Victor Conte, el caso BALCO y las faltas en los controles

En la semana en que se anunciaba un intento de plusmarca europea en pista corta en la reunión de Valencia, saltaba a la prensa que uno de los atletas españoles más fuertes del momento resultaba suspendido de forma provisional por no presentarse a tres controles antidrogas. La reacción de la Federación Española de Atletismo (RFEA) no se hizo esperar y su presidente, Raúl Chapado (1973) anunciaba que el atleta no sería seleccionable mientras no se le exonerase de toda responsabilidad, aunque obtuviese la suspensión cautelar de la sanción provisional.

Coincidiendo con esta noticia, el entrenador vigués y uno de los grandes expertos en atletismo de España, Óscar Fernández Villar (1969) publicaba en su cuenta de Twitter un fragmento de una entrevista a Victor Conte (1950), que Óscar califica como uno de los mayores expertos mundiales en dopaje.

Victor Conte (Fresno, California, 1950) había fundado en 1984 un empresa de productos para la nutrición del deportista llamada Bay Area Laboratory Co-operative (BALCO). En unos años, la empresa se especializó en el suministro, y la manera de ocultar su presencia en el organismo, de fármacos ilegales para aumentar el rendimiento deportivo, que incluía eritropoyetina, indetectable hasta 2003, anabolizantes, hormona del crecimiento o modafinilo. Atrajo numerosos deportistas de alto nivel, entre ellos numerosos atletas.

En 2001, Conte comenzó a utilizar el anabolizante sintético tetrahidrogestinona (THG), diseñado por el químico Patrick Arnold (1966). Este producto fue el hilo que finalmente condujo al entramado ilegal de esta empresa. La Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA) puso el punto de mira en BALCO ya a finales de los 90. En 2003 recibieron una jeringa procedente de BALCO, que contenía THG. La identificación pudo realizarse gracias al director del Laboratorio Analítico de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), Don Catlin (1938), que había diseñado un método para detectar THG. Conte resultó condenado a cuatro meses de prisión y otros tantos de arresto domicialiario.

Entre los atletas implicados estaban la velocista estadounidense Kelli White (1977), el velocista británico Dwain Chambers (1978), el estadounidense Tim Montgomery (1975), plusmarquista mundial de 100 m, 9.78, tiempo posteriormente anulado, y, sobre todo, la reina de los Juegos Olímpicos de 2000 m, la estadounidense Marion Jones (1975). Jones había ganado cinco medallas en estos Juegos, oro en los 100, 200 y 4 x 400 m, y bronce en el salto de longitud y en el relevo 4 x 100 m. Su implicación en el caso BALCO hizo que todos estos logros se anulasen. Aunque inicialmente negó todas la acusaciones, en 2007 acabó admitiendo el uso de sustancias prohibidas.

Conte continúa en activo, tras fundar en 2011 una nueva compañía llamada Scientific Nutrition for Advanced Conditioning. La entrevista es precisamente de 2011. En Youtube se pueden ver la entrevista entera en fragmentos que le hace el periodista Graham Bensinger (1986). Conte habla sin tapujos de sus actividades en Balco, de los atletas implicados y acusa a otros atletas de haber tomado sustancias ilegales. En el fragmento que Óscar publicó hay dos afirmaciones muy interesantes. Bensinger le pregunta cuál cree que es el porcentaje de atletas de alto nivel que usan sustancias prohibidas. Conte dice que ese número ha bajado desde el caso BALCO. Estima que de un 80 a un 50-60%. Sigue siendo una cifra mareante. Sobre cuál es el mejor método para que no se detecten estas sustancias, Conte no lo duda. Dado que la vida media de estos fármacos es corta, lo mejor es no acudir al control por sorpresa. Juzga que es difícil que el control se repita antes de que el rastro de la drioga haya desaparecido del organismo. Y aun así, es posible saltarse un segundo control sin que suceda nada, porque estas faltas no quedan registradas. El público desconoce los atletas que no acuden a los controles, salvo que lo hagan en tres ocasiones consecutivas.

Sin duda, ambas afirmaciones resultan preocupantes. El tramposo siempre irá por delante del que busca las trampas. Los medios materiales, aunque se incrementen, siempre serán insuficientes. Tal vez, un incremento en las sanciones pueda ser más efectivo, como elemento disuasorio. ¿Resulta excesivo pedir suspensión a perpetuidad, anulación de todas las marcas y honores y devolución de los premios? Tal vez así, se incremente el número de los que se lo piensen antes de entrar en túnel de la oscuridad.

Las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania (I)

Vaya. Resulta que publico una serie sobre las velocistas de la antigua República Democrática de Alemania y ahora me doy cuenta de que la primera parte se me queda en la carpeta de borradores. Qué desastre. Por si alguien quiere leer la serie completa por orden, aquí dejo los enlaces de las otras tres partes: II, III, IV.

Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el país, con nuevas fronteras, resultó ocupado por las cuatro potencias vencedoras, Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido y, sorprendentemente, Francia. La división se realizó en todo el territorio y específicamente en la capital, Berlín, que estaba en la zona soviética. El 23 de mayo de 1949, los tres países occidentales decidieron unificar sus zonas y crear, bajo los auspicios de la Ley Fundamental de Bonn, que continúa en vigor, la República Federal de Alemania, con capital provisional en esta ciudad, conocida sobre todo por haber visto nacer al genio Ludwig van Beethoven (1770-1827) . En plena Guerra Fría, la Unión Soviética respondió estableciendo en su territorio la República Democrática de Alemania, con capital en la zona soviética de Berlín, conocido a partir de entonces como Berlín Este. Hasta 1990, en que el país se pudo reunificar, los dos territorios alemanes se convirtieron en acérrimos enemigos.

Ambos países organizaron sus comités olímpicos nacionales, el Oeste en el mismo 1949 y el Este en 1951. Este último no obtuvo el reconocimiento del Comité Olímpico Internacional (COI) hasta 1968. Para los Juegos de 1948, el COI no cursó invitación a los atletas alemanes, pero sí lo hizo para los Juegos de 1952, con un único equipo alemán. Los directivos del Este rechazaron esta propuesta y su país no acudió a los Juegos. Sin embargo, finalmente, llegaron a un acuerdo con el COI y hubo un equipo unificado en los Juegos de 1956, 1960 y 1964. Desde 1968 hasta 1988, con la excepción de 1984 en que no acudieron tras unirse al boicot auspiciado por la Unión Soviética, Alemania del Este compitió en los Juegos Olímpicos con un equipo propio. Un país de diecisiete millones de habitantes ganó un total de 409 medallas, 153 de oro, 129 de plata y 127 de bronce. El deporte con más metales fue el atletismo, con 109 preseas, 38 oros, 36 platas y 35 bronces. Tras la unificación alemana, se hizo público lo que era un secreto a voces. La política deportiva del país, además de los métodos científicos más modernos, procesos de detección de talentos y los mejores entrenadores, incluía un programa de consumo de sustancias prohibidas, junto con la manera de burlar los controles.

En el campeonato de Europa de atletismo, la República Democrática de Alemania, como tal, tomó parte de 1958 a 1990. En la actualidad sigue ocupando el tercer puesto en la clasificación histórica del medallero, por detrás del Reino Unido y la Unión Soviética. En total los atletas alemanes del Este se hicieron con 239 medallas, 90, 83 y 66. Destacaron sobre todo en concursos en ambas categorías y en velocidad femenina, con logros que todavía no se han podido superar.

El dominio casi absoluto de las alemanas del Este en la velocidad comenzó en el Europeo de 1969. Hasta entonces, tan solo habían ganado una medalla, cuando Hannerole Sadau (1935), más tarde Raepke, fue plata en los 200 m en 1958. La gran vencedora del Europeo de 1969 fue la joven Petra Vogt (1950-2017), entonces Kandarr, que ganó los 100, los 200 m y el relevo 4 x 100 m. La segunda en los 200 m, su compatriota Renate Meissner (1950), se convertiría en las temporadas siguientes, con el nombre de Renate Stecher, en la gran dominadora de la velocidad femenina. En 1970 igualó con 11.0, la plusmarca mundial de los 100 m, de la estadounidense Wyomia Tyus (1945). Los 11.0, en realidad 11.08, con los que Tyus ganó la final olímpica de 100 m en 1968 eran, sin embargo, de un mayor valor intrínseco, pero entonces la IAAF, hoy World Athletics, no diferenciaba los tiempos manuales de los automáticos. En 1971 hubo un primer intento, fallido, de hacer el campeonato de Europa bienal. En el continental de ese ali, las alemanas del Este solo dejaron de ganar, sorprendentemente, el oro en el relevo 4 x 100 m, que se llevaron las alemanas del oeste . El resto de las pruebas de velocidad subieron a lo más alto del podio, con Stecher en 100 y 200 m y Helga Seidler (1949) en 400 m. Otra alemana del Este, Ingelore Lohse (1945) se hizo con el bronce en esta prueba. Ambas formaron parte del equipo alemán ganador del relevo largo.

El éxito en el Europeo se vio refrendado en los Juegos Olímpicos de 1972. Como sucedió en la categoría masculina, las grandes velocistas estadounidenses de los sesenta no tuvieron continuidad en los setenta y las alemanas ocuparon su sitio. Stecher volvió a hacer doblete en los 100 y los 200 m y Alemania del Este volvió a perder el oro en el relevo ante las alemanas del Oeste. El tiempo de Stecher en los 100 m fue de 11.07. En ese momento la plusmarca mundial era 11.0, Aunque posteriormente se mejoró hasta 10.9 y 10.8, ambos tiempos manuales, por la propia atleta alemana, a partir del 1 de enero de 1977, la IAAF dejó de considerar los tiempos no automáticos como plusmarcas mundiales, por lo que esos 11.07 de la final olímpica fueron la única plusmarca mundial homologada de la distancia. El tiempo ganador de los 200 m fue 22.40, homologado como 22.4, con lo que oficialmente igualaba la plusmarca mundial. Al año siguiente, la propia Stecher mejoraría hasta 22.1.

Las alemanas del Este no pudieron repetir el éxito de 1971 en el campeonato de Europa de 1974. Aunque ganaron ambos relevos, se les escaparon los oros individuales. En 100 y 200 m, Stecher resultó derrotada por la gran velocista polaca Irena Szewińska (1946-2018). En 400 m el triunfo fue para la finlandesa Riita Salin (1950), por delante de la alemana del Este Ellen Streidt (1952).

Strecher buscó en 1976 repetir su actuación de 1972, con dos oros individuales y la plata en el relevo. Se hizo con el oro en el relevo, pero, aunque se mantuvo en el podio en los 100 y los 200 m, no fue en lo más alto. En el hectómetro resultó derrotada por otra alemana, federal, Annegret Ritcher (1950), una de las campeonas olímpicas del relevo 4 x 100 m cuatro años antes, quien con 11.08, se quedó muy cerca de la plusmarca mundial de Stecher. Ritcher fue plata en los 200 m, detrás de otra alemana del Este Bärbel Eckert (1955), más tarde Wöckel, en una carrera en la que Stecher fue bronce. Los 400 m fueron para Szewińska, con plusmarca mundial de 49.28. La acompañaron en el podio otras dos alemanas del Este, Christina Brehmer (1958), más tarde Lathan, y la subcampeona de Europa Ellen Streidt. Ambas formarían parte del equipo ganador del relevo 4 x 400 m, con plusmarca mundial de 3:19.23.

Alemania del Este alcanzó la cumbre en estos Juegos de 1976 al encabezar el medallero en atletismo con 27 metales, 11, 7 y 9, por delante de Estados Unidos. Stecher se retiró esa misma temporada. Hubo dos jóvenes alemanas que pasaron bastante desapercibidas en estos Juegos. Marlies Oelsner (1958), más tarde Göhr, fue octava en los 100 m y Marita Koch (1957) no pudo salir en su semifinal de 400 m, tras lesionarse. Ambas darían un enorme vuelco a la velocidad mundial en los años siguientes.

La historia de Hal Connolly y Olga Fikotová

A pesar de que los lanzadores de martillo de los Estados Unidos se llevaron los oros olímpicos en las siete primeras ediciones de los Juegos, hasta 1924, el concurso perdió todo su interés en el país. Las competiciones de martillo comenzaron a escasear y las pocas que había tenían lugar fuera de los estadios, sin público, lo que incidió negativamente en el número de practicantes. Las cosas comenzaron a cambiar después de la Segunda Guerra Mundial. Sam Felton (1926-2015) se dedicó al estudio de los métodos europeos de lanzamiento. Fue cuarto en los Juegos de Londres, a escasos 7 cm de su compatriota Robert Bennett (1919-1974), bronce. Ambos prepararon el camino para la irrupción de uno de los grandes de la historia de la prueba, el formidable Hal Connolly (1931-2010).

Harold Vincent Connolly nació el 1 de agosto de 1931 en Somerville, Massachusetts. Connolly sufrió una afectación del plexo braquial izquierdo al nacer, lo que le produjo un defecto en el desarrollo de la extremidad superior, que llegó a ser 10 cm más corta que la derecha. Este problema no le impidió convertirse en atleta de elite. Estudiante en el Boston College y posteriormente en UCLA, progresó rápidamente en el lanzamiento de martillo desde 55.40 en 1954 hasta 63.88 m en 1955, muy cerca de los 64.52 m que el bielorruso, entonces soviético, Mijail Krivonosov (1929-1994) poseía como plusmarca mundial. En 1956, antes de los Juegos Olímpicos de Melbourne, que se celebraban a finales de noviembre, ambos mantuvieron una dura pugna por la plusmarca mundial, con la irrupción de otro estadounidense, Cliff Blair (1929-2013). Este lanzó el 4 de julio 65.95 m, homologado como plusmarca estadounidense, pero no reconocida por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, hoy World Athletics). Krisonov lrealizó 65.85 m el 25 de abril y 66.38 el 8 de julio. Connolly hizo 66.71 el 3 de octubre, no homologado por la IAAF. Krisonov respondió con 66.85 y 67.32 m el 22 de octubre. Pero acabaría siendo Connolly el que llegase a los Juegos como plusmarquista mundial con 68.68 m el 2 de noviembre. Se preveía que habría un gran duelo entre ambos, por el oro olímpico. Unos meses antes, el 29 de junio, Connolly solo había sido tercero en las pruebas de selección olímpica, superado por Al Hall (1934-2008) y por Cliff Blair. Connolly conseguiría su objetivo olímpico. Lo que no sospechaba es que se haría mundialmente famoso por otro tema, ajeno al atletismo, en el que la mitad del protagonismo fue para la lanzadora de disco checa, entonces checoslovaca, Olga Fikotová (1932)

Olga Fikotová nació en la localidad checa de Libiš, cerca de Praga, el 13 de noviembre de 1932. Dotada naturalmente para el deporte, representó internacionalmente a Checoslovaquia en baloncesto y balonmano, antes de comenzar con el lanzamiento de disco, en 1954. Estudiante de Medicina en la Universidad de Carlos, progresó rápidamente y en 1956 resultó seleccionada para los Juegos de Melbourne, adonde llegó con una mejor marca ese año de 51.80 m. Era el cuarto mejor lanzamiento de ese año, por detrás de tres soviéticas, la campeona olímpica, la rusa Nina Ponomaryova (1929-2016), 54.36 m, otra rusa Iryna Beglyakova (1933-2018), 52.71 m, y la veterana georgiana, plusmarquista mundial con 57.04 m, Nina Dumbadzne (1919-1983), 52.27 m. Fikotová seguramente se veía peleando por el podio olímpico. Lo que no se imaginaba era la manera en que los Juegos le cambiarían la vida.

El 23 de noviembre tuvo lugar la final de lanzamiento de disco femenino. Beglyakova se colocó en cabeza en la primera ronda con 51.74 m, nueva plusmarca olímpica. En la segunda, Ponomaryova recuperó su primado olímpico con 51.61. Fikotová sorprendió en el tercer intento con mejor marca personal de 52.02 m, que la colocaba en la cabeza de la prueba. En la misma ronda se vio superada por Beglyakova con 52.54 m. Fikotova siguió progresando con 52.28 m en el cuarto intento y unos magníficos 53.89 m en la ronda final, que le dieron el oro, por delante de Beglyakova, 52.54 m, y Ponomaryova, 52.02 m. Curiosamente esta última había enseñado algunos detalles de la técnica de lanzamiento a Fikotová el año anterior.

Al día siguiente se celebró la final masculina de lanzamiento de martillo. En la primera ronda el ruso, entonces soviético, Anatoli Samontvestov (1932-2014) superaba con 62.10 m la anterior plusmarca olímpica y se colocaba en cabeza. Dos lanzamientos de 63.00 y 63.03 m colocaban en la mitad de la prueba a Krivosonov primero, con Connolly segundo, 62.65 m. El bielorruso hizo tres nulos a continuación, mientras en estadounidense se iba a 63.19 m en su quinto intento. En la última ronda Samontyestov reforzaba su tercera posición con 62.96 m.

Tanto Fikotová como Connolly consiguieron el oro olímpico, pero esto no fue lo más importante que les dieron estos Juegos. Sus caminos se cruzaron y, pese a las diferencias políticas de sus respectivos países, y que apenas eran capaces de mantener una conversación bien en el mal alemán de él, bien en el mal inglés de ella, comenzaron una relación sentimental. La reacción positiva de la prensa occidental fue diametralmente opuesta a la de las autoridades checoslovacas, decididas a no permitir la salida de Fikotová del país. Parece que los buenos oficios del matrimonio de campeones olímpicos y héroes nacionales formado por Emil Zátopek (1922-2000) y Dana Zátopková (1922-2020) tuvieron que ver para que finalmente las autoridades checoslovacas permitiesen la boda y el traslado de Olga a los Estados Unidos. El casamiento tuvo lugar en 1957 en el antiguo ayuntamiento de Praga. Se intentó mantener el lugar de la ceremonia en secreto pero se acabó sabiendo y 40 000 personas acudieron a presentar sus respetos a la pareja.

Tras establecerse en California Olga, ahora Olga Connolly, intentó terminar Medicina y seguir representando a su país de origen, pero no tuvo éxito en ninguno de estos objetivos. Representó a Estados Unidos en las siguientes cuatro ediciones de los Juegos. Fue séptima en 1960, duodécima en 1964, sexta en 1968 y décimo sexta en 1972, donde fue abanderada en la ceremonia inaugural. Por su parte Hal siguió coleccionando plusmarcas mundiales: 68.68 m (20 06 1958), 70.33 m (12 08 1960), 70.67 m (21 07 1962), 71.06 m (29 05 1962) y 71.26 m (20 06 1965). No le fue tan bien en la competición olímpica. Fue octavo en 1960, sexto en 1964, no pasó a la final en 1968 y no se clasificó en 1972.

La historia de amor de Connolly y Fikotová llegó a su fin en 1975, cuando la pareja se divorció. Uno de sus hijos, Jim Connolly, fua campeón universitario estadounidense de decatlón en 1987. Connolly volvió a casarse en 1976 con la antigua pentatleta y entrenadora Pat Winslow (1943). Hal Connolly se dedicó a la enseñanza y al entrenamiento de lanzamiento de martillo. Murió el 18 de agosto de 2010. Olga también se dedicó a entrenar y al trabajo social. En la actualidad vive retirada en Estados Unidos.

Hal Connolly fue el último campeón olímpico estadounidense en el lanzamiento de martillo. Desde su oro en Melbourne tan solo Lance Deal (1961) ha conseguido representar a Estados Unidos en el podio con su plata en los Juegos de 1996.

1960-1963, el trienio mágico del salto de altura con John Thomas y Valeri Brúmel

Entre el 30 de abril de 1960 y el 21 de julio de 1963, poco más de tres años, se mejoró la plusmarca mundial de salto de altura en nada menos que 12 centímetros. Nunca en la historia de la prueba se había dado una progresión tan importante en tan poco tiempo. Ese trienio coincidieron dos saltadores excepcionales, el estadounidense John Thomas (1941-2013) y el ucraniano, entonces soviético, Valeri Brúmel (1942-2002). Ambos tenían un dominio magistral de la técnica predominante de salto entonces, el rodillo ventral, y, sin duda se beneficiaron de la sustitución de la arena por la colchoneta en la caída.

John Curtis Thomas nació el 3 de marzo de 1941 en Boston. Con 1.96 m de estatura, comenzó a destacar muy joven en el salto de altura. En 1958 ya se elevaba por encima de 2.10 m. En 1959 sorprendió al mundo atlético con unos registros magníficos en pista cubierta, que entonces no se homologaban como plusmarcas mundiales, ni siquiera en sala. En un período de 42 días saltó 2.11, 2.125, tres veces 2.13 y 2.165 m, marca esta ligeramente superior a la plusmarca mundial absoluta. Se perdió la temporada al aire libre por un accidente en un pie en el hueco de un ascensor. Regresó muy fuerte en 1960, primero en pista cubierta con dos veces 2.17, 2.18 y 2.195 m, registros ya superiores al techo mundial, pero no homologables. Esto lo solucionó al aire libre, con cuatro plusmarcas mundiales oficiales en el espacio de dos meses. El 30 de abril superó 2.171 (2.17) m, un centímetro más que la anterior plusmarca mundial del ruso, entonces soviético, Yuri Stépanov (1932-1965). Stépanov había realizado este registro con un alza en la zapatilla de 5 cm. Aunque la marca se homologó, a partir de entonces solo se permitieron alzas de 13 mm como máximo. El 21 de mayo, Thomas repitió los 2.17 m, en realidad 2.178 m. El 24 de junio se fue a 2.184 (2.18) m. En Stanford, en las pruebas de selección olímpica , el 1 de julio, hizo su mejor competición se siempre. Saltó a la primera 2.195 y 2.232 m, pero la burocracia no consideró la primera marca y restó un centímetro a la segunda. Hasta el 1 de enero de 1963 se homologaban marcas de saltos y lanzamientos tanto en el Sistema Internacional como en pies y pulgadas. La medición en este último sistema del salto de Thomas fue 7’3 7/8 (7 pies, 3 pulgadas y 7/8, es decir, 2.232 m). El reglamento no permitía fracciones de octavos de pulgadas, de modo que hubo de redondearse a cuartos de pulgadas 7’3 3/4 o 2.229 m. A partir de 1963 solo se consideraron válidas las marcas en el Sistema Internacional, por lo que el salto de Thomas se redondeó al centímetro inferior, convirtiéndose en 2.22 m. El segundo y el tercero de las pruebas de selección fueron Joe Faust (1942), 2.134 m y Charlie Dumas (1937-2004), 2.108 m, el anterior campeón olímpico que acompañarían a Thomas a los Juegos Olímpicos de Roma.

Desde 1896, Estados Unidos solo había dejado de ganar el oro en salto de altura en 1948. En Roma pensaban continuar con la racha, pese al potente equipo soviético con el ruso Viktor Bolshov (1939), que en dos años había pasado de 1.95 a 2.15 m, el georgiano Robert Shavlakadze (1933-2020), acreditado en 2.13 m, y, sobre todo, el joven ucraniano de 18 años Valeri Brúmel, plusmarquista soviético con 2.17 m. La final olímpica de salto de altura tuvo lugar el 1 de septiembre, en una calurosísima tarde. Faust y Dumas, con problemas físicos, no pudieron dar lo mejor de sí. El primero ocupó la 17ª y última plaza con 1.95 m, mientras Dumas fue 6º con 2.03 m. Los soviéticos, sin embargo, tuvieron un rendimiento competitivo magnífico. Con el listón situado a 2.14 m Thomas se había quedado solo con los tres soviéticos. Lideraba Shavlakadze, que había saltado la altura a la primera, marca personal. Tanto Bolshov, como Brúmel, como Thomas lo habían hecho al segundo intento. Thomas era segundo por menos saltos previos. Sin embargo no pudo con 2.16 m, cosa que sí hicieron Shavlakadze, a la primera, y Brúmel a la segunda. Shavlakadze se proclamaba sorprendentemente campeón olímpico, con dos marcas personales, mientras Brúmel demostraba también una gran capacidad competitiva pese a su juventud. El contrapunto fue John Thomas, también muy joven, al que su bronce supo a poco. La reacción de los aficionados estadounidenses fue tan desfavorable que llevó a Thomas a declarar Esta fue la primera vez que me di cuenta de que a la gente no le gustaba yo, le gustaban los ganadores. Thomas había saltado por encima de 2.16 m diez veces.

John Thomas no volvió a alcanzar la forma de 1960, si bien se mantuvo regularmente en 2.18 o 2.19 m. En 1964 volvió a los Juegos Olímpicos tras haberse impuesto en las pruebas de selección. Allí se enfrentaría a un Valeri Brúmel, que ya no era un joven inexperto, sino el plusmarquista mundial con unos superlativos 2.28 m.

Valeri Nikoláievich Brúmel nació en la localidad siberiana de Razvedki el 14 de abril de 1942, en el seno de una familia de geólogos que estaban explorando la zona. Siendo Valeri muy joven, se trasladaron a la ciudad ucraniana de Lugansk. Con 16 años ya saltaba 2 m. En 1960, tras su medalla de plata en Roma, realizó tres plusmarcas europeas en seis semanas, 2.18, 2.19 y 2.202 (2.20) m. En enero de 1961, en pista cubierta, superó a Thomas al saltar 2.25 m, que no se homologaron Oficialmente su primera plusmarca mundial fue el 18 de junio de 1961, cuando saltó en Moscú 2.236 (2.23) m. Continuó el 16 de julio con 2.243 (2.24) m y con 2.25 m el 31 de agosto en la Universiada de Sofía (Bulgaria). Continuó mejorando en 1962. El 22 de julio, en Palo Alto, en el encuentro entre Estados Unidos y la Unión Soviética realizaba 2.26 m. Un desconocido John Thomas ocupaba la última posición con 2.05 m. Este encuentro entre los dos superpotencias tuvo lugar entre 1958 y 1985, con periodicidad variable y en aquellos años 60, en plena Guerra Fría, se le daba mucho valor. El 9 de septiembre en Moscú subía hasta 2.27 m. En el medio de las dos plusmarcas mundiales se proclamó campeón de Europa al aire libre 2.21 m, 8 cm más que el segundo, el sueco Stig Petterson (1935). Tercero fue Robert Shavlakadze. La última plusmarca mundial de Brumel tuvo lugar el 21 de julio de 1963, en Moscú, durante el encuentro Unión Soviética-Estados Unidos. Se elevó hasta 2.28 m. El líder soviético Nikita Jruschov (1894-1971), presente en el palco, no pudo evitar abrazar efusivamente al diplomático estadounidense Averrel Harriman (1891-1986).

En 1964 se volvía a encontrar a John Thomas en la final olímpica de salto de altura. La diferencia entre ambos parecía insalvable. Brúmel había saltado 2.28 el año anterior y 2.24 m ese año. Los 2.22 m (en realidad 2.23) de Thomas eran de 1960. En 1964 llegó a los Juegos de Tokio con 2.18 m, aunque había saltado 2.20 en pista cubierta. A la hora de la verdad, la prestación de ambos fue muy pareja. En la clasificación, el ucraniano se mostró inseguro. Estuvo a punto de quedarse fuera en 2.03 m, si bien pasó 2.06 m, marca para la final, a la primera. En la final, con 2.14 quedaban cinco atletas. Brúmel, Thomas, otro estadounidense de nombre cinematográfico, John Rambo (1941-2013) y los medallistas europeos Stig Petterson y Robert Shavlakadze. Rambo se colocó en cabeza al superar la altura a la primera. Petterson necesitó dos intentos y los otros tres también pasaron, a la tercera tentativa. En la siguiente altura, 2.16 m, Petterson y Shavlakadze resultaron eliminados. Brúmel saltó la altura en el primer intento, Thomas en el segundo y Rambo en el tercero. Este no pudo con 2.18 m, que los otros dos superaron en el primer intento. Ambos derribaron tres veces el listón situado en 2.20 m. Brumel era campeón con más apuros de lo esperado.

En 1965, Brúmel se quedó en una mejor marca de 2.19 m. Este fue su último año en la elite. Todo terminó bruscamente el 4 de octubre de ese año, cuando sufrió una fractura complicada de la tibia derecha tras un accidente de motocicleta. Pocos días después recibía un telegrama con el siguiente texto A veces parece que un giro del destino quiere poner a prueba la fuerza de carácter de un hombre. No te dejes derrotar. Confío sinceramente en volverte a ver saltar. John Thomas. Pese a las circunstancias, ambos saltadores habían desarrollado una sincera admiración y amistad. Después de 20 operaciones, en 1970, Brúmel fue capaz de saltar 2.06 m. Posteriormente hizo una tesis doctoral en Psicología del deporte, escribió cuatro obras de teatro, una novela y el guion de una película. Murió el 26 de enero de 2022. Thomas, por su parte, siguió compitiendo hasta 1967. Posteriormente trabajó en el departamento de ventas de la compañía de teléfonos Bell. Fue algo más longevo que Brúmel. Falleció el 15 de enero de 2013.

La plusmarca de Brúmel de 2.28 m duró oficialmente hasta el 3 de julio de 1971, cuando el estadounidense Pat Matzdorf (1949) saltó 2.29 m. Sin embargo, unos meses antes, el 8 de noviembre de 1970), el chino Ni Zhiqin (1942), que había nacido el mismo día que Brúmel, había realizado la misma marca que Matzdorf, pero entonces la República Popular China estaba excluida del ámbito de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, hoy World Athletics). El salto de altura había comenzado a cambiar con la victoria del estadounidense Dick Fosbury (1947) en los Juegos Olímpicos de 1968, con su entonces particular estilo que acabó llevando su nombre. El 11 de julio de 1973 el también estadounidense Dwight Stones (1953) se convertía con 2.30 m en el primer plusmarquista mundial con estilo Fosbury. Nunca se sabrá qué habría sucedido si Brumel hubiese estado en buenas condiciones en los Juegos de México y hubiese batido a Fosbury. ¿Se habría adoptado el nuevo estilo con la misma rapidez?

Steve Ovett y Sebastian Coe en los 800 metros (I)

Cuando se habla de la rivalidad entre los británicos Steven Michael James Ovett (Brighton, 9 10 1955) y Sebastian Newbold Coe (Chiswick, Londres, 29 09 1956) enseguida vienen a la memoria la final de 1500 m de los Juegos Olímpicos de 1980 o la lucha, a distancia, por la plusmarca mundial de la milla en 1981. Sin embargo, ambos fueron también grandes corredores de 800 m. Ovett, que había comenzado su carrera atlética centrado en esta prueba, fue campeón olímpico en 1980, mientras Coe, que había empezado en distancias más largas, fue dos veces subcampeón olímpico y dos veces plusmarquista mundial, con registros rapidísimos.

Los dos atletas comenzaron a practicar su deporte favorito muy jóvenes. Steve destacaba ya en categorías menores, mientras Seb tardaría algún tiempo más. En 1970, con 14 años, Ovett era un corredor de 400 y 800 m, capaz de hacer 51.7 y 2:00.0. Su progresión en los años siguientes fue enorme, con 49.8 y 1:55.3 en 1971. Ese año también fue capaz de correr los 100 m en 12.0 y los 200 en 23.5. En 1972 tuvo lugar el primer enfrentamiento entre los dos genios del mediofondo, aunque entonces nadie le prestó atención. Sucedió en una competición escolar de campo a través sobre 4 millas. El vencedor fue Kirk Dumpleton (1956), que llegaría a correr la milla en 4:01, con Steve segundo y Seb décimo. Los tiempos de Ovett de ese año fueron 23.0, 48.4, 1:52.5 y 4:01.5, en una de sus entonces escasas incursiones en los 1500 m. En 1973 el atleta de Brighton daba un enorme salto de calidad. Decidió abandonar los 400 m, prueba que solo correría ocasionalmente, y se centró en los 800 y los 1500 m / milla. En esta última prueba se fue a 4:00.0, mientras en la distancia métrica solo realizó 3:51.6. Probablemente si se hubiese cronometrado el paso de la milla habría estado en torno a 3:44.0. Pese a esta gran marca, su distancia favorita seguía siendo el 800. En una final del campeonato británico de altísimo nivel, donde el vencedor Andy Carter (1949) hacía plusmarca nacional, 1:45.12, Ovett fue sexto con 1:47.34, asimismo plusmarca británica de la categoría. Poco después se proclamaba brillantemente campeón de Europa junior (sub20) de 800 m, con 1:47.53, 0.04 menos que el alemán Willie Wülbeck (1954), futuro campeón mundial. Cuarto fue el belga Ivo van Damme (1954-1976), que sería doble subcampeón olímpico en 1976.

En 1974, siendo aún junior, Ovett se mostró como el mejor corredor británico de 800 m del momento. Se proclamó campeón nacional con 1:46.84 y en el campeonato de Europa absoluto solo cedió ante el croata, entonces yugoslavo, Luciano Susanj (1948), magnífico campeón con 1:44.07. Ovett mejoraba su plusmarca personal hasta 1:45.77. Previamente, en una de las dos millas que había corrido esa temporada, había bajado por primera vez de 4 minutos, 3:59.4.

Tras una temporada de 1975 de transición en la que, sin embargo, mejoró en la milla hasta 3:57.00, en 1976 estaba decidido a pelear por las medallas en los Juegos Olímpicos. Se clasificó imponiéndose brillantemente en las pruebas de selección británicas tanto en los 800 como en los 1500 m, en este último caso con marca personal de 3:39.64, derrotando a Dave Moorcroft (1952) y a Frank Clement (1952), que era plusmarquista nacional de los 1500 m y de la milla. En la final olímpica de 800 m, en la que el majestuoso cubano Alberto Juantorena (1950) hacía plusmarca mundial de 1:43.50, Ovett fue quinto, con marca personal de 1:45.44. Cuatro días después ganaba su serie de 1500 m con plusmarca personal de 3:37.89, a 0.61 de la plusmarca británica de Clement. En la semifinal no corrió tan bien y no pudo pasar a la final. Con tan solo 20 años, el quinto puesto de los 800 m le debió saber a poco. En esa prueba se vio superado por Wülbeck y por van Damme, que había derrotado tres años antes en el Europeo Junior de 1973, mientras en la final de los 1500 m Clement y Moorcroft, a los que había batido en las pruebas de selección olímpica, fueron respectivamente quinto y séptimo.

En 1977, Ovett decidió dar un giro a su carrera atlética. Dejó el 800 en un segundo plano y se dedicó a los 1500 m y a la milla. El 13 de mayo resultó derrotado por el estadounidense Steve Scott (1956) en un 1500. Desde entonces hasta la final olímpica de Moscú no volvió a perder ninguna carrera de 1500 o de la milla, con una racha de 45 victorias consecutivas. Se convirtió en plusmarquista británico de la milla, 3:54.69, y de los 1500 m con su soberbia victoria en la Copa del Mundo en 3:34.45. Esa temporada corrió los 3000 m en 7:41.3, los 5000 m en 13:25.0 en incluso un medio maratón en 1h05:38. En 1978 se celebraba el campeonato de Europa al aire libre, donde intentaría el doblete en 800 y 1500 m. Llegó al Europeo habiendo corrido un solo 800, en el que hizo 1:45.38, marca personal. A priori su máximo rival era un joven Seb Coe, quien con 1:44.95 a finales de la temporada anterior se había convertido en plusmarquista nacional, tiempo que había mejorado hasta 1:44.25 antes del Europeo. Pese a ser casi de la misma edad, para Coe era su primera gran competición.

Seb Coe había comenzado su carrera atlética más centrado en los 1500 e incluso en los 3000 m. En 1973 era un buen juvenil (sub18), que corría los 400 m en 51.8, los 800 en 1:56.0, los 1500 en 3:55.0 y los 3000 en 8:34.6. Se perdió por lesión la temporada de 1974. En 1975 ganó la medalla de bronce en el Europeo Junior, con 3:45.2, que era su mejor marca, a 0.4 del ganador, el finlandés Ari Paunonen (1958). Ese año registró también 1:53.8 en 800 y 8:14.8 en 3000 m. Es decir, a la edad en que Ovett ya era subcampeón de Europa absoluto de 800 m, Coe era medallista de bronce en categoría junior en 1500 m. Pero la progresión de Coe en los cuatro años siguientes lo llevaría a lo más alto.

En 1976, Seb Coe aún estaba lejos de los mejores. Ese año continuaba en los 1500 m / milla. Pese a mejorar hasta 3:43.2, solo pudo ser séptimo en su semifinal de las pruebas de selección olímpica de 1500 m. En el Campeonato Británico, celebrado después de los Juegos, fue cuarto con 3:42.67. Poco después corría su primera milla por debajo de los 4 minutos, 3:58.35. En 1977, Coe hizo un importante cambio en su carrera atlética, que continuaría en los años siguientes. Pasó a focalizarse en los 800 m, sin dejar los 1500 m / milla. Pero de estas últimas disputaría pocas carreras y muy rápidas. La temporada comenzó con el oro en los 800 m en el Europeo de pista cubierta, con plusmarca británica de 1:46.54. La estrategia dio resultado pues en septiembre añadía a la plusmarca anterior la del aire libre, 1:44.95. Previamente había mejorado en su única milla de ese año a 3:57.67. También mejoró en los 800 m en 1978, poco antes del Europeo, hasta 1:44.25, mejor marca mundial del año. Esperaba volver a casa con el oro continental, pero antes tendría que batir a Steve Ovett, al menos sobre el papel.

Las series de los 800 m del Europeo de Praga no ofrecieron sorpresas. Coe realizó el mejor tiempo con 1:46.82, mientras Ovett se había impuesto en la primera serie con 1:47.80. Ambos vencieron también es sus semifinales, Seb 1:47.44 en la primera y Steve 1:46.51 en la segunda. Todo parecía indicar que el oro estaría entre ambos. La final fue una locura. Coe, confiado en su superioridad cronométrica, marcó 49.32 en la primera vuelta, seguido del alemán Olaf Beyer (1957), acreditado en 1:45.8, y Ovett. Coe continuaba en cabeza al paso por los 600 m en 1:16.2, pero en la última recta se quedó sin fuerzas. Ovett lo sobrepasó con cierta facilidad y parecía que el oro sería para él, pero Beyer, que también había adelantado a Coe, consiguió hacer lo mismo con Ovett a falta de 40 m y se llevó la victoria con unos excelentes 1:43.84, 2 segundos menos que su marca previa. Ovett fue segundo con plusmarca británica de 1:44.09 y Coe consiguió mantener la tercera posición con 1:44.76.

A diferencia de Coe, la participación de Ovett en el Europeo no concluyó con los 800 m. Tomó parte en los 1500 m donde se impuso con plusmarca de los campeonatos. Poco después, con 8:13.51 en las dos millas realizaba su primera plusmarca mundial. Coe, por su parte, recuperaba la plusmarca nacional de 800 con 1:43.97.

La barrera que se rompió dos veces… por primera vez

La prueba de 800 metros formó parte del programa olímpico la primera vez que el atletismo femenino fue olímpico, en 1928. La primera campeona olímpica fue la alemana Linda Radke (1903-1983), que se impuso con una nueva plusmarca mundial de 2:16.0. Tras la carrera hubo varias participantes que se tiraron al suelo, por un exceso de ácido láctico. Esta imagen sirvió para generar la opinión de que era una prueba demasiado larga para las mujeres. Hay que tener en cuenta que el programa olímpico femenino se había iniciado con no poca oposición, incluido la del propio Pierre de Coubertin (1863-1937), fundador de los Juegos Olímpicos modernos. No se impuso la lógica y finalmente el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió eliminar esta prueba de los Juegos. Pese a esta prohibición la prueba continuó disputándose en reuniones atlética y la plusmarca mundial continuó mejorando. En este sentido merece mencionarse a la rusa, entonces soviética, Nina Otkalenko (1928-2015), que llevó la plusmarca mundial desde 2:12.2 en 1951 hasta 2:05.0 en 1955.

Como sucedería 4 años después con los 400 m o 24 años más tarde con los 3000 m y los 400 m vallas, la Asociación Europea de Atletismo (EAA) fue mucho más innovadora que el COI e hizo oficial la prueba de 800 m en el campeonato de Europa de 1954. La primera campeona fue Otkalenko, que se impuso a la británica Diane Leather (1933-2018) y a su compatriota Lyudmila Lysenko (1934). Esta última sucedería a Otkalenko como plusmarquista mundial, que en 1960 se fue a 2:04.3.

En 1960, finalmente, la distancia de los 800 m regresaba a los Juegos Olímpicos. En Roma el oro fue para Lysenko, entonces conocida como Shevtsova, que igualaba su plusmarca mundial de 2:04.3 (2:04.50). Curiosamente, los 400 m no fueron olímpicos hasta la siguiente edición. La plusmarca mundial continuó progresando. La australiana Dixie Williams (1941), que en la final olímpica de 1960, se retiró a falta de 700 m cuando lideraba la prueba, registró en 1962 2:01.2, al paso por los 800 m de una carrera de 880 yardas en 2:02.0, ambas plusmarcas mundiales. La barrera de los 2 minutos ya se encontraba muy cerca.

Los dos minutos cayeron por primera vez mucho antes de lo esperado, pero, oficialmente, fue algo que no sucedió nunca. En 1960, la atleta norcoreana Shim Geum-dan (o Sin Kim-dan) (1938) corría los 400 m en 53.0, nueva plusmarca mundial que, sin embargo, no se homologó. Se trataba de una atleta rodeada de un halo de misterio, al que, sin duda, contribuía la situación de aislamiento internacional de su país. Nunca llegó a competir en Occidente. En 1962 mejoró hasta 51.9, que sí se homologó como plusmarca mundial. Al año siguiente tomó parte en los GANEFO (Games of the New Emerging Forces). Organizados en Yakarta, se invitó mayormente a países recientemente independizados, países no alineados y países del Bloque del Este. La IAAF no reconoció estos juegos y amenazó con sanciones a los atletas participantes. Shim, no obstante, tomó parte en los 200, los 400 y los 800 m. Fue oro en las tres distancias y, además, realizó 1:59.1 y 51.4 en días consecutivos, con lo que aparentemente mejoraba su plusmarca mundial de la vuelta a la pista y se convertía en la primera mujer en romper la barrera de los dos minutos en la doble vuelta. La IAAF, sin embargo, cumplió su amenaza. No homologó ninguno de los dos tiempos, como plusmarca mundial, ni tampoco los 51.2 y 1:58.0 realizados en Pyongyang al año siguiente. Además no permitió su participación en los Juegos de Olímpicos de 1964. Shim repitió su actuación de 1963 en los GANEFO de 1966.

Mientras tanto, en el mundo oficial, la británica Ann Packer (1942) se hacía con el oro olímpico de los 800 m en 1964, tras ser plata en los 400 m, con 2:01.1 nueva plusmarca mundial oficial. La barrera de los dos minutos tardó más tiempo del esperado en superarse por primera vez oficialmente. En 1967 la australiana Judy Pollock (1940) corría en 2:01.0 y al año siguiente la croata, entonces yugoslava, Vera Nikolić (1948-2021) realizaba 2:00.5. Era la gran favorita para hacerse con el oro en los Juegos Olímpicos de México pero, sorprendentemente, abandonó en la semifinal. La victoria fue para la estadounidense Madeline Manning (1948), que se quedó a 0.4 del tiempo de la croata.

Finalmente en 1971, la alemana Hildelgard Falck (1949) corría en 1:58.5 (1:58.45), rompiendo de forma oficial por primera vez la barrera de los 2 minutos. Su tiempo aún era inferior al de Shim. Falck fue campeona olímpica en 1972. Finalmente en 1973, la búlgara Svetla Zlateva (1952) superaba el tiempo de la coreana con 1:57.5. En pocos años, la plusmarca mundial mejoró notablemente. Es de destacar que en las dos siguientes ediciones de los Juegos Olímpicos las ganadoras de la prueba lo hicieron con plusmarca mundial. La rusa, entonces soviética, Tatyana Kazankina (1951) fue oro en 1976 con 1:54.9 (1:54.94). Su compatriota Nadezhda Olizarenko (1953-2017) realizó 1:53.5 (1:53.43) cuatro años después, en la final de los Juegos de Moscú. Este registro es en la actualidad la segunda mejor marca de siempre, pues resultó superada por los 1:53.28 de la checa Jarmila Kratochvílová (1951), quien en 1983 hizo 1:53.28, la plusmarca mundial más antigua del atletismo actual.

Los Juegos Intercalados de Atenas 1906

El sueño del aristócrata francés Pierre de Coubertin (1863-1937) de resucitar los antiguos Juegos Panhelénicos, que tenían lugar cada cuatro años en Olimpia, desde 776 aC hasta 392 dC, se cumplió con los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna en 1896. En 1894, se había fundado el Comité Olímpico Internacional (COI), presidido por el propio Coubertin. La idea inicial de este organismo era celebrar los primeros Juegos en 1900, en el seno de la Exposición Universal de París, pero el entusiasta apoyo al proyecto de los griegos hizo que, una vez descartada Olimpia, por la ausencia de infraestructuras y malas comunicaciones, Atenas fuese la primera sede olímpica. Los Juegos fueron un éxito, pese a que los gobiernos de los países participantes no se involucraron y los deportistas hubieron de buscar financiación privada. Grecia se ofreció a organizar cada cuatro años la competición, pero Coubertin continuó con su idea inicial de celebrar la siguiente edición en París. Sin embargo, los Juegos de París de 1900 fueron un fracaso. Se prolongaron durante cinco meses y se quedaron ensombrecidos por la Exposición Universal. Para 1904, como agradecimiento del apoyo que Estados Unidos estaba brindando al Movimiento Olímpico, el COI decidió nombrar a Chicago sede de los Juegos. Sin embargo, San Luis, que celebraría una exposición universal ese año, adujo que tenía mejores condiciones y finalmente el COI cambió su decisión. El resultado fue parecido a París, con el problema añadido de muy poca asistencia.

Los fracasos de París y de San Luis dejaron muy tocado el incipiente Movimiento Olímpico. Grecia no había cejado en su empeño de ser la sede central de los Juegos. En 1901, el COI, con cierta oposición de Coubertin, decidió que Atenas celebraría una competición olímpica cada cuatro años, intercalada con los otros Juegos Olímpicos, que cambiarían de sede cada cuatro años. Los primeros Juegos Olímpicos Intercalados tendrían lugar en 1906.

Los Juegos Intercalados se celebraron en el Estadio Panathinaikó, sede de los Juegos de 1896, del 22 de abril al 2 de mayo de 1906. Fueron los primeros Juegos con desfile inaugural, ceremonia de clausura, villa olímpica y alzamiento de banderas nacionales para los medallistas. También por primera vez se limitó el número de atletas por país y por prueba. Compitieron 854 atletas, 6 mujeres, de 20 países. En su travesía desde Nueva York, al pasar por el estrecho de Gibraltar, una ola golpeó fuertemente la cubierta del barco que trasladaba al equipo de Estados Unidos, e hirió a seis deportistas.

En atletismo se celebraron 21 pruebas, solo en categoría masculina. No habría categoría femenina hasta 1928. Las pruebas fueron 100 m, 400 m, 800 m, 1500 m, 5 millas, maratón, 110 m vallas, 1500 m marcha, 3000 m marcha, salto de altura, salto de altura sin impulso, salto con pértiga, salto de longitud, salto de longitud sin impulso, triple salto, lanzamiento de peso, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco, lanzamiento de disco estilo griego, lanzamiento de piedra y pentatlón. Estados Unidos encabezó el medallero con 23 metales, 11 de oro. Uno de los grandes triunfadores fue el estadounidense Ray Ewry (1873-1937), ganador de los saltos sin impulso de longitud y altura. Había ganado estos dos saltos, junto con el triple sin impulso en las dos ediciones anteriores de los Juegos y repetiría en resultado de 1906 en 1908, totalizando 8 oros oficiales y 2 no oficiales. Esto lo convierte en el atleta con más oros olímpicos individuales de la historia. Otro destacado fue el también estadounidense Paul Pilgrim (1883-1958), ganador de los 400 y de los 800 m, que oficialmente solo repetiría el cubano Alberto Juantorena (1950) en 1976. El irlandés Peter O’Connor (1872-1957), plusmarquista mundial de salto de longitud, 7.61 m, que duraría hasta 1921, fue plata en esta prueba y oro en el triple salto. Molesto por competir bajo la bandera británica, en un acto vandálico, cambió esta del mástil por la irlandesa. El estadounidense James Lightbody (1882-1953), que había ganado en 1904 los oros olímpicos en 800, 1500 y 2500 m obstáculos, repitió victoria en 1500. Oficialmente solo el británico Sebastian Coe (1956) ha ganado dos veces el oro en el kilómetro y medio. Otro doble oro fue otro estadounidense Martin Sheridan (1881-1918), que ganó los lanzamientos de peso y disco. Además fue segundo en el lanzamiento de disco estilo griego y en los saltos sin impulso de longitud y altura.

Los siguientes Juegos Intercalados estaban previstos para 1910, pero los organizadores fueron incapaces de ponerlos en marcha. El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 hirió de muerte esta competición, que acabó teniendo solamente una edición. Aunque inicialmente el COI los consideró la competición como una más de los Juegos Olímpicos y le dio el marchamo oficial, con el paso del tiempo comenzó a considerarse, al principio extraoficialmente, la celebración del décimo aniversario de los Juegos Olímpicos de 1896. Finalmente, en 1949, una comisión del COI, presidida por el entonces vicepresidente Avery Brundage (1887-1975) retiró a los Juegos Intercalados, de forma retrospectiva, el reconocimiento oficial. Esta decisión no se ha vuelto a revisar, por lo que los Juegos Intercalados no se consideran hoy día olímpicos.

Bob Hayes y los cronometrajes confusos

Hasta la llegada del jamaicano Usain Bolt (1986) a la cumbre de la velocidad en el atletismo, muchos consideraban al estadounidense Bob Hayes (1942-2002) como el mejor corredor de 100 m de todos los tiempos. Su actuación en los Juegos Olímpicos de 1964 con 9.91v en la semifinal, 10.06 en la final y un cronometraje oficioso de menos de 9.0 en la última posta del relevo, todo ello en una pista de tierra, se han convertido en un icono de las mejores actuaciones olímpicas.

Robert Lee Bob Hayes nació en Jacksonville (Florida) el 20 de diciembre de 1942. Desde el instituto compatibilizó el fútbol americano con las carreras de velocidad. En 1961, siendo un desconocido, igualó la plusmarca mundial de las 100 yardas, con 9.3 y registró 20.1 en los 200 m en línea recta. En 1962 consiguió una beca deportiva en la Universidad Agrónoma y Mecánica de Florida (Florida A&M), una institución para estudiantes de raza negra en tiempos de segregación racial legal. Ese año volvió a igualar la plusmarca mundial de 100 yardas, que se había mejorado a 9.2, y lideró la lista del año de 100 m con 10.1. Entre 1962 y 1964 no perdió ninguna carrera. En 1963 por fin superó el techo mundial de las 100 yardas, con 9.1, marca que igualó al año siguiente en tres ocasiones, si bien solo se homologó la primera. También en 1963 igualó con 20.5 la plusmarca mundial de 200 m, que tampoco se homologó. En 1964 se impuso en los 100 m de las pruebas de selección olímpica de su país con 10.1. No participó en los 200 m, pese a tener una mejor marca de 20.4, a 0.2 de la plusmarca mundial de su compatriota Henry Carr (1941-2015).

La actuación de Hayes, que seguía compitiendo con el equipo de fútbol de su universidad, en los primeros Juegos de Tokio fue soberbia. La prueba de 100 m se celebró el 14 y 15 de octubre. Hayes se impuso sin forzar en su serie eliminatoria y en la de cuartos de final. En la primera semifinal realizó un tiempo de 9.91, algo inaudito en aquel momento, pese al viento a favor de 5.3 m/s. En la final, corriendo por la calle 1 de una pista de tierra, con un viento a favor de 1.1 m/s, Hayes se impuso con casi 2 metros de ventaja sobre el segundo, el cubano Enrique Figuerola (1938), el tiempo homologado de Hayes fue 10.0, que igualaba la plusmarca mundial de la distancia. El tiempo real fue 10.06, lo que lo convertía, con diferencia, en el tiempo más rápido de siempre. Figuerola se quedó en 10.25 (homologado 10.2).

El cronometraje automático, conectado a la pistola de salida y a la película de la llegada, se utilizó por primera vez, como apoyo, en los Juegos Olímpicos de 1932. Hasta los Juegos de 1960 incluidos, el cronometraje oficial siempre era el manual. La plusmarca mundial oficial de 400 m, 44.9, realizada por el estadounidense Otis Davis (1932) y el alemán Carl Kaufmann (1936-2008), tuvo un cronometraje automático no oficial de 45.07 para el primero y 45.08 para el segundo. En 1964, por primera vez, el cronometraje automático fue el oficial, aunque redondeado a la décima inferior. El tiempo oficial de 10.0 de Hayes se reconvirtió de un tiempo centesimal de 10.01. En aquel momento los sistemas de cronometraje tenían un retraso conocido de 0.05 segundos, por lo que el tiempo real fue 10.06. Los tiempos manuales no oficiales fueron 9.9, 9.9 y 9.8, según las tres mediciones requeridas. Como se ha indicado, el registro de Hayes era el más rápido de siempre, pero la IAAF (hoy World Athletics), decidió darle el mismo valor que los otros 10.0, manuales, considerados entonces plusmarca mundial. Visto con perspectiva, esta igualación no tenía ningún sentido. El primer 10.0 manual de la historia se estableció el 21 de junio de 1960 en Zúrich por el alemán Armin Hary (1937). La carrera contó con un cronometraje automático no oficial de 10.25. La carrera hubo de repetirse por una salida falsa del alemán, que también había terminado en 10.0, 10.14 real, también muy alejado del tiempo de Hayes. Hasta 1977 la IAAF dio el mismo valor a las marcas manuales y a las centesimales redondeadas. Así, hasta ese momento, el estadounidense Jim Hines (1946) compartía sus 9.95 de la final olímpica de 1968 con otros nueve atletas que habían realizado 9.9 manualmente. En 1977 su 9.9 oficial se reconvirtió a 9.95 y se quedó como el único plusmarquista mundial.

La actuación de Hayes en Tokio culminó con el relevo 4 x 100 m, cuya final tuvo lugar el 21 de octubre. Haciendo la última posta, Hayes recogió el testigo en cuarto lugar y, en una espectacular remontada, tras 30 metros ya estaba el primero. Se hizo con el oro para Estados Unidos, con una nueva plusmarca mundial de 39.06 (39.0). El cronometraje no oficial del relevo de Hayes varía entre 8.6 y 8.9, algo nunca visto hasta entonces.

Tras los Juegos, Hayes, que continuaba jugando al fútbol en el equipo de su universidad, resultó elegido por los Dallas Cowboys, equipo de la NFL (National Football League), donde permaneció hasta 1975 y ganó una Super Bowl, en 1972. La presencia de un hombre tan rápido como Hayes obligó a los rivales a cambiar el marcaje individual a marcaje por zona. La vida personal de Hayes no fue paralela a su exitosa vida deportiva y estuvo plagada de adicciones, matrimonios fracasados y problemas con la justicia. El 18 de septiembre de 2002 fallecía a causa de una insuficiencia renal. Para la historia queda la extraordinaria actuación en Tokio de uno de los mejores velocistas de la historia.

Historia de la plusmarca europea de 1500 metros

Además de la plusmarca mundial de 5000 m, otra de las joyas que nos ha dejado esta atípica temporada atlética ha sido la plusmarca europea de los 1500 m, a cargo del fenómeno noruego Jakob Ingebrigtsen (2000) con 3:28.68 a 2.28 de la plusmarca mundial del marroquí Hicham El Guerrouj (1974). Sucedió el 14 de agosto, en Mónaco. El dominio europeo en la prueba de los 1500 m fue apabullante hasta finales de los 50 del siglo pasado. Cuando, el 28 de agosto de 1958, el australiano Herb Elliott (1938) superó su primer tope universal, con 3:36.0, los atletas europeos habían conseguido 19 de las 24 plusmarcas mundiales homologadas anteriormente. Desde la irrupción del Elliott se han superado 14 primados universales, pero tan solo 5 por europeos, a cargo del trío británico Seb Coe (1956), Steve Ovett (1955) y Steve Cram (1960) durante 6 años.

La primera plusmarca europea homologada tuvo lugar el 5 de agosto de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, en la neutral Suecia. En este país, el atleta local John Zander (1890-1967) realizó sin liebres 3:54.7, también plusmarca mundial, superando los oficiosos 3:59.8, del británico Harold Wilson (1885-1932), primera marca de la historia por debajo de los 4 minutos el 30 de mayo de 1908.

El tiempo de Zander se mantuvo hasta el 19 de junio de 1924. Ese día, el finlandés Paavo Nurmi (1897-1973), dispuesto a conseguir el doblete olímpico en 1500 y 5000 m, decidió reproducir las condiciones de los Juegos, cuyas finales de ambas distancias se celebrarían con menos de 1 hora de diferencia. Nurmi hizo 3:52.6 en el kilómetro y medio y 14:28.2 en los 5 kilómetros 55 minutos después, ambos tiempos plusmarcas mundiales. Poco después, se hizo con los dos títulos olímpicos. Ganaría un total de nueve medallas de oro en tres ediciones olímpicas.

El alemán Otto Peltzer (1900-1970), el 11 de septiembre de 1926, superó en la misma carrera a Nurmi, que fue tercero, y su plusmarca mundial, con 3:51.0. Dos meses antes, Peltzer se había hecho también con el primado mundial de 800 m. Se convirtió así en el primer atleta de la historia en tener ambas plusmarcas mundiales simultáneamente.

El subcampeón olímpico de 1500 en 1928, el francés Jules Ladoumègue (1906-1973), rompió la barrera de 3:50.0 al correr el 5 de octubre de 1930 en 3:49.2. Resultó descalificado por profesionalismo, lo que le impidió disputar el oro olímpico en 1932. Precisamente, el campeón este año, el italiano Luigi Beccali (1907-1990) fue el siguiente plusmarquista mundial. Igualó al francés el 9 de septiembre de 1933 y lo superó 8 días después con 3:49.0. En 1934 fue el primer campeón de Europa de la distancia y en 1936 bronce olímpico.

El subcampeón de Europa de 1500 y campeón de 800 en 1934, húngaro Miklos Szabo (1908-2000) fue el primer plusmarquista europeo no mundial. El 3 de octubre de 1937 corrió la distancia en 3:48.6, a 0.8 del primado mundial del campeón olímpico, el neozelandés Jack Lovelock (1910-1949).

Europa recuperó el tope mundial con la pugna entre Gunder Hägg (1918-2004) y Arne Andersson (1917-2009) en la nuevamente neutral Suecia durante la Segunda Guerra Mundial. Los dos atletas suecos se repartieron 19 plusmarcas mundiales en distancias desde los 1500 a los 5000 m, 4 de ellas en el kilómetro y medio. Hägg corrió en 3:47.6 el 10 de agosto de 1941, en 3:45.8 el 17 de julio de 1942, Andersson en 3:45.0 el 17 de agosto de 1943 y, finalmente, Hägg en 3:43.0 el 17 de agosto de 1943.

Como le ocurrió a Ladoumègue, Hägg y Andersson también recibieron una sanción por profesionalismo encubierto, que les impidió acudir al Europeo de 1946 y a los Juegos de 1948. El campeón de 1500 en la primera competición y subcampeón en la segunda, el también sueco Lennart Strand (1921-2004) igualó los 3:43.0 de Hägg el 17 de julio de 1947. Cinco años después, el alemán Werner Lueg (1931-2014) consiguió el triple empate en los más alto de la lista mundial de los 1500 m. Ese año sería bronce olímpico.

A mediados de los años 50, un trío de corredores húngaros Sándor Iharos (1930-1996), Istvan Rózsavölgyi (1929-2012) y Lázló Tábori (1931-2018), dirigidos técnicamente por el antiguo mediofondista Mihály Iglói (1908-1998), irrumpieron en el panorama mundial del medio fondo y fondo con la consecución de varias plusmarcas mundiales, sobre todo en 1500 m. Iharos llegó a tener, aunque no simultáneamente, los primados universales de 1500, 3000, 5000 y 10 000 m. El 3 de agosto de 1954 corría los 1500 en 3:42.8, tope europeo, a 1.0 del mundial del australiano John Landy (1930), que había conseguido al paso de una milla. Rózsavölgyi, que sería bronce olímpico en 1960, se fue a 3:42.2 el 16 de julio de 1955. Exactamente dos semanas después Iharos ponía otra vez a Europa a la cabeza del 1500 mundial con 3:40.8. La barrera de 3:40.0 parecía muy cercana, pero aún se hizo esperar otros dos años, con cinco plusmarcas de por medio. Tábori igualó a su compatriota el 6 de septiembre de 1955, en una carrera en la que el segundo, el danés Gunnar Nielsen (1928-1985), plata europea en 1954, obtuvo el mismo tiempo y, por tanto, la plusmarca mundial. Rózsavölgyi deshizo el triple empate el 3 de agosto de 1956 con 3:40.6.

El 11 de julio de 1957 en Turku se produjo un hecho curioso, que dio como resultado un nuevo primado europeo y mundial compartido. En una carrera local, dos atletas, nacidos con 15 días de diferencia, y con nombres muy parecidos, Olavi Salsola (1933-1995) y Olavi Salonen (1933), corrían la distancia en 3:40.2. La barrera de 3:40.0 cayó finalmente al día siguiente, cuando el checo, entonces checoslovaco, Stanislav Jungwirth (1930-1986) marcó unos excelentes 3:38.1. Jungwirth, que había sido bronce en el Europeo de 1954, fue testigo de la pérdida de su plusmarca mundial el 28 de agosto de 1958, cuando Elliott realizó 3:36.0. El checoslovaco ocupó la segunda posición con 3:39.0. Unos días antes solo había podido ser octavo en el campeonato de Europa.

Tras los 3:36.0 de Elliott, la plusmarca mundial tardaría 23 años en volver a Europa. Elliott mejoró a 3:35.6 en la final de los Juegos de 1960. Posteriormente, en 1967, el estadounidense Jim Ryun (1947) correría en 3:33.1, y en 1974, en la final de los Juegos de la Commonwealth, el tanzano Filbert Bayi (1953) se convertía en el primer africano plusmarquista mundial de 1500 m, con 3:32.16. Durante todo ese tiempo, hubo algunos momentos en que los europeos pudieron acercarse a los que entonces eran los mejores registros del kilómetro y medio.

El crono de Jungwirth fue plusmarca europea hasta el 28 de julio de 1963, cuando el francés Michel Jazy (1936) realizó 3:37.8. Jazy había sido subcampeón olímpico en 1960. Fue oro europeo en 1500 m en 1962 y plata en 1966. En 5000 m fue campeón de Europa en 1966. Fue plusmarquista mundial de la milla y de los 3000 m. Perdió su primado europeo el 14 de julio de 1965, cuando el alemán Jürgen May (1942) corrió en 3:36.4, pero lo recuperó el 25 de junio del año siguiente con una décima menos, a 0.7 del tiempo de Elliott.

El sucesor de Jazy como plusmarquista europeo de 1500 m fue otro francés, Jean Wadoux (1942), que el 23 de julio de 1970 sorprendió con unos excelentes 3:34.0, segunda mejor marca de siempre a 0.9 del tope mundial de Jim Ryun. No tuvo el francés un gran recorrido. Sin embargo, hubo que esperar hasta el final de la década para superarlo. La irrupción de Coe y Ovett supuso la vuelta, por última vez, al dominio europeo de la prueba. Coe, más centrado en la milla que en el 1500, superó el primado continental de Wadoux el 17 de julio de 1979, al marcar 3:32.8 en el paso de una milla, que terminó con una nueva plusmarca mundial de 3:48.95 (homologada 3:49.0). Pocas semanas después, el 15 de agosto, el británico recuperaba para Europa la plusmarca mundial de los 1500 m, al correr la distancia en 3:32.03 (homologado 3:32.1). Este fue el único 1500 que corrió ese año y su única plusmarca mundial de una distancia en la que fue campeón olímpico en 1980 y 1984.

Seb Coe 3:32.8p 3:48.95
Seb Coe 3:32.03

El 15 de julio de 1980 unos días antes de los Juegos de Moscú, Steve Ovett se convertía en coplusmarquista Mundial, al menos oficialmente, de los 1500 m. Su tiempo real de 3:32.09 se homologó como 3:32.1, según la norma del momento, que cambiaba al final de ese mismo año. Si el británico no mejoraba perdería su condición de coplusmarquista. Tras los Juegos, en que ganó el oro en los 800 m y el bronce en los 1500, deshizo el empate al registrar 3:31.36 el 27 de agosto. Ovett, que había sido campeón de Europa dos años antes, sufrió un calvario de lesiones a partir de 1981. Aun así pudo realizar una nueva plusmarca mundial el 4 de septiembre de 1983. Sus 3:30.77 superaban los 3:31.24 que el estadounidense Sydney Maree había realizado unos días antes.

Steve Ovett 3:31.36
Seve Ovett 3:30.77

En 1985 cayó la barrera de los 3:30.00. El 16 de julio en un histórico enfrentamiento entre el británico campeón de Europa y del mundo y subcampeón olímpico Steve Cram y el marroquí Said Aouita (1959), campeón olímpico de 5000 m. En un disputadísimo final, el británico se impuso al marroquí con 3:29.67 por 3:29.71.

Esta sería la última plusmarca mundial de 1500 m superada por un atleta europeo. Cram perdería el primado mundial el 23 de agosto de ese mismo año, cuando Aouita mejoró hasta 3:29.46. Otros dos norteafricanos han sucedido al marroquí en la cabeza mundial de los 1500 m. Son el argelino Nourredine Morcelli (1970), que corrió en 3:28.86 en 1992 y 3:27.37 en 1995, y el actual plusmarquista mundial desde 1998, Hicham El Guerrouj.

El tiempo de Cram se mantuvo como plusmarca europea 12 años, hasta el 13 de agosto de 1997, cuando el español Fermín Cacho (1969) realizó 3:28.95. Era la primera vez que un atleta superaba el primado continental sin ganar la carrera. El español resultó derrotado por El Guerrouj, con 3:28.91. A esas alturas, Cacho ya había sido campeón olímpico en 1992, subcampeón en 1996, subcampeón mundial en 1993 y 1997 y campeón de Europa en 1994.

El sucesor de Cacho fue el sorprendente británico Mohamed Farah (1983). El doble campeón olímpico de 5000 y 10 000 m en 2012, que repetiría en 2016, corrió el 19 de julio de 2013 en 3:28.81, detrás del campeón olímpico de la distancia, el keniano Asbel Kiprop (1989), 3:27.72. Farah casi igualaría esta marca en 2015, al realizar 3:28.93. Sin embargo, nunca compitió en esta prueba. Continuaría con el fondo en pista y posteriormente en la carretera.

La última plusmarca europea, como se ha señalado, son los 3:28.68 de Jakob Ingebrigtsen. Como en las dos anteriores, ocupó la segunda plaza, detrás del keniano campeón del mundo en 2019, el keniano Tim Cheruiyot (1995), que marcó 3:28.41. Hace ya 35 años que un europeo no es plusmarquista mundial. ¿Tiene posibilidades el pequeño de los Ingebrigtsen de ser el siguiente?

Progresión de la plusmarca europea masculina de 1500 m

3.54.7* John Zander SUE Estocolmo 05 08 1917
3.52.6* Paavo Nurmi FIN Helsinki 19 06 1924
3.51.0* Otto Peltzer ALE Berlín 11 09 1926
3.49.2* Jules Ladoumégue FRA París 05 10 1930
3.49.2* Luigi Beccali ITA Turín 09 09 1933
3.49.0* Luigi Beccali ITA Milán 17 09 1933
3.48.6 Miklos Szabo HUN Budapest 03 10 1937
3.47.6* Gunder Hägg SUE Estocolmo 10 08 1941
3.45.8* Gunder Hägg SUE Estocolmo 17 07 1942
3.45.0* Arne Andersson SUE Gotemburgo 17 08 1943
3.43.0* Gunder Hägg SUE Gotemburgo 07 07 1944
3.43.0* Lennart Strand SUE Malmö 15 07 1947
3.43.0* Werner Lueg GER Berlín 29 06 1952
3.42.4 Sandor Iharos HUN Oslo 03 08 1954
3.42.2 István Rózsavölgyi HUN Belgrado 16 07 1955
3.40.8* Sandor Iharos HUN Helsinki 28 07 1955
3.40.8* Laszlo Tabori HUN Oslo 06 09 1955
3.40.8* Gunnar Nielsen DIN Oslo 06 09 1955
3.40.6* István Rózsavölgyi HUN Tata 03 08 1956
3.40.2* Olavi Salsola FIN Turku 11 07 1957
3.40.2* Olavi Salonen FIN Turku 11 07 1957
3.38.1* Stanislav Jungwirth CHE Stará Boleslav 12 07 1957
3.37.8 Michel Jazy FRA Colombes 28 07 1963
3.36.4 Jurgen May RDA Erfurt 14 07 1965
3.36.3 Michel Jazy FRA Sochaux 25 06 1966
3.34.0 Jean Wadoux FRA Colombes 23 07 1970
3.32.8 Sebastian Coe GBR Oslo 17 07 1979
3.32.03 (3:32.1**) Sebastian Coe GBR Zürich 15 08 1979
3.31.36* Steve Ovett GBR Koblenz 27 08 1980
3.30.77* Steve Ovett GBR Rieti 04 09 1983
3.29.67* Steve Cram GBR Nizza 16 07 1985
3.28.95 Fermin Cacho ESP Zürich 13 08 1997
3.28.81 Mohamed Farah GBR Mónaco 19 07 2013
3:28.68 Jakob Ingebrigtsen NOR Mónaco 14 08 2020

*Fueron en su momento plusmarcas mundiales **El 15 de julio de 1980, Steve Ovett corrió los 1500 m en 3:32.09. La Federación Internacional homologó este tiempo como 3:32.1.

Lista de las mejores marcas masculinas europeas de 1500 m (hasta el 17 09 2020)

1 3:28.68 Jakob Ingebrigtsen 2000 NOR Mónaco 14 08 2020
2 3:28.81 Mo Farah 1983 GBR Mónaco 19 07 2013
3 3:28.95 Fermín Cacho 1969 ESP Zürich 13 08 1997
4 3:28.98 Mehdi Baala 1978 FRA Bruselas 05 09 2003
5 3:29.47 Jake Wightman 1994 GBR Mónaco 14 08 2020
6 3:29.67 Steve Cram 1960 GBR Niza 16 07 1985
7 3:29.77 Sebastian Coe 1956 GBR Rieti 07 09 1986
8 3:30.01 Filip Ingebrigtsen 1993 NOR Mónaco 20 07 2018
9 3:30.07 Rui Silva 1977 POR Mónaco 19 07 2002
10 3:30.33 Ivan Heshko 1979 UCR Bruselas 03 09 2004
11 3:30.57 Reyes Estévez 1976 ESP Sevilla 24 08 1999
12 3:30.62 Charlie Da’Vall Grice 1993 GBR Monaco 12 07 2019
13 3:30.77 Steve Ovett 1955 GBR Rieti 04 09 1983
14 3:30.83 Fouad Chouki 1978 FRA Zürich 15 08 2003
15 3:30.92 José Luís González 1957 ESP Niza 16 07 1985
16 3:30.94 Isaac Viciosa 1969 ESP Mónaco 08 08 1998
17 3:31.13 José Manuel Abascal 1958 ESP Barcelona 16 08 1986
18 3:31.17 Robert K. Andersen 1972 DIN Zürich 13 08 1997
19 3:31.21 José Antonio Redolat 1976 ESP Estocolmo 17 07 2001
20 3:31.30 İlham Tanui Özbilen 1990 TUR Mónaco 19 07 2013
21 3:31.45 Driss Maazouzi 1969 FRA Mónaco 19 07 2002
22 3:31.46 Henrik Ingebrigtsen 1991 NOR Mónaco 18 07 2014
22 3:31.46 Marcin Lewandowski 1987 POL Doha 06 10 2019
24 3:31.48 Andrés Manuel Díaz 1969 ESP Mónaco 18 08 2000
25 3:31.57 Juan Carlos Higuero 1978 ESP Roma 14 07 2006
26 3:31.58 Thomas Wessinghage 1952 ALE Coblenza 27 08 1980
27 3:31.75 Pierre Délèze 1958 SUI Zürich 21 08 1985
28 3:31.86 John Mayock 1970 GBR Bruselas 22 08 1997
29 3:31.96 Harald Hudak 1957 ALE Coblenza 27 08 1980
30 3:31.98 Homiyu Tesfaye 1993 ALE Roma 05 06 2014
31 3:32.06 Nadir Bosch 1973 FRA París 21 07 1999
32 3:32.11 Chris O’Hare 1990 GBR Mónaco 20 07 2018
33 3:32.28 Vyacheslav Shabunin 1969 RUS Roma 30 06 2000
34 3:32.34 Anthony Whiteman 1971 GBR Mónaco 16 08 1997
35 3:32.37 Eric Dubus 1966 FRA Niza 12 07 1995
35 3:32.37 Michael East 1978 GBR Roma 02 07 2004
37 3:32.49 Jakub Holuša 1988 CHE Mónaco 20 07 2018
38 3:32.52 Josh Kerr 1997 GBR Doha 06 10 2019
39 3:32.69 Peter Elliott 1962 GBR Sheffield 19 07 1990
40 3:32.70 Arturo Casado 1983 ESP Berlín 22 08 2010
41 3:32.73 Bouabdellah Tahri 1978 FRA Mónaco 19 07 2013
42 3:32.77 Jens-Peter Herold 1965 ALE Rieti 06 09 1992
43 3:32.78 Gennaro Di Napoli 1968 ITA Rieti 09 09 1990
44 3:32.88 Álvaro Fernández 1981 ESP Bruselas 03 09 2004
45 3:32.89 Gert-Jan Liefers 1978 NED Bruselas 24 08 2001

Breve historia de los 3000 metros lisos (I)

La prueba de 3000 metros lisos deriva de las 2 millas (3218,688 m), distancia esta que aún se disputa ocasionalmente, si bien sus mejores marcas no tienen categoría de plusmarcas mundiales. El 3000 fue brevemente olímpico tanto en categoría masculina como femenina. En hombres se disputó en los Juegos de 1912, 1920 y 1924, en la modalidad de equipos. Puntuaban 3 atletas por país y no había clasificación individual oficial. En mujeres se corrió en los Juegos de 1984, 1988 y 1992. Posteriormente se sustituyó por los 5000 metros lisos. En la antigua Superliga Europea / Copa de Europa sustituyó al 10 000 en la 17º edición, celebrada en Madrid en 1996. Ha continuado en la competición que sucedió a la anterior, el Campeonato de Europa por equipos. En la antigua Copa del Mundo de la IAAF se introdujo en lugar del 10 000 en la edición de 1996, que tuvo lugar en Johnannesburgo, y continuó en la Copa Continental de la IAAF. En pista cubierta es la prueba más larga que se disputa en los campeonatos de Europa y del Mundo.

Probablemente el 3000 es la prueba no olímpica en la que más se compite. A lo largo de la historia muchos grandes atletas fueron plusmarquistas de esta distancia, en algunos casos, como el de la actual plusmarca mundial, con registros de grandísimo valor.

La primera plusmarca mundial de 3000 metros reconocida por la IAAF la estableció el finlandés Johannes Kolehmainen (1889-1966) en la semifinal del 3000 por equipos de los Juegos de Estocolmo 1912, con una marca de 8:36,9. Era la quinta carrera que disputaba el finlandés en la competición. Ya había sido oro en 5000 y 10000 metros. No pudo, sin embargo, disputar la final de 3000 por equipos pues Finlandia no logró la clasificación. El sueco John Zander (1880-1967) sucedió a Kolehmainen. Hizo tres veces la plusmarca mundial, hasta dejarla en 8:33,2 en 1918.

Tres de las 22 plusmarcas mundiales que estableció oficialmente Paavo Nurmi (1897-1973), en distancias de 1500 a 20 000 m, lo fueron en 3000 m, con un mejor registro de 8:20,4 en 1926. Nurmi acabaría ganando 12 medallas olímpicas, 9 de oro, en 7 pruebas diferentes a lo largo de 3 Juegos. El futuro campeón olímpico de 10 000 m en 1932, el polaco Janusz Kusocinski (1907-1940) superó a Nurmi poco antes de los Juegos con 8:18,8. El primado mundial pasó a manos del danés Henry Nielsen (1910-1969), 8:18,4 en 1934, y posteriormente al campeón olímpico de 5000 m de 1936, el finlandés Gunnard Höckert (1910-1940), 8:14,8 en 1936. El medallista de bronce en Berlín, el sueco Henry Jonnson-Kälame (1912-2001) rebajó el tiempo del finlandés en 1940 con 8:09,0.

Günder Hagg (1918-2004) se acercó a la barrera de los 8 minutos cuando en 1942 corrió en 8:01,2. Probablemente pudo haber sido el primero en romper ese límite, pero se centró más en los 1500 m y en la milla. Ese honor correspondió al belga Gaston Reiff (1921-1992), campeón olímpico de 5000 m en 1948, que un año después marcó 7:58,8. El húngaro Sandor Iharos (1930-1996) corrió en 7:55,6 en 1955. Iharos fue uno de los fondistas más versátiles de la historia. Llegó a poseer además, aunque no simultáneamente, los topes mundiales de 1500 m, 3:40,8, 5000 m, 13:50,8 y 13:40,6, y 10 000 m, 28:42,8. Perdió la plusmarca de 3000 m a manos del británico Gordon Pirie (1931-1991), que realizó 7:52,8 en septiembre de 1956. En junio se había hecho también con el primado de 5000 m, 13:36,8. En noviembre ganó la plata olímpica en Melbourne en esta prueba.

El francés subcampeón olímpico de 1500 m en 1960, Michel Jazy (1936), se convirtió, en 1962, con 7:49,2 en el primer atleta en correr por debajo de 7:50,0. Jazy fue además plusmarquista mundial de la milla, 3:53,6, 2000 m, 5:01,6 y 4:56,2 y de las 2 millas, 8:29,6 y 8:22,6. En esta última carrera pasó en 7:49,0 por la marca del 3000, nueva plusmarca mundial. La mayor decepción del francés fueron sin duda los Juegos de Tokio 1964. Prefirió tomar parte en los 5000 m, en lugar del 1500, en busca del oro. A falta de 50 m comandaba la prueba, pero acabó quedándose fuera del podio. Los 7:49,0 fueron plusmarca mundial algo más de un mes. En agosto de 1965 el alemán Siegfried Herrmann (1932-2017) hizo 7:46,0. El mayor éxito de Herrmann fue la plata en los primeros Juegos Europeos en sala, que se celebraron en Dortmund en 1966 por detrás de otro alemán, Harald Norporth (1942). Norporth fue un sólido competidor en 1500 y 5000 m, 4º en los Juegos de 1968 en el kilómetro y medio y plata en 1964 en los 5 Km.

La plusmarca de Herrmann duró 22 días. A finales de agosto, uno de los más grandes, el keniano Kip Keino (1940) corría en 7:39,6. Keino fue un corredor muy polivalente, campeón olímpico de 1500 m y subcampeón de 5000 m en 1968 y campeón de 3000 m obstáculos y subcampeón de 1500 m en 1972. Fue también plusmarquista mundial de 5000 m ese mismo año de 1965 con 13:24,2. El registro de Keino en 3000 m se mantuvo en lo más alto hasta 1972. Poco después de ganar la plata olímpica en 5000 m, el belga Emiel Puttemans (1947) hacía un promedio de 1:01,0 con 7:37,6. Seis días después añadía a la de 3000 la plusmarca mundial de 5000 m, 13:13,0. Fue también del atleta belga la primera plusmarca en sala homologada por la IAAF, 7:39,2 en 1973. Este ya de por sí extraordinario registro se consiguió al paso de una carrera de las 2 millas, en la que Puttemans también s hizo con la mejor marca mundial, 8:13,2, entonces superior a la mejor marca mundial al aire libre de Lasse Virén (1949), 8:14,0. El registro en 3000 m en sala se mantuvo imbatido durante 19 años.

El tiempo al aire libre en 3000 m de Puttemans tuvo menos recorrido como primado mundial. En 1974 el británico Brendan Foster (1948) marcó 7:35,1, poco después de proclamarse campeón de Europa de 5000 m. Foster, que comenzó corriendo 1500 m, fue plusmarquista británico de esta prueba con 3:37,64 y de 5000 m con 13:14,6 en ese mismo 1974. Más tarde subió al 10 000, prueba en la que llegaría a ser plusmarquista europeo, 27:30,3, y bronce en los Juegos de Montreal.

En 1974 se produjo otro hecho destacado pues la IAAF homologó por primera vez una plusmarca mundial femenina de 3000 m, los 8:52,6 de la rusa, entonces soviética, Ludmila Bragina (1943), aunque aún quedaban algunos años para que la prueba se incluyese en los Juegos Olímpicos.