Los Campeonatos de Europa de pista cubierta comenzaron a disputarse en 1970, con la primera edición celebrada en Viena y periodicidad anual. De 1966 a 1969 tuvieron lugar las cuatro ediciones de la competición predecesora, los Juegos Europeos de pista cubierta. A España le fue bien en Viena, con tres medallas, una plata para el madrileño Juan Borraz (1946) y dos bronces, para el vigués Javier Álvarez Salgado (1943) en 3000 m y para el valenciano Rafael Blanquer (1945) en el salto de longitud. Hubo que esperar 10 años, hasta la edición de 1979, que se celebraba de nuevo en Viena, para que España volviese al medallero, con un oro para el granadino Antonio Páez (1956) en los 800 m. En 1980 el número de metales para España fue también de uno, bronce en 60 vallas para el oscense Javier Moracho (1957). Moracho se mantuvo en el medallero en 1981 con una plata en 50 m vallas, el mismo metal que el barcelonés Antonio Corgos (1960) en el salto de longitud. Hubo, además, un bronce para Antonio Páez en 800 m.
De esta manera, España llegaba a la edición de Milán en 1982 habiendo ganado seis medallas en toda la historia de la competición. Acudió con un equipo de 17 atletas, 16 hombres y la catalana Montserrat Pujol (1961), quien finalmente no pudo participar por problemas físicos. Pues bien, en 45 minutos se quedaron a punto de igualar el número histórico de metales. A las 17:05 del 7 de marzo tenía lugar la final de 400 m. El Palacio de Deportes de Milán solo tenía cuatro calles, por lo que solo había cuatro finalistas, entre ellos el madrileño Benjamín González (1958-2011), que se había clasificado por 0.01 para la prueba definitiva. Consiguió remontar un puesto en la última recta y alcanzar el bronce, con 47.41, a 0.37 del vencedor, el ruso, entonces soviético. Pavel Konovalov (1960). A las 17:30 se disputaba otra final, con doble representación española, los 1500 m, donde tanto el cántabro José Manuel Abascal (1958), que el día anterior había hecho plusmarca española en sala, 3:40.14, como el toledano José Luis González (1957) estaban en condiciones de subirse al podio. Tendrían dos rivales muy duros, el alemán Thomas Wessinhage (1952), campeón en 1975, 1980 y 1981, y el finlandés Antti Loikkanen (1955), ganador en 1978. En una carrera rápida, los dos españoles acabaron desbordando a Wessinhage, que había atacado a falta de 200 m y acabó fuera de las medallas. González ganaba el primero de sus cinco oros en pista cubierta un una nueva plusmarca española de 3:38.70, 0.21 menos que Abascal, plata, mientras Loikkanen era bronce con 3:39.62. Y aún quedaba otra final para rematar el medallero español, los 800 m, cuya salida se daba a las 17:25. Estaba Antonio Páez, que ya había ganado un oro y un bronce en esta competición, y el leonés Colomán Trabado (1958). Este cambió de ritmo a falta de 200 m, pero el granadino pudo superarlo en la última curva. Trabado perdía también la segunda posición a manos del alemán Klaus Peter Nabein (1960-2009). Mantuvo el bronce, con 1:48.35, a 0.33 del campeón, Antonio Páez. Este, que ya era el primer atleta español con dos medallas en esta competición, se convirtió en el primero con dos oros.
Hubo otros puestos destacados de atletas españoles. El alicantino Javier Arqués (1960) fue sexto en 60 m, tras haber hecho plusmarca española en las semifinales, 6.66. El granadino Francisco Sánchez Vargas (1958) fue quinto, con 7:57.82, en un 3000 de muy alto nivel donde el obstaculista alemán Patriz Illg (1957) pudo derrotar con 7:53.50, al italiano Alberto Cova (1958), 7:54.12, y al ruso, entonces soviético, Valeri Abramov (1956-2016), 7:54.46. Y el guipuzcoano de adopción Roberto Cabrejas (1952-2001) ocupó la quinta posición en el salto de altura con 2.22 m.
España terminó quinta en el medallero, en una actuación magnífica. La progresión del atletismo español se confirmó con las cinco medallas del Europeo al aire libre de Atenas ese año, si bien solo Abascal repitió en el podio.
Nota: Agradezco la magnífica crónica de Ángel Cruz del número 322, de abril de 1982, páginas 15-17, de donde he obtenido parte de la información para esta entrada.
La final de 1500 m de los Juegos Olímpicos de 1984 significó la resurrección atlética del británico Sebastian Coe (1956), tras dos años muy duros con una enfermedad de complicado diagnóstico. Al mismo tiempo marcó el declive del que fuera su gran rival, su compatriota Steve Ovett (1955). El de Brighton, que había despuntado muy joven, ya no volvió a ser el mismo tras sus problemas físicos en 1982. El campeón del mundo, el tercer británico, Steve Cram (1960), en un año complejo, no pudo con Coe. El tercer puesto fue para el español José Manuel Abascal (1958). Abascal llevaba codeándose con la élite mundial de la prueba desde 1982, cuando se hizo con la medalla de bronce en el Europeo al aire libre, pese a verse involucrado en la caída del británico Graham Williamson (1960) a falta de una vuelta. Mantenía un cerrado duelo por la supremacía en España con José Luis González (1957), que no se había superado la primera ronda en la prueba olímpica. Ambos seguían un peldaño por debajo de los mejores, pero cada vez se acercaban más.
En 1985, la lista mundial de siempre de la prueba dio un tremendo vuelco. La plusmarca mundial de Steve Ovett de 3:30.77 pasó a la cuarta posición, superado por los 3:29.46 del marroquí Said Aouita, los 3:29.67 de Cram y los 3:29.77 del estadounidense Sydney Maree (1956). En la histórica carrera de Niza, donde Cram, batiendo a Aouita, se había convertido en el primer atleta en correr la distancia por debajo de 3:30.00, José Luis González realizó 3:30.92, en aquel momento la cuarta mejor marca de siempre. Poco después, Abascal, en un intento de superar la nueva plusmarca española de González, marcó 3:31.69. Los españoles acabaron cuarto y quinto del año y se colocaban quinto y séptimo de todos los tiempos. Habían dado un gran salto desde sus anteriores marcas de 3:33.12, Abascal, y 3:33.44, González. El campeón olímpico, Sebastian Coe, se quedó ese año, con 3:32.13, no muy lejos de su plusmarca personal de 3:31.95, pero solo pudo ser el octavo atleta del año. Sufrió, además, dos derrotas muy claras, en la milla de Oslo, donde vio cómo Cram superaba su plusmarca mundial, y en la reunión de Zúrich, donde resultó batido por el suizo Pierre Deleze (1958), con 3:31.76, frente a los mencionados 3:32.13 del británico.
En 1985 no hubo ninguna competición al aire libre de ámbito mundial o europeo. El Campeonato del Mundo, que entonces había celebrado una sola edición, no fue bianual hasta 1993. En 1986 tendría lugar el Campeonato de Europa al aire libre, que se celebraría en la ciudad alemana de Stuttgart. La prueba de 1500 m se presentaba muy interesante, con el previsible enfrentamiento entre los británicos y los españoles. Cronométricamente Cram seguía siendo superior a los españoles, pero tanto González como Abascal tenían plusmarcas personales mejores de la de Coe. Las series semifinales tendrían lugar el 29 de agosto y la final el 31. Abascal llegaba con la mejor marca mundial del año, 3:31.13, realizada en un intento en solitario de superar la plusmarca española de González el 16 de agosto. Tres días antes, en Zúrich, en una extraña carrera, donde los favoritos se dedicaron a vigilarse entre sí y no siguieron a las liebres, había sido tercero con 3:35.72 en Zúrich, tras el estadounidense Steve Scott (1956), 3:35.14 y Coe, 3:35.22. González, muy crispado, acabó en el suelo a solo a unos metros de la meta, cuando era cuarto.
Abascal no había competido mucho más. Había renunciado al campeonato de España por problemas físicos. Frustrado su duelo con González, este se impuso en el Nacional, con ciertos apuros, al madrileño José Luis Carreira (1962). González, por su parte, llegaba a Stuttgart con 3:32.90, segunda mejor marca europea del año, y tercera mundial. En julio, en Oslo, había resultado derrotado claramente por Steve Cram en la milla. El español fue cuarto con 3:50.82, mientras el británico se hacía con la victoria en 3:48.31. El tercer español en liza era Carreira, seleccionado tras derrotar en el Campeonato de España y en la reunión de La Coruña al finalista olímpico Andrés Vera (1960). En esta prueba, Carreira se impuso con 3:35.56, por 3:35.86 de Vera, plusmarcas personales para ambos.
En cuanto a los británicos, su planteamiento era algo diferente, pues tanto Coe como Cram doblarían en los 800 y los 1500 m. Ambos llegaban al Europeo en buena forma. Cram había corrido los 800 m en 1:43.22 y sus 3:48.31 de la milla equivalían a 3:31.56 en los 1500 m. Además se había hecho con el doblete de mediofondo en los Juegos de la Commonwealth, que habían tenido lugar a principios de agosto en Edimburgo. Coe, por su parte, había acreditado 1:44.10 y 3:34.32 a principio de temporada, y parecía recuperado del síndrome gripal que le había impedido participar en el 800 de los Juegos de la Commonwealth. El tercer británico era John Gladwin (1963), segundo en Edimburgo, acreditado en 3:35.93 ese mismo año. Steve Ovett, que había registrado 3:33.78 a principios de agosto, había preferido los 5000 m, donde esperaba repetir su victoria de Edimburgo.
El 29 de agosto tuvieron lugar las tres series semifinales, de las que se clasificaban los tres primeros de cada una de ellas y los tres mejores tiempos globales. Coe venía de ser campeón en los 800 m, con Cram medalla de bronce. En la primera serie se enfrentaban Coe y Abascal. No se esperaban sorpresas. Tras un comienzo muy lento, el español tomó la cabeza poco después de los 1000 m, que se habían pasado en 2:32.0, y marcó un ritmo de 2:59.21 en los 1200. En la contrarrecta, sin embargo, se vio sobrepasado por el irlandés Marcus O’Sullivan (1961) y por el neerlandés Han Kulker (1959). Entró encerrado en la meta, donde intentó infructuosamente pasar a Kulker por dentro, mientras O’Sullivan ganaba la serie, 3:39.02, y Coe, viniendo de atrás, era segundo. Abascal, cuarto, se quedó a 0.18 de O’Sullivan y a 0.12 de Kulker. En una actuación absolutamente desafortunada, le quedaba esperar a la lotería de los tiempos. En la segunda serie se impuso Cram, con 3:40.66 y Carreira fue tercero, con 3:41.33. En la tercera serie, los atletas decidieron sacar partido de la clasificación por tiempos. Los pases de 56.64, 1:56.95 y 2:55.60 arruinaban las esperanzas de Abascal. Gladwin fue el primero con 3:36.85, seguido de González a 0.07. Sexto fue el suizo Peter Wirz (1960), sexto en la final olímpica de 1984, con 3:37.75. Abascal, líder mundial del año, estaba fuera.
La eliminación de Abascal fue un duro golpe para las aspiraciones españolas. Desde 1982 había estado en las finales de los grandes campeonatos, Europeo, Mundial y Juegos Olímpicos. Quedaba la baza de González, quien no parecía tan fino como en 1985. La final tuvo lugar el día 31. Cram se colocó en cabeza, sin ninguna intención de avivar el ritmo, dando paso a los 400 m en 1:03.85. Gladwin tomó el relevo y cruzó los 800 m en 2:07.59, con todos los atletas muy juntos. La tercera vuelta fue mucho más rápida. El danés Niels Hjorth (1959) encabezaba el grupo, más estirado, con 1200 m de carrera en 3:03.21. En ese momento se produjo el cambio de ritmo de Cram. González se fue tras él, con la intención de ganar, pero no aguantó la velocidad del británico y se vio superado por Coe a falta de 150 m. Este intentó colocarse en cabeza, pero Cram fue capaz de mantenerse en primera posición, haciéndose con el oro en 3:41.09, 37.88 los últimos 300 m. Coe entró segundo con 3:41.67. González perdió fuelle en la recta y acabó quedándose fuera del podio al resultar sobrepasado por Kulker. A duras penas pudo mantener la cuarta posición.
González declaró nada más terminar Me voy a ir de este negocio, sin haber ganado una medalla. La final confirmó que el español no estaba en la forma del año anterior y que le faltaba una punta de velocidad. Kulker, al que había batido claramente en el Europeo en sala unos meses antes, lo había dejado fuera del podio. Tras el Europeo, los británicos se mostraron muy superiores a los españoles. El 5 de septiembre, en Bruselas, Cram corría en 3:30.15, mejor marca mundial del año, con Abascal un lejano segundo en 3:33.98 y González tercero, 3:34.32. El liderato de la temporada de Cram duró dos días. El 7 de septiembre, en Rieti, Coe se quedaba a 0.31 de la plusmarca mundial de 1500 m, al correr en 3:29.77, su mejor marca de siempre. El mismo día, Abascal corría los 2000 m en Santander en 4:52.40, quinta mejor marca de siempre en aquel momento. Los españoles cerraron la temporada en pista en la final del Gran Prix de la IAAF, el 10 de septiembre en Roma, donde Abascal fue segundo en la milla con plusmarca personal, 3:50.54, y González cuarto con 3:51.20. El vencedor de la prueba fue Scott con 3:50.28. A Abascal y González, aún les quedaba un enfrentamiento, el 13 en la milla de la Quinta Avenida, donde se impuso González, con Abascal tercero.
Para los dos británicos, las medallas de Stuttgart fueron las últimas de sus excelentes carreras deportivas. A partir de 1987 el rendimiento de Cram bajó de forma alarmante. Fue octavo en el Mundial de 1987, cuarto en los Juegos de 1988 y quinto en el Europeo de 1990. Coe se perdió la temporada de 1987 por lesión y los Juegos Olímpicos de 1988, para los que hizo la mínima, pero fuera de plazo. Fue segundo en el 1500 de la Copa del Mundo de 1989 y se retiró en los Juegos de la Commonwealth de 1990. Para Abascal Stuttgart fue su último gran campeonato al aire libre. Tras un gran comienzo en 1987, con unos excelentes 13:12.49, 0.15 más que González, en un gran doblete español en Oslo, sufrió una grave lesión que acabó forzando su retirada del atletismo dos años después. Su presencia en el 5000 del Mundial de 1987, lesionado, fue testimonial. González, que nunca había ganado una medalla al aire libre, fue subcampeón mundial al año siguiente. Siguió compitiendo hasta los Juegos de Barcelona, con un 6º puesto en el Europeo al aire libre de 1990 como mejor resultado.
Visto a posteriori, la impresión previa de que los españoles tenían posibilidades a la Armada británica se reveló demasiado optimista. Esa temporada de 1986 fue el canto del cisne de los dos sobresalientes corredores ingleses, pero aún siguieron mostrándose como los mejores del mundo, por última vez.
Esta entrada se publicó inicialmente en la revista Somos Atletismo del mes de agosto de este año.
Hasta los años 80 parecía existir una barrera insalvable entre el 1500 y el 5000 para los corredores españoles. Los corredores de 1500 m eran mediofondistas puros, que hacían esta prueba compatible con los 800 m, y los de 5000 m se sentían más cómodos en los 10 000 m, la carretera y el campo a través que en la distancia inferior. Durante muchas décadas los atletas de ambas distancias tan solo coincidían en la prueba no olímpica de los 3000 m, donde varios de ellos, de ambos lados de la barrera, fueron plusmarquistas españoles en aquellos años. Hay que mencionar dos excepciones, que pertenecen a épocas muy tempranas, cuando el atletismo español se encontraba muy lejos de los registros de categoría internacional. El guipuzcoano Juan Muguerza (1900-1937) fue plusmarquista español de 1500 m (4:30.0, 4:23.6 y 4:18.0) y de 5000 m (16:13.8) y olímpico en 1920 en ambas distancias. Por su parte el catalán Joaquim Miquel (1903-1929) sucedió a Muguerza como plusmarquista nacional de 1500 m (4:17,4 y 4:13,2) y 5000 m (15:41,6, primer español sub16′). Fue olímpico en 5000 m en 1924.
Los años 80 en el ámbito atlético en España estuvieron marcados por el duelo entre el toledano José Luis González (1957) y el cántabro José Manuel Abascal (1958) por el primado español de 1500 m. Abascal ya destacaba en la prueba del kilómetro y medio en categoría junior (sub20), con la plusmarca española absoluta de la distancia, 3:38.2, en 1977. Sin embargo, había sido campeón de Europa junior de 3000 m, con 7:58.3 y había realizado 14:02.4 en 5000 m. González en categorías inferiores apuntaba más a los 5000 m, que había corrido en 14:00.8 en 1975 con 17 años, y al campo a través, modalidad en la que ese mismo año había sido subcampeón mundial junior. Ambos acabaron, no obstante, en la élite mundial de los 1500 m, con mejores marcas de 3:30.92 (1985) para el toledano, subcampeón del mundo al aire libre en 1987, y 3:31.13 (1986), para el cántabro, bronce europeo al aire libre en 1982 y olímpico en 1984. González, que ya se había hecho con la plusmarca nacional de 5000 m en 1985, al correr en 13:15.90, mejoró en 1987 hasta 13:12.34, carrera que ganó, con Abascal segundo, 13:12.49. Pese a sus repetidos anuncios de competir en los 5 Km, González siguió en los 1500 m hasta su retirada. Lo más destacado que consiguió en la prueba más larga fue el oro en el campeonato de España en 1990. Abascal sí tenía intención de pasar a la distancia superior. Probablemente más tras su victoria en la final A de la Copa de Europa de 1987, pero una grave lesión, que acabó forzando su retirada, se lo impidió.
En esa década de los 80 hubo otros dos corredores, que habían empezado en los 800 m, que hicieron compatibles ambas distancias. El barcelonés Jaime López Egea (1955), acreditado en 3:37.64 (1985) y 13:38.49 (1986), fue campeón de España de 1500 m en 1977 y de 5000 en 1987. Y el madrileño José Luis Carreira (1962), con mejores marcas de 3:35.56 (1986) y 13:25.94 (1989), consiguió la novena plaza en el Europeo al aire libre de 1986 de 1500 m y la tercera en los 5000 m de la Copa del Mundo de 1989, año en que fue campeón de España de esta distancia.
A mediados de los 90, una generación de atletas que venía de los 1500 m y no se dedicaban al campo a través irrumpió en el 5000 español. Probablemente el más destacado fue el palentino Isaac Viciosa (1969). Viciosa había comenzado corriendo 800 m, pero pronto se incorporó al 1500, distancia en la que fue subcampeón de Europa en 1994, detrás del soriano Fermín Cacho (1969). En el siguiente Europeo subió un peldaño en el podio, ya corriendo 5000 m, en un excelente doblete español, con el jienense Manuel Pancorbo (1966) en segunda posición. Acreditó 3:30.94 (1998) y 13:09.83 (1998) y fue plusmarquista europeo de 3000 m con 7:29.34 (1998). Venció cuatro años consecutivos (1995-1998) en la milla de la Quinta Avenida. El subcampeón de Europa de 5000 m en 1998, Manuel Pancorbo, había sido 6º en 1500 m en el anterior Europeo. Sus mejores marcas fueron 3:34.03 (1997) y 13:08.44 (1998). También fue plusmarquista europeo de 3000 m con 7:31.78. Otro destacado atleta de esta generación es el riojano Anacleto Jiménez (1967), plusmarquista español de 5000 m en 1997 con 13:08:30. No se prodigó en 1500 m, pero, en una de sus escasas incursiones, obtuvo en 1996 una resonante victoria sobre Fermín Cacho con 3:34.37, en las desaparecidas pistas de la Peineta, en Madrid. En 1994 fue octavo en el campeonato de Europa de 5000 m.
En la siguiente década, la de los años 2000, el burgalés Juan Carlos Higuero (1978) ganó en 2006 un doble bronce en el Europeo al aire libre en 1500 y 5000 m, tras una muy sólida trayectoria en la distancia más corta. Había sido 8º en la final olímpica de 2000, 6º en el Mundial al aire libre de 2005 y 5º en el Europeo de 2002. Aún le faltaba la mejor actuación de su vida, 4º en la final olímpica de 2008. Sus mejores marcas fueron 3:31.57 (2006) y 13:22.68 (2008).
El atleta español más reciente que ha combinado ambas pruebas, aún en activo, es el catalán de adopción, nacido en Marruecos, Adel Mechaal (1990). Mechaal hizo el doblete en ambas distancias en el campeonato de España en 2015 y 2017. Fue 4º en el Mundial al aire libre de 2017 en 1500 m y subcampeón de Europa de 5000 m en 2016. En el Europeo de 2018 fue cuarto en 10 000 m. Sus mejores registros son 3:33.91 (2019), 13:15.40 (2016) y 27:50.56 (2018).
A pesar de la barrera invisible durante tantas décadas, desde los años 80 numerosos atletas españoles han sido capaces de hacer compatibles las distancias de 1500 y 5000 m, que han dado muchos éxitos a nuestro atletismo y que, esperemos, continúen haciéndolo.
Tras el éxito obtenido en el primer Campeonato del Mundo al aire libre, la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur), hoy World Athletics, decidió probar suerte en pista cubierta organizando una competición de ámbito mundial. El 18 y el 19 de enero de 1985 se celebraron en París los primeros Juegos Mundiales en Pista Cubierta. Acaban, por tanto, de cumplirse 35 años. La IAAF, no segura de su continuidad, prefirió no darle inicialmente el marchamo de campeonato. La instalación elegida fue el Palais Omnisport de Bercy, hoy llamado, por razones de patrocinio, AccordHotels Arena, un modernísimo palacio de deportes inaugurado el año anterior. Un total de 69 países con 319 atletas acudieron a la llamada de la IAAF. Era la primera competición internacional tras los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Ningún campeón olímpico estuvo en París, aunque sí lo hicieron algunos medallistas y, sobre todo, jóvenes atletas que se encaramarían a la élite en los años siguientes. España envió un pequeño equipo de 9, todos hombres, de los que 8 alcanzaron un puesto entre los 8 primeros y 4 fueron medallistas. Todos ellos habían estado en LA.
La organización decidió incluir los 3 Km marcha en los Juegos. El catalán Jordi Llopart(1950), plata en 50 Km marcha en los Juegos Olímpicos de 1980 y 7º en 1984, ocupó la 7ª posición, en una prueba en la que se impuso el francés Gérard Leliève (1949), por delante del italiano Maurizio Damilano (1957), campeón olímpico de 20 Km marcha en 1980 y bronce en 1984.
En los 400 m, el zamorano Ángel Heras (1958), bronce en el Europeo en sala en 1983, consiguió superar las dos rondas necesarias para llegar a la final. En la carrera definitiva entró andando en la meta, tras un encontronazo en los 200 m. El ganador fue el joven alemán Thomas Schoenlebe (1965), que se hizo con las plusmarca mundial en sala al correr en 45.60. En 1987 superó en dos ocasiones la plusmarca europea al aire libre, con 44.48 y 44.33, esta última aún vigente.
Los 800 m vieron un inesperado doblete español, por parte del leonés Colomán Trabado (1958) y el madrileño Benjamín González (1958-2011). Trabado ya había sido campeón de Europa bajo techo en 1983 y bronce en 1982. González había ganado un bronce europeo en sala en 400 m en 1982. Hacía un año que se había cambiado a la doble vuelta. El leonés, con una buena táctica de carrera, se hizo con el oro, 1:47.42, 0.52 menos de el madrileño.
Tras su mala actuación en el 1500 olímpico el año anterior, el toledano José Luis González (1957), campeón de Europa en sala en 1982, volvía a la competición internacional. Le acompañaba el castellonense Andrés Vera (1960), brillante 7º en la final olímpica de LA. Ambos entraron sin problemas en la final, donde Vera, muy mermado físicamente, no pudo evitar la 8ª posición. González, por su parte, conseguía la medalla de plata, tras una dura pugna con el keniano Joseph Chesire (1961), 4º en LA. La victoria fue para el australiano MikeHillard (1961), con 3:40.27, por 3:41.36 del español y 3:41.38 del africano.
Otros dos españoles compitieron en los 60 m vallas. El barcelonés Carlos Sala (1960), 7º en LA, no pudo repetir final en París. Quien sí lo hizo fue el oscense de Monzón Javier Moracho (1957), quien ganó la medalla de plata, con 7.69, 0.02 más que el ganador, el francés Stéphan Caristan (1964), que había precedido a Sala en la final olímpica. El bronce fue para el junior británico Jon Ridgeon (1967).
El único español que participó en concursos fue el barcelonés Alberto Ruiz (1961), gran dominador del salto con pértiga en España en los años 80. Obtuvo una excelente 6ª posición con plusmarca española en sala de 5.50 m. El ganador fue el plusmarquista mundial el ucraniano, entonces soviético, Sergei Bubka (1963) con 5.75 m, que se impuso bronce olímpico en LA, el francés Thierry Vigneron (1960).
España fue finalmente 7ª en el medallero, justo por delante de Estados Unidos, probablemente la única vez que este país resultó superado por España en una competición atlética internacional.
Otros destacados en categoría masculina fueron el canadiense Ben Johnson (1960), bronce en LA en 100 m precedido por el estadounidense Sam Graddy (1964). En los 60 m de París el canadiense se hizo con el oro y el estadounidense con la plata. Posteriormente, Johnson sería descalificado a perpetuidad por consumo de sustancias ilegales. Graddy se pasaría al fútbol americano. En el salto de altura, el subcampeón olímpico, el sueco Patrick Sjoeberg (1965) se impuso por delante del joven cubano Javier Sotomayor (1967). A unos días de cumplir 20 años, el búlgaro Khristo Markov (1965) conseguía en triple salto su primera gran victoria internacional. En el lanzamiento de peso, hubo un interesante duelo entre el checo, entonces checoslovaco, Remigius Manchura (1960), bronce en el Mundial al aire libre de 1983, y el alemán campeón olímpico en 1976 y de Europa al aire libre en 1982 Udo Beyer (1955), resuelto a favor del primero, 21.22 contra 21.10.
En categoría femenina la alemana Silke Gladys (1964), oro mundialista en 4 x 100 m en 1983, consiguió la victoria en 60 m con 7.20. Su veterana compatriota Marita Koch (1957) ganaba los 200 m, entonces oficial en sala, con 23.09. En concursos, una joven búlgara llamada Stefka Kostadinova (1965) ganaba el salto de altura, mientras el lanzamiento de peso era para Natalya Lisovskaya (1962), ya entonces plusmarquista mundial al aire libre con 22.63 m, tope aún vigente.
La IAAF consideró el ensayo satisfactorio. El 1987, en la ciudad estadounidense de Indianápolis, tuvo lugar el primer Campeonato del Mundo en Pista Cubierta. Esta competición se celebraría cada dos años. Hasta 1989 coincidió con el Campeonato de Europa, entonces anual. A partir de 1990, el Europeo y el Mundial se celebraron en años alternos. París repitió en 1997, con la formidable actuación del danés de origen keniano Wilson Kipketer (1972), que superó la plusmarca mundial bajo techo en dos ocasiones. En 2004 el Mundial pasó a disputarse los años pares y el Europeo los años impares. El próximo campeonato del mundo en sala tendrá lugar en la ciudad china de Nanjing, del 13 al 15 del próximo mes de marzo.
El próximo fin de semana en la localidad polaca de Bydgoszcz tendrá lugar la 8ª edición de la Superliga Atlética de Equipos Nacionales (European Team Championships). Esta competición sustituyó en 2009 a la clásica Copa de Europa, la contienda europea de selecciones nacionales, que se venía celebrando con diversos formatos desde 1965. Hasta 1981 la fórmula en que se disputaba, con periodicidad bienal, consistía en una ronda previa donde un número de equipos nacionales se clasificaban para las semifinales, que contaban con equipos clasificados de antemano. Las semifinales tenían lugar en dos encuentros de 8 países. Los cuatro primeros pasaban a la final. Las tres rondas se celebraban el mismo año. A partir de 1983, con el calendario estival cada vez más recargado, se cambió el formato, atendiendo a la clasificación de la edición anterior, a tres divisiones A, B y C, de 8 países cada una, con ascensos y descensos de un equipo. En categoría masculina, España había quedado encuadrada en el grupo B y solo 2 puntos la había separado del ascenso tras la competición de ese 1983. Dos años después, en un fin de semana de agosto pleno de emociones, España conseguía, en Budapest, el pasaporte para la Copa de Europa A, donde se enfrentaría a los mejores equipos de Europa. En 1987, España se estrenaba en la máxima categoría, y tenía todas las papeletas para descender. Sus rivales eran los equipos de tres países que ya no existen, la Unión Soviética, la República Federal de Alemania y Checoslovaquia, en cuya capital, Praga, se celebraba el encuentro, junto con la República Federal de Alemania, el Reino Unido, Italia y Polonia. Francia había descendido el año anterior. La competición masculina y la femenina eran entonces independientes.
El atletismo español acababa de asomar la cabeza en el ámbito internacional. Menos de una década atrás, en 1978, el catalán Jordi Llopart (1952) había ganado la primera medalla española en un Campeonato de Europa al aire libre, con su oro en 50 Km marcha. El mismo atleta inauguró en medallero histórico atlético olímpico con una plata en la misma distancia en 1980. En 1982, el atletismo español se sorprendía a sí mismo con 5 medallas en el Europeo al aire libre. En 1983, en el primer Campeonato del Mundo al aire libre, España también se llevó una presea, de plata, en 50 Km marcha de la mano de otro catalán, José Marín (1950). En 1984, el cántabro José Manuel Abascal (1958), con su bronce olímpico en 1500 m, se convirtió en el primer medallista olímpico español en una prueba atlética en pista. Se trataba de un gran bagaje, comparado con el pasado reciente del atletismo patrio, pero que palidecía ante los países punteros del atletismo europeo. En el equipo español dos nombres brillaban con luz propia, el toledano José Luis González (1957), plusmarquista español de 1500 y 5000 m, y Abascal, como se ha indicado, medallista olímpico en 1500 en 1984 y plusmarquista de la competición con 3:33,63 de 1983. Poseían respectivamente la 6ª y 7ª mejor marca de siempre entonces en el kilómetro y medio. Ambos llegaban a Praga en buena forma. El toledano correría los 1500 m y el cántabro los 5000 m. Entonces se disputaba el programa olímpico completo de pista, salvo la combinada.
González entró en liza el sábado 27 de junio. De la actuación española hasta entonces destacaba la del vallista José Alonso (1957), que había sido tercero en los 400 m vallas. El máximo rival de González era el británico Steve Cram (1960), plusmarquista mundial de la milla y campeón de Europa de 1500 m, ante quien el toledano solía ceder. La carrera resultó muy lenta, con un pase de 2:41,26 en los 1000 m. En la última vuelta Cram se colocaba en primera posición. A falta de 200 m parecía inalcanzable, pero González logró igualarlo y superarlo en la última recta. El toledano corrió en 3:45,49, 0.05 menos que su rival. Para ello tuvo que realizar 50,2 en la última vuelta. No batía al británico desde 1981.
La de González no sería la única victoria de ese día. Para los 10 000 m, el director técnico Carlos Gil (1931 – 2009) había decidido confiar en el soriano Abel Antón (1962). Antón era entonces un buen corredor de 5000 m, acreditado en 13:25,81, capaz de correr los 1500 m en 3:37,5, y con un final rapidísimo. Nunca había disputado los 10 Km en pista, pero se confiaba en su capacidad de acelerar en la última recta en una previsible carrera táctica. El favorito para llevarse la victoria era el italiano Salvatore Antibo (1962), bronce el año anterior en el Europeo de la distancia, y dotado también de un tremendo final. El cálculo salió redondo para los intereses de España. Una carrera lenta acabó con el italiano y el español codo a codo en la última recta luchando por la victoria que cayó del lado de Antón por 0.04 en 28:46,65. El soriano acabaría siendo campeón de Europa de 10 000 m en 1994, y doble campeón mundial de maratón en 1997 y 1999. España terminaba el primer día en 6ª posición, con una renta de 5,5 puntos sobre Polonia, que cerraba la clasificación. La permanencia era posible.
El segundo día resultó menos complicado de lo esperado. A falta de los 5000 m y del relevo 4 x 400, España no había tenido ninguna actuación de relumbrón, pero los atletas españoles habían sabido pelear por cada punto, mientras Polonia rendía muy por debajo de sus posibilidades. La permanencia era casi un hecho cuando Abascal tomó la salida en los 5 Km. El cántabro se enfrentaba al británico Tim Hutchings (1958), bronce en el Europeo el año anterior y actual comentarista de Eurosport, y al italiano Antibo, como rivales más destacados. La carrera se disputó a ritmo decreciente con pasos de 2:40,99, 5:24,31, 8:16,07 y 10:59,88. Abascal, siempre en control de la carrera, esperó hasta la última vuelta, momento en que cambió de ritmo y se llevó la victoria con 13:32,87, en aquel momento plusmarca del campeonato, con casi 2 segundos de ventaja sobre Hutchings, quien aplaudía desde el suelo la victoria del español.
Hutchings aplaude a Abascal, tras la victoria del español en los 5000 m de la Copa de Europa
Finalmente, en una competición ganada por la Unión Soviética, España fue 7ª con 72 puntos, 16 por encima de Polonia, que se iba a la Copa de Europa B, mientras Francia volvía a la máxima categoría. El fin de semana se completó con el ascenso en categoría femenina a la Copa de Europa B.
Hace 32 años, el atletismo español, que poco antes se había asomado tímidamente al territorio de los mejores, conseguía mantenerse en la élite europea. Aunque hoy no lo parezca, fue una gran proeza, que lució aun más con las magníficas victorias de González, Abascal y Antón.
El primer corredor español de 5000 m de talla internacional fue el vigués Javier ÁlvarezSalgado (1943). Salgado superó su primera plusmarca española de la prueba en 1966, con 13:53,0 y la llevó hasta 13:28,4, en 1971, 4ª mejor marca mundial de ese año. Ese año había sido 5º en el Europeo al aire libre. Vio, literalmente, pues tomaba parte en la carrera, cómo el palentino Mariano Haro (1940), más centrado en los 10 000 m, lo superaba y mejoraba su plusmarca con 13:26,03 (13:26,0) en 1972. Salgado contraatacó unos días después, pero se quedó a 0,4 del registro de Haro, con mejor marca personal. El alcarreño Fernando Cerrada (1954), en 1977, sucedió a Haro en la lista de plusmarquistas con 13:24,31. En 1981 mejoró hasta 13:23,58. Las dos siguientes plusmarcas fueron para dos corredores que no se dedicaron a los 5000 m. El segoviano Antonio Prieto (1958), corredor de 10 000 m y de campo a través, registró 13:18,53 en 1983. Posteriormente el mediofondista toledano José Luis González (1957) rebajó el tope español a 13:15,90 en 1985 y a 13:12,34 en 1987.
En los años 90, con un buen grupo de corredores, el 5000 español experimentó una notable mejoría. En 1992, el soriano Abel Antón (1961) se convertía con su 8º puesto en los Juegos de Barcelona en el primer finalista olímpico en la prueba. También fue el primer medallista en un Europeo al aire libre, bronce en 1994. Dos años después, en los Juegos de Atlanta, el granadino Enrique Molina (1968) subía un peldaño más al ser 7º en la final. Poco después se hacía con la plusmarca española, al correr en 13:11,05. La perdió a manos del riojano Anacleto Jiménez (1967), que realizó 13:08,30 en junio de 1997. Un mes después el granadino contraatacó y consiguió recuperarla con 13:07,34. Ese mismo año fue 8º en el Mundial de 5000 m al aire libre. En esta prueba, en el campeonato de Europa al aire libre de 1998 hubo doblete español con el oro del palentino Isaac Viciosa (1969) y la plata del jienense Manuel Pancorbo (1966). El 10º de esa competición fue el madrileño Alberto García (1970), que esa temporada se había hecho con el primado español al correr en 13:04,64. García se convertiría en el mejor corredor europeo del momento. Fue campeón continental al aire libre en 2002. El año anterior había mejorado a 13:02,54 y había ocupado la 4ª posición en el Mundial al aire libre. En el invierno de 2003 estaba en tan buena forma que fue capaz de superar un sábado por la tarde en Sevilla la plusmarca europea de 3000 m en sala y el domingo por la mañana ser el primero en Bilbao en el campeonato nacional de campo a través por clubes. Desgraciadamente, poco después se supo que recibía ayudas ilegales. En mayo de ese año se descubrió que había consumido eritropoyetina, por lo que recibió una suspensión de 2 años. Igual destino corrió su sucesor como plusmarquista español Alemayehu Bezabeh (1986), de origen etíope. Corrió en 2010 en 12:57,25. En 2012 recibió una suspensión de 2 años por dopaje sanguíneo.
En este contexto complicado surgió la figura de Jesús España Cobo (Madrid, 21 de agosto de 1978). España comenzó en el atletismo a los 17 años en la prueba de los 1500 m, distancia en la que fue 9º en el Eurojunior de 1997. No destacó especialmente en sus primeros años, pero una notable capacidad de trabajo, junto con una gran resistencia a los problemas físicos, le permitieron progresar durante una carrera deportiva que se prorrogó por más de 20 años. El punto de inflexión en su carrera fue el año 2002, cuando llegó su primer éxito, en el Europeo de pista cubierta, donde cerró el triplete español con la medalla de bronce. Al aire libre, tras varias temporadas intentándolo, bajó de largo por primera vez de 3:40,00, corriendo en 3:36,53 en 1500. Ese año, sin embargo, ya había decidido convertirse en corredor de 5000 m. Hizo una mejor marca de 13:22,66. En el continental, al aire libre, ocupó el puesto 11º en 5000 m. La pista cubierta siguió dándosele bien y en 2003 fue 4º en el Mundial de 3000 m. En 2005 ya corría en 13:15,44. Al año siguiente consiguió su mayor éxito al proclamarse campeón de Europa de 5000 m, venciendo a un joven Mo Farah (1983). En una carrera lenta, Farah atacó a falta de 1 Km. España se mantuvo detrás del británico, hasta que lo superó en la última recta con 13:44,70, por 13:44,79. El burgalés Juan Carlos Higuero (1978), tras un gran final, se hizo con el bronce en 13:46,48.
En 2007 se hizo con su segundo bronce europeo bajo techo en 3000 m. Al aire libre fue 7º en el Mundial de 5000 m. En 2008 fue 14º en la final olímpica. En 2009 consiguió su tercer y último bronce europeo en sala en 3000 m y fue 10º en el Mundial de 5000 m. Ese año llevó su marca personal a 13:10,73. En 2010 volvió a enfrentarse a Mo Farah en la final del Europeo al aire libre de 5000. Para entonces el británico ya se había convertido en un corredor de élite que corría por debajo de 13 minutos. Batió a España, que fue 2º con cierta facilidad, 13:31,18 frente a 13:33,12.
En 2011, con 33 años, España realizó su mejor marca de siempre, unos excelentes 13:04,73. Ese año fue 12º en el Mundial de 5000 m. A partir del año siguiente, los problemas físicos, que hasta entonces lo habían respetado, comenzaron a impedirle prepararse adecuadamente. Pudo recuperarse, no obstante, para pasarse al maratón. En 2016 registró 2h11:58, lo que le permitió ser olímpico. Siguió compitiendo hasta su retirada, el año pasado, con un 6º puesto en el maratón del Campeonato de Europa.
Jesús España es un atleta cuya mejor marca en 5000 m probablemente debería figurar como plusmarca española. Durante su longeva trayectoria deportiva se labró fama de atleta serio, trabajador y discreto, lo que le granjeó un gran respeto y admiración por parte de los compañeros y del público. Consiguió sus logros sin recurrir a atajos porque, como bien dice el Nuevo Testamento, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo si pierde su alma?
La eliminación en la primera ronda de los Juegos de 1984 fue una enorme decepción para José Luis González (1957). El mismo día dijo a la prensa: A la hora de la verdad he demostrado que soy un atleta mediocre, tirando a malo, porque no tengo final. No quiero justificarme. Pensó muy seriamente en la retirada. Debió de resultarle muy complicado sobreponerse psicológicamente, pero lo consiguió con creces, porque en 1985 hizo la que probablemente fue la mejor temporada de su vida deportiva. De vuelta a la pista cubierta, fue plata en los primeros Juegos Mundiales (competición antecedente del Mundial en sala) y consiguió nuevamente el oro en el Europeo en sala de 1500 metros. Al aire libre tuvo un gran comienzo con plusmarca española de 5000 m el 27 de junio en Oslo. Su tiempo de 13:15,90 le permitió ser el 6º atleta de ese año. El 16 de julio, en Niza, González intervino con mucho éxito en uno de los mejores 1500 de siempre. Los organizadores consiguieron reunir a los mejores mediofondistas del momento. Allí estaban Steve Cram (1960), Said Aouita (1959), Steve Scott (1956) o el propio González. Se esperaba, curiosamente, que el brasileño campeón olímpico de 800 m Joaquim Cruz (1963) se acercase a los 3:30,77 que Steve Ovett (1955) tenía como plusmarca mundial. El ritmo fue trepidante desde el inicio, con pases de 54,1 y 1:53,7. Cram, muy serio y concentrado, se colocó detrás de las liebres desde el principio, con Cruz y González cerca de él, mientras Aouita, nervioso y descolocado, no encontraba su sitio. Cruz comenzó a dar muestras de flaqueza a partir de los 800 metros, momento que aprovechó el toledano para sobrepasarlo. A falta de una vuelta Cram daba un fuerte tirón, con González y Aouita, que había llegado a estar a 7 metros de la cabeza, inmediatamente detrás. Cram pasaba el 1200 en 2:49,7, unos 8 metros por delante de González, al que en ese momento sobrepasaba Aouita. Cram mantuvo la primera posición y, con 3:29,67, se convirtió en el primer atleta en correr los 1500 m por debajo de 3:30,00. Aouita, pese a su gran remontada, se quedó a 0,04 del vencedor. González fue tercero con 3:30,92, 4ª mejor marca de siempre en aquel momento.
Poco después, el 27 de julio, González volvía a Oslo, esta vez para correr la milla de ensueño. Volvía a enfrentarse a Cram y a Scott. No estaba Aouita, pero sí el plusmarquista mundial (3:47,33), el británico Sebastian Coe (1956). La carrera fue muy rápida. Se pasó el primer cuarto de milla en 56,01, con Cram algo alejado de las liebres y la media milla en 1:53,82, con Coe inmediatamente detrás de Cram. En la contrarrecta de la tercera vuelta González se colocaba detrás de Coe. Los 3/4 de milla los pasó Cram en 2:53,14. El ritmo se había enlentecido, pero un último cuarto de Cram en 53,18 le permitió realizar 3:46,32, nueva plusmarca mundial. Coe, que le aguantó el ritmo a Cram, claudicó a falta de 150 metros, lo que aprovechó González para adelantarlo y ocupar una excelente segunda plaza con 3:47,79, plusmarca española aún vigente y 5ª mejor marca de siempre.
Como en 1981, González no pudo terminar la temporada. Renunció al campeonato de España, que ganó fácilmente José Manuel Abascal (1958), por 5ª y última vez, y contribuyó con su triunfo en 1500 m a que España ascendiese a la categoría A de la Copa de Europa, pero a mediados de agosto tuvo que poner fin a la temporada estival. Abascal, que no había hecho pista cubierta y no había estado en buenas condiciones la primera parte de la temporada al aire libre, tomó el relevo con un intento el 13 de agosto de recuperar la plusmarca española. Eligió su pista de la Ciudad Universitaria de Barcelona. No lo consiguió, pero con 3:31,69 mejoró de largo su plusmarca personal. A continuación encadenó en 9 días 4 1500 por debajo de 3:33,00: 3:32,52 (Zúrich, 21 de agosto), 3:32,73 (Colonia, 25 de agosto), 3:32,17 (Coblenza, 28 de agosto) y 3:32,86 (Bruselas, 30 de agosto). El 3 de septiembre, en Santander, superaba su propia plusmarca española de 2000 m con 4:54,88, a 3,49 de la plusmarca mundial. El 7 de septiembre, en Roma, se impuso en la final del Gran Prix. Su gran final de temporada le valió a Abascal la plaza de 1500 m de la selección de Europa en la Copa del Mundo, que se celebraría en Camberra el 5 de octubre. Allí, fuera de su mejor momento, y con un codazo de Omar Khalifa (1956) ocupaba la 4ª plaza. En un año enorme para el 1500 en el ámbito mundial, con 2 plusmarcas mundiales y 3 atletas sub30, los españoles fueron 4º y 5º del año, y 5º y 7º de siempre.
En 1986 había Europeo al aire libre. Se celebraría en Stuttgart a finales de agosto. El Europeo en pista cubierta tendría lugar en Madrid. Por ello, la RFEA presionó a Abascal, que no estaba en su mejor momento, para que tomase parte en el 3000. El cántabro acabó accediendo, pero su mala forma se confirmó cuando quedó fuera de la final de forma contundente. Quien sí estaba en un momento excelente fue González, que ganó su tercer oro en 1500 m. En marzo de ese mismo año superaba, con 3:36,03, tiempo conseguido en el Palacio de Deportes de Oviedo, la plusmarca mundial de 1500 m en sala. Inicialmente se había considerado plusmarca mundial el tiempo de paso de 3:35,6 que había marcado Eamon Coghlan (1952), de paso para su plusmarca mundial de la milla de 3:50,6 en San Diego en 1981. Un año más tarde, dejó de aceptarse este tiempo pues no se pudo acreditar que hubiese un número suficiente de cronometradores, por lo que González pasó a ser plusmarquista mundial oficialmente. Coghlan, no obstante, había mejorado su plusmarca de la milla a 3:49,78 en 1983. No le cronometraron el paso por el 1500, pero es muy probable que hubiese sido más rápido de 3:36,0.
El Campeonato de Europa al aire libre, que se celebraba a finales de agosto, hizo que los atletas retrasasen su puesta a punto. El oro en el campeonato de España se lo llevó por 4ª y última vez José Luis González, aunque aún ganaría otro más en 5000 m en 1990. Abascal renunció por lesión. Unos días después, sin embargo, pudo recuperarse para intentar mejorar la plusmarca española. Una vez más lo intentó en la pista de la Ciudad Universitaria de Barcelona. Realizó unos excelentes 3:31,13, a 0,21 del tope nacional, mejor marca mundial del año y 6ª de siempre. Unos días después, González registró 3:32,90, con lo que los dos españoles acudían a Stuttgart con las dos mejores marcas europeas de la temporada. Sus grandes rivales eran a priori los británicos Sebastian Coe y Steve Cram. Pero a la hora de la verdad, estos dos atletas se mostraron muy superiores al resto. Había tres series semifinales. Se clasificaban los 3 primeros y 3 tiempos. Abascal corría en la primera serie y en un apretado final solo pudo ser 4º, con un tiempo que finalmente no le valió para clasificarse. José Luis Carreira (1962) en la 2ª serie y González en la 3ª pasaron sin problemas. Las medallas parecía que se repartirían entre Coe, que ya había ganado el 800, Cram y González. La final discurrió muy lenta con pases de 1:03,85 y 2:07,59, con muchos codazos y tropiezos. El ritmo se avivó en el 1200 con 3:03,21. En ese momento Cram pasaba a la primera posición, con González, muy decidido, detrás y Coe tercero. Cram siguió acelerando. A falta de 150 metros González perdía la segunda posición en favor de Coe. Cram mantuvo la cabeza y ganó con 3:41,07. Coe fue plata y González se vio sobrepasado en los últimos 50 metros por el holandés Han Kulker (1959), al que había batido fácilmente en el Europeo en sala y que ya había dejado fuera de la final a Abascal.
Me voy a ir de este negocio sin haber ganado ninguna medalla fueron las palabras del toledano tras quedarse fuera del podio. Esta vez había corrido tácticamente muy bien, pero no estaba en la forma del año anterior. A sus 28 años, solo tenía medallas en pista cubierta. Tras hacer algunas pruebas en el circuito europeo, González acabó la temporada ganando en la Milla de la 5ª Avenida, donde Abascal fue 3º. Antes de ir a Nueva York, el cántabro había rebajado su plusmarca española de 2000 m a 4:52,40, a 1 segundo del primado mundial de Steve Cram. El tiempo en 1500 m de Abascal fue finalmente el 3º de ese año y el de González el 5º. Los dos españoles seguían arriba, pero ninguno de los dos fue capaz de demostrarlo en el campeonato del año, el Europeo de Stuttgart.
En 1987 se celebraba el segundo Campeonato Mundial en pista al aire libre, en Roma, pero antes tendría lugar por primera vez el Campeonato Mundial en sala. Dos años antes París había albergado los Juegos Mundiales. Tendrían lugar en Indianápolis. Por penúltima vez coincidirían con el Campeonato de Europa, cuya sede era la ciudad francesa de Lievin. Los dos mediofondistas españoles prepararon la pista cubierta, pero no coincidieron. Mientras Abascal corrió el Mundial, en el que fue plata en 1500 m, González ganó el 3000 del Europeo, su 4º oro. Al aire libre ambos comenzaron magníficamente. En Praga, el 27 y 28 de junio, España participaba por primera vez en la final A de la Copa de Europa y era favorita para el descenso, pero una soberbia actuación del conjunto español hizo que se pudiese mantener la categoría. Dos de los puntales del equipo nacional fueron González y Abascal. El toledano se impuso en un 1500 muy lento a Steve Cram, con una última vuelta alrededor de 50 segundos. El cántabro ganó el 5000, batiendo a Tim Hutchings (1958), 4º en LA84 y bronce en el Europeo de Stuttgart. 6 días después en Oslo, González con 13:12,34, bien secundado por Abascal, 13:12,49, superaba su propia plusmarca española de 5000 m. El 19 de julio Abascal ratificaba su buena forma en un 1500 en 3:33,66, pero su buen hacer se truncó con una lesión que acabaría forzando su retirada 2 años después. Tomó parte en el 5000 del Mundial con un resultado similar al 3000 en sala de Madrid el año anterior. González, por su parte, renunció al Campeonato de España, que ganó Andrés Vera, y se presentó en el Mundial de Roma con una mejor marca de 3:33,01, que era la 3ª mejor de los participantes en el 1500. González fue 2º en su serie y en su semifinal con lo que se clasificó fácilmente para la prueba definitiva. Esta comenzó de forma muy lenta con el primer 400 en 1:03,46. Al pasar por los 500 metros Cram se colocaba en cabeza, relevado por el keniano Joseph Chesire (1961) 200 metros más adelante, quien daba paso al 800 en 2:03,90. Cram recuperaba la cabeza a falta de 500 metros y pasaba en 2:57,74 el 1200, con el somalí Abdi Bile (1961) segundo y González tercero. Cram trataba de forzar al máximo pero no consiguió despegar a sus rivales y se vio sobrepasado a falta de 150 metros por el africano y a falta de 100 por el español, cuyas posiciones ya no variarían. Abdi Bile se hizo con la victoria con 3:36,80, mientras González era segundo con 3:38,03.
A sus 29 años el toledano, por fin conseguía una medalla en un gran campeonato. Ya no era descabellado pensar en una medalla olímpica, aunque las cosas acabaron resultando bastante diferentes, pues Roma supuso el punto más alto en la carrera atlética de González. En 1988 repitió oro en el 3000 del Europeo de pista cubierta, pero no pudo acudir a los Juegos de Seúl por una inoportuna lesión. En 1989 fue segundo en el 3000 del Mundial en sala detrás de Aouita y delante del alemán Dieter Baumann (1965), subcampeón olímpico de 5000 m. Al aire libre solo pudo completar media temporada, en la que hizo 3:33,33, debido nuevamente a problemas físicos. En 1990 fue campeón de España de 5000 metros, aunque eligió los 1500 m para el Europeo de Split. Tras haberse impuesto en su semifinal, fue 6º en una accidentada final, justo detrás de Steve Cram. El 11º de esa final fue el soriano Fermín Cacho (1969) que tanto daría que hablar en muy poco tiempo. González siguió compitiendo hasta su retirada en 1992. En el Mundial de 1991 se quedó en semifinales y en los Juegos de Barcelona en la primera ronda. En el Europeo en sala de 3000 metros de ese año 1992 aún pudo ser medalla de bronce.
En una encuesta realizada en 1991 a atletas, entrenadores, periodistas y aficionados, González resultó elegido el mejor atleta español de la historia, por delante de Mariano Haro (1940) y de Abascal. La rivalidad entre Abascal y González llevó al 1500 español a cotas inimaginables unos años antes. Rebajaron la plusmarca española de 3:40,0 a 3:30,92. Si en 1981 solo ellos dos en España habían bajado de 3:40,00, 10 años después, al terminar 1991, lo habían hecho 25 atletas. La repercusión mediática de ambos fue enorme. La gente era, estilo futbolero, de Abascal o de González. La popularidad del atletismo creció como la espuma y, sin duda, esto contribuyó a que aumentase su práctica. Además hicieron que el nivel del 1500 en España creciese exponencialmente, lo que permitió el nacimiento de una generación, encabezada por Fermín Cacho, que acabó superando a sus precursores.
En 1983 en Helsinki se celebraba el primer campeonato del mundo de atletismo en pista al aire libre. Tras los boicots de los países africanos a los Juegos de Montreal 1976 y de varios países occidentales a los Juegos de Moscú 1980, los mejores atletas sin excepciones por fin competirían entre si. Con los problemas físicos de Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956), el 1500 se presentaba muy abierto. Además de los dos británicos, su joven compatriota Steve Cram (1960), los estadounidenses Steve Scott (1956) y Sydney Maree (1956), el sorprendente mejor marquista del año, el marroquí Said Aouita (1959), y los españoles José Manuel Abascal (1958) y José Luis González (1957) contaban para estar entre los mejores en ese kilómetro y medio del primer Mundial.
Los españoles se presentaban en la capital de Finlandia en buenas condiciones. En pista cubierta, Abascal había repetido plata en el Europeo, un año en que González no compitió en sala. El toledano comenzó, sin embargo, muy bien la temporada al aire libre. El 24 de junio saltó a las portadas de los periódicos cuando en París batió a Sebastian Coe, con 3:34,84, por 3:35,13 del británico. Poco después se descubriría que Coe padecía una enfermedad parasitaria llamada toxoplasmosis, lo que lo obligó a dar por terminada su temporada. 4 días después en Oslo, González, junto con Abascal, que había hecho 3:35,88 poco antes, se enfrentaba a Steve Ovett. El cántabro se cayó en la última recta, ayudado por los potentes movimientos de brazos del británico, que se impuso con 3:33,81. González, que disputó la victoria hasta el final, fue segundo con su mejor marca personal, 3:33,93. Ni Abascal ni González participaron en el Campeonato de España, que tenía lugar en San Sebastián entre el 22 y el 24 de julio. La RFEA permitió a los mejores atletas no tomar parte en los Campeonatos, por lo que hubo varias ausencias significativas, entre ellas, las de los dos mediofondistas. La victoria en el 1500 se la llevó el leonés Colomán Trabado (1958). Campeón de Europa de 800 m en sala, decidió cambiarse a la prueba en la que el año anterior, con 3:39,6 había sido el tercer español en bajar de 3:40,0.
González, que parecía en gran forma, se mostró, sin embargo, muy titubeante en las series del 1500 del Mundial. Mientras Abascal entraba cómodamente segundo en la cuarta serie y pasaba a semifinales por puestos, González, tras ser 8º en la tercera serie, lograba in extremis la clasificación por tiempos con el peor registro. En las semifinales se confirmaron los peores temores y el toledano se quedó fuera de la final, en la que entró sin problemas Abascal. Otro ilustre eliminado fue el estadounidense Maree. Pese a ello, la final tenía un nivel muy alto y las medallas se presentaban muy caras sin un claro favorito para el oro. El cántabro esperaba una carrera rápida, pues su menor aceleración final hacía que le perjudicasen las pruebas muy tácticas. Las semifinales se habían ganado con 3:36,43 y 3:35,77. La final, sin embargo, resultó desesperadamente lenta con pases de 1:05,02 y 2:07,76. A falta de 500 metros el marroquí Said Aouita cambió bruscamente de ritmo llevándose con él a Cram, Scott y Abascal, dando paso al 1200 en 3:03,82. Cram sobrepasó al norteafricano en el último 200 y se acabó haciendo con el oro en 3:41,59. Aouita aguantó la segunda posición hasta que a falta de 50 metros lo adelantó Steve Scott, que sería plata. Abascal peleó con todas sus fuerzas para entrar en el podio, pero en la última recta perdió la 4ª posición en favor de Steve Ovett, muy atrás a la hora del tirón definitivo.
Es probable que a Abascal le hubiese beneficiado una carrera más rápida, pero lo cierto es que los 4 atletas que le precedieron en Helsinki acabaron 1983 con mejor marca que él. Tras el Mundial ganó el 1500 de la final B de la Copa de Europa, con 3:33,63, vigente plusmarca de la competición y se quedó muy cerca de su plusmarca española, al hacer 3:33,18 en Zúrich. Unos días después resultó derrotado por José Luis González en Bruselas. Tras su actuación en Helsinki, el toledano tuvo un rendimiento muy irregular, pero consiguió con 3:33,44 en el Memorial van Damme su mejor marca de siempre. El vencedor fue Cram con 3:31,66, a 0,3 de la plusmarca mundial. Abascal fue 3º con 3:35,23. El cántabro terminó el circuito europeo con una gran victoria en Roma, en la distancia de la milla, mejor marca personal de 3:51,71. Unos días después Aouita, a quien había derrotado Abascal en Roma, batía González (2º) y a Abascal (3º) en los 1500 de los Juegos del Mediterráneo. Los españoles acabaron 6º y 7º del mundo en un año en que hubo 2 plusmarcas mundiales y 6 atletas por debajo de 3:33,0, pero mientras Abascal había confirmado su solidez en la alta competición, para González seguía siendo una asignatura pendiente.
En 1984 tendrían lugar los Juegos Olímpicos en Los Ángeles. La decisión de encargar a LA la organización de los Juegos se había tomado en 1978. La ciudad californiana era la única candidata. Tras el boicot a los Juegos de Moscú decretada por el Presidente James Carter (1924), se esperaba que la Unión Soviética respondiese no acudiendo a LA. Y así fue, el 8 de mayo de 1984 anunciaron que no irían a los Juegos aludiendo cuestiones de seguridad y sentimientos antisoviéticos. Los países comunistas secundaron el boicot soviético salvo Yugoslavia, Rumanía y China. En atletismo el boicot afectó principalmente a las pruebas femeninas y a los lanzamientos masculinos. En carreras masculinas apenas tuvo efecto.
En la temporada invernal, González tampoco compitió en sala. Sí lo hizo Abascal que había realizado en East Rutherford la mejor marca mundial de la milla en pista cubierta con 3:55,69. Una inoportuna infección respiratoria le impidió disputar la final del Europeo en sala. La temporada al aire libre de los dos españoles se inició en abril con un enfrentamiento en París en una milla urbana, ante un renacido Steve Ovett, que el año anterior había recuperado la plusmarca mundial con 3:30,77. El británico, no sin dificultades resultó vencedor, dando una gran impresión. Ya en junio, en Oslo, volvieron a citarse Ovett y González y el resultado fue similar al del año anterior, con victoria por 0,11 del británico con 3:34,50. Abascal entretanto se había lesionado y se llegó a cuestionar su participación en los Juegos. En el campeonato de España, celebrado del 29 de junio al 1 de julio, González optó sorprendentemente por los 800 metros, prueba en la que fue 5º. Abascal, lejos de su mejor forma, ganó con polémica el 1500. En la última recta el castellonense Andrés Vera (1960) y el cántabro sufrieron un encontronazo en el que Vera se llevó la peor parte. Abascal decidió dejar de competir e intensificar los entrenamientos para tratar de recuperar la forma. El 27 de julio, tras una prueba positiva en 2000 metros, en la que hizo 5:01,1, plusmarca española, el cántabro decidía ir a Los Ángeles a disputar el 1500 de los Juegos.
Abascal confirmó su buena forma en su serie y en su semifinal de los Juegos, al imponerse en ambas con el mejor tiempo global en 3:37,68 y 3:35,70 respectivamente. Sin embargo, sorprendentemente, José Luis González se quedaba eliminado en la primera ronda con 3:47,01 en la primera serie a más de 8 segundos del ganador. La final resultó, afortunadamente para el cántabro, mucho más rápida que en Helsinki. No había un claro favorito, pues Aouita había preferido el 5000, Cram había llegado corto de preparación, Ovett, con problemas físicos y Coe era una incógnita tras su polémica selección después de 2 años muy complicados. No obstante había dado muy buena impresión con su plata en 800. Se pasó el 400 en 58,85 y el 800 en 1:56,81, en ese momento con Steve Scott en cabeza. A falta de 600 metros, Abascal decidió avivar el ritmo para evitar una última recta multitudinaria. El cántabro pasó el 1200 en 2:53,21. En ese momento Steve Ovett, que ya había tenido problemas respiratorios en la final de 800 m, abandonaba. A falta de 200 m solo Coe y Cram, que sobrepasaban al cántabro, aguantaban el ritmo. Coe se impuso, majestuoso, con 3:32,53, nueva plusmarca olímpica, Cram fue plata con 3:33,40 y Abascal logró mantener el bronce con 3:34,30.
El bronce de Abascal tuvo un impacto mediático enorme en España. Era la primera medalla del atletismo español en una carrera en pista, y además en la entonces considerada prueba reina. En las reuniones posolímpicas, Abascal no estuvo lejos de su plusmarca nacional. Hizo 3:33,69, tiempo con el que fue el 6º atleta del año. González, con el tiempo realizado en Oslo en julio de 3:34,61, fue el 16º del año.
En la final de LA hubo otro español, Andrés VeraLlorens (Castellón de la Plana, 31 de diciembre de 1960). En los primeros años de su carrera se había dedicado al 800, prueba en la que había participado en el Europeo de 1982. En 1983 fue campeón de España de las 2 vueltas, distancia en la que realizó su mejor marca, 1:46,85, en 1984. En 1983 en 1500 m había sido 4º en la Universiada de Edmonton, a 0,03 del bronce con mejor marca personal de 3:41,27. Al año siguiente realizó 3:37,53, que le valió para su selección olímpica. Su actuación en LA fue excelente. Tercero en su serie con 3:45,44 y en su semifinal con plusmarca personal de 3:36,55, se plantó brillantemente en la final, donde ocupó un magnífico 7º puesto con 3:37,02. Vera realizó un papel perfecto en los Juegos, ya que había llegado en su mejor forma en el mejor momento. Tras un año plagado por problemas físicos, en 1986, pese a realizar 3:35,86, su mejor marca en 1500 m, no acudió al Europeo al aire libre porque hubo tres atletas mejores que él. En 1987 fue 6º en el Europeo en sala, se proclamó campeón de España de 1500 m al aire libre y acudió al Mundial de Roma, pero las lesiones acabaron apartándolo de la alta competición.
En 1984 sucedió un hecho inédito. Hubo 5 atletas con mínima olímpica en 1500 m, que entonces era de 3:39,0. Además de los citados Abascal, González y Vera, el barcelonés Jaime López Egea (1955) y el madrileño José Luis Carreira (1962). Egea tuvo una buena etapa de junior, en que corrió en 1:47,9 los 800 m. Fue campeón de España de 1500 m en 1977 y de 5000 m en 1987. En 1983 se había convertido, con 3:39,71 y posteriormente con 3:39,02, en el 4º español sub3:40. En 1984 hizo 3:37,64, que resultó su mejor marca de siempre. En 5000 m realizó 13:38,49 (1985). Por su parte Carreira, también procedente del 800, corrió en 1984 en 3:38,79. Fue bronce y plata en los Europeos en sala de 1500 m de 1985 y 1986 respectivamente. Ese 1986 corrió al aire libre en 3:35,56 y fue 9º en el Europeo. Tras 2 años de ausencia reapareció en 1989 corriendo 5000 metros, prueba en la que fue campeón de España ese año y en la que tuvo una destacada actuación en la Copa del Mundo, 3º con mejor marca personal de 13:25,94.
La plusmarca de Jorge González Amo (1945) de 3:40,0, conseguida poco antes de los Juegos de México 1968, acabó mostrándose muy duradera. El madrileño Antonio Burgos (1949) se quedó muy cerca en 1972 cuando realizó 3:40,4. Pese a haber superado la mínima olímpica de 3:41,6 en dos ocasiones, la RFEA consideró que no tenía posibilidades de superar la primera ronda y no lo seleccionó para los Juegos de Múnich. Burgos fue 3 veces campeón de España de 1500 (1970, 1971, 1974). En 1974 fue 7º en los 3000 metros del Europeo en sala. Al aire libre se hizo con la plusmarca de la milla al correr la prueba en 3:59,0 (1974). El hermano menor de José María, Francisco Morera (1952) realizó 3:42,2 en 1973, año en que fue oro en el Nacional, pero no consiguió mejorar esta marca. Dos años después, en 1975, aparecían por primera vez en el Campeonato de España absoluto de 1500 dos jóvenes atletas que darían mucho que hablar, José Luis González (1957) y José Manuel Abascal (1958). Separados por unos meses de edad, aunque nacidos en años diferentes, revolucionarían en pocos años el 1500 español.
José Luis González Sánchez (Villaluenga de la Sagra, Toledo, 8 de diciembre de 1957) hizo su primera aparición internacional en el Mundial de Cross de 1975, cuando fue medalla de plata en categoría junior, justo delante del irlandés John Treacy (1957), que sería campeón absoluto en 1978 y 1979, además de plata olímpica en el maratón de LA84. González, junto con Cándido Alario (1957) 4º, Vicente de la Parte (1956) 18º y Luis Adsuara (1956) 20º, se hizo también con el bronce por equipos. En el campeonato de España absoluto en pista de ese año celebrado en Anoeta a principios de agosto, González, junior de primer año, fue 3º en un 1500 en el que se impuso el vigués Estanislao Durán (1954). Algo más de 2 semanas después tuvo lugar el Eurojunior en Atenas. González, que lideraba la lista europea junior en 5000 m con 14:00,8, compitió, sin embargo en 3000 m, distancia en la que acreditaba 8:10,8. Esta decisión resultó controvertida, a pesar del bronce que finalmente ganó el toledano en los tres kilómetros, por detrás del belga Yvan Naessens (1956) y del alemán Patrick Ilg (1957). Naessens no tuvo mucho más recorrido, no así Ilg, que fue campeón de Europa (1982) y mundial (1983) de 3000 m obstáculos.
José Manuel Abascal Gómez (Alceda, Cantabria, 17 de marzo de 1958) comenzó a practicar atletismo en Zaragoza, ciudad en la que vivía con unos tíos. En 1974 se trasladó a la residencia Blume de Barcelona, donde había conseguido una beca para entrenar con Gregorio Rojo (1920-2006), antiguo fondista olímpico en Londres 1948. En 1975, siendo aún juvenil, participó, junto con José Luis González, por primera vez en el campeonato de España absoluto de 1500 metros. Se clasificó para la final, en la que ocupó la 10ª posición. También acompañó a González al Eurojunior de Atenas. Abascal compitió en el 1500, prueba en la que fue 8º con 3:48,8, su mejor marca personal. El bronce fue para el futuro bicampeón olímpico Sebastian Coe (1956).
En 1976 ambos atletas coincidieron en categoría junior, pero entonces no había Mundial al aire libre. Abascal continuó progresando con marcas de 3:47,7 en 1500 m y 8:16,2 en 3000 m, mientras González ganaba su primer campeonato de España absoluto, con marca personal de 3:45,8. Al cántabro aún le quedaba un año en categoría junior, que sería una de las mejores temporadas de su vida. Para el toledano, sin embargo, 1977 sería un año de transición. Abascal comenzó esa temporada disputando campo a través de forma bastante exitosa. Fue subcampeón de España y 9º en el Mundial. Junto con Santiago Llorente (1958), 2º, Luis Sastre (1958), 14º, Antonio Prieto (1958), 15º, Domingo Ramón (1958), 24º, y Gerardo Martínez Manso (1958), 37º, fue también subcampeón mundial por países. Pero su principal objetivo era la pista al aire libre, que para él no pudo comenzar mejor. El 26 de junio, en un encuentro 6 naciones sub20 celebrado en Atenas, el cántabro realizaba 3:40,01. Según la, cambiante, normativa de la época, el tiempo se homologó a 3:40,0, con lo que Abascal igualaba la plusmarca española de Jorge González Amo. Su gran objetivo era el Eurojunior, que se celebraba a finales de agosto en la ciudad ucraniana de Donetz. Allí tomaría parte en la prueba de 3000 metros. El cántabro, en gran forma, ganó la segunda semifinal con 8:11,9. La final comenzó de forma lenta. Se marcó 4:08,0 al pasar por la mitad de la prueba y 5:29,3 en el segundo kilómetro. En ese momento el alemán Hanjorg Kunze (1959) dio un brusco cambio de ritmo, al que respondió Abascal, que lo pasó a falta de 300 metros y se impuso con un tiempo de 7:58,3, que superaba los 8:03,8 que Fernando Cerrada (1954) tenía como plusmarca nacional junior. Kunze, 8:01,2, perdió en los últimos metros la plata a manos de su compatriota Werner Schildauer (1959), 8:01,0. Abascal realizó una carrera perfecta, con un último kilómetro en 2:29,0, y se impuso a dos rivales de mucha altura que se convertirían en grandes fondistas.
Kunze había corrido el año anterior el 3000 en 7:56,4, plusmarca europea juvenil aún vigente. En 1981 se hizo con la plusmarca europea absoluta de 5000 m con 13:10,40, 2ª mejor marca de siempre en aquel momento. Lo hizo además derrotando al plusmarquista mundial el keniano Henry Rono (1952). Fue bronce en 10000 m en los Mundiales de Helsinki 1983 y Roma 1987 y bronce olímpico en Seúl 1988 en 5000 m. Por su parte, Schildauer tuvo una carrera más corta, si bien fructífera, con doble plata en 5000 y 10000 metros en el Europeo de Atenas 1982 y el Mundial de Helsinki 1983. Ese año, con 27:24,95 en 10000 m, se quedó a 2,48 de la plusmarca mundial de Rono.
De vuelta de Donetz, en las pistas de la Ciudad Universitaria de Barcelona, Abascal se convertía en el primer español en romper la barrera de 3:40,0, al correr los 1500 m en 3:38,2, muy cerca de la plusmarca europea junior, 3:38,1 (3:38,07), que ese mismo año había establecido el finlandés doble campeón de Europa de la categoría Ari Paunonen (1958). El tiempo de Abascal fue el 22º del mundo ese año. Campeón de Europa junior de 3000 m y plusmarquista español de 1500 m, el futuro se presentaba absolutamente esplendoroso para el cántabro, pero el camino hacia la élite resultaría mucho más duro de lo que parecía aquel 1977 lleno de éxitos.
La primera competición internacional en categoría absoluta para Abascal, ya en 1978, resultó muy esperanzadora, ya que ocupó la 4ª posición en el campeonato de Europa en sala, con plusmarca española de 3:40,3. Con esta posición, igualaba a Juan Borraz (1946), que había ocupado el mismo lugar en 1972, mejor prestación hasta entonces de un atleta español de 1500 m en un Europeo en sala. Al aire libre, sin embargo, las cosas no fueron tan bien, pese a que ganó el primero de sus 5 títulos nacionales de 1500. No pudo acercarse a su plusmarca española. Con 3:40,0 apenas mejoró su gran registro de pista cubierta. Pero lo peor para él fue sin duda la decepción que sufrió con su actuación en el Europeo de Praga, en el que quedó eliminado en la primera ronda con un pobre 10º y penúltimo puesto en su serie. El oro en la final se lo llevó la joven estrella británica Steve Ovett (1955). Curiosamente los tres atletas que precedieron a Abascal en el Europeo en sala fueron finalistas. La situación de Abascal no mejoraría en los años siguientes pues, por un lado, su progresión cronométrica fue muy escasa y, por otro, perdió la hegemonía española a manos de José Luis González. El toledano había llevado su plusmarca personal de 1500 m a 3:43,4 en 1978. En ese momento aún no se había decidido por el 1500 o por distancias superiores, pero cuando finalmente tomó partido por el kilómetro y medio, los éxitos no se hicieron esperar.
En 1979 tanto Abascal como González dedicaron la temporada invernal al campo a través. Abascal, en su única incursión como senior, fue segundo, tras Fernando Cerrada, en el campeonato de España, en el que González abandonó. El toledano, sin embargo, tendría una destacada actuación en el Mundial, donde fue 15º. Ya al aire libre, González comenzó mejorando su marca personal de 1500 a 3:41,3 en una semifinal de la Copa de Europa (competición antecedente del actual Campeonato de Europa por Equipos). Poco después bajaba con 3:39,4 de 3:40 por primera vez. En el campeonato de España se hizo con su segundo oro derrotando a Abascal. Posteriormente en Londres superaba en dos ocasiones el tope nacional de la milla, que tenía Antonio Burgos, prueba de la que González siempre fue un apasionado. En numerosas ocasiones afirmó que él habría eliminado el 1500 y habría dejado solo la milla. El 27 de agosto en un encuentro internacional con Inglaterra, Polonia y Suiza se impuso en la milla con 3:58,91, derrotando a Brendan Foster (1948). 4 días después, en el mismo escenario marcó 3:55,77 (3:40,2+), en una carrera ganada con 3:49,57 por Ovett. En ese momento de la temporada, el toledano estaba preparado para intentar la plusmarca española de 1500 m de Abascal. Y sucedió en Bruselas, el 4 de septiembre, en un 1500 donde nuevamente se impuso Ovett con 3:32,11 (a 0,08 de la plusmarca mundial) en el que González fue 5º con 3:36,32, tiempo que superaba por casi 2 segundos la anterior plusmarca española de Abascal. El cántabro fue 8º con 3:37,93, mejorando también su anterior tope nacional. La plusmarca de González fue la 12ª mejor marca mundial de esa temporada.
El año siguiente, 1980, era olímpico. Los Juegos, que se celebrarían en Moscú, finalmente se quedaron muy devaluados por el boicot que llevaron a cabo Estados Unidos y gran parte de los países occidentales. España acudió con bandera olímpica, lo mismo que Gran Bretaña, lo que permitió al mundo contemplar el doble duelo de los dos grandes del medio fondo, los británicos Steve Ovett y Sebastian Coe. Entonces los españoles Abascal y González estaban aún muy lejos de los dos fenómenos británicos. El boicot probablemente apenas afectaría a los medallistas, pero sí podría facilitar el acceso a la final, que era el objetivo de los españoles. González acudía a los Juegos con una mejor marca del año de 3:36,57, mientras Abascal había marcado 3:38,5. El cántabro no pudo pasar de la primera ronda, cosa que el toledano hizo con bastante dificultad. En su semifinal, sin embargo, solo pudo ser 8º. En Moscú solo se clasificaban 9 atletas para la final. Curiosamente si hubiesen sido 12 los finalistas, González habría entrado. Los dos mediofondistas españoles se enfrentaron de nuevo en el campeonato de España, celebrado después de los Juegos, con nueva victoria del toledano. Posteriormente en un control en el estadio Joan Serrahima de Barcelona, González volvía a mejorar su plusmarca nacional hasta 3:35,1. Abascal fue 2º con 3:37,4, mejor marca personal. El tiempo del toledano volvió a ser el 12º de ese año.
La tónica de ambos atletas españoles continuó en 1981. Abascal siguió progresando muy lentamente, mientras que una nueva mejoría de González ya le permitió instalarse entre los mejores del mundo. La de 1981, pese a resultar corta por una lesión, fue una de las mejores temporadas del toledano. Entonces en los años posolímpicos no había campeonatos internacionales importantes por lo que los atletas bien se tomaban un año sabático, bien trataban de mejorar sus marcas. Esta temporada fue la de la lucha por la primacía mundial en la milla entre Coe y Ovett, eso sí, sin enfrentamientos directos. Esto dio lugar a grandes carreras en los que no solo los dos protagonistas mejoraron. Una de estas pruebas tuvo lugar en Estocolmo, en la reunión DN Galan, el 7 de julio. Fue el único intento ese año de plusmarca mundial de 1500 m por parte de Sebastian Coe. Coe había sido plusmarquista en 1979 con 3:32,03, hasta 1980, cuando Steve Ovett corrió en 3:31,36. La carrera fue una locura, con pases de la liebre en 52,43 y 1:49,18. Coe, ya en solitario, cruzó los 1000 m en 2:18,81 y los 1200 en 2:48,32. Le bastaba un último 300 en 41 segundos, pero acabó pagando el ritmo excesivo y, aunque hizo plusmarca personal de 3:31,95, no pudo con el tiempo de su compatriota. Este fue el 1500 más rápido de Coe hasta 1986. González, que se mantuvo a una prudente distancia del británico, ocupó la tercera posición con una nueva plusmarca nacional de 3:34,41. El tiempo del toledano era el 19º de todos los tiempos en aquel momento y acabó el 7º de ese año. Abascal también tomó parte en esa carrera, 7º con 3:39,28.
Tan solo 3 días después González realizó la que fue su mejor carrera hasta entonces. En los Bislett Games de Oslo, Steve Ovett trataba de mejorar su propia plusmarca mundial de 3:48,8 en la milla, conseguida en el mismo escenario el año anterior. Se montó una carrera de altísimo nivel con pasos cada cuarto de milla en 56,69, 1:55,15 y 2:53,3. González hizo una prueba magnífica con una última recta trepidante en que adelantó a 3 rivales. Solo se le resistió un entonces inabordable Ovett, que ganó con 3:49,25, a 0,46 de su primado mundial. El toledano fue 2º con 3:49,67 (3:34,9+), y se convertía en el 4º atleta en la historia en correr la milla por debajo de 3:50,0.
Con esta marca en la milla, es probable que González hubiese podido correr los 1500 m en menos de 3:33,0 ese mismo año, pero una lesión hizo que tuviese que poner fin prematuramente a su temporada al aire libre. Esto facilitó que Abascal se proclamase fácilmente por segunda vez campeón de España. Poco después, en su pista talismán de la Ciudad Universitaria de Barcelona, el cántabro mejoraba su plusmarca personal a 3:36,6. Las cosas, sin embargo, no iban demasiado bien para él. Había sido un junior excepcional, pero tras 4 años su mejoría cronométrica había sido de solo 1,6 s y su rendimiento en los grandes campeonatos muy discreto. Su rival José Luis González, sin embargo, había tenido una excelente progresión y se había colocado entre los mejores. Pero las cosas iban a cambiar muy pronto para Abascal.
José Luis González no había podido mejorar su 15º puesto del Mundial de Cross de 1979. Sin embargo sus éxitos continuaron en esta modalidad con sus victorias consecutivas en los campeonatos de España de 1980 y 1981. En 1982, por primera vez, decidió competir en pista cubierta, que tantas alegrías le daría. Ese año el Europeo en sala se celebraba en Milán. Allí, una vez más, González coincidiría con Abascal, quien tras su 4º puesto en 1978 había participado en las ediciones de 1980 y 1981. Cada uno de ellos se impuso en su semifinal. Abascal, con 3:40,14, superaba su plusmarca nacional, que duró escasamente 24 horas. Al día siguiente en una rapidísima carrera González se hacía con el oro marcando unos excelentes 3:38,70, mientras Abascal era 2º con 3:38,91.
Era un buen augurio para el Europeo al aire libre, que se celebraría en septiembre en Atenas. Para González, sin embargo, la temporada se terminó en Milán, pues problema físicos serios lo dejaron fuera de combate el resto del año. Abascal, por su parte, diseñó la temporada al aire libre para llegar al máximo en el Europeo de Atenas.
En el campeonato de España, celebrado en Santiago de Compostela, donde se inauguraban las pistas sintéticas de la entonces Residencia Universitaria, el cántabro ganó con plusmarca de los campeonatos de 3:37,97. Contó con la inesperada ayuda del atleta local Benjamín Fernández (1955), un exciclista que apenas llevaba un año haciendo atletismo e impuso un ritmo suicida. Tres días después Abascal ganó la serie B del 1500 de Zúrich con 3:38,33. Sus credenciales para el Europeo no eran, por lo tanto, impresionantes. En la misma reunión de la ciudad suiza, el británico Steve Cram (1960), 8º en Moscú, se imponía en la serie A con plusmarca personal de 3:33,66. Tras la ausencia de Ovett por lesión y la renuncia en el último momento de Coe por enfermedad, Cram era el gran favorito para el oro en Atenas.
En el Europeo se organizaron 3 semifinales. Abascal se mostró en buena forma al imponerse en la segunda con 3:40,32. Era la primera vez que superaba una ronda en un gran campeonato al aire libre. Cram, por su parte, ganó la tercera con el mejor tiempo, 3:38,06. La final se corrió a ritmo medio, con pases de 58,66 y 1:59,34, con Cram y Abascal siempre cerca de las primeras posiciones. Con 900 metros de carrera y Cram ya en primera posición, el escocés Graham Williamson (1960), que se había acercado a la cabeza, sufría una aparatosa caída que obligaba a Abascal a perder un tiempo precioso, mientras Cram se iba. A falta de una vuelta Cram tenía una ventaja de unos 18 metros sobre el irlandés Ray Flynn (1957) y Abascal. El británico pasaba los 1200 metros en 2:54,35, muy por delante de Flynn y de Abascal, que enseguida se colocaba en la segunda posición. A falta de 200 metros el británico comenzaba a dar muestras de flaqueza, mientras su ventaja iba mermando. Abascal, con el soviético bronce en 800 m en Moscú, Nikolai Kírov (1957) pisándole los talones, se lanzaba por Cram en la última recta pero el británico conseguía mantener la primera posición y se hacía con el oro en 3:36,49. El tremendo esfuerzo de Abascal en pos del oro finalmente le pasó factura y vio cómo en el último momento lo sobrepasaba Kírov, plata con 3:36,99, mientras el cántabro se llevaba un merecidísimo bronce con 3:37,04. Es probable que sin la caída de Williamson el resultado hubiese sido otro. Lo cierto es que Abascal hizo uno de los mejores campeonatos de su vida y en aquel momento Cram no era tan superior como en años venideros. Abascal se convertía, de esta manera no solo en el primer medallista español en un Europeo al aire libre en 1500 m, sino también en el primer finalista. 16 años antes, en el Europeo de 1966, Alberto Esteban (1943) había sido el primer mediofondista español finalista en un Europeo, 7º en 800 metros.
Tras su actuación en Atenas, parecía claro que la mejor marca de Abascal se quedaría obsoleta en breve y que podría incluso intentar la plusmarca española de González. Así sucedió unos días después, en Roma, en una carrera con pases de 55,44, 1:53,21 y 2:50,59, Abascal superaba por segunda y última vez la plusmarca española de 1500 m con 3:33,12, muy cerca del vencedor, el alemán Thomas Wessinghage (1952), 3:32,85. La marca de Abascal era la 4ª de 1982 y la 10ª de siempre. Después de 4 temporadas de dudas y decepciones, Abascal entraba por la puerta grande en la élite mundial, donde ya estaba José Luis González. Ahora ambos atletas ya no lucharían solo por el primado español sino también por los puestos de honor en los grandes campeonatos. Y el primero de estos campeonatos tendría lugar al año siguiente en Helsinki, donde se celebraría el primer Mundial de Atletismo en pista al aire libre.
Aunque en las últimas dos temporadas nos hemos acostumbrado a ver ganar a Ruth Beitia (1979) y posteriormente a Orlando Ortega (1991) en las reuniones de la Liga de Diamante, no suele ser habitual que los españoles ocupen los primeros puestos en grandes reuniones internacionales. Lógicamente aún es más infrecuente que atletas españoles hagan un doblete. Pues bien, esto fue lo que ocurrió en la prueba de 5000 metros de Oslo el 4 de julio de 1987. Los duelos entre José Luis González Sánchez (Villaluenga de la Sagra, Toledo, 8 de diciembre de 1957) y José Manuel Abascal (Alceda, Cantabria, 17 de marzo de 1958) habían llevado al 1500 español a la élite mundial. Ambos habían rebajado la plusmarca española de 3:40,0 a los 3:30,92 que tenía entonces González. Abascal había corrido en 3:31,13. Eran la 5ª y la 6ª mejores marcas de siempre. Se decía que ambos acabarían compitiendo en 5000 metros, prueba en la que el toledano era también plusmarquista español con 13:15,90 (Oslo, 27 junio 1985) y el cántabro acreditaba 13:17,71 (Cork, 8 julio 1986).
El primer español en bajar de 14 minutos había sido Francisco Aritmendi (1938). El 4 de julio de 1964, unos meses después de haber ganado el Cross de las Naciones, corrió la distancia en 13:53,4. Dos años después Javier Álvarez Salgado (1943), que entonces alternaba el 5000 con los obstáculos, realizó la primera plusmarca española de las 5 con las que llevó el tope nacional de 13:53,0 en ese 1966 a 13:28,4 el 10 de septiembre de 1971, 4ª mejor marca de esa temporada. En el Europeo de ese año, en un 5000 de gran nivel, Salgado ocupó una excelente 5ª plaza. Mariano Haro (1940), más centrado en el 10000, superó el tiempo de Salgado al año siguiente con 13:26,0 (13:26,03, Londres, 14 julio 1972). Salgado contraatacó en Oslo 5 días después. Ganó la prueba con su mejor marca, 13:26,4, pero no pudo recuperar el primado nacional. Los tiempos de ambos españoles eran entonces el 9º y 11º de siempre. Ambos se clasificaron para la final olímpica de 5000 metros. Haro, tras su 4º puesto en 10000 no salió y Salgado fue 10º. El siguiente plusmarquista nacional fue Fernando Cerrada (1954). Cerrada había sido el primer campeón de Europa junior de la distancia, en 1973. Registró 13:24,31 (La Haya, 25 junio 1977) y 13:23,58 (Lausana, 14 julio 1981). Dos años después, tras hacerse con la plusmarca española de 10000 metros en 27:43,66, Antonio Prieto (1958) se hizo también con la de 5000 metros en 13:18,53 (Rieti, 4 septiembre 1983), vigente hasta que González realizó en 1985 los 13:15,90 ya reseñados.
Tras un verano de 1986 agridulce en el que Abascal no entró en la final del Europeo y González no entró en las medallas, la temporada de 1987 estaba siendo muy buena para ambos. Abascal había sido subcampeón mundial en sala en 1500 metros y González campeón de Europa de 3000 m también en pista cubierta. Durante 2 temporadas los dos campeonatos bajo techo coincidieron. Ambos atletas se presentaban en Oslo tras haber sido clave para que España se mantuviese en la primera división de la Copa de Europa, competición antecesora de la Superliga Europea. González había ganado el 1500 derrotando al campeón de Europa y del mundo Steve Cram (1960), en una carrera táctica con un último 400 alrededor de 50 segundos, y Abascal se había hecho con la victoria en el 5000 por delante del medallista de bronce en Stuttgart Tim Hutchings (1958), actual comentarista de Eurosport. En aquellos años, en Oslo se celebraban dos grandes reuniones: la Reunión Internacional a principios de julio y los Bislett Games a finales del mismo mes. Aquella Reunión Internacional de 1987 había tenido un nivel altísimo: el marroquí Said Aouita (1959) había ganado el 1500 con la que sería la mejor marca del año, 3:30,69, y Cram se había impuesto en la milla con 3:50,08.
González y Abascal se presentaron en Oslo con la intención de superar la plusmarca del toledano. La calidad media de los participantes era bastante alta. Estaban el irlandés Frank O’Mara (1960), campeón mundial de 3000 m en sala, el estadounidense Sydney Maree (1956), acreditado en 13:01,15, o el entonces mexicano Arturo Barrios (1962), futuro plusmarquista mundial de 10000 metros. La prueba comenzó a buen ritmo con los atletas bastante estirados. Los dos españoles estuvieron en todo momento bien colocados cerca de la cabeza. Los pases cada kilómetro fueron 2:37,43, 5:16,15 (2:38,72), 7:56,85 (2:40,70) y 10:41,06 (2:44,21). Del segundo al cuarto kilómetro el ritmo decayó notablemente. Tras la retirada de la segunda liebre, Dean Crowe, al pasar por los 3000 metros, González tomó la cabeza durante media vuelta. A continuación se colocó primero Arturo Barrios, que mantuvo esa posición 4 vueltas, hasta que, a falta de 200 metros González cambió de ritmo, seguido de Abascal. El toledano entró primero con 13:12,34, nueva plusmarca española, con el cántabro segundo en 13:12,49. De los 9 primeros, menos Maree, 8 hicieron su mejor marca personal. Estos fueron los resultados:
José Luis González ESP 13:12,34
José Manuel Abascal ESP 13:12,49
Frank O’Mara IRL 13: 13,03
Arturo Barrios MEX 13:13,72
Fethi Baccouche TUN 13:13,94
Pascal Thiebaut FRA 13:14,60
Sydney Maree USA 13:15,07
John Gregorek USA 13:17,44
Brahim Boutayeb MAR 13:17,47
Vincent Rousseau BEL 13:33,25
Los tiempos de González y Abascal fueron el 19º y 20º de siempre en ese momento. Acabaron en 3ª y 4ª posición en la lista mundial de ese año 1987, que encabezó Said Aouita con su flamante plusmarca mundial de 12:58,39, primer sub13 de la historia. Pese a esta gran actuación, ninguno de los dos españoles hizo fortuna en el 5000. González se proclamó ese año subcampeón mundial de 1500 metros, detrás del somalí Abdi Bile (1962). Siguió compitiendo hasta 1992, pero siempre en 1500 metros o en 3000 metros en sala. Abascal, por su parte, sufrió poco después de la carrera de Oslo una grave lesión que acabó precipitando su retirada 2 años después.
La plusmarca nacional de González estuvo 9 años vigente, hasta el 8 de julio de 1996, cuando Enrique Molina (1968) corrió en 13:11,05 en Estocolmo. Menos de un año después, el 5 de junio de 1997 Anacleto Jiménez (1967) realizó en Roma 13:08,30. Molina, nuevamente en Estocolmo, el 7 de julio de ese mismo año, recuperó el primado español con 13:07,34. Las tres últimas plusmarcas están envueltas en la sombra de una duda, ya que sus autores son atletas que estuvieron suspendidos por dar positivo en controles antidopaje. Alberto García registró 13:04,64 (Roma, 14 julio 1998) y 13:02,54 (Roma, 29 junio 2001) y el etíope nacionalizado español Alemayehu Bezabeh (1986) hizo 12:57,25 (Oslo, 4 junio 2010). El madrileño Jesús España (1978), campeón de Europa de la distancia en 2006 y subcampeón en 2010, corrió en 13:04,73 (Mónaco, 22 julio 2011), con lo que se convirtió en el español que más rápido ha corrido la prueba y que no ha tenido problemas con los controles.
Resultó emocionante ver a los dos españoles entrar en las dos primeras posiciones en el 5000 de Oslo aquel año. Hoy día, con el ascenso del atletismo africano y el declinar del europeo, resulta complicado imaginárselo. Confiemos en que vengan tiempos mejores.