Aquella tarde mágica de Milán en 1982

Los Campeonatos de Europa de pista cubierta comenzaron a disputarse en 1970, con la primera edición celebrada en Viena y periodicidad anual. De 1966 a 1969 tuvieron lugar las cuatro ediciones de la competición predecesora, los Juegos Europeos de pista cubierta. A España le fue bien en Viena, con tres medallas, una plata para el madrileño Juan Borraz (1946) y dos bronces, para el vigués Javier Álvarez Salgado (1943) en 3000 m y para el valenciano Rafael Blanquer (1945) en el salto de longitud. Hubo que esperar 10 años, hasta la edición de 1979, que se celebraba de nuevo en Viena, para que España volviese al medallero, con un oro para el granadino Antonio Páez (1956) en los 800 m. En 1980 el número de metales para España fue también de uno, bronce en 60 vallas para el oscense Javier Moracho (1957). Moracho se mantuvo en el medallero en 1981 con una plata en 50 m vallas, el mismo metal que el barcelonés Antonio Corgos (1960) en el salto de longitud. Hubo, además, un bronce para Antonio Páez en 800 m.

De esta manera, España llegaba a la edición de Milán en 1982 habiendo ganado seis medallas en toda la historia de la competición. Acudió con un equipo de 17 atletas, 16 hombres y la catalana Montserrat Pujol (1961), quien finalmente no pudo participar por problemas físicos. Pues bien, en 45 minutos se quedaron a punto de igualar el número histórico de metales. A las 17:05 del 7 de marzo tenía lugar la final de 400 m. El Palacio de Deportes de Milán solo tenía cuatro calles, por lo que solo había cuatro finalistas, entre ellos el madrileño Benjamín González (1958-2011), que se había clasificado por 0.01 para la prueba definitiva. Consiguió remontar un puesto en la última recta y alcanzar el bronce, con 47.41, a 0.37 del vencedor, el ruso, entonces soviético. Pavel Konovalov (1960). A las 17:30 se disputaba otra final, con doble representación española, los 1500 m, donde tanto el cántabro José Manuel Abascal (1958), que el día anterior había hecho plusmarca española en sala, 3:40.14, como el toledano José Luis González (1957) estaban en condiciones de subirse al podio. Tendrían dos rivales muy duros, el alemán Thomas Wessinhage (1952), campeón en 1975, 1980 y 1981, y el finlandés Antti Loikkanen (1955), ganador en 1978. En una carrera rápida, los dos españoles acabaron desbordando a Wessinhage, que había atacado a falta de 200 m y acabó fuera de las medallas. González ganaba el primero de sus cinco oros en pista cubierta un una nueva plusmarca española de 3:38.70, 0.21 menos que Abascal, plata, mientras Loikkanen era bronce con 3:39.62. Y aún quedaba otra final para rematar el medallero español, los 800 m, cuya salida se daba a las 17:25. Estaba Antonio Páez, que ya había ganado un oro y un bronce en esta competición, y el leonés Colomán Trabado (1958). Este cambió de ritmo a falta de 200 m, pero el granadino pudo superarlo en la última curva. Trabado perdía también la segunda posición a manos del alemán Klaus Peter Nabein (1960-2009). Mantuvo el bronce, con 1:48.35, a 0.33 del campeón, Antonio Páez. Este, que ya era el primer atleta español con dos medallas en esta competición, se convirtió en el primero con dos oros.

Hubo otros puestos destacados de atletas españoles. El alicantino Javier Arqués (1960) fue sexto en 60 m, tras haber hecho plusmarca española en las semifinales, 6.66. El granadino Francisco Sánchez Vargas (1958) fue quinto, con 7:57.82, en un 3000 de muy alto nivel donde el obstaculista alemán Patriz Illg (1957) pudo derrotar con 7:53.50, al italiano Alberto Cova (1958), 7:54.12, y al ruso, entonces soviético, Valeri Abramov (1956-2016), 7:54.46. Y el guipuzcoano de adopción Roberto Cabrejas (1952-2001) ocupó la quinta posición en el salto de altura con 2.22 m.

España terminó quinta en el medallero, en una actuación magnífica. La progresión del atletismo español se confirmó con las cinco medallas del Europeo al aire libre de Atenas ese año, si bien solo Abascal repitió en el podio.

Nota: Agradezco la magnífica crónica de Ángel Cruz del número 322, de abril de 1982, páginas 15-17, de donde he obtenido parte de la información para esta entrada.

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¿Es Adrián Ben el mejor corredor español de 800 m de la historia?

El brillante quinto puesto obtenido por Adrián Ben (1998) en la final olímpica de Tokio de 800 m lo ha convertido en el único atleta español masculino en adquirir la condición de finalista olímpico en esta prueba. Hace dos años, en el Mundial de Doha al aire libre, el atleta de Viveiro sorprendió a propios y a extraños con un inesperado sexto puesto en la final de 800 m, en una temporada en la que parecía predestinado al título europeo sub23 de 1500 m. Una semifinal trampa lo apartó de la ronda definitiva en este Europeo, pero supo sobreponerse y en pocos días corría los 800 m en 1:45.78, mejor marca personal y mínima para el campeonato del Mundo. Llegó a Doha con la 61ª marca de los participantes. Mejoró hasta 1:44.97 en las semifinales, lo que le permitió entrar en la final por tiempos, carrera en la que, como se ha señalado, fue sexto, la mejor clasificación de un español en esta prueba de esta competición.

Tras una temporada 2020 con muchos problemas físicos, Ben volvió a la competición en el invierno de 2021 en la pista cubierta, con un 5º puesto en el campeonato de España y una mejor marca de 1:46.88. Consiguió, sin embargo, recuperarse y alcanzar un excelente estado de forma en la temporada al aire libre, con marca personal de 1:44.18 y victoria en el campeonato de España. En los Juegos de Tokio se confiaba en su gran capacidad competitiva, y acabó superando las expectativas. Fue 3º en su serie clasificatoria con 1:45.30, lo que le permitió pasar de ronda por puestos. En las complicadas semifinales, tres series con dos puestos y dos tiempos para la final, corrió la serie más rápida y fue 4º con 1:44.30. Pudo entrar en la final por tiempos. La final resultó muy lenta, con un pase de 53.76 en la mitad de la carrera. Ben se mantuvo siempre bien colocado y en la última recta fue capaz de escalar a la 5ª posición, completando una magnífica actuación.

El primer corredor español en bajar de 1:50.0 fue el barcelonés Tomás Barris (1930), el primer mediofondista española de talla internacional. Dio lo mejor de sí en los 1500 m, distancia que llegó a correr en 3:41.7, 13ª marca mundial de 1958. En los 800 m superó seis veces la plusmarca española, desde 1:52.4 en 1955 hasta 1:48.7 en 1959. El zaragozano Alberto Esteban (1943) mejoró a Barris en 1966 con 1:48.0. Esa misma temporada se convirtió en el primer mediofondista español finalista en un Europeo al aire libre, al ocupar la 7ª posición en el 800 de Europeo de Budapest, con 1:47.4, nueva plusmarca española. Este tiempo se mantuvo liderando la lista nacional hasta el campeonato de España de 1972, en cuya final el almeriense Antonio Fernández Ortiz (1948) realizaba 1:46.8. Segundo en esa carrera fue el pontevedrés Manuel Carlos Gayoso (1944), con 1:47.2. Gayoso había sido cuatro veces campeón de España de 400 m vallas y dos de 400 m lisos y era el plusmarquista español de esta última prueba, 46.2. Unos días antes se había quedado a una décima del primado nacional de la doble vuelta. Los dos acudieron a los Juegos de Munich, con desigual suerte. Mientras Fernández Ortiz resultó descalificado en su serie, por acceder a la calle libre antes de tiempo, Gayoso se clasificaba por puestos, al ser tercero en su serie con 1:47.52. En la semifinal ocupó la 5ª plaza con 1:47.73. Fue el mejor tiempo de los que no entraron en la final, oficialmente 9º en el global de la prueba. Durante unos minutos estuvo en la final. por descalificación del keniano Mike Boit (1949), pero las alegaciones de la federación de su país acabaron prosperando.

En el siguiente año olímpico de 1976, poco antes de los Juegos, el barcelonés Andreu Ballbé (1952) corrió en 1:46.69. No obstante, en la competición olímpica no superó la primera ronda. Ballbé fue testigo de la pérdida de su plusmarca española cuatro años más tarde, en 1980, unos días antes de los Juegos de Moscú, cuando el granadino Antonio Páez (1956) hacía 1:45.69. El catalán fue tercero con 1:49.5. Páez había sido campeón de Europa de pista cubierta al año anterior y repetiría en 1982, con una medalla de bronce en 1981. En los Juegos de Moscú superó la primera ronda y se quedó a 0.5 de entrar en la final. Hubo otro español en los 800 m olímpicos de ese año, el leonés Colomán Trabado (1958). Trabado acabó mostrando una enorme superioridad en el ámbito nacional, con 9 oros en 800 m en campeonatos de España al aire libre, 7 en pista cubierta y otro en 1500 m al aire libre. Fue campeón de Europa de pista cubierta en 1983, subcampeón en 1986 y ganador de los Juegos Mundiales en sala en 1985, competición antecesora del Mundial bajo techo. Superó a Páez en 1984 con 1:45.15.

Hubo que esperar hasta 1990 para que un español rompiese, y por poco, la barrera de 1:45.00. Ese año, tras conseguir la plata en el Europeo de pista cubierta, el cántabro Tomás de Teresa (1968), campeón de Europa junior (sub20) en 1987, hacía 1:44.99. En la misma carrera el asturiano José Arconada (1964) realizaba 0.03 más. El cántabro repitió plata en el Mundial en sala de 1991. En el Mundial al aire libre de ese mismo año, consiguió la que entonces fue la mejor clasificación de un atleta español en un campeonato de ámbito mundial. Fue segundo en su serie con 1:46.41 y tercero en su semifinal con 1:45.84, lo que le daba el pase a la final pues entraban los cuatro primeros de dos semifinales. En la final fue 8º con 1:47.65.

En los Juegos Olímpicos de 1992, de Teresa se quedó a 0.04 de entrar en la final. Fue cuarto en la primera de tres semifinales y no pudo entrar por tiempos. En el Europeo al aire libre de 1994 consiguió la única medalla del atletismo español de esta prueba en esta competición. Fue bronce, tras el italiano Andrea Benvenuti (1969) y del noruego Vebjørn Rodal (1972). Otro español, José Manuel Cerezo (1973), ocupó la 7ª posición.

De Teresa ganó el bronce en el Europeo cuando ya no era plusmarquista nacional. El año anterior de 1993, el madrileño Luis Javier González (1994) había corrido en 1:44.84. González fue campeón de Europa de pista cubierta en 1994, con Arconada en segunda posición, y subcampeón en 1994. La siguiente edición, en 1996, a partir de entonces los Europeos en sala son bienales, vio a otro campeón español, el joven y talentoso manchego Roberto Parra (1976). Campeón de Europa junior (sub20) el año anterior con 1:45.90, esa temporada al aire libre se impuso en la Superliga Europea con 1:44.97, plusmarca en aquel momento de la competición. Acudió a los Juegos Olímpicos con problemas físicos, que no dejaron de acompañarlo en los años siguientes y le impidieron desarrollar todo su potencial.

Nueve años duró Luis Javier González como plusmarquista español, hasta la irrupción en 2002 del sevillano Antonio Manuel Reina (1981). Reina registró 1:44.11 el 20 de agosto, y un mes después, el 21 de septiembre, obtuvo una resonante victoria en la Copa del Mundo, que se celebraba en Madrid, con 1:43.83, entonces plusmarca de esta competición.

Reina fue bronce en el Europeo de pista cubierta en 2002 y plata en 2005. Al aire libre su mejor resultado es un 4º puesto en el Europeo de 2012. En 2006, 12 años después del bronce de de Teresa, hubo un finalista español en los 800 m en el Europeo al aire libre. Fue el catalán Miguel Quesada (1979), 5º. Al año siguiente, en el Europeo bajo techo fue plata. Su mejor marca de siempre es 1:45.58. En 2010 volvió a haber presencia española en la final del Europeo al aire libre, con los sevillanos Kevin López (1990), 6º, y Luis Alberto Marco, 7º. López, campeón de Europa junior (sub20) en 2009, fue además bronce en el Continental en sala en 2011 y plata en 2013. En 2012 se convirtió, con 1:43.74 en plusmarquista nacional de la prueba. Marco había sido plata en el Europeo de pista cubierta en 2009. Su mejor marca es 1:45.14. En los dos últimos campeonatos de Europa al aire libre, 2016 y 2018, un mismo atleta español ocupó la misma posición en la final. El salmantino Álvaro de Arriba (1994), acreditado en 1:44.99, fue 7º en ambas ediciones. En el Continental bajo techo ganó el bronce en 2017 y el oro en 2019. Actualmente la plusmarca española pertenece al leonés Saúl Ordoñez (1994), con 1:43.65. bronce en el campeonato del Mundo en pista cubierta de 2018.

Pese a su juventud, acaba de cumplir 23, Adrián Ben ha sido el único español finalista olímpico en los 800 m. Su resultado en Tokio, la 5ª plaza, solo se ha superado por tres mediofondistas, todos en 1500 m, el soriano Fermín Cacho (1969), oro en 1992 y plata en 1996, el cántabro José Manuel Abascal (1958), bronce en 1984, y el burgalés Juan Carlos Higuero (1978), 4º en 2008. El atleta de Palamós, Adel Mechaal (1990), obtuvo el mismo puesto que Ben en Tokio en 1500 m. Además Ben es el ochocentista español mejor clasificado en un campeonato del Mundo al aire libre, 6º. Y tan solo lleva dos temporadas, la de 2020 no cuenta por lesión, dedicadas a los 800 m. No sería de extrañar que en breve compitiese tanto en 800 como en 1500 m.

Por tanto, respondiendo a la pregunta de si es Adrián Ben el mejor corredor español de 800 m de la historia, la respuesta es un rotundo sí. En segundo lugar, no hay muchas dudas para Tomás de Teresa y en tercero, para quien resto escribe, Antonio Reina.

España en los primeros Juegos Mundiales en sala

Tras el éxito obtenido en el primer Campeonato del Mundo al aire libre, la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur), hoy World Athletics, decidió probar suerte en pista cubierta organizando una competición de ámbito mundial. El 18 y el 19 de enero de 1985 se celebraron en París los primeros Juegos Mundiales en Pista Cubierta. Acaban, por tanto, de cumplirse 35 años. La IAAF, no segura de su continuidad, prefirió no darle inicialmente el marchamo de campeonato. La instalación elegida fue el Palais Omnisport de Bercy, hoy llamado, por razones de patrocinio, AccordHotels Arena, un modernísimo palacio de deportes inaugurado el año anterior. Un total de 69 países con 319 atletas acudieron a la llamada de la IAAF. Era la primera competición internacional tras los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Ningún campeón olímpico estuvo en París, aunque sí lo hicieron algunos medallistas y, sobre todo, jóvenes atletas que se encaramarían a la élite en los años siguientes. España envió un pequeño equipo de 9, todos hombres, de los que 8 alcanzaron un puesto entre los 8 primeros y 4 fueron medallistas. Todos ellos habían estado en LA.

La organización decidió incluir los 3 Km marcha en los Juegos. El catalán Jordi Llopart (1950), plata en 50 Km marcha en los Juegos Olímpicos de 1980 y 7º en 1984, ocupó la 7ª posición, en una prueba en la que se impuso el francés Gérard Leliève (1949), por delante del italiano Maurizio Damilano (1957), campeón olímpico de 20 Km marcha en 1980 y bronce en 1984.

En los 400 m, el zamorano Ángel Heras (1958), bronce en el Europeo en sala en 1983, consiguió superar las dos rondas necesarias para llegar a la final. En la carrera definitiva entró andando en la meta, tras un encontronazo en los 200 m. El ganador fue el joven alemán Thomas Schoenlebe (1965), que se hizo con las plusmarca mundial en sala al correr en 45.60. En 1987 superó en dos ocasiones la plusmarca europea al aire libre, con 44.48 y 44.33, esta última aún vigente.

Los 800 m vieron un inesperado doblete español, por parte del leonés Colomán Trabado (1958) y el madrileño Benjamín González (1958-2011). Trabado ya había sido campeón de Europa bajo techo en 1983 y bronce en 1982. González había ganado un bronce europeo en sala en 400 m en 1982. Hacía un año que se había cambiado a la doble vuelta. El leonés, con una buena táctica de carrera, se hizo con el oro, 1:47.42, 0.52 menos de el madrileño.

Tras su mala actuación en el 1500 olímpico el año anterior, el toledano José Luis González (1957), campeón de Europa en sala en 1982, volvía a la competición internacional. Le acompañaba el castellonense Andrés Vera (1960), brillante 7º en la final olímpica de LA. Ambos entraron sin problemas en la final, donde Vera, muy mermado físicamente, no pudo evitar la 8ª posición. González, por su parte, conseguía la medalla de plata, tras una dura pugna con el keniano Joseph Chesire (1961), 4º en LA. La victoria fue para el australiano Mike Hillard (1961), con 3:40.27, por 3:41.36 del español y 3:41.38 del africano.

Otros dos españoles compitieron en los 60 m vallas. El barcelonés Carlos Sala (1960), 7º en LA, no pudo repetir final en París. Quien sí lo hizo fue el oscense de Monzón Javier Moracho (1957), quien ganó la medalla de plata, con 7.69, 0.02 más que el ganador, el francés Stéphan Caristan (1964), que había precedido a Sala en la final olímpica. El bronce fue para el junior británico Jon Ridgeon (1967).

El único español que participó en concursos fue el barcelonés Alberto Ruiz (1961), gran dominador del salto con pértiga en España en los años 80. Obtuvo una excelente 6ª posición con plusmarca española en sala de 5.50 m. El ganador fue el plusmarquista mundial el ucraniano, entonces soviético, Sergei Bubka (1963) con 5.75 m, que se impuso bronce olímpico en LA, el francés Thierry Vigneron (1960).

España fue finalmente 7ª en el medallero, justo por delante de Estados Unidos, probablemente la única vez que este país resultó superado por España en una competición atlética internacional.

Otros destacados en categoría masculina fueron el canadiense Ben Johnson (1960), bronce en LA en 100 m precedido por el estadounidense Sam Graddy (1964). En los 60 m de París el canadiense se hizo con el oro y el estadounidense con la plata. Posteriormente, Johnson sería descalificado a perpetuidad por consumo de sustancias ilegales. Graddy se pasaría al fútbol americano. En el salto de altura, el subcampeón olímpico, el sueco Patrick Sjoeberg (1965) se impuso por delante del joven cubano Javier Sotomayor (1967). A unos días de cumplir 20 años, el búlgaro Khristo Markov (1965) conseguía en triple salto su primera gran victoria internacional. En el lanzamiento de peso, hubo un interesante duelo entre el checo, entonces checoslovaco, Remigius Manchura (1960), bronce en el Mundial al aire libre de 1983, y el alemán campeón olímpico en 1976 y de Europa al aire libre en 1982 Udo Beyer (1955), resuelto a favor del primero, 21.22 contra 21.10.

En categoría femenina la alemana Silke Gladys (1964), oro mundialista en 4 x 100 m en 1983, consiguió la victoria en 60 m con 7.20. Su veterana compatriota Marita Koch (1957) ganaba los 200 m, entonces oficial en sala, con 23.09. En concursos, una joven búlgara llamada Stefka Kostadinova (1965) ganaba el salto de altura, mientras el lanzamiento de peso era para Natalya Lisovskaya (1962), ya entonces plusmarquista mundial al aire libre con 22.63 m, tope aún vigente.

La IAAF consideró el ensayo satisfactorio. El 1987, en la ciudad estadounidense de Indianápolis, tuvo lugar el primer Campeonato del Mundo en Pista Cubierta. Esta competición se celebraría cada dos años. Hasta 1989 coincidió con el Campeonato de Europa, entonces anual. A partir de 1990, el Europeo y el Mundial se celebraron en años alternos. París repitió en 1997, con la formidable actuación del danés de origen keniano Wilson Kipketer (1972), que superó la plusmarca mundial bajo techo en dos ocasiones. En 2004 el Mundial pasó a disputarse los años pares y el Europeo los años impares. El próximo campeonato del mundo en sala tendrá lugar en la ciudad china de Nanjing, del 13 al 15 del próximo mes de marzo.

Los españoles campeones de Europa de 800 m en pista cubierta

La carrera de 800 metros en pista cubierta representa uno de los mejores caladeros de medallas para el atletismo español. Con el último oro del salmantino Álvaro de Arriba (1994), se han subido atletas españoles seis veces a lo más alto del podio. Además. España ha conseguido 9 platas y 6 bronces, un total de 21 medallas.

El primer campeón español fue el granadino Antonio Páez (1956). Tras ser 6º en 1977 en San Sebastián, en 1979, en Viena se hizo con el oro, con 1:47,4. Fue la única medalla para España en ese Europeo y la primera vez que un atleta español ganaba el oro en un campeonato continental en sala. Hasta entonces, tan solo se habían ganado tres medallas, Juan Borraz (1946) plata en 800 m y Javier Álvarez Salgado (1943) y Rafael Blanquer (1945) bronce en 3000 m y salto de longitud respectivamente, los tres en el primer campeonato de Europa, celebrado también en Viena, en 1970. El granadino se convirtió en una celebridad. Incluso formó parte del jurado del festival de Eurovisión ese mismo año. Posteriormente, consiguió el bronce en la misma prueba en 1981 y repitió el oro en 1982, en Milán, con otro español, el leonés Colomán Trabado (1958) en tercera posición. Este fue el último éxito de Páez. Al aire libre fue olímpico en 1980, año en que se convirtió en plusmarquista nacional con 1:45,69. Fue dos veces campeón de España en sala y una al aire libre. En la última parte de su carrera deportiva era habitual verlo hacer el papel de liebre en las reuniones nacionales. Se retiró en 1990.

Tras su bronce en 1982, Colomán Trabado sucedió a Páez en 1983 como campeón de Europa en sala de 800 m. Entonces los campeonatos eran anuales. Se hizo con el oro en una excelente carrera, con 1:46,91, en la que superó al joven británico Peter Elliot (1962). En 1985 ganó el 800 m de los Juegos Mundiales en pista cubierta, competición antecesora del Campeonato Mundial. Al año siguiente, en Madrid, fue subcampeón continental en sala en 800 m. Al aire libre fue plusmarquista español con 1:45,15. Tomó parte en los Juegos Olímpicos de 1980 y 1984. Mostró una tremenda superioridad en las competiciones nacionales con 10 campeonatos de España al aire libre (9 en 800 y 1 en 1500) y 7 en 800 m en pista cubierta.

El tercer campeón español fue el madrileño Luis Javier González (1969) en 1992, en Génova. Anteriormente, en 1990, Tomás de Teresa (1968) había conseguido la medalla de plata. A partir de 1990 la periodicidad de los campeonatos fue bienal. Luisja protagonizó en Génova un gran duelo con el asturiano José Arconada (1964), que se resolvió a su favor con doblete español. En 1994, en París, el madrileño volvió al podio como subcampeón. Al aire libre, fue olímpico en 1992 y plusmarquista español con 1:44,84. Ganó 4 campeonatos de España al aire libre y 2 en pista cubierta.

En la siguiente edición, en 1996, en Estocolmo, hubo un nuevo oro español, el manchego Roberto Parra (1976). Estuvo siempre atento, en una carrera lanzada por el coruñés Andrés Díaz (1969), hasta su victoria en la última recta. Parra, un atleta con un enorme talento y un correr elegantísimo, se había hecho con la victoria en el Europeo Junior (sub20) el año anterior, con unos excelentes 1:45,90. En la temporada al aire libre de 1996 realizó su mejor marca de siempre, 1:44,97, cuando se impuso en la Superliga Europea. Un calvario de lesiones cortaron su progresión y le impidieron acudir a los Juegos Olímpicos de 1996, aunque pudo hacerlo 4 años más tarde. Sorprendió en 2003 con unos magníficos 3:34,66 en pista cubierta en 1500 m. No obstante, los problemas físicos no dejaron de acompañarlo y lo forzaron a retirarse en 2005. Fue 5 veces campeón de España en pista cubierta y 2 al aire libre.

Tuvieron que pasar 23 años hasta volver a ver un corredor de 800 m español en lo más alto en un Europeo en sala. Durante ese tiempo, de buenos ochocentistas, sí hubo varias medallas. Antonio Reina (1981) fue bronce en 2002 y plata en 2005, Kevin López (1990) también ganó un bronce, en 2011, y una plata, en 2013. Miguel Quesada (1979) y Luis Alberto Marco (1986) fueron plata en 2007 y 2009 respectivamente, y Juan de Dios Jurado (1981) y el propio Álvaro de Arriba bronce en 2005 y 2017.

Álvaro de Arriba mostró en Glasgow una enorme superioridad, que lo llevó a la victoria con una gran autoridad. Hizo una carrera impecable tácticamente. Acreditado en 1:44,99 al aire libre, es un buen competidor. Además del bronce en el mismo campeonato hace 2 años, fue 5º en el Mundial en sala en 2017. Al aire libre consiguió sendos 7º puestos en 2016 y 2018 en los campeonatos de Europa.

Las perspectivas del 800 español al aire libre son buenas, con de Arriba, con el plusmarquista nacional Saúl Ordóñez (1994), 1:43,65, con Daniel Andújar (1994), 1:45,17, y con el soprendente Mariano García (1997), 4º en Glasgow. El reto es superar el 8º puesto de Tomás de Teresa en el Mundial de 1991, la única presencia de un español en una final de un campeonato de ámbito mundial.

Tomás de Teresa, el ochocentista español con mejor palmarés internacional

En el último campeonato de Europa al aire libre, celebrado este agosto en Berlín, el atletismo español tenía fundadas esperanzas para hacerse con una medalla en la prueba de 800 m masculinos. Unas semanas antes, el leonés Saúl Ordóñez (1994), bronce en el mundial en sala en marzo, había superado la plusmarca española con 1:43,65, que era, a su vez, la mejor marca europea del año. Por su parte, el salmantino Álvaro de Arriba (1994) también había mejorado su marca al correr en 1:44,99. Las expectativas, sin embargo, no se cumplieron. Ordóñez no pudo entrar en la final, mientras de Arriba fue 7º, el mismo resultado que en el Europeo de 2016. Con de Arriba son 8 los atletas españoles finalistas en el 800 del Campeonato de Europa al aire libre a lo largo de su historia.

El primer finalista español en un Europeo de 800 m al aire libre fue Alberto Esteban (1943). El atleta zaragozano, 3 veces campeón de España en la prueba, acudió al Europeo de Budapest de 1966 como plusmarquista español con 1:48,0, marca con la que superaba el tope español anterior de Tomás Barris (1930). En la final del Europeo volvió a mejorar con 1:47,4, lo que le valió el 7º puesto. El almeriense Antonio Fernández Ortiz (1948) se convirtió en plusmarquista español en el campeonato de España de 1972, cuando corrió la prueba en 1:46,8, superando al pontevedrés Manuel Carlos Gayoso (1944), 1:47,9. Gayoso, que unos días después mejoró a 1:47,2 había decidido subir a los 800 m tras una exitosa carrera en los 400 m lisos y los 400 m vallas. En los Juegos de Múnich fue el mejor semifinalista que no se clasificó para la final, oficialmente 9º. Ocupó la 5ª plaza en la 3ª semifinal, la más rápida, con 1:47,9 a 1,0 del 4º, que sí entró en la ronda definitiva.

El barcelonés Andreu Ballbé (1952) llevó en 1976, año en que fue olímpico, la plusmarca española a 1:46,59. Cuatro años más tarde, el madrileño Antonio Páez (1956) corrió la distancia en 1:45,69. El año anterior había sido campeón de Europa en Sala, título que repitió en 1982, tras un bronce en 1981. El medallista de bronce en la edición de 1982 fue el leonés Colomán Trabado (1958), 9 veces campeón de España de 800 m y una de 1500 m. Trabado fue oro europeo en sala en 1983 y plata en 1986. Fue oro en los Juegos Mundiales de Pista Cubierta de 1985, competición antecesora de los Mundiales en Sala. Al aire libre se hizo con la plusmarca española en 1984 con 1:45,15. Pese a sus éxitos en sala y su indiscutible dominio en España, Trabado no pudo ser finalista en un gran campeonato al aire libre. Esto lo conseguiría su sucesor como plusmarquista nacional, el cántabro Tomás de Teresa.

Tomás de Teresa Colina nació en Santoña el 5 de septiembre de 1968. Comenzó a destacar ya en categorías inferiores. Fue campeón de España juvenil (sub18) en 1985 y junior (sub20) 1986. En 1987 se proclamó campeón de Europa junior (sub20) de 800 m en Birmingham, en la que él mismo define como su mejor carrera. De Teresa controló muy bien la carrera, en la que se pasó en 54,30 a falta de una vuelta. Atacó en el 600 y se llevó la victoria con 1:49,37. Terminó esa temporada con una mejor marca de 1:48,67.

Fue olímpico en Seúl y medalla de plata en el Europeo en sala de 1990. Ese año, al aire libre, se convirtió en el primer español en correr por debajo de 1:45,00. Ocurrió el 30 de mayo en el Gran Premio Diputación de Sevilla. En una carrera rapidísima, ganada por Peter Elliot (1962) con 1:42,97, de Teresa fue 4º con 1:44,99, seguido del asturiano José Arconada (1964), con 1:45,02. La anterior mejor marca personal del cántabro era 1:46,26 del año anterior.

El año de 1991 comenzó muy bien para de Teresa con la plata en el Mundial en sala celebrado en Sevilla. Y acabó no menos bien con el puesto de finalista en el Mundial al aire libre de Tokio. Hasta hoy, de Teresa es el único ochocentista español que ha conseguido entrar en la final de un campeonato de ámbito mundial. El cántabro fue 2º en las series eliminatorias detrás del campeón olímpico, el keniano Paul Ereng (1967) y ocupó la 3ª posición en la segunda y última semifinal, con el mismo tiempo que Ereng, 2º, ambos precedidos por el brasileño José Luiz Barbosa (1961). En una final de muy alto nivel, ganada por el keniano Billy Konchellah (1961) con 1:43,99, de Teresa fue 8º con 1:47,65.

A finales de 1991, de Teresa decidió dar un giro a su carrera atlética y se fue a entrenar con Enrique Pascual (1957) a Soria, tras 6 años en Madrid con Manuel Pascua (1933). El gran objetivo para 1992 era, lógicamente, entrar en la final olímpica. La prueba de 800 m tenía tres rondas. Fue 2º en la 3ª serie detrás del estadounidense Johnny Gray (1960). La siguiente ronda se componía de tres series semifinales. Entrarían en la final los 2 primeros de cada serie y dos tiempos de repesca. El cántabro fue 4º en la primera serie con 1:46,08. Tras la celebración de las otras dos semifinales, se quedó fuera de la final por tan solo 0,02. Igualó el puesto 9º de Gayoso de 20 años antes, si bien estuvo mucho más cerca de la final.

Tras una discreta temporada de 1993, en 1994 volvió a tener una gran actuación al aire libre, en el Europeo de Helsinki. Superó fácilmente la primera ronda y no se desgastó, viéndose clasificado, en la semifinal. En la final, tras un paso lento de 54,29 atacó el noruego Vebjørn Rodal (1972). En la última curva parecía que de Teresa se quedaba, pero, tras entrar encerrado en la última recta ocupando la 6ª posición, consiguió remontar hasta alcanzar el bronce, a 0,04 de Rodal, plata, finalmente superado por el italiano Andrea Benvenutti (1969). Hubo otro español finalista, el malagueño José Manuel Cerezo (1973), que ocupó la 7ª posición.

Helsinki fue el punto más alto en la carrera de de Teresa. Siguió compitiendo hasta 1997, si bien su rendimiento fue decreciendo. En el ámbito nacional consiguió tres oros en los campeonatos de España, en 1989, 1994 y 1995. Fue un gran competidor que rendía por encima de su valor cronométrico en los campeonatos importantes.

A de Teresa lo sucedió en la tabla de plusmarcas españolas el madrileño Luis Javier González (1969), quien corrió en 1:44,84 en 1993. Fue campeón de Europa en sala en 1992, donde se despachó con unas contundentes declaraciones sobre la variable azar en el rendimiento atlético, y plata en 1994. Posteriormente, en 2002, el sevillano Antonio Manuel Reina (1981) marcó 1:44,11 y un mes después 1:43,83, tiempo que le valió para vencer brillantemente en la Copa del Mundo, que se celebraba en Madrid. En 2012 fue 4º en el Europeo al aire libre. En sala fue 4º en el Mundial de 2003, bronce en el Europeo de 2002 y plata en el de 2005. La plusmarca española de Reina duró hasta 2012, año en que otro sevillano, Kevin López (1990), realizó 1:43,72. López había sido 6º, con un tercer sevillano, Luis Alberto Marco (1986), 7º, en el Europeo al aire libre de 2010. En pista cubierta consiguió el bronce en 2011 y la plata en 2013. El otro español finalista en Europeos al aire libre de 800 m es el vallesano Miguel Quesada (1979), 5º en 2006.

Como se indicó al principio, el último plusmarquista español es, desde este año, Saúl Ordóñez con 1:43,65. Pese a no alcanzar la final de este año del Europeo al aire libre, a sus 24 años tiene tiempo para mejorar y que Tomás de Teresa deje de ser el ochocentista español con mejor palmarés internacional.