Grandes en el Mundial de Campo a Través

El Mundial de Campo a Través, hoy en horas bajas, fue durante años el mayor foco de atención mediática de la temporada atlética invernal. Comenzó su andadura en 1973, como heredero del Cross de las Naciones, competición iniciada por los británicos en 1898 y que acabó convirtiéndose en un campeonato del Mundo oficioso. En los primeros años, la competición masculina estuvo dominada sobre todo por atletas europeos. El atletismo africano estaba representado de forma intermitente por Túnez y Marruecos. En 1981 irrumpieron los atletas de Etiopía y de Kenia. Los primeros fueron protagonistas de esta edición por confundirse en el número de vueltas, pese a lo que se llevaron la plata individual y el oro por equipos, oro que repetirían en las siguientes 4 ediciones. El primer keniano en 1981 ocupó un discreto puesto 26. En 1986 un atleta de este país se hizo por primera vez con el primero de los 16 oros masculinos de esta nación africana. También en 1986 Kenia ganó por primera vez la competición por países. En los años siguientes lo haría otras 15 veces consecutivas, de un total de 22. De hecho desde 1981, el entorchado por países se lo han repartido Kenia y Etiopía.

En 1998, la IAAF tratando de atraer mediofondistas al campeonato del Mundo de Campo a Través, organizó por primera vez, a mayores, una competición de 4 Km, que perduró hasta 2006. Desde 2011 el campeonato ha pasado a anual a bianual. La tiranía africana ha hecho que muchos equipos no africanos hayan perdido interés por esta competición, que antaño tenía un enorme impacto en los medios deportivos.

En categoría masculina, aunque no fue nunca campeón mundial, uno de los primeros atletas sobresalientes fue el español Mariano Haro (1940). El de Becerril del Campo, que ya había sido segundo en la última edición del Cross de las Naciones, fue subcampeón del mundo en 1973, 1974 y 1975, superado respectivamente por el finlandés Pekka Päivärinta (1949), por 1 décima, por el belga Eric de Beck (1951), por 0,8, y por el escocés Ian Stewart (1949), por 1 segundo.

El primer atleta en repetir triunfo fue el irlandés John Treacy (1957) en 1978 y 1979. Treacy compitió con resultados irregulares en los 10 000 m. Le fue mejor en el maratón, distancia en la que fue subcampeón olímpico en 1984.

Al irlandés le sucedió el estadounidense Craig Virgin (1955), campeón en 1980 y 1981, en esta última ocasión favorecido por el error etíope en el recuento de vueltas. La carrera atletica de Virgin fuera del campo a través fue menos exitosa, pese a una gran marca en 10 000 m de 27:29,16.

El etíope Mohamed Kedir (1954), bronce olímpico en 10 000 m en 1980, fue el primer africano en ganar el Mundial de Campo a Través, en 1982, tras ser segundo, pese a su equivocación, el año anterior. Le sucedió al año siguiente su compatriota Bekele Debele (1963), vencedor con el mismo tiempo que el portugués Carlos Lopes (1947). Lopes cortó al año siguiente esta minirracha etíope. El portugués, probablemente el mejor corredor europeo de campo a través de siempre, ya había sido oro en 1976 y se había hecho con su primera plata en 1977. En dos impecables alardes tácticos, se convirtió en el primer tricampeón al imponerse en 1984 y en 1985. Su segundo oro se acompañó en verano de la victoria olímpica en el maratón. Ya había sido subcampeón olímpico de 10 000 m en 1976.

El primer medallista keniano fue Some Muge (1959 – 1997), bronce en 1983. En 1985, Paul Kipkoech (1963-1995), que en 1988 igualaría a Mariano Haro al conseguir su tercer subcampeonato, subió un peldaño más en el podio. El primer oro keniano llegaría de la mano de un desconocido llamado John Ngugi (1962), en 1986, en la localidad suiza de Neuchâtel. Era su primera participación en un Mundial. No obstante, había ganado el potente y elitista campeonato keniano. En la pista acreditaba 3:37,04 en 1500 m y 13:18,99 en 5000 m. Nadie le prestó mucha atención cuando salió del grupo a los 3 Km de carrera y comenzó a irse en solitario. Pese a la pérdida de su enorme ventaja y a la presencia del etíope Abebe Mekonnen (1964), Ngugi conseguía en Suiza el primero de sus cinco títulos mundiales de campo a través. El dominio de Kenia se hizo tan apabullante que en 1988 colocaron a 8 atletas, entre los 9 primeros. Mekonnen impidió el pleno con su 5º puesto. Ngugi ganó de 1986 a 1989 y en 1992, entre la nieve de Boston. En 1988 se hizo con el oro olímpico en 5000 m, con su mejor marca de 13:11,70, corriendo a lo Ngugi. En 10 000 m acreditó 27:11,62 en 1991.

En 1990 y 1991, la victoria fue para el marroquí Khalid Skah (1957), protagonista en 1992 de un oro muy polémico en la final olímpica de 10 000 m, en la que su compatriota doblado Hammou Boutayev (1956) pudo haber realizado alguna maniobra ilegal en favor de Skah. Acreditado en 13:00,54 y 27:14,53, fue bronce en 10 000 m en el Mundial de 1991 y plata en el de 1995.

El sucesor de Ngugi en lo más alto del podio del Mundial de Campo a Través fue su compatriota William Sigei (1969), que ganó en 1993 y 1994. Ese año superó, con 26:52,23, la plusmarca mundial de 10 000 m. La racha keniana continuó con uno de los grandes fondistas de siempre, Paul Tergat (1969). Tergat tuvo un excelente rendimiento en el campo a través, en la pista y en la carretera. En la primera modalidad fue el primer atleta en ganar de forma consecutiva, de 1995 a 1999, 5 campeonatos del mundo. En la pista, su gran rival Haile Gebrselassie (1974), le impidió alcanzar el oro olímpico. Fue plata en 10 000 m en los Juegos de 1996 y 2000, además de plata en la misma distancia en los Mundiales de 1997 y 1999, y bronce en 1995. En 1997 superó la plusmarca mundial de la distancia con 26:27,85. En la carretera fue dos veces campeón del mundo de medio maratón, plusmarquista mundial en esta modalidad con 59:17 y en maratón con 2h04:55.

En 2000 y 2001, un belga, aunque nacido y formado como atleta en Marruecos, Mohammed Mourit (1970) se coronó campeón del Mundo de campo a través. Mourit, que había sido bronce en 5000 m en em Mundial de Sevilla, perdió, sin embargo todo su crédito cuando dio positivo por EPO en 2002.

Como se había señalado, en 1998 comenzó a disputarse la llamada carrera corta, 4 Km, en el Mundial de Campo a Través, con otro título mundial en juego. El keniano John Kibowen (1969) fue el primer campeón y el primero, al ganar también en 2000, en repetir título. En 2001, un etíope junior, que sido oro en la carrera de su categoría, probó en la carrera corta y obtuvo la segunda posición. Kenenisa Bekele (1982) acabaría siendo uno de los mejores corredores de fondo de la historia y, sin duda, el mejor corredor de campo a través de siempre. Bekele ganó la carrera corta en los 5 años siguientes, desde 2002 hasta 2006, último año en que se disputó, y la carrera larga en 6 ocasiones, de 2002 a 2006 y en 2008, totalizando 11 títulos. En la pista sigue siendo el plusmarquista mundial de 5 y 10 Km, con 12:37,35 y 26:17,53. Fue oro en la distancia más larga en los Juegos de 2004 y plata en la más corta. Cuatro años más tarde consiguió el doblete olímpico en ambas pruebas. En el Mundial al aire libre fue oro en 10 000 m en 2002, 2005, 2007, 2009 y en 5000 m este último año, además de oro en 3000 m en el Mundial bajo techo en 2006. En maratón, distancia a la que llegó muy castigado físicamente, realizó 2h03:03 en 2016, segunda mejor marca de entonces.

Desde 2008, el único atleta masculino que ha repetido título es el keniano corredor de maratón Geoffrey Kipsang Kamworor (1992), ganador en las dos últimas ediciones de 2015 y 2017. Kamworor fue plata en el Mundial de 10 000 m en 2015 y ganador del maratón de Nueva York en 2017.

Tras la victoria de Carlos Lopes en 1985, los europeos han ido desapareciendo del Mundial de Campo a Través. Desde entonces, tan solo 4 atletas nacidos en Europa se han subido al podio, el francés Paul Arpin (1960), bronce en 1987, el británico, actual comentarista de Eurosport, Tim Hutchings (1958), plata en 1989, el portugués Paulo Guerra (1970), bronce en 1999, y el ucraniano Serhiy Lebed (1975), plata en 2001. En la última edición hay que irse hasta el puesto 43 para encontrar al primer europeo, el español, nacido en Marruecos, Adel Mechaal (1990). Hay un hilo de esperanza para el futuro en la carrera sub20 que se disputa hoy. El noruego Jakob Ingebritgsen (2000) tiene la oportunidad de convertirse en el primer no africano que se proclama campeón mundial de la categoría desde que el español Pere Casacuberta (1965) lo hiciera en 1984.

Se dice que el campo a través, que correr por el campo y por el monte, es el atletismo más natural. Hace mucho, entonces, que Europa ha renunciado a ser natural.

Carlota Castrejana, un talento multideportivo

Hay deportistas dotados de un talento natural tal que les permite brillar en modalidades deportivas que poco tienen que ver. Ello, unido a una gran capacidad de entrenamiento, puede dar como resultado ser olímpica en dos deportes diferentes. Esto es lo que le sucedió a Carlota Castrejana, olímpica en baloncesto en 1992, y en atletismo, en la modalidad de triple salto, en 2000, 2004 y 2008. Es la única deportista española, hombre o mujer, que ha conseguido este hito.

María Carlota Castrejana Fernández nació en Logroño el 25 de abril de 1973. Su gran estatura y sus excelentes condiciones físicas la llevaron al baloncesto, con 14 años. Su carrera en este deporte solo duró 5 años, suficientes para una importante serie de éxitos. Formó parte de los equipos españoles junior, que ganó la medalla de plata en el Europeo de 1990, y absoluto, que se hizo con el oro en los Juegos del Mediterráneo de 1991. Con 1,89 m de estatura y jugando de ala pivot, en 1992, a los 19 años, se conviertió por primera vez en olímpica, en baloncesto. En los Juegos de Barcelona, el equipo nacional español de baloncesto femenino disputaba por primera vez unos Juegos. El resultado fue un magnífico 5º puesto.

El futuro de la joven Carlota en el deporte de la canasta era espléndido, pero su búsqueda de nuevos retos la llevó a cambiar al atletismo, en concreto al salto de altura. Los oficios del entrenador Bernardino Lombao tuvieron que ver en este cambio. El entorno de la deportista estaba sorprendido y no comprendía este cambio. A las órdenes de Paco López, los resultados no se hicieron esperar. Con menos de un año de entrenamiento conseguía saltar, en 1993, 1,77 m. En 1994 se hizo con el campeonato de España sub21 y llevó su marca a 1,81 m. En 1995 realizó 1,89 m en pista cubierta, plusmarca española en la modalidad y absoluta (si bien entonces no se contabilizaba como tal), registro que igualó al año siguiente al aire libre. Su marca en sala le sirvió para acudir al Campeonato del Mundo bajo techo, que ese año 1995 se celebró en Barcelona. Previamente había conseguido su primer oro nacional absoluto, en sala, que repitió en 1997. En el año olímpico de 1996 fue campeona absoluta al aire libre. Con una plusmarca personal de 1,89 m, se quedó a 2 cm de la mínima olímpica A, aunque sí tenía al mínima B. La Federación, no obstante, decidió no llevarla a los Juegos de Atlanta, lo que le produjo no poca frustración.

Castrejana continuó en el salto de altura en la temporada de 1997 pero, fiel a su personalidad, decidió, otra vez, dar un giro a su carrera, aunque dentro del mismo deporte. A partir de 1998 se dedicaría al triple salto, que simultaneó con el salto de longitud la primera temporada. Con 25 años, volvía a reinventarse a sí misma, con nuevo entrenador, Juan Carlos Álvarez. Ese año de 1998 saltó 6,47 m en longitud, su mejor marca de siempre, y 13,61i m en triple salto. En 1999, ya centrada en la prueba más larga, superó con 14,05 m la barrera de los 14 m. En 2000, un salto de 14,10 m le permitió acudir a los Juegos Olímpicos de Sídney y convertirse en la primera olímpica, mujer u hombre, española en hacerlo en dos deportes diferentes. Repetiría participación olímpica en 2004 y 2008 en la modalidad de triple salto. También participó en los Mundiales al aire libre de 2003, 2005 y 2007 y en los Europeos al aire libre de 2002 y 2006. Ocupó la 11ª posición en el Mundial de 2005 en los dos Europeos.

Los mayores éxitos le llegaron en la pista cubierta. Fue 6ª en el Mundial de 2003, bronce en el Europeo de 2005 y campeona de Europa en 2007, con 14,64 m, plusmarca española absoluta. En este su mejor campeonato de siempre, Castrejana no parecía, sin embargo a priori, candidata a la medalla. Acreditaba entonces 14,60 m al aire libre, cuando fue plata en los Juegos del Mediterráneo de 2005, y 14,45 m en pista cubierta, marca con la que había sido bronce en en Europeo de Madrid en 2005. Sin embargo, llegó al Europeo de Birmingham con 13,95 m, que ni siquiera eran la mejor marca española del año. Se disputó la fase de clasificación para dejar 8 atletas en la final. La riojana fue la 5ª mejor con 14,00 m en su tercer salto. Los dos anteriores no le habrían dado la clasificación. En la final, sin embargo, comenzó muy fuerte y se situó la primera en la primera ronda con 14,36 m. Perdió momentáneamente el liderato de la prueba cuando la francesa Teresa Nzola Meso Ba (1983) hizo plusmarca nacional con 14,49 m en la tercera ronda, pero retomó la cabeza en la misma ronda con un salto de 14,64 m, plusmarca española absoluta. Nadie se le pudo acercar. Hizo un 4º y un 5º salto de 14,41 y 14,28 m y terminó con un nulo.

A dos meses de cumplir 34 años, Castrejana hacía el mejor campeonato de su vida. Se retiró al año siguiente después de los Juegos de Pekín. En las competiciones nacionales consiguió 17 títulos consecutivos de campeona de España, 9 al aire libre (2000-2008) y 8 en pista cubierta (2000-2007). En los últimos años de su carrera deportiva compatibilizó el atletismo con la actividad profesional como abogada especializada en Derecho del Deporte. Castrejana declaró en alguna ocasión el agradecimiento a sus padres por haberla apoyado en el deporte, siempre que no abandonase su formación universitaria. Tras retirarse del atletismo jugó la temporada 2010-2011 en el equipo de baloncesto Asefa Estudiantes de Madrid. Como abogada formó parte del bufete Gómez Acebo. Fue directora de Deportes de la Comunidad de Madrid y en la actualidad es la Secretaria General de la RFEA, donde ya había sido por un corto tiempo Vicepresidente.

El talento es innato, pero el uso que se haga de ese talento depende de cada uno. Sin duda Carlota Castrejana ha sabido muy bien sacar el máximo partido a sus condiciones, no solo a las físicas. Una mujer admirable.

Los españoles campeones de Europa de 800 m en pista cubierta

La carrera de 800 metros en pista cubierta representa uno de los mejores caladeros de medallas para el atletismo español. Con el último oro del salmantino Álvaro de Arriba (1994), se han subido atletas españoles seis veces a lo más alto del podio. Además. España ha conseguido 9 platas y 6 bronces, un total de 21 medallas.

El primer campeón español fue el granadino Antonio Páez (1956). Tras ser 6º en 1977 en San Sebastián, en 1979, en Viena se hizo con el oro, con 1:47,4. Fue la única medalla para España en ese Europeo y la primera vez que un atleta español ganaba el oro en un campeonato continental en sala. Hasta entonces, tan solo se habían ganado tres medallas, Juan Borraz (1946) plata en 800 m y Javier Álvarez Salgado (1943) y Rafael Blanquer (1945) bronce en 3000 m y salto de longitud respectivamente, los tres en el primer campeonato de Europa, celebrado también en Viena, en 1970. El granadino se convirtió en una celebridad. Incluso formó parte del jurado del festival de Eurovisión ese mismo año. Posteriormente, consiguió el bronce en la misma prueba en 1981 y repitió el oro en 1982, en Milán, con otro español, el leonés Colomán Trabado (1958) en tercera posición. Este fue el último éxito de Páez. Al aire libre fue olímpico en 1980, año en que se convirtió en plusmarquista nacional con 1:45,69. Fue dos veces campeón de España en sala y una al aire libre. En la última parte de su carrera deportiva era habitual verlo hacer el papel de liebre en las reuniones nacionales. Se retiró en 1990.

Tras su bronce en 1982, Colomán Trabado sucedió a Páez en 1983 como campeón de Europa en sala de 800 m. Entonces los campeonatos eran anuales. Se hizo con el oro en una excelente carrera, con 1:46,91, en la que superó al joven británico Peter Elliot (1962). En 1985 ganó el 800 m de los Juegos Mundiales en pista cubierta, competición antecesora del Campeonato Mundial. Al año siguiente, en Madrid, fue subcampeón continental en sala en 800 m. Al aire libre fue plusmarquista español con 1:45,15. Tomó parte en los Juegos Olímpicos de 1980 y 1984. Mostró una tremenda superioridad en las competiciones nacionales con 10 campeonatos de España al aire libre (9 en 800 y 1 en 1500) y 7 en 800 m en pista cubierta.

El tercer campeón español fue el madrileño Luis Javier González (1969) en 1992, en Génova. Anteriormente, en 1990, Tomás de Teresa (1968) había conseguido la medalla de plata. A partir de 1990 la periodicidad de los campeonatos fue bienal. Luisja protagonizó en Génova un gran duelo con el asturiano José Arconada (1964), que se resolvió a su favor con doblete español. En 1994, en París, el madrileño volvió al podio como subcampeón. Al aire libre, fue olímpico en 1992 y plusmarquista español con 1:44,84. Ganó 4 campeonatos de España al aire libre y 2 en pista cubierta.

En la siguiente edición, en 1996, en Estocolmo, hubo un nuevo oro español, el manchego Roberto Parra (1976). Estuvo siempre atento, en una carrera lanzada por el coruñés Andrés Díaz (1969), hasta su victoria en la última recta. Parra, un atleta con un enorme talento y un correr elegantísimo, se había hecho con la victoria en el Europeo Junior (sub20) el año anterior, con unos excelentes 1:45,90. En la temporada al aire libre de 1996 realizó su mejor marca de siempre, 1:44,97, cuando se impuso en la Superliga Europea. Un calvario de lesiones cortaron su progresión y le impidieron acudir a los Juegos Olímpicos de 1996, aunque pudo hacerlo 4 años más tarde. Sorprendió en 2003 con unos magníficos 3:34,66 en pista cubierta en 1500 m. No obstante, los problemas físicos no dejaron de acompañarlo y lo forzaron a retirarse en 2005. Fue 5 veces campeón de España en pista cubierta y 2 al aire libre.

Tuvieron que pasar 23 años hasta volver a ver un corredor de 800 m español en lo más alto en un Europeo en sala. Durante ese tiempo, de buenos ochocentistas, sí hubo varias medallas. Antonio Reina (1981) fue bronce en 2002 y plata en 2005, Kevin López (1990) también ganó un bronce, en 2011, y una plata, en 2013. Miguel Quesada (1979) y Luis Alberto Marco (1986) fueron plata en 2007 y 2009 respectivamente, y Juan de Dios Jurado (1981) y el propio Álvaro de Arriba bronce en 2005 y 2017.

Álvaro de Arriba mostró en Glasgow una enorme superioridad, que lo llevó a la victoria con una gran autoridad. Hizo una carrera impecable tácticamente. Acreditado en 1:44,99 al aire libre, es un buen competidor. Además del bronce en el mismo campeonato hace 2 años, fue 5º en el Mundial en sala en 2017. Al aire libre consiguió sendos 7º puestos en 2016 y 2018 en los campeonatos de Europa.

Las perspectivas del 800 español al aire libre son buenas, con de Arriba, con el plusmarquista nacional Saúl Ordóñez (1994), 1:43,65, con Daniel Andújar (1994), 1:45,17, y con el soprendente Mariano García (1997), 4º en Glasgow. El reto es superar el 8º puesto de Tomás de Teresa en el Mundial de 1991, la única presencia de un español en una final de un campeonato de ámbito mundial.