El 8 de abril de 1978 en Berkeley (California) ante unos 2000 espectadores, en un encuentro triangular de universidades, un keniano poco conocido llamado Henry Rono (1952) sorprendía al mundo atlético con una plusmarca mundial de 5000 m de 13:08.4. Era la primera de una serie de cuatro que Rono iría superando a lo largo de esa temporada, 8:05.4 en 3000 m obstáculos el 13 de mayo, 27:22.47 en 10 000 m el 11 de junio y 7:32.1 en 3000 m el 27 de junio en Oslo. Por primera y única vez en la historia, un atleta monopolizaba los techos universales de estas cuatro pruebas. Rono, un atleta con un enorme talento y una enorme capacidad de trabajo, no fue, sin embargo, capaz de sacarle todo el partido a su enorme potencial. Los dos boicots olímpicos de su país tampoco lo ayudaron.
Kipwanwok Henry Rono nació en la localidad keniana de Nandi Hills el 12 de febrero de 1952. A los dos años sufrió un accidente en el tobillo que le impidió volver a caminar con normalidad hasta los seis años. Con dieciséis escuchó en la radio la noticia de la victoria de su compatriota Kip Keino (1940) en el 1500 de los Juegos Olímpicos de México. Lo impactó tanto que decidió dedicarse él mismo al atletismo. Tres años más tarde, tuvo ocasión de asistir a una charla impartida por el propio Keino. Se convenció de que la mejor manera de progresar en el atletismo era uniéndose al Ejército, como había hecho su admirado campeón olímpico. Tras comenzar su carrera militar en 1973, en 1975 ya corría los 5000 m en 13:37.0, los 10 000 m en 28:58.0 y los 3000 m obstáculos en 8:34.4. En 1976 aceleró su preparación para los Juegos Olímpicos de Montreal con triples sesiones diarias. Consiguió con 8:29.0 clasificarse para los Juegos en obstáculos. Poco antes del inicio de la competición mejoró hasta 13:30.8 en los 5000 m. Sin embargo, Rono, como la mayoría de los atletas africanos, no tuvo ocasión de competir en los Juegos, pues su federación decidió, el día anterior a la ceremonia de inauguración, boicotear los Juegos en protesta por una gira del equipo de rugby de Nueva Zelanda en Suráfrica, país que entonces seguía políticas discriminatorias contra sus ciudadanos de raza negra.
El boicot africano a los Juegos fue un tremendo mazazo para Rono quien, no obstante, decidió que para mejorar tenía que salir de su país. En Montreal compartió habitación con el vallista Kip Ngeno (1953), becado en la Universidad del Estado de Washington. De vuelta en los Estados Unidos, Ngeno, junto a otro estudiante y atleta keniano, Samson Kimobwa (1955), que en un año se convertiría en plusmarquista mundial de 10 000 m, comentaron el interés y la calidad de Rono, quien en octubre de ese mismo 1976 resultaba admitido en la Universidad. Tan solo siete semanas después, se proclamaba campeón universitario estadounidense de campo a través. Desgraciadamente, probablemente debido a una deficiente adaptación a su nuevo medio, comenzó a ingerir cantidades excesivas de alcohol, lo que, unido a problemas estomacales que empezó a padecer, hizo que el comienzo de su temporada al aire libre fuese decepcionante. No obstante, consiguió sobreponerse y terminar con marcas personales de 5000 m, 13:21.1 y de 10 000 m, 27:37.08. Remató el año renovando su título de campeón universitario de Estados Unidos de campo a través.
La primera temporada de Rono en Estados Unidos había sido francamente, pese a todos los problemas. Sin embargo, nada hacía presagiar lo que sucedería en 1978. Ese año, el keniano tomó parte en cincuenta y dos competiciones en catorce países, en distancias desde la milla al medio maratón, en pista cubierta, pista al aire libre, campo a través y ruta. Ganó cuarenta de ellas, y de las doce que perdió, seis sucedieron en la pista cubierta. Como se ha señalado anteriormente, el 8 de abril en Berkeley, Rono superaba su primera plusmarca mundial con un tiempo de 13:08.4, con parciales cada kilómetro de 2:42.0, 5:18.0 (2:36.0), 7:56.5 (2:39.5), 2:37.0 (10:34.5) y 2:33.9 el último kilómetro, con una última vuelta en 59.4. La anterior plusmarca mundial estaba en poder del neozelandés, subcampeón olímpico de la distancia, DickQuax (1948-2018), con 13:12.87 (13:12.9). El 13 de mayo, en Seattle, en otra competición universitaria, ante tan solo 200 espectadores, Rono mejoraba la plusmarca mundial de obstáculos hasta 8:05.4, con parciales de 2:42.0, 2:42.0 y 2:40.6. Rono superaba los 8:08.02 (8:08.0) del sueco Anders Garderud (1946) de la final olímpica de 1976. La racha del keniano continuó el 11 de junio en Viena, con un tiempo en los 10 000 m de 27.22.47 (27:22.4), que mejoraban a Kimobwa en 8 segundos justos. Los parciales fueron de 13:49.0 y 13:33.4, con un último kilómetro de 2:36.9. Rono cerró su serie de plusmarcas mundiales en Oslo, el 27 de junio con 7:32.1 (2:34.0, 2:30.5, 2:27.6) en 3000 m, 3.1 menos que la anterior plusmarca mundial del británico Brendan Foster (1948).
Competitivamente, Rono también se desenvolvió perfectamente en ese año mágico de 1978, con oros en 3000 obstáculos y 10 000 m en los Juegos Panafricanos, a finales de julio, y en 5000 m y de nuevo en obstáculos en los Juegos de la Commonwealth, a principios de agosto. No pudo repetir su título universitario estadounidense de campo a través, pues se confundió durante el recorrido y entró el penúltimo. En cualquier caso, esto no empaña su temporada histórica y difícilmente repetible.
El rendimiento de Rono bajó en 1979. Sus mejores marcas ese año fueron 13:19.65 y 8:17.92. No compitió en 10 000 m. A finales de ese año consiguió por tercera vez el campeonato universitario de Estados Unidos de campo a través. En 1980 esperaba realizar un gran papel en los Juegos Olímpicos de Moscú. Se mostró en buena forma a principios de año. El 2 de febrero realizó unos excelentes 27:31.68 en 10 000 m. Pocas semanas después Kenia anunció que secundaba el boicot estadounidense a los Juegos de Moscú. Rono se perdía la segunda ocasión para ser olímpico. Su rendimiento y su dedicación al entrenamiento fueron disminuyendo. A principios de 1981 presentaba un notable sobrepeso. Los patrocinadores y los organizadores de reuniones comenzaban a no contar con él. Pero el keniano mostró una vez más su capacidad para alcanzar la forma en poco tiempo. Tras una temporada estival en la que fue progresivamente mejorando, entre finales de agosto y principios de septiembre fue capaz de correr los 5000 m en 13:12.15, 13:12.47 y 13:12.34, a menos de 4.0 de su plusmarca mundial. El 13 de septiembre, en la ciudad noruega de Knarvik, con los cuatro primeros kilómetros entre 2:38.0 y 2:38.5 y un último 1000 en 2:33.2, con 56.0 la última vuelta, Rono mejoraba su plusmarca mundial de 5000 m con 13:06.20.
Volvió con problemas de sobrepeso tras su gran remate de la temporada de 1981, pero parecía recuperado en 1982. El 28 de junio realizó 27:28.67 en un 10 000 en Oslo, donde fue cuarto y el 6 de junio ganó en un 5000 en Estocolmo 13:08.97. Al día siguiente volvió a Oslo, donde fue testigo de cómo el británico Dave Moorcroft (1953), superaba sorprendentemente, con 13:00.41, su plusmarca mundial de 5000 m. Rono fue cuarto con 13:25.14. Fue su último año en la alta competición. A partir de entonces entró en una situación grave de deterioro deportivo y personal. Llegó a pesar 100 Kg y su adicción al alcohol se acentuó. En 1986 intentó volver al atletismo e hizo 2h19:12 en el maratón de Chicago. Llegó a dormir en albergues para personas sin hogar. Sin embargo, consiguió enderezar su vida con un trabajo de profesor en un instituto.
Henry Rono hizo historia en 1978, pero pudo haberse convertido en el mejor corredor de fondo de la historia. Las decisiones políticas de su país y su mala cabeza se lo impidieron. Será muy difícil que otro atleta pueda igualar sus cuatro plusmarcas mundiales de su año mágico.
Hay deportistas magníficos que tienen la mala fortuna de haber nacido al mismo tiempo que deportistas excepcionales. Siempre se pone como ejemplo al ciclista francés Raymond Poulidor (1936-2019), que nunca pudo hacerse con la victoria en el Tour de Francia, al haber coincidido en el tiempo con dos de los más grandes de siempre, su compatriota Jacques Anquetil (1934-1987) y el belga Eddy Merckx (1945). Más recientemente el suizo Tony Romminger (1961) tampoco pudo con la prueba reina del ciclismo, controlada con mano de hierro en los primeros 90 por el español Miguel Induráin (1964). Sin embargo, este no es el caso del extraordinario fondista finlandés Ville Ritola (1896-1982). Ritola ganó ocho medallas, cinco de oro, en dos juegos olímpicos. Es el único atleta de la historia campeón olímpico en 5000, 10 000 y 3000 metros obstáculos y también el que más medallas ha ganado en una sola edición de los Juegos, seis, cuatro de oro, en 1924. Sin embargo la historia se ha olvidado de él ante el brillo de su compatriota Paavo Nurmi (1897-1973), probablemente el más grande de la historia, pero al que Ritola le impidió renovar su oro olímpico en 1928.
Vilho Ville Eino Ritola nació el 18 de enero de 1896 en Peräseinäjoki, antiguo municipio al Oeste de Finlandia, próximo a la frontera con Suecia, que hoy es parte de la ciudad de Seinäjoki. Fue el 14 de una familia de 19 hermanos, que su padre había tenido con dos mujeres. En 1913 emigró con varios de sus hermanos a Estados Unidos, donde desempeñó el trabajo de carpintero, sobre todo en la construcción. No comenzó a practicar atletismo hasta 1919, a los 23 años, cuando se unió al Finnish-American Athletic Club, donde estaba el finlandés triple campeón olímpico Hannes Kolehmaninen (1889-1966), que vivía en Nueva York. Ritola no tomó parte en los Juegos Olímpicos de 1920. Durante los años siguientes progresó de forma muy notable hasta incorporarse a la élite mundial. En 1924, con la ayuda de sus compatriotas finlandeses afincados en Estados Unidos, viajó a su país natal para participar en las pruebas de selección olímpica. En los 10 000 m venció con una nueva plusmarca mundial de 30:35.4, superando en 4.8 segundos a Nurmi. Finalmente resultó seleccionado para cinco pruebas, además del 10 000, los 5000 m, los 3000 m por equipos, los 3000 m obstáculos y el campo a través, donde también se disputaba una competición por equipos. La selección olímpica finlandesa no estuvo exenta de polémica, pues Nurmi, que disputaría los 1500 m, los 3000 m por equipos, los 5000 m y el campo a través, habría querido competir también en los 10 000 m. Sin embargo, los oficiales de su país consideraron que habiendo menos de una hora entre la final de 1500 y de 5000 m, los 10 Km, que tenían lugar cuatro días antes resultaría contraproducente.
En los Juegos Olímpicos de 1924, celebrados en París, Ritola tomaría parte entre eliminatorias y finales en un total de ocho carreras. Se estrenó con la final directa de los 10 000 m el 6 de julio. Con 41 participantes, Ritola se colocó en cabeza y fue descolgando al resto de corredores hasta llegar a la meta en una nueva plusmarca mundial de 30:23.2, más de medio minutos por delante del sueco, nacido finlandés, Edvin Wide (1896-1996). Sin tiempo para recuperarse, el 7 de julio se clasificó para la final de obstáculos, al ganar la tercera semifinal. El 8 de julio le bastó con ser tercero en la tercera semifinal del 5000 para entrar en la final. El día 9, Ritola disputaba su segundo oro olímpico, en la prueba de obstáculos. Ganó con cierta facilidad con 9:33.6, más de 10 segundos por delante de su compatriota Elias Katz (1901-1947). Esta carrera se representa brevemente en la película Carros de fuego, pues uno de sus protagonistas, Evelyn Aubrey Montague (1900-1948) ocupó la sexta posición.
En el minuto 1:38 sale brevemente el final de la carrera de 3000 m obstáculos de París
El 10 de julio se celebraba la final de los 5000 m, donde se esperaba un gran duelo entre Nurmi, que había ganado el oro en los 1500 m menos de una hora antes, y Ritola, que ya se había hecho con dos victorias olímpicas. Los hombres fuertes de la carrera trataron de anular a Nurmi con un primer kilómetro en unos entonces inauditos 2:46.3, pero el finés se mantuvo impasible con la cabeza, hasta que a mitad de carrera tomó el mando. Ritola trató de sobrepasarlo a falta de 20 metros, pero Nurmi aguantó y ganó con 14:31.2, 0.2 menos que su rival. El 11 de julio el equipo de Finlandia, con Nurmi, Ritola y Samedi Tala (1893-1961), ocupaba los tres primeros puestos en su semifinal de los 3000 m por equipos, con lo que se clasificaba para la final. El 12 de julio se celebraba la prueba de campo a través. Con una temperatura de 36º se convirtió en uno de los mayores desastres de los Juegos Olímpicos, y pasó a la historia como El infierno de Colombes. De los 38 corredores que tomaron la salida solamente terminaron 15. El circuito era especialmente duro y, además, estaba muy cerca de una fábrica que expulsaba humo irritante. Pese a todas estas dificultades y al cansancio acumulado, Nurmi entró en la meta destacado con casi un minuto y medio de ventaja sobre Ritola. Finlandia se hizo con el oro por equipos. Lo mismo sucedió al día siguiente con la final de 3000 m por equipos, en la que Nurmi volvió a ser el vencedor, por delante de Ritola. Finlandia ganaba la medalla de oro por equipos. No había clasificación individual en esta prueba. Tanto el 3000 por equipos como el campo a través no volvieron a ser olímpicas.
Con sus seis medallas olímpicas, cuatro de oro, Ritola se convertía en el atleta de la historia que ha ganado más medallas en una sola edición de los Juegos. Sin embargo, en sus tres (cuatro contando la semifinal de 3000 m por equipos) enfrentamientos directos con Nurmi resultó derrotado. Este recuperó la plusmarca mundial de 10 000 m el 31 de agosto con unos entonces impresionantes 30:06.2.
En los años interolímpicos, Ritola volvió a los Estados Unidos, donde siguió trabajando en la construcción y se entrenaba de forma irregular. Pese a ello, ganó varios campeonatos de la AAU (Amateur Athletic Union). Incluso el 24 de febrero de 1925 corrió los 5000 m en 14:23.2, 5.0 mejor que la plusmarca mundial de Nurmi. Sin embargo no se homologó como tal, al haberse hecho en pista cubierta. En 1928, con 32 años, Ritola volvía a los Juegos Olímpicos, que se celebraban en Amsterdam. Esta vez habría un triple duelo con Nurmi, en 5000, 10 000 y 3000 m obstáculos. El 29 de julio, con 24 participantes, tenía lugar la final directa de 10 000 m. Tras 9 vueltas un grupo formado por los dos finlandeses y el sueco Wide se había quedado solo en cabeza. Wide cedió con 18 vueltas. Ritola se colocó delante pero no logró despegar a Nurmi, que lo adelantó a falta de 50 m y ganó con 30:18.8. Dos días más tarde, el 31, ambos se clasificaron fácilmente para la final de los 5000 m. El 1 de agosto, los dos rivales ganaron su serie de obstáculos, pero con problemas, pues Ritola se lesionó en un tobillo y Nurmi en una cadera tras una caída. Sin haberse recuperado, disputaron la final de 5000 m el 3 de agosto, donde Ritola, con un cambio en la última curva, derrotó a Nurmi por 2.0 con 14:38.0. El sueco Wide ganaba su quinta medalla, cuarto bronce. Tenía además una plata. Al día siguiente, se esperaba el tercer y último duelo, el de obstáculos, pero no tuvo lugar, ya que Ritola abandonó, mientras Nurmi era segundo.
Ritola se retiró poco después de los Juegos y continuó con su labor en la construcción, hasta su jubilación en 1959. En 1937 adquirió la ciudadanía estadounidense. Volvió definitivamente a Finlandia en 1971. Murió el 24 de abril de 1982 en Helsinki.
La historia ha sido poco generosa con un hombre que ganó ocho medallas olímpicas, cinco de oro y como se indicó más arriba es el único campeón olímpico de 5000, 10 000 m y 3000 m obstáculos. Cierto es que en sus enfrentamientos directos, Nurmi se llevó, con diferencia, la mejor parte con trece victorias, dos derrotas, una por abandono, y un empate, pero pocos, muy pocos, atletas han podido igualar o superar los logros de este enorme fondista finlandés.
La prueba femenina de 3000 metros obstáculos comenzó a disputarse en los primeros 2000. En el campeonato de España de 2001 se corrió la distancia por primera vez, si bien de forma no oficial. La vencedora fue la madrileña Tamara Sanfabio (1978). Al año siguiente, la primera campeona de España, ya con la prueba oficial, fue la cántabra Zulema Fuentes-Pila (1977). En el ámbito internacional, los obstáculos se disputaron por primera vez en un Mundial en 2005, en 2006 en un Europeo y en 2008 en los Juegos Olímpicos, La presencia española en estos campeonatos no ha sido infrecuente, aunque, por desgracia, el mayor logro en esta modalidad acabó no siéndolo. En 2015, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) desposeía a la palentina Marta Domínguez (1975) de su oro mundial de 2009 y su plata europea de 2010 en los obtáculos, por su implicación en la operación Galgo, contra el tráfico de sustancias prohibidas en el deporte.
En campeonatos de ámbito mundial, la mejor atleta española en los obstáculos es la catalana Rosa Morató (1979), 8ª en el campeonato del Mundo de 2007. En cuanto a campeonatos de Europa, España ha conseguido una medalla y 6 plazas de finalista. Zulema Fuentes Pila fue 8ª en 2006 y 6ª en 2010. La madrileña Diana Martín (1981) es la atleta española con mejor palmarés internacional en esta prueba. Siempre centrada en esta distancia, fue 7ª en el Europeo de 2012, 11ª en el Mundial del año siguiente y medallista de bronce en el campeonato de Europa de 2014, con su mejor marca de siempre de 9:30,70. En una carrera muy valiente, la española supo estar en los puestos de cabeza en el momento definitivo y consiguió entrar en el podio.
Martín aún consiguió otro puesto de finalista en el campeonato continental, 8ª en 2016. En la final del último campeonato de Europa, de 2018, hubo una nueva finalista española. La toledana Irene Sánchez Escribano (1992) fue 8ª con 9:31,84, con lo que mejoraba su anterior marca persona, conseguida en las semifinales. Escribano, tras mejorar este año hasta 9:27,53 representará a España en el Mundial del próximo mes de septiembre. ¿Dejará de ser Rosa Morató la única finalista española en la prueba?
Atletas (hombres) españoles finalistas en obstáculos en grandes campeonatos
Constantino Miranda Juegos Olímpicos 1948 8º
Antonio Campos Juegos Olímpicos 1976 8º
Domingo Ramón Juegos Olímpicos 1980 4º
Francisco S Vargas Juegos Olímpicos 1980 5º
Domingo Ramón Europeo 1992 Bronce
Domingo Ramón Juegos Olímpicos 1984 6º
Luis M Martín Europeo 1998 4º
Ramiro Morán Europeo 1998 6º
Eliseo Martín Europeo 1998 7º
Eliseo Martín Mundial 1999 6º
Luis M Martín Juegos Olímpicos 2000 5º
Eliseo Martín Juegos Olímpicos 2000 6º
Luis M Martín Mundial 2001 4º
Antonio J Pentinel Mundial 2001 6º
Antonio J Pentinel Europeo 2002 Oro
Luis M Martín Europeo 2002 Bronce
Eliseo Martín Europeo 2002 6º
Eliseo Martín Mundial 2003 Bronce
Luis M Martín Mundial 2003 6º
José Luis Blanco Mundial 2003 8º
Luis M Martín Juegos Olímpicos 2004 5º
José Luis Blanco Europeo 2006 Plata
Antonio J Pentinel Europeo 2006 6º
César Pérez Europeo 2006 8º
Eliseo Martín Mundial 2007 7º
Eliseo Martín Europeo 2010 6º
Víctor García Europeo 2012 Bronce
Ángel Mullera Europeo 2014 Bronce
Sebastián Martos Europeo 2014 4º
Sebastián Martos Europeo 2016 4º
Fernando Carro Europeo 2018 Plata
Daniel Arce Europeo 2018 6º
Atletas (mujeres) españolas finalistas en obstáculos en grandes campeonatos
Tras muchos años de irrelevancia, la presencia de obstaculistas españoles se había convertido en una constante en las finales de los grandes campeonatos. Tanto Luis Miguel Martín Berlanas (1972) como Eliseo Martín (1973) se habían quedado en más de una ocasión cerca del podio de una complicadísima prueba, dominada por kenianos y, en menor medida, magrebíes. En 2003, se presentaba una nueva ocasión con motivo del Campeonato del Mundo que se celebraría en París. Eliseo Martín llegaba a la capital de Francia con una mejor marca ese año de 8:13,38, mientras Berlanas había corrido en 8:18,02. Habría un tercer español en la competición, el catalán de Lloret de Mar José Luis Blanco (1975), que esa temporada se había ido a 8:13,86.
El 23 de agosto se corrieron las tres series semifinales. Entrarían en la final los 4 primeros y 3 tiempos de repesca. Los tres españoles se clasificaron por puestos. Blanco fue 3º en la primera semifinal con 8:18,76, Eliseo Martín fue 3º en una disputada segunda semifinal con 8:22,54, y Berlanas se impuso en la tercera semifinal con 8:19,09. La final, tres días después, resultó una carrera rápida y muy disputada, donde los españoles desempeñaron un papel protagonista. El qatarí Khamis Abdullah Saifeldin (1976), siguiendo los intereses de su compatriota Saif Saaeed Shaheen, nacido keniano como Stephen Cherono en 1982, imprimió un ritmo rápido desde el primer kilómetro, que cruzó Shaheen en 2:36,24, con su hermano el keniano Abraham Cherono (1980) segundo a cierta distancia y Berlanas en un pequeño grupo unos metros más atrás. Eliseo Martín y Blanco estaban algo más rezagados. A mitad de carrera la pista estaba ocupada por un rosario de corredores, con Shaheen primero destacado, mientras Ezekiel Kemboi (1982) era ahora segundo por delante de su compatriota Cherono. Berlanas se encontraba, junto con el marroquí Ali Ezzinne (1978) a unos 12 metros de Cherono, con Eliseo Martín unos 8 metros por detrás. Shaheen daba paso al 2º kilómetro en 5:19,58, justo en el momento en que Kemboi lo alcanzaba. Berlanas era en ese momento 4º, a unos 8 segundos de la cabeza, con Eliseo Martín muy cerca. A falta de 600 m los españoles se colocaban 3º y 4º respectivamente, tras sobrepasar a Cherono, y ya muy próximos a la cabeza. Al comenzar la última vuelta ambos peleaban por alcanzar la cabeza de la prueba. En la contrarrecta Shaheen pasaba de nuevo a la cabeza y conseguía irse con Kemboi, mientras Eliseo Martín lograba descolgar a Berlanas. En una última recta plena de emoción Shaheen se hacía con el oro en 8:04,39, por delante de Kemboi, 8:05,11, que ganaba la primera de sus siete medallas mundialistas en la prueba. Unos metros más atrás Eliseo Martín, con su mejor marca de 8:09,09, se convertía en el primer y hasta ahora único español en ganar una medalla, de bronce, en un campeonato de ámbito mundial. Por detrás, Berlanas, tras haber peleado por el podio, llegaba 6º y Blanco era 8º.
La época dorada de los obstáculos en España conseguía, por fin, una medalla en un Mundial, con los tres españoles entre los ocho primeros. En París, la prueba alcanzaba su culmen, aunque aún quedaría otra gran actuación en otra gran final, los Juegos Olímpicos de 2004. Berlanas llegó a Atenas con una mejor marca de 8:13,55 y Eliseo Martín 8:18,30. El tercer español en esta ocasión sería el sevillano, campeón de Europa dos años antes, Antonio David Jiménez Pentinel (1977), que esa temporada había registrado 8:14,30. Berlanas se mostró en buena forma, entrando en la final por puestos, mientras los otros dos españoles lo hacían por tiempos. Ausente Shaheen de la competición por problemas administrativos relacionados con su cambio de nacionalidad, los tres kenianos, encabezados por Kemboi, coparon el podio. El tiempo del ganador fue 8:05,81. En una nueva gran actuación, siempre con su encomiable espíritu de lucha, aunque sin opción de medalla en la última vuelta, Berlanas fue 5º con 8:11,64, mientras Eliseo Martín ocupaba la 9ª posición con 8:15,77 y Pentinel era 14º con 8:22,63.
Atenas fue la última gran actuación de los Martín. Berlanas aún fue 11º en el Mundial de 2005. Siguió disputando los obstáculos hasta 2007. En la actualidad sigue compitiendo el duatlón. Es entrenador de atletismo y fue responsable de la Sección de Fondo de la Real Federación Española de Atletismo. Por su parte, Eliseo Martín fue 7º en el Mundial de 2007, 11º en el de 2009 y 6º en el Europeo de 2010. Continúa compitiendo con 45 años. El año pasado corrió los 3000 m lisos en 8:43,35.
La edad de oro de los obstáculos en España tuvo, no obstante, su lado oscuro. Uno de los atletas destacados de esta época había sido el sevillano Pentinel. Pentinel sorprendió en el Europeo de 2002 cuando se hizo con el oro por delante del plusmarquista continental, el neerlandés Simon Vroemen (1969) y de Berlanas. El año anterior había sido 6º en el Mundial, puesto que repitió en 2005. En el Europeo de 2006 fue 5º. Su buen historial quedó envuelto en la sombra de una duda cuando en 2014 se descubrió que estaba en posesión de sustancias ilegales, por lo que recibió una sanción de tres años, como ya se indico en la anterior entrada.
Otro de los atletas de aquel momento, José Luis Blanco, 8º en el Mundial de 2003 y subcampeón de Europa en 2006, también resultó suspendido tras dar positivo para sustancias prohibidas en el Europeo de 2010, después de haber llegado en 3ª posición.
En los últimos campeonatos mundiales de obstáculos, la única presencia española fue la de otro catalán de Lloret de Mar, Ángel Mullera (1984), 11º en 2013. Mullera fue bronce en el Europeo de 2014, tras la descalificación del ganador, el francés Mahiedine Mekhissi-Benabbad (1985) por haberse quitado la camiseta antes de llegar a la meta. Dos años antes, en 2012, el madrileño Víctor García (1985) había sido bronce en la competición continental. En el Europeo de 2016, el jienense Sebastián Martos (1989) ocupó la 4ª posición. En el último Europeo, el de 2018, el madrileño Fernando Carro (1992) fue segundo, detrás de Mekhissi, que se hacía con su cuarto entorchado continental en obstáculos (podían haber sido 5).
Carro, cuya mejor marca hasta el año pasado era de 8:19,30, ha dado esta temporada un enorme salto de calidad. De la mano de su entrenador Arturo Martín (1967), un antiguo corredor de obstáculos, corrió en Roma el 6 de junio en 8:15,73 y el 12 de julio en Montecarlo sorprendió con unos magníficos 8:05,69, tiempo que superaba la anterior plusmarca española, en poder de Berlanas desde 2002 con 8:07,44. El tiempo de Carro es la 4ª marca mundial del año y la 4ª europea de todos los tiempos. Aunque aún queda mucho tiempo para el Mundial, con esta actuación, el madrileño tiene una gran oportunidad para alcanzar un puesto de finalista en Doha, algo que no consigue un atleta español desde 2007.
La temporada de 1998 supuso un punto de inflexión en la prueba de 3000 m obstáculos en España y el inicio de una fructífera edad dorada. España no colocaba un finalista en un gran campeonato desde el 6º puesto de Domingo Ramón (1958) en la final olímpica de 1984. Javier Rodríguez Olmos (1974) había sido 12º en la final del Mundial de 1995. La final del Europeo de ese año vio cómo los tres españoles entraban entre los 8 primeros, Luis Miguel Martín (1972), 4º, Ramiro Morán (1969), 6º, y Eliseo Martín (1973), 7º. Poco después, Morán, conseguía por primera vez desde 1984, que un español corriese por debajo de 8:20,00, al registrar 8:17,49.
Las lesiones no permitieron progresar a Morán, pero para los dos Martín el Europeo de 1998 fue el inicio de una época llena de éxitos, en la que ambos se enfrentaron a los invencibles atletas africanos que dominaban, ya desde hacía años, la prueba de los obstáculos. Luis Miguel Martín Berlanas (Madrid, 11 de enero de 1972) comenzó corriendo 1500 m, distancia en la que fue 12º en el Campeonato del Mundo Junior (sub20) de 1990. Sin embargo, en 1997, con 25 años, su mejor marca de 3:39,07 estaba muy alejada de las mejores españolas. Tomó, junto con su entrenador, la decisión de cambiarse a los 3000 m obstáculos, decisión que se mostró completamente acertada con su 4º puesto en el Europeo del año siguiente. Su tiempo de 8:20,54 era en aquel momento la 4º mejor marca española de siempre.
Eliseo Martín Omenat (Monzón, Huesca, 5 de noviembre de 1973) también probó otras distancias antes de los obstáculos. Fue 7º en los 10 000 m del Campeonato del Mundo Junior (sub20) de 1992. Poco después se centró en los obstáculos, pero a la altura de 1997 parecía estancado en la barrera de los 8:30,00. La cosas cambiaron en 1998 con su 7º puesto en el Europeo y con una mejoría en su marca personal hasta 8:25,92.
Las perspectivas para 1999 en la prueba eran muy alentadoras y se materializaron muy pronto. El 28 de mayo, en el estadio de la Cartuja, en el Gran Premio de Sevilla, la plusmarca española de Domingo Ramón de 8:15,74 desde los Juegos de Moscú no pudo cumplir 19 años. En una excelente carrera, Berlanas se hacía con la victoria con 8:11,18, mientras Eliseo Martín era 4º con 8:13,59. Con estas credenciales se presentaron en el mismo estadio a finales de agosto, con la intención de convertirse en finalistas en el Campeonato del Mundo de la distancia de obstáculos. La organización decidió que se celebrarían tres series semifinales, de las que incomprensiblemente pasarían los dos primeros de cada una y 6 tiempos. Berlanas fue 3º en la segunda semifinal con 8:17,75, a la postre el 7º mejor tiempo de la repesca y se quedó fuera de la final. Eliseo Martín ocupó la 4ª posición en la 3ª semifinal y fue el último tiempo clasificado con 8:16,56. En la prueba definitiva, de un altísimo nivel, el aragonés hizo una carrera muy inteligente, siempre en posiciones secundarias hasta el final en que remontó hasta la 6ª posición, con 8:16,09. El keniano Christopher Kosgei (1974) fue el vencedor con 8:11,76.
El siguiente reto eran los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, que tendrían lugar a finales de septiembre. En agosto, Berlanas volvía a mejorar su plusmarca española, con unos excelente 8:09,77, mientras Eliseo Martín acudió a los Juegos con 8:13,63, prácticamente su marca personal. Esta vez los dos españoles pasaron a la final por puestos al ocupar la 4ª posición en sus respectivas series. Pasaban los 4 primeros de cada una de las tres semifinales y tres tiempos. La final fue una carrera llena de emociones en la que los dos españoles compitieron de tú a tú con los africanos. Se pasaron los 2 Km lentos en 5:43,91, con los dos Martín siempre en las posiciones delanteras. A falta de poco más de 200 m Berlanas se colocó 2º y entro 3º en la recta final, pero finalmente tuvo que ceder ante el impulso africano. Fue 5º, con 8:22,75 a 0,60 del bronce. Eliseo Martín llegó un puesto más atrás con 8:23,00. El oro fue para el keniano Reuben Kosgei (1979) con 8:21,43.
En cualquier caso el resultado de los españoles fue magnífico, en un terreno ya entonces casi vedado a los kenianos y, en menor medida, a los marroquíes. En los Juegos Olímpicos hubo un tercer español, el catalán Marc Cepeda (1974), que ese año había corrido en 8:14,74.
En 2001 tendría lugar en Edmonton (Canadá) una nueva edición de los Campeonatos del Mundo al aire libre. Esta vez Eliseo Martín no estaba en tan buena forma como el año anterior y, aunque llegó a la final, fue 12º. Quien se superó a sí mismo fue Berlanas, subiendo un peldaño más. Esta vez ocupó la 4ª posición, con 8:18,57, si bien no tuvo opción de disputar las medallas. El vencedor fue, como en Sídney, Reuben Kosgei con 8:15,16. Hubo otro español en la final, el sevillano Antonio David Jiménez Pentinel (1977), que ese año había corrido en 8:11,70, y fue 6º con 8:19,82. Pentinel fue campeón de Europa al año siguiente, 6º en el Mundial de 2005 y 5º en el Europeo de 2006, siempre en obstáculos. Su historia no tiene, sin embargo, final feliz. En 2014 se le detuvo por posesión de sustancias ilegales y recibió una sanción de 3 años.
Berlanas continuó con su buena costumbre de mejorar la plusmarca española y unos días después del Mundial se fue a 8:08,74. El siguiente gran campeonato sería el Europeo de 2002. Los españoles tenían como rival más fuerte al neerlandés Simon Vroemen (1969), plusmarquista europeo con 8:06,91. En una carrera lenta, resuelta en la última recta, Pentinel se hizo con el oro, por delante de Vroemen y de Berlanas, mientras Eliseo Martín era 5º.
Tras el campeonato, por cuarto año consecutivo, y último, Berlanas superaba su tope nacional con 8:07,44, a 0,53 de la plusmarca europea. Aguardaba un nuevo Campeonato del Mundo en 2003, y allí tendría lugar el mejor resultado de la historia conseguido por un obstaculista español.
Los 8:15,73 en 3000 m obstáculos realizados por el madrileño Fernando Carro (1992) el pasado 6 de julio en Roma constituyen la mejor marca española desde 2012. Desde entonces nadie había conseguido bajar de 8:16,00. La prueba de los 3000 m obstáculos ha dado grandes alegrías al atletismo español, y también alguna que otra decepción. Fue en esta prueba en la que España colocó su primer finalista olímpico en atletismo de la historia. En la final de los Juegos de Londres de 1948, el catalán de Sant Boi Constantino Miranda (1925 – 1999) conseguía entrar en la 8ª posición. Miranda tal vez podría haber mejorado si no se hubiese parado a ayudar al finlandés Pentii Siltalopi (1917 – 2002), 5º finalmente, que se había caído en uno de los pasos de la ría. La delegación finlandesa felicitó calurosamente al español. La mejor marca de Miranda, 9:22,0 en 1946, había sido la 10ª de ese año.
Tras Miranda, la distancia decayó notablemente en España. Tanto fue así que cuando el vigués Manuel Augusto Alonso (1930 – 2016) se convirtió en el primer español que corrió por debajo de 9:00,0, su marca de 8:56,2 no fue suficiente para que alcanzase la final del Europeo al aire libre de 1958. En ese mismo Europeo se hizo también con la plusmarca española de 5000 m con 14:18,0, asimismo insuficientes para pasar de ronda. Alonso llegaría a correr los obstáculos en 8:48,6 en 1961. Su sucesor como plusmarquista español fue otro vigués, Javier Álvarez Salgado (1943), que en los primeros años de su carrera atlética se centró más en esta prueba. En 1965 marcó 8:46,0. Al año siguiente, en su pista talismán de Riazor se proclamó campeón mundial militar, logro que en su momento tuvo una gran repercusión mediática en España, con 8:38,4. En el mismo estadio coruñés realizó en 1968 sus dos últimos topes nacionales 8:37,6 y 8:36,4, en ambas carreras superando al palentino Mariano Haro (1940), entonces también más focalizado en esta prueba, que realizó 8:39,8 y 8:37,2. Los dos fueron olímpicos en México. Haro resultó descalificado en su serie y Salgado fue 10º en la final. Ese año fueron 17º y 21º del mundo.
El salmantino Vicente Egido (1947) igualó y posteriormente superó a Salgado en 1973 con 8:32,6. Al año siguiente otro de los grandes obstaculistas españoles realizó su primera plusmarca nacional. El valenciano Antonio Campos (1951) recortó una décimas a Egido con 8:32,4. Entre 1974 y 1976 superó 6 veces el primado español hasta 8:21,00 (10ª marca mundial al final de ese año) en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1976. En Montreal, Campos tuvo una excelente actuación. Accedió a la final, tras ser 4º en su serie con 8:24,53. En la final , después de encabezar el primer kilómetro, acabó 8º con 8:22,65, en una vibrante carrera en la que el duelo entre el sueco Anders Garderud (1946) y el polaco con nombre de antropólogo Bronislaw Malinowsky (1951) acabó con plusmarca mundial del primero en 8:08,02.
Campos no volvió a tener una temporada como la de 1976, pero ya en 1977 se estaba gestando el relevo. En el Campeonato de Europa Junior (sub20) de ese año, el alicantino Domingo Ramón Menargues (1958) y el granadino Francisco Paco Sánchez Vargas (1958) mostraron su gran calidad al ocupar la 2ª y la 4ª plaza en los 2000 m obstáculos (no se disputó el 3000 hasta 1987). En los siguientes Juegos Olímpicos, los de 1980, Vargas se convirtió en el primer español sub20, al realizar 8:18,96 en la primera semifinal de los obstáculos. Su 4ª posición le sirvió para clasificarse para la final, donde también estaría Ramón, 2º en la segunda semifinal, con 8:21,94, mejor marca personal. La final fue una locura, con el antiguo plusmarquista mundial de 1500 m, el tanzano Filbert Bayi (1953) corriendo a lo Bayi. Finalmente su esfuerzo no fue suficiente para derrotar a Malinowsky, que lo relegó a la segunda posición. Los dos españoles tuvieron una magnífica actuación, con Ramón 4º, 8:15,74, nueva plusmarca española, y Vargas 5º, 8:17,93.
Tenían ambos 22 años, con lo que el futuro se les presentaba esplendoroso. Sin embargo, las lesiones se cebaron con ellos, especialmente con el granadino. Este mejoró su plusmarca personal hasta 8:16,59 en 1983, año en que se impuso en la reunión de Zúrich, y corrió varias veces por debajo de 8:20,00, pero no volvió a disputar una final de un gran campeonato. Ramón, pese a que no mejoró marca, sí pudo arreglárselas para seguir rindiendo a un gran nivel. En el Campeonato de Europa al aire libre de 1982, en una final de gran calidad fue bronce, con 8:20,48, detrás del alemán Patrick Ilg (1957) y del polaco Boguslaw Maminski (1955).
Ramón fue 10º al año siguiente en el primer Campeonato del Mundo al aire libre, en una temporada muy difícil. Tampoco fue fácil para él el año olímpico de 1984. Sin embargo en Los Ángeles dio una gran sensación al imponerse en la primera semifinal con 8:19,08, su mejor marca desde los Juegos de Moscú. En la final, tras ocupar puestos secundarios mayor parte de la carrera, terminó con una gran última vuelta, que le permitió ser 6º con 8:17,27. La carrera volvió a resultar muy rápida. El keniano Julius Korir (1960), que no se contaba entre los favoritos, se hizo con el oro en 8:11,80.
Tras su éxito en Los Ángeles, los problemas físicos superaron definitivamente a Ramón. Aún fue capaz de correr en 8:23,26 en 1987, pero su rendimiento ya no fue el mismo. Pese a ello, siguió compitiendo hasta los 47 años, en categoría de veteranos. Otro atleta de gran calidad de aquellos años 80 fue el cordobés Juan Torres (1957), que en 1984 realizó 8:16,25, entonces segunda mejor marca española de siempre.
El declinar de los obstaculistas españoles nacidos en la segunda mitad de los 50 sumió a la prueba en una profunda crisis. Hasta 1998 no hubo otro atleta español que corriese por debajo de 8:20,00. En 1995 pareció abrirse una luz con Javier Rodríguez Olmos Chuvieco (1974). Sexto en la prueba de 1500 m del mundial junior de 1992 y subcampeón al año siguiente en el Europeo de la categoría, decidió en 1995 probar con los obstáculos. Sorprendió en el Campeonato del Mundo al aire libre al clasificarse para la final con unos excelentes 8:20,89. Con 21 años, parecía que podría tener una gran proyección, pero los problemas físicos cortaron su progresión.
La travesía en el desierto terminó en 1998, cuando el zamorano Ramiro Morán (1969) corrió la prueba en 8:17,49. Morán había ocupado unos días antes la 6ª posición en el Campeonato de Europa al aire libre. En los años posteriores, no tuvo mucho más recorrido, pero en esa competición le acompañaron en la final dos atletas que compartían apellido y se convertirían en los mejores obstaculistas españoles, el madrileño Luis Miguel Martín Berlanas (1972), 4º con 8:20,64, y el aragonés de Monzón, Eliseo Martín (1972), 7º. En los años siguientes, darían muchas alegrías al atletismo español.
Los Juegos de la Commonwealth de 1974, celebrados entre el 24 de enero y el 2 de febrero en la ciudad neozelandesa de Christchurch, se recuerdan, en lo que al atletismo se refiere, por la carrera de 1500 m en la que no solo el tanzano Filbert Bayi (1953) superó la plusmarca mundial sino que también se revolucionó la lista mundial de siempre. Sin embargo, además del 1500, el resto de las distancias de medio fondo y fondo tuvieron un nivel altísimo. Como prueba, salvo en los 10 000 m, que se corrieron 8 segundos más lentos, en el resto de las pruebas de media y larga distancia las marcas logradas por los ganadores fueron superiores a las de los Juegos celebrados dos años antes. Uno de los protagonistas de esta gran actuación, fue el keniano Ben Jipcho, que se hizo con el oro en las pruebas de obstáculos y 5000 m y fue medalla de bronce en los 1500 m.
Benjamin Waruba Jipcho nació en el distrito Mount Elgon, en la provincia Occidental de Kenia. Comenzó a practicar atletismo tardíamente, a los 23 años, siendo guardia de prisiones. Su progresión fue muy rápida, pues dos años después lograba la clasificación para el 1500 de los Juegos Olímpicos de México 1968. Para ello, la federación keniana celebró una milla, en la que se impuso el favorito Kip Keino (1940). Jipcho fue segundo con 3:59,8, la primera vez que bajaba de 4 minutos. En la capital mexicana, logró clasificarse para la final. Allí marcó un ritmo rapidísimo con 56,0 en los primeros 400 m, para su compañero Keino, que lo sobrepasó antes de llegar al 500. Keino se coronó brillantemente campeón olímpico. Jipcho fue 10º.
Tras una insulsa temporada posolímpica, Jipcho decidió centrarse en los obstáculos. Los buenos resultados no se hicieron esperar. En 1970, en la final de los Juegos de la Commonwealth, en una carrera de muy alto nivel, con el campeón y subcampeón olímpicos, los kenianos Amos Biwott (1947) y Benjamin Kogo (1944), y el plusmarquista mundial, el australiano Kerry O’Brien (1946), Jipcho fue plata, con plusmarca personal de 8:29,6, detrás de otro australiano, Tony Manning (1943). Al año siguiente, igualó su registro de obstáculos y mejoró sus marcas de la milla y de 5000 m a 3:56,4 y 13:40,8.
En 1972, el objetivo del keniano eran los Juegos Olímpicos de Munich. Poco antes de los Juegos demostró su buena forma con tres tiempos en obstáculos de 8:28,8, 8:28,6 y 8:27,13. Su gran rival sería su compatriota Kip Keino que, debido a la incompatibilidad horaria del 1500 y el 5000, decidió intentar el doblete olímpico en obstáculos, prueba que no había corrido hasta ese año, y al kilómetro y medio. Llegó a Munich con 8:25,0. Hubo 4 series semifinales. Keino fue 2º en la primera, detrás del finlandés Tapio Kantanen (1949), quien con 8:24,8 conseguía una efímera plusmarca olímpica. Jipcho se impuso en la segunda con 8:31,6. Keino, Jipcho y el anterior campeón olímpico Biwott, que hizo 8:23,8 en su serie, conseguían por primera vez que hubiese tres kenianos en la final de obstáculos, algo que hoy es lo habitual.
Con un estilo poco ortodoxo, Keino consiguió hacerse con la victoria haciendo su mejor marca de 8:23,64. El polaco Bronislaw Malinowski (1951-1981) dio paso al segundo kilómetro en 5:44,73, con los tres kenianos inmediatamente detrás. Al paso por la penúltima ría, Keino se colocó en cabeza, posición que prácticamente ya no abandonaría. Jipcho y Kantanen trataron de no perder comba. Jipcho superó brevemente a su compatriota a falta de poco más de 200 m, pero duró menos de 1 segundo. Keino cambió de ritmo y abrió un pequeño hueco con sus perseguidores. Kantanen, que había adelantado a Jipcho en la última ría parecía que sería segundo, pero un último esfuerzo de Jipcho le permitió ganar la medalla de plata.
Jipcho siguió centrándose principalmente en los obstáculos al año siguiente de 1973. A principios de enero, tras ganar con facilidad los 5000 m de los Juegos Africanos, repitió victoria en los obstáculos con 8:20,69, marca que superaban los 8:20,8 que el sueco Anders Garderud (1946) tenía como plusmarca mundial desde hacía pocos meses. Sin embargo, las dimensiones de la ría no eran reglamentarias, por lo que la marca no se pudo homologar. La organización se sintió muy abatida por este problema. Entre las numerosas disculpas que recibió Jipcho estuvieron las de Yakubu Gowon (1934), el jefe del Gobierno militar nigeriano. Gowon fue de los primeros en felicitar al keniano cuando el 19 de junio se convirtió en el primer atleta en correr los obstáculos en menos de 8:20,0. al registrar en Helsinki en 8:19,8. Era la primera vez en la historia que un keniano tenía la plusmarca mundial de obstáculos. Poco depués, el 27 de junio, también en Helsinki, con parciales de 2:48,0, 2:45,0 y 2:41,0, Jipcho se fue a unos entonces estratosféricos 8:13,91. Ese año el keniano también mejoró en los 1500 m, la milla y los 5000 m con tiempos de 3:36,6, 3:52,0 y 13:30,0, además de la plusmarca continental africana de las 2 millas, 8:16,38.
La temporada de 1974 comenzaría con los Juegos de la Commonwealth, a finales de enero. Tras alcanzar un estado de forma excelente, Jipcho decidió tomar parte en las pruebas de obtáculos, 5000 y 1500 m, que tendrían lugar en el espacio de una semana. La final directa de obstáculos se celebró el 26 de enero. En el último kilómetro, el keniano se había quedado solamente con el galés John Davies (1952) y su compatriota Evans Mogaka (1949). Estos dos se vieron involucrados en una caída a falta de 300 m, lo que permitió a Jipcho ganar fácilmente con unos excelentes 8:20,8.
Al día siguiente, 27 de enero, Jipcho se clasificó sin problemas para la final de 5000 m, corriendo en 13:57,2. La final, celebrada 2 días después, resultó una magnífica carrera, muy disputada y con un ritmo trepidante. El inglés David Black (1952) se encargó de avivar el ritmo la primera parte de la prueba. A falta de 2400 m, otro inglés, Brendan Foster (1948), pasó a la primera posición con un fuerte cambio de ritmo, con el que se llevó a Jipcho. Black volvió a la carga cuando quedaban 1800 m para la meta. En la última vuelta, Foster recuperó la primera posición con un gran acelerón que dejó definitivamente a Black. El oro era cosa de dos, un inglés y un keniano. La victoria se decidió en la última recta, en la que finalmente Jipcho consiguió derrotar a Foster por un estrecho margen 13:14,4 frente a 13:14,6, en aquel momento 2ª y 3ª mejores marcas mundiales de siempre.
Tras sus victorias en los obstáculos y en los 5000 m, Jipcho aspiraba al oro en los 1500 m, cuya semifinal tuvo lugar el 31 de enero. El keniano superó esta ronda sin problemas con 3:43,6. La final, el 2 de febrero, fue uno de los mejores 1500 de la historia. Filbert Bayi impuso un ritmo rapidísimo desde el primer metro con pases de 54,4, 1:51,8 y 2:50,3. Jipcho terminó en 3:33,16, superando su marca en más de 3 segundos y prácticamente igualando la plusmarca mundial de Jim Ryun (1947), 3:33,1, pero no pudo con el fenómeno tanzano, que terminaba en un nuevo tope universal, 3:32,16, ni con el neozelandés John Walker (1952), 3:32,52.
Aunque la plusmarca mundial de Bayi eclipsó el resto de las carreras, el rendimiento de Jipcho fue superlativo. Consiguió dos oros con tiempos próximos a los topes mundiales y se hizo con un bronce en un 1500 histórico. Christchurch supuso, sin embargo, el punto más alto de la carrera atlética del keniano. Inmediatamente después de los Juegos de la Commonwealth se unió al grupo profesional International Track Association (ITA) del que también formaban parte atletas de la categoría de Keino o los cuatrocentistas Lee Evans (1947) y Larry James (1947 – 2008), oro y plata en la vuelta a la pista de los Juegos de México. Jipcho compitió dos años más con esta asociación, pero su rendimientos distó mucho del que había tenido en sus últimos años como amateur. Para siempre quedará la duda de lo que habría podido rendir si 1974 hubiese sido año olímpico.
Acaba de fallecer Horace Ashenfelter con casi 95 años, el agente del FBI campeón olímpico de 3000 m obstáculos en Helsinki 1952, los Juegos en que Emil Zatopek (1922-2000) hizo el triplete histórico en las tres pruebas de fondo.
Ashenfelter había nacido en Phoenixville, Pennsylvania el 23 de enero de 1923. Se crió en una granja en Collegeville, muy cerca de Filadelfia. Tomó parte en la Segunda Guerra Mundial como piloto e instructor de artillería y, tras licenciarse, estudió Educación Física en la Universidad de Pennsylvania, donde comenzó a practicar atletismo. En 1950 se unió al FBI (Federal Bureau Investigation), lo que no le impidió continuar sus entrenamientos como corredor fondo y, posteriormente, de obstáculos en sus ratos libres. Solía entrenarse en un parque por las noches, utilizando los bancos como improvisados obstáculos. Inicialmente se centró más en 5 y 10 Km en pista. En la primera distancia disputó la prueba de selección olímpica de su país en 1948, en la que ocupó la quinta posición. En 1950 fue campeón nacional de 10 000 m. No consideró la prueba de obstáculos seriamente hasta 1952, año en que sorprendió en las pruebas de selección olímpica al imponerse en esta distancia con nueva plusmarca estadounidense de 9:06,4. También se clasificó para los 10 000 m, que finalmente no disputó. El FBI le concedió un mes de vacaciones para preparar los Juegos, aunque él mismo ya se lo había procurado cambiando turnos y haciendo horas extras.
El gran favorito para hacerse con el oro olímpico en Helsinki era el ruso, entonces soviético, Vladimir Kazantsev (1923-2007), héroe de guerra del Ejército Rojo y oficial del KGB. Poseía la plusmarca mundial (oficiosa, la IAAF no reconocería las plusmarcas mundiales de obstáculos hasta 1954) en 8:48,6. En la prueba olímpica se programaron 3 series semifinales, Kazantsev se impuso en la primera con 8:58,0, nueva plusmarca olímpica. El galés John Disley (1928-2016), acreditado en 8:51,4 que posteriormente sería uno de los fundadores del maratón de Londres, ganó la segunda serie con 8:59,4. Ashenfelter, que competía en la tercera, pulverizó su marca personal y de paso superó la efímera plusmarca olímpica de Kazantsev con 8:51,0. El resultado de las series apuntaba a una gran final, como así fue.
En la ronda definitiva Kazantsev, mucho más experimentado, seguía siendo el principal favorito, pero tanto Ashenfelter, como Disley, no se lo pondrían fácil. El bielorruso, entonces soviético, Mijail Saltikov (1925) lideró el primer kilómetro en unos rapidísimos 2:49,8. A partir de ahí Kazantsev y Ashenfelter se alternaron en la primer posición. El segundo kilómetro se cruzó en 5:47,4. En la última vuelta, el ruso se lanzó por el oro, pero una mala caída en la última ría lo dejó sin opciones. Ashenfelter cambió de ritmo y, pese a su mal paso por el último obstáculo, se hizo con la victoria con una nueva plusmarca mundial de 8:45,4. Kazantsev pudo mantener la segunda posición, 8:51,6, ante el acoso de Disley, finalmente bronce, 8:51,8. Tras la victoria del obstaculista estadounidense, los periodistas de su país bromearon diciendo que era la primera vez que un agente del FBI se dejaba seguir por el KGB.
Ashenfelter tuvo un magnífico recibimiento de vuelta en Filadelfia, en el que tomó parte el propio director del FBI, el todopoderoso J Edgar Hoover (1895-1972). El campeón olímpico siguió compitiendo hasta 1957. Participó en los Juegos de Melbourne en 1956 pero no entró en la final. En total ganó 17 títulos nacionales al aire libre, en pista cubierta y en el campo a través Dejó el FBI en 1959 por un trabajo en una empresa privada. Se jubiló en 1993. Falleció el 6 de enero de 2018. Es el único atleta estadounidense que ha ganado el oro olímpico en la prueba de 3000 m obstáculos. Evan Jager (1989) fue plata en 2016. Quizá tenga una nueva oportunidad en 2020, en una distancia que desde 1984 monopolizan los atletas kenianos.
Si hay una prueba atlética en la que un solo país exhibe una absoluta superioridad, esa son los 3000 metros obstáculos. Desde 1968 los kenianos han ganado en todas las ediciones en las que tomaron parte, con 5 dobletes y 2 tripletes. Kenia no acudió a los Juegos de Montreal 1976 ni a los de Moscú 1980. En los obstáculos de ambas competiciones se hicieron con el oro por última vez dos atletas europeos, que probablemente habrían ganado de todas formas con los kenianos en concurso. Ambos fueron dos de los grandes obstaculistas de la historia: el sueco Anders Gärderud y el polaco Bronislaw Malinowski.
Sven Anders Gärderud había nacido en Degerford, una localidad de 7000 habitantes situada a 260 Km al Oeste de Estocolmo, el 28 de agosto de 1946. Su padre practicaba orientación, deporte al que el joven Anders comenzó a dedicarse cuando tenía 12 años. No obstante, a los 15 años empezó a practicar atletismo. En pocos años la prensa comenzó a referirse a él como el nuevo Hagg. Günder Hagg (1918-2004), atleta sueco, había establecido en la década de los 40 15 plusmarcas mundiales en distancias desde los 1500 hasta los 5000 m. En sus comienzos, Gärderud entrenaba con Gosta Olander (1893-1972), conocido de mediofondistas y fondistas españoles de la época como Jorge González Amo (1945), Alberto Esteban (1943), Francisco Aritmendi (1938), Fernando Aguilar (1938-2013), Mariano Haro (1940) o José María Morera (1947) , que acudían a la estación invernal de Vålådalen a entrenarse con él.
Garderud tuvo un gran rendimiento en la categoría junior. Fue oro en los primeros Juegos Europeos de esta categoría (antecedentes del Europeo júnior) en la prueba de 1500 m obstáculos en 1964. Al año siguiente hizo plusmarca mundial júnior de esta prueba con 4:00,8. En la distancia lisa realizó 3:45,1 y en la milla 4:01,8, plusmarca europea de la categoría. También, con 8:59,4, bajó por primera vez de 9:00,0 en 3000 m obstáculos. Su primer campeonato en categoría absoluta fue el Europeo de 1966, donde tomó parte en el 1500 y se quedó cerca de acceder a la final. En esos años el sueco se dedicó a las distancias lisas, sobre todo al 1500, prueba en la que bajó de 3:40,0 por primera vez, 3:39,6, en 1967. En 1968, tomó parte en los Juegos de México en 800 y 1500 m, distancias en las que acreditaba 1:47,2 y 3:38,7. No pudo superar la primera ronda en ninguna de ellas. En los dos años siguientes no consiguió mejorar sus marcas en las pruebas lisas. Volvió a correr los obstáculos, con nueva plusmarca personal de 8:38,58 en 1969. Estas prestaciones resultaron frustrantes para Gärderud, quien, desmotivado por el atletismo, volvió a competir en carreras de orientación.
Las cosas mejoraron, no obstante, en 1971, año en que se celebraba el Europeo en Helsinki. Centrado en los obstáculos, se presentó en la capital finesa con 8:35,8, tiempo que mejoró largamente en su serie del Europeo, primero con 8:28,32. En la final, sin embargo, solo pudo ser 10º, con 8:39,6, lejos del vencedor, el francés Jean Paul Villain (1946), 8:25,12. Pese a no cumplir expectativas, Gärderud no se rindió. Pidió consejo al finlandés Juha Väätäinen (1941), que había ganado en 5000 y 10000 m y este le recomendó que lo acompañase a España a entrenar el siguiente invierno. El sueco accedió y cambió además su método de entrenamiento, con un sustancial incremento del kilometraje. Estaba decidido a hacer un gran papel en los Juegos de Múnich donde se encontraría a un joven polaco con nombre de antropólogo, que en Helsinki había sido 8º en el 5000 con plusmarca de su país.
Bronislaw Malinowski había nacido en la localidad polaca de Nowe, a 80 Km al sur de Gdansk, el 4 de enero de 1951. De padre polaco y madre escocesa, le pusieron Bronislaw en homenaje al conocido antropólogo (1884-1942). Malinowski fue el primer campeón europeo júnior de 2000 m obstáculos, en París 1970, con 5:44,00. Ese año ya corría los 3000 m obstáculos en 8:45,2. Aunque mejoró notablemente su marca en esta distancia al año siguiente hasta dejarla en 8:28,8, en el Europeo de Helsinki prefirió tomar parte en los 5000 metros, donde tuvo una destacada actuación, 8º con nueva plusmarca polaca de 13:39,33. Tan solo contaba con 20 años. En los Juegos de Múnich participaría tanto en esta prueba como en los obstáculos.
Gärderud y Malinowski llegaron a los Juegos con marcas respectivas en obstáculos de 8:23,4 y 8:22,2, tiempos próximos a la plusmarca mundial del australiano Kerry O’Brien (1946) de 8:22,0 (8:21,98), que ese año acreditaba 8:25,6. Ambos eran, junto a O’Brien, candidatos a medalla. Entre los favoritos también se encontraban el finlandés TapioKantanen (1949), 8:23,0 y el polaco Kasimierz Maranda (1947), 8:23,6. Se prestaba menos atención a la armada keniana, formada por Amos Biwott (1947), Kip Keino (1940) y Ben Jipcho (1943). En los Juegos de México habían hecho doblete con oro para Biwott en 8:51,0 y plata para Benjamin Kogo (1944). La mejor marca de entonces de Biwott era 8:44,8, lejos de las mejores. Su victoria se atribuyó a la altitud de la capital mexicana. Acudió a Múnich con una plusmarca personal de 8:29,8, conseguida ese año en los campeonatos de Kenia. Para Keino eran sus terceros Juegos. Era el vigente campeón olímpico de 1500 m y subcampeón de 5000m. Por cuestiones de horario no podía correr ambas prueba en Múnich y sustituyó el 5000 por los obstáculos, distancia en la que, pese a su corta experiencia, acreditaba 8:30,0. Jipcho, que había corrido la final de 1500 m de México, llevaba un año alternando 1500/milla con obstáculos, prueba en la que era plusmarquista keniano con 8:27,13.
La organización decidió hacer solo una ronda clasificatoria de 4 series. Los 3 primeros entraban en una final muy cara. Las series mostraron que los kenianos eran serios candidatos al oro. En la primera se impuso Kantanen con 8:24,8. Keino fue 2º con plusmarca personal, 8:27,1. Jipcho ganó fácilmente la segunda serie en 8:31,6. En la tercera serie se produjo la sorprendente eliminación de Gärderud, 5º con 8:30,8, a 0,4 de la clasificación, derrotado por atletas que no eran superiores a él. Biwott ganó la cuarta serie con plusmarca personal de 8:23,8, con Malinowski segundo.
La final resultó muy rápida. Malinowski dio paso al 2000 en 5:44,73, seguido de los tres kenianos y Kantanen. La posiciones se mantuvieron hasta que a falta de 500 m, Keino pasó a la primera posición, cambió de ritmo y se llevó con él a Jipcho y a Kantanen. Malinowski se quedó algo rezagado en 4ª posición. Keino resistió los ataques de Jipcho y se hizo con el oro, pese a su deficiente técnica, con 8:23,73, su mejor marca personal. Jipcho ganó in extremis la plata, 8:24,62, y Kantanen fue bronce, 8:24,66. Algo más atrás llegó Malinowski, que pudo mantener la 4ª posición, 8:27,92. Probablemente esperaba más, pero con 21 años tendría más oportunidades.
Tanto Gärderud, que había mejorado a 13:35,2, plusmarca nacional, como Malinowski salieron en las series de 5000 m, pero se quedaron lejos de la clasificación. El sueco alegó que su bajo rendimiento olímpico se había debido a un resfriado, pero no pudo evitar que lo etiquetasen de mal competidor. Quizá para reforzar esta idea, unos días después de los Juegos se convirtió en plusmarquista mundial de obstáculos con 8:20,7, homologado 8:20,8. Kantanen fue 2º con 8:21,0. Los pases cada Km: 2:47,6, 2:51,3 y 2:41,8.
Gärderud perdió la plusmarca mundial a manos de Ben Jipcho, que realizó 8:19,8 y unos sorprendentes 8:13,91 (8:14,0), en 1973. No obstante el sueco siguió progresando hasta 8:18,39. Malinowski, por su parte, mejoró tanto en obstáculos, 8:21,6, como en 5000 m 13:32,5. Ambos atletas estaban destinados a tener su primer mano a mano en la alta competición en el Europeo que se celebraba en Roma en 1974. El sueco parecía que llegaba en la forma ideal. Había vuelto a mejorar su marca personal de obstáculos, 8:14,2, a 0,2 de la plusmarca mundial. Además había realizado también sus plusmarcas personales de 1500 m, 3:36,73, y 5000 m, 13:25,2. Malinowski acreditaba ese año 8:19,2, algo peor que el alemán Michael Karst (1952), segundo europeo del año con 8:18,50.
En Roma, tanto Malinowski, que había sido 4º en el 10000, como Gärderud ganaron sus respectivas series clasificatorias con tiempos similares y rápidos, 8:23,60 y 8:23,62. La final, liderada en su mayor parte por Malinowski, acabó con un mano a mano en la última vuelta entre el polaco y el sueco, que se resolvió a favor del primero. Malinowski se impuso con marca personal de 8:15,04, por 8:15,41 de su rival. Ya no se podía acusar a Gärderud de mal competidor, aunque en esta ocasión, dando lo mejor de sí, había resultado derrotado por un atleta mejor.
La carrera de obstáculos comienza en 1:17
Al año siguiente, el 10 de junio en Estocolmo, los dos grandes rivales volvieron a enfrentarse, y empataron a 8:15,37, aunque dieron la primera posición al sueco. Gärderud estaba decidido a recuperar el primado mundial y lo consiguió el 25 de junio en Oslo con 8:10,4 (2:47,0, 2:43,0 y 2:40,4). Tras mejorar su tiempo en la milla, 3:54,45, el 1 de julio volvía a Estocolmo a una prueba de obstáculos de gran nivel con Malinowski, Kantanen y Karst. Con pases de 2:47,4 y 5:28,8 (2:41,4), la última vuelta parecía un nuevo mano a mano entre Gärderud y Malinowski, pero esta vez el sueco dio un brusco acelerón a falta de 300 m, que lo llevó a superar su plusmarca mundial con 8:09,70 (último 200 en 27,5). El polaco fue un lejano 2º con mejor marca personal de 8:12,62.
El resto de la temporada no ofreció mucho más para Gärderud, sí para Malinowski que mejoró en 1500 m con 3:38,7. Tal vez ambos se dedicaron a guardar fuerzas para los Juegos de 1976. Y unos días antes de ir a Montreal, ambos mostraron muy buena forma. Volvieron a coincidir, esta vez en un 5000 de gran nivel. Gärderud batió a Malinowski por 0,10, con plusmarcas nacionales, aún vigentes, para ambos 13:17,59 y 13:17,69. El vencedor de la carrera había sido el neozelandés Dick Quax (1948) con 13:13,10. Las marcas de los dos obstaculistas fueron respectivamente la 12ª y 13ª de siempre en aquel momento. Unos días más tarde, en la capital de Quebec estaban los mejores. El boicot africano no había tenido ningún efecto en la prueba. Tras el pase de Jipcho al profesionalismo no había surgido ningún corredor de África que amenazase la hegemonía europea.
Tanto Gärderud como Malinowski se centraban esta vez exclusivamente en los obstáculos. Sus mejores marcas de ese año eran respectivamente 8:15,52 y 8:18,38. Hubo 2 semifinales y los dos rivales coincidieron en la primera, en la que se impuso el polaco con 8:18,56. El sueco ocupó una cómoda 3ª plaza con 8:21,43. En la final el plusmarquista español, 8:21,00, el valenciano Antonio Campos (1951), lideró el pase de los 1000 m en 2:43,6. El paso por la mitad de la prueba fue de 4:06,5. En ese momento Malinowski tomó la cabeza y dio paso al 2000 en 5:29,1. En grupo de delante se había reducido al propio atleta polaco, Gärderud, Kantanen y el alemán Frank Baumgartl (1955-2010), campeón de Europa júnior de 2000 m obstáculos en 1973, acreditado en 8:17,6 (1975). A falta de 400 m, con Kantanen tratando de no descolgarse, Malinowski continuaba en cabeza. En la contrarrecta Gärderud pasaba a la primera posición. En el 200 , Baumgartl se lanzó por el sueco, mientras Malinowski parecía perder opciones. En el último obstáculo, con los dos atletas igualados el cabeza, el alemán tropezó y se fue al suelo. Gärderud, a sus casi 30 años, conseguía su objetivo de ser campeón olímpico, con plusmarca mundial de 8:08,02. Malinowski, que hubo de saltar también a Baumgartl, se hizo con la plata con marca personal de 8:09,11. Este pudo recuperarse y ser bronce con su mejor marca de 8:10,36. Kantanen, 4º, también mejoró con 8:12,60 su plusmarca personal. Antonio Campos obtuvo una gran resultado al ser 8º.
Gärderud había reservado su mejor actuación de siempre para el mejor escenario. Unos días después resultó derrotado por Malinowski en Estocolmo (8:12,23 frente a 8:13,11), pero el objetivo ya estaba conseguido. Aún siguió compitiendo una temporada más, pero ya lejos de los mejores. Se retiró en 1977 con marcas personales de 1:47,2, 3:36,73, 3:54,45, 7:47,0, 8:08,02, 13:17,59 y 28:59,2. Probablemente el mejor fondista sueco desde Gunder Hägg. Tras dejar el atletismo, Gärderud volvió a competir en carreras de orientación, ejerció como entrenador y se hizo comentarista de atletismo en la TV.
Malinowski, con 25 años, aún tenía bastante recorrido. Sin el sueco en concurso, sus siguientes objetivos eran el Europeo de 1978 y los Juegos de Moscú 1980. En 1978 surgió un atleta excepcional, que se hizo en esa temporada con 4 plusmarcas mundiales. El keniano Henry Rono (1952), estudiante de la Universidad del Estado de Washington, superó los topes mundiales de 5000 m (13:06,4, Berkeley 8 de abril), 3000 m obstáculos (8:05,4, Seattle 13 de mayo), 10 000 m (27:22,4, Viena 11 de junio) y 3000 m (7:32,1, Viena 27 de junio). Entre enero y noviembre tomó parte en 52 carreras. El 7 de septiembre se enfrentó a Malinowski en Coblenza y resultó derrotado por 2 segundos, 8:15,50 para el polaco, 8:17,51 para el keniano. Unos días antes, Malinowski había renovado su título europeo de obstáculos con 8:15,08, derrotando al joven alemán Patrick Ilg (1957), 8:16,92. Además Malinowski realizó ese año su mejor marca en 1500 m, 3:37,52.
En 1979, Polonia participaba por primera vez en el Campeonato del Mundo de Campo a través, que se celebraba en la ciudad irlandesa de Limerick. El triunfo fue para el atleta local John Treacey (1957). Malinowski, en una brillante actuación, se hizo con la plata. Tras una discreta temporada al aire libre, su objetivo estaba en Moscú, donde tenían lugar los Juegos Olímpicos de 1980. El boicot decretado por el Presidente de Estados Unidos James Carter (1924) hizo que, por segunda vez consecutiva, Kenia no tomase parte en los Juegos. Es difícil saber qué papel podría haber desempeñado Rono. En 1978 había ganado los obstáculos y el 5000 en los Juegos de la Commonwealth. Su rendimiento había bajado en 1979. En 1980 apenas había corrido obstáculos. En cualquier caso, sin el keniano el gran favorito era el polaco, que contaba con 29 años.
Por primera vez había 2 rondas clasificatorias. En las semifinales, el tanzano Filbert Bayi (1953) mejoraba su plusmarca personal con 8:16,11. Bayi había sido el protagonista de uno de los mejores 1500 de siempre, cuando en 1974, en los Juegos de la Commonwealth celebrados en Christchurch (Nueva Zelanda), se hizo con la plusmarca mundial del kilómetro y medio, 3:32,16, corriendo en cabeza desde el primer metro. Al año siguiente había superado la plusmarca mundial de la milla, 3:51,0. Sin embargo sus problemas de salud, padecía malaria, le impidieron alcanzar la forma de esas temporadas en los años siguientes. En 1980, con la irrupción de los británicos Steve Ovett (1955) y Seb Coe (1956) en medio fondo optó por los obstáculos. En la misma semifinal que Bayi, el granadino Francisco Sánchez Vargas (1958), 4º, se convertía con 8:18,96 en nuevo plusmarquista español, desbancando a Antonio Campos. Habría 2 españoles en la final, pues en la otra semifinal el alicantino Domingo Ramón (1958) había ocupado la segunda plaza tras Malinowski.
Fiel a su estilo, Bayi impuso un ritmo tremendo en la final con parciales de 2:38,8 y 5:20,3. A falta de una vuelta llevaba más de 5 segundos de ventaja Malinowski, quien, no obstante, consiguió alcanzarlo y se hizo con el oro cerca de su mejor marca, 8:09,70, Bayi fue segundo con 8:12,48 y el etíope Eshetu Tura (1950) 3º. Los españoles Ramón y Vargas tuvieron una excelente actuación entrando 4º, 8:15,74, nueva plusmarca española, y 5º, 8:17,93, respectivamente.
Tras sus dos oros europeos y la plata olímpica de Montreal, Malinowski conseguía su objetivo de subir a lo más alto del podio olímpico, además de forma brillante. Igualaba así a su compatriota Zdzisław Kryszkowiak (1929-2003), oro olímpico en Roma, un versátil corredor, doble oro además en 5000 y 10 000 m en el Europeo de 1958. Malinowski continuó compitiendo en 1981. Acudió por invitación a los Juegos de la Conferencia del Pacífico, una competición que se celebró cada 4 años entre 1969 y 1985 en la que participaban Estados Unidos, Canadá, Japón y Nueva Zelanda. En la edición de 1981, que tuvo lugar en Christchurch el 31 de enero y 1 de febrero, se podía por primera vez tomar parte por invitación. El polaco ganó los obstáculos con 8:24,02, marca que no mejoró en el resto de la temporada. Desgraciadamente, el 27 de septiembre Malinowski perdía la vida en un accidente de tráfico en un puente de la ciudad polaca de Grudziądz. Dejaba de existir uno de los grandes fondistas polacos de la historia, corredor todoterreno con mejores marcas de 3:37,42, 3.55,40, 7:42,4, 8:09,11, 13;17,69 y 28:25,19. Sus tiempos en la milla, 3000 m, 3000 m obstáculos y 5000 m continúan siendo plusmarca nacional polaca 40 años después.
En los años 80, las jerarquías empezaron a cambiar. El atletismo europeo resistió inicialmente la marea africana. En el primer campeonato del Mundo, celebrado en Helsinki en 1983, el alemán Patrick Ilg se hizo con el oro. En esa carrera el único africano en la final fue el keniano Julius Korir (1960), 7º. Korir, de forma un tanto sorprendente, se convirtió en campeón olímpico al año siguiente. Desde entonces Kenia se ha llevado todos los oros olímpicos, estableciendo una superioridad apabullante, tiranía que se repite en los campeonatos del Mundo, en los que, salvo en las 2 primeras ediciones, atletas nacidos en Kenia han ganado siempre.
Hoy día puede sorprender pero en los años 70 la pugna entre dos europeos llevó a la prueba de 3000 metros obstáculos a progresar enormemente. En 4 años se mejoró la plusmarca mundial en casi 14 segundos. Anders Gärderud y Bronislaw Malinowski sin duda se merecen estar entre los grandes de la espectacular prueba de obstáculos.
El keniano Ezekiel Kemboi (1984) es uno de los mejores corredores de obstáculos de la historia. Su palmarés es apabullante: plata en los Mundiales de 2003, 2005 y 2007, oro en los Mundiales de 2009, 2011, 2013 y 2015 y oro olímpico en 2004 y 2012. Ayer en la final de obstáculos de Río consiguió inicialmente el bronce. La Federación Francesa, a instancias del siempre polémico Mahiedine Mekhissi-Benabbad (1985), que había sido 4º en la carrera, presentó una reclamación alegando que el atleta keniano había pisado por dentro de la cuerda tras haber pasado la ría. Esto efectivamente sucedió, pero no supuso ninguna ventaja para Kemboi. Además, al menos a juzgar por la fotografía, da la sensación de que el pasillo tras la ría es demasiado largo y demasiado estrecho.
Sorprendentemente el Jurado de Apelación de la IAAF, aplicando la regla 163.3d aceptó la reclamación francesa y descalificó al atleta keniano. En la web Let’s run.com, Robert Johnson hace un alegato por el espíritu olímpico y critica de forma contundente tanto a la Federación Francesa como a Mekhissi. Dice Johnson:
Los franceses deberían estar avergonzados. En una carrera de casi 2 millas, en la que su corredor nunca estuvo siquiera cerca de la medalla en la competición, han creído que es una buena idea elevar una protesta porque un atleta ha pisado la línea cuando faltaba más de una milla para la meta. Deberían sentirse abochornados, lo mismo que la IAAF y el Jurado de Apelación por no haber rechazado la protesta.
Hace 60 años, en la final de obstáculos de los Juegos de Melbourne sucedió algo parecido, pero con una conclusión muy diferente para el principal protagonista, el británico Chris Brasher.
Christopher William Brasher había nacido en Georgetown (Guyana) el 21 de agosto de 1928. Su padre, ingeniero de radio, se había trasladado a ese país para diseñar el cableado telegráfico. En 1951 se proclamó campeón mundial universitario de 5000 y subcampeón de 1500, pero no vio mucho futuro en estas dos pruebas, por lo que decidió preparar los 3000 obstáculos. En 1952 participó en los Juegos de Helsinki y fue 11º en la final. En 1954 se hizo famoso por ser una de las liebres de la carrera en que Roger Bannister (1929) bajó de los 4′ en la milla.
Su oportunidad llegó en los Juegos de 1956, cuando sorpresivamente se escapó en la última vuelta de la final de obstáculos y ganó por 15 metros con 8:41,2, nueva plusmarca olímpica, acabando el último kilómetro en 2:47,2. 12 minutos más tarde se anunció que se le descalificaba por haber empujado al noruego Ernst Larsen (1926-2015), pero este, si bien reconoció el choque, no lo consideró motivo de descalificación. Explicó: Brasher y yo tratamos de adelantar a Rozsnyói por fuera juntos, cuando nuestros codos chocaron. Sería terrible que le quitasen el oro a Brasher. Los otros implicados, el húngaro plusmarquista mundial Sándor Rozsnyói (1930-2014), 8:35,6, y el alemán Heinz Laufer (1925-2010) tampoco consideraron que hubiese motivos para descalificar a Brasher. Laufer dijo al británico: Chris, yo no quiero el bronce así. Si no te dan el oro les arrojaré la medalla de bronce a la cara. Tras 3 horas de deliberación el Jurado de Apelación decidió revertir el veredicto inicial y proclamó al británico campeón olímpico. Estos fueron los resultados:
1. Chris Brasher GBR 8:41,2 2. Sándor Rozsnyói HUN 8:43,6 3. Ernst Larsen NOR 8:44,0 4. Heinz Laufer ALE 8:44,4 5. Semyon Rzshishchin URS 8:44,6 6. John Disley GBR 8:44,6 7. Neil Robbins AUS 8:50,0 8. Eric Shirley GBR 8:57,0 9. Charles Jones USA 9:13,0 10. Zdzisław Krzyszkowiak POL Ab
Brasher se retiró ese mismo año. Fue columnista en The Observer, trabajó en la BBC, introdujo en Gran Bretaña las carreras de orientación, abrió varias tiendas de deporte y fundó el maratón de Londres, cuya primera edición se celebró en 1981. Casado con la extenista Shirley Bloomer (1934), murió el 28 de agosto de 2003.
La encomiable reacción de los rivales de Brasher contrasta notablemente con la de Mekhissi y su federación. El corredor francés reconoció que ni se había preocupado por intentar alcanzar a Kemboi puesto que tras ver el incidente estaba seguro de que lo descalificarían. Se ve que hace 60 años los valores eran otros.