Las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania (y IV)

En 1985 no habría ningún gran campeonato individual de ámbito mundial al aire libre. Entonces el campeonato del mundo se celebraba cada cuatro años. Tendría lugar, eso sí, la Copa del Mundo. Sería en octubre, en Camberra, y en esta competición sucedería algo histórico. Marlies Göhr (1958) se centró solamente en los 100 m, distancia en la que corrió seis veces por debajo de 11.00, con un mejor tiempo de 10.86. Venció en la Copa del Mundo, con 11.10. Tan solo sufrió una derrota. Fue en la reunión de Zúrich, a manos de la estadounidense Valerie Brisco-Hooks (1960), la doble campeona olímpica de 200 y 400 m, que tuvo una actuación brillante en esta reunión. Batió a Göhr en los 100 m, 11.01 frente a 11.09, y a Marita Koch (1957) en los 200 m con 21.98, 0.21 menos que la alemana.

Koch, por su parte, se centró más en los 200 m, con un objetivo, atacar la plusmarca mundial de los 400 m en la Copa del Mundo. Su mejor marca del año fue 21.78, con otros dos 200 por debajo de 22.00, incluyendo su victoria en la Copa del Mundo el 4 de octubre. El 6 de octubre tendrían lugar los 400 m de esta competición. La alemana tan solo había corrido un 400 esa temporada. El 22 de septiembre marcó 48.97. En la vuelta a la pista en la capital australiana partió de la calle 2. Los tiempos de paso manuales oficiosos fueron de 11.3, 22.4 y 34.1, para terminar en 47.60, 0.39 menos que la plusmarca mundial de la checa Jarmila Kratochvilová (1951), quinta en esa carrera con 50.95. La ucraniana, entonces soviética, Olga Vladykina (1963), posteriormente Olha Bryzhina, ocupó la segunda posición, con 48.27, tercera mejor marca de siempre entonces.

Quien más se ha acercado a Koch desde 1985 ha sido la atleta de Bahrein, nacida nigeriana Salwa Eid Nasser (1998), con el tiempo de 48.14 de su oro en el campeonato del mundo de 2019. En 2021 resultó suspendida por fallar en tres controles por sorpresa.

Koch compitió una temporada más, antes de retirarse. En 1986 ganaba su tercer oro continental en 400 m, con unos excelentes 48.22, y su tercer oro en el relevo largo. Göhr, por su parte, se hacía también con su tercer oro consecutivo en los 100 m y con el segundo en el relevo corto. Continuó compitiendo hasta 1988. Fue oro en el relevo corto en el Mundial de 1987 y plata en los Juegos de 1988. En las pruebas individuales no pudo alcanzar las finales.

La retirada de las dos grandes coincidió con la emergencia de una nueva generación de velocistas, la última de la República Democrática de Alemania, pues al país le quedaban pocos años de vida. Los 200 m del Europeo de 1986, junto con el salto de longitud, fueron para Heike Dreschler (1964). En la prueba de velocidad igualó los 21.71 de Marita Koch, plusmarca mundial. En el Mundial de 1987 fue plata en 100 m, con 11.00, a 0.10 de la ganadora, su compatriota Silke Möller (1964), entonces Gladisch, que también ganó los 200 m. Alemania del Este lideró el medallero, con 31 preseas, 10 de oro.

Los Juegos Olímpicos de 1988 vieron la irrupción de la sorprendente estadounidense Florence Griffith (1959-1998). Con veintinueve años y tras una extraña progresión desde la temporada anterior, empequeñeció a todas sus rivales, con sus oros en 100 y 200 m, esta última distancia con plusmarca mundial de 21.34, que superaba sus 21.56 de la semifinal. Dreschler fue tercera tanto en 100 como en 200 m, además de plata en la longitud. Los 400 m vieron a Olga Bryzgina, antes de ser Olha Bryzhina, en lo más alto del podio, con la alemana del Este Petra Schersing (1965), entonces Müller, segunda, repitiéndose los dos primeros puestos del Mundial del año anterior. Fueron los últimos Juegos de Alemania del Este como país. Fue la delegación que ganó más medallas en atletismo, 27, 6 de oro, tercera en el medallero.

El Europeo al aire libre de 1990 fue el último gran campeonato internacional al que acudió la República Democrática de Alemania como tal. El 8 de noviembre de 1989 había caído el muro de Berlín y se iniciaron las negociaciones para la unificación de los dos territorios alemanes, que culminaron el 15 de marzo de 1991, con la inclusión de la antigua República Democrática de Alemania en la República Federal de Alemania, cuya capitalidad provisional en Bonn, pasaba a ser definitiva en Berlín. Los alemanes del Este se despidieron del atletismo a lo grande, liderando el medallero del Europeo con 34 metales, 12 de oro. En la velocidad femenina surgió una nueva estrella, cuyo brillo duraría poco, Katrin Krabbe (1969), que se impuso en los 100 y los 200 m. El hectómetro tuvo triplete alemán, con Krabbe, Möller y Krestin Behrendt (1967). En los 200 m hubo doblete, con Krabbe y Dreschler, que ganó la longitud. En los 400 m, también hubo dos alemanas en lo más alto del podio, Grit Breuer (1972) y Petra Schersing. Los dos relevos fueron para las alemanas.

Krabbe, ya representando a la República Federal de Alemania, repitió en el Mundial de 1991 el doblete del Europeo de 1990. Breuer era segunda en los 400 m. El equipo unificado de Alemania logró 17 medallas, lejos de las 29 de las 31 de Alemania del Este en 1987. El cese del consumo de sustancias prohibidas organizadas por el propio estado se hizo notar. No obstante, esta era una parte, importante, pero solo una parte del programa deportivo. El resto venía de la detección de talentos, de entrenadores de alto nivel y de interminables sesiones de duro entrenamiento, pero para el deportista era una forma de salir de la mediocre vida de un país que trataba de mostrar lo que no era. De hecho, no pocos atletas de la antigua Alemania Democrática continuaron en la elite en los años noventa. El mejor ejemplo es Heike Dreschler, oro en salto de longitud en los Juegos de 1992 y 1996, en el Mundial de 1993 y en los Europeos al aire libre de 1994 y 1998.

El epílogo poético a esta historia atlética tuvo lugar en 1992, cuando la Federación de Alemania suspendió a Katrin Krabbe, Grit Breuer y Silke Möller durante un año por haber detectado en sus muestras biológicas restos del anabolizante clembuterol, lo que les impedía participar en los Juegos de ese año. Posteriormente la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, hoy World Athletics) extendió la sanción a dos años. Tan solo Möller continuó tras la sanción. Krabbe, de 22 años, y Breuer, de 20, no volvieron a competir. Desaparecieron con el atletismo de un país pobre, de 17 millones de habitantes que durante dos décadas dominó, en gran parte de forma fraudulenta, el panorama atlético mundial.

Las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania (III)

En 1983 tendría lugar el primer campeonato del mundo de atletismo al aire libre, que se celebraría en agosto en Helsinki. Tras el boicot de la mayoría de los países africanos a los Juegos Olímpicos de 1976 y de gran parte de los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, a los Juegos de 1980, los mejores atletas del mundo por fin podrían verse las caras. En la velocidad femenina se preveían dos duelos estelares, entre la alemana del este Marlies Göhr (1958) y la estadounidense Evelyn Ashford (1957) en los 100 m, y entre la también alemana del este Marita Koch (1957) y la checa, entonces checoslovaca, Jarmila Kratochvilová (1951) en los 400 m. Por razones diferentes, ninguno de los dos duelos tuvo lugar.

Las atletas se mostraron en gran forma desde el inicio de la temporada. El 8 de junio, en Berlín Oeste, Marlies Göhr restaba con 10.81 0.07 a su anterior plusmarca mundial de los 100 m. Segunda fue una sorprendente Marita Koch con 10.83. Su anterior marca en esta prueba, a la que no se había dedicado demasiado, era de 10.99. El 3 de julio, en Colorado Springs, a más de 1800 metros de altura, Evelyn Ashford realizaba 10.79. El 23 de julio Kratochvilová mejoraba su marca de 400 m a 48.45, a 0.29 de la plusmarca mundial de Koch. Tres días más tarde hacía plusmarca mundial de 800 m, aún vigente, con 1:53.28. Sin embargo, no habría duelo con Koch, pues la alemana, tras su gran marca en 100 m y 21.82 en 200 m, había optado por estas dos pruebas individuales, mientras la checa doblaría en 400 y 800 m.

En el Mundial, la final de los 100 m femeninos tendría lugar el 10 de agosto. Ashford y Göhr se encontraron en la cuarta serie de los cuartos de final. La estadounidense fue primera con 11.11, 0.05 menos que la alemana. En las semifinales, Göhr se impuso en la primera serie con 11.05, mientras Ashford ganaba la segunda con 10.99, 0.09 menos de Marita Koch. El duelo entre las dos mejores atletas, no obstante, se frustró. Tras una buena salida de Göhr, con 40 m de carrera Ashford estaba a su altura, pero sufrió un tirón muscular. La alemana se hizo con el oro en 10.97. Koch fue segunda con 11.02.

Ashford se perdió la temporada. Koch se impuso a la entonces jamaicana Merlene Ottey (1960), 22.13 frente a 22.19. Kratochvilová ganó, después de todo, su duelo con la ausente Koch, al arrebatarle la plusmarca mundial en la final de los 400 m, con 47.99, 0.17 menos que la alemana. Koch ganó también el oro en ambos relevos, en el corto en el mismo cuarteto que Göhr.

La temporada olímpica de 1984 se presentaba compleja, pues, como finalmente sucedió, se temía que el bloque soviético devolviese a Estados Unidos el boicot de 1980 y no acudiesen a los Juegos de Los Ángeles. En la velocidad femenina, la ausencia de las atletas del Este se dejó sentir de forma muy marcada. Sin Göhr en competición, Ashford no iba a tener oposición. Llegó a Los Ángeles en buena forma tras un 10.88 y un 10.78 ventosos y después de imponerse en las pruebas de selección olímpicas. En la final consiguió la victoria con 10.97 y un viento en contra de -1.2 m/s. Segunda, a cierta distancia, fue su compatriota Alice Brown (1960).

En el aire quedó la pregunta sobre qué habría pasado con Göhr en la pista. Los 200 y los 400 m no hicieron olvidar a Marita Koch, pero los resultados fueron sorprendentemente buenos, gracias a la estadounidense Valerie Brisco-Hooks (1960). El año anterior sus mejores marcas eran 11.39 en 100 y 23.10 en 200 m. Comenzó la temporada de 1984 con 22.13 en 200 m. En las pruebas de selección olímpica se impuso con 22.16. En los 400 m, llegó a las pruebas de selección con 49.83 y se fue con 49.73, segunda tras Chandra Cheesborough (1959), 49.28, plusmarca nacional. En los Juegos de Los Ángeles alcanzó su mejor forma, con sendas victorias en 400 m, 48,83, décima mejor marca de siempre entonces, y en 200 m, 21.81, tercera mejor marca de siempre en aquel momento. Brisco se convertía en la primera atleta de ambas categorías absolutas en ganar los 200 y los 400 m en los mismos juegos olímpicos. Anteriormente, la polaca Irena Szewińska (1946-2018) había ganado los 200 m en los Juegos de 1968 y los 400 m cuatro años más tarde.

Las alemanas estaban en una magnífica forma. Antes de los Juegos Göhr había registrado seis tiempos por debajo de 11.00, el mejor 10.86, y había mejorado en los 200 a 21.74. Koch había igualado su plusmarca mundial de 200 m, 21.71, y había corrido cinco pruebas de 400 m, todas por debajo de 50.00, la mejor 48.26. Los países que habían boicoteado los Juegos contraprogramaron con una competición que llamaron Juegos de la Amistad, celebrada en Praga. Göhr ganó los 100 m, con 10.95, y Koch igualó su marca de 48.16 en la prueba que ganó, los 400 m. Los 200 m fueron para otra alemana, Bärbel Wöckel (1955), 22.15. Quedaban las reuniones posolímpicas para medirse a las campeonas en Los Ángeles. Brisco no pudo mantener el nivel de los Juegos, en realidad no volvió a rendir como en 1984, pero Ashford sí lo hizo. En Berlín, el 17 de agosto, marcó 10.92 y 10.94 en la semifinal y en la final. El gran duelo tendría lugar el 22 de agosto en Zúrich, donde se enfrentaría a Marlies Göhr, en una carrera que se calificó como la verdadera final olímpica. El duelo no pudo responder mejor a las expectativas con Göhr en la calle 2 y Ashford en la 3. La alemana realizó una fulgurante salida y se mantuvo en cabeza hasta los 70 metros, momento en que Ashford la igualó y posteriormente la superó con una nueva plusmarca mundial de 10.76, 0.08 más rápido que la alemana.

Poco después de la carrera, Ashford descubrió que su plusmarca mundial había sido mucho más especial de lo que hubiese podido pensar, pues la hizo estando embarazada. El 30 de mayo de 1985 dio a luz a su hija Raina Ashley Washington. Terminó su temporada con una victoria en Roma, el 31 de agosto, en 10.93. En los 200 m de Zúrich, Koch se impuso con autoridad, 21.87, con Brisco cuarta, 22.26.

Las dos alemanas prolongaron su año atlético hasta el 14 de septiembre, en la reunión de Tokio, con sendas victorias, donde Göhr volvía a bajar de 11.00, 10.97, y Koch ganaba los 200 m, 22.22. En la temporada olímpica, que para ellas no lo fue, ambas consiguieron estar en la mejor forma de su vida. Göhr perdió su última oportunidad de ser campeona olímpica en una prueba individual, aunque lo habría tenido francamente difícil, mientras Koch habría sido probablemente la primera doble campeona olímpica de 200 y 400 m, en lugar de Brisco. Pero a la alemana aún le quedaban dos temporadas en el atletismo, excelente una, excepcional otra.

¡¡¡Feliz Navidad a todos!!!

Las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania (II)

La retirada de Renate Stecher (1950) en 1976 coincidió con el inicio de la carrera a la elite de las dos atletas más icónicas de la República Democrática de Alemania, Marita Koch (1957) y Marlies Göhr (1958). Ambas habían tomado parte en el campeonato de Europa junior (sub20) el año anterior, con una gran prestación. Göhr, entonces como Marlies Oesler, fue plata en los 100 m y campeona en el relevo 4 x 100 m, mientras Koch fue subcampeona en los 400 m y oro en el relevo 4 x 100 m. En los Juegos Olímpicos de 1976, Göhr, aún Oesler, consiguió clasificarse para la final, donde fue octava. Ese año ya corría en 11.17. Koch, que llegó a los Juegos con 50.19, acabaría siendo al cuarta mejor marca ese año, se lesionó tras haberse clasificado para las semifinales olímpicas.

Tan solo un año después de los Juegos, Göhr superaba la plusmarca mundial de 100 m. El 1 de julio corría en 10.88, 0.13 menos que los 11.01 que la campeona olímpica el año anterior, la alemana del Oeste Annegret Richter (1950) había hecho en su semifinal de los Juegos. Koch, por su parte, en esa temporada de 1977, con 49.53 se quedaba a 0.24 de la plusmarca mundial de la polaca campeona olímpica Irena Szewińska (1946-2018). Szewińska derrotó a Koch en la Copa del Mundo de ese año mientras Göhr/Oesler ganaba los 100 m.

En 1978, Koch se convirtió en la gran dominadora mundial de los 200 y los 400 m, superando las plusmarcas mundiales de Szewińska en ambas distancias. El 28 de mayo registró 22.06, 0.15 menos que la polaca. En los 400 m realizó 49.19 el 2 de julio y 49.03 el 19 de agosto, unos días antes del campeonato de Europa, donde la alemana batió a Szewińska, que fue tercera. Koch registró 48.94, primera vez que una mujer rompía la barrera de 49.00. Segunda fue su compatriota Christina Brehme (1958), posteriormente Lathan, con 50.38. Koch ganó otro oro en el relevo 4 x 400. Por su parte, Marlies Göhr se impuso fácilmente en los 100 m, pero resultó derrotada en los 200 m, por la rusa, entonces soviética, Lyudmila Kondratieva (1958), que la batió por 0.01, 22.52 frente a 22.53. En el relevo 4 x 100 m, las alemanas del Este fueron sorprendentemente terceras, con peor tiempo que en la serie clasificatoria.

En 1979, las alemanas continuaron progresando. Göhr realizó 10.97, mejor marca de ese año, y 22.36, mejor marca personal. Koch, por su parte superó por dos veces su plusmarca mundial de 200 m, 22.02 y unos tremendos 21.71, y en otras dos ocasiones, la plusmarca mundial de los 400 m, 48.89 y 48.60. Parecía que nadie podría hacerle sombra. Y sin embargo, a las dos alemanas, les surgió una rival de tanta calidad como ellas, la estadounidense Evelyn Ashford (1957). Ashford había sido quinta en la final olímpica de 1976 en los 100 m y subcampeona del relevo 4 x 100 m. Ese año de 1979 había corrido los 100 m en 10.97, mejor marca del año compartida con Göhr, y en 22.27 los 200 m. Previamente había hecho 22.07, con viento 2.5 m/s. En la Copa del Mundo de Montreal, sorprendió a ambas. Derrotó a Göhr en los 100 m, 11.06 frente a 11.17, y a Koch en los 200, 21.83 frente a 22.02. Esta ganó con cierta facilidad los 400 m, 48.97.

Probablemente Ashford constituyó una importante preocupación para las alemanas en su camino hacia el oro olímpico de 1980 en Moscú. Sin embargo, el duelo se frustró. Ashford se pasó la temporada olímpica en blanco por una lesión y, en cualquier caso, no habría podido intentar ser campeona olímpica, pues el presidente James Carter (1924) decretó el boicot de los Juegos por la invasión soviética de Afganistán. Parecía que se despejaba en camino para Marlies Göhr, que antes de los Juegos había realizado 10.93, segunda mejor marca de siempre. Sin embargo, en Moscú resultó derrotada en los 100 m por Lyudmila Kondratieva. La alemana ganaría el relevo 4 x 100 m, con nueva plusmarca mundial de 41.60. No tomó parte en los 200 m, donde se impuso su compatriota Bärbel Wöckel (1955). Tampoco estuvo Koch en esta distancia. Se reservó para los 400 m, donde se hizo con el oro, derrotando a la que sería su gran rival en las siguientes temporadas, la checa, entonces checoslovaca, Jarmila Kratochvilová (1951), 48.88 frente a 49.46.

En 1981, las dos alemanas compitieron poco. Aun así participaron en la Copa del Mundo de Roma, donde no pudieron ganar. Evelyn Ashford, que había vuelto a la competición con 10.90 y 21.84 de mejores marcas, se impuso en los 100 y en los 200 m. En el hectómetro, Göhr fue tercera. Koch también resultó derrotada en los 400 m, por Kratochvilová, 48.61 frente a 49.27. La checa se había quedado a 0.01 de la plusmarca mundial.

Koch tendría la oportunidad de vengar su contundente derrota en el campeonato de Europa al aire libre de 1982 en Atenas. Se esperaba con gran expectación su duelo en los 400 m con Kratochvilová. La alemana acudía a Grecia con 48.87, la checa con una centésima menos. El duelo no decepcionó. Koch se impuso con una nueva plusmarca mundial de 48.16, mientras Kratochvilová hacía 48.85. Alemania del Este hizo pleno en la velocidad con el oro de Göhr en 100 m, de Wöckel en 200 m, y de ambos relevos con plusmarca mundial en el largo, 3:19.04.

En 1983, tras el boicot de Moscú, los mejores atletas del mundo se volverían a enfrentar en el primer Campeonato del Mundo, que tendría lugar en Helsinki. Las alemanas volverían a encontrarse a Ashford y a Kratochvilová. Ninguna de las cuatro había dicho su última palabra.

Las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania (I)

Vaya. Resulta que publico una serie sobre las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania y ahora me doy cuenta de que la primera parte se me queda en la carpeta de borradores. Qué desastre. Por si alguien quiere leer la serie completa por orden, aquí dejo los enlaces de las otras tres partes: II, III, IV.

Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el país, con nuevas fronteras, resultó ocupado por las cuatro potencias vencedoras, Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido y, sorprendentemente, Francia. La división se realizó en todo el territorio y específicamente en la capital, Berlín, que estaba en la zona soviética. El 23 de mayo de 1949, los tres países occidentales decidieron unificar sus zonas y crear, bajo los auspicios de la Ley Fundamental de Bonn, que continúa en vigor, la República Federal de Alemania, con capital provisional en esta ciudad, conocida sobre todo por haber visto nacer al genio Ludwig van Beethoven (1770-1827) . En plena Guerra Fría, la Unión Soviética respondió estableciendo en su territorio la República Democrática de Alemania, con capital en la zona soviética de Berlín, conocido a partir de entonces como Berlín Este. Hasta 1990, en que el país se pudo reunificar, los dos territorios alemanes se convirtieron en acérrimos enemigos.

Ambos países organizaron sus comités olímpicos nacionales, el Oeste en el mismo 1949 y el Este en 1951. Este último no obtuvo el reconocimiento del Comité Olímpico Internacional (COI) hasta 1968. Para los Juegos de 1948, el COI no cursó invitación a los atletas alemanes, pero sí lo hizo para los Juegos de 1952, con un único equipo alemán. Los directivos del Este rechazaron esta propuesta y su país no acudió a los Juegos. Sin embargo, finalmente, llegaron a un acuerdo con el COI y hubo un equipo unificado en los Juegos de 1956, 1960 y 1964. Desde 1968 hasta 1988, con la excepción de 1984 en que no acudieron tras unirse al boicot auspiciado por la Unión Soviética, Alemania del Este compitió en los Juegos Olímpicos con un equipo propio. Un país de diecisiete millones de habitantes ganó un total de 409 medallas, 153 de oro, 129 de plata y 127 de bronce. El deporte con más metales fue el atletismo, con 109 preseas, 38 oros, 36 platas y 35 bronces. Tras la unificación alemana, se hizo público lo que era un secreto a voces. La política deportiva del país, además de los métodos científicos más modernos, procesos de detección de talentos y los mejores entrenadores, incluía un programa de consumo de sustancias prohibidas, junto con la manera de burlar los controles.

En el campeonato de Europa de atletismo, la República Democrática de Alemania, como tal, tomó parte de 1958 a 1990. En la actualidad sigue ocupando el tercer puesto en la clasificación histórica del medallero, por detrás del Reino Unido y la Unión Soviética. En total los atletas alemanes del Este se hicieron con 239 medallas, 90, 83 y 66. Destacaron sobre todo en concursos en ambas categorías y en velocidad femenina, con logros que todavía no se han podido superar.

El dominio casi absoluto de las alemanas del Este en la velocidad comenzó en el Europeo de 1969. Hasta entonces, tan solo habían ganado una medalla, cuando Hannerole Sadau (1935), más tarde Raepke, fue plata en los 200 m en 1958. La gran vencedora del Europeo de 1969 fue la joven Petra Vogt (1950-2017), entonces Kandarr, que ganó los 100, los 200 m y el relevo 4 x 100 m. La segunda en los 200 m, su compatriota Renate Meissner (1950), se convertiría en las temporadas siguientes, con el nombre de Renate Stecher, en la gran dominadora de la velocidad femenina. En 1970 igualó con 11.0, la plusmarca mundial de los 100 m, de la estadounidense Wyomia Tyus (1945). Los 11.0, en realidad 11.08, con los que Tyus ganó la final olímpica de 100 m en 1968 eran, sin embargo, de un mayor valor intrínseco, pero entonces la IAAF, hoy World Athletics, no diferenciaba los tiempos manuales de los automáticos. En 1971 hubo un primer intento, fallido, de hacer el campeonato de Europa bienal. En el continental de ese ali, las alemanas del Este solo dejaron de ganar, sorprendentemente, el oro en el relevo 4 x 100 m, que se llevaron las alemanas del oeste . El resto de las pruebas de velocidad subieron a lo más alto del podio, con Stecher en 100 y 200 m y Helga Seidler (1949) en 400 m. Otra alemana del Este, Ingelore Lohse (1945) se hizo con el bronce en esta prueba. Ambas formaron parte del equipo alemán ganador del relevo largo.

El éxito en el Europeo se vio refrendado en los Juegos Olímpicos de 1972. Como sucedió en la categoría masculina, las grandes velocistas estadounidenses de los sesenta no tuvieron continuidad en los setenta y las alemanas ocuparon su sitio. Stecher volvió a hacer doblete en los 100 y los 200 m y Alemania del Este volvió a perder el oro en el relevo ante las alemanas del Oeste. El tiempo de Stecher en los 100 m fue de 11.07. En ese momento la plusmarca mundial era 11.0, Aunque posteriormente se mejoró hasta 10.9 y 10.8, ambos tiempos manuales, por la propia atleta alemana, a partir del 1 de enero de 1977, la IAAF dejó de considerar los tiempos no automáticos como plusmarcas mundiales, por lo que esos 11.07 de la final olímpica fueron la única plusmarca mundial homologada de la distancia. El tiempo ganador de los 200 m fue 22.40, homologado como 22.4, con lo que oficialmente igualaba la plusmarca mundial. Al año siguiente, la propia Stecher mejoraría hasta 22.1.

Las alemanas del Este no pudieron repetir el éxito de 1971 en el campeonato de Europa de 1974. Aunque ganaron ambos relevos, se les escaparon los oros individuales. En 100 y 200 m, Stecher resultó derrotada por la gran velocista polaca Irena Szewińska (1946-2018). En 400 m el triunfo fue para la finlandesa Riita Salin (1950), por delante de la alemana del Este Ellen Streidt (1952).

Strecher buscó en 1976 repetir su actuación de 1972, con dos oros individuales y la plata en el relevo. Se hizo con el oro en el relevo, pero, aunque se mantuvo en el podio en los 100 y los 200 m, no fue en lo más alto. En el hectómetro resultó derrotada por otra alemana, federal, Annegret Ritcher (1950), una de las campeonas olímpicas del relevo 4 x 100 m cuatro años antes, quien con 11.08, se quedó muy cerca de la plusmarca mundial de Stecher. Ritcher fue plata en los 200 m, detrás de otra alemana del Este Bärbel Eckert (1955), más tarde Wöckel, en una carrera en la que Stecher fue bronce. Los 400 m fueron para Szewińska, con plusmarca mundial de 49.28. La acompañaron en el podio otras dos alemanas del Este, Christina Brehmer (1958), más tarde Lathan, y la subcampeona de Europa Ellen Streidt. Ambas formarían parte del equipo ganador del relevo 4 x 400 m, con plusmarca mundial de 3:19.23.

Alemania del Este alcanzó la cumbre en estos Juegos de 1976 al encabezar el medallero en atletismo con 27 metales, 11, 7 y 9, por delante de Estados Unidos. Stecher se retiró esa misma temporada. Hubo dos jóvenes alemanas que pasaron bastante desapercibidas en estos Juegos. Marlies Oelsner (1958), más tarde Göhr, fue octava en los 100 m y Marita Koch (1957) no pudo salir en su semifinal de 400 m, tras lesionarse. Ambas darían un enorme vuelco a la velocidad mundial en los años siguientes.