a los 5000 m. Tal vez su tercer puesto el año anterior en los Juegos Panamericanos tuvo que ver en ese cambio. Tras una buena temporada en sala, en la que había derrotado al australiano Ron Clarke (1937-2015) en dos ocasiones, el 5 de junio realizó unos excelentes 13:38.0 en los 5 kilómetros, 3.0 más que la plusmarca mundial del ucraniano, entonces soviético, Vladimir Kuts (1927-1975). El 12 de agosto también mejoró, con 3:58.9, su mejor registro en la milla y el 29 superaba el tope universal de las 2 millas, con 8:26.4. Se impuso en las pruebas de selección olímpica con 13:55.6, el mismo tiempo que Bill Dellinger (1934).
Schul llegaba a Tokio tras una excelente temporada y con la mejor marca del año. Sin embargo, aunque era uno de los candidatos al oro, se enfrentaría a un rival muy fuerte. Se trataba del francés, subcampeón olímpico de 1500 m en 1960, Michel Jazy. Plusmarquista mundial de 3000 m, 7:49.2, y europeo de 1500 m, 3:37.8, prefirió tomar parte en los 5000 m, donde juzgaba el oro menos complicado que en los 1500 m, dominados entonces por el poderoso neozelandés Peter Snell (1938-2019). Poco antes de los Juegos había acreditado 13:46.8 en los 5000 m. Otro candidato a estar delante era Ron Clarke, que había corrido esa temporada en 13:39.0. Las series tuvieron lugar el 16 de octubre. Se celebraron cuatro series. Pasarían a la final los tres primeros de cada una, sin tiempos de repesca. Una dura ronda, sin duda. Schul fue segundo con 14:11.4, en la tercera serie, la más lenta, detrás del tunecino, plata en 10 000, Mohamed Gammoudi (1938), 14:10.2. El más rápido fue Ron Clarke, 13:48.4 en la cuarta serie. Segundo fue un keniano, poco conocido entonces, que daría mucho que hablar, Kip Keino (1940), con 13:49.6, su mejor marca en aquel momento. Jazy se había impuesto en la primera serie con 13:55.4.
La final, del 18 de octubre, se preveía muy disputada, como así sucedió. Una inesperada invitada, una lluvia torrencial, hizo acto de presencia durante la carrera, lo que, sin duda, impidió una prueba más rápida. Tras cuatro vueltas, hubo un incidente que pudo cambiar la carrera. Cuando Schul iba en una cómoda octava posición tuvo que evitar al británico Mike Wiggs (1938-2011), que se había caído. Wiggs continuó pero se quedó muy atrás. Sería finalmente último, mientras el estadounidense siguió en el grupo delantero sin problemas. Clarke se había colocado en cabeza desde el inicio, dando paso a los tres primeros kilómetros en 2:50.2, 5:39.4 y 8:22.2. Perdió el liderato justo al paso por los 4000 m, en los que Jazy marcó 11:15.6, con un grupo de otros ocho atletas. A falta de 600 m Dellinger cambió de ritmo, pero Jazy recuperó la cabeza al comenzar la última vuelta, abriendo un hueco, que llegó a ser de 10 m. El francés, no obstante, calculó mal sus fuerzas y se vio superado por Schul, cuando faltaban 70 m para la meta, por el alemán Harald Norpoth (1942) cuando faltaban 30 m y por Dellinger en la línea de llegada. La tremenda decepción de Jazy contrastaba con el júbilo de Schul, que entró sonriendo, tras haber corrido los últimos 300 m en 38.7. El tiempo del vencedor, 13:48.8, Norpoth 13:49.6 y Dellinger 13:49.8, el mismo registro que Jazy. Keino fue quinto. Inexplicablemente, Clarke acabó muy atrás, en la novena posición.
Aunque en 1965, Schul hizo su mejor marca de 1500 m, 3:40.7, y se proclamó campeón estadounidense de las 3 millas, con 13:10.4, plusmarca nacional, los problemas crónicos de rodilla que padecía cortaron su carrera atlética. Estuvo dos años sin poderse entrenar. Regresó en 1968 para intentar ser olímpico de nuevo, pero solo pudo ser sexto en las pruebas de selección de 5000 m.
Tras su retirada de la alta competición se dedicó a entrenar otros atletas, aunque él mismo continuó compitiendo en veteranos hasta los sesenta años.
Hace 56 años dos fondistas estadounidenses consiguieron ser campeones olímpicos por primera vez en las dos distancias más largas en pista. Ningún otro compatriota lo ha podido repetir.
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