Roger Moens y Tom Courtney, el duelo olímpico frustrado

El 3 de agosto de 1955, en el estadio Bislett de Oslo tenía lugar una carrera de 800 m que se esperaba histórica. El belga Roger Moens (1930) parecía en condiciones de acercarse a la mítica plusmarca mundial del alemán Rudolf Harbig (1913-1944). Harbig había corrido en Milán, el 15 de junio de 1939, en 1:46.6, nada menos que 1.8 menos que el anterior tope mundial del británico Sydney Wooderson (1914-2006). Moens había realizado el mes anterior 1:47.0 y tenía la competencia del noruego Audun Boysen (1929-2000), medalla de bronce en el Europeo de 1954, donde había realizado plusmarca personal de 1:47.4. La carrera contó con el noruego Finn Larsen (1932) para avivar el ritmo los primeros 400 m, que cruzó en 52.0, con Moens prácticamente a su altura y Boysen un poco más atrás en 52.6. El belga se colocó a continuación en cabeza. Manteniendo un buen ritmo terminó la segunda vuelta en 53.7, con lo que sumó un tiempo de 1.45.7, 0.9 menos que el registro de Harbig. Boysen hizo la segunda parte de la prueba más rápido que Moens, en 53.3, y acabó acercándose peligrosamente al nuevo plusmarquista mundial con 1:45.9.

La plusmarca de Harbig se consideró durante mucho tiempo uno de esos tiempos imposibles. Hasta 1953 ningún otro atleta había conseguido correr por debajo de 1:48.0. Ese año el campeón olímpico de 800 m en 1948 y 1952, el estadounidense Mal Whitfield (1924-2015), registró 1:47.9 de paso para la plusmarca mundial de las 880 yardas (804.672 m), 1:48.6, mucho más asequible que la de 800 m. Las cosas comenzaban a cambiar, como se confirmó en el campeonato de Europa de 1954. El favorito era Roger Moens, que había realizado unos días antes, en el campeonato de Bélgica, 1:47.5, segunda mejor marca de siempre en aquel momento. Moens había tomado parte en los 400 m de los Juegos Olímpicos de 1952. Su gran salto de calidad ocurrió al año siguiente, cuando mejoró desde 1:52.6 a 1:48.8. La final del Europeo resultó magnífica, pero no para Moens. Audun Boysen dio paso al primer 400 en 52.4, con cinco hombres en un pañuelo, Moens, su compatriota Lucien DeMuynck (1931-1999), el húngaro Lajos Szentgáli (1932-2005) y el británico Derek Johnson (1933-2004). La posiciones se mantuvieron hasta la última recta, donde los cinco pelearon duramente por la victoria, que acabó siendo para Szengáli, 1:47.1, por delante de DeMuynck, 1:47.3. Boysen fue bronce con el mismo tiempo que Johnson, 1:47.4, mientras Moens era quinto con 1:47.8. Los cuatro primeros se colocaban inmediatamente detrás de Harbig en la lista mundial de entonces.

En Estados Unidos, mientras tanto, los 800 m/880 y también se iban moviendo. El 26 de marzo de 1955 Lonnie Spurrier (1932-2015) corría la distancia imperial en 1:47.5, nueva plusmarca mundial equivalente a 1:46.8 en la distancia métrica. En los campeonatos de Estados Unidos de ese mismo año de 880 yardas, Spurrier no pudo pasar de la quinta plaza, en una carrera ganada por Arnie Sowell (1935) con 1:47.6, con Tom Courtney (1933) segundo, 1:48.0. Tras esta carrera, Courtney emprendió una gira de un mes por Europa, donde se encontró a Moens por primer vez, que lo derrotó. Unos días después mejoró en 800 m hasta 1:46.8.

El año olímpico de 1956 mostró la superioridad de Courtney en Estados Unidos. Se impuso en los 400 m de los campeonatos nacionales con 45.8 el 23 de junio. En las pruebas de selección, el 30 de junio, se encontró con un 800 rapidísimo en el que Sowell pasó los 400 m en 51.7. Tras un infructuoso ataque de Whitfield en la contrarrecta, la carrera se convirtió en un mano a mano entre Sowell y Courtney, con victoria de este y plusmarca estadounidense de 1:46.4, 0.5 menos que Sowell. Whitfield fue sexto.

Por su parte Moens, que el 1 de junio, había resultado derrotado por Courtney en una prueba de 880 yardas, ambos con 1:49.0, también se preparaba para los Juegos Olímpicos, con tiempos de 1:47.2 el 30 de junio, 1:47.3 el 5 de agosto y de nuevo 1:47.2 el 20 de agosto. La desgracia quiso, sin embargo, que poco antes de los Juegos de Melbourne se lesionase de gravedad en un pie, lo que le impidió intentar el oro olímpico. Aunque era el máximo favorito, no lo habría tenido nada fácil ante Courtney, Johnson, Boysen o Sowell. Los cuatro se clasificaron fácilmente para la final del 26 de noviembre, donde Sowell tomó la cabeza en 52.8. Los otros tres se mantuvieron cerca del estadounidense hasta la última curva, en que Courtney trató de sobrepasarlo, pero no lo consiguió hasta la última recta, donde daba un fuerte viento de cara. Los últimos metros fueron un tremendo mano a mano entre Courtney y Johnson, con victoria final para el primero, 1:47.7, frente a 1:47.8. Boysen, finalmente, consiguió dejar a Sowell fuera del podio, 1:48.1 frente a 1:48.3. Unos días después, Courtney, formando parte del cuarteto de su país, se hacía con su segunda medalla de oro olímpica, en el relevo 4 x 400.

Siempre quedará la duda de qué habría ocurrido si Moens hubiese estado en la final olímpica. El belga no volvió a correr como en 1955. No obstante en 1957 realizó 1:46.0 y 1:46.5 en 1960. Precisamente el tiempo de 1:46.0 le sirvió para derrotar a Courtney en la mejor temporada del estadounidense. Fue el 31 de julio en Oslo, donde Courtney sufrió una de sus escasas derrotas esa temporada, por 0.2. En mayo había hecho plusmarca mundial de las 880 yardas en 1:46.8 y unos días antes del duelo con Moens había mejorado en 800 m hasta 1:46.0. El 9 de agosto, nuevamente en Oslo, Courtney se quedó a un suspiro del primado mundial de Moens. Probablemente el paso demasiado rápido de la liebre, el estadounidense Reggie Pearman (1924-2012), de 50.7 en la mitad de la carrera le impidió conseguirlo. Aun así, Courtney corrió en 1:45.8, 0.1 más que Moens. Se repitió el podio de Melbourne, con Johnson segundo, 1:46.6, plusmarca personal, y Boysen tercero, 1:47.3. Courtney compitió la temporada de 1958 antes de retirarse. Ese año acreditó 1:46.8.

En cuanto a Moens, se perdió el Europeo de 1958 por lesión, pero se preparó a conciencia para los Juegos Olímpicos de 1960. Era el gran favorito para el oro. No dio ninguna importancia a un desconocido neozelandés de 21 años llamado Peter Snell (1938-2019), que lo sobrepasó en la semifinal haciendo marca personal de 1:47.2. A priori, el rival más duro para Moens parecía el jamaicano George Kerr (1937-2012), acreditado ese año en 1:46.4. En la final el suizo Christian Wägli (1934-2019) se colocó en cabeza desde el inicio, pasando en 51.9 por la mitad de la prueba, y se mantuvo hasta los últimos 100m, momento en que Moens lo sobrepasó. Parecía que por fin ganaría el oro olímpico, pero, a falta de 20 metros, Peter Snell se le echó encima por la cuerda y consiguió vencer inesperadamente, con nueva plusmarca personal, 1:46.3 (1:46.48), 0.2 menos que Moens.

Moens acabaría como un grande de su prueba sin el máximo galardón olímpico. Corrió una temporada más y se retiró. Tanto su plusmarca de 800 m, como la de Courtney de las 880 yardas cayeron el mismo día. El 3 de febrero, en la pista de hierba de Chistchurch, Peter Snell se hizo con la plusmarca mundial de las 880y, 1:45,1, y de paso pulverizó la de 800 m, al registrar al paso 1:44.3.

Veinte años después de ganar el oro olímpico, Courtney volvió al estadio de Melbourne donde resumió perfectamente lo que siente el atleta por su deporte:

Ya es un mundo perdido, pero aún disfruto yendo a correr a la pista de mi barrio e imaginándome cuando me falta media vuelta para terminar que estoy volviendo a correr los últimos 200 metros de la mejor época de mi vida.

Siempre quedará la duda de qué habría pasado esos últimos 200 metros de haber estado Roger Moens en la carrera, un gran duelo olímpico… frustrado.

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Rudolf Harbig, un adelantado a su época, en una época trágica

De vez en cuando surgen atletas que dan lugar a un enorme salto de calidad de la prueba o pruebas a las que se dedican, con registros muy superiores a los de sus coetáneos. Esto sucedió con la plusmarca mundial de 1:46.6 realizada por el alemán Rudolf Harbig en Milán el 15 de junio de 1939. El tiempo de Harbig superaba el anterior tope universal del británico Sydney Wooderson (1914-2006) en nada menos que 1.8 segundos. El alemán estaba llamado a marcar una época en los 400 y en los 800 m, pero la Segunda Guerra Mundial acabó con su carrera atlética y finalmente con su vida.

Rudolf Waldemar Hardig había nacido en Dresden el 8 de noviembre de 1913. Desde muy joven se dedicó al deporte, compatibilizando el atletismo con el balonmano. En 1932, ante la falta de oportunidades laborales en una situación económica mundial muy compleja se enroló en el ejército. Pudo seguir practicando atletismo y compitiendo. En 1934 bajó por primera vez de 2 minutos, lo que llamó la atención del Dresdner Sporting Club y del entrenador Woldemar Gerschler (1904-1982). Con este club y este entrenador, comenzó a prepararse para los Juegos Olímpicos de 1936. Su ritmo de entrenamientos hizo que dejase el ejército en 1935. Mejoró a 1:54.1 ese año y a 1:52.2 el año olímpico. Su actuación en los Juegos, sin embargo, no fue buena. Ocupó el 6º puesto en la primera serie de los 800 m, si bien lo pudo compensar en parte con la medalla de bronce en el relevo 4 x 400 m.

Harbig continuó progresando en 1937. Siguió dedicando la mayor parte de su atención a los 800 m, distancia que corrió en 1:50.9, pero también centró sus esfuerzos en los 400 m, prueba en la que realizó 47.8. El año siguiente de 1938 tendría lugar en París el segundo campeonato de Europa al aire libre. Unos días antes había mejorado en 400 m hasta 46.8. Debido a que las pruebas de los 400 y los 800 m se celebraban en mismo día, Harbig prefirió la distancia más larga y el relevo. En la doble vuelta se enfrentó al que sería su gran rival los años siguientes, el italiano subcampeón olímpico de los 800 m Mario Lanzi (1914-1980). Lanzi pasó la primera vuelta de la carrera definitiva en 53.3, pero no pudo con el empuje del alemán, oro con su mejor marca, 1:50.6. El italiano, tercero con 1:52.0, acabó cediendo la plata al francés Jacques Lévèque (1917-2013), 1:51.8. Harbig repitió oro en el relevo largo.

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Rudolf Harbig venciendo en los 800 m del campeonato de Europa de 1938

La temporada de 1939 fue la mejor de siempre para el alemán. El haberse encontrado a Lanzi en plena forma condicionó, sin duda, que ambos se hiciesen mejores mutuamente. Harbig había progresado hasta 1:49.4 antes del 15 de julio, fecha en que sucedió el mejor duelo entre ambos corredores. En el Milan Arena, un viejo estadio construido en 1807, con una pista de tierra de 500 m de cuerda, tenía lugar un encuentro internacional entre Alemania e Italia. Habría un doble duelo entre los dos corredores, en días consecutivos, en 800 y 400 m. En la doble vuelta, Lanzi salió decidido a imponer un fuerte ritmo que dejase atrás al alemán. Pasó el primer 200 en 24.6, 52.5 la primera vuelta y 1:19.8 los 600 m. Harbig no se separó de él en ningún momento. El italiano se mantuvo en cabeza hasta la última recta, 1:33,4, pero no pudo resistir el ímpetu del alemán, que se fue como un cohete hasta la meta concluyendo en unos entonces estratosféricos 1:46.6, nueva plusmarca mundial. Harbig se convertía en al primer atleta en bajar de 1:48.0 y de 1:47.0.

No se pudo desquitar el italiano al día siguiente en la prueba de 400 m. Ambos marcaron 46.7, que igualaba la plusmarca europea, pero el alemán había llegado antes. Harbig, en una extraordinaria forma, decidió ir por la plusmarca mundial de los 400 m. Solamente dos atletas lo habían conseguido previamente, los estadounidenses Ted Meredith (1891-1957), en la década de 1910, y Ben Eastman (1911-2002), en la década de los 30, si bien este de forma no simultánea. Lanzi volvió a actuar de liebre involuntaria, en la calle 6, mientras Harbig iba en la 3. Como en la carrera de la plusmarca mundial de 800, el italiano fue en cabeza hasta la última recta con pases de 11.2, 21.7 y 33.5, por 11.3, 22.0 y 33.6 del alemán. Pero no hubo duelo en los postreros 100 m, pues Harbig se fue a 46.0, nuevo tope universal, mientras Lanzi se quedaba en 47.2.

Pese al estallido de la Segunda Guerra Mundial y a ser movilizado a finales de 1940, Harbig siguió corriendo hasta 1942, con mejores marcas anuales de 47.0 y 1:47.8 (1940), 46.7 y 1:49.2 (1941) y 47.9 y 1:51.9 (1942). Murió el 5 de marzo de 1944 combatiendo en el Frente Oriental, en Ucrania, en circunstancias desconocidas.

Rudolf Harbig fue un adelantado a su época, en una época trágica, que le acabó quitando la vida. Su extraordinaria plusmarca mundial de 800 m estuvo vigente hasta el 3 de agosto de 1955, cuando en Oslo el belga Roger Moens (1930) paró el crono en 1:45.7. Harbig fue el último plusmarquista mundial de 400 y 800 m. El que más se acercó desde entonces a esta doble plusmarca fue el cubano Alberto Juantorena (1950), quien en los Juegos Olímpicos de 1976 corrió los 400 m en 44.26, mejor tiempo de siempre al nivel del mar y 3ª marca de la historia, y los 800 m en 1:43.50, nueva plusmarca mundial. El estadio municipal de Dresden lleva el nombre de Rudolf Harbig.

Los bicampeones olímpicos de 800 metros (y II)

A mediados de los 50 los mejores atletas de 800m estaban preparados para superar la plusmarca de Rudolf Harbig de 1:46,6. El encargado de llevarlo a cabo fue el belga Roger Moens (1930). El 3 de agosto de 1955 en Oslo corrió la distancia en 1:45,7, 0,2 más que el noruego Audun Boysen (1929-2000), segundo. El pase por el 400 fue de 52,0. Moens, lesionado, no pudo acudir a los Juegos de Melbourne 1956. El ganador fue el estadounidense Tom Courtney (1933), que se impuso en un final muy apretado al británico Derek Johnson (1933-2004), 1:47,7 por 1:47,8. Boysen fue 3º. Courtney se acercó peligrosamente a la plusmarca de Moens en 1957, cuando realizó 1:45,8 (50,7+55,1), pero para los Juegos de Roma 1960 ya se había retirado. El 800 de los Juegos parecía que sería un duelo entre un recuperado Moens y el jamaicano George Kerr (1937-2012), que alternaba con éxito el 400, 45,8 y el 800, 1:46,4. Kerr ganó la primera semifinal, tras dos rondas previas, con 1:47,1. En la segunda, el vencedor fue un neozelandés desconocido llamado Peter Snell (1937), que realizó 1:47,2, su mejor marca. Ya había mejorado en la primera ronda. Moens fue segundo, pero no dio demasiada importancia al joven Snell. En la final el suizo Christian Wägli (1934) se colocó en cabeza desde el inicio y se mantuvo hasta los últimos 100m, momento en que Moens lo sobrepasó. Parecía que por fin ganaría el oro olímpico, pero al falta de 20 metros Peter Snell se le echó encima por la cuerda y consiguió vencer inesperadamente, con nueva plusmarca personal, 1:46,3. Moens se despedía de los Juegos sin el oro olímpico y Snell comenzaba su fructífero reinado en las dos vueltas:

  1. Peter Snell NZL 1.46,3
  2. Roger Moens BEL 1.46,5
  3. George Kerr JAM 1.47,1
  4. Paul Schmidt RFA 1.47,6
  5. Christian Wägli SUI 1.48,1
  6. Manfred Matuschewski RDA 1.52,0

Peter George Snell había nacido en Opunake, a unos 250 Km de Wellington (Nueva Zelanda) el 17 de diciembre de 1938. Fue un corredor de 800m y 1500m que cambió el entrenamiento del mediofondo. Hasta entonces los corredores de 800m se parecían más a los de 400m. Arthur Lydiard (1917-2004), el entrenador de Snell , basaba la preparación de la prueba en mejorar la resistencia sin descuidar la velocidad. Snell se presentó en los Juegos de Roma con una marca discreta de 1:49,2 en las 880y, pero demostró que su método de entrenamiento funcionaba.

En 1961 Snell derrotó a Moens en varias reuniones. En 1962 comenzó a correr la milla. El día de Año Nuevo corrió la distancia en 4:01,3. El 27 de enero, en la pista de hierba de 352 metros de Wanganiu (NZ) superó la plusmarca mundial de Elliott por una décima, con 3:54,4, 3:39,3 en 1500 al paso. Una semana después, el 3 de febrero, en la pista de hierba de Chistchurch, se hizo con la plusmarca mundial de las 880y, 1:45,1, y de paso pulverizó la plusmarca de Moens, al correr el 800 al paso en 1:44,3. Curiosamente eligió los Juegos de Tokio para hacer su primer 1500. Hasta entonces solamente había corrido la distancia británica. Llegó a Tokio con intención de realizar el doblete en ambas pruebas del mediofondo, cosa que no se conseguía desde que Albert Hill (1889-1969) lo hiciera en 1920. Para ello incrementó en las 10 semanas previas su número de kilómetros, con una media diaria de 23. Su entrenamiento dio muy buen resultado, ya que se llevó los dos oros, tras correr seis carreras en una semana con los tiempos 1:49,8, 1:46,9, 1:45,1, 3:46,8, 3:38,8, 3:38,1. Su victoria en 800 se cimentó en el cambio que realizó a falta de 250m, sobrepasando al keniano Wilson Kiprugut (1938), en cabeza desde la salida. Snell ganó con parciales de 400m de 52,8 y 52,3, haciendo la segunda mejor marca de siempre, lo que da una idea de su superioridad. Los resultados del 800 fueron:

  1. Peter Snell NZL 1.45,1
  2. Bill Crothers CAN 1.45,6
  3. Wilson Kiprugut KEN 1.45,9
  4. George Kerr JAM 1.45,9
  5. Thomas Farrell USA 1.46,6
  6. Jerry Siebert USA 1.47,0
  7. Dieter Bogatzki FRG 1.47,2
  8. Jacques Pennewaert BEL 1.50,5

Unos días después de los Juegos, el 17 de noviembre, en la pista de ceniza de Auckland, Snell superó su plusmarca de la milla, con 3:54,1. Pasó los 1500 en 3:37,6, que sería su tope personal, probablemente de valor similar a los 3:35,6 que tenía entonces Herb Elliott (1937) como primado mundial. Al año siguiente se preparó precisamente para superar el registro de Elliott, pero se lesionó en abril y poco después se retiró. Posteriormente trabajó como relaciones públicas en una compañía tabacalera. En 1971 se trasladó a Estados Unidos, donde obtuvo el grado de doctor con una tesis sobre fisiología del ejercicio. Esto le sirvió para hacerse profesor en la Universidad de California, en Davis. En 1993 obtuvo la nacionalidad estadounidense.

A Snell le sucedió en México otro atleta oceánico, el australiano Ralph Doubell (1945) que ganó el oro igualando la plusmarca mundial. No pudo defender su título por lesión. En Múnich 1972 triunfó in extremis el estadounidense David Wottle (1950), que en las pruebas de selección de su país también había igualado la plusmarca mundial de Snell y Doubell. Wottle se pasó al circuito profesional, por lo que tampoco pudo correr en los siguientes Juegos. El vencedor en Montreal fue, como se ha dicho, el primer ganador no anglosajón, el cubano Alberto Juantorena (1950) quien además hizo plusmarca mundial, 1:43,50. 3 años después el británico Sebastian Coe (1956) asombró con unos excelentes 1:42,33. Sin embargo no pudo conseguir el oro olímpico en Moscú 1980. Tras una carrera desastrosa tácticamente se vio superado por su compatriota y rival Steve Ovett (1955). Ovett fue el último ganador anglosajón de los 800m. En 1981 Coe volvió a sorprender con 1:41,73. En 1984 en Los Ángeles optaba otra vez al oro olímpico tras 2 años muy complicados, pero nada pudo hacer ante el fenómeno brasileño Joaquim Cruz (1963) que corrió sucesivamente las 4 rondas del 800 en 1:45,66 (eliminatoria), 1:44,84 (cuartos de final), 1:43,82 (semifinal) y 1:43,00 (final, oro y plusmarca olímpica).

Cruz era el plusmarquista mundial junior con 1:44,3. En 1983 había sido bronce en el primer campeonato mundial. Tras los Juegos se quedó a las puertas del primado mundial de Coe al correr en 1:41,77. Tuvo una buena temporada posolímpica que lideró con 1:42,49, aunque sufrió alguna derrota importante, como la de Zürich contra Steve Cram (1960). Después se pasó 2 años casi inactivo por diferentes problemas físicos. Se recuperó a tiempo para defender su título en los Juegos de Seúl 1988, pero un desconocido keniano llamado Paul Ereng (1967) le ganó el oro viniendo desde atrás con 1:43,45, su mejor marca personal. Para Cruz la plata en Seúl fue su última gran actuación. Ereng tampoco mantuvo la forma mucho tiempo, pues en los Juegos de Barcelona 92 ya no pudo entrar en la final. El oro fue para otro keniano, William Tanui (1964).

En 1995 irrumpió con fuerza un keniano nacionalizado danés llamado Wilson Kipketer (1972). Superó en 1997, tras igualarla previamente, la plusmarca mundial de Seb Coe, al marcar 1:41,24 y 1:41,11 3 días después. Fue campeón del mundo en 1995, 1997 y 1999. Sin embargo no pudo ser oro olímpico. En Atlanta 1996 el COI consideró que no había completado los trámites de su nacionalidad danesa. El ganador fue el noruego Vebjørn Rodal (1972), en una carrera con 4 atletas por debajo de 1:43. En Sidney 2000, Kipketer no estaba como en los años anteriores y solo pudo ser plata en un 800 muy táctico ganado por el alemán Nils Schumann (1978). Kipketer aún ganaría el bronce en Atenas 2004. El oro fue para el ruso Yuri Borzakovski (1981). En Pekín el vencedor fue el keniano Wilfred Bungei (1980).

Un año después de los Juegos de Pekín, otro keniano, de 20 años, superaba, con 1:42,01, la vieja plusmarca africana de Sammy Koskei (1961), 1:42,28 en 1984. Su nombre, David Lekuta Rudisha, nacido el 17 de diciembre de 1988 en Kilgoris, Narok County. Su padre, Daniel Rudisha (1945), había sido medalla de plata en los Juegos de México en el relevo 4 x 400. En 2010 realizó en dos ocasiones la plusmarca mundial de 800m, con 1:41,09 y 1:41,01. Ganó el oro en el Mundial de Daegu 2011 y en los Juegos de Londres fue el protagonista de la mejor carrera de 800m de siempre y probablemente una de las mejores carreras de la historia de cualquier distancia. Corriendo en cabeza desde el primer metro volvió a superar la plusmarca mundial, 1:40,91, primer registro por debajo de 1:41,00. El resto de los finalistas mejoraron todos sus marcas personales, menos el sudanés Abubaker Kaki (1989), que con 1:43,32 fue penúltimo. El británico Andrew Osagie (1988) fue último con 1:43,77. Hay una entrada muy buena en el blog de Soy Cobarde sobre esta carrera. Estos fueron los resultados:

1 David Lekuta Rudisha KEN 1:40,91
2 Nijel Amos BOT 1:41,73
3 Timothy Kitum KEN 1:42,53
4 Duane Solomon USA 1:42,82
5 Nick Symmonds USA 1:42,95
6 Mohammed Aman ETH 1:43,20
7 Abubaker Kaki SUD 1:43,32
8 Andrew Osagie GBR 1:43,77

Tras los Juegos Olímpicos Rudisha sufrió numerosos problemas físicos, que le impidieron alcanzar la forma de Londres. No pudo competir en el Mundial de 2013 por lesión. Ganó, pese a no estar en su mejor momento, en el Mundial de 2015 en una magistral demostración estratégica. En 2016 volvió con fuerza a los Juegos de Río. Se le vio muy bien en la serie y en la semifinal, que ganó con 1:43,88. No fue el tiempo más rápido, sin embargo, pues el francés Pierre-Ambroise Bosse (1992) y el argelino oro en 1500 en Londres Taoufik Makhloufi (1988) realizaron 1:43,85, con un primer 400 en 52,03, causando ambos una magnífica impresión. En la final, el keniano Alfred Kipketer (1996) salió excesivamente rápido, marcando 49,32 en la primera vuelta. En la contrarrecta, Rudisha se puso en cabeza, seguido del valiente francés Bosse. El keniano mantuvo con cierta comodidad el liderato y se hizo con el oro con 1:42,15, plusmarca mundial del año. Bosse no pudo aguantar el ritmo y se vio superado por Makhloufi, 1:42,61, y el estadounidense Clayton Murphy (1995), 1:42,93.

1 David Rudisha  KEN 1:42,15
2 Taoufik Makhloufi  ARG 1:42,61
3 Clayton Murphy  USA 1:42,93
4 Pierre-Ambroise Bosse  FRA 1:43,41
5 Ferguson Cheruiyot Rotich  KEN 1:43,55
6 Marcin Lewandowski  POL 1:44,20
7 Alfred Kipketer  KEN 1:46,02
8 Boris Berian  USA 1:46,15

Rudisha ha vuelto a lo más alto. Si su condición física se mantiene podría intentar mejorar la plusmarca mundial. Bosse fue muy valiente. Probablemente el premio de su mejor marca personal se antoja escaso. Tendrá más oportunidades. En cuanto a Makhloufi, con 1:42,61 se lo va a poner muy difícil a Asbel Kiprop (1989) en el 1500. Podría ser que en lugar del keniano fuese el argelino el que igualase a Seb Coe repitiendo oro en unos Juegos.