Aunque hoy día apenas hay atletas que hagan compatible el 800 y el 1500, hubo épocas de la historia en que un número, cierto que no muy grande, de corredores conseguía buenos registros en las dos distancias. Estas épocas, no obstante, se alternaron con otras en las que los ochocentistas de alto nivel lo hacían mejor en los 400 m y los milleros en las distancias superiores. Cinco atletas han conseguido el oro olímpico en las dos pruebas de medio fondo, el australiano Edwin Flack (1873-1935), en 1896, los estadounidenses Jim Lightbody (1882-1953), en 1904, y Mel Sheppard (1883-1942), en 1908, el británico Albert Hill (1889-1969), en 1920, y el neozelandés Peter Snell (1937-2019), en 1964. Desde Snell quienes más se han acercado han sido los británicos Seb Coe (1956), doble oro en 1500 y doble plata en 800 m en 1980 y 1984, y Steve Ovett (1955) oro en 800 y bronce en 1500 en 1980, y el argelino Taoufik Makhloufi (1988), oro en 1500 m en 2012 y plata en ambas pruebas en 2016. Además hay seis atletas que han tenido las plusmarcas mundiales de los 800 m y los 1500/milla, el alemán Otto Peltzer (1900-1970), 1:51.6 y 3:51.0, el estadounidense Glenn Cunningham (1909-1988), 1:49.7 y 4:06.8 (milla), el británico Sydney Wooderson (1914-2006), 1:48.4 y 4:06.4 (milla), Peter Snell, 1:44.3 y 3:54.1 (milla), el estadounidense Jim Ryun (1947), 1:44.9 en 880 yardas, equivalente a 1:44.2 en 800, 3:33.1 y 3:51.1, y Seb Coe, 1:41.73, 3:32.03 y 3:47.33. En caso de más de una plusmarca mundial en la misma prueba se ha incluido el tiempo más rápido.
En los primeros tiempos del medio fondo, los mejores obtenían grandes resultados en ambas pruebas. Claro ejemplo de ello son los cuatro dobles campeones, Flack, Lightbody, Sheppard y Hill en las seis primeras ediciones de los Juegos Olímpicos. De ellos, Sheppard fue, además, plata en 800 m en 1912, a 0.1 del estadounidense Ted Meredith (1892-1957), quien realizó 1:51.9, primera plusmarca mundial de la prueba homologada. Meredith fue también plusmarquista mundial de 400 m con 47.4. A partir de los años 20, la tendencia de los corredores de 800 m fue más hacia un perfil como el de Meredith. Así el estadounidense Ben Eastman (1911-2002), plata olímpica en 400 m en 1932, fue plusmarquista mundial de 400, 46.4, y de 800 m, 1:49.8. El alemán Rudolf Harbig (1913-1944) también poseyó ambos primados con 46.0 y unos estratosféricos 1:46.6. El estadounidense Mal Whitfield (1924-2015) fue doble campeón olímpico de 800 m en 1948 y 1952 y del relevo 4 x 400 en 1948.
Hasta la irrupción de Peter Snell en los años 60, los corredores de alto nivel de 800 y 1500 m fueron escasos. Como se ha indicado, el médico alemán Otto Peltzer tuvo una gran temporada en 1926 con sus topes mundiales de 800 m, 1:51.6, y los 1500 m, 3:51.0, derrotando al finlandés Paavo Nurmi (1897-1973), pero no pudo mantener la forma en 1928 y no llegó a la final olímpica de 800 m. A mediados de los años 30, coincidieron tres grandes milleros en su mejor momento, el neozelandés Jack Lovelock (1910-1949), el ya mencionado Glenn Cunninghan y el italiano Luigi Beccali (1907-1990). Entraron por este orden en la final olímpica de 1936, con plusmarca mundial del oceánico de 3:47.8. Beccali había sido oro en 1932. Los Juegos de 1936 resultaron muy decepcionantes para Cunningham, que no esperaba otra cosa que no fuese la victoria. Cunningham había sufrido graves quemaduras en la infancia. Se había pasado seis meses en el hospital y se pensó que no volvería a caminar. Dos semanas después de los Juegos superó la plusmarca mundial de 800 m con 1:49.7, si bien nunca se dedicó plenamente a esta distancia. Un caso muy curioso es el del británico Sydney Wooderson. Como tantos de su generación, la Segunda Guerra Mundial le impidió pelear por la gloria olímpica. Fue plusmarquista mundial de 800 m, 1:48.4, de la milla, 4:06.4, campeón de Europa de 1500 m en 1938 y de 5000 m en 1946, con 14:08.6, segunda mejor marca de siempre entonces, después de haber pasado la guerra.
No volvió a haber otro mediofondista que dominase las dos pruebas hasta los años 60, con la irrupción de Peter Snell. El neozelandés tuvo una carrera atlética corta, con tan solo cinco años en la élite, pero absolutamente intensa. Llegó a los 800 m de Juegos de 1960 siendo un perfecto desconocido, con una mejor marca de 1:49.2 en 880 yardas (804.67 m). El gran favorito para el oro era el atleta belga Roger Moens (1930), que en 1955 había superado los imposibles 1:46.6 de Rudolf Harbig, con 1:45.7. Una lesión le había impedido disputar los Juegos de 1956, donde se impuso el estadounidense Tom Courtney (1933), que añadió otro oro en 4 x 400. Snell mejoró su marca en las series, 1:48.1 y en la semifinal, 1:47.2, batiendo a Moens. En la final parecía que Moens sería el ganador, pero no pudo impedir que el neozelandés se le colase por el interior y se proclamase vencedor con 1:46.3. En 1962, Snell decidió competir también en la milla, distancia en la que se convirtió en plusmarquista mundial con 3:54.4. Esa misma temporada registró 1:44.3, también plusmarca mundial, en un 800, al paso de las 880 yardas, que terminó en 1:45.1, también tope universal. Acudió a los Juegos de 1964 con intención de hacer el doblete en 800 y 1500 m. Curiosamente nunca había disputado la distancia métrica larga. Consiguió su objetivo con tiempos de 1:45.1 y de 3:38.1. Después de su éxito olímpico, superó otras dos plusmarcas mundiales 2:16.6 en 1000 m y 3:54.03 (3:54.1) en la milla. El paso de 3:37.6 por los 1500 m fue su mejor marca de siempre. Había planificado atacar el tope mundial de esta distancia para 1965 pero se lesionó y se retiró.
Poco después de la retirada de Snell, se encaramaba a la élite el joven Jim Ryun. Olímpico en Tokio en 1500 m, en 1966 corría las 880 yardas en 1:44.9, tiempo equivalente a 1:44.2 en la distancia métrica, superior a la plusmarca mundial de Snell, si bien no se tomó el tiempo oficial en los 800 m. Poco después corría la milla en 3:51.3, que mejoró al año siguiente con 3:51.1. Ese 1967 también superó la plusmarca mundial de 1500 m con 3:33.1. Era el gran favorito para el oro olímpico en 1968, pero, probablemente perjudicado por la altitud de la sede en Ciudad de México, se vio superado por el imponente keniano Kip Keino (1940), que lo batió con 3:34.91, frente a 3:37.89 del estadounidense. Los años siguientes fueron duros para Ryun, debido a numerosos problemas físicos. No obstante, se recuperó bien para los Juegos de 1972. Trató de clasificarse en los 800 y los 1500 m. En la primera distancia fue cuarto en las pruebas de selección, pese a correr en 1:45.2, a 0.9 del ganador, David Wottle (1950), que igualaba la plusmarca mundial de 1:44.3. Lo peor para Ryun estaba, sin embargo, por llegar, pues una caída en su serie de 1500 m terminó con su segunda participación olímpica. Ya no se recuperaría de este golpe.
Dos de los grandes mediofondistas de los 60, el tanzano Filbert Bayi (1953), plusmarquista mundial de 1500 m, 3:32.16, y de la milla, 3:51.0, y el neozelandés John Walker (1952), plusmarquista mundial de la milla, 3:49.4, y campeón olímpico de 1500 m en 1976, fueron los protagonistas de la final de los Juegos de la Commonwealth de 1974, donde Bayi fue oro con la plusmarca mundial referida, y Walker segundo con 3:32.52. Unos días antes habían coincidido en la final de los 800 m de la misma competición, ganada por el keniano John Kipkurgat (1944) en 1:43.91, mientras Walker era bronce con 1:44.92 y Bayi cuarto con 1:45.32, sus mejores marcas de siempre en ambos casos. Ninguno volvió a dedicarse a los 800 m.
En los Juegos Olímpicos de 1976 la victoria en los 1500 m, como se ha señalado, fue para Walker, mientras que el oro en los 800 m fue, junto con el de 400, para el fenómeno cubano Alberto Juantorena (1950). Segundo en ambas pruebas fue un atleta belga que bien pudo haber cambiado la historia del mediofondo a finales de los 70 y principios de los 80. Desgraciadamente Ivo van Damme (1954-1976) fallecería a finales de ese mismo año en un accidente de coche. Van Damme era un corredor de 800 m, cuarto en el Europeo Junior de 1973, carrera que ganó Steve Ovett, que en 1975, con 1:45.31, mejoraba la plusmarca nacional belga de Roger Moens. Ese año había sido subcampeón de Europa en sala, puesto que mejoró en el año olímpico al proclamarse campeón en la misma competición. En 1976, antes de los Juegos, había corrido los 1500 m en 3:37.9. También había progresado en 800 m a 1:45.07. En Montreal sorprendió con sendas platas en 800 m con 1:43.86, superando al gran favorito, el estadounidense Rick Wohlhuter (1948), plusmarquista mundial de las 880 yardas con 1:44.1, y en 1500 m, con 3:39.25, a 0.1 de Walker. Poco después de los Juegos corría los 1500 m en 3:36.26. Con 22 años, era previsible que le quedase una gran progresión en ambas distancias. Su trágica muerte se lo impidió.
El medio fondo de finales de los 70 y principios de los 80 es el enfrentamiento entre Steve Ovett y Seb Coe. Ovett comenzó a destacar antes con su plata en el Europeo absoluto de 1974 en los 800 m y su quinto puesto en la final olímpica de 1976. En 1977, en una carrera memorable, se impuso a los mejores del momento en el 1500 de la Copa del Mundo de 1977. Ese año, Coe conseguía su primer éxito con el oro en el Europeo de pista cubierta. En 1978 ambos eran los favoritos en los 800 m del Europeo al aire libre. Coe se decidió por una táctica que acabaría siendo suicida. Se colocó en cabeza y pasó el primer 400 en 49.54. Ovett lo sobrepasó en la cotrarrecta y parecía que iba a ganar, pero se vio superado por el sorprendente alemán Olaf Beyer (1957). Coe a duras penas terminó tercero. Ovett, que con 1:44.09 hacía su mejor marca de siempre, ganó con cierta facilidad el 1500. En 1979, Coe monopolizaba las plusmarcas mundiales de los 800 m, 1:44.33, 1500 m, 3:32.03, y milla 3:48.95. Se esperaba impacientemente el duelo entre ambos en los Juegos Olímpicos de 1980, más cuando poco antes Ovett había corrido la milla en 3:48.8 y los 1500 m en 3:32.09, homologados según las normas de la época en 3:32.1, y por tanto, oficialmente, igualaba la plusmarca mundial. Se esperaba que Coe, que sobre el papel era muy superior a cualquier rival, ganase el oro en 800 m, y Ovett, que llevaba 45 victorias consecutivas en los 1500 m y en la milla, fuese el primero en los 1500 m. Pero Coe hizo una de las peores carreras de su vida y resultó batido por su rival en un 800 muy táctico. Pudo, no obstante, rehacerse moralmente y consiguió ganar en los 1500 m, donde Ovett pareció algo desmotivado y solo pudo ser tercero. Tras los Juegos, Ovett corría los 1500 m en 3:31.36. En 1981, Coe realizó unos extraordinarios 1:41.73 en 800 m, y mantuvo con su rival una dura pugna, a distancia, por la plusmarca mundial de la milla. El 19 de agosto registraba 3:48.53. Ovett contraatacó el 26 de agosto con 3:48.40, pero Coe mejoró dos días después hasta 3:47.33.
El año 1982 fue un punto de inflexión en el enfrentamiento entre ambos atletas, con la aparición de serios problemas físicos, que en el caso de Ovett le harían perder la temporada. Ya no volvería a ser el mismo. Aún en 1983 superó una nueva plusmarca mundial de 1500 m, 3:30.77, pero se había quedado fuera del podio en el primer Mundial de la prueba. En 1984 consiguió llegar a las finales olímpicas de 800 y de 1500 m, donde fue último en la primera y no terminó la segunda. Coe pasó una etapa muy complicada, aquejado de una seria enfermedad parasitaria, la toxoplasmosis, pero logró recuperarse. En 1982, ya enfermo, sin saberlo, resultó derrotado en la final de 800 m al aire libre por el sorprendente alemán Hans Peter Ferner (1956). Tuvo también problemas en 1983, hasta que finalmente se hizo el diagnóstico de su problema. Consiguió, no obstante, recuperarse para disputar los Juegos de 1984. Fue plata en un 800 de altísimo nivel, detrás del inabordable brasileño Joaquim Cruz (1963), oro con 1:43.00, 0.64 menos que el británico, y se convirtió en el primer hombre en ganar dos oros olímpicos en 1500 m. En una carrera rota por el aguerrido español José Manuel Abascal (1958), Coe se impuso en los últimos 200 m a su talentoso compatriota Steve Cram (1960) con plusmarca olímpica de 3:32.53, mientras Abascal pudo aguantar el bronce. En 1986, Coe consiguió su único título en 800 m en un gran campeonato, el oro europeo. Además fue planta en 1500 m. Ese año aún corrió los 1500 m en 3:29.77, a 0.31 de la plusmarca mundial del marroquí Said Aouita (1959).
Seb Coe fue el último atleta en poseer las plusmarcas mundiales de 800 y 1500 m. Desde entonces el único atleta de élite que ha tenido grandes resultados en ambas pruebas es el argelino Taoufik Makhloufi. Pese a sus numerosos problemas físicos, Makhloufi ha sido campeón olímpico de 1500 m en 2012 y subcampeón de 800 y 1500 m en 2016. En 2019 fue subcampeón mundial de 1500 m. Acudió a los Juegos de 2020, pero no llegó a salir en su serie por una lesión en la rodilla. Sus mejores marcas son 1:42.61, de la final olímpica de 2016, y 3:28.75.
Y hasta aquí los hechos, ahora hay que ir con las opiniones. Revisando la historia de ambas pruebas, se aprecia que el número de atletas de alto nivel que han destacado en 800 y en 1500 m no es muy grande. Nada que ver con los atletas de 5000 y 10 000 m por ejemplo. Pese a estar ambas encuadradas en medio fondo, se trata de distancias que, en general, requieren un método de entrenamiento diferente. La mayoría de los dobles campeones olímpicos son de antes de 1921, cuando el atletismo era muy distinto al actual. Desde entonces solo Peter Snell se ha llevado los dos oros y ha habido otros dos, Coe y Makhoulfi, con oro y plata. Así que el podio histórico de para quien esto escribe es:
1 Peter Snell: es el único atleta con tres oros olímpicos en pruebas de medio fondo, además de plusmarquista mundial de 800 m y la milla. Su plusmarca de 800 m supuso una mejora de 1.4 respecto a la anterior. Probablemente no tuvo el primado mundial de 1500 porque era una prueba a la que apenas dedicaba atención.
2. Seb Coe: estaría en el primer lugar si no hubiese fallado en la final olímpica de 1980. Su mejor marca en aquel momento, del año anterior, era 1:42.33. En carreras tácticas, Copa de Europa, Copa del Mundo, ante rivales de mucha calidad, se había mostrado inabordable. En Moscú, el segundo más rápido había corrido en 1:43.9, el francés José Marajó (1954). Coe fue víctima de su propia ansiedad. En el lado contrario está la formidable recuperación tras su seria enfermedad, que le permitió una soberbia actuación en los Juegos de 1984.
3. Jim Ryun: pese a contar solamente con una plata olímpica, restó 2.5 a la plusmarca mundial de 1500 y 3.0 a la de la milla, además de correr las 880 yardas más rápido que la plusmarca mundial de 800 m de la época. Probablemente le sacó poco partido a los 800 m. Habría sido magnífico un duelo en la final de México con el australiano Ralph Doubell (1945), el campeón ese año.
Mi favorito mediofondista siempre fue Coe,pero el 800 de Moscú,le resto el número 1 histórico
Y en la discusión sobre mediofondistas ,muchos quieren meter a El Guerrouj…y siempre digo
si no hizo 800,no puede ser nominado para mejor mediofondista.
Tambien el 800 es mi carrera favorita.Gran artículo
Me gustaMe gusta
El 800 de Moscú era imposible que lo perdiese Coe, pero lo perdió. No solo era el que tenía la mejor marca con diferencia, sino que se desenvolvía como pez en el agua en carreras tácticas. Lo cuento aquí https://historiasdelatletismo.wordpress.com/2020/08/07/por-que-ni-coe-ni-ovett-se-enfrentaron-a-la-mejor-version-de-su-rival-en-los-juegos-de-moscu/
En Los Ángeles, Cruz, en su mejor momento, era superior. Incluso creo que el mejor Cruz era mejor que el mejor Coe https://historiasdelatletismo.wordpress.com/2018/09/10/habria-podido-el-mejor-coe-con-el-cruz-de-los-angeles-84/
Me gustaMe gusta
Siii..los lei varias veces,artículos buenisimos ,un placer leerlos
Me gustaLe gusta a 1 persona