Steve Cram, el tercer hombre (y III)

Sin duda la victoria en los 800 m Zúrich en 1:42.88 del británico Steve Cram (1960) sobre el brasileño campeón olímpico de la distancia Joaquim Cruz (1963) convenció al primero de que podía tomar parte con garantías en la doble vuelta de los grandes campeonatos. En 1986 los atletas británicos tenían dos grandes citas, los Juegos de la Commonwealth en Edimburgo a finales de julio y los campeonatos de Europa en Stuttgart un mes más tarde. Cram decidió preparar tanto los 800 como los 1500 m con intención de ganar los cuatro oros, lo que, a tenor de lo visto, en 1985 entraba dentro de lo posible.

Antes de los Juegos de la Commonwealth Cram volvió a dos de los escenarios de sus éxitos el año anterior. El Oslo el 5 de julio corría la milla en 3:48.31, su segunda mejor marca de siempre, y en Niza el 15 del mismo mes ensayaba la estrategia que pondría en práctica en los dos grandes campeonatos de ese año. Cram corría la primera vuelta en el medio del grupo y algo alejado de la liebre, que pasaba en 0.45 y toma de la cabeza en el 600, yéndose irresistible hacia la meta en unos magníficos 1:43.62.

El 31 de julio, en la final de los Juegos de la Commonwealth, Cram se encontró la carrera que buscaba. Inglaterra había clasificado a sus tres representantes, pero Seb Coe (1956) no salió en la final por problemas físicos. Otro inglés, Peter Elliott (1962) pasó los primeros 400 m en 51.03, con Cram cerrando el grupo, que seguía compacto. Con una sorprendente superioridad, Cram pasaba en la recta de enfrente de la última posición a la primera faltando 180 m. Entró en la meta destacado con la mejor marca mundial del año, 1:43.22, 1.58 menos que el escocés Tom McKean (1962), segundo. Unos días más tarde, Cram se imponía en un 1500 sin historia en 3:50.87.

El 28 de agosto, Cram estaba en la línea de salida de la final de los 800 m del Europeo, en la pista de Stuttgart, donde había llovido bastante. Su mayor rival parecía Coe, que esa temporada había corrido en unos buenos 1:44.10. El alemán Peter Braun (1962) dio paso al primer 400 en 51.98 con los dos británicos en las dos últimas plazas. En la contrarrecta, Cram fue ganando posiciones. Cuando intentó colocarse en cabeza a falta de 220 m, McKean se dio cuenta y se lo impidió haciéndose él mismo con la primera posición. Cram trató de superar a McKean, sin conseguirlo, durante toda la última curva, con Coe expectante en la tercera posición. La última recta fue un cerrado duelo entre los tres británicos, con victoria de Coe, 1:44.50, sobre McKean, 1:44.61, y Cram, 1:44.88, que perdió mucha energía tratando de adelantar en la curva. Para Coe era su primer triunfo en un 800 m de un gran campeonato. Había sido tercero en el Europeo de 1978 y segundo en 1982 y subcampeón olímpico en 1980 y 1984.

El 1500 se presentaba como una pugna entre los británicos Cram y Coe y los españoles José Manuel Abascal (1958), mejor marquista mundial del año con 3:31.13, y José Luis González (1957), plusmarquista español con 3:30.92. A la hora de la verdad los británicos se mostraron muy superiores. Abascal ni siquiera se clasificó para la final. La carrera definitiva resultó terriblemente lenta, con pases de 1:03.63 y 2:07.59. Tras un 1200 en 3:03.21, Cram se colocó primero, con González pisándole los talones y Coe tercero. Este superó a González a falta de 100 m, pero no pudo alcanzar a Cram, que renovaba su título europeo de la distancia, con 3:41.06, 0.52 menos que Coe. González perdía el bronce a falta de 50 m en beneficio del neerlandés Han Kulker (1959).

De los cuatro oros disputados en grandes campeonatos en 1986, Cram se había hecho con tres. Aún le quedaban tres buenas carreras. El 5 de septiembre en Bruselas intentó recuperar la plusmarca mundial de 1500 m, 3:29.46, que había superado el marroquí Said Aouita (1959) el año anterior. El propio Aouita estaba en la reunión, pero en la prueba de 2000 m. Cram estuvo en tiempo de plusmarca hasta los últimos 300 m. Realizó 3:30.15, mejor marca del año y la segunda mejor suya de siempre. El 9 de septiembre en Rieti, restaba unas centésimas a su mejor marca del año en 800 m, 1:43.19. Y el 12 de septiembre enLondres corría la milla en 3:49.49.

Tanto para Cram como para Coe, las medallas de Stuttgart fueron sus últimos metales en las grandes competiciones. A partir de 1987 el rendimiento de Cram descendió notablemente. Probablemente su frágil estructura muscular no pudo más. Comenzó esa temporada con una inesperada derrota en la Copa de Europa ante José Luis González, quien no le ganaba desde 1981. En una carrera muy lenta, con un último 400 en 50.2, el español venció con 3:45.49, 0.05 menos que el británico.

Según avanzaba la temporada, no obstante, las cosas no parecían ir mal para Cram. Realizó 3:50.08 en la milla en Oslo y 3:31.43 en 1500 m en Zúrich, batiendo claramente a González. Este tiempo era el segundo más rápido de la distancia de esa temporada, tras los 3:30.69 de Aouita. El marroquí, sin embargo. se había decidido por los 5000 m en el campeonato del mundo, con lo que el principal favorito parecía Cram. Coe se había perdido la temporada por problemas físicos. La final del 1500 del Mundial, a la que Cram había accedido sin problemas, comenzó con un ritmo lento, con un pase de 1:03.46 el primer 400. Se avivó ligeramente con una segunda vuelta en 2:03.90. A falta de 500 m, Cram tomaba la cabeza con un notable cambio de ritmo. Dio paso a los 1200 m en 2:57.74, un parcial de 53.84, con el somalí Addi Bile (1962), 3:31.71 ese año, y González inmediatamente detrás. El británico se vio superado por Bile y por el español en la mitad de la última curva y se quedó sin energía en la última recta. Entró octavo, andando, en 3:41.19, mientras Bile se proclamaba campeón del mundo con 3:36.80, 1.23 menos que González, segundo.

Cram había corrido en 1987 carreras muy rápidas de 1500 m, pero daba la sensación de que le costaba correr las tres rondas de los campeonatos tan seguidas. En 1988 unos mejores registros de 1:43.42 y de 3:30.95, mejor marca del año, además de 3:48.85 en la milla, también el tiempo más rápido de la temporada, lo convencieron para intentar el doblete en los Juegos Olímpicos de Seúl, donde uno de sus rivales sería Said Aouita, que volvía al mediofondo, tras haberse dedicado más a los 5000 m. El marroquí también disputaría los 800 m, prueba a la que apenas había prestado atención desde 1983. Pero ninguno de los dos había llegado en su mejor momento. Cram, afectado por una lesión en el muslo previa a los Juegos, se quedó en los cuartos de final de los 800 m, en una serie que ganó el marroquí. Este, tras conseguir brillantemente el bronce en la doble vuelta, no se presentó a su semifinal de 1500 m, después de haberse impuesto en su serie. En el kilómetro y medio, Cram, sin embargo, había dado una buena impresión tanto en su serie como en su semifinal. Ausentes Coe, Bile, González o el propio Aouita, aunque el británico no era su mejor versión, parecía superior a sus rivales, entre los que destacaba su compatriota Peter Elliott, cuarto en la final de 800, y su viejo conocido, el plusmarquista estadounidense de la milla Steve Scott. En la final, el primer 400 se pasó en 59,65, con todos los atletas agrupados. A falta de 800 m el keniano Peter Rono (1967) se colocaba en cabeza. Aunque el ritmo no varió en los 800 m, 2:00,31, Rono fue progresivamente aligerando el paso. A falta de una vuelta el cronómetro marcaba 2:43,03. Rono seguía en cabeza pero apenas nadie se despegaba. El 1200 se pasó en 2:56,69, con el grupo algo más estirado, pero pisando los talones al keniano. Parecía que su aventura tocaba a su fin cuando a falta de 250 m, Elliot, el alemán Jens-Peter Herold (1965) y Cram se le acercaron peligrosamente. En la última recta la impresión era que Rono se difuminaría, pero aún tuvo fuerzas para cambiar de ritmo y hacerse con un sorprendente oro en 3:35.96, delante de Elliot, 3:36.15, Herold, 3:36.21 y de Cram, 3:36.24, que se quedaba fuera del podio. 

Cram siguió compitiendo hasta 1994. En 1990 fue quinto en el 1500 del Europeo al aire libre. En 1991 y 1993 disputó las semifinales del Mundial al aire libre. Tras su retirada participó algunos maratones. Su mejor marca fue de 2h35:43 en 1999 en Londres. Licenciado en Educación Físicas, Cram ejerce como entrenador de corredores de fondo. Ha trabajado como comentarista de atletismo primero en Eurosport y en la actualidad en los deportes de la BBC. Atleta elegante y de una enorme calidad, sus problemas musculares le impidieron alcanzar incluso mayores cotas en el atletismo. Pese a ello, logró cuatro plusmarcas mundiales, dos oros y un bronce europeos, un oro mundial y una plata olímpica. Su retirada marcó el inicio de una larga travesía en el desierto del mediofondo británico, hasta la irrupción de Jake Wightman (1994), campeón del mundo en 2022, Josh Kerr (1997), bronce olímpico en 2021, o Jake Heyward (1999), plata europea en 2022.

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Jake Wightman, la vuelta del mediofondo británico

Cuando se habla de la tradición británica del mediofondo la mayoría de los aficionados probablemente se refieren a la década prodigiosa de 1978 a 1988, en que la rivalidad entre Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956) trascendió no solo el mundo del atletismo sino también el del deporte. Ambos se convirtieron en iconos mundiales. Pronto se les unieron otros dos atletas algo más jóvenes, Steve Cram (1960) y Peter Elliott (1962). Plusmarcas imposibles, luchas cronométricas a distancia y enfrentamientos en las grandes competiciones hicieron que la atención mediática se focalizase en el medio fondo británico. En tan solo seis años se mejoró la plusmarca mundial de la milla (1609.34 m) seis veces, por tres segundos en total.

La tradición británica, sin embargo, llevaba décadas en relativa crisis. Fue en las Islas donde comenzó el atletismo de competición, inicialmente con el pedestrismo y posteriormente cuando se trasladaron las carreras a los estadios de fútbol y de rugby con pistas de un cuarto de milla de cuerda (440 yardas o 402.33 m). La milla se convirtió en la referencia de este deporte. El mítico Walter George (1858-1943) fue capaz de correr la distancia en unos impresionantes 4:12.3/5 en 1885. En los primeros Juegos Olímpicos, los británicos se hicieron el oro en los 1500 m en 1900, con Charles Bennett (1871-1948), y en 1912 con Arnold Jackson (1891-1972). En los 800 m Alfred Tysoe (1874-1901) fue campeón olímpico en 1900. Tras la Primera Guerra Mundial, en los Juegos de 1920, Albert Hill (1889-1969) ganó los 800 y los 1500 m por primera vez en la historia. En las dos vueltas a la pista, los británicos encadenaron cuatro oros consecutivos con Douglas Lowe (1902-1981) en 1924 y 1928 y Tommy Hampson (1907-1965).

Sin embargo, desde los años 30 hasta los 70 la presencia de los británicos en la élite mundial del medio fondo se hizo mucho más escasa. Desde el oro de Hampson en los 800 m en 1932 hasta el de Steve Ovett en 1980, tan solo Derek Johnson (1933-2004) fue capaz de subirse al un podio olímpico, plata en 1934. En 1500 m, entre la victoria de Albert Hill en 1920 y la de Seb Coe en 1980, solamente hubo una medalla británica, Jerry Cornes (1910-2001), plata en 1932. Los británicos, sin embargo, sí consiguieron que uno de sus atletas se tornase inmortal, al conseguir bajar por primer vez de los cuatro minutos en la milla. El 6 de mayo de 1954, en Iffley Road, Oxford, Roger Bannister (1929-2018) corría la distancia en 3:59.4. Previamente, desde que la IAAF (hoy World Athletics) comenzó a dar el marchamo oficial a las plusmarcas mundiales, en 1912, solo otro británico, Sydney Wooderson (1914-2006) había sido plusmarquista mundial de la milla, 4:06.4 en 1937. Bannister estuvo mes y medio en lo más alto de la lista mundial. En 1957 otro británico, Derek Ibbotson (1932-2017) mejoraba en 1957 el techo universal de la distancia, hasta 3:57.2, que duró un año. Hubo que esperar más de dos décadas para que otro británico volviese a ser el mejor en la prueba. En 1979 Seb Coe corrió en 3:48.95 (3:49.0).

Tras varias décadas de limitada presencia, el medio fondo británico comenzó a acercarse a la élite mundial en los años 70 con Brendan Foster (1948), Frank Clement (1952), David Moorcroft (1952) y, sobre todo, Steve Ovett, que en 1974, siendo sub20, se proclamó subcampeón de Europa de 800 m. La progresión de Seb Coe a finales de la década condujo a un cerrado duelo entre ambos por el cetro del medio fondo mundial. Ovett había comenzado en los 800 metros pero acabó más centrado en los 1500 m y en la milla, mientras Coe se definía como un corredor de 800 m que de vez en cuando hacía 1500 m y milla. La presencia de estos dos excepcionales atletas permitió en inevitable surgimiento de otros grandes mediofondistas en las Islas. Los más destacados fueron Steve Cram y, posteriormente y en menor medida Peter Elliott. Durante esos últimos 70 y primeros 80, los británicos acapararon plusmarcas mundiales, podios europeos, mundiales y olímpicos, con el oro en 800 de Ovett en 1980 y los dos en 1500 de Coe en 1980 y 1984. Cram, campeón de Europa de 1500 en 1982 y 1986 y mundial en 1983, fue el primer atleta en bajar de 3:30.00, pero también prestó cierta atención a los 800 m, con su oro en los Juegos de la Commonwealth de 1986 y su bronce europeo el mismo año. Elliott comenzó corriendo 800 m. Fue subcampeón mundial de esta distancia en 1987 y también subcampeón olímpico de 1500 m en 1988.

Fue precisamente Peter Elliott quien marcó el fin de esta época dorada del medio fondo británico. Desde su plata en el 1500 de 1988, donde también fue cuarto en los 800 m, hasta el bronce del escocés Josh Kerr (1997) en Tokio en 2021, tan solo cuatro mediofondistas británicos lograron ser finalistas olímpicos, en 800 Curtis Robb (1972), sexto en 1992, y Andrew Osangie (1988), octavo en 2012, y en 1500, Michael East (1978), sexto en 2004, y Andrew Baddeley (1982), octavo en 2008. Las cosas comenzaron a cambiar en los últimos cuatro años, con la irrupción de una nueva generación de mediofondistas como el ya mencionado Josh Kerr, el galés Jake Heyward (1999), subcampeón de Europa de 1500 m, el joven Max Burgin (2002), líder del año en 800 m, 1:43.52, y, sobre todo, el campeón del mundo de 1500 m, Jake Wightman (1994).

Jake Wightman nació el 11 de julio de 1994 en Nottingham, en el seno de una familia de deportistas. Su padre, Geoff (1960), fue corredor de maratón, acreditado en 2h13:17, octavo en la prueba en los Juegos de la Commonwealth de 1990. Su madre, Susan (1960), de soltera Tooby, también se dedicó al maratón. Realizó su mejor marca, 2h31:33, en los Juegos Olímpicos de 1988, donde fue duodécima. Cuando Jake tenía diez años, la familia se trasladó a la localidad escocesa de Linlithgow, 32 Km al oeste de Edimburgo, razón por la que Wightman representa a Escocia en los Juegos de la Commonwealth. Con esos antecedentes no es de extrañar que el joven Jake se interesase por el atletismo, deporte que comenzó a practicar en 2011, bajo la dirección técnica de su padre. Enseguida empezó a destacar y en 2012 ya corría los 800 m en 1:52.16 y los 1500 m en 3:51.74. Mejoró notablemente al año siguiente hasta 1:48.01 y 3:43.74. Esa temporada se proclamó campeón de Europa sub20 de 1500 m. Su progresión continuó en 2014 con una mejoría de más de 8 segundos en 1500 m, hasta 3:35.09, lo que le valió la selección para los Juegos de la Commonwealth, donde no pasó de la primera ronda. No consiguió mejorar en las dos temporadas siguientes. En 2016 fue séptimo en los 1500 del campeonato de Europa al aire libre, pero no pudo obtener la selección olímpica. El año siguiente le fue mejor. Hizo marcas personales tanto en los 800, 1:45.42, como en los 1500 m, 3:34.17. Tomó parte en esta distancia en el Mundial de Londres, donde llegó a las semifinales.

La temporada de 2018 comenzó con un sexto puesto en los 1500 m del Mundial en pista cubierta y terminó con Wightman asomándose a la élite europea. Cronométricamente mejoró en 800 m hasta 1:44.61 y también ligeramente en 1500 m hasta 3:33.96. En los Juegos de la Commonwealth fue cuarto en los 800 m y bronce en los 1500 m, su primera medalla internacional. No fue la única ese año, pues en el Europeo al aire libre también fue bronce en los 1500 m, con 3:38.25, tras entrar sexto en la recta final. Resultó superado por el joven noruego Jakob Ingrebrigtsen (2000), 3:38.10, y por el polaco Marcin Lewandowski (1987), 3:38.14, que rebasó al británico casi en la llegada.

Si en 2018, Wightman se había asomado a la élite continental, en 2019 lo hizo a la élite mundial. Llegó al Mundial al aire libre con cinco carreras previas de 1500 m, entre ellas una derrota en el campeonato británico, en el que fue tercero, por detrás de Neil Gourley (1995) y de Josh Kerr. Los tres estarían en la final del Mundial, pero mientras Gourley y Kerr entraron sin mayores problemas por puestos, Wightman se clasificó con el peor tiempo de la repesca. La final fue, sin embargo, otra historia. El keniano Timothy Cheruiyot (1995) lanzó la carrera a un ritmo frenético, con pases de 54.94, 1:51.69 y 2:48.17, con unos 30 m de margen sobre el grupo perseguidor. Cheruiyot mantuvo la ventaja al entrar en la meta el primero, con 3:29.26. Segundo, a considerable distancia, fue el veterano campeón olímpico de 2012, el argelino Taoufik Makhloufi (1988), 3:31.38, con Lewandowski bronce, 3:31.46, Ingebrigtsen, cuarto, 3:31.70, y Wightman, que había corrido de forma muy inteligente, quinto con 3:31.87, mejor marca personal. Con Josh Kerr, sexto, también con marca personal de 3:32.52 y Gourley undécimo, el medio fondo británico volvía a hacerse notar en el concierto mundial.

La pandemia por SARS-COV2 limitó notablemente el año atlético de 2020, con la suspensión o aplazamiento del Mundial en pista cubierta de Nankín, el Europeo al aire libre de París y los Juegos Olímpicos de Tokio. No obstante, Wightman supo sacar el mayor partido de la poca actividad que tuvo lubar. En una temporada corta se dedicó principalmente a los 800 m, prueba en la que hizo su mejor marca, 1:44.18. Su única incursión en 1500 m, no pudo ser más exitosa. En Mónaco, el 14 de agosto realizaba 3:29.47, la segunda mejor marca británica de siempre tras los 3:28.81 de Mo Farah (1983), en una prueba en la que el británico fue tercero por detrás de Cheruiyot, que realizó 3:28.45, mejor marca de ese año, y de Ingebrigtsen, que superaba precisamente la plusmarca europea de Farah con 3:28.68.

El registro de Wightman en 2020, que acabaría siendo el tercero del año, lo convertía en un serio candidato para el podio olímpico de los Juegos de Tokio que, finalmente, se celebrarían en 2021 sin público. Pero las cosas no salieron con Wightman pensaba. El británico acudió a Tokio con 3:34.67 de ese año y una derrota ante Josh Kerr en el campeonato británico. Heyward, que los acompañaría a los Juegos, fue tercero. Wightman parecía en gran forma cuando se impuso en la primera semifinal con unos excelentes 3:33.48. En la segunda semifinal, no obstante, se rompieron todos los pronósticos, con el keniano Abel Kipsang (1996) ganador con plusmarca olímpica de 3:31.65. También entraban en la final los otros dos británicos, Kerr al ser tercero en dicha semifinal, con 3:32.18, llegaba a los Juegos con 3:31.55, y Heyward, por tiempos, con 3:32.52, su mejor marca entonces. En una final trepidante en la que Ingebrigtsen se imponía a Cheruiyot con 3:28.32, con Josh Kerr tercero, 3:29.05, Wightman solo pudo entrar en décima posición, justo detrás de Heyward.

La decepción olímpica no influyó en el ánimo de Wightman, si acaso lo estimuló, y el británico continuó preparándose para la que sería la mejor temporada de su vida. El 5 de junio realizaba unos buenos 3:32.62. Poco después, el 24 de junio, se hacía con el oro en el campeonato británico, imponiéndose a Gourley y a Kerr. Los tres irían al Mundial de Eugene. Heyward se quedaba fuera por 0.03. Con esas credenciales se presentó en la ciudad de Oregón, donde se plantó en la final del 19 de julio, sin hacer excesivo ruido, al ser cuarto en su serie y tercero en su semifinal. Kerr, vencedor de la segunda semifinal, lo acompañaría en la ronda definitiva, mientras Gourley no entraba por 0.01. La carrera no decepcionó. Kipsang dio paso al primer 400 en 55.5. Poco antes de pasar por segunda vez por la meta, Ingebrigtsen tomó la cabeza y cruzó los 800 m en 1:51.94, con Kipsang, Cheruiyot y Wightman muy cerca. El noruego seguía liderando con 1200 m, 2:48.17. En ese momento Wightman pasaba a la segunda posición y antes de la última curva se colocaba el primero. Ingebrigtsen no pudo contrarrestar el ímpetu del británico, que se proclamaba campeón del mundo con mejor marca personal de 3:29.23, 0.24 menos que el noruego, mientras los españoles Mohamed Katir (1998) y Mario García Romo (1999) eran tercero y cuarto, 3:29.90 y 3:30.20, y Kerr quinto con 3:30.60.

El británico en una carrera plena de fuerza e inteligencia daba la gran sorpresa al derrotar, con todo merecimiento, al gran favorito, Jakob Ingebritsen. Pero a Wightman aún le quedaban dos campeonatos, los Juegos de la Commonwealth, donde repetiría 1500, y el Europeo de Múnich, donde correría los 800 m. La final del 1500 de los Juegos de la Commonwealth volvió a resultar rapidísima. Había nada menos que seis británicos, tres escoceses, dos ingleses y un galés, además de dos kenianos, un australiano, un neozelandés, un canadiense y un surafricano. Kipsang marcó 54.87 en la primera vuelta. Cheruiyot le dio el relevo y pasó en 1:52.15 los 800 m y en 2:49.09 los 1200 m. Muy cerca de él estaban Kipsang, el australiano Ollie Hoare (1997), que se había quedado en semifinales en el Mundial, y Wightman. Como en Eugene, Wightman atacó faltando 200 m. Hubo un momento en que parecía que la victoria sería suya, pero a mitad de la recta final se vio superado por Cheruiyot. Parecía que la victoria sería para el keniano, pero en el último suspiro apareció Hoare como una exhalación y se hizo con el oro, con mejor marca personal y plusmarca de los campeonatos, 3:30.12, superando por dos segundos los 3:32.16 de Filbert Bayi (1953), en la mítica carrera de Christchurch de 1974. Heyward era quinto con mejor marca personal de 3:31.08, mientras Kerr no podía evitar la última plaza.

Con esta carrera, Wightman dejaba los 1500 m esta temporada, para centrarse en los 800 m. Antes del Europeo realizó unos excelentes 2:13.88 en 1000 m, novena mejor marca de siempre, equivalentes aproximadamente a 1:43.38 en 800 m. Esto reforzaba su condición de favorito para proclamarse campeón de Europa de 800 m.

En el Europeo de Múnich, Wightman accedió a la final sin problemas donde se encontró al español Mariano García (1997), campeón mundial en pista cubierta, dispuesto a ganar. Con 300 metros de carrera se colocó en cabeza, cruzando en 52.07 los 400 m. Mientras el español se pegaba a la cuerda e impedía que ningún atleta lo sobrepasase, el británico no acababa de encontrar su sitio. En la última curva este trató, sin fortuna, de superar a Mariano García, que lo hizo correr 100 m por la calle 2. En la recta final hubo un momento en que parecía que Wightman ganaría, pero finalmente hubo de ceder ante el español, que lo batió en 1:44.85, 0.06 menos que el británico.

Wightman y Mariano García volvieron a verse las caras doce días más tarde en el 800 de la reunión de Bruselas, con resultado muy diferente al de Múnich. El español, deseoso de hacer una gran marca, se colocó en los puestos delanteros desde el principio. El pase por los 400 m fue de 49.66. A falta de 200 m, sin embargo, se quedó sin fuerzas, mientras el británico, que se había mantenido en posiciones secundarias, dio un acelerón que lo llevó a hacer mejor marca personal de 1:43.65, quinto registro británico de siempre tras Coe, Cram, Elliott y Burgin.

Wightman, graduado en Administración de Empresas por la Universidad de Loughborough, la misma en la que estudió Seb Coe, ha sugerido que en el futuro podría considerar doblar en los 800 y los 1500 m de los grandes campeonatos, siguiendo la tradición de los grandes fondistas de su país. Sin duda es un firme candidato para los 1500 m de los próximos Mundiales de Budapest y de los Juegos de París. No lo tendrá nada fácil. Estamos entrando en una nueva edad de oro de la prueba, tanto en el ámbito mundial como en el propio Reino Unido. Nos esperan buenos tiempos.

Mariano García y el 800 español en los Europeos al aire libre

El murciano Mariano García (1997) lo ha vuelto a hacer. Tras su victoria en Belgrado este invierno, en los 800 m del Mundial de pista cubierta, acaba de obtener una vibrante victoria en el Europeo al aire libre de la distancia. Su actuación fue magistral. Repitiendo la táctica de la ronda previa, se colocó en cabeza tras 300 m de carrera, dio paso a los primeros 400 m en 52.07, contuvo a sus rivales en la curva, aceleró en la contrarrecta, mantuvo la posición en la última curva y aguantó el ataque del británico Jake Wightman (1994) en la recta final. Al contrario que Mariano García, que se mantuvo casi toda la carrera pegado a la cuerda, Wightman estuvo casi todo el tiempo incómodo, encerrado y cuando aceleró a falta de 200 m acabó haciendo toda la curva por la calle 2. El español cruzaba la meta en 1:44.85, marca personal, 0.06 menos que el británico. Wightman, campeón del mundo de 1500 en Eugene el mes de julio y bronce en la misma distancia en los Juegos de la Commonwealth, eligió el 800 para este Europeo. Acreditaba 1:44.18 de 2020, pero esta misma temporada había corrido los 1000 m en 2:13.88, aproximadamente equivalentes a 1:43.36. Tácticamente en la final fue muy inferior al español, que salió decidido a ganar sin importarle demasiado sus rivales.

Tras haber realizado la mejor marca mundial del año de 800 m en sala, mejor marca personal absoluta y plusmarca española en pista cubierta, y de haber ganado el oro en el Mundial en pista cubierta, Mariano García tuvo un inicio algo irregular de la temporada al aire libre. En el campeonato de España fue tercero, con 1:46.04, su mejor marca del año al aire libre en ese momento, detrás del salmantino Álvaro de Arriba (1994), 1:45.82, y del gallego Adrián Ben (1998), 1:46.01. En su serie eliminatoria del Mundial de Eugene mejoró hasta 1:45.74, pero no pudo pasar de la semifinal. Llegó al Europeo de Múnich en plena forma física y mental y se convirtió en el primer español campeón de Europa de 800 m al aire libre.

En categoría masculina, España ha tenido un total de duez finalistas, con esta medalla de oro y un bronce del cántabro Tomás de Teresa (1968) en 1994. El primer español en participar en la prueba de 800 m en un Europeo al aire libre fue el madrileño Manuel Macías (1923-1983), plusmarquista español en 1:54.4, que no pudo evitar la última posición en su serie. En 1958, otro español, el vizcaíno Cesáreo Martín (1930-2006) tuvo la misma suerte que Macías. El aragonés Alberto Esteban (1943) se quedó en 1962 a 0.6 de la clasificación en una ronda durísima, en que pasaban a la final los dos primeros de cuatro series. En 1966 se convirtió en el primer español finalista en la prueba en un Europeo, al ser séptimo en la final con plusmarca española de 1:47.4. Hubo que esperar hasta 1994 para volver a ver españoles en la final, en esta ocasión por partida doble. Tomás de Teresa, primer español en correr por debajo de 1:45.00, 1:44.99 en 1990, finalista en el Mundial al aire libre de 1991, se hizo con la medalla de bronce, mientras el malagueño José Cerezo (1973) entraba séptimo.

El siguiente finalista español fue el catalán Miguel Quesada (1979) en 2006, que supo jugar muy bien sus cartas y en una final táctica se coló en la quinta posición, tras una gran última recta. En 2010 volvió a haber doble representación española, con los sevillanos Kevin López (1990), sexto, y Luis Alberto Marco (1986), séptimo, en una final también muy lenta. El siguiente finalista español en la prueba fue otro sevillano, Antonio Reina (1981) en 2012. Reina había sorprendido en 2002 cuando se impuso en la Copa del Mundo en Madrid con 1:43.83, plusmarca española y primer español por debajo de 1:44.00. En el Europeo de 2012, en una final aun más lenta que la anterior, ocupó la cuarta posición a 0.13 del bronce. El último finalista, por partida doble, antes de Mariano García, fue Álvaro de Arriba, séptimo en 2016 y 2018.

En categoría femenina, la primera española en tomar parte en la prueba fue la salmantina Rosa Colorado (1954), semifinalista en 1986. La primera y única finalista española es la vallisoletana Mayte Martínez (1976), que lo consiguió en las ediciones de 2002, 2006 y 2010. En 2002 obtuvo uno de los mayores éxitos de su carrera al ser plata con marca personal de 1.58.86, tras la eslovena Jolanda Ceplak (1976). En 2006 fue séptima y en 2010 sexta.

El nivel del 800 español es bueno. Mariano García no está solo. También están Álvaro de Arriba, campeón de Europa en sala en 2021, Adrián Ben, sexto en el Mundial al aire libre en 2019 y quinto en la final olímpica de 2021 o el plusmarquista español, 1:43.65, el leonés Saúl Ordóñez (1994). El futuro se presenta interesante.

Finalistas españoles en los 800 metros de un Europeo al aire libre

1966 Alberto Esteban 7º

1994 Tomás de Teresa bronce

1994 José Cerezo 7º

2002 Mayte Martínez plata

2006 Miguel Quesada 5º

2006 Mayte Martínez 7ª

2010 Kevin López 6º

2010 Luis Alberto Marco 7º

2010 Mayte Martínez 7ª

2012 Antonio Reina 4º

2016 Álvaro de Arriba 7º

2018 Álvaro de Arriba 7º

2022 Mariano García oro

Londres 2012, una final de 800 metros para la historia

Se han cumplido esta semana diez años de una de las mejores carreras de la historia del atletismo, en cualquier distancia, la final de los 800 m de los Juegos Olímpicos de Londres. El keniano David Rudisha (1988), en cabeza desde el pistoletazo de salida, consiguió una impresionante plusmarca mundial de 1:40.91. De los ocho finalistas, siete mejoraron sus plusmarcas personales. El octavo y último fue el británico Andrew Osagie (1988). Con su marca de 1:43.77 habría ganado en las tres anteriores ediciones. Este fue el resultado de la carrera:

1 David Rudisha Kenia 1:40.91 PM
2 Nijel Amos Botswana 1:41.73 PMS20, PN
3 Timothy Kitum Kenia 1:42.53 MMP
4 Duane Solomon Estados Unidos 1:42.82 MMP
5 Nick Symmonds Estados Unidos 1:42.95 MMP
6 Mohammed Aman Etiopía 1:43.20 PN
7 Abubaker Kaki Sudán 1:43.32 MMT
8 Andrew Osagie Gran Bretaña 1:43.77 MMP

PM=plusmarca mundial PMS20=plusmarca mundial sub20 PN=plusmarca nacional MMP=mejor marca personal MMT=mejor marca de la temporada

David Lekuta Rudisha nació en Kilgoris, Narot County, en Kenia, el 17 de diciembre de 1988. Su padre, Daniel Matasi Rudisha (1945-2019), había sido subcampeón olímpico en el relevo 4 x 400 m en 1968. El joven David comenzó a practicar atletismo en la escuela. En 2006, en Pekín, con 17 años, se proclamó campeón mundial sub20, con 1:47.24, su mejor marca entonces. Mejoró a 1:44.15 en 2007 y a 1:43.72 en 2008. Pese a este gran tiempo no pudo clasificarse para los Juegos Olímpicos. Su primera gran competición internacional fueron los 800 metros del campeonato del Mundo de 2009, donde llegó a las semifinales. Ese año superó la vieja plusmarca africana de Sammy Koskei (1961), de 1:42.28 en 1984. Rudisha realizó 1:42.01. En 2010, en una semana estableció sendas plusmarcas mundiales de la distancia, con 1:41.09 y 1:41.01, a un paso de la barrera de 1:41.00. En 2011 se proclamó campeón mundial al aire libre. En 2012 llegaba en gran forma a los Juegos con dos registros por debajo de 1:42.00, 1:41.54 y 1:41.74.

No hubo sorpresas en las rondas previas y Rudisha se clasificó para la final sin problemas. En la ronda definitiva no dio opción. Se colocó en cabeza desde el inicio, dando paso a un primer 400 en 49.28. El resto de los corredores, en fila de a uno, todavía se encontraban cerca de él, pero un 200 en 25.02, con un parcial de 1:14.30 los 600 m, le permitió quedarse solo en la cabeza. Mostrando un correr seguro y elegante cruzó la meta en 1:40.91, mientras por detrás, el atleta de Botswana Nijel Amos (1994) se hacía con la plata en 1:41.73, plusmarca mundial sub20, y el también keniano Timothy Kitum (1994), ganaba el bronce, con 1:42.53. El etíope Mohamed Amman (1994), que entró tercero en la última recta, solo pudo ser sexto, si bien, con 1:43.20, hacía plusmarca nacional. Se trata de tres atletas que en aquel momento tenían 18 años. De hecho, salvo los estadounidenses Duane Solomon (1984), cuarto, 1:42.82, y Nyck Symmonds (1983), quinto, 1:42.95, el resto de los finalistas tenían todos 24 años o menos. Esto dio lugar a que se pensase que estábamos ante el comienzo de una edad de oro para la prueba. Sin embargo, desde la final de Londres, tan solo Amos ha corrido por debajo de 1:42.00, 1:41.89 en 2019. Esta ha sido la trayectoria de los protagonistas de esta carrera:

Andrew Osagie no volvió a correr tan rápido como en Londres, pese a llegar el último. En el Mundial al aire libre de 2013 fue quinto. En 2014 ganó el bronce en el Mundial en pista cubierta, repitiendo lo logrado en 2012.

Abubaker Kaki fue el único atleta que no mejoró marca en la final olímpica. Tenía 1:42.23 de 2010, que sería su mejor tiempo de siempre. Había empezado a destacar muy joven, con sendos oros mundiales en pista cubierta en 2008 y 2010. En 2011 había sido subcampeón mundial al aire libre. Apenas volvió a correr tras la carrera de Londres.

Mohamed Amman se proclamó campeón del mundo al año siguiente, 2013, temporada en que también hizo su mejor registro de siempre, 1:42.37. Con este tiempo se convirtió en el único atleta de esa final que mejoró su mejor marca obtenida en Londres. En 2014 fue oro en el Mundial de pista cubierta. Ya lo había sido en 2012. En 2017 entró sexto en el Mundial al aire libre.

Nick Symmonds consiguió la medalla de plata en el Mundial de 2013. A partir de entonces su rendimiento fue decreciendo debido a problemas físicos. Se retiró en 2017.

Duane Solomon ocupó la sexta plaza en el Mundial de 2013. En 2014 fue bronce y campeón en 2015 en el campeonato mundial de relevos 4 x 800 m.

Timothy Kitum, que venía de ser subcampeón mundial sub20 ese mismo 2012, aunque siguió compitiendo hasta 2016, no volvió a ninguna final de un gran campeonato. Su mejor marca antes de Londres era 1:43.65.

Nijel Amos había ganado el Mundial sub20 unas semanas antes de los Juegos. Llegó a Londres con 1:43.11 y salió con 1:41.73, que lo convertían en el tercer atleta de siempre, empatado con el británico Sebastian Coe (1956). Su trayectoria ha sido desde entonces muy irregular. En 2014 se hizo con el oro en los Juegos de la Commonwealth batiendo a Rudisha. Sin embargo no ha sido capaz de entrar en ningún podio de un campeonato de ámbito mundial. Fue quinto en el Mundial al aire libre de 2017 y octavo en la final olímpica de 2021. Desgraciadamente el 12 de junio de este año se hizo público que se habían encontrado en su cuerpo restos de una hormona prohibida, por lo que ha resultado suspendido de la actividad atlética de forma provisional.

En cuanto a David Rudisha, los años siguientes tampoco se mostraron fáciles con él. Se perdió el Mundial al aire libre de 2013 por lesión. En 2014 fue segundo en los Juegos de la Commonwealth. En 2015, en Pekín, donde tuvo su primer éxito internacional, tras una temporada muy complicada consiguió ganar el oro en el Mundial al aire libre, en una carrera táctica. En 2016 volvía a los Juegos Olímpicos con 1:43.35, mejor marca del año en aquel momento. Se mostró muy fuerte en la semifinal, al imponerse en la tercera serie con 1:43.88. En la primera Pierre-Ambroise Bosse (1992) y el argelino oro en 1500 en Londres Taoufik Makhloufi (1988) realizaron 1:43.85, con un primer 400 en 52,03. Se preveía una gran final, como así fue. De los finalistas de Londres, solo estaba Rudisha. El keniano Alfred Kipketer (1996) salió excesivamente rápido, marcando 49.32 en la primera vuelta. En la contrarrecta, Rudisha se puso en cabeza, seguido del valiente Bosse. El keniano mantuvo con cierta comodidad el liderato y se hizo con el oro con 1:42.15, plusmarca mundial del año y su mejor marca desde 2012. Bosse no pudo aguantar el ritmo y se vio superado por Makhloufi, 1:42.61, y el estadounidense Clayton Murphy (1995), 1:42.93.

Rudisha se convertía en el cuarto atleta de la historia en ganar dos veces el oro olímpico en la doble vuelta. Los tres anteriores fueron el británico Douglas Lowe (1902-1981) en 1924 y 1928, el estadounidense Mal Whitfield (1924-2015) en 1948 y 1952 y el neozelandés Peter Snell (1937-2019) en 1960 y 1964. En la temporada siguiente a los Juegos, los problemas físicos acumulados de los años anteriores ya no permitieron al keniano competir al más alto nivel y optó por la retirada. Para la historia queda una de las mejores carreras de todos los tiempos en cualquier distancia, en la que desmostró que era uno de los grandes corredores de 800 m de siempre.

Aquella tarde mágica de Milán en 1982

Los Campeonatos de Europa de pista cubierta comenzaron a disputarse en 1970, con la primera edición celebrada en Viena y periodicidad anual. De 1966 a 1969 tuvieron lugar las cuatro ediciones de la competición predecesora, los Juegos Europeos de pista cubierta. A España le fue bien en Viena, con tres medallas, una plata para el madrileño Juan Borraz (1946) y dos bronces, para el vigués Javier Álvarez Salgado (1943) en 3000 m y para el valenciano Rafael Blanquer (1945) en el salto de longitud. Hubo que esperar 10 años, hasta la edición de 1979, que se celebraba de nuevo en Viena, para que España volviese al medallero, con un oro para el granadino Antonio Páez (1956) en los 800 m. En 1980 el número de metales para España fue también de uno, bronce en 60 vallas para el oscense Javier Moracho (1957). Moracho se mantuvo en el medallero en 1981 con una plata en 50 m vallas, el mismo metal que el barcelonés Antonio Corgos (1960) en el salto de longitud. Hubo, además, un bronce para Antonio Páez en 800 m.

De esta manera, España llegaba a la edición de Milán en 1982 habiendo ganado seis medallas en toda la historia de la competición. Acudió con un equipo de 17 atletas, 16 hombres y la catalana Montserrat Pujol (1961), quien finalmente no pudo participar por problemas físicos. Pues bien, en 45 minutos se quedaron a punto de igualar el número histórico de metales. A las 17:05 del 7 de marzo tenía lugar la final de 400 m. El Palacio de Deportes de Milán solo tenía cuatro calles, por lo que solo había cuatro finalistas, entre ellos el madrileño Benjamín González (1958-2011), que se había clasificado por 0.01 para la prueba definitiva. Consiguió remontar un puesto en la última recta y alcanzar el bronce, con 47.41, a 0.37 del vencedor, el ruso, entonces soviético. Pavel Konovalov (1960). A las 17:30 se disputaba otra final, con doble representación española, los 1500 m, donde tanto el cántabro José Manuel Abascal (1958), que el día anterior había hecho plusmarca española en sala, 3:40.14, como el toledano José Luis González (1957) estaban en condiciones de subirse al podio. Tendrían dos rivales muy duros, el alemán Thomas Wessinhage (1952), campeón en 1975, 1980 y 1981, y el finlandés Antti Loikkanen (1955), ganador en 1978. En una carrera rápida, los dos españoles acabaron desbordando a Wessinhage, que había atacado a falta de 200 m y acabó fuera de las medallas. González ganaba el primero de sus cinco oros en pista cubierta un una nueva plusmarca española de 3:38.70, 0.21 menos que Abascal, plata, mientras Loikkanen era bronce con 3:39.62. Y aún quedaba otra final para rematar el medallero español, los 800 m, cuya salida se daba a las 17:25. Estaba Antonio Páez, que ya había ganado un oro y un bronce en esta competición, y el leonés Colomán Trabado (1958). Este cambió de ritmo a falta de 200 m, pero el granadino pudo superarlo en la última curva. Trabado perdía también la segunda posición a manos del alemán Klaus Peter Nabein (1960-2009). Mantuvo el bronce, con 1:48.35, a 0.33 del campeón, Antonio Páez. Este, que ya era el primer atleta español con dos medallas en esta competición, se convirtió en el primero con dos oros.

Hubo otros puestos destacados de atletas españoles. El alicantino Javier Arqués (1960) fue sexto en 60 m, tras haber hecho plusmarca española en las semifinales, 6.66. El granadino Francisco Sánchez Vargas (1958) fue quinto, con 7:57.82, en un 3000 de muy alto nivel donde el obstaculista alemán Patriz Illg (1957) pudo derrotar con 7:53.50, al italiano Alberto Cova (1958), 7:54.12, y al ruso, entonces soviético, Valeri Abramov (1956-2016), 7:54.46. Y el guipuzcoano de adopción Roberto Cabrejas (1952-2001) ocupó la quinta posición en el salto de altura con 2.22 m.

España terminó quinta en el medallero, en una actuación magnífica. La progresión del atletismo español se confirmó con las cinco medallas del Europeo al aire libre de Atenas ese año, si bien solo Abascal repitió en el podio.

Nota: Agradezco la magnífica crónica de Ángel Cruz del número 322, de abril de 1982, páginas 15-17, de donde he obtenido parte de la información para esta entrada.

Steve Ovett y Sebastian Coe en los 800 metros (y III)

A la altura de 1982, la rivalidad entre Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956) había traspasado con mucho los límites del atletismo e, incluso, del deporte, concitando una atención mediática poco frecuente. En 1981 el mundo estuvo pendiente de la pugna entre ambos por la plusmarca mundial de la milla y de los registros inéditos de Coe en los 800 y los 1000 m. Sin embargo, una vez más, habían preferido evitarse. Los aficionados reclamaban que los dos mejores atletas del momento dirimiesen cara a cara quién era el mejor y para 1982 se programaron tres duelos directos, 3000 m en Crystal Palace el 17 de julio, 800 m en Niza el 14 de agosto y una milla en Eugene el 25 de septiembre. Pero la fortuna le fue esquiva al atletismo. Ninguna de las tres carreras llegó a celebrarse. Los problemas físicos, que hasta entonces habían respetado a los dos mediofondistas, hicieron su aparición esa temporada. Ambos comenzaron muy bien, curiosamente haciendo buenas marcas en la inusual prueba de 2000 m, Coe 4:58.84 el 5 de junio y Ovett 4:57.71 el 7 de agosto, pero unos días después el primero sufrió una fractura de estrés y el segundo un traumatismo, que se acabó complicando con problemas de rodilla. Aunque siguió compitiendo, Ovett no consiguió ponerse en forma y dio por terminada la temporada. Coe, sin embargo, parecía recuperado en agosto. Antes del campeonato de Europa al aire libre, realizó una mejor marca en 800 m de 1:44.48 y 1:44.01 en la última posta de un relevo 4 x 800 m. Junto con Peter Elliott (1962), Garry Cook (1958) y Steve Cram (1960) realizó plusmarca mundial de 7:03.89. En la final de los 800 m del Europeo, a la que Coe había llegado sin grandes sobresaltos, él mismo dio paso a los 400 m en 53.24. Comenzó a cambiar de ritmo a falta de 300 m con aparentes buenas sensaciones. En la última recta parecía que sería el ganador, pero en los últimos 50 metros fue perdiendo fuerza y se vio superado sorprendentemente por el alemán Hans Peter Ferner (1956), 1:46.33, 0.35 menos que el británico.

Coe llevaba algunos días con problemas de salud, excesivo cansancio y aumento de tamaño de algunos ganglios linfáticos. Renunció al 1500, que ganó Steve Cram, y regresó a Londres, donde se diagnosticó con mononucleosis infecciosa, una enfermedad vírica, generalmente no demasiado complicada. Volvió a la competición en el invierno de 1983, superando su propia plusmarca mundial de 800 m en pista cubierta, con unos excelentes 1:44.91. Días después hizo 2:18.58 en 1000 m en sala, también plusmarca mundial. Parecía completamente recuperado de sus problemas. Al aire libre corrió en 1:43.80, pero varias derrotas no esperadas le hicieron volver a visitar a los médicos. El problema que había comenzado el año anterior había vuelto, y no era mononucleosis infecciosa, sino toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria bastante más seria. No volvería a entrenar hasta marzo de 1984 y su carrera atlética parecía en serio peligro.

Steve Ovett, por su parte, comenzó la temporada de 1983 sin los problemas físicos de la anterior. Su intención era doblar en los 800 y los 1500 m del primer Mundial al aire libre, que tendría lugar en Helsinki en agosto, pero su retirada en el campeonato británico lo excluyó de la prueba más corta. Acudió a Helsinki con 3:33.81 en 1500 m, segunda mejor marca mundial del año en aquel momento. En una final táctica, ganada por Steve Cram con 3:41.59, solo pudo ser cuarto a 0.75 de su compatriota. Lo compensó parcialmente recuperando, con 3:30.77, la plusmarca mundial de 1500 m, que había perdido unos día antes a manos del estadounidense Sydney Maree (1956), 3:31.24. Su mejor registro en 800 fue 1:45.25, pero era una distancia en la que ya apenas competía.

El año olímpico empezó lleno de incertidumbre para Seb Coe y razonablemente bien para Steve Ovett. Coe no pudo volver a entrenar con normalidad hasta marzo. En mayo demostró estar camino de la recuperación con un 800 en 1:45.2. Sin embargo resultó derrotado en el 1500 del campeonato británico por Peter Elliott. Cram y Ovett ya estaban clasificados por su condición de campeón del mundo y de plusmarquista mundial, respectivamente. Pese a las feroces críticas de la prensa, que había dado la espalda a su otrora atleta favorito, la Federación Británica (Amateur Athletics Association) decidió que la tercera plaza en el kilómetro y medio sería para Coe. Antes de los Juegos de Los Ángeles hizo un buen 800 en 1:43.84. Ovett, por su parte, llegó a Los Ángeles con 1:46.12 y 3:34.50. Apenas había corrido 800 y en 1500 se mostró bastante regular sobre 3:34-3:36. En el 800 olímpico enseguida se vio que había un atleta superior al resto, el brasileño de 21 años Joaquim Cruz (1963). El camino a la final exigía superar tres duras rondas previas. En la primera ronda Cruz se fue a 1:45.66, justo un segundo delante de Ovett, mientras Coe ganaba su serie en 1:45.71. Cruz hacía en cuartos 1:44.84, con Ovett segundo 1:45.72. Coe era tercero en su serie con 1:46.75. La semifinal de Cruz fue tremendamente rápida, con el brasileño en cabeza desde el inicio, terminando en 1:43.82. Ovett conseguía la clasificación in extremis, cayéndose con 1:44.81, su segunda mejor marca de siempre. En la segunda semifinal, táctica, Coe dominó sin problemas, imponiéndose con 1:45.71. Pese al tiempo de Ovett, la impresión que había dado no era buena. Entonces no se había hecho público pero padecía problemas bronquiales, en concreto asma de esfuerzo. Coe parecía en buena forma, pero tal vez no tan buena como para derrotar a Cruz. En la final el keniano Erwin Koech (1961) tomó la cabeza desde el principio, dando paso a la primera vuelta en 51.07, con Cruz pisándole los talones. En la contrarrecta, las posiciones no variaron, con Coe peleando por la cuerda, sin conseguirla, con el joven plusmarquista estadounidense Earl Jones (1964), tercero y cuarto. Koech siguió en la cabeza hasta la última recta, momento en que Cruz tomó la cabeza y se fue hacia la meta sin oposición. Coe peleaba por la segunda plaza, que finalmente consiguió, con Jones, que fue bronce. El tiempo del brasileño, 1:43.00 lo convertía en el segundo mejor atleta de siempre en aquellos momentos. Coe, con 1:43.64, 0.19 menos que Jones, conseguía su mejor registro desde 1981. Por su parte Ovett había aguantado con el grupo hasta los últimos 200 m. Acabó desfondado con 1:52.28 y serias dificultades para poder respirar.

Coe conseguía el mismo resultado que el Moscú, cuatro años antes, pero esta vez ante un rival superior, que probablemente estaba a la altura del Seb Coe de 1981. Sin embargo no pudo ocultar cierta decepción, pues considerándose un corredor de 800 m que corría milla, sabía que ya no tendría otra oportunidad para ser campeón olímpico en su prueba favorita. Días después se convertía en el hasta la fecha único ganador de dos oros olímpicos en 1500, con su victoria en esta prueba. Ovett, que, en un alarde de pundonor, había conseguido entrar en la final, abandonó, falto de fuerzas, en el último 300. Para él la temporada se había terminado. Coe corrió un 1500 más y también dio el año atlético por finalizado.

Para Ovett los Juegos de Los Ángeles fueron su despedida de la alta competición. Había comenzado a despuntar muy joven y, aunque solo tenía 28 años, el cuerpo ya no le respondía. Hizo un intento de subirse a los 5000 m. En 1986 mejoró su marca personal hasta 13:20.06 y fue campeón de esta prueba en los Juegos de la Commonwealth, derrotando a sus compatriotas Jack Buckner (1961) y Tim Hutchings (1958). Sin embargo, justo un mes después, abandonaba en la final del Europeo de la prueba mientras Buckner era oro con plusmarca de los campeonatos aún vigente, 13:10.15, y Hutchings ganaba el bronce. Ovett siguió compitiendo hasta su retirada, en enero de 1991, pero ya lejos de los mejores del mundo.

A Coe aún le quedaban algunos éxitos. En 1985, año sin campeonatos importantes, realizó su tercera mejor marca de siempre en 800 m, 1:43.07, si bien resultó derrotado por Cruz, 1:42.54. En 1986 tomó parte por primera vez en los Juegos de la Commonwealth, en la prueba de 800 m, pero una lesión le impidió salir en la final, que ganó Steve Cram. Se pudo recuperar, no obstante, para el Europeo al aire libre, donde consiguió su único oro en un gran campeonato de 800 m. La carrera fue todo un alarde e Coe. El alemán Peter Braun (1962) dio paso al primer 400 en 51.98, con Coe en última posición. A falta de 250 m el escocés Tom McKean (1963) se colocaba en cabeza, con Cram a su lado intentando adelantarlo. McKean fue capaz de mantener la posición en toca la curva, con Cram haciendo metros de más, mientras Coe se situaba detrás de ambos. El acelerón final favoreció a Coe, que se impuso con 1:44.50, 0.11 menos que McKean, plata, mientras Cram era tercero con 1:44.88.

Cram pudo tomarse la revancha derrotando a Coe en los 1500 m, quien unos días después realizaba su mejor marca de siempre de 1500 m, 3:29.77, a 0.31 de la plusmarca mundial de entonces. Para Coe estos fueron sus últimos grandes campeonatos. Se perdió la temporada de 1987 por lesión. En 1988 corrió en 1:43.93 y 3:35.72, mínimas olímpicas en ambos casos, pero realizadas fuera de plazo. En 1989, con casi 33 años, aún fue capaz de correr los 800 m en 1:43.38. Ese año fue segundo en la Copa del Mundo en 1500 m. Se retiró siendo 6º en los 800 m de los Juegos de la Commonwealth de Auckland en 1990.

La historia de Steve Ovett y Sebastian Coe con los 800 m es particular. El primero acabó dejando de lado la prueba y, sin embargo, fue campeón olímpico. El segundo hizo registros impensables en su momento y, sin embargo, no pudo ser campeón olímpico. Así es el atletismo. Pero ambos están entre los más grandes de siempre. Llevaron este deporte a una dimensión mediática impensable.

Steve Ovett y Sebastian Coe en los 800 metros (II)

El años de 1979 fue el de la definitiva confirmación en la élite mundial de los dos mediofondistas británicos, Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956). Pero, como les ocurría en casi todo, en este caso sus planteamientos también fueron completamente diferentes. Ovett, que había comenzado en los 800 m, apenas prestó atención a esta distancia, en favor de los 1500 m y de la milla. Coe, que inicialmente se dedicó más a los 1500 m, continuó con el exitoso esquema que había iniciado dos temporadas antes, competir preferentemente en los 800 m y hacer muy pocos 1500 y millas pero muy rápidos. La programación no le pudo salir mejor. En total, esa temporada disputó diez pruebas de 800 m, no perdió ninguna e hizo historia el 5 de julio, en Oslo, al correr la distancia en unos sorprendentes 1:42.33 (1:42.4), con pases cada 200 m de 24.6, 50.6 y 1:15.4, 1.11 menos que la anterior plusmarca mundial del cubano Alberto Juantorena (1950). Demostró, además, desenvolverse muy bien en carreras tácticas, como la final de la Copa de Europa, donde batió a corredores de la talla de los alemanes Willi Wülbeck (1954), cuarto en los Juegos Olímpicos, Olaf Beyer (1957), campeón de Europa, o del italiano Carlo Grippo (1955).

En la milla y en los 1500 m no le pudo ir mejor. Tan solo disputó una carrera de cada distancia. El 17 de julio, nuevamente en Oslo, corría la milla en 3:48.95 (3:49.0), 0.4 menos que la anterior plusmarca mundial del neozelandés John Walker (1972). El mejor tiempo previo del británico era 3:57.67. El pase por los 1500 de 3:32.8 era plusmarca europea. Poco duró este tiempo como primado continental. El 15 de agosto, en Zúrich, en una prueba de 1500 m mejoraba hasta 3:32.03 (3:32.1), 0.09, oficialmente 0.1, menos que la plusmarca mundial del tanzano Filbert Bayi (1953). Ese año, además, Coe hizo su mejor marca en 400 m, 46.87, lo que le valió para ser segundo en el campeonato británico.

En ningún momento de esa temporada se enfrentaron Coe y Ovett. Este solamente corrió tres veces los 800 m en 1979, con un mejor registro de 1:44.91. En los 1500 m y en la milla se quedó muy cerca de su rival, con tiempos de 3:32.11 y 3:49.57. Ese año fue también plusmarquista británico de los 1000 m con 2:15.91.

El duelo directo entre ambos se quedaba para los Juegos Olímpicos de 1980, que tendrían lugar en Moscú a finales de julio. En las semanas previas, los dos mediofondistas, que disputarían tanto los 800 como los 1500 m olímpicos, se mostraron en buena forma. El 1 de julio, Coe superaba la plusmarca mundial de la inusual prueba de 1000 m con 2:13.40, equivalente, según las nuevas tablas, a 1:43.60 en 800. Unos minutos más tarde, Ovett hacía 3:48.8 en la milla, tiempo que la IAAF, hoy World Athletics, consideró superior a los 3:48.95 de Coe del año anterior y, por tanto, plusmarca mundial. Dos semanas después, nuevamente en Oslo, Ovett corría los 1500 m en 3:32.09. Aunque el tiempo era 0.06 más lento que el de Coe el año anterior, la IAAF homologaba las plusmarcas mundiales centesimales redondeadas a la décima superior, por lo que el de Brighton pasó a ser coplusmarquista mundial de la distancia con 3:32.1. Antes de Moscú, el mejor 800 del año de Ovett fue 1:46.6 y el mejor 1500 de Coe 3:45.1.

Tanto los federativos como los deportistas británicos habían recibido enormes presiones del gobierno de su país, liderado por Margaret Thatcher (1926-2013) para no acudir a los Juegos. La Primera Ministra británica apoyaba en boicot olímpico decretado por el Presidente de Estados Unidos James Carter (1924), en represalia por la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética al año anterior. Finalmente el Comité Olímpico Británico decidió que acudirían a Moscú, con bandera en himno olímpicos. El duelo Ovett-Coe estaba salvado, pero para este no debió resultar nada fácil, pues, salvo en el caso de la presencia británica en los Juegos, apoyaba las políticas de la Dama de Hierro. Unos años después sería miembro de la Cámara de los Comunes, por el Partido Conservador.

Coe era el gran favorito para ganar los 800 m, donde parecía muy superior a sus rivales. Ovett apenas había disputado esta prueba desde la final del Europeo de 1978, donde había realizado su mejor marca, 1:44.09, mientras Coe lucía una tremenda plusmarca mundial de 1:42.33 y había demostrado que se movía muy bien en carreras tácticas. La final de los 800 m tendría lugar el 26 de julio. Ninguno de los dos británicos tuvo problemas para llegar a la final. Ambos se impusieron en sus series y en sus semifinales. El campeón de Europa, Olaf Beyer, se quedó fuera de la final. Debido al boicot faltaron los estadounidenses Don Paige (1956), James Robinson (1954) y el alemán Willi Wülbeck. Además de Coe, el único atleta de la final que había acreditado menos de 1:44.0 era el francés José Marajo (1954), 1:43.9 del año anterior.

La carrera definitiva resultó muy lenta. El brasileño Agberto Guimaraes (1957) dio paso al primer 400 en 54.3, con Ovett encerrado y Coe el último, y los ocho finalistas en un espacio muy reducido. El británico David Warren (1956) aceleró el ritmo a falta de 300 m, llevándose con él al ruso, entonces soviético, Nikolai Kirov (1957) y a Ovett, mientras Coe parecía incapaz de reaccionar corriendo por las calles exteriores sin alcanzar la cabeza. Kirov se colocó primero en la última curva, con Ovett pegado a sus talones, mientras Coe comenzaba a reaccionar. Al entrar en la recta era cuarto, mientras su rival adelantaba a Kirov y se iba hacia la meta, que finalmente cruzaba en primera posición con cierta facilidad en 1:45.40. Coe finalmente alcanzaba in extremis la segunda posición, 1:45.85, y Kirov era bronce, con 1:45.94. Lo imposible había sucedido. El plusmarquista mundial, el hombre que corría más de un segundo más rápido que cualquier otro no conseguía el oro olímpico. Había hecho la peor carrera de su vida en el peor lugar. Él mismo declaró posteriormente Cuando quieran mostrar cómo no hay que correr un 800 vean mi carrera de Moscú y no digan nada. Peter Coe (1919-2008), su padre y entrenador, no se anduvo por las ramas Hijo mío, has corrido como un idiota. Probablemente la enorme presión de los medios, de su propio gobierno y el entorno cerrado creado por su padre para ganar hicieron mella en el joven de 23 años que era Seb entonces.

Ovett demostró una gran capacidad competitiva en una prueba a la que cada vez se dedicaba menos y se encontró con una victoria probablemente inesperada. Coe consiguió redimirse con su victoria en los 1500 m ante un Ovett que dio la impresión de estar algo desmotivado. Tras Moscú, Coe corrió los 1500 en 3:32.19 y, al día siguiente, resultó derrotado por Don Paige por 0.04, en un 800 que el estadounidense ganó con 1:45.03. Fue el final de temporada para el británico. Ovett, por su parte, no volvió a los 800 m esa temporada. Se prodigó generosamente en los 1500 m y en la milla y el 26 de agosto en la localidad alemana de Coblenza mejoró la plusmarca mundial de la distancia métrica hasta 3:31.36.

La temporada posolímpica fue similar a la preolímpica, con los dos rivales evitándose, Coe corriendo sobre todo 800 y 1500 y millas muy rápidos y Ovett corriendo 1500 y millas, sin apenas participar en 800 m. Su mejor marca en esta prueba este año fue 1:46.40. Su mayor interés fue disputar a Coe, a distancia, la plusmarca mundial de la milla. El 19 de agosto, en Zúrich, Coe mejoraba la plusmarca mundial de la milla de Ovett con 3:48.53. Este respondió el 26 de agosto en Coblenza con 3:48.40. Dos días después Coe se iba a 3:47.33. En los 1500, Ovett estuvo muy cerca de su primado universal con 3:31.57. En la Copa del Mundo, celebrada en septiembre obtuvo una gran victoria con 3:34.95.

Las dos millas en las que Coe hizo plusmarca mundial fueron las únicas que realizó esa temporada. Hizo además un 1500 muy rápido en 3:31.95, en el que corrió demasiado rápido al principio, 1:49.18 los 800 m. El resto de la temporada se centró sobre todo en los 800 m, distancia en la que volvió a realizar una plusmarca mundial superlativa. El 10 de junio, en Florencia, registraba en la distancia 1:41.73, con pases de 24.4, 49.3 y 1:15.0. El cronometraje automático falló y el tiempo se calculó con dos células fotoeléctricas paralelas.

El 17 de julio, en Oslo, volvió a realizar otra histórica plusmarca mundial, 2:12.18 en los 1000 m, con pases de 51.3 y 1:44.56.

Tras volver a ganar en la final de la Copa de Europa, como dos años antes, Coe cerró la temporada ganando los 800 m de la Copa del Mundo, donde un brasileño de 18 años, llamado Joaquim Carvalho Cruz (1963) ocupaba la sexta plaza. En una temporada perfecta, en la que superó cuatro plusmarcas mundiales, tan solo perdió una carrera, un 200 el 13 de mayo en una competición de clubes.

Steve Ovett y Sebastian Coe en los 800 metros (I)

Cuando se habla de la rivalidad entre los británicos Steven Michael James Ovett (Brighton, 9 10 1955) y Sebastian Newbold Coe (Chiswick, Londres, 29 09 1956) enseguida vienen a la memoria la final de 1500 m de los Juegos Olímpicos de 1980 o la lucha, a distancia, por la plusmarca mundial de la milla en 1981. Sin embargo, ambos fueron también grandes corredores de 800 m. Ovett, que había comenzado su carrera atlética centrado en esta prueba, fue campeón olímpico en 1980, mientras Coe, que había empezado en distancias más largas, fue dos veces subcampeón olímpico y dos veces plusmarquista mundial, con registros rapidísimos.

Los dos atletas comenzaron a practicar su deporte favorito muy jóvenes. Steve destacaba ya en categorías menores, mientras Seb tardaría algún tiempo más. En 1970, con 14 años, Ovett era un corredor de 400 y 800 m, capaz de hacer 51.7 y 2:00.0. Su progresión en los años siguientes fue enorme, con 49.8 y 1:55.3 en 1971. Ese año también fue capaz de correr los 100 m en 12.0 y los 200 en 23.5. En 1972 tuvo lugar el primer enfrentamiento entre los dos genios del mediofondo, aunque entonces nadie le prestó atención. Sucedió en una competición escolar de campo a través sobre 4 millas. El vencedor fue Kirk Dumpleton (1956), que llegaría a correr la milla en 4:01, con Steve segundo y Seb décimo. Los tiempos de Ovett de ese año fueron 23.0, 48.4, 1:52.5 y 4:01.5, en una de sus entonces escasas incursiones en los 1500 m. En 1973 el atleta de Brighton daba un enorme salto de calidad. Decidió abandonar los 400 m, prueba que solo correría ocasionalmente, y se centró en los 800 y los 1500 m / milla. En esta última prueba se fue a 4:00.0, mientras en la distancia métrica solo realizó 3:51.6. Probablemente si se hubiese cronometrado el paso de la milla habría estado en torno a 3:44.0. Pese a esta gran marca, su distancia favorita seguía siendo el 800. En una final del campeonato británico de altísimo nivel, donde el vencedor Andy Carter (1949) hacía plusmarca nacional, 1:45.12, Ovett fue sexto con 1:47.34, asimismo plusmarca británica de la categoría. Poco después se proclamaba brillantemente campeón de Europa junior (sub20) de 800 m, con 1:47.53, 0.04 menos que el alemán Willie Wülbeck (1954), futuro campeón mundial. Cuarto fue el belga Ivo van Damme (1954-1976), que sería doble subcampeón olímpico en 1976.

En 1974, siendo aún junior, Ovett se mostró como el mejor corredor británico de 800 m del momento. Se proclamó campeón nacional con 1:46.84 y en el campeonato de Europa absoluto solo cedió ante el croata, entonces yugoslavo, Luciano Susanj (1948), magnífico campeón con 1:44.07. Ovett mejoraba su plusmarca personal hasta 1:45.77. Previamente, en una de las dos millas que había corrido esa temporada, había bajado por primera vez de 4 minutos, 3:59.4.

Tras una temporada de 1975 de transición en la que, sin embargo, mejoró en la milla hasta 3:57.00, en 1976 estaba decidido a pelear por las medallas en los Juegos Olímpicos. Se clasificó imponiéndose brillantemente en las pruebas de selección británicas tanto en los 800 como en los 1500 m, en este último caso con marca personal de 3:39.64, derrotando a Dave Moorcroft (1952) y a Frank Clement (1952), que era plusmarquista nacional de los 1500 m y de la milla. En la final olímpica de 800 m, en la que el majestuoso cubano Alberto Juantorena (1950) hacía plusmarca mundial de 1:43.50, Ovett fue quinto, con marca personal de 1:45.44. Cuatro días después ganaba su serie de 1500 m con plusmarca personal de 3:37.89, a 0.61 de la plusmarca británica de Clement. En la semifinal no corrió tan bien y no pudo pasar a la final. Con tan solo 20 años, el quinto puesto de los 800 m le debió saber a poco. En esa prueba se vio superado por Wülbeck y por van Damme, que había derrotado tres años antes en el Europeo Junior de 1973, mientras en la final de los 1500 m Clement y Moorcroft, a los que había batido en las pruebas de selección olímpica, fueron respectivamente quinto y séptimo.

En 1977, Ovett decidió dar un giro a su carrera atlética. Dejó el 800 en un segundo plano y se dedicó a los 1500 m y a la milla. El 13 de mayo resultó derrotado por el estadounidense Steve Scott (1956) en un 1500. Desde entonces hasta la final olímpica de Moscú no volvió a perder ninguna carrera de 1500 o de la milla, con una racha de 45 victorias consecutivas. Se convirtió en plusmarquista británico de la milla, 3:54.69, y de los 1500 m con su soberbia victoria en la Copa del Mundo en 3:34.45. Esa temporada corrió los 3000 m en 7:41.3, los 5000 m en 13:25.0 en incluso un medio maratón en 1h05:38. En 1978 se celebraba el campeonato de Europa al aire libre, donde intentaría el doblete en 800 y 1500 m. Llegó al Europeo habiendo corrido un solo 800, en el que hizo 1:45.38, marca personal. A priori su máximo rival era un joven Seb Coe, quien con 1:44.95 a finales de la temporada anterior se había convertido en plusmarquista nacional, tiempo que había mejorado hasta 1:44.25 antes del Europeo. Pese a ser casi de la misma edad, para Coe era su primera gran competición.

Seb Coe había comenzado su carrera atlética más centrado en los 1500 e incluso en los 3000 m. En 1973 era un buen juvenil (sub18), que corría los 400 m en 51.8, los 800 en 1:56.0, los 1500 en 3:55.0 y los 3000 en 8:34.6. Se perdió por lesión la temporada de 1974. En 1975 ganó la medalla de bronce en el Europeo Junior, con 3:45.2, que era su mejor marca, a 0.4 del ganador, el finlandés Ari Paunonen (1958). Ese año registró también 1:53.8 en 800 y 8:14.8 en 3000 m. Es decir, a la edad en que Ovett ya era subcampeón de Europa absoluto de 800 m, Coe era medallista de bronce en categoría junior en 1500 m. Pero la progresión de Coe en los cuatro años siguientes lo llevaría a lo más alto.

En 1976, Seb Coe aún estaba lejos de los mejores. Ese año continuaba en los 1500 m / milla. Pese a mejorar hasta 3:43.2, solo pudo ser séptimo en su semifinal de las pruebas de selección olímpica de 1500 m. En el Campeonato Británico, celebrado después de los Juegos, fue cuarto con 3:42.67. Poco después corría su primera milla por debajo de los 4 minutos, 3:58.35. En 1977, Coe hizo un importante cambio en su carrera atlética, que continuaría en los años siguientes. Pasó a focalizarse en los 800 m, sin dejar los 1500 m / milla. Pero de estas últimas disputaría pocas carreras y muy rápidas. La temporada comenzó con el oro en los 800 m en el Europeo de pista cubierta, con plusmarca británica de 1:46.54. La estrategia dio resultado pues en septiembre añadía a la plusmarca anterior la del aire libre, 1:44.95. Previamente había mejorado en su única milla de ese año a 3:57.67. También mejoró en los 800 m en 1978, poco antes del Europeo, hasta 1:44.25, mejor marca mundial del año. Esperaba volver a casa con el oro continental, pero antes tendría que batir a Steve Ovett, al menos sobre el papel.

Las series de los 800 m del Europeo de Praga no ofrecieron sorpresas. Coe realizó el mejor tiempo con 1:46.82, mientras Ovett se había impuesto en la primera serie con 1:47.80. Ambos vencieron también es sus semifinales, Seb 1:47.44 en la primera y Steve 1:46.51 en la segunda. Todo parecía indicar que el oro estaría entre ambos. La final fue una locura. Coe, confiado en su superioridad cronométrica, marcó 49.32 en la primera vuelta, seguido del alemán Olaf Beyer (1957), acreditado en 1:45.8, y Ovett. Coe continuaba en cabeza al paso por los 600 m en 1:16.2, pero en la última recta se quedó sin fuerzas. Ovett lo sobrepasó con cierta facilidad y parecía que el oro sería para él, pero Beyer, que también había adelantado a Coe, consiguió hacer lo mismo con Ovett a falta de 40 m y se llevó la victoria con unos excelentes 1:43.84, 2 segundos menos que su marca previa. Ovett fue segundo con plusmarca británica de 1:44.09 y Coe consiguió mantener la tercera posición con 1:44.76.

A diferencia de Coe, la participación de Ovett en el Europeo no concluyó con los 800 m. Tomó parte en los 1500 m donde se impuso con plusmarca de los campeonatos. Poco después, con 8:13.51 en las dos millas realizaba su primera plusmarca mundial. Coe, por su parte, recuperaba la plusmarca nacional de 800 con 1:43.97.

Final olímpica de 800 metros 1996, cuando todos se acuerdan del que no está

Hasta la carrera de la plusmarca mundial del keniano David Rudisha (1988) en los Juegos de Londres, la final olímpica de 800 de 1996 había sido la mejor de las disputadas hasta entonces. Nada menos que cuatro atletas superaron la anterior plusmarca olímpica, 1:43.00 del brasileño Joaquim Cruz (1963) desde 1984. El vencedor, el noruego Vebjørn Rodal (1972), que, con 1:42.58, hizo la carrera de su vida, superando su mejor marca personal anterior por 0.37. Se impuso al surafricano Hezekiel Sepeng (1974), 1:42.74, al keniano Fred Onyancha, 1:42.79, y al cubano Norberto Téllez (1972), 1:42.85, que habría ganado con ese tiempo cualquiera de las anteriores finales olímpicas. Penúltimo fue el incombustible estadounidense Johnny Gray (1960), que corría su cuarta final olímpica, con unos buenos 1:44.21. Incluso el tiempo del marroquí Benyounés Lahlou (1964) de 1:45.52, que ocupó la octava posición, no desentonaba en absoluto.

Pese a haber contemplado una carrera superlativa, la mayoría de los aficionados se preguntaban qué habría sucedido si hubiese tomado parte el gran ausente, el danés de origen keniano Wilson Kipketer (1972). Kipketer había sido campeón del mundo al año anterior. Ese 1996 había acreditado la mejor marca del año de 1:42.51 y estaba invicto. Sin embargo, pese a su nueva nacionalidad danesa, no cumplía los requisitos del Comité Olímpico Internacional para participar en los Juegos. Terminó la temporada con pleno de victorias y una mejor marca de 1:41.83, a 0.10 de la plusmarca mundial del británico Seb Coe (1956).

Wilson Kipketer había comenzado a practicar atletismo muy joven, en la Escuela Católica de San Patricio, en Iten, región de Eldoret, a las órdenes del hermano Colm O’Conell (1948). O’Conell es un misionero irlandés que ha llevado al oro olímpico a atletas como Peter Rono (1967), Matthew Birir (1972) o David Rudisha. El joven Wilson ya corría los 800 m en 1:48.5 en 1987, con 14 años. En 1990 se trasladó a Dinamarca a estudiar Ingeniería Electrónica. Su adaptación fue tan buena que decidió solicitar la ciudadanía de ese país. En 1994 fue capaz de ganar 16 de las 18 carreras de 800 m que disputó y terminó el año segundo de la lista mundial con 1:43.29. En 1995 lideró la lista del año con 1:42.87 y se proclamó, representando a Dinamarca, campeón del mundo al aire libre. Ganó 10 de 12 carreras.

Por su parte Vebjørn Rodal había sido séptimo en los 800 m del Europeo Junior (sub20) de 1991. El ganador, el prometedor británico Curtis Robb (1972) ocupó la sexta posición en la final olímpica del año siguiente, pero numerosos problemas de rodilla cortaron su progresión. Probablemente por ello, hoy es cirujano ortopédico especializado en rodilla. Rodal sí continuó mejorando de forma muy notable. En 1992 realizó 1:45.33 y fue semifinalista en los Juegos Olímpicos. En 1994 dio un gran salto de calidad al correr en 1:43.50. Fue subcampeón de Europa al aire libre, detrás del italiano Andrea Benvenutti (1969) y por delante del español Tomás de Teresa (1968). En 1995, Rodal fue bronce en el campeonato del mundo al aire libre, a 0.60 del ganador, Wilson Kipketer. 1996 fue su mejor año y su punto más alto. El 5 de julio mejoró hasta 1:42.95, pero resultó derrotado por Kipketer, 1:42.76. Seis días más tarde, en Londres, corría en 1:43.25. La ausencia de Kipketer lo convertía en el favorito para el oro olímpico.

Como sucede desde los Juegos de 1992, la prueba de 800 m constaba de tres rondas. La primera tuvo lugar el 28 de julio, con nueve series. El keniano David Kiptoo (1967) fue el más rápido con 1:45.11 en la cuarte serie En total hubo 11 atletas por debajo de 1:46.00. Hezékiel Sepeng se impuso en la primera semifinal del día siguiente con 1:45.16. Lahlou fue el vencedor en la segunda, con unos excelentes 1:43.99, 0.01 más que Johnny Gray. En la tercera sucedió lo que suele suceder cuando hay clasificaciones por tiempos. Sabedores de los registros previos, los atletas participantes impusieron un ritmo rápido. El ganador fue Norberto Téllez con 1:43.79, por delante de Kiptoo, 1:43.90, y de Rodal, 1:43.96, que entraba en la final por tiempos.

Estando Johnny Gray en la final, era difícil que fuese lenta, y no lo fue en absoluto. El estadounidense tomó la cabeza y pasó en 49.55 los 400 m. En la contrarrecta parecía que era capaz de abrir un pequeño hueco con el resto. Rodal se había quedado ligeramente y en el 500 iba sexto, pero remontó en 100 m hasta la segunda posición. Gray se quedó sin fuelle al entrar en la recta final, donde Rodal se destacó con fuerza seguido de Onyancha y de Téllez. Parecía que ese iba a ser el podio, pero en la mitad de la recta, Sepeng, que había estado toda la carrera en posición secundarias, hizo un acelerón final que lo llevó a la segunda posición.

Tras la carrera, todo el mundo se preguntaba que habría sucedido si Kipketer hubiese participado. Lo cierto es que tenía mejor marca que Rodal y que el noruego no lo había derrotado nunca. Tras los Juegos se enfrentaron en tres ocasiones, y Kipketer se mostró muy superior. En realidad, el noruego no volvió a alcanzar la forma de Atlanta. Tras los Juegos su carrera atlética fue decayendo de forma bastante rápida. En 1997 fue 5º en el Mundial al aire libre. No volvió a correr por debajo de 1:44.00 y no consiguió clasificarse para las finales del Mundial al aire libre de 1999 ni para los Juegos de 2000.

En cuanto a Kipketer, hizo una soberbia temporada en 1997, que se inició en el Mundial de París en pista cubierta donde corrió la serie clasificatoria en 1:43.96 y la final en 1:42.67, plusmarcas mundiales en los dos casos. Al aire libre igualó a Coe el 7 de julio, 1:41.73, y lo superó el 13 y el 24 de agosto, con 1:41.24 y 1:41.11. Anteriormente, el 8 de agosto, había revalidado su título mundial. Sin embargo, esta temporada fue su punto de inflexión. En 1998 tuvo un brote de malaria y una mala temporada, culminada con el último puesto en la final del Europeo al aire libre, tras tropezar en la última recta. Se recuperó, no obstante, en 1999. No pudo revalidar su título en pista cubierta pero sí al aire libre. Lideró la lista del año con 1:42.27. En 2000 consiguió dos plusmarcas mundiales en la prueba de 1000 m en pista cubierta, 2:15.25 y 2:14.96. Al aire libre compitió poco antes de los Juegos de Sídney y sufrió dos derrotas. Su mejor marca fue de 1:43.35. En la final olímpica, nadie quiso avivar el ritmo y ganó el más rápido, el alemán Nils Schumann (1978), que en la semifinal había hecho marca personal de 1:44.22. Kipketer fue segundo con 1:45.14, a 0.06 del ganador. Tras perderse la temporada de 2001, tuvo su último gran año en 2001, con una mejor marca del año de 1:42.32 y campeón de Europa. En 2003 fue cuarto en el Mundial al aire libre y en 2004 demostró su gran capacidad competitiva cuando ya no estando en su mejor momento consiguió la medalla de bronce.

Del resto de los protagonistas de la final de Atlanta, Sepeng fue subcampeón mundial al aire libre en 1999, año en que mejoró a 1:42.69, y cuarto en los Juegos de 2000. Desgraciadamente en 2005 resultó sancionado por un control antidrogas positivo. Onyancha no consiguió ningún resultado relevante tras su bronce en Atlanta. Finalmente Téllez consiguió la medalla de plata en el Mundial al aire libre de 1997 y fue cuarto en 1999.

La burocracia impidió que el mejor corredor de 800 m del momento hiciese que la final olímpica de 1996 fuese aun mejor. También hizo, probablemente, que Kipketer haya pasado a la historia como uno de los grandes de su prueba, que no tuvo el premio del oro olímpico.

La barrera que se rompió dos veces… por primera vez

La prueba de 800 metros formó parte del programa olímpico la primera vez que el atletismo femenino fue olímpico, en 1928. La primera campeona olímpica fue la alemana Linda Radke (1903-1983), que se impuso con una nueva plusmarca mundial de 2:16.0. Tras la carrera hubo varias participantes que se tiraron al suelo, por un exceso de ácido láctico. Esta imagen sirvió para generar la opinión de que era una prueba demasiado larga para las mujeres. Hay que tener en cuenta que el programa olímpico femenino se había iniciado con no poca oposición, incluido la del propio Pierre de Coubertin (1863-1937), fundador de los Juegos Olímpicos modernos. No se impuso la lógica y finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió eliminar esta prueba de los Juegos. Pese a esta prohibición la prueba continuó disputándose en reuniones atlética y la plusmarca mundial continuó mejorando. En este sentido merece mencionarse a la rusa, entonces soviética, Nina Otkalenko (1928-2015), que llevó la plusmarca mundial desde 2:12.2 en 1951 hasta 2:05.0 en 1955.

Como sucedería 4 años después con los 400 m o 24 años más tarde con los 3000 m y los 400 m vallas, la Asociación Europea de Atletismo (EAA) fue mucho más innovadora que el COI e hizo oficial la prueba de 800 m en el campeonato de Europa de 1954. La primera campeona fue Otkalenko, que se impuso a la británica Diane Leather (1933-2018) y a su compatriota Lyudmila Lysenko (1934). Esta última sucedería a Otkalenko como plusmarquista mundial, que en 1960 se fue a 2:04.3.

En 1960, finalmente, la distancia de los 800 m regresaba a los Juegos Olímpicos. En Roma el oro fue para Lysenko, entonces conocida como Shevtsova, que igualaba su plusmarca mundial de 2:04.3 (2:04.50). Curiosamente, los 400 m no fueron olímpicos hasta la siguiente edición. La plusmarca mundial continuó progresando. La australiana Dixie Williams (1941), que en la final olímpica de 1960, se retiró a falta de 700 m cuando lideraba la prueba, registró en 1962 2:01.2, al paso por los 800 m de una carrera de 880 yardas en 2:02.0, ambas plusmarcas mundiales. La barrera de los 2 minutos ya se encontraba muy cerca.

Los dos minutos cayeron por primera vez mucho antes de lo esperado, pero, oficialmente, fue algo que no sucedió nunca. En 1960, la atleta norcoreana Shim Geum-dan (o Sin Kim-dan) (1938) corría los 400 m en 53.0, nueva plusmarca mundial que, sin embargo, no se homologó. Se trataba de una atleta rodeada de un halo de misterio, al que, sin duda, contribuía la situación de aislamiento internacional de su país. Nunca llegó a competir en Occidente. En 1962 mejoró hasta 51.9, que sí se homologó como plusmarca mundial. Al año siguiente tomó parte en los GANEFO (Games of the New Emerging Forces). Organizados en Yakarta, se invitó mayormente a países recientemente independizados, países no alineados y países del Bloque del Este. La IAAF no reconoció estos juegos y amenazó con sanciones a los atletas participantes. Shim, no obstante, tomó parte en los 200, los 400 y los 800 m. Fue oro en las tres distancias y, además, realizó 1:59.1 y 51.4 en días consecutivos, con lo que aparentemente mejoraba su plusmarca mundial de la vuelta a la pista y se convertía en la primera mujer en romper la barrera de los dos minutos en la doble vuelta. La IAAF, sin embargo, cumplió su amenaza. No homologó ninguno de los dos tiempos, como plusmarca mundial, ni tampoco los 51.2 y 1:58.0 realizados en Pyongyang al año siguiente. Además no permitió su participación en los Juegos de Olímpicos de 1964. Shim repitió su actuación de 1963 en los GANEFO de 1966.

Mientras tanto, en el mundo oficial, la británica Ann Packer (1942) se hacía con el oro olímpico de los 800 m en 1964, tras ser plata en los 400 m, con 2:01.1 nueva plusmarca mundial oficial. La barrera de los dos minutos tardó más tiempo del esperado en superarse por primera vez oficialmente. En 1967 la australiana Judy Pollock (1940) corría en 2:01.0 y al año siguiente la croata, entonces yugoslava, Vera Nikolić (1948-2021) realizaba 2:00.5. Era la gran favorita para hacerse con el oro en los Juegos Olímpicos de México pero, sorprendentemente, abandonó en la semifinal. La victoria fue para la estadounidense Madeline Manning (1948), que se quedó a 0.4 del tiempo de la croata.

Finalmente en 1971, la alemana Hildelgard Falck (1949) corría en 1:58.5 (1:58.45), rompiendo de forma oficial por primera vez la barrera de los 2 minutos. Su tiempo aún era inferior al de Shim. Falck fue campeona olímpica en 1972. Finalmente en 1973, la búlgara Svetla Zlateva (1952) mejoraba finalmente el tiempo de la coreana con 1:57.5. En pocos años, la plusmarca mundial mejoró notablemente. Es de destacar que en las dos siguientes ediciones de los Juegos Olímpicos las ganadoras de la prueba lo hicieron con plusmarca mundial. La rusa, entonces soviética, Tatyana Kazankina (1951) fue oro en 1976 con 1:54.9 (1:54.94). Su compatriota Nadezhda Olizarenko (1953-2017) realizó 1:53.5 (1:53.43) cuatro años después, en la final de los Juegos de Moscú. Este registro es en la actualidad la segunda mejor marca de siempre, pues resultó superada por los 1:53.28 de la checa Jarmila Kratochvílová (1951), quien en 1983 hizo 1:53.28, la plusmarca mundial más antigua del atletismo actual.