Steve Ovett y Sebastian Coe en los 800 metros (y III)

A la altura de 1982, la rivalidad entre Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956) había traspasado con mucho los límites del atletismo e, incluso, del deporte, concitando una atención mediática poco frecuente. En 1981 el mundo estuvo pendiente de la pugna entre ambos por la plusmarca mundial de la milla y de los registros inéditos de Coe en los 800 y los 1000 m. Sin embargo, una vez más, habían preferido evitarse. Los aficionados reclamaban que los dos mejores atletas del momento dirimiesen cara a cara quién era el mejor y para 1982 se programaron tres duelos directos, 3000 m en Crystal Palace el 17 de julio, 800 m en Niza el 14 de agosto y una milla en Eugene el 25 de septiembre. Pero la fortuna le fue esquiva al atletismo. Ninguna de las tres carreras llegó a celebrarse. Los problemas físicos, que hasta entonces habían respetado a los dos mediofondistas, hicieron su aparición esa temporada. Ambos comenzaron muy bien, curiosamente haciendo buenas marcas en la inusual prueba de 2000 m, Coe 4:58.84 el 5 de junio y Ovett 4:57.71 el 7 de agosto, pero unos días después el primero sufrió una fractura de estrés y el segundo un traumatismo, que se acabó complicando con problemas de rodilla. Aunque siguió compitiendo, Ovett no consiguió ponerse en forma y dio por terminada la temporada. Coe, sin embargo, parecía recuperado en agosto. Antes del campeonato de Europa al aire libre, realizó una mejor marca en 800 m de 1:44.48 y 1:44.01 en la última posta de un relevo 4 x 800 m. Junto con Peter Elliott (1962), Garry Cook (1958) y Steve Cram (1960) realizó plusmarca mundial de 7:03.89. En la final de los 800 m del Europeo, a la que Coe había llegado sin grandes sobresaltos, él mismo dio paso a los 400 m en 53.24. Comenzó a cambiar de ritmo a falta de 300 m con aparentes buenas sensaciones. En la última recta parecía que sería el ganador, pero en los últimos 50 metros fue perdiendo fuerza y se vio superado sorprendentemente por el alemán Hans Peter Ferner (1956), 1:46.33, 0.35 menos que el británico.

Coe llevaba algunos días con problemas de salud, excesivo cansancio y aumento de tamaño de algunos ganglios linfáticos. Renunció al 1500, que ganó Steve Cram, y regresó a Londres, donde se diagnosticó con mononucleosis infecciosa, una enfermedad vírica, generalmente no demasiado complicada. Volvió a la competición en el invierno de 1983, superando su propia plusmarca mundial de 800 m en pista cubierta, con unos excelentes 1:44.91. Días después hizo 2:18.58 en 1000 m en sala, también plusmarca mundial. Parecía completamente recuperado de sus problemas. Al aire libre corrió en 1:43.80, pero varias derrotas no esperadas le hicieron volver a visitar a los médicos. El problema que había comenzado el año anterior había vuelto, y no era mononucleosis infecciosa, sino toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria bastante más seria. No volvería a entrenar hasta marzo de 1984 y su carrera atlética parecía en serio peligro.

Steve Ovett, por su parte, comenzó la temporada de 1983 sin los problemas físicos de la anterior. Su intención era doblar en los 800 y los 1500 m del primer Mundial al aire libre, que tendría lugar en Helsinki en agosto, pero su retirada en el campeonato británico lo excluyó de la prueba más corta. Acudió a Helsinki con 3:33.81 en 1500 m, segunda mejor marca mundial del año en aquel momento. En una final táctica, ganada por Steve Cram con 3:41.59, solo pudo ser cuarto a 0.75 de su compatriota. Lo compensó parcialmente recuperando, con 3:30.77, la plusmarca mundial de 1500 m, que había perdido unos día antes a manos del estadounidense Sydney Maree (1956), 3:31.24. Su mejor registro en 800 fue 1:45.25, pero era una distancia en la que ya apenas competía.

El año olímpico empezó lleno de incertidumbre para Seb Coe y razonablemente bien para Steve Ovett. Coe no pudo volver a entrenar con normalidad hasta marzo. En mayo demostró estar camino de la recuperación con un 800 en 1:45.2. Sin embargo resultó derrotado en el 1500 del campeonato británico por Peter Elliott. Cram y Ovett ya estaban clasificados por su condición de campeón del mundo y de plusmarquista mundial, respectivamente. Pese a las feroces críticas de la prensa, que había dado la espalda a su otrora atleta favorito, la Federación Británica (Amateur Athletics Association) decidió que la tercera plaza en el kilómetro y medio sería para Coe. Antes de los Juegos de Los Ángeles hizo un buen 800 en 1:43.84. Ovett, por su parte, llegó a Los Ángeles con 1:46.12 y 3:34.50. Apenas había corrido 800 y en 1500 se mostró bastante regular sobre 3:34-3:36. En el 800 olímpico enseguida se vio que había un atleta superior al resto, el brasileño de 21 años Joaquim Cruz (1963). El camino a la final exigía superar tres duras rondas previas. En la primera ronda Cruz se fue a 1:45.66, justo un segundo delante de Ovett, mientras Coe ganaba su serie en 1:45.71. Cruz hacía en cuartos 1:44.84, con Ovett segundo 1:45.72. Coe era tercero en su serie con 1:46.75. La semifinal de Cruz fue tremendamente rápida, con el brasileño en cabeza desde el inicio, terminando en 1:43.82. Ovett conseguía la clasificación in extremis, cayéndose con 1:44.81, su segunda mejor marca de siempre. En la segunda semifinal, táctica, Coe dominó sin problemas, imponiéndose con 1:45.71. Pese al tiempo de Ovett, la impresión que había dado no era buena. Entonces no se había hecho público pero padecía problemas bronquiales, en concreto asma de esfuerzo. Coe parecía en buena forma, pero tal vez no tan buena como para derrotar a Cruz. En la final el keniano Erwin Koech (1961) tomó la cabeza desde el principio, dando paso a la primera vuelta en 51.07, con Cruz pisándole los talones. En la contrarrecta, las posiciones no variaron, con Coe peleando por la cuerda, sin conseguirla, con el joven plusmarquista estadounidense Earl Jones (1964), tercero y cuarto. Koech siguió en la cabeza hasta la última recta, momento en que Cruz tomó la cabeza y se fue hacia la meta sin oposición. Coe peleaba por la segunda plaza, que finalmente consiguió, con Jones, que fue bronce. El tiempo del brasileño, 1:43.00 lo convertía en el segundo mejor atleta de siempre en aquellos momentos. Coe, con 1:43.64, 0.19 menos que Jones, conseguía su mejor registro desde 1981. Por su parte Ovett había aguantado con el grupo hasta los últimos 200 m. Acabó desfondado con 1:52.28 y serias dificultades para poder respirar.

Coe conseguía el mismo resultado que el Moscú, cuatro años antes, pero esta vez ante un rival superior, que probablemente estaba a la altura del Seb Coe de 1981. Sin embargo no pudo ocultar cierta decepción, pues considerándose un corredor de 800 m que corría milla, sabía que ya no tendría otra oportunidad para ser campeón olímpico en su prueba favorita. Días después se convertía en el hasta la fecha único ganador de dos oros olímpicos en 1500, con su victoria en esta prueba. Ovett, que, en un alarde de pundonor, había conseguido entrar en la final, abandonó, falto de fuerzas, en el último 300. Para él la temporada se había terminado. Coe corrió un 1500 más y también dio el año atlético por finalizado.

Para Ovett los Juegos de Los Ángeles fueron su despedida de la alta competición. Había comenzado a despuntar muy joven y, aunque solo tenía 28 años, el cuerpo ya no le respondía. Hizo un intento de subirse a los 5000 m. En 1986 mejoró su marca personal hasta 13:20.06 y fue campeón de esta prueba en los Juegos de la Commonwealth, derrotando a sus compatriotas Jack Buckner (1961) y Tim Hutchings (1958). Sin embargo, justo un mes después, abandonaba en la final del Europeo de la prueba mientras Buckner era oro con plusmarca de los campeonatos aún vigente, 13:10.15, y Hutchings ganaba el bronce. Ovett siguió compitiendo hasta su retirada, en enero de 1991, pero ya lejos de los mejores del mundo.

A Coe aún le quedaban algunos éxitos. En 1985, año sin campeonatos importantes, realizó su tercera mejor marca de siempre en 800 m, 1:43.07, si bien resultó derrotado por Cruz, 1:42.54. En 1986 tomó parte por primera vez en los Juegos de la Commonwealth, en la prueba de 800 m, pero una lesión le impidió salir en la final, que ganó Steve Cram. Se pudo recuperar, no obstante, para el Europeo al aire libre, donde consiguió su único oro en un gran campeonato de 800 m. La carrera fue todo un alarde e Coe. El alemán Peter Braun (1962) dio paso al primer 400 en 51.98, con Coe en última posición. A falta de 250 m el escocés Tom McKean (1963) se colocaba en cabeza, con Cram a su lado intentando adelantarlo. McKean fue capaz de mantener la posición en toca la curva, con Cram haciendo metros de más, mientras Coe se situaba detrás de ambos. El acelerón final favoreció a Coe, que se impuso con 1:44.50, 0.11 menos que McKean, plata, mientras Cram era tercero con 1:44.88.

Cram pudo tomarse la revancha derrotando a Coe en los 1500 m, quien unos días después realizaba su mejor marca de siempre de 1500 m, 3:29.77, a 0.31 de la plusmarca mundial de entonces. Para Coe estos fueron sus últimos grandes campeonatos. Se perdió la temporada de 1987 por lesión. En 1988 corrió en 1:43.93 y 3:35.72, mínimas olímpicas en ambos casos, pero realizadas fuera de plazo. En 1989, con casi 33 años, aún fue capaz de correr los 800 m en 1:43.38. Ese año fue segundo en la Copa del Mundo en 1500 m. Se retiró siendo 6º en los 800 m de los Juegos de la Commonwealth de Auckland en 1990.

La historia de Steve Ovett y Sebastian Coe con los 800 m es particular. El primero acabó dejando de lado la prueba y, sin embargo, fue campeón olímpico. El segundo hizo registros impensables en su momento y, sin embargo, no pudo ser campeón olímpico. Así es el atletismo. Pero ambos están entre los más grandes de siempre. Llevaron este deporte a una dimensión mediática impensable.

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