Bob Hayes y los cronometrajes confusos

Hasta la llegada del jamaicano Usain Bolt (1986) a la cumbre de la velocidad en el atletismo, muchos consideraban al estadounidense Bob Hayes (1942-2002) como el mejor corredor de 100 m de todos los tiempos. Su actuación en los Juegos Olímpicos de 1964 con 9.91v en la semifinal, 10.06 en la final y un cronometraje oficioso de menos de 9.0 en la última posta del relevo, todo ello en una pista de tierra, se han convertido en un icono de las mejores actuaciones olímpicas.

Robert Lee Bob Hayes nació en Jacksonville (Florida) el 20 de diciembre de 1942. Desde el instituto compatibilizó el fútbol americano con las carreras de velocidad. En 1961, siendo un desconocido, igualó la plusmarca mundial de las 100 yardas, con 9.3 y registró 20.1 en los 200 m en línea recta. En 1962 consiguió una beca deportiva en la Universidad Agrónoma y Mecánica de Florida (Florida A&M), una institución para estudiantes de raza negra en tiempos de segregación racial legal. Ese año volvió a igualar la plusmarca mundial de 100 yardas, que se había mejorado a 9.2, y lideró la lista del año de 100 m con 10.1. Entre 1962 y 1964 no perdió ninguna carrera. En 1963 por fin superó el techo mundial de las 100 yardas, con 9.1, marca que igualó al año siguiente en tres ocasiones, si bien solo se homologó la primera. También en 1963 igualó con 20.5 la plusmarca mundial de 200 m, que tampoco se homologó. En 1964 se impuso en los 100 m de las pruebas de selección olímpica de su país con 10.1. No participó en los 200 m, pese a tener una mejor marca de 20.4, a 0.2 de la plusmarca mundial de su compatriota Henry Carr (1941-2015).

La actuación de Hayes, que seguía compitiendo con el equipo de fútbol de su universidad, en los primeros Juegos de Tokio fue soberbia. La prueba de 100 m se celebró el 14 y 15 de octubre. Hayes se impuso sin forzar en su serie eliminatoria y en la de cuartos de final. En la primera semifinal realizó un tiempo de 9.91, algo inaudito en aquel momento, pese al viento a favor de 5.3 m/s. En la final, corriendo por la calle 1 de una pista de tierra, con un viento a favor de 1.1 m/s, Hayes se impuso con casi 2 metros de ventaja sobre el segundo, el cubano Enrique Figuerola (1938), el tiempo homologado de Hayes fue 10.0, que igualaba la plusmarca mundial de la distancia. El tiempo real fue 10.06, lo que lo convertía, con diferencia, en el tiempo más rápido de siempre. Figuerola se quedó en 10.25 (homologado 10.2).

El cronometraje automático, conectado a la pistola de salida y a la película de la llegada, se utilizó por primera vez, como apoyo, en los Juegos Olímpicos de 1932. Hasta los Juegos de 1960 incluidos, el cronometraje oficial siempre era el manual. La plusmarca mundial oficial de 400 m, 44.9, realizada por el estadounidense Otis Davis (1932) y el alemán Carl Kaufmann (1936-2008), tuvo un cronometraje automático no oficial de 45.07 para el primero y 45.08 para el segundo. En 1964, por primera vez, el cronometraje automático fue el oficial, aunque redondeado a la décima inferior. El tiempo oficial de 10.0 de Hayes se reconvirtió de un tiempo centesimal de 10.01. En aquel momento los sistemas de cronometraje tenían un retraso conocido de 0.05 segundos, por lo que el tiempo real fue 10.06. Los tiempos manuales no oficiales fueron 9.9, 9.9 y 9.8, según las tres mediciones requeridas. Como se ha indicado, el registro de Hayes era el más rápido de siempre, pero la IAAF (hoy World Athletics), decidió darle el mismo valor que los otros 10.0, manuales, considerados entonces plusmarca mundial. Visto con perspectiva, esta igualación no tenía ningún sentido. El primer 10.0 manual de la historia se estableció el 21 de junio de 1960 en Zúrich por el alemán Armin Hary (1937). La carrera contó con un cronometraje automático no oficial de 10.25. La carrera hubo de repetirse por una salida falsa del alemán, que también había terminado en 10.0, 10.14 real, también muy alejado del tiempo de Hayes. Hasta 1977 la IAAF dio el mismo valor a las marcas manuales y a las centesimales redondeadas. Así, hasta ese momento, el estadounidense Jim Hines (1946) compartía sus 9.95 de la final olímpica de 1968 con otros nueve atletas que habían realizado 9.9 manualmente. En 1977 su 9.9 oficial se reconvirtió a 9.95 y se quedó como el único plusmarquista mundial.

La actuación de Hayes en Tokio culminó con el relevo 4 x 100 m, cuya final tuvo lugar el 21 de octubre. Haciendo la última posta, Hayes recogió el testigo en cuarto lugar y, en una espectacular remontada, tras 30 metros ya estaba el primero. Se hizo con el oro para Estados Unidos, con una nueva plusmarca mundial de 39.06 (39.0). El cronometraje no oficial del relevo de Hayes varía entre 8.6 y 8.9, algo nunca visto hasta entonces.

Tras los Juegos, Hayes, que continuaba jugando al fútbol en el equipo de su universidad, resultó elegido por los Dallas Cowboys, equipo de la NFL (National Football League), donde permaneció hasta 1975 y ganó una Super Bowl, en 1972. La presencia de un hombre tan rápido como Hayes obligó a los rivales a cambiar el marcaje individual a marcaje por zona. La vida personal de Hayes no fue paralela a su exitosa vida deportiva y estuvo plagada de adicciones, matrimonios fracasados y problemas con la justicia. El 18 de septiembre de 2002 fallecía a causa de una insuficiencia renal. Para la historia queda la extraordinaria actuación en Tokio de uno de los mejores velocistas de la historia.

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Un comentario en “Bob Hayes y los cronometrajes confusos

  1. luis

    Otra victima Hayes del fútbol americano no tuvo la suerte de Bolt. Sería interesante verlos juntos hoy en igualdad de condiciones… seguramente tendriamos una plusmarca inferior a 9:50 de cualquiera de los dos; soñar es gratis
    Felicidades por la entrada

    Le gusta a 1 persona

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