El 1500 español en los Mundiales de atletismo

La gran actuación de los atletas españoles en el 1500 del reciente Campeonato Mundial celebrado en Eugene ha vuelto a poner esta prueba en el primer plano del panorama atlético español. En una rapidísima carrera, ganada por el británico Jake Wightman (1994) en 3:29.23, que fue capaz de batir al gran favorito, en noruego campeón olímpico Jakob Ingebrigtsen, 3:29.47, los españoles Mohamed Katir (1998) y Mario García Romo (1998) fueron tercero y cuarto respectivamente, con 3:29.90 y 3:30.20. Katir, plusmarquista español de los 1500, 3000 y 5000 m, había sido octavo en el 5000 de los Juegos de Tokio en 2021, año en que realizó sus mejores marcas. Con este bronce ha confirmado en la competición su valía cronométrica. García Romo, por su parte, demostró ser un excelente competidor y fue capaz de mejorar su tiempo anterior en la distancia por las de 5 segundos, de manera que se sitúa tercer español de todos los tiempos tras el propio Katir, 3:28.76, y el campeón olímpico en 1992 Fermín Cacho (1962), 3:28.95. Hubo otro español en la final. Ignacio Fontes (1998) fue el undécimo con 3:34.71, su mejor marca de la temporada.

España ha ganado un total de siete medallas en esta prueba en los Mundiales al aire libre, seis en categoría masculina. El último metal databa ya de 1999, cuando Reyes Estévez (1976) consiguió el bronce en una rapidísima carrera por detrás del marroquí Hicham El Guerrouj (1974) y el keniano Noah Ngeny (1978).

El primer campeonato del Mundo tuvo lugar en 1983. En aquel entonces los españoles José Luis González (1957) y José Manuel Abascal (1958) se codeaban con los mejores del mundo. Se esperaba que podrían estar cerca de las medallas. Finalmente solo Abascal pudo acceder a la ronda definitiva donde, en una carrera táctica, fue quinto. El campeón de Europa, el británico Steve Cram (1960), se hizo con el oro por delante del estadounidense Steve Scott (1956) y del entonces poco conocido marroquí Said Aouita (1959). Abascal fue medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de 1984, pero en 1987, tras un gran comienzo, una lesión le impidió rendir adecuadamente en el Mundial. González, que sí estaba un buena forma, fue plata, por detrás del somalí Abdi Bile (1962). González participó en la siguiente edición, la de 1991, pero no pudo clasificarse para la final. Este campeonato fue el de la presentación en sociedad de los dos atletas que dominarían la prueba en los años siguientes, el argelino Nourredine Morceli (1970), oro, y el español Fermín Cacho (1969), quinto.

Cacho y Morceli volvieron a enfrentarse en el Mundial de 1993. El español con el oro olímpico del año anterior y el argelino con plusmarca mundial de 3:28.86. A la hora de la verdad, el magrebí se mostró muy superior y venció cómodamente con 3:34.24, 1.32 menos que el español. Bronce fue el campeón de 1997, Abdi Bile. Hubo otro español en la final, Manuel Pancorbo (1966), que ocupó la undécima plaza. En 1995, Cacho no estaba en buenas condiciones físicas y solo pudo ser 8º. Otro español en la final, Isaac Viciosa (1969), llegó el doudécimo. Por delante, Morceli se enfrentaba al que sería su sucesor, Hicham El Guerrouj. El argelino venció fácilmente, pero sería la última vez. Siempre quedará la duda de lo que habría podido ocurrir en la final de los Juegos Olímpicos de 1996, donde el marroquí se cayó en la última vuelta, pero en 1997 El Guerrouj ya se mostró muy superior a todos sus rivales, con su oro incontestable, en el Mundial. Cacho, segundo, y Reyes Estévez, tercero, dejaron fuera del podio al otrora invencible Morceli, que continuaba siendo plusmarquista mundial con 3:27.37.

El Guerrouj sería el gran dominador de la distancia en los años siguientes. En 1998 estableció la actual plusmarca mundial de 3:26.00. Ganaría el 1500 de los Mundiales en 1999, 2001 y 2003. Una de sus escasas derrotas sucedió en la final olímpica de 2000, donde resultó batido por Noah Ngeny. En 2004, con casi 30 años, pudo, por fin, hacerse con el ansiado oro olímpico, por partida doble, en 1500 y en 5000 m. Volviendo al Mundial, como se indicó anteriormente, en 1999 el marroquí estuvo acompañado en el podio por Reyes Estévez, con Cacho cuarto y otro español, Andrés Díaz (1969), plusmarquista europeo de la distancia en pista cubierta, quinto. En 2001 hubo dos finalistas españoles, Reyes Estévez, quinto, y José Antonio Redolat (1976), sexto.

La presencia de los españoles en la final continuó en los años siguientes, con Estévez sexto, Roberto Parra (1976) undécimo y Juan Carlos Higuero (1978) duodécimo en 2003. En 2005 El Guerrouj se había retirado. El campeón fue el marroquí nacionalizado de Bahrein Rashid Ramzi (1980), que algún tiempo después resultaría descalificado por el consumo de sustancias prohibidas. En esa carrera Arturo Casado (1983) fue quinto, Higuero sexto y Estévez undécimo. Casado ocupó la séptima posición en 2007, con Sergio Gallardo (1979) duodécimo e Higuero décimo tercero. El entonces ya estadounidense Bernard Lagat (1974), un atleta tremendamente longevo, se hizo con el doblete en 1500 y 5000 m. No hubo finalistas españoles en 2009. En 2011, de una forma un tanto sorprendente, Manuel Olmedo (1984) entró el cuarto, a 0.25 del podio. El keniano Asbel Kiprop, un hombre en el que se tenían puestas las esperanzas de superar el registro de El Guerrouj, fue el ganador. Desgraciadamente, tiempo después, recibiría una sanción de cuatro años por el uso de fármacos prohibidos.

Hubo que esperar hasta 2017 para que hubiese otro finalista español. Adel Mechaal (1991), cuarto, se quedó a 0.18 del tercero, el noruego Filip Ingebrigtsen (1993). El oro fue para el keniano Elijah Manangoi (1993). Tampoco hubo españoles en la final de 2019.

En categoría femenina, la primera española en alcanzar una final de 1500 m en un mundial al aire libre fue Mayte Zúñiga (1964), novena en 1987. También estaría presente en la final de 1993, donde fue duodécima. Previamente, había sido doble finalista olímpica en 800 m en 1988 y en 1500 m en 1992. En 1995 consiguió ser también finalista en estos campeonatos al entrar octava en la final, aunque su mejor actuación tuvo lugar dos años más tarde. En una carrera táctica, ganada por la portuguesa Carla Sacramento (1971) con 4:04.24, Zúñiga fue cuarta a 0.10 del bronce. En 1999 Ana Amelia Menéndez (1972) obtuvo también un puesto de finalista, segunda española en conseguirlo, al ser octava.

En 2001 estuvo por primera vez en una final de 1500 m de un Mundial una atleta que se haría habitual en esta competición, Natalia Rodríguez (1979), que acabó sexta. Otra española, Nuria Fernández (1976), entró duodécima. En 2003 Rodríguez fue octava y en 2005 otra vez sexta. No estuvo en la final de 2007, donde Iris Fuentes Pila (1980) terminó décima. En 2009, Natalia Rodríguez entró en primera posición del 1500 del campeonato. Desgraciadamente un adelantamiento por la izquierda terminó con la etíope Gelete Burka (1986) en el suelo, lo que supuso la descalificación para la española. En esa misma final Nuria Fernández terminó cuarta. Rodríguez pudo paliar parcialmente su decepción con la medalla de bronce de 2011. En una carrera táctica, el oro fue para la estadounidense Jennifer Simpson (1986), 4:05.40, la plata para la británica Hanna England (1987), 4:05.68, y el bronce para Natalia, 4:05.87.

No volvió a haber presencia española en esta prueba hasta el último Mundial, donde Marta Pérez (1993) entró en el puesto undécimo, en una trepidante final de altísima calidad, ganada por la keniana doble campeona olímpica y ahora también doble mundial Faith Kipyegon (1994).

Parece que el 1500 español ha vuelto y ya ha comenzado a reverdecer viejos laureles. Seguro que durará. Hay mucha calidad.

Atletas españoles en las finales de 1500 m de los Mundiales al aire libre

1983 José Manuel Abascal 5º
1987 José Luis González plata
1987 Mayte Zúñiga 9ª
1991 Fermín Cacho 5º
1993 Fermín Cacho plata
1993 Manuel Pancorbo 11º
1993 Mayte Zúñiga 12ª
1995 Fermín Cacho 8º
1995 Isaac Viciosa 12º
1995 Mayte Zúñiga 8ª
1997 Fermín Cacho plata
1997 Reyes Estévez bronce
1997 Mayte Zúñiga 4ª
1999 Reyes Estévez bronce
1999 Fermín Cacho 4º
1999 Andrés Díaz 5º
1999 Ana Amelia Menéndez 8ª
2001 Reyes Estévez 5º
2001 José Antonio Redolat 6º
2001 Natalia Rodríguez 6ª
2001 Nuria Fernández 12ª
2003 Reyes Estévez 6º
2003 Roberto Parra 11º
2003 Juan Carlos Higuero 12º
2003 Natalia Rodríguez 8ª
2005 Arturo Casado 5º
2005 Juan Carlos Higuero 6º
2005 Reyes Estévez 11º
2005 Natalia Rodríguez 6ª
2007 Arturo Casado 7º
2007 Sergio Gallardo 12º
2007 Juan Carlos Higuero 13º
2007 Iris Fuentes Pila 10ª
2009 Nuria Fernández 4ª
2011 Manuel Olmedo 4º
2011 Natalia Rodríguez bronce
2017 Adel Mechaal 4º
2022 Mohamed Katir bronce
2022 Mario García Romo 4º
2022 Ignacio Fontes 11º
2022 Marta Pérez 11º

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Eugene 2022, un gran Mundial posolímpico

Esta madrugada en España, tarde en la Costa Oeste de Estados Unidos, tuvo lugar la última jornada del Campeonato del Mundo al aire libre 2022, celebrado en Eugene (Oregón), ciudad de origen de la multinacional Nike. Pese a ser un Mundial posolímpico, el nivel de la competición ha sido altísimo, con la consecución de tres plusmarcas mundiales y otras diez, incluyendo las dos nuevas pruebas de 35 Km marcha, plusmarcas de los campeonatos. Estados Unidos ha sido el absoluto dominador con 33 medallas, 13 de oro, y 318 puntos en la clasificación por puntos. Segundo, a considerable distancia, ha sido el potente equipo etíope, con 10 metales, 4 de oro.

Probablemente la gran estrella de este Mundial ha sido la vallista estadounidense Sydney McLaughlin (1999). McLaughlin, que ya había superado con 51.41 en las pruebas de selección su propia plusmarca mundial, corrió la final de 400 m vallas en unos tremendos 50.68, registro con el que habría sido séptima en la final de la distancia sin vallas. Redondeó su actuación con una última posta del relevo 4 x 400 m en 47.91, que le dio el oro a Estados Unidos.

En la prueba corta con vallas, la nigeriana Tobi Amusan (1997) se hizo con el primado universal al correr su semifinal en 12.12. Amusan, que había sido cuarta en la final olímpica de Tokio, mejoró hasta 12.06 en la final, pero la marca no fue válida por un viento de +2.5 m/s. La barrera de 12.00 no está tan lejos.

La tercera plusmarca mundial sucedió en el salto con pértiga. Desde su victoria en el Campeonato de Europa al aire libre de 2018 con 18 años, el sueco Armand Duplantis (1999) solo ha dejado de ganar, fue segundo, el Mundial al aire libre de 2019. Fue campeón de Europa en sala en 2021, olímpico en 2021 y del mundo en sala en 2022. En Eugene consiguió su quinta plusmarca mundial, con 6.21 m, y su 49º salto por encima de 6.00 m.

La velocidad masculina estuvo dominada por Estados Unidos con triplete en 100 m, con victoria de Fred Kerley (1995), subcampeón olímpico, con 9.86 (9.79 en series), y en 200 m, con el oro para Noah Lyles (1997), con 19.31. En el relevo, sin embargo, Estados Unidos, con muchos problemas técnicos, sucumbió ante el equipo canadiense. En la velocidad femenina sucedió algo similar con Jamaica, que hizo triplete en 100 m, donde se impuso la veterana Shelly-Ann Fraser-Pryce (1986), su décimo oro en esta competición, con 10.67, a Shericka Jackson (1994). Esta ganó el 200 con 21.45, segunda mejor marca de siempre, con Fraser-Pryce segunda. No fueron, sin embargo, las jamaicanas capaces de ganar el relevo, donde no pudieron con Estados Unidos.

Los 400 m masculinos fueron para el estadounidense Michael Norman (1997). El plusmarquista mundial, el surafricano Wayde van Niekerk (1992) volvía a la competición después de cinco años, tras una grave lesión. Fue quinto con 44.97. Estados Unidos se llevó el relevo. En categoría femenina se impuso la doble campeona olímpica, la bahameña Shaunae Miller-Uibo (1994), con 49.11. Como se indicó anteriormente, Estados Unidos, que no contó con ninguna atleta en la final de la prueba individual, ganó el relevo, con la inestimable colaboración de Sydney McLaughlin. En los 800 m masculinos, el keniano Emmanuel Korir añadió el título mundial al olímpico con 1:43.71. En categoría femenina se repitieron los dos primeros puestos de la final olímpica, con una disputadísima recta final entre dos veinteañeras, la estadounidense Athing Mu (2002), 1:56.30, y la británica Kelly Hodgkinson (2002), 1:56.38.

Un inglés, Jake Wightman (1994), que compite con Escocia, y un escocés, Josh Kerr (1997), han vuelto a poner el 1500 británico en el mapa mundial tras muchos años de ausencia. El primero había ganado el bronce en el Europeo al aire libre de 2018. Ambos obtuvieron sendos puestos de finalistas en el anterior mundial de 2019 con Wightman quinto y Kerr sexto. Este fue bronce olímpico el pasado año. En Eugene fue quinto, mientras el inglés, en una rapidísima carrera se proclamó brillante campeón del mundo, con mejor marca personal de 3:29.23, doblegando al gran favorito, el noruego Jakob Ingebrigtsen (2000). Los españoles tuvieron una gran actuación, con Mohamed Katir (1998), bronce, 3:29.90, y Mario García Romo (1999) cuarto con 3:30.20. En categoría femenina la keniana Faye Kipyegon (1994) se hizo con el oro con una gran marca de 3:52.96, por delante de la etíope Gudaf Tsegay (1997), 3:54.52. Probablemente la keniana esté en condiciones de asaltar la barrera de 3:50.00.

Curiosamente, los dos subcampeones de 1500, obtuvieron el oro en los 5000 m, en ambos casos en dos pruebas no demasiado rápidas, Jakob Ingebrigtsen en categoría masculina, 13:09.24, y Gudaf Tsegay en categoría femenina, 14:46.29. En ambos casos, los dos campeones de 10 000 m tuvieron una discreta actuación, tras ganar brillantemente sus oros. El ugandés Joshua Cheptegei (1996), que se había proclamado campeón mundial de 10 000 m en 27:27.23, con un gran acelerón final, solo pudo ser noveno en el 5000. Mientras la etíope Letesenbet Gidey (1998), que también había ganado el oro en 10 000 en la última recta con 30:09.94, ocupó la quinta plaza en los 5000 m. En el maratón se pudieron ver las dos mejores pruebas de la historia de esta competición, con sendas plusmarcas de los campeonatos a cargo de dos etíopes, Tamirat Tola (1991), 2h05:36, y Gotytom Gebreslase (1995), 2h18:11.

La final de los 110 m vallas resultó muy accidentada por la lesión en el calentamiento del campeón olímpico, el jamaicano Hansle Parchment (1990) y la descalificación del estadounidense Devon Allen (1994). Venció otro estadounidense, Grant Holloway (1997), 13.03, con una enorme actuación del español Asier Martínez (2000), bronce con mejor marca personal de 13.17. En los 400 m vallas había la duda de si el noruego campeón olímpico y plusmarquista mundial Karsten Warholm (1996) estaría recuperado de su lesión. Dio la sensación de que sí, pues lideró la final hasta la séptima valla, pero a partir de ahí se quedó sin fuerzas y acabó séptimo, 48.42, mientras el brasileño Alison dos Santos (2000), bronce olímpico, batía al estadounidense Rai Benjamin (1997), plata olímpica, con unos magníficos 46.29. En una carrera táctica masculina de obstáculos el marroquí Soufiane El Bakkali (1996) unió a su oro olímpico el mundial, 8:25.13. En categoría femenina ganó la kazaja, nacida keniana, Norah Jeruto (1995) con unos excelentes 8:53.02.

Los ganadores en las pruebas de marcha fueron en categoría masculina el japonés Toshikazu Yamanishi (1996) en 20 Km, 1h19:03, y el italiano Massimo Stano (1992) en la nueva prueba de 35 Km, 2h23:14. En categoría femenina el podio estuvo formado por las mismas atletas con la doble victoria de la peruana Kimberly García (1993), 1h26:58 y 2h39:16.

En el salto de altura se impusieron el qatarí Mutaz Essa Barshim (1991), campeón olímpico, con 2.37 m, mejor marca del año, y la australiana Eleanor Patterson (1996), con 2.02 m, plusmarca de Oceanía. La estadounidense oro olímpico en Tokio Katie Nageotte (1991) venció en el salto con pértiga. El oro en salto de longitud fue para el chino Wang Jianan (1996), con 8.36 m, y para la alemana Malaika Mihambo (1994), con 7.12 m. En triple salto masculino continuó el dominio del portugués Pedro Pablo Pichardo (1993), con mejor marca mundial del año, 17.97 m, y de la venezolana Yulimar Rojas (1995), con 15.47 m, 58 cm más que la segunda.

En el lanzamiento de peso masculino volvió a darse una dura pugna entre los estadounidenses Ryan Crouser (1992), plusmarquista mundial y campeón olímpico, y Joe Kovacs (1989), que lo había batido en el Mundial de pista cubierta. Se impuso el primero por 5 cm con 22.94 m. En categoría femenina la ganadora fue la también estadounidense Chase Ealey (1994), 20.49 m. En el lanzamiento de disco masculino hubo duelo de jóvenes, con el triunfo del esloveno de 23 años Kristjan Čeh (1999), 71.13 m, sobre el lituano de 19 Mikolas Aleknas (2002), hijo del doble campeón olímpico Virgilijus Aleknas (1972). La china Feng Bin (1994) venció en la categoría femenina, 69.12 m. En el lanzamiento de jabalina masculina repitió oro el atleta de Granada Anderson Peters (1997), 90.54 m. En categoría femenina también se impuso la anterior campeona mundial, la australiana Kelsey-Lee Barber (1991), 66.91 m. En el lanzamiento de martillo tampoco hubo cambio de campeón, con la victoria del polaco Paweł Fajdek (1989). La estadounidense Brooke Andersen (1995) conseguía su primer gran título con el oro en el lanzamiento de martillo femenino, 78.96 m, la primera vez que entraba en una gran final.

En el decatlón, tras una accidentada e irregular prueba, el francés plusmarquista mundial Kevin Mayer (1992) se hacía con la victoria, 8816 puntos. No hubo sorpresas en la categoría femenina con el triunfo de la belga doble campeona olímpica Naffisatou Tiam (1994), 6947 puntos.

En el relevo mixto la victoria fue para Estados Unidos y habría servido como despedida de la competición atlética de la velocista estadounidense Allyson Felix (1985), la atleta olímpica más laureada, con una nueva medalla de oro. Sin embargo, aún ganaría un nuevo oro, en el 4 x 400 femenino, al tomar parte en la semifinal.

España mejoró respecto a Doha, pero tuvo una actuación algo peor que en los Juegos de Tokio. En total hubo dos medallas, de bronce, y ocho finalistas en total. En la clasificación por finalistas España ha ocupado el puesto 17. Además de los citados Martínez, Katir y García Romo, una de las grandes alegrías del atletismo español fue el quinto puesto del relevo 4 x 100 femenino. El cuarteto formado por Sonia Molina Prados (1993), Jaël Bestué (2000), Paula Sevilla (1997) y Maribel Pérez (1993) tuvo que superar la plusmarca española para entrar en la final. Fueron segundas en su serie con 42.61. Mejoraron en la final con 42.51. La inmensa alegría de las relevistas españolas contrastaba con la decepción de las jamaicanas, segundas. En los 35 Km marcha femeninos Raquel González (1989) y Laura García Caro (1995) fueron quinta y sexta respectivamente con 2h42:27 y 2h42:45. En los 20 Km marcha masculino, Álvaro Martín (1994) fue séptimo. Finalmente Eusebio Cáceres (1991) ocupó la octava plaza en el salto de longitud. Al margen de los finalistas hubo otras buenas actuaciones. Claudia Conte (1999) fue novena en el heptatlón con marca personal de 6194 puntos. El marchador Alberto Amezcua (1992) ocupó la misma posición en los 20 Km. El veterano Miguel Ángel López (1988) fue décimo en los 35 Km marcha. Ignacio Fontes (1998) llegó a la final de los 1500, donde fue undécimo con mejor marca del año 3:34.71. También los obstaculistas Daniel Arce (1992) y Sebastián Martos (1989) estuvieron en la final de 3000 m obstáculos, donde fueron noveno y décimo cuarto respectivamente. Carlos Mayo (1995) repitió su decimotercer puesto de la final olímpica en un 10 000 de gran nivel. Las obtaculistas Irene Sánchez Escribano (1992) y Carolina Robles (1991) no entraron en la final pero ambas mejoraron sus plusmarca personales con 9:23.94 y 9:28.24 respectivamente. Otra actuación destacada fue la de Sara Gallego (2000), semifinalista en 400 m vallas con 54.49, a 0.15 de su plusmarca española.

Dado que este Mundial se aplazó del año pasado a este, en 2023 habrá un nuevo Mundial. Será en Budapest, del 19 al 27 de agosto. Pero la temporada continúa y el Europeo de Múnich está esperando. Será del 15 al 21 de agosto. Una nueva oportunidad para seguir disfrutando del atletismo.

Aquella tarde mágica de Milán en 1982

Los Campeonatos de Europa de pista cubierta comenzaron a disputarse en 1970, con la primera edición celebrada en Viena y periodicidad anual. De 1966 a 1969 tuvieron lugar las cuatro ediciones de la competición predecesora, los Juegos Europeos de pista cubierta. A España le fue bien en Viena, con tres medallas, una plata para el madrileño Juan Borraz (1946) y dos bronces, para el vigués Javier Álvarez Salgado (1943) en 3000 m y para el valenciano Rafael Blanquer (1945) en el salto de longitud. Hubo que esperar 10 años, hasta la edición de 1979, que se celebraba de nuevo en Viena, para que España volviese al medallero, con un oro para el granadino Antonio Páez (1956) en los 800 m. En 1980 el número de metales para España fue también de uno, bronce en 60 vallas para el oscense Javier Moracho (1957). Moracho se mantuvo en el medallero en 1981 con una plata en 50 m vallas, el mismo metal que el barcelonés Antonio Corgos (1960) en el salto de longitud. Hubo, además, un bronce para Antonio Páez en 800 m.

De esta manera, España llegaba a la edición de Milán en 1982 habiendo ganado seis medallas en toda la historia de la competición. Acudió con un equipo de 17 atletas, 16 hombres y la catalana Montserrat Pujol (1961), quien finalmente no pudo participar por problemas físicos. Pues bien, en 45 minutos se quedaron a punto de igualar el número histórico de metales. A las 17:05 del 7 de marzo tenía lugar la final de 400 m. El Palacio de Deportes de Milán solo tenía cuatro calles, por lo que solo había cuatro finalistas, entre ellos el madrileño Benjamín González (1958-2011), que se había clasificado por 0.01 para la prueba definitiva. Consiguió remontar un puesto en la última recta y alcanzar el bronce, con 47.41, a 0.37 del vencedor, el ruso, entonces soviético. Pavel Konovalov (1960). A las 17:30 se disputaba otra final, con doble representación española, los 1500 m, donde tanto el cántabro José Manuel Abascal (1958), que el día anterior había hecho plusmarca española en sala, 3:40.14, como el toledano José Luis González (1957) estaban en condiciones de subirse al podio. Tendrían dos rivales muy duros, el alemán Thomas Wessinhage (1952), campeón en 1975, 1980 y 1981, y el finlandés Antti Loikkanen (1955), ganador en 1978. En una carrera rápida, los dos españoles acabaron desbordando a Wessinhage, que había atacado a falta de 200 m y acabó fuera de las medallas. González ganaba el primero de sus cinco oros en pista cubierta un una nueva plusmarca española de 3:38.70, 0.21 menos que Abascal, plata, mientras Loikkanen era bronce con 3:39.62. Y aún quedaba otra final para rematar el medallero español, los 800 m, cuya salida se daba a las 17:25. Estaba Antonio Páez, que ya había ganado un oro y un bronce en esta competición, y el leonés Colomán Trabado (1958). Este cambió de ritmo a falta de 200 m, pero el granadino pudo superarlo en la última curva. Trabado perdía también la segunda posición a manos del alemán Klaus Peter Nabein (1960-2009). Mantuvo el bronce, con 1:48.35, a 0.33 del campeón, Antonio Páez. Este, que ya era el primer atleta español con dos medallas en esta competición, se convirtió en el primero con dos oros.

Hubo otros puestos destacados de atletas españoles. El alicantino Javier Arqués (1960) fue sexto en 60 m, tras haber hecho plusmarca española en las semifinales, 6.66. El granadino Francisco Sánchez Vargas (1958) fue quinto, con 7:57.82, en un 3000 de muy alto nivel donde el obstaculista alemán Patriz Illg (1957) pudo derrotar con 7:53.50, al italiano Alberto Cova (1958), 7:54.12, y al ruso, entonces soviético, Valeri Abramov (1956-2016), 7:54.46. Y el guipuzcoano de adopción Roberto Cabrejas (1952-2001) ocupó la quinta posición en el salto de altura con 2.22 m.

España terminó quinta en el medallero, en una actuación magnífica. La progresión del atletismo español se confirmó con las cinco medallas del Europeo al aire libre de Atenas ese año, si bien solo Abascal repitió en el podio.

Nota: Agradezco la magnífica crónica de Ángel Cruz del número 322, de abril de 1982, páginas 15-17, de donde he obtenido parte de la información para esta entrada.

Atenas 1982, donde se inicia el despegue del atletismo español

El primer campeonato de Europa tuvo lugar en Turín en 1934 en categoría masculina. En la siguiente edición, la de 1938, por primera y única vez se celebraron en lugares diferentes los campeonatos de categoría masculina, en París, y femenina, en Viena. España tomó parte por primera vez en el cuarto campeonato de Europa, el de Bruselas 1950. Hubo que esperar hasta 1958, en Estocolmo, para que hubiese un finalista español, el albaceteño Antonio Amorós (1927-2004), octavo en 10 000 m con 29:31.0, plusmarca española. Los españoles no volvieron a entrar entre los ocho primeros hasta 1966, en Budapest, con el vigués Carlos Pérez (1935), cuarto en maratón, el vizcaíno Ignacio Sola (1944), quinto en salto con pértiga, y el aragonés Alberto Esteban (1943), séptimo en 800 m, con plusmarca española de 1:47.4. A finales de los 60 se intentó hacer el Europeo cada dos años. Hubo campeonatos en 1969 y 1971, pero posteriormente se decidió pasar nuevamente a cada cuatro años. En Helsinki, en 1971, hubo tres finalistas en las tres pruebas de fondo. El vigués Javier Álvarez Salgado (1943) fue quinto en los 5000 m, el mismo puesto que el palentino Mariano Haro (1940) en 10 000 m, con 27:59.4, plusmarca española. El tercer finalista fue el madrileño Agustín Fernández (1938), octavo en maratón. Mariano Haro repitió puesto de finalista en 1974, en Roma, octavo en 10 000 m. La vallesana Carmen Valero (1955) se convirtió en la primera mujer española finalista al ser séptima en 1500 m, con 4:11.6, plusmarca española. Finalmente el equipo español del relevo 4×100, formado por Luis Sarria (1949), Juan Sarrasqueta (1952), Miguel Ángel Arnau (1957) y José Luis Sánchez Paraíso (1942-2017), ocupó la sexta plaza. La primera medalla llegó en 1978, con el oro en 50 Km marcha del barcelonés Jordi Llopart (1952-2020). Además otro barcelonés, José Marín (1950), fue quinto en 20 Km marcha, y el tarraconense José Alonso (1957) séptimo en los 400 m vallas.

España acudía al campeonato de Europa de 1982, que tendría lugar en Atenas, con un equipo formado por diecinueve hombres y cuatro mujeres. En las ocho ediciones anteriores, los atletas españoles habían obtenido un total de trece puestos de finalista, entre ellos una medalla, de oro. Se confiaba en aumentar el número de medallas. Había atletas que habían tenido una buena actuación en los Juegos Olímpicos de 1980, donde otra vez Jordi Llopart había conseguido la primera medalla para el atletismo español, con su plata en los 50 Km marcha. Pero hubo otras buenas actuaciones como el cuarto puesto del alicantino Domingo Ramón Menargues (1958), con 8:15.78, plusmarca española, la quinta posición en la misma prueba del granadino Francisco Sánchez Vargas (1958), la quinta y sexta plaza de José Marín en 20 y 50 Km marcha y los séptimos puestos del barcelonés Antonio Corgos (1960) en salto de longitud, y del oscense Javier Moracho en 110 m vallas. Todos estos atletas estarían en Atenas, igual que tres de los cinco medallistas del Europeo en pista cubierta de ese año, el cántabro José Manuel Abascal, (1958), plata en 1500 m, el leonés Colomán Trabado (1958), bronce en 800 m, y el madrileño Benjamín González (1958-2011), bronce en 400 m. No acudirían a Grecia por lesión los campeones de 800 m, el granadino Antonio Páez (1956) y de 1500 m, el toledano José Luis González (1957).

La realidad superó las previsiones más optimistas. Los campeonatos tuvieron lugar del 6 al 12 de septiembre y la primera medalla llegó al día siguiente, el 7 de septiembre con el oro de José Marín en 20 Km marcha que recorrió en 1h23:43, plusmarca del campeonato. Dos días más tarde, el 9, España conseguía su segunda medalla. Antonio Corgos acreditaba 8.23 m en el salto de longitud, conseguidos en 1980. Se había clasificado para la final con el segundo mejor salto de los participantes, 8.02 m, aunque necesitó tres intentos. En la final se atascó con 7.82 m, que le daban la sexta plaza el comienzo de la sexta ronda, pero un salto de 8.19 m lo encaramaron a la segunda posición, de donde no se movió y ganó la medalla de plata. El día 10 de septiembre hubo doble fiesta. Tenían lugar simultáneamente la llegada de los 50 Km marcha, donde Marín se hacía con la segunda posición, y la final de 3000 m obstáculos, en la que Domingo Ramón conseguía la medalla de bronce. En la prueba de marcha, Jordi Llopart, sexto, fue el único español finalista que no ganó una medalla. España cerró el campeonato con la medalla de bronce de José Manuel Abascal en los 1500 m el día 11, que bien pudo ser algo más, pero se vio perjudicado por la caída del escocés Graham Williamson (1960), momento en que aprovechó el inglés Steve Cram (1960) para escaparse y ganar el oro. Al cántabro no le faltó demasiado para alcanzarlo, pero lo abandonaron las fuerzas a falta de 20 m.

Desde los Campeonatos de Europa de Atenas de 1982, España ha ganado 81 medallas, 25 de oro, en 11 ediciones de esta competición. En agosto, en Múnich, habrá una buena oportunidad para seguir sumando. Es cierto que el peso del atletismo europeo en el concierto mundial ha decrecido y que se ha incrementado en número de pruebas. Aun así, la progresión del atletismo español es innegable. A veces cuesta pensar en que los inicios hubiesen sido tan humildes.

El difícil oficio de seleccionador

Este jueves 30 de junio se publicaron por parte de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) las listas oficiales de los atletas seleccionados para el próximo campeonato mundial al aire libre, que tendrá lugar en la ciudad estadounidense de Eugene (Oregón), entre los días 15 y 24 de julio. En cuanto se conocieron los atletas, surgió una terrible polémica por la elección de los representantes del 1500, al quedarse fuera el granadino Ignacio Fontes (1998). Fontes, acreditado en 3:33.27 (2021), y 13º en la final olímpica de Tokio el año pasado, fue tercero en el campeonato de España del pasado fin de semana, 3:35.94, superado por el salmantino Mario García Romo (1999), brillante campeón con mejor marca personal de 3:35.52, y por el plusmarquista español, el murciano de adopción Mohamed Katir (1998), 3:35.85. Cuarto fue el catalán de adopción Adel Mechaal (1991), 3:36.60, quinto en la última final olímpica. Tanto Katir como Mechaal habían disputado el día anterior una durísima final de 5000 m con un postrero kilómetro en menos de 2:22.0, 13:43.61 para el primero, oro, y 13:44.10 para el segundo, plata.

Trabajo duro para el seleccionador español, el valenciano José Peiró. Cuatro atletas, tres plazas y todos con méritos suficientes para ocupar una de ellas. Si el seleccionador es aficionado a los clásicos, quizá hubiese recordado el cuento número dos de la atemporal obra del infante don Juan Manuel, El conde Lucanor, en el que un hombre va con su hijo y una montura de pueblo en pueblo, y en todos y cada uno de ellos hay quien critica su forma de proceder.

Pese a que en una entrevista posterior a la publicación de la lista, Peiró afirmó que había considerado la posibilidad de haber dejado fuera a cada uno de los cuatro atletas, es probable que en el caso de Katir apenas entrase en esta eventualidad. Aunque claramente superado por García Romo en la final, posee la mejor marca española del año, 3:34.95, y la plusmarca nacional, 3:28.76 (2021), si bien nunca ha participado en un 1500 de un gran campeonato. Fue octavo en la final olímpica de 5000 m en Tokio.

La victoria en el campeonato de España de García Romo fue incontestable. Mejoró sus 3:35.79 previos en una carrera de campeonato en la que terminó la última vuelta en menos de 54.0 y los últimos 300 m en menos de 40.0. El salmantino, que reside y estudia en Estados Unidos, es el actual campeón universitario de ese país de la milla en pista cubierta y subcampeón en 1500 m al aire libre. En estos momentos su valía cronométrica es evidentemente mejor que su tiempo del campeonato de España, pero lo cierto es que García Romo no tenía mínima, 3:35.00, para el Mundial. Se clasifica por vía de la lista del año, puesto 25 el último día de plazo. Sin embargo, la RFEA, en una decisión muy discutible, había decidido previamente cerrar esta vía. Y en este caso ha tenido que desdecirse.

Fontes hizo un buen campeonato de España, al entrar tercero en una final de altísimo nivel, muy cerca de Katir. Pese a su juventud, el granadino ya demostró el año pasado en los Juegos Olímpicos su capacidad competitiva, al clasificarse para una final superlativa, donde fue 13º. No ocupó plaza de finalista olímpico, como se ha publicado erróneamente, al no haber entrado entre los ocho primeros. Como se indicó anteriormente, Fontes tenía la mínima para el mundial, 3:33.27.

El veterano Mechaal no conseguía su objetivo de ganar el campeonato de España e incluso se quedaba fuera del podio. Subcampeón de Europa de 5000 m en 2016 y cuarto en el Mundial al aire libre en 1500 en 2017, consiguió su mayor éxito al ser quinto en la final olímpica de Tokio, con mejor marca personal de 3:30.77, tras haber mejorado previamente en las semifinales con 3:32.19. Se atribuyó su actuación en el 1500 del campeonato de España a su gran esfuerzo en día anterior en los 5000 m.

Y ahora, con todos estos antecedentes, intentemos ponernos en la piel del seleccionador, porque es fácil ver los toros desde la barrera, pero cuando nos dan un capote y un estoque y nos mandan a la arena, las cosas ya no son tan sencillas. Y probablemente a Peiró no le resultó nada fácil la llamada que tuvo que hacer a Fontes para explicarle la decisión que había tomado. Unas horas después, cuando la lista se hizo pública, las redes sociales se inundaron de feroces críticas, con graves acusaciones, en ocasiones nada sutiles, de toda clase de favoritismos. Pero, no nos engañemos, si el descartado hubiese sido cualquier otro de los atletas, probablemente la reacción habría sido igual de virulenta, eso sí, en otro sentido.

Quizá una de las polémicas más mediáticas por un descarte para un gran campeonato fue la del talentoso atleta catalán Reyes Estévez (1976) para los Juegos Olímpicos de Sydney en el año 2000 en la prueba de los 1500 m. Reyes no logró ese año reproducir la forma de las temporadas anteriores, en que había sido brillante campeón de Europa (1998) y bronce mundialista (1999). Pese a estar fijo para los Juegos, siempre que acreditase un adecuado estado de forma, la RFEA decidió incluir a otros tres atletas, que sí habían demostrado buena forma. La polémica trascendió, con mucho, el mundo del atletismo. Locutores muy mediáticos, pero con escaso conocimiento de atletismo, o políticos, que no habían visto una pista ni por televisión, se permitieron el lujo de cuestionar la valía de los seleccionadores de entonces, que tuvieron que aguantar todo tipo de ataques personales. El tiempo demostró que había sido la decisión correcta.

En el caso actual, afortunadamente, hay algunas diferencias. Por un lado, las críticas, algunas de ellas muy fuera de lugar, se han limitado al ámbito atlético y el atleta inicialmente descartado sí había acreditado una forma adecuada. El propio jueves 30, día de la polémica, en la reunión de Estocolmo, saltaba la alarma. Mechaal se retiraba en la prueba de 3000 m. Dos días después se anunciaba que padecía una infección por Covid-19 y se anulaba su inscripción en los 1500 m del Mundial, plaza que pasaba a ocupar Fontes. Se mantiene, si se recupera, su lugar en los 5000 m. En unos días nadie recordará esta polémica, pero lo que han escrito algunos, escrito ha quedado. Solo cabe desear que no haya más contratiempos y que los tres excelentes representantes españoles en la prueba del kilómetro y medio den lo mejor de sí en Eugene.

Y como colofón, una opinión personal. Poder ir a un gran campeonato es un logro que está vedado a la inmensa mayoría de los atletas. Los criterios de la World Athletics ya son suficientemente duros. Tal vez no hay necesidad de endurecerlos más.