¿Es Carl Lewis el mejor atleta de la historia?

Hace unos días, en el grupo de aficionados al atletismo que nos seguimos en Twitter, surgió el tema de la figura de Carl Lewis (1961). El atleta de Birmingham (Alabama) ha levantado pasiones encontradas. Por un lado, sus inconmensurables méritos atléticos lo hacen acreedor de un lugar muy privilegiado en la historia del atletismo, pero hay una cara B. Su actitud un tanto displicente con los rivales, la prensa y los aficionados sigue generando mucho rechazo. En esta entrada se obviarán todas las cuestiones extradeportivas y se tratarán exclusivamente sus logros atléticos, que se compararán con otros grandes de la historia para tratar de responder a la pregunta de si Lewis es el mejor atleta de la historia.

Comparar atletas de una época con otra siempre resulta muy difícil. Los progresos en los métodos de entrenamiento, Medicina del Deporte, Fisioterapia, material, condiciones económicas, incremento en el número de practicantes hacen que marcas que en su momento parecían imposibles, como los 4 minutos en la milla, hoy sean habituales. Sin embargo, los mejores en cada momento de la historia eran los que más corrían, saltaban o lanzaban, en igualdad de condiciones con sus rivales. Para comparar épocas, probablemente los dos parámetros más sólidos sean el palmarés olímpico y las plusmarcas mundiales conseguidas, con alguna salvedad, puesto que por un lado el programa olímpico masculino anterior a 1928 era diferente y por otro el número de pruebas atléticas para hacer plusmarcas se ha ido reduciendo.

En cuanto al primer parámetro, el historial olímpico, Carl Lewis ha ganado 10 medallas, en cuatro pruebas diferentes, 9 de oro, en cuatro ediciones de los Juegos, de 1984 a 1996. Lewis fue campeón olímpico de 100 m en 1984 y 1988, de 200 m en 1984, de salto de longitud en 1984, 1988, 1992 y 1996 y de relevos 4 x 100 en 1984 y 1992. Además ganó la medalla de plata en los 200 m en 1988. Hay dos atletas con un palmarés semejante, el finlandés Paavo Nurmi (1897-1973) y el jamaicano Usain Bolt (1986).

Paavo Nurmi es el atleta con mejor historial olímpico. En tres ediciones de los Juegos, de 1920 a 1928, se hizo con 12 medallas, 9 de oro y 3 de plata. En 1920 ganó los 10 000 m, el campo a través en su modalidad individual y por equipos y fue plata en 5000 m. En 1924 fue campeón en 1500 m, 5000 m, 3000 m por equipos y el campo a través en ambas modalidades. Finalmente en 1928 se hizo con el oro en los 10 000 m y fue plata en 5000 m y 3000 m obstáculos. Aparentemente es un palmarés superior al de Lewis, pero hay que tener en cuenta que la doble medalla en campo a través lo fue por una sola prueba. Sería como si en 1984 y 1988 hubiese habido una clasificación por países en los 100 m y Lewis hubiese obtenido otras dos medallas de oro. Por este detalle, los nueve oros de Lewis parecen de más valor que los de Nurmi, pues este los consiguió en siete pruebas, mientras en estadounidense lo hizo en nueve.

Usain Bolt posee ocho oros olímpicos, en 100 m (2008, 2012, 2016), 200 m (2008, 2012, 2016) y relevos 4×100 m (2012, 2016). Bolt es el único velocista que ha hecho doblete en las dos pruebas individuales en tres ocasiones, lo que indica una superioridad y una longevidad que resultarán difíciles de igualar en el futuro. Inicialmente Bolt tenía nueve oros olímpicos, pues Jamaica había ganado el relevo en 2008, pero en 2017 un reanálisis de la muestra almacenada de Nesta Carter (1985), miembro del equipo ganador del relevo, encontró restos de la sustancia prohibida metilhexaneamina, lo que significó la descalificación del atleta y la pérdida del oro por parte de Jamaica. El resultado de la prueba no habría cambiado sin Carter, pero esto supuso que Bolt perdió el oro que lo igualaba con Lewis y con Nurmi. En cualquier caso, el palmarés de Lewis seguiría siendo ligeramente superior, pues, incluso sin la descalificación de Nesta, tendría una medalla más y oros en cuatro pruebas, por tres del jamaicano. En lo que Bolt supera a Lewis es en títulos mundiales al aire libre. El estadounidense prestó algo menos de atención a los Mundiales que a los Juegos y además hasta 1991 los campeonatos del Mundo se celebraban cada cuatro años. Entre 2007 y 2017 Bolt ganó 14 medallas, 11 de oro (3 en 100, 4 en 200 y 4 en el relevo). Lewis, entre 1983 y 1993 se hizo con 8 oros (3 en 100, 3 en relevo y 2 en longitud), una plata, en longitud, y un bronce, en 200 m. Dado que los Mundiales comenzaron a disputarse en 1983 no hay comparación posible con Nurmi.

La distribución de los 9 oros de Lewis le permitió igualar otros dos grandes logros olímpicos, más victorias en una sola edición de los Juegos con el formato actual y más triunfos consecutivos en la misma prueba. El objetivo de Lewis en su primera participación olímpica, en Los Ángeles 1984, era igualar a Jesse Owens (1913-1980) en los Juegos de Berlín. Owens, también nacido en Alabama, había logrado los títulos olímpicos en los 100, los 200 m, el relevo x 100 y el salto de longitud. Lewis consiguió en Los Ángeles el mismo resultado 48 años después. Nurmi, en 1924, había ganado 5 oros, pero dos de ellos fueron en la misma prueba, el campo a través, individual y por países. En los mismos Juegos, su compatriota Villie Ritola se había hecho 4 oros, pero uno fue el de campo a través por países. En 1900 el estadounidense Al Kraenzlein (1876-1928) había ganado en 60 m, 110 m vallas, 200 m y salto de longitud. Desde 1984, en categoría masculina, el atleta que ha obtenido más títulos olímpicos en una sola edición ha sido el mencionado Bolt, en 100, 200 y 4 x 100 en 2012 y 2016.

El otro logro olímpico igualado por Carl Lewis fueron cuatro triunfos consecutivos en la misma prueba. Lewis se hizo con los oros de salto de longitud en 1984, 1988, 1992 y 1996, igualando las cuatro victorias de Al Oerter (1936-2007), en lanzamiento de disco en 1956, 1960, 1964 y 1968. Otros dos atletas se han quedado cerca de este logro, el triplista georgiano, representante de la Unión Soviética, Viktor Saneyev (1945), oro en 1968, 1972, 1976 y plata en 1980, esta con la inestimable ayuda de los jueces de Moscú, y el jabalinista checo Jan Železný (1966), plata en 1988 y oro en 1992, 1996 y 2000.

En cuanto al parámetro de las plusmarcas mundiales, puede resultar complejo y confuso, pues en el pasado se disputaban distancias en las que hoy apenas se compite como las 100 yardas o las 3 millas. Por ello solo se van a considerar pruebas olímpicas, con lo que también queda excluida la pista cubierta. Con estas condiciones el atleta que más plusmarcas mundiales ha realizado es el pertiguista ucraniano Sergei Bubka (1962), con 17 al aire libre. Alguna de sus 18 en sala fue en su momento superior a su registro al aire libre. El historial olímpico de Bubka es, sin embargo, escaso para su enorme categoría, con un oro en 1988. A Nurmi se le homologaron 22 plusmarcas mundiales, aunque si solo se incluyen las distancias olímpicas fueron cinco. Bolt ha tenido ocho topes universales en pruebas olímpicas (3 en 100 m, 3 en 200 y 2 en el relevo), los últimos tres vigentes. En cuanto a Lewis, aunque nunca mostró demasiado interés en encabezar las listas de siempre, se le han homologado 8 plusmarcas mundiales, 4 en 100 m y 4 en el relevo. Pese a su gran dominio del salto de longitud, no ha conseguido nunca la plusmarca mundial, si bien posee desde 1984 el mejor registro de siempre en sala., con 8.79 m.

Con todos estos datos, para quien esto escribe, el palmarés de Lewis es ligeramente superior al de Bolt y al de Nurmi, lo que, de la forma más objetiva posible, lo convertiría en el mejor atleta de la historia. Pero en estas cuestiones también hay una parte subjetiva y, sin duda, la actitud de Lewis y alguna otra sombra hacen que en muchos casos este formidable atleta no provoque en el aficionado la reacción emocional que sí sucede con otros, no tan superlativos, pero con otras cualidades valorables.

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Taisto Mäki y la barrera de la media hora en los 10000 metros

La frustración del finlandés Paavo Nurmi (1897-1973,) tras no haber resultado seleccionado para correr los 10 000 m en los Juegos Olímpicos de 1924, se transformó motivación para superar la plusmarca mundial de la distancia, poco después de la competición olímpica. Su tiempo de 30:06.2, realizado el 31 de agosto de ese año, no solamente superaba el registro anterior de su compatriota Ville Ritola (1896-1982) en 16 segundos, sino que rozaba la barrera, entonces imposible, de la media hora. Correr por debajo de 30 minutos comenzaba a parecer al alcance del atletismo. Sin embargo, hubieron de pasar nada menos que quince años, y otros dos topes universales por el medio, para que un atleta superase esta barrera. Ocurrió el 17 de septiembre de 1939. Cuando el mundo estaba más pendiente de los acontecimientos en Polonia, invadida por los alemanes el 1 de septiembre y por los soviéticos ese mismo día 17, otro finlandés volador, Taisto Mäki (1910-1979), en Helsinki, detenía el crono en 29:52.6.

Taisto Armas Mäki nació en Helsinki el 2 de diciembre de 1910. A los cinco años perdió a su madre. Su padre había fallecido el año anterior. Él y sus hermanos mayores se criaron con su abuela en una granja en Rekola, una localidad muy próxima a la capital. Tuvo que ponerse a trabajar en la granja muy pronto, por lo que solo pudo completar seis años de escolaridad. Comenzó a practicar atletismo con 17 años en un club local, pero con dedicación también a otros deportes y poco entrenamiento formal. En 1932, con 21 años, bajaba por primera vez de 16 minutos en 5000 m, 15:59.9, una marca muy poco llamativa, que en absoluto hacía presagiar lo que sucedería en los siguientes años.

A partir de 1933, su actividad atlética se fue haciendo cada vez mayor. En 1934 se unió al club HKV de Helsinki, cuyos buenos oficios fueron clave para que Mäki consiguiese un trabajo en Alko, una empresa estatal de bebidas alcohólicas. Aunque la compañía le daba cierta facilidad para practicar atletismo, Mäki se levantaba a las 4:30 para hacer una primera sesión de entrenamiento, antes de tomar el tren a las 6:15 para ir al trabajo. Tras terminar su jornada, por la tarde, llegaba la segunda, y más dura, sesión de entrenamiento. Los resultados no se hicieron esperar. En el campeonato finlandés de 5000 m de 1934, un entonces desconocido Mäki mejoraba hasta 14:49.2 y se hacía con la victoria, derrotando al campeón olímpico de 1932 y plusmarquista mundial, 14:17.0, Lauri Lehtinen (1908-1973). Sus esperanzas de clasificarse para el primer campeonato de Europa, que tendría lugar en Turín ese mismo año, se vieron frustradas por una lesión, practicando triple salto (!), que lo dejó fuera de combate. Siguió mejorando al año siguiente, con 14:40.4 y 31:40.0 en su primer 10 000. Los Juegos Olímpicos de 1936 estaban a un año vista, pero la temporada de los Juegos resultó frustrante para Mäki. Finlandia era entonces como Kenia unas décadas después. Los mejores corredores de fondo eran finlandeses y Mäki se vio relegado por Gunnar Höckert (1910-1940), Lehtinen e Ilmari Salminen (1902-1986). Los dos primeros serían oro y plata olímpicos. Salminen ocuparía la sexta posición en 5000 m y se haría con el oro, con triplete finlandés, en los 10 000 m. La trayectoria de Salminen es sorprendente. Consiguió todos sus logros atléticos pasados los 30, siempre en los 10 000 m: doble campeón de Europa en 1934 y 1938, campeón olímpico en 1936 y plusmarquista mundial, con 30:05.6, en 1937, recortando 0.6 al mítico tiempo de Nurmi.

Pese a la decepción de 1936, Mäki continuó progresando y en 1937 corrió en 14:28.8, lo que le permitió encabezar la lista de ese año. También mejoró en 1500 m hasta 3:55.2. En 1938, pese a un comienzo de temporada muy irregular, consiguió finalmente formar parte del equipo finlandés que competiría en los Campeonatos de Europa de París. La prueba de 5000 m resultó muy dura para Mäki, que tuvo que dar lo mejor de sí para batir al sueco Henry Johnson (1912-2001). El finlandés se impuso con 14:26.8, su mejor marca y la mejor mundial del año, 0.6 menos que su rival. Tras el Europeo, el 17 de septiembre, se enfrentó a Salminen, que había renovado su título continental, en un 10 000. Ambos terminaron en unos excelentes 30:13.4, con Salminen delante. Esta gran actuación convenció a Mäki que podría intentar superar la plusmarca mundial de su compatriota. Ambos corredores se volvían a enfrentar el 29 de septiembre, en Tampere. Con un pase de 14:59.0 para la primera mitad de la carrera, Mäki se convertía con 30.02.0 en el nuevo plusmarquista mundial de la distancia, mientras Salminen, en un día para olvidar, era quinto con 31:04.6 y vuelta perdida. Ese año, Mäki tuvo otra alegría, cuando el 12 de junio el Comité Olímpico Internacional designó Helsinki como sede olímpica para 1940, en sustitución de Tokio, debido a la agresiva política exterior de Japón.

La temporada de 1939 habría resultado perfecta para Mäki si el mundo no hubiese decidido inmolarse al final de ese año. El 16 de junio, Mäki, restaba 8.2 segundos a la plusmarca mundial de los 5000 m, tras un último kilómetro en 2:44.3. El nuevo primado universal era 14:08.8. Poco después, el 7 de julio, se hizo, con 8:52.2, con la plusmarca mundial de las dos millas. Durante la temporada también mejoró en 1500 m, 3:53.5, y en la milla, 4:12.0. Se proclamó campeón finlandés de 10 000 m, con unos excelentes 30:09.4. Y terminó la temporada a lo grande, en Helsinki, el 17 de septiembre, el mismo día que la Unión Soviética invadía Polonia, tras haberlo hecho Alemania 17 días antes. Esa mañana, Mäki había corrido un 1500 en 4:23.0, en una competición de clubes. Por la tarde, tendría lugar el intento de plusmarca mundial de 10 000 m. Tras un primer kilómetro en 2:55.5 y un pase de 14:58.2 a mitad de carrera, Mäki corría el último kilómetro en 2:54.2 y se convertía, con 29:52.6 en el primer atleta en romper la barrera de los 30 minutos en los 10 kilómetros en pista.

Con su temporada superlativa, Mäki se convertía en el principal candidato para repetir el logro olímpico de su compatriota Hannes Kolehmainen (1889-1966) en 1912, cuando ganó los 5000 y los 10000 m. Desde entonces nadie lo había vuelto a conseguir en los mismos Juegos, si bien Nurmi y Ritola lo hicieron en Juegos diferentes. Pero los Juegos de 1940 nunca tuvieron lugar. La invasión de Polonia provocó la Segunda Guerra Mundial, en la que Finlandia se vio envuelta muy pronto, en noviembre de 1939, con la Guerra de Invierno, contra la Unión Soviética, que trató de ocupar el istmo de Karelia. Mäki resultó movilizado en el frente de Karelia, donde perdió la vida Gunnar Höckert, su compatriota campeón olímpico en Berlín. La estancia de Mäki en el frente resultó, sin embargo, corta, pues el Gobierno de Finlandia decidió que le sería más útil a su país de otro modo. Junto con Paavo Nurmi, viajó a Estados Unidos, donde permaneció de febrero a julio de 1940, para recabar apoyos y recursos con los que afrontar la guerra. Allí participó en algunas reuniones atléticas. En marzo, no obstante, se firmó una tregua con la Unión Soviética, lo que permitió a los finlandeses una cierta normalidad que incluía las competiciones atléticas. Mäki ganó el campeonato nacional de 10 000 m con 30:39.4 y marcó 14:32.0 en 5000 m ese año de 1940. Pero la tregua se mostró frágil y en junio de 1941 estalló un nuevo conflicto contra la Unión Soviética, la Guerra de Continuación, que se prolongó hasta 1944.

Tras el obligado parón por la guerra, Mäki volvió a competir en 1945, ya con 34 años. Aún fue capaz de correr en 14:27.0, cuarta mejor marca ese año, y 30:12.6, tercera mejor marca ese año. Pero ni él, ni el atletismo eran eran los de 1939. Mäki había perdido sus plusmarcas mundiales, a manos del sueco Gunder Hägg (1918-2004), 13:58.2 en 5000 m el 20 de septiembre de 1942, y de su compatriota Viljo Heino (1914-1998), el último finlandés volador, 29:35.4, el 25 de agosto de 1944. Mäki continuó compitiendo hasta 1951, pero no se pudo clasificar para el Europeo de 1946 ni para los Juegos Olímpicos de 1948, último año en que se asomó a la lista de los mejores de la temporada. Continuó trabajando en Alko hasta su jubilación en 1972. Pese a que disfrutaba de una salud aparentemente buena, falleció repentinamente por un infarto de miocardio el 1 de mayo de 1979.

Desde 1912 hasta la Segunda Guerra Mundial, los 5000 y 10 000 m se disputaron en seis ediciones de los Juegos Olímpicos. Los finlandeses voladores ganaron diez de doce oros posibles y veinte de treinta y seis medallas posibles, un aplastante dominio solo igualado por los kenianos en los obstáculos en los tiempos actuales. Probablemente la racha finlandesa habría continuado en 1940 con Mäki y en 1944 con Heino, pero ambos formaron parte de la generación perdida por la guerra. A partir de 1948, las carreras de fondo se abrieron a atletas de todas las nacionalidades, aunque en 1972 y 1976, Lasse Virén (1949), emulando a sus predecesores finlandeses, ganó los cuatro oros de las carreras de fondo el pista.

Stuttgart 1986, última oportunidad perdida de derrotar a la Armada Británica en 1500 m

La final de 1500 m de los Juegos Olímpicos de 1984 significó la resurrección atlética del británico Sebastian Coe (1956), tras dos años muy duros con una enfermedad de complicado diagnóstico. Al mismo tiempo marcó el declive del que fuera su gran rival, su compatriota Steve Ovett (1955). El de Brighton, que había despuntado muy joven, ya no volvió a ser el mismo tras sus problemas físicos en 1982. El campeón del mundo, el tercer británico, Steve Cram (1960), en un año complejo, no pudo con Coe. El tercer puesto fue para el español José Manuel Abascal (1958). Abascal llevaba codeándose con la élite mundial de la prueba desde 1982, cuando se hizo con la medalla de bronce en el Europeo al aire libre, pese a verse involucrado en la caída del británico Graham Williamson (1960) a falta de una vuelta. Mantenía un cerrado duelo por la supremacía en España con José Luis González (1957), que no se había superado la primera ronda en la prueba olímpica. Ambos seguían un peldaño por debajo de los mejores, pero cada vez se acercaban más.

En 1985, la lista mundial de siempre de la prueba dio un tremendo vuelco. La plusmarca mundial de Steve Ovett de 3:30.77 pasó a la cuarta posición, superado por los 3:29.46 del marroquí Said Aouita, los 3:29.67 de Cram y los 3:29.77 del estadounidense Sydney Maree (1956). En la histórica carrera de Niza, donde Cram, batiendo a Aouita, se había convertido en el primer atleta en correr la distancia por debajo de 3:30.00, José Luis González realizó 3:30.92, en aquel momento la cuarta mejor marca de siempre. Poco después, Abascal, en un intento de superar la nueva plusmarca española de González, marcó 3:31.69. Los españoles acabaron cuarto y quinto del año y se colocaban quinto y séptimo de todos los tiempos. Habían dado un gran salto desde sus anteriores marcas de 3:33.12, Abascal, y 3:33.44, González. El campeón olímpico, Sebastian Coe, se quedó ese año, con 3:32.13, no muy lejos de su plusmarca personal de 3:31.95, pero solo pudo ser el octavo atleta del año. Sufrió, además, dos derrotas muy claras, en la milla de Oslo, donde vio cómo Cram superaba su plusmarca mundial, y en la reunión de Zúrich, donde resultó batido por el suizo Pierre Deleze (1958), con 3:31.76, frente a los mencionados 3:32.13 del británico.

En 1985 no hubo ninguna competición al aire libre de ámbito mundial o europeo. El Campeonato del Mundo, que entonces había celebrado una sola edición, no fue bianual hasta 1993. En 1986 tendría lugar el Campeonato de Europa al aire libre, que se celebraría en la ciudad alemana de Stuttgart. La prueba de 1500 m se presentaba muy interesante, con el previsible enfrentamiento entre los británicos y los españoles. Cronométricamente Cram seguía siendo superior a los españoles, pero tanto González como Abascal tenían plusmarcas personales mejores de la de Coe. Las series semifinales tendrían lugar el 29 de agosto y la final el 31. Abascal llegaba con la mejor marca mundial del año, 3:31.13, realizada en un intento en solitario de superar la plusmarca española de González el 16 de agosto. Tres días antes, en Zúrich, en una extraña carrera, donde los favoritos se dedicaron a vigilarse entre sí y no siguieron a las liebres, había sido tercero con 3:35.72 en Zúrich, tras el estadounidense Steve Scott (1956), 3:35.14 y Coe, 3:35.22. González, muy crispado, acabó en el suelo a solo a unos metros de la meta, cuando era cuarto.

Abascal no había competido mucho más. Había renunciado al campeonato de España por problemas físicos. Frustrado su duelo con González, este se impuso en el Nacional, con ciertos apuros, al madrileño José Luis Carreira (1962). González, por su parte, llegaba a Stuttgart con 3:32.90, segunda mejor marca europea del año, y tercera mundial. En julio, en Oslo, había resultado derrotado claramente por Steve Cram en la milla. El español fue cuarto con 3:50.82, mientras el británico se hacía con la victoria en 3:48.31. El tercer español en liza era Carreira, seleccionado tras derrotar en el Campeonato de España y en la reunión de La Coruña al finalista olímpico Andrés Vera (1960). En esta prueba, Carreira se impuso con 3:35.56, por 3:35.86 de Vera, plusmarcas personales para ambos.

En cuanto a los británicos, su planteamiento era algo diferente, pues tanto Coe como Cram doblarían en los 800 y los 1500 m. Ambos llegaban al Europeo en buena forma. Cram había corrido los 800 m en 1:43.22 y sus 3:48.31 de la milla equivalían a 3:31.56 en los 1500 m. Además se había hecho con el doblete de mediofondo en los Juegos de la Commonwealth, que habían tenido lugar a principios de agosto en Edimburgo. Coe, por su parte, había acreditado 1:44.10 y 3:34.32 a principio de temporada, y parecía recuperado del síndrome gripal que le había impedido participar en el 800 de los Juegos de la Commonwealth. El tercer británico era John Gladwin (1963), segundo en Edimburgo, acreditado en 3:35.93 ese mismo año. Steve Ovett, que había registrado 3:33.78 a principios de agosto, había preferido los 5000 m, donde esperaba repetir su victoria de Edimburgo.

El 29 de agosto tuvieron lugar las tres series semifinales, de las que se clasificaban los tres primeros de cada una de ellas y los tres mejores tiempos globales. Coe venía de ser campeón en los 800 m, con Cram medalla de bronce. En la primera serie se enfrentaban Coe y Abascal. No se esperaban sorpresas. Tras un comienzo muy lento, el español tomó la cabeza poco después de los 1000 m, que se habían pasado en 2:32.0, y marcó un ritmo de 2:59.21 en los 1200. En la contrarrecta, sin embargo, se vio sobrepasado por el irlandés Marcus O’Sullivan (1961) y por el neerlandés Han Kulker (1959). Entró encerrado en la meta, donde intentó infructuosamente pasar a Kulker por dentro, mientras O’Sullivan ganaba la serie, 3:39.02, y Coe, viniendo de atrás, era segundo. Abascal, cuarto, se quedó a 0.18 de O’Sullivan y a 0.12 de Kulker. En una actuación absolutamente desafortunada, le quedaba esperar a la lotería de los tiempos. En la segunda serie se impuso Cram, con 3:40.66 y Carreira fue tercero, con 3:41.33. En la tercera serie, los atletas decidieron sacar partido de la clasificación por tiempos. Los pases de 56.64, 1:56.95 y 2:55.60 arruinaban las esperanzas de Abascal. Gladwin fue el primero con 3:36.85, seguido de González a 0.07. Sexto fue el suizo Peter Wirz (1960), sexto en la final olímpica de 1984, con 3:37.75. Abascal, líder mundial del año, estaba fuera.

La eliminación de Abascal fue un duro golpe para las aspiraciones españolas. Desde 1982 había estado en las finales de los grandes campeonatos, Europeo, Mundial y Juegos Olímpicos. Quedaba la baza de González, quien no parecía tan fino como en 1985. La final tuvo lugar el día 31. Cram se colocó en cabeza, sin ninguna intención de avivar el ritmo, dando paso a los 400 m en 1:03.85. Gladwin tomó el relevo y cruzó los 800 m en 2:07.59, con todos los atletas muy juntos. La tercera vuelta fue mucho más rápida. El danés Niels Hjorth (1959) encabezaba el grupo, más estirado, con 1200 m de carrera en 3:03.21. En ese momento se produjo el cambio de ritmo de Cram. González se fue tras él, con la intención de ganar, pero no aguantó la velocidad del británico y se vio superado por Coe a falta de 150 m. Este intentó colocarse en cabeza, pero Cram fue capaz de mantenerse en primera posición, haciéndose con el oro en 3:41.09, 37.88 los últimos 300 m. Coe entró segundo con 3:41.67. González perdió fuelle en la recta y acabó quedándose fuera del podio al resultar sobrepasado por Kulker. A duras penas pudo mantener la cuarta posición.

González declaró nada más terminar Me voy a ir de este negocio, sin haber ganado una medalla. La final confirmó que el español no estaba en la forma del año anterior y que le faltaba una punta de velocidad. Kulker, al que había batido claramente en el Europeo en sala unos meses antes, lo había dejado fuera del podio. Tras el Europeo, los británicos se mostraron muy superiores a los españoles. El 5 de septiembre, en Bruselas, Cram corría en 3:30.15, mejor marca mundial del año, con Abascal un lejano segundo en 3:33.98 y González tercero, 3:34.32. El liderato de la temporada de Cram duró dos días. El 7 de septiembre, en Rieti, Coe se quedaba a 0.31 de la plusmarca mundial de 1500 m, al correr en 3:29.77, su mejor marca de siempre. El mismo día, Abascal corría los 2000 m en Santander en 4:52.40, quinta mejor marca de siempre en aquel momento. Los españoles cerraron la temporada en pista en la final del Gran Prix de la IAAF, el 10 de septiembre en Roma, donde Abascal fue segundo en la milla con plusmarca personal, 3:50.54, y González cuarto con 3:51.20. El vencedor de la prueba fue Scott con 3:50.28. A Abascal y González, aún les quedaba un enfrentamiento, el 13 en la milla de la Quinta Avenida, donde se impuso González, con Abascal tercero.

Para los dos británicos, las medallas de Stuttgart fueron las últimas de sus excelentes carreras deportivas. A partir de 1987 el rendimiento de Cram bajó de forma alarmante. Fue octavo en el Mundial de 1987, cuarto en los Juegos de 1988 y quinto en el Europeo de 1990. Coe se perdió la temporada de 1987 por lesión y los Juegos Olímpicos de 1988, para los que hizo la mínima, pero fuera de plazo. Fue segundo en el 1500 de la Copa del Mundo de 1989 y se retiró en los Juegos de la Commonwealth de 1990. Para Abascal Stuttgart fue su último gran campeonato al aire libre. Tras un gran comienzo en 1987, con unos excelentes 13:12.49, 0.15 más que González, en un gran doblete español en Oslo, sufrió una grave lesión que acabó forzando su retirada del atletismo dos años después. Su presencia en el 5000 del Mundial de 1987, lesionado, fue testimonial. González, que nunca había ganado una medalla al aire libre, fue subcampeón mundial al año siguiente. Siguió compitiendo hasta los Juegos de Barcelona, con un 6º puesto en el Europeo al aire libre de 1990 como mejor resultado.

Visto a posteriori, la impresión previa de que los españoles tenían posibilidades a la Armada británica se reveló demasiado optimista. Esa temporada de 1986 fue el canto del cisne de los dos sobresalientes corredores ingleses, pero aún siguieron mostrándose como los mejores del mundo, por última vez.

Ángel Cruz, uno de los grandes del periodismo atlético en España se jubila

Hoy día, sobre todo los más jóvenes, tenemos la sensación de que Internet ha existido siempre. Hoy la información se ha multiplicado por infinito y está a unos pocos golpes de teclado. Hoy el problema es filtrar el enorme caudal de datos que tenemos a nuestra disposición. Sin embargo, durante mucho tiempo, el acceso a la información era tremendamente limitado, sobre todo en temas de menos interés para el gran público. En los años 80, los aficionados al atletismo contábamos con fuentes muy escasas para aprender de nuestro deporte favorito. Estaba la imprescindible revista Atletismo Español, los resultados de Pedro Molero en Marca, los de El Mundo Deportivo y las magníficas crónicas en As del antiguo cuatrocentista y plusmarquista español del relevo largo, Ángel Cruz (1955), que se ha jubilado esta semana.

Ángel Cruz Jiménez nació en Salamanca el 30 de marzo de 1955. Desde joven mostró gran interés por el periodismo. Con 16 años ya escribía en El Adelanto de su ciudad natal. Se aficionó al atletismo viendo a los magníficos velocistas salmantinos de los años 70, encabezados por José Luis Sánchez Paraíso (1942-2017). Comenzó a estudiar Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. En 1977 entró a trabajar en el diario deportivo As, donde se encargaría sobre todo del atletismo, pero también del olimpismo y de la política deportiva. En aquella época él mismo era atleta de alto nivel. Sus logros más importantes fueron tres medallas en campeonatos de España al aire libre, dos de plata, en 200 en 1976 y en 400 en 1977, y un bronce, en 400 en 1980. Fue cuatro veces internacional absoluto y dos universitario. Precisamente en la Universiada de México de 1979, haciendo al primera posta, formó parte del cuarteto español que ocupó la cuarta posición en la final del relevo largo con una nueva plusmarca nacional de 3:04.22. Sus compañeros fueron Benjamín González (1958-2011), José Casabona (1957) e Isidoro Hornillos (1957). Resultó seleccionado para los Juegos Olímpicos de 1980, pero una lesión le impidió tomar parte. Sus mejores marcas fueron 21.48A (Ciudad de México, 10 09 1979) y 47.3 (Madrid, 18 06 1980).

Durante sus más de 40 años en el diario As, Ángel, como escribe él mismo en Twitter en este hilo, acudió como periodista a 3 Juegos Olímpicos, 14 Mundiales y 19 Europeos al aire libre o en sala, y entervistó personalmente a cuarenta y siete plusmarquistas mundiales. En la fotografía sale con Mike Powell (1963), plusmarquista mundial de salto de longitud con 8.95 m desde 1991.

Su trabajo en el diario As no consistía solamente en las crónicas de los campeonatos, sino que el periódico le cedía mucho espacio para entrevistas, historia del atletismo o análisis. Con motivo del Mundial de Sevilla en pista cubierta en 1991, Ángel publicó una previa de doce páginas.

De los múltiples trabajos de Ángel, uno que me gustó especialmente fue el de biografíAS. Durante varios días en la página 2 del periódico contaba los logros de atletas que entonces dominaban el panorama español y mundial, una auténtica joya. Como dice el autor en este minihilo, hubo otras secciones como Los Mitos, dos páginas, todos los domingos, de grandes atletas internacionales, y, en As Color, una denominada La vida de los mejores, en forma de cuadernillo.

Aquí, las cinco partes de la biografía del entonces plusmarquista español de 110 m vallas, Javier Moracho (1957).

También el genial Steve Ovett (1955) tuvo sitio con la pluma de Ángel.

Además de escribir en el diario As, Ángel formó parte de la redacción de la revista Atletismo Español. Recuerdo especialmente, entre múltiples análisis, entrevistas y crónicas su Historia Mundial del Atletismo, que se publicó por partes desde enero de 1986.

Cuando el diario As creó la versión digital, Ángel se encargó de un blog llamado Carros de Fuego, dedicado íntegramente al atletismo. Tenía la buena costumbre de contestar amablemente a los lectores que comentábamos sus entradas. En ocasiones se generaba un interesante debate, como los que actualmente tienen lugar en Twitter. Además, Ángel es un gran lector, y no son infrecuentes sus comentarios de libros en su cuenta de Twitter.

Muchas gracias, Ángel, por tu labor de información y divulgación del atletismo en una época de tan complicado acceso a la información. Nos has enseñado mucho atletismo y nos has hecho disfrutar de este deporte. Continuaremos haciéndolo en las redes sociales.