Eliud Kipchoge, la leyenda del maratón

En este blog se han dedicado varias entradas al keniano Eliud Kipchoge (1984), para plantear si era el mejor corredor de maratón de la historia (ya no hay dudas), cuando corrió los 42.195 m por debajo de 2 horas extraoficialmente y tras su sorprendente derrota en el maratón de Londres de 2020. Sin embargo nunca se había hecho una entrada con una semblanza sobre su sobresaliente carrera deportiva. Su nueva plusmarca mundial de maratón de 2h01:09 bien se merece contar todos sus logros atléticos desde el lejano año 2003.

Eliud Kipchoge nació en Kapsisiywa, condado de Nadi, el 5 de noviembre de 1984. Como muchos niños kenianos tenía que recorrer una buena distancia para llegar a la escuela, en su caso seis kilómetros de ida y vuelta, por lo que el pedestrismo llegó a su vida de forma natural. En 2001 se encontró a una persona que sería clave en su vida, el entrenador, plata olímpica en obstáculos en 1992, Patrick Sang (1964), quien, a partir de entonces, dirigiría sabiamente la carrera atlética del joven Eliud. Los resultados no se hicieron esperar. En 2002, ocupaba la quinta posición en el Mundial de Campo a Través, categoría sub20. No pudo acudir al Mundial en pista de la categoría por problemas físicos. Pese a ello, terminó el año con unos magníficos 13:13.03. Su ausencia del Mundial importó poco, porque al año siguiente estaba en uno nuevo, el absoluto al aire libre en la distancia de 5000 m. En la temporada invernal de ese año 2003 se había proclamado campeón mundial de campo a través sub20. Pese a haber realizado poco antes del Mundial de pista al aire libre unos excelentes 12:52.61, plusmarca mundial sub20 y quinta mejor marca de ese año, nadie consideraba al joven keniano candidato al oro. Se esperaba un gran duelo entre el marroquí, plusmarquista y campeón mundial de 1500 m, Hicham El Guerrouj (1974), acreditado ese mismo año en 12:50.24, y el etíope, campeón mundial de 10 000, Kenenisa Bekele (1982), 12:52.24 ese 2003. La final fue rapidísima. A falta de dos vueltas El Guerrouj decidió avivar más el ritmo y se colocó en cabeza. Al comenzar los últimos 400 m, el ritmo del marroquí había conseguido poner a todos sus rivales en fila, pero no lograba despegarse de Kipchoge ni de Bekele. Al entrar en la recta final, los tres estaban igualadísimos, aunque El Guerrouj seguía delante. Un terrible mano a mano entre este y Kipchoge acabó con la victoria del keniano por 0.04, 12:52.79 frente a 12:52.83, con Bekele tercero 12:53.11.

Kipchoge en una temporada había pasado de ser un buen corredor sub20 a incorporarse a la élite mundial. Sin embargo, el camino hacia lo más alto sería más largo de lo que se podría haber esperado aquella tarde de agosto de 2003. En 2004, llegó a la final olímpica con 12:46.53, segunda mejor marca del año, que a la postre resultaría la mejor suya de siempre, tras la plusmarca mundial de Bekele de 12:37.35. Este se presentó en los 5000 m de los Juegos de Atenas con el oro en los 10 000 m y El Guerrouj con un trabajadísimo oro en los 1500 m. Esta vez Kipchoge sí contaba para la victoria final, pero en una carrera lenta se vio superado tanto por el marroquí, como por el etíope, si bien peleó en una trepidante última recta hasta el final. Los tiempos fueron El Guerrouj 13:14.39, Bekele 13:14.59 y Kipchoge 13:15.10.

Un oro mundialista y un bronce olímpico son un extraordinario logro para cualquier atleta, pero mucho más si aún no se han cumplido los veinte años. Kipchoge se perfilaba como el posible dominador de las carreras de fondo en pista en las temporadas venideras. En los años siguientes el keniano fue un asiduo visitante de los podios en campeonatos de ámbito mundial. En 2006 se hizo con el bronce en el Mundial en sala, con 7:42.58, a 3.26 del ganador, Kenenisa Bekele. En 2007 fue plata en el Mundial al aire libre a 0.13 del ganador, el ya entonces estadounidense Bernard Lagat (1974), en una lentísima carrera, 13:45.87 por 13:46.00. En los Juegos Olímpicos de 2008 subió un peldaño respecto a la edición anterior y fue segundo a cierta distancia de Bekele, 12:57.82, frente a 13:02.80.

Esta plata olímpica fue, sin embargo, la última medalla que conseguiría Kipchoge en la pista. En los Mundiales de 2005 y 2007 fue quinto y séptimo, respectivamente en los 5000 m y no logró clasificarse para los Juegos de 2012. Esta merma de rendimiento en los 5000 m probablemente hizo que se replantease su carrera atlética y que se pasase al maratón. La transición fue bastante rápida. Sus últimas carreras de 5000 y 10 000 m, en esta última prueba había acreditado 26:49.02 en 2007, fueron en 2012. No volvió a tocar la pista desde entonces. Ese mismo año, el 1 de septiembre realizó 59:25 en medio maratón. Un mes después fue sexto en el campeonato del mundo de la distancia. El 17 de abril de 2013 Eliud Kipchoge corría su primer maratón, en Hamburgo. Difícilmente podría haberlo hecho mejor, ganador con 2h05:30. El 29 de septiembre volvía a Alemania, esta vez a Berlín, a disputar un nuevo maratón. Mejoró hasta 2h04:05, si bien resultó batido por su compatriota Wilson Kipsang Kiprotich (1982), quien con 2h03:23 se hacía con la plusmarca mundial.

El pase al maratón había obtenido un excelente resultado. Con tan solo dos carreras estaba codeándose con los mejores y a 42 segundos de la plusmarca mundial. En 2014 volvió a correr dos maratones, con sendos primeros puestos, Rotterdam, 2h05:00 y Chicago, 2h04:11. A partir de entonces, con la excepción de dos medios maratones, su preparación ha ido encaminada a disputar dos maratones al año, de los que ha ganado todos menos uno. En 2015, Londres 2h04:42 y Berlín 2h04:00. En 2016, Londres, 2h03:05, a 8 segundos de la plusmarca mundial del también keniano Denis Kimetto (1984) y el oro olímpico en Río, 2h08:44, su tercera medalla en los Juegos, primera de oro. Su victoria fue contundente, con una ventaja de 1:10 sobre el segundo, el etíope Feyisa Lilesa (1990).

En el año posolímpico, Kipchoge cambió ligeramente su rutina, sustituyendo el maratón de primavera por un intento no oficial de bajar de dos horas en una carrera preparada de 42 195 m en el circuito de Fórmula I de Monza. Se vería ayudado por un prototipo de zapatilla, por liebres de entrada y salida y por coches que le bloqueaban el viento. Se quedó muy cerca de su objetivo, 2h00:25. En otoño volvió al maratón oficial con una nueva victoria en Berlín, 2h03:32.

En 2018 tras calentar en Londres con nueva victoria, 2h04:17, consiguió en Berlín su primera plusmarca mundial, 2h01:39, 1:18 menos que Kimetto, tras un pase de 1h01:06 en la mitad de la prueba. El ritmo medio por kilómetro fue de 2:52.98.

En 2019 Kipchoge volvió a ganar en Londres, con la que en aquel momento era la segunda mejor marca de la historia, 2h02:37. En octubre renunció a Berlín para intentar, en una nueva carrera preparada, como en Monza, intentar romper la barrera de las dos horas. Esta vez sería en el Prater vienés. Su viejo rival, Kenenisa Bekele, que se había pasado a la distancia más larga, sacó partido de la ausencia del keniano en la capital de Alemania y se hizo con la victoria en un tiempo de 2h01:41, a apenas dos segundos de la plusmarca mundial de Kipchoge. El Keniano sí cumplió su objetivo en Viena, al acabar los 42 195 m en 1h59:41, a 2:50.16 cada kilómetro.

La pandemia por SARS Cov2 llevó a suspender casi toda la actividad atlética de 2020. Entre las excepciones se encontraba el maratón de Londres, que se trasladó de la primavera al 4 de octubre. Se anunció un gran duelo entre Kipchoge, que no había competido ese año, y Bekele, pero el etíope renunció dos días antes, alegando problemas físicos. Se esperaba una fácil victoria del keniano, pero saltó la sorpresa y, en un circuito de algo más de dos kilómetros en Saint James Park, solo pudo ser octavo, 2h06:49, a 1:08 del vencedor, el etíope Shura Kitara (1996). Si tenía algún problema, no se hizo público. Esta fue la segunda y, hasta ahora, última derrota de Kipchoge en la distancia.

En 2021 Kipchoge continuó siendo el de siempre, son sus dos maratones anuales. Ganó en Enschede (Países Bajos), 2h04:30. En los Juegos de Tokio, trasladados a esta temporada, se impuso fácilmente en el maratón celebrado en Sapporo, 2h08:38. Su ventaja sobre el segundo clasificado, en neerlandés Abdi Nageeye (1989) fue de 1:20.

Kipchoge volvió a Japón esta misma temporada de 2022, el 6 de marzo, para correr el maratón de Tokio. No perdió las buenas costumbres y ganó con 2h02:40. Este 25 de septiembre, en Berlín, anunció que intentaría mejorar su plusmarca mundial. Visto el pase de 59:51 en la primera parte de la prueba, su idea era bajar de las dos horas. En los últimos kilómetros aflojó, sin embargo, el ritmo y terminó en unos no menos magníficos 2h01:09, 30 segundos menos que su anterior tiempo, una media de 2:52.27 cada kilómetro. Tal vez con una primera mitad algo más lenta había podido realizar alrededor de 2h00:30, pero es evidente que se ve capaz de romper legalmente la barrera de las dos horas.

Ya antes de su actuación en Berlín este año, Eliud Kipchoge era la leyenda del maratón. Sin incluir las dos carreras de exhibición, ha ganado quince de los diecisiete maratones que ha disputado y ha sido campeón olímpico en dos ocasiones. Pero la leyenda continúa. Tal vez siga pensando que la barrera de las dos horas es posible y lo vuelva a intentar. De los grandes maratones le falta por ganar en Boston y en Nueva York. Y podría intentar un tercer oro olímpico, en los que serían sus quintos juegos. Tendría 39 años, pero para este hombre austero no parece que haya límites. Durante la semana vive en Kaptagat donde, según sus propias palabras, cuando no está entrenando lee y los fines de semana se reúne con su familia en El Doret, a 25 Km de su lugar de entrenamiento. Nos seguirá sorprendiendo.

Carreras de maratón de Kipchoge

2013 Hamburgo 1º 2:05:30 21 04 2013
2013 Berlín 2º 2:04:05 29 09 2013
2014 Rotterdam 1º 2:05:00 13 04 2014
2014 Chicago 1º 2:04:11 12 09 2014
2015 Londres 1º 2:04:42 26 04 2014
2015 Berlín 1º 2:04:00 27 09 2015
2016 Londres 1º 2:03:05 24 04 2016
2016 Juegos Olímpicos Río 1º 2:08:44 21 08 2016
2017 Exhibición Monza 2:00:25* 06 04 2017
2017 Berlín 1º 2:03:32 24 09 2017
2018 Londres 1º 2:04:17 22 04 2018
2018 Berlín 1º 2:01:39** 16 09 2018
2019 Londres 1º 2:02:37 28 04 2018
2019 Exhibición Viena 1:59:40* 12 09 2019
2020 Londres 8º 2:06:49 04 10 2020
2021 Enschede 1º 2:04:30 21 04 2021
2021 Juegos Olímpicos Tokio (Sapporo)* 1º 2:08:38 08 08 2021
2022 Tokio** 1º 2:02:40 06 04 2022

2022 Berlín 1st 2:01:09** 25 09 2022

*Tiempo no homologable
**Plusmarca mundial
***Oficialmente Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La prueba de maratón tuvo lugar en Sapporo
****Oficialmente Maratón de Tokio 2021. Se pospuso a 2022 por la pandemia

Anuncio publicitario

¿Hacia una nueva edad de oro de los 1500 m?

El pasado mes de julio la plusmarca mundial de los 1500 m del marroquí Hicham El Guerrouj (1974) cumplió 24 años. Es, con mucha diferencia, la plusmarca mundial más longeva de la distancia. La siguiente que más ha durado son los 3:29.46 del también marroquí Said Aouita (1959), del 23 de agosto de 1985 al 6 de septiembre de 1992. Tan solo dos atletas se han acercado al tiempo de El Guerrouj, el entonces keniano y hoy estadounidense Bernard Lagat (1974), que hizo 3:26.34 el 24 de agosto de 2001, y el keniano Asbel Kiprop (1989), que el 17 de julio de 2015 registró 3:26.69. Se pensaba que Kiprop, que entonces tenía 26 años, podría superar al marroquí, pero su irregularidad y su complicada relación con las sustancias prohibidas le impidieron mejorar. Otros dos atletas han conseguido bajar de 3:28.00, el anterior plusmarquista mundial, el argelino Nourredine Morceli (1970), 3:27.37 (12 07 1995), y otro keniano, Silas Kiplagat (1989), 3:27.64 (18 07 2014). Los siguientes de la lista mundial son un nuevo keniano, Noah Ngeny (1978), 3:28.12 (11 08 2000) y dos atletas que siguen en activo, presumiblemente por algunos años más, un keniano más, Timothy Cheruiyot (1994), 3:28.28 (09 07 2021), y el noruego Jakob Ingebrigtsen (2000), 3:28.32 (07 08 2021). Estos dos atletas lideran una nueva hornada de mediofondistas que puede conducir la prueba a una nueva edad de oro. Tras los grandes corredores de los 70, 80 y 90, la distancia entró en una notable crisis, en que no se mejoraban los tiempos del pasado y que dura hasta la actualidad. Sin embargo, algo está cambiando. Hay una nueva generación de mediofondistas que están consiguiendo muy buenos tiempos y a los que les gusta correr muy rápido. Desde el Mundial al aire libre de 2019, todas las competiciones disputadas se han ganado con grandes cronos, la final olímpica, el Mundial de 2022, los Juegos de la Commonwealth y el campeonato de Europa, las cuatro competiciones se saldaron con tres plusmarcas de los campeonatos, los 3:27.65 de El Guerrouj en el Mundial de 1999 siguen siendo muy duros. Estos son los representantes de la nueva generación, en la que, por cierto, vuelven los británicos.

Jakob Ingebritgsen (2000): con tan solo 22 años, recién cumplidos, este noruego ha acumulado un brillantísimo palmarés, cuádruple campeón de Europa de 1500 y 5000 m en 2018 y 2022, campeón olímpico de 1500 m y mundial de 5000 m. En pista cubierta ha sido campeón de Europa de 1500 y de 3000 m en 2021 y de 3000 en 2019. En los últimos años tan solo se le han escapado los oros de 1500 en los mundiales de 2022, tanto al aire libre como en pista cubierta. Es el actual plusmarquista europeo de 1500 y de 5000 m. En la distancia más corta, su presencia es garantía de carrera rápida.

Timothy Cheruiyot (1994): aunque este año se quedó fuera del podio del campeonato del Mundo al aire libre, su gran marca personal y su capacidad competitiva permiten seguir esperando de él lo mejor. Subcampeón mundial al aire libre en 2017 y campeón en 2019, el año pasado cedió ante Ingebrigtsen en la final olímpica. Este año su mejor resultado fue la plata en los Juegos de la Commonwealth.

Jake Wightman (1994): el escocés campeón del mundo de 1500 m al aire libre se asomó a la élite mundial cuando fue quinto en el 1500 del Mundial al aire libre de 2019 con 3:31.87. Al año siguiente realizó 3:29.47. No tuvo una buena actuación en los Juegos Olímpicos, donde fue décimo. En 2022 batió a Ingebrigtsen en el Mundial de Eugene con 3:29.23, mejor marca personal. Fue bronce en el kilómetro y medio de los Juegos de la Commonwealth y plata en los 800 m del Europeo al aire libre.

Josh Kerr (1997): otro escocés representante de la vuelta del mediofondo británico. En 2019 fue sexto en el Mundial al aire libre con 3:32.52. En la final olímpica se hizo con la medalla de bronce con 3:29.03, mejor marca personal. En el Mundial al aire libre de 2022 ocupó la quinta plaza. No corrió el Europeo tras una discreta actuación en los Juegos de la Commonwealth.

Mohamed Katir (1998): el español nacido en Marruecos sorprendió en 2021 al registrar 3:28.78 y 12:50.79 en 1500 y 5000 m respectivamente. En los Juegos de Tokio optó por la prueba más larga, donde obtuvo la octava plaza. En 2022, más centrado en las competiciones, fue bronce en el Mundial al aire libre en 1500 m y plata en los 5000 m del Europeo.

Abel Kipsang (1996): el keniano, que tiene una mejor marca de 3:29.56, ha estado cerca de algunos podios importantes. Fue cuarto en la final olímpica y en los Juegos de la Commonwealth. En el Mundial al aire libre ocupó la séptima posición.

Mario García Romo (1999): este español, excelente competidor, se incorporó a la élite mundial esta temporada. Fue cuarto en el Mundial al aire libre con 3:30.20, que superaba en más de cinco segundos y mejor tiempo anterior. Fue valiente y buscó el oro en el Europeo al aire libre. Acabó ganando la medalla de bronce.

Oliver Hoare (1997): el australiano ha tenido una temporada irregular. No se clasificó para la final del Mundial al aire libre, pero en los Juegos de la Commonwealth se impuso con 3:30.12 batiendo a Timothy Cheruiyot y a Jake Wightman

Jake Heyward (1999): el galés fue noveno en la final olímpica de Tokio. Esta temporada no se clasificó para el Mundial al aire libre al ser cuarto en el campeonato británico. Fue quinto en los Juegos de la Commonwealth, con 3:31.09, mejor marca personal, y plata en el Europeo al aire libre.

Stewart McSwey (1995): el australiano plusmarquista continental de los 1500 m, 3:29.51 fue séptimo en la final olímpica de Tokio. Este año ocupó la novena plaza en el Mundial al aire libre. Se lesionó para disputar los Juegos de la Commonwealth.

Estos son los diez hombres más fuertes del momento, pero hay otros en la recámara que podrían dar el salto en cualquier momento, el estadounidense Cole Hocker (2000), sexto en Tokio con mejor marca personal de 3:31.40, el neozelandés Samuel Tanner (2000), sexto en los Juegos de la Commonwealth con 3:31.34, el británico Matthew Stonnier (2001), séptimo en los mismos Juegos con 3:32.50, o el etíope Samuel Tefera (1999), dos veces campeón del mundo en pista cubierta y acreditado en 3:30.71.

Esta masa crítica de buenos corredores está generando una competitividad que puede devolver a la algo devaluada prueba de los 1500 m el brillo de antaño, aunque para ello tendrán que superar el vetusto tiempo de Hicham El Guerrouj. Las próximas temporadas prometer ser magníficas.

Lista mundial de 1500 m temporadas 2021 y 2022

1 3:28.28 Timothy CHERUIYOT 1995 KEN Mónaco 09 JUL 2021
2 3:28.32 Jakob INGEBRIGTSEN 2000 NOR Tokio 07 AGO 2021
3 3:28.76 Mohamed KATIR 1998 ESP Mónaco 09 JUL 2021 1262
4 3:29.05 Josh KERR 1997 GBR Tokio 07 AUG 2021 1258
5 3:29.51 Stewart MCSWEYN 1995 AUS Mónaco 09 JUL 2021 1252
6 3:29.56 Abel KIPSANG 1996 KEN Tokio 07 AGO 2021 1251
7 3:30.12 Oliver HOARE 1997 AUS Birmingham 06 AGO 2022
8 3:30.20 Mario GARCÍA ROMO 1999 ESP Eugene 19 JUL 2022
9 3:30.30 Charles Cheboi SIMOTWO 1995 KEN Mónaco 09 JUL 2021
10 3:30.42 Marcin LEWANDOWSKI 1987 POL Mónaco 09 JUL 2021
11 3:30.71 Samuel TEFERA 1999 ETI Mónaco 09 JUL 2021
12 3:30.77 Adel MECHAAL 1990 ESP Tokio 07 AGO 2021
13 3:31.08 Jake HEYWARD 1999 GBR Birmingham 06 AGO 2022
14 3:31.34 Samuel TANNER 2000 NZL Birmingham 06 AGO 2022
15 3:31.40 Cole HOCKER 2001 EUA Tokio 07 AGO 2021

Asier Martínez, la maestría competitiva

Mariano García Verdugo (1948), ilustre entrenador, suele contar una frase de Josep Marín (1950), el mítico marchador y posteriormente entrenador. Dice Marín que hay los grandes atletas son los que consiguen llevar la tensión competitiva de aquí (golpe de pecho) a aquí (golpe de espalda). Sin duda Asier Martínez (2000) es uno de ellos, pues tiene la buena costumbre de realizar siempre su mejor marca en el mejor lugar, en la gran competición.

Asier Martínez Echarte nació el 22 de abril de 2000 en la localidad navarra de Zizur Mayor, a 5 Km de Pamplona, donde ha desarrollado toda su carrera deportiva. Teniendo una familia de deportistas, su madre había sido vallista, comenzó a practicar atletismo en 2015. En 2016 se encontró con el entrenador de su vida, François Beoringyan (1974), un francés antiguo saltador de altura de 2.20 m, nacido en Chad. El joven Asier alternó inicialmente las vallas y el salto de altura, modalidad en la que sería campeón de España sub18 en 2017, mientras en la misma competición en las vallas, de 0.915) era segundo, detrás del valenciano Luis Salort (1999), 13.62, por 13.94. Esa temporada hizo su mejor marca de salto de altura de siempre, 2.04 m. En 2018 apenas compitió en altura y se dedicó a los 110 m vallas. Con las vallas a 99 cm, fue tercero en el campeonato de España sub20, por detrás de Salort, 13.43, y de otro valenciano, Enrique Llopis (2000), 13.50. Estos dos atletas eran entonces muy superiores a Martínez. Llopis volvió a derrotar a Martínez en el campeonato de España sub20 de 2019, 13.43 frente a 13.60. Ambos fueron al Europeo de la categoría donde el primero ocupó la cuarta plaza y el segundo no entró en la final. En las vallas de categoría absoluta, Martínez bajaba por primera vez de 14.00 al hacer 13.93.

En 2020, muy limitado por la pandemia, Martínez logró el oro en el campeonato de España sub23 con 13.70, su mejor marca entonces. Su salto de calidad llegó en 2021. En pista cubierta consiguió su primer campeonato de España absoluto, con 7.63, su mejor marca. En el Europeo en sala fue cuarto, con 7.60. Comenzó la temporada al aire libre con 13.58 y 13.34. La mínima olímpica era 13.32. La consiguió en el campeonato de España, 13.31, lo que le valió el segundo puesto tras Orlando Ortega (1991), 13.30. En el campeonato de Europa sub23 se proclamó campeón, con 13.34, con Enrique Llopis bronce, 13.44. Sobre el papel esta era su competición. Se suponía que iría a los Juegos de Tokio a aprender, pero aprendió muy rápido y su competición acabó siendo la olímpica. Comenzó ganando su serie clasificatoria con 13.32. Fue tercero en la primera semifinal con 13.27, el mejor tiempo de la repesca. Contra todo pronóstico se plantaba en la final. Y una vez allí, no se relajó, sino todo lo contrario, y volvió a hacer la mejor carrera de su vida, 13.22 y sexto.

Martínez había dado un enorme salto de calidad cronométrico, de 13.70 la temporada anterior a 13.22, pero lo más impresionante es que tanto en el campeonato de España, como dos veces en los Juegos Olímpicos había hecho plusmarca personal. Y los éxitos continuaron en 2022. En pista cubierta mejoró su tiempo de 60 m vallas a 7.55. Se quedó cerca, tanto al ganar el campeonato de España, 7.56, como al quedar cuarto en el mundial en sala, 7.57. Este resultado lo consolidaba como uno de los vallistas del momento. Su rendimiento al aire libre, sin embargo, dejó muy atrás su resultado bajo techo. Demostró una gran forma con un nuevo oro en el campeonato de España de 110 m vallas y 13.15 ventosos. En el Mundial se impuso en su serie con 13.37 y fue segundo en su semifinal con 13.26. La medalla parecía, no obstante, casi imposible, con cuatro atletas muy superiores. Pero la mala fortuna quiso que el jamaicano campeón olímpico Hansle Parchment (1990) se lesionase y que el mejor marquista del año, 12.84, el estadounidense Devon Allen (1994) hiciese una salida nula en el límite. Martínez aprovechó la oportunidad y consiguió la medalla de bronce, haciendo honor a su hábito de mejorar en las grandes ocasiones. Esta vez fue 13.17.

Martínez hizo lo que tenía que hacer, mejorar en la final y obtuvo su premio. Pero aún quedaba otro premio. En un año extraño con Mundial y Europeo al aire libre, faltaba el Europeo, donde, esta vez sí, el español era favorito. Se habló de que hasta entonces siempre había superado las expectativas y algunos pensaban si no le pesaría la condición de candidato al título. Pues tampoco. Exento de disputar la serie, hizo 13.25, el tiempo más rápido de las semifinales y volvió a hacer marca personal en la final, 13.14 y oro por una sola milésima.

Estudiante de Ciencias Políticas, si le respetan las lesiones, su enorme capacidad competitiva lo podría conducir a un historial sin precedentes en el atletismo español. Es un valor seguro, un maestro de la competición.

Femke Bol, la elegancia sobre las vallas

Probablemente la atleta más destacada, en ambas categorías, del reciente campeonato de Europa de Múnich haya sido la neerlandesa Femke Bol (2000), con su triple oro en los 400 m lisos, los 400 m vallas y el relevo 4 x 400 m. Incluyendo todas las rondas, Bol disputó un total de cinco carreras. Además de por su indudable calidad, sin duda también destaca sobremanera por su elegancia y educación con el resto de las rivales. Fuera del continente, pese a tener una mejor marca de 52.03, la tercera de siempre, la estadounidense Sydney McLaughlin (1999) es, de momento, inabordable. Su plusmarca mundial de 50.68 parece más un tiempo de 400 m lisos.

Femke Bol nació en la ciudad neerlandesa de Amersfoort, en el centro del país, el 23 de febrero de 2000. Comenzó a practicar atletismo a los siete años. A partir de los quince se centró en los 400 m lisos. En 2015 disputó su primera competición internacional, el Festival Europeo de la Juventud, en la vuelta a la pista, pero no pasó de las series. En 2017 conseguía ser semifinalista en el Europeo sub20 también en los 400 m lisos. No comenzó con los 400 m vallas hasta 2019, y los resultados fueron excelentes. Se proclamó campeona de Europa sub20 y llegó a las semifinales del Mundial absoluto, con una mejor marca de 55.32 en las series. Apenas compitió en lisos. Aun así realizó 52.98.

En la temporada 2020, pese a la pandemia por SARS COV 2, Bol continuó progresando notablemente. En las vallas se fue a 53.79, mejor marca mundial del año, en un año en que no compitieron ni Dalilah Muhammad (1990) ni Sydney McLaughlin, campeona y subcampeona del mundo en 2019, con 52.16, plusmarca mundial, y 52.23, respectivamente. Bol también se superó en los lisos con 51.13.

El año 2021 arrancó con la incertidumbre de si habría Juegos Olímpicos, inicialmente pospuestos para el mes de julio y que finalmente se celebraron sin público. Las dos estadounidenses parecían muy superiores a Bol. La neerlandesa se preparó a conciencia y ya en la temporada de invierno se mostró muy fuerte al imponerse en los 400 m lisos del campeonato de Europa en pista cubierta con 50.63, que superaba su tiempo al aire libre. En la temporada estival, apenas prestó atención a los lisos, aunque bajó a 50.37. En las vallas disputó doce carreras y tan solo perdió en la final olímpica. Llegó a Tokio con 52.37, segunda mejor marca del año, tras la plusmarca mundial de McLaughlin, 51.90, en las pruebas de selección olímpica. Tras imponerse en su serie y en su semifinal, Bol hizo en la final unos magníficos 52.03, que habrían sido plusmarca mundial unas semanas antes. Sin embargo, las estadounidenses fueron superiores. McLaughlin ganó el oro con 51.46 y Muhammad segunda con 51.58.

Tras consolidarse como una de las mejores vallistas de siempre, Bol planificó la temporada de 2022, con tres objetivos, el Mundial en pista cubierta de Belgrado, el Mundial al aire libre de Eugene y los Europeos al aire libre de Múnich, donde intentaría el triple oro en los 400 m lisos, 400 m vallas y el relevo 4 x 400. En sala llegó al Mundial con una mejor marca de 50.30. Se llevó sendas platas. En la prueba individual cedió ante la doble campeona olímpica, la banameña Shaunae Miller Uibo (1994), mientras en el relevo el cuarteto neerlandés resultó superado por las jamaicanas.

Al aire libre, en los 400 m vallas tuvo un resultado similar al del año anterior. Disputó once pruebas con una sola derrota, la del Mundial de Eugene. Acudió con la segunda mejor marca del año, 52.27, tras la nueva plusmarca mundial de McLaughlin, 51.41. En la final, la estadounidense no dio opción. Ganó con 50.68. Bol igualaba su mejor tiempo de la temporada y era segunda, a una considerable distancia.

El Mundial de Eugene solo era media temporada para Bol. Su gran objetivo era hacer triplete en el Europeo de Múnich, en 400 m lisos, 400 m vallas y el relevo 4 x 400 m. Una nueva norma dejaba exentos a los mejores de la lista del año de la primera ronda, por lo que la neerlandesa solo tuvo que disputar una ronda previa en ambas pruebas individuales, mientras en el relevo la reservaron para la final. Bol había participado en un único 400 lisos antes del Europeo, en el que había realizado marca personal de 49.75. En la final de Múnich se impuso con 49.44.

Dos días más tarde, obtuvo una victoria relativamente sencilla en los 400 m vallas, con 53.67, 0.73 menos que la ucraniana Viktoriya Tkachuk (1994).

La final del relevo 4 x 400 m tuvo lugar al día siguiente. Bol realizó una extraordinaria última posta en 48.52, definitivo para que las neerlandesas ganasen con unos excelentes 3:20.87.

Bol cerró una gran temporada con dos victorias en los 400 m vallas en las reuniones de Lausana y de Zúrich. Aunque McLaughlin parece imbatible, Bol solo tiene 22 años. Le queda mucho recorrido y el atletismo da muchas vueltas. Los 400 m vallas han entrado en una nueva dimensión. Estaremos atentos a su evolución.

Jake Wightman, la vuelta del mediofondo británico

Cuando se habla de la tradición británica del mediofondo la mayoría de los aficionados probablemente se refieren a la década prodigiosa de 1978 a 1988, en que la rivalidad entre Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956) trascendió no solo el mundo del atletismo sino también el del deporte. Ambos se convirtieron en iconos mundiales. Pronto se les unieron otros dos atletas algo más jóvenes, Steve Cram (1960) y Peter Elliott (1962). Plusmarcas imposibles, luchas cronométricas a distancia y enfrentamientos en las grandes competiciones hicieron que la atención mediática se focalizase en el medio fondo británico. En tan solo seis años se mejoró la plusmarca mundial de la milla (1609.34 m) seis veces, por tres segundos en total.

La tradición británica, sin embargo, llevaba décadas en relativa crisis. Fue en las Islas donde comenzó el atletismo de competición, inicialmente con el pedestrismo y posteriormente cuando se trasladaron las carreras a los estadios de fútbol y de rugby con pistas de un cuarto de milla de cuerda (440 yardas o 402.33 m). La milla se convirtió en la referencia de este deporte. El mítico Walter George (1858-1943) fue capaz de correr la distancia en unos impresionantes 4:12.3/5 en 1885. En los primeros Juegos Olímpicos, los británicos se hicieron el oro en los 1500 m en 1900, con Charles Bennett (1871-1948), y en 1912 con Arnold Jackson (1891-1972). En los 800 m Alfred Tysoe (1874-1901) fue campeón olímpico en 1900. Tras la Primera Guerra Mundial, en los Juegos de 1920, Albert Hill (1889-1969) ganó los 800 y los 1500 m por primera vez en la historia. En las dos vueltas a la pista, los británicos encadenaron cuatro oros consecutivos con Douglas Lowe (1902-1981) en 1924 y 1928 y Tommy Hampson (1907-1965).

Sin embargo, desde los años 30 hasta los 70 la presencia de los británicos en la élite mundial del medio fondo se hizo mucho más escasa. Desde el oro de Hampson en los 800 m en 1932 hasta el de Steve Ovett en 1980, tan solo Derek Johnson (1933-2004) fue capaz de subirse al un podio olímpico, plata en 1934. En 1500 m, entre la victoria de Albert Hill en 1920 y la de Seb Coe en 1980, solamente hubo una medalla británica, Jerry Cornes (1910-2001), plata en 1932. Los británicos, sin embargo, sí consiguieron que uno de sus atletas se tornase inmortal, al conseguir bajar por primer vez de los cuatro minutos en la milla. El 6 de mayo de 1954, en Iffley Road, Oxford, Roger Bannister (1929-2018) corría la distancia en 3:59.4. Previamente, desde que la IAAF (hoy World Athletics) comenzó a dar el marchamo oficial a las plusmarcas mundiales, en 1912, solo otro británico, Sydney Wooderson (1914-2006) había sido plusmarquista mundial de la milla, 4:06.4 en 1937. Bannister estuvo mes y medio en lo más alto de la lista mundial. En 1957 otro británico, Derek Ibbotson (1932-2017) mejoraba en 1957 el techo universal de la distancia, hasta 3:57.2, que duró un año. Hubo que esperar más de dos décadas para que otro británico volviese a ser el mejor en la prueba. En 1979 Seb Coe corrió en 3:48.95 (3:49.0).

Tras varias décadas de limitada presencia, el medio fondo británico comenzó a acercarse a la élite mundial en los años 70 con Brendan Foster (1948), Frank Clement (1952), David Moorcroft (1952) y, sobre todo, Steve Ovett, que en 1974, siendo sub20, se proclamó subcampeón de Europa de 800 m. La progresión de Seb Coe a finales de la década condujo a un cerrado duelo entre ambos por el cetro del medio fondo mundial. Ovett había comenzado en los 800 metros pero acabó más centrado en los 1500 m y en la milla, mientras Coe se definía como un corredor de 800 m que de vez en cuando hacía 1500 m y milla. La presencia de estos dos excepcionales atletas permitió en inevitable surgimiento de otros grandes mediofondistas en las Islas. Los más destacados fueron Steve Cram y, posteriormente y en menor medida Peter Elliott. Durante esos últimos 70 y primeros 80, los británicos acapararon plusmarcas mundiales, podios europeos, mundiales y olímpicos, con el oro en 800 de Ovett en 1980 y los dos en 1500 de Coe en 1980 y 1984. Cram, campeón de Europa de 1500 en 1982 y 1986 y mundial en 1983, fue el primer atleta en bajar de 3:30.00, pero también prestó cierta atención a los 800 m, con su oro en los Juegos de la Commonwealth de 1986 y su bronce europeo el mismo año. Elliott comenzó corriendo 800 m. Fue subcampeón mundial de esta distancia en 1987 y también subcampeón olímpico de 1500 m en 1988.

Fue precisamente Peter Elliott quien marcó el fin de esta época dorada del medio fondo británico. Desde su plata en el 1500 de 1988, donde también fue cuarto en los 800 m, hasta el bronce del escocés Josh Kerr (1997) en Tokio en 2021, tan solo cuatro mediofondistas británicos lograron ser finalistas olímpicos, en 800 Curtis Robb (1972), sexto en 1992, y Andrew Osangie (1988), octavo en 2012, y en 1500, Michael East (1978), sexto en 2004, y Andrew Baddeley (1982), octavo en 2008. Las cosas comenzaron a cambiar en los últimos cuatro años, con la irrupción de una nueva generación de mediofondistas como el ya mencionado Josh Kerr, el galés Jake Heyward (1999), subcampeón de Europa de 1500 m, el joven Max Burgin (2002), líder del año en 800 m, 1:43.52, y, sobre todo, el campeón del mundo de 1500 m, Jake Wightman (1994).

Jake Wightman nació el 11 de julio de 1994 en Nottingham, en el seno de una familia de deportistas. Su padre, Geoff (1960), fue corredor de maratón, acreditado en 2h13:17, octavo en la prueba en los Juegos de la Commonwealth de 1990. Su madre, Susan (1960), de soltera Tooby, también se dedicó al maratón. Realizó su mejor marca, 2h31:33, en los Juegos Olímpicos de 1988, donde fue duodécima. Cuando Jake tenía diez años, la familia se trasladó a la localidad escocesa de Linlithgow, 32 Km al oeste de Edimburgo, razón por la que Wightman representa a Escocia en los Juegos de la Commonwealth. Con esos antecedentes no es de extrañar que el joven Jake se interesase por el atletismo, deporte que comenzó a practicar en 2011, bajo la dirección técnica de su padre. Enseguida empezó a destacar y en 2012 ya corría los 800 m en 1:52.16 y los 1500 m en 3:51.74. Mejoró notablemente al año siguiente hasta 1:48.01 y 3:43.74. Esa temporada se proclamó campeón de Europa sub20 de 1500 m. Su progresión continuó en 2014 con una mejoría de más de 8 segundos en 1500 m, hasta 3:35.09, lo que le valió la selección para los Juegos de la Commonwealth, donde no pasó de la primera ronda. No consiguió mejorar en las dos temporadas siguientes. En 2016 fue séptimo en los 1500 del campeonato de Europa al aire libre, pero no pudo obtener la selección olímpica. El año siguiente le fue mejor. Hizo marcas personales tanto en los 800, 1:45.42, como en los 1500 m, 3:34.17. Tomó parte en esta distancia en el Mundial de Londres, donde llegó a las semifinales.

La temporada de 2018 comenzó con un sexto puesto en los 1500 m del Mundial en pista cubierta y terminó con Wightman asomándose a la élite europea. Cronométricamente mejoró en 800 m hasta 1:44.61 y también ligeramente en 1500 m hasta 3:33.96. En los Juegos de la Commonwealth fue cuarto en los 800 m y bronce en los 1500 m, su primera medalla internacional. No fue la única ese año, pues en el Europeo al aire libre también fue bronce en los 1500 m, con 3:38.25, tras entrar sexto en la recta final. Resultó superado por el joven noruego Jakob Ingrebrigtsen (2000), 3:38.10, y por el polaco Marcin Lewandowski (1987), 3:38.14, que rebasó al británico casi en la llegada.

Si en 2018, Wightman se había asomado a la élite continental, en 2019 lo hizo a la élite mundial. Llegó al Mundial al aire libre con cinco carreras previas de 1500 m, entre ellas una derrota en el campeonato británico, en el que fue tercero, por detrás de Neil Gourley (1995) y de Josh Kerr. Los tres estarían en la final del Mundial, pero mientras Gourley y Kerr entraron sin mayores problemas por puestos, Wightman se clasificó con el peor tiempo de la repesca. La final fue, sin embargo, otra historia. El keniano Timothy Cheruiyot (1995) lanzó la carrera a un ritmo frenético, con pases de 54.94, 1:51.69 y 2:48.17, con unos 30 m de margen sobre el grupo perseguidor. Cheruiyot mantuvo la ventaja al entrar en la meta el primero, con 3:29.26. Segundo, a considerable distancia, fue el veterano campeón olímpico de 2012, el argelino Taoufik Makhloufi (1988), 3:31.38, con Lewandowski bronce, 3:31.46, Ingebrigtsen, cuarto, 3:31.70, y Wightman, que había corrido de forma muy inteligente, quinto con 3:31.87, mejor marca personal. Con Josh Kerr, sexto, también con marca personal de 3:32.52 y Gourley undécimo, el medio fondo británico volvía a hacerse notar en el concierto mundial.

La pandemia por SARS-COV2 limitó notablemente el año atlético de 2020, con la suspensión o aplazamiento del Mundial en pista cubierta de Nankín, el Europeo al aire libre de París y los Juegos Olímpicos de Tokio. No obstante, Wightman supo sacar el mayor partido de la poca actividad que tuvo lubar. En una temporada corta se dedicó principalmente a los 800 m, prueba en la que hizo su mejor marca, 1:44.18. Su única incursión en 1500 m, no pudo ser más exitosa. En Mónaco, el 14 de agosto realizaba 3:29.47, la segunda mejor marca británica de siempre tras los 3:28.81 de Mo Farah (1983), en una prueba en la que el británico fue tercero por detrás de Cheruiyot, que realizó 3:28.45, mejor marca de ese año, y de Ingebrigtsen, que superaba precisamente la plusmarca europea de Farah con 3:28.68.

El registro de Wightman en 2020, que acabaría siendo el tercero del año, lo convertía en un serio candidato para el podio olímpico de los Juegos de Tokio que, finalmente, se celebrarían en 2021 sin público. Pero las cosas no salieron con Wightman pensaba. El británico acudió a Tokio con 3:34.67 de ese año y una derrota ante Josh Kerr en el campeonato británico. Heyward, que los acompañaría a los Juegos, fue tercero. Wightman parecía en gran forma cuando se impuso en la primera semifinal con unos excelentes 3:33.48. En la segunda semifinal, no obstante, se rompieron todos los pronósticos, con el keniano Abel Kipsang (1996) ganador con plusmarca olímpica de 3:31.65. También entraban en la final los otros dos británicos, Kerr al ser tercero en dicha semifinal, con 3:32.18, llegaba a los Juegos con 3:31.55, y Heyward, por tiempos, con 3:32.52, su mejor marca entonces. En una final trepidante en la que Ingebrigtsen se imponía a Cheruiyot con 3:28.32, con Josh Kerr tercero, 3:29.05, Wightman solo pudo entrar en décima posición, justo detrás de Heyward.

La decepción olímpica no influyó en el ánimo de Wightman, si acaso lo estimuló, y el británico continuó preparándose para la que sería la mejor temporada de su vida. El 5 de junio realizaba unos buenos 3:32.62. Poco después, el 24 de junio, se hacía con el oro en el campeonato británico, imponiéndose a Gourley y a Kerr. Los tres irían al Mundial de Eugene. Heyward se quedaba fuera por 0.03. Con esas credenciales se presentó en la ciudad de Oregón, donde se plantó en la final del 19 de julio, sin hacer excesivo ruido, al ser cuarto en su serie y tercero en su semifinal. Kerr, vencedor de la segunda semifinal, lo acompañaría en la ronda definitiva, mientras Gourley no entraba por 0.01. La carrera no decepcionó. Kipsang dio paso al primer 400 en 55.5. Poco antes de pasar por segunda vez por la meta, Ingebrigtsen tomó la cabeza y cruzó los 800 m en 1:51.94, con Kipsang, Cheruiyot y Wightman muy cerca. El noruego seguía liderando con 1200 m, 2:48.17. En ese momento Wightman pasaba a la segunda posición y antes de la última curva se colocaba el primero. Ingebrigtsen no pudo contrarrestar el ímpetu del británico, que se proclamaba campeón del mundo con mejor marca personal de 3:29.23, 0.24 menos que el noruego, mientras los españoles Mohamed Katir (1998) y Mario García Romo (1999) eran tercero y cuarto, 3:29.90 y 3:30.20, y Kerr quinto con 3:30.60.

El británico en una carrera plena de fuerza e inteligencia daba la gran sorpresa al derrotar, con todo merecimiento, al gran favorito, Jakob Ingebritsen. Pero a Wightman aún le quedaban dos campeonatos, los Juegos de la Commonwealth, donde repetiría 1500, y el Europeo de Múnich, donde correría los 800 m. La final del 1500 de los Juegos de la Commonwealth volvió a resultar rapidísima. Había nada menos que seis británicos, tres escoceses, dos ingleses y un galés, además de dos kenianos, un australiano, un neozelandés, un canadiense y un surafricano. Kipsang marcó 54.87 en la primera vuelta. Cheruiyot le dio el relevo y pasó en 1:52.15 los 800 m y en 2:49.09 los 1200 m. Muy cerca de él estaban Kipsang, el australiano Ollie Hoare (1997), que se había quedado en semifinales en el Mundial, y Wightman. Como en Eugene, Wightman atacó faltando 200 m. Hubo un momento en que parecía que la victoria sería suya, pero a mitad de la recta final se vio superado por Cheruiyot. Parecía que la victoria sería para el keniano, pero en el último suspiro apareció Hoare como una exhalación y se hizo con el oro, con mejor marca personal y plusmarca de los campeonatos, 3:30.12, superando por dos segundos los 3:32.16 de Filbert Bayi (1953), en la mítica carrera de Christchurch de 1974. Heyward era quinto con mejor marca personal de 3:31.08, mientras Kerr no podía evitar la última plaza.

Con esta carrera, Wightman dejaba los 1500 m esta temporada, para centrarse en los 800 m. Antes del Europeo realizó unos excelentes 2:13.88 en 1000 m, novena mejor marca de siempre, equivalentes aproximadamente a 1:43.38 en 800 m. Esto reforzaba su condición de favorito para proclamarse campeón de Europa de 800 m.

En el Europeo de Múnich, Wightman accedió a la final sin problemas donde se encontró al español Mariano García (1997), campeón mundial en pista cubierta, dispuesto a ganar. Con 300 metros de carrera se colocó en cabeza, cruzando en 52.07 los 400 m. Mientras el español se pegaba a la cuerda e impedía que ningún atleta lo sobrepasase, el británico no acababa de encontrar su sitio. En la última curva este trató, sin fortuna, de superar a Mariano García, que lo hizo correr 100 m por la calle 2. En la recta final hubo un momento en que parecía que Wightman ganaría, pero finalmente hubo de ceder ante el español, que lo batió en 1:44.85, 0.06 menos que el británico.

Wightman y Mariano García volvieron a verse las caras doce días más tarde en el 800 de la reunión de Bruselas, con resultado muy diferente al de Múnich. El español, deseoso de hacer una gran marca, se colocó en los puestos delanteros desde el principio. El pase por los 400 m fue de 49.66. A falta de 200 m, sin embargo, se quedó sin fuerzas, mientras el británico, que se había mantenido en posiciones secundarias, dio un acelerón que lo llevó a hacer mejor marca personal de 1:43.65, quinto registro británico de siempre tras Coe, Cram, Elliott y Burgin.

Wightman, graduado en Administración de Empresas por la Universidad de Loughborough, la misma en la que estudió Seb Coe, ha sugerido que en el futuro podría considerar doblar en los 800 y los 1500 m de los grandes campeonatos, siguiendo la tradición de los grandes fondistas de su país. Sin duda es un firme candidato para los 1500 m de los próximos Mundiales de Budapest y de los Juegos de París. No lo tendrá nada fácil. Estamos entrando en una nueva edad de oro de la prueba, tanto en el ámbito mundial como en el propio Reino Unido. Nos esperan buenos tiempos.