Esta entrada se publicó por primera vez como artículo en el número 7, de diciembre de 2020, de la revista Somos atletismo
El 6 de septiembre de 1960, el Estadio de Roma, donde se celebraban los Juegos de la XVII Olimpíada, fue testigo de la caída de la mítica barrera de los 45.0 en los 400 metros lisos. El estadounidense Otis Davis (1932) y el alemán Carl Kaufmann (1936-2008) entraban en la misma décima de segundo en la final olímpica de la prueba. El tiempo oficial de ambos fue de 44.9 y los dos compartieron el honor de la nueva plusmarca mundial, si bien se declaró vencedor al estadounidense. Curiosamente, ninguno de los dos estaba entre los mejores del mundo tan solo dos años antes. Davis acababa de empezar a practicar atletismo y Kaufmann se estaba iniciando en la vuelta a la pista desde las pruebas de los 100 y 200 metros.
Otis Crandall Davis nació en Tuscaloosa, Alabama, el 12 de julio de 1932. De ascendencia amerindia y africana, sirvió en la Fuerza Aérea durante la Guerra de Corea. En 1954 se incorporó a la Universidad de Oregón, con una beca de baloncesto. Naturalmente dotado para el deporte, en 1958 probó el atletismo y, sin entrenamiento alguno, saltó 1.83 m en altura y 7.01 m en longitud. Decidió quedarse en este deporte, pero cambió los saltos por la velocidad. Al año siguiente ya corría los 400 m en 45.9, tercera mejor marca de ese año, a 0.1 del líder, Carl Kaufmann. El año olímpico de 1960 comenzó muy bien para el estadounidense. El 25 de junio mejoraba a 45.8. El 2 de julio tuvieron lugar en Stanford las pruebas de selección olímpicas de Estados Unidos. El horario de los 400 m fue un despropósito, pues la separación entre la semifinal y la final fue de tan solo hora y media. Davis se mostró muy sólido en la semifinal, al ganar la segunda serie con 46.0, pero en la final sufrió para lograr una agónica clasificación en el último metro. A falta de 100 m ocupaba la sexta posición. Con una gran remontada logró entrar tercero, con 46.7, el mismo tiempo que el cuarto. Antes de los Juegos, el 20 de agosto, mejoró hasta 45.6.
El alemán Carl Kaufmann había nacido el 25 de marzo de 1936 en Nueva York, adonde habían emigrado sus padres desde Alemania. Su familia se estableció en Karlsruhe a principios de los 40. El joven Carl comenzó a destacar en el fútbol como extremo, pero a los 17, tras haber hecho 11.9 en 100 m sin ningún tipo específico de entrenamiento, decidió cambiar al atletismo. Inicialmente compitió en 100 y en 200 m. En 1955 fue campeón nacional de 200 m. No pudo intentar clasificarse para los Juegos Olímpicos de 1956 por problemas físicos. En 1958, su entrenador lo convenció para que probase en los 400 m. Kaufmann tuvo claro que la vuelta a la pista era su prueba cuando en su primer intento hizo 47.9. Ese año se proclamó campeón de Alemania de esta distancia, con 46.9, y fue cuarto en el campeonato de Europa, con 47.0. Continuó su progresión en 1959. El 7 de julio registró 46.4. El 26 de julio renovó su oro nacional, con el mismo tiempo del año anterior, 46.9. Finalmente, el 19 de septiembre se convirtió, con 45.8, en el nuevo plusmarquista europeo. Su excelente estado de forma se mantuvo en 1960, con un nuevo título alemán, y dos nuevas plusmarcas europeas de 45.7, 15 de junio, y 45.4, 24 de julio.
La prueba olímpica de 400 m comenzó el 3 de septiembre con la primera ronda eliminatoria. Se celebraron 9 series. Kaufmann se impuso en la tercera con 47.3 y Davis en la novena con 46.8. En los cuartos de final, ambos volvieron a ganar sus respectivas series, con 46.5 para el alemán, y 45.9, que igualaba la plusmarca olímpica, para el estadounidense. Davis hizo plusmarca personal en la primera semifinal con 45.5 (45.62), mientras Kaufmann se imponía en la segunda con 45.7 (45.88). Ambos mostraron que en la final se iba a correr mucho.
Y la final no defraudó en absoluto. El surafricano Malcolm Spence (1937-2010), en la calle 5, salió como una bala y pasó el primer 200 en unos tremendos 21.2. Davis y Kaufmann, en las calles 4 y 2, respectivamente, estaban en este momento en la segunda posición, con el mismo tiempo de 21.8. Davis entró en la última recta en 32.6, 0.7 menos que Kaufmann, tras correr los 100 m de la curva en 10.8. En una trepidante recta final, el alemán consiguió igualar al estadounidense. La durísima lucha entre ambos les permitió, con 44.9, correr la prueba por primera vez en la historia en menos de 45 segundos. Para determinar el ganador, hubo que recurrir a la photo finish y al cronometraje automático no oficial, que dio ganador al estadounidense. Este había registrado 45.07, 0.01 menos que su rival.
Ambos volvieron a enfrentarse en la última posta de la final de los relevos 4 x 400 metros. Davis recibió el testigo con 6 metros de ventaja sobre Kaufmann. Este consiguió igualarlo, pero a falta de 150 m, el estadounidense fue capaz de acelerar y terminar con 3:02.2 (3:02.37), nueva plusmarca mundial, 0.5 (0.47) por delante del cuarteto alemán.
Los Juegos de Roma marcaron el punto culminante en la carrera de los dos atletas. Aún compitieron una temporada más, en la que consiguieron los dos su mejor tiempo en 200 m, 20.8 Davis y 20.9 Kaufmann. Tras su retirada, Davis volvió a la Universidad de Oregón donde obtuvo un grado en Educación Física. A partir de entonces se dedicó a trabajar con jóvenes, como profesor de instituto, como entrenador o como promotor del deporte. Kaufmann, que había hecho una carrera paralela artística en la música y en el teatro, fue director el teatro de Karlsruhe Die Kauze y trabajó en producciones de ópera, cine y televisión. Murió el 1 de septiembre de 2008.
Aunque oficialmente, la carrera de Roma fue la primera en que se bajó de 45 segundos, el tiempo real del ganador fue algo mayor, 45.07. Sin embargo, en aquel momento el cronometraje oficial era el manual, por lo que la marca oficial fue 44.9. La primera marca real por debajo de 45.00 tuvo lugar probablemente siete años después, en 1967. En aquel momento la plusmarca mundial de los 400 m continuaba siendo 44.9. Los estadounidenses Adolph Plummer (1938-2015), en 1963, y Mike Larrabee (1933-2003), en 1964, habían igualado la marca de Roma. El 20 de mayo de 1967, otro estadounidense, Tommie Smith (1944) corría la distancia en 44.5, equivalente a menos de 44.70. Smith. Pese a este gran tiempo, prefirió centrarse en los 200 m, prueba en la que ganaría el oro olímpico al año siguiente.
Hoy las marcas en torno a los 45 segundos en la vuelta a la pista son muy habituales, pero hace sesenta años, en una pista de tierra, correr 400 m en 44.9 se consideró una verdadera hazaña.
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