Cuando comencé el blog, en 2016, lo hice con una serie de diez entradas sobre las mejores carreras de 1500 m (o de la milla). Con un añadido sobre la final olímpica de 2021 y la entrada dedicada a Gunder Hägg y Arne Andersson, quedaba cubierta la historia de los 1500 m y de la milla desde los años 40. Faltaba la parte desde el siglo XIX hasta los años 40, por lo que hoy inicio una serie de tres entradas sobre la historia de estas pruebas en esa época. La primera abarcará hasta los Juegos Olímpicos de 1920, la segunda sobre los años 20 y el dominio finlandés y la tercera sobre los años 30 y la rivalidad entra Luigi Becalli, Glenn Cunnhingham y Jack Lovelock. Empezamos.
El atletismo comenzó a mediados del siglo XIX en las Islas Británicas con la medida de la milla (1609.344 m) como su referencia. Inicialmente la carrera a pie era sinónimo de pedestrismo, pero alguien tuvo la brillante idea de trasladar las carreras a pistas, de tierra, construidas alrededor de los campos de fútbol y de rugby de un cuarto de milla de cuerda. La distancia de la milla se convirtió en la prueba reina. La gran figura del mediofondo del siglo XIX fue el inglés Walter George (1858-1943). George tomaba parte en distancias desde la media milla hasta las 10 millas. El 21 de junio de 1884 superaba su propia plusmarca mundial amateur de la milla hasta dejarla en 4:18 2/5. El escocés William Cummings (1858-1919) poseía la plusmarca mundial profesional en 4:16 1/5. George pidió permiso para que ambos se enfrentasen. La AAA (Amateur Athletics Association) británica lo denegó. Decidió entonces pasarse al atletismo profesional. El año siguiente, es 31 de agosto, en Lillie Bridge (Londres) ambos atletas se enfrentaron, con victoria de George con 4:20 1/5. Casi 12 meses después, el 23 de agosto de 1886, en el mismo lugar y ante 20 000 espectadores, George volvía a imponerse con unos entonces impresionantes 4:12 3/4. No hubo ningún atleta que corriese tan rápido hasta 1915. El año anterior había hecho 4:10 1/5, si bien esta marca no quedó suficientemente acreditada, en una carrera que tenía 5 metros y medio de más.
La primera edición de los Juegos Olímpicos tuvo lugar en Atenas diez años después, en 1896. Se trataba de un proyecto casi personal del aristócrata francés Pierre de Coubertin (1863-1937). En esta primera competición los mejores milleros estuvieron ausentes. la victoria en 1500 m fue para el australiano Edwin Flack (1873-1935), que no figuraba entre los 25 mejores de año, en una lista encabezada por el canadiense Richard Grant con 4:08.0+. En la dura superficie y las cerradas curvas del estadio Panatinaikos, Flack completó la prueba en 4:33.2. Su sucesor, cuatro años más tarde, en los Juegos Olímpicos de París, el británico Charles Bennett (1870-1949), corrió mucho más rápido, en 4:06.2, plusmarca mundial oficiosa. Duró hasta 1904, en los siguientes Juegos Olímpicos, que continuaban sin consolidarse, cuando el estadounidense James Lightbody (1882-1953) se hizo con el oro con 4:05.4. Dos años después, en los Juegos Intercalados no oficiales de Atenas volvió a ganar en los 1500 m.
Poco antes de los Juegos de 1908, que tendrían lugar en Londres, se rompía por primera vez la barrera de los 4 minutos en los 1500 m. El 30 de mayo de 1908, en el estadio londinense de White City, el británico Harold Wilson (1885-1932), corría la distancia en 3:59.8. Poco después, en la final olímpica, cedía ante el estadounidense Melvin Shepard (1883-1942), 4:03.4 frente a 4:03.6. El programa de esta prueba fue algo extraño, con ocho series semifinales, de las que solo se clasificaba el primero. El italiano Emilio Lunghi (1887-1925) resultó eliminado con el segundo mejor tiempo de los semifinalistas, 4:03.8. Otros ilustres no clasificados fueron el anterior campeón olímpico James Lightbody o el francés Jean Bouin (1888-1914)
El estadounidense Abel Kiviat (1892-1991) era el gran favorito para los Juegos Olímpicos de 1912. El 26 de mayo de ese año superaba la plusmarca mundial oficiosa de Harold Wilson con 3:59.2. El 1 de junio mejoraba hasta 3:56.8 y una semana más tarde se iba a 3:55.8, primera plusmarca mundial oficial reconocida por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, hoy World Athletics). En la final olímpica de Estocolmo, no pudo, sin embargo, con el británico Arnold Jackson (1891-1972). Jackson se impuso con 3:56.8, 0.1 menos que Kiviat y su compatriota Norman Taber (1891-1952), con los seis primeros por debajo de los 4 minutos. El británico se convertiría en general de brigada tras combatir en la Primera Guerra Mundial.
El cuarto lugar en la final olímpica fue para el también estadounidense John Paul Jones (1890-1970), El 31 de mayo de 1913, Jones se convertía en el primer plusmarquista mundial oficial de la milla, con 4:14.4. Dos años más tarde, el 16 de julio de 1915, Norman Taber superaba, por fin, a Walter George, al correr la prueba en 4:12.6. La entonces llamada Gran Guerra hizo que se cancelasen los Juegos Olímpicos de Berlín. Como sucedería dos décadas y media después, durante la Segunda Guerra Mundial con Hägg y Andersson, otro atleta de la neutral Suecia, John Zander (1890-1967), dominó el medio fondo, con plusmarcas mundiales, entre 1917 y 1918, en 1500 m, 3:54.7, 2000 m, 5:30.4 y 3000 m, 8:33. Al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, el mejor millero, con 4:14.4, era Joie Ray (1894-1978). Ninguno de los dos, sin embargo, lastrados por problemas físicos, llegó en forma a los Juegos Olímpicos de 1920, que se celebraban en Amberes. Zander abandonó en la final y Ray solo pudo se octavo. El ganador fue el británico Albert Hill (1889-1969), que se había hecho con el oro en 800 m unos días antes. En 1914 corría en 1:54.1 los 800 m y en 4:21.2 la milla. Tras combatir en la guerra, en 1918 retomó los entrenamientos, dirigido por Sam Mussabini (1867-1927), uno de los protagonistas de Carros de Fuego. En 1919, Hill corrió la milla en 4:16.8. Estuvo a punto de no ir a Amberes porque los seleccionadores consideraban que, con 31 años, era demasiado mayor para tomar parte en unos Juegos. En la final olímpica se impuso a su compatriota, de la misma edad, Philip Noel-Baker (1889-1982), 4:01.8 frente a 4:02.4. Hill corrió la milla en 4:13.8 en 1921. Ese mismo año se retiró y se hizo entrenador. Dirigió entre otros a su compatriota Sydney Wooderson (1914-2006), doble campeón de Europa antes y después de la Segunda Guerra Mundial y plusmarquista mundial de la milla en los años 30.
El caso de Philip Noel-Baker se merece un pequeño apartado. En 1912 había sido sexto en la final olímpica de 1500 m. Durante la guerra se dedicó a gestionar varias unidades de ambulancias en Francia y en Italia, bajo los auspicios de la Cruz Roja Británica. Por sus servicios recibió distinciones en su país, Francia e Italia. Al acabar el conflicto, sin dejar de competir, colaboró en la formación de la Liga de Naciones. Se retiró del deporte en 1924, año en que comenzó como profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Londres y posteriormente en Yale. Fue miembro de la Cámara de los Comunes y ocupó distintos cargos intermedios en el Gobierno Británico en los años 40 relacionados con Asuntos Exteriores. También formó parte de la delegación británica durante la formación de la Organización de las Naciones Unidas. En 1959 recibió el premio Nobel de la Paz.
Uno de los atletas destacados en los Juegos de 1920 fue un finlandés, entonces no demasiado conocido, llamado Paavo Nurmi (1897-1973). En la década que acababa de entrar se convertiría en uno de los mejores corredores de fondo de siempre, pero también en uno de los grandes mediofondistas.
Feliz Navidad a todos mis lectores. El blog está en una media de algo menos de 100 visitas diarias. No está nada mal.
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