Said Aouita, el corredor más versátil (y II)

El oro olímpico en la prueba de los 5000 m de los Juegos de Los Ángeles convirtieron al marroquí Said Aouita (1959) en una celebridad en su país. El rey Hassan II (1929-1999) lo agasajó con una villa y en su honor el tren entre Rabat y Casablanca se llamó El Aouita. A principios de 1985 declaró que su objetivo era superar todas las plusmarcas mundiales entre 1000 y 5000 m. La primera parada fue Madrid, el 4 de junio. En la distancia de los 2000 m corrió en 4:54.98, a algo más de 3.5 de la plusmarca mundial del neozelandés John Walker (1952). El 27 del mismo mes, en los Oslo Games, recortaba unas centésimas a su marca en 5000 m, al correr en 13:04.52, a poco más de 4 segundos de los 13:00.41 del británico Dave Moorcroft (1953). La temporada estaba resultando excelente para el marroquí, quien el 16 de julio en Niza tendría una excelente oportunidad de demostrar su valía. Frente a un plantel de excelentes corredores, entre los que destacaba sobremanera el británico campeón del mundo y subcampeón olímpico de 1500 m, Steve Cram (1960), Aouita tenía una enorme ocasión para hacer historia y convertirse en el primer atleta en superar la barrera de los 3:30.00. Cram estaba en una excelente forma, pues acababa de correr en 3:31.24, a 0.47 de la plusmarca mundial de su compatriota Steve Ovett (1955). El británico tuvo claro desde el principio cómo quería correr y se colocó inmediatamente después de las liebres, mientras el marroquí parecía incómodo, no encontraba su sitio y se pasaba más tiempo del deseable por las calles exteriores. Los pases de Cram fueron 55.5, 1:53.9 y 2:49.7 el 1200, ya en cabeza en solitario. Aouita, siempre detrás del británico, que lo llegó a aventajar en 7 m, estaba a 0.4 a falta de 300. En la última recta se echó encima de Cram, pero este no perdió la compostura y consiguió ganar con un tiempo histórico de 3:29.67, 0.4 menos que el marroquí, cuyos últimos 100 en unos 13.0 no le sirvieron para imponerse.

El 1500 de Niza fue una enorme decepción para Aouita, que no perdía una carrera desde la milla de Roma en septiembre de 1983. Once días más tarde estaba de vuelta en Oslo, en los Bislett Games. Esta vez no coincidiría con Cram, quien en esta reunión estableció una nueva plusmarca mundial de la milla, 3:46.32, 1.01 menos que la anterior de Seb Coe (1956), tercero en esta carrera. Unos minutos antes, Aouita había conseguido su primer primado mundial, al correr los 5000 m en 13:00.40, recortando tan solo 0.01 a David Moorcroft. Se pasaron los 3000 m en 7:51.00 y el 4000 en 10:32.16. Aouita tuvo que emplearse a fondo con una última vuelta en 54.4 y un último 200 en 27.7 para derrotar al estadounidense de origen surafricano Sydney Maree (1956), que lo sobrepasó en la última vuelta y acabó en 13:01.15.

Por segundo año consecutivo, Aouita evitó a Seb Coe en la reunión de Zúrich, el 21 de agosto. Mientras el británico resultaba derrotado en los 1500 m por el suizo Pierre Délèze (1958), 3:31.75 frente a 3:32.13, el marroquí se quedaba cerca de la plusmarca mundial de la milla, con 3:46.92. Dos días después, en Berlín, Aouita conseguía su segunda plusmarca mundial, con 3:29.46 en 1500 m. Los pases fueron 56.9, 1:53.7, 2:49.3 y un trepidante último 300 en 40.1.

La temporada de Aouita se terminó con un 3000 en 7:32.94 el 30 de agosto en Bruselas, a menos de un segundo de los 7:32.1 del keniano Henry Rono (1952) y un 2000 en 4:54.02, en Rieti, el 4 de septiembre. No había conseguido todas las plusmarcas que había prometido, pero se había hecho con las dos más importantes, la de 1500 y la de 5000 m. Tan solo otros dos atletas habían conseguido ser plusmarquistas mundiales en ambas distancias, el finlandés Paavo Nurmi (1897-1973) y el húngaro Sándor Iharos (1930-1996).

En 1986, Aouita continuó en pos de nuevas plusmarcas mundiales. Su imagen agónica en la última vuelta de los intentos de primado mundial se convirtió en icónica. Aunque esa temporada no consiguió sus objetivos, obtuvo resultados muy interesantes. El 5 de julio corría por primera vez la prueba de los 10 000 m, en una carrera en la que se enfrentaba a los mejores del momento, incluyendo al plusmarquista mundial, 27:13.81, el portugués Fernando Mamede (1951), y el campeón olímpico, el italiano Alberto Cova (1958). Aouita se impuso, dando una magnífica sensación, con 27:26.11. Se pasó el 5000 en 13:52.6. En los intentos de plusmarca mundial, el marroquí se quedó muy cerca, 13:00.86 en 5000 m en La Coruña el 6 de agosto, 7:32.54 en 3000 m en Zúrich el 13 de agosto, 7:32.23 en Colonia el 17 de agosto, marca esta probablemente mejor que los 7:32.1 de Rono, y 4:51.98 en 2000 m el 5 de septiembre en Bruselas, a 0.59 de la plusmarca mundial de Steve Cram del año anterior.

En la temporada de 1987 los éxitos continuaron para el marroquí. Su primer gran logro llegó el 28 de mayo en Turín, en la inusual distancia de las dos millas, con una nueva mejor marca (la World Athletics no considera plusmarcas mundiales en esta prueba) mundial de 8:13.45, 0.06 menos que el anterior mejor tiempo, de Steve Ovett. El 2 de julio, en Helsinki, mejoraba en la milla hasta 3:46.76, a 0.44 de la plusmarca mundial, y dos días después, en Oslo, hacía 3:30.69 en 1500 m, que acabaría como la mejor marca del año. El 16 de julio, en París, añadía, con 4:50.81, la plusmarca de 2000 m a su colección particular. Seis días después, Aouita hacía historia al convertirse en el primer atleta en romper la barrera de los 13 minutos en los 5000 m, en la Golden Gala de Roma. Completamente en solitario, tras el abandono de las liebres, corría la distancia en 12:58.39, con pases de 2:35.6, 5:13.3 (2:37.7), 7:46.5 (2:33.2), 10:26.1 (2:39.6), y un último kilómetro en 2:32.3, últimos 400 en 57.4.

En agosto se proclamó campeón mundial de 5000 m, en una carrera lenta que no tuvo demasiada historia. Ganó fácilmente con 13:26.44. En septiembre, tras hacer doblete en 1500 y 5000 m en los Juegos Mediterráneos, que se celebraban en la ciudad siria de Latakia, sufrió una de sus escasas derrotas en aquellos tiempos, al verse superado en la para él inusual distancia de los 3000 m obstáculos por el italiano Alessandro Lambuschini (1965).

El año de 1988 era olímpico. En las temporadas anteriores, Aouita había declarado que trataría de ganar el oro en los 5000 y los 10 000 m. Sin embargo, acabó cambiando de opinión. En Seúl intentaría emular a Peter Snell (1938-2019) y proclamarse campeón olímpico de 800 y 1500 m. El reto era formidable. Aunque el marroquí corría de vez en cuando los 800 m, el año anterior había hecho 1:44.74, su plusmarca personal de 1:44.38 estaba algo alejada de los mejores y databa ya de 1983. Además en los Juegos habría cuatro rondas en la prueba más corta y tres en la más larga. El marroquí no participaba en un gran campeonato de 1500 m desde 1983. El camino hacia Seúl de Aouita se centró, sobre todo en los 800 m, distancia en la que hizo tres carreras de gran calidad. El 27 de julio, en Verona, marcaba 1:44.74, y derrotaba al británico subcampeón del mundo Peter Elliott (1962), el 19 de agosto en Bruselas, batía al plusmarquista estadounidense Johnny Gray (1960), con 1:44.36. Finalmente el 21 de agosto, en Colonia, mejoraba hasta 1:43.86, delante del campeón olímpico de la distancia, el brasileño Joaquim Cruz (1963). En 1500 m, ese año había realizado 3:32.69. Poco antes de los Juegos, se mostró en forma al mejorar su marca de 1000 m hasta 2:15.16. Sin embargo, las cosas no fueron como pensaba. Tres semanas antes de los Juegos, sufrió una contractura muscular, que lo mantuvo dos semanas parado y que se le reprodujo tras retomar los entrenamientos. Le recomendaron no corren los 800 m, pero prefirió hacerlo. Dio muy buena impresión en las tres rondas previas a la final. En la ronda definitiva apareció en la pista con un aparatoso vendaje. Probablemente la presencia de Aouita en la final, hizo que sus rivales impusiesen un ritmo vertiginoso. Se pasó la primera vuelta en 49.54, con el marroquí algo alejado en sexta posición. A falta de 200 m Cruz se colocaba el primero, seguido de Elliott y de Aouita. Casi pegado a ellos estaba un keniano apenas conocido llamado Paul Ereng (1967). Cruz parecía el más fuerte en la recta de llegada, pero Ereng se las arregló para pasar a Elliott por dentro y superar al brasileño a falta de 30 metros con 1:43.45, su mejor marca personal, frente a 1:43.90 de Cruz. Por detrás, Aouita ganaba la batalla por el bronce a Elliott, 1:44.06 contra 1:44.12. El marroquí, sin ninguna experiencia competitiva en la distancia y con problemas físicos, había tenido un rendimiento superlativo, pero eso a él no lo satisfacía. Le quedaba el 1500, pero, tras ganar su serie, no se presentó en su semifinal.

El ritmo de entrenamiento y de competición de Aouita comenzaba a pasarle factura. No obstante, aún fue capaz de hacer otra gran temporada, en 1989. Había corrido algunas carreras en pista cubierta en años anteriores, pero en 1989 decidió participar en el campeonato del mundo de 3000 m, que tendría lugar en Budapest. En la capital de Hungría se presentó con 3:37.33 en 1500 m, 3:54.99 en la milla, 7:39.71, a 0.5 de la plusmarca mundial, en 3000 m, y 13:22.56 en los 5000 m. Encontró un duro rival en su viejo conocido, el español José Luis González (1958), subcampeón mundial de 1500 m en 1987, al que derrotó por 0.72 en 7:47.94. En su primera competición al aire libre, el 20 de junio, sufrió una estrepitosa derrota ante el keniano Yobes Ondieki (1961), que registró 13:12.12, 11.84 menos que Aouita. Sin embargo, el marroquí fue adquiriendo la forma. El 13 de agosto en Hengelo hacía mejor marca mundial del año en 1500 m, 3:30.63. Una semana después, en Colonia, conseguía, por fin, superar a Rono. Con 7:29.45 en 3000 m, por primera vez un atleta corría la prueba a una media de menos de un minuto por vuelta, con pases de 2:31.7 y 5:03.3.

Era la última plusmarca mundial de la carrera atlética de Aouita, quien en ese momento acaparaba las de 1500, 2000, 3000, 2 millas y 5000 metros. Tan solo se le resistió al milla. Terminó la temporada muy fuerte, con una victoria en la final del Gran Prix en 5000 m, 13:06.36, y otra en la Copa del Mundo de Barcelona, formado parte de la selección de África, 13:23.14.

A partir de 1990, los problemas físicos ya no dejaron de acompañarlo. Se perdió casi toda esa temporada. En 1991 aún fue capaz de correr los 1500 m en 3:33.28 y clasificarse para la final del Mundial de la distancia, donde fue 11º. En 1992 volvió a sorprender con unos magníficos 7:36.66 en pista cubierta, que inicialmente se homologaron como plusmarca mundial, pero se acabaron anulando cuando se demostró que había hecho parte del recorrido por dentro de la cuerda. Pese a que parecía haber recuperado la forma, nuevamente los problemas físicos le impidieron participar en los Juegos de Barcelona. Siguió hasta 1995, pero ya alejado de los mejores.

En 1995 se trasladó a vivir a Estados Unidos. Tras su retirada ha sido consultor de numerosas instituciones, entre ellas las federaciones de atletismo marroquí y australiana. En la actualidad es analista deportivo de la cadena Al Jazeera. Vive en Orlando, Florida.

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