Un caso sorprendente en el atletismo es el de la saltadora de altura alemana Ulrike Meyfarth (1956). Meyfarth sorprendió al mundo atlético ganando la medalla de oro olímpica en 1972 en el salto de altura, con tan solo dieciséis años. Continúa siendo la campeona olímpica más joven en una prueba individual de atletismo. Tras su inesperada victoria olímpica, su progresión se cortó de raíz. Resurgió con fuerza a principios de los 80 y terminó su carrera siendo de nuevo campeona olímpica en 1984, dieciséis años después. En aquel momento fue la ganadora olímpica de salto de altura de más edad de la historia.
Ulrike Nasse-Meyfarth nació el 4 de mayo de 1956 en Frankfurt. Con quince años, en 1971, ya saltaba 1.80 m, con estilo Fosbury. Ese año fue segunda en el campeonato de Alemania. En 1972 mejoró hasta 1.85 m y consiguió la clasificación para los Juegos Olímpicos. Ante su público, en Múnich, la joven Ulrike, que entonces medía 1.84 m (llegaría a 1.88), se clasificó sin problemas para la final al saltar a la primera la mínima de 1.76 m. Hubo nada menos que 23 atletas que superaron la altura para estar en la final. La alemana comenzó a saltar en 1.71 m y fue pasando a la primera 1.71, 1.76, 1.79. 1.82, 1.85 y 1.88 m. Con este registro ya solo quedaban otras dos atletas, la búlgara Yordanka Blagoeva (1947) y la austríaca Ilona Gusenbauer (1947), plusmarquista mundial con 1.92 m, que llevaba varios nulos, uno de ellos en 1.88 m. Solamente Meyfarth, a la segunda, pudo superar la siguiente altura, 1.90 m, con lo que se convirtió en campeona olímpica. Ya sola en la competición igualó, 1.92 m, la plusmarca mundial de Gusenbauer, pero no pudo deshacer el empate pues hizo tres nulos en 1.94 m. La alemana ganaba el oro olímpico igualando la plusmarca mundial, una marca 7 centímetros mejor que la suya de antes de los Juegos.
La joven Ulrike se convirtió en una celebridad. Con 16 años es muy complicado digerir la fama y esto acabó pasándole factura. Al año siguiente, en el campeonato de Europa junior, entonces sub19 para mujeres, solo pudo ser segunda, con 1.80 m. La campeona, su compatriota Elena Murdinger (1955), había sido décima en la final olímpica del año anterior. Meyfarth no consiguió mejorar hasta 1978, cuando saltó 1.95 m el 12 de agosto. Había sido 7ª en el Europeo al aire libre de 1974 y no se había clasificado para la final de los Juegos Olímpicos de 1976. Entretanto la alemana del Este Rosemarie Ackerman (1952), campeona olímpica en 1976, había llevado la plusmarca mundial a 2.00 m en 1977. En el Europeo al aire libre de 1978. Ackerman vio como la italiana Sara Simeoni (1953) se iba hasta 2.01 m, mientras ella era segunda con 1.99 m. Meyfarth fue quinta, con 1.91 m.
El boicot de Alemania Occidental a los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, no permitió a Meyfarth disputar sus terceros Juegos. En el verano de 1981 conseguía, con 1.96 m, una nueva marca personal con la que se impuso en la Copa del Mundo. En 1982, la alemana volvía definitivamente a la élite de la prueba de altura. En el Europeo de pista cubierta se llevó la victoria con 1.99 m, que mejoraba por 3 cm su marca al aire libre. En la temporada estival se superó hasta 2.00 m. En el Europeo al aire libre se impuso con una nueva plusmarca mundial de 2.02 m, 5 centímetros más que las otras dos medallistas, la rusa, entonces soviética, Tamara Bykova (1958) y Sara Simeoni. Bykova consiguió derrotar a Meyfarth el año siguiente en el primer Mundial al aire libre, 2.01 frente a 1.99 m. Unos días después, el 21 de agosto, en Londres, ambas compartían la plusmarca mundial con 2.03 m. El empate duró 5 días, pues el 26 de agosto, Bykova saltaba 2.04 m y el 22 de junio de 1984 se iba a 2.05 m. Un mes después, la búlgara Lyudmila Andonova (1960) mejoraba en 4 cm su marca personal, con una nueva plusmarca mundial de 2.07 m.
El boicot de los países del Este frustró el duelo en los Juegos Olímpicos de 1984 entre Bykova, Andonova y Meyfarth, que había ganado por segunda vez el oro en el Europeo en pista cubierta de ese año. La mayor rival de Meyfarth en los Juegos de Los Ángeles era Sara Simeoni. Ambas pasaron 1.90 m para estar en la final. Las dos saltaron 2.00 m a la primera, con el mismo número de nulos previos. En 2.02 m, que para la italiana habría supuesto marca personal, mientras Meyfarth superaba el listón a la primera, Simeoni hizo tres nulos. Doce años después de su oro en Múnich, la alemana volvía a lo más alto de un podio olímpico. La italiana también hizo historia, pues era su cuarta final olímpica. Había estado en 1972, donde fue 6ª, en 1976 ganó la plata, el 1980 el oro y en 1984 la plata. No había vuelto a saltar 2.00 m o más desde 1978.
Con una diplomatura en Deportes, Meyfarth, que se retiró tras los Juegos de 1984, siguió vinculada al atletismo dando clases de Educación Física o como entrenadora de atletismo. Para la posteridad queda su doble victoria olímpica separada por doce años.
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