Shirley Strickland, Marjorie Jackson y Betty Cuthbert, el trío olímpico australiano de oro

Hasta 1952 Australia había ganado cuatro oros olímpicos en once ediciones de los Juegos. Edwin Flack (1873-1935), entonces perteneciente a la colonia británica de Victoria, fue el primer campeón olímpico de 800 y 1500 m. Nick Winter (1894-1955) se impuso en el triple salto en los Juegos de 1924. Y John Winter (1924-2007) fue el campeón de salto de altura en los Juegos de 1948. Entre 1952 y 1964, Australia se hizo con nueve medallas de oro olímpicas. A excepción de Herb Elliott (1938), campeón olímpico de 1500 m en 1960, los otros ocho títulos fueron para tres mujeres velocistas, Shirley Strickland (1925-2004), Marjorie Jackson (1931) y Betty Cuthbert (1938-2017).

Shirley Barbara de la Hunty, conocida durante su carrera atlética por su nombre de soltera, Shirley Strickland, nació el 18 de julio de 1925 en Guidford, en las afueras de Perth. Su padre había practicado atletismo y fútbol australiano. La joven Shirley comenzó a hacer atletismo en el Instituto. En 1948 consiguió el título nacional de 80 m vallas. Acudió a los Juegos Olímpicos de Londres, donde fue bronce en 100m y en 80 m vallas y plata en el relevo 4 x 100 m. Oficialmente ocupó la cuarta posición en los 200 m. Años después se revisó la photo finish y se vio que tendría que haber ganado la medalla de bronce, si bien el resultado final no se cambió. Tras ganar tres oros en los Juegos de la Commonwealth de 1950, Strickhand volvió a los Juegos Olímpicos, en 1952. En Helsinki fue campeona de 80 m vallas, igualando la plusmarca mundial de la neerlandesa Fanny Blankers-Koen (1918-2004), 11.0 en las series. En la final mejoró hasta 10.9. En la semifinal había realizado 10.8 con excesivo viento a favor. En los 100 m fue bronce, en una carrera ganada por su compatriota Marjorie Jackson. Una mala entrega en el relevo 4 x 100 m le impidió pelear por otro oro. Sin embargo tuvo una nueva oportunidad en 1956, en los Juegos de Melbourne, donde renovó su título en 80 m vallas y fue también oro en el relevo 4 x 100. En 1954 se había perdido los Juegos de la Commonwealth por baja forma. Al año siguiente fue plusmarquista mundial de 100 m con 11.3. Tras los Juegos de 1956 se retiró. Siguió ligada al atletismo como directiva y entrenadora. También se dedicó a la política. Falleció el 11 de febrero de 2004.

Marjorie Jackson-Nelson nació en Coffs Harbour, Nueva Gales del Sur, el 13 de septiembre de 1931. Tuvo una carrera más corta que Strickland, pero muy intensa. Saltó a la fama con 17 años al derrotar en dos ocasiones a Fanny Blankers-Koen, en una gira que había hecho a Australia. Tras ganar cuatro oros en los Juegos de la Commonwealth de 1950, acudió a los Juegos Olímpicos de 1952, donde fue campeona en 100 m, con plusmarca mundial igualada de 11.5, y en los 200 m, donde igualó la plusmarca mundial en la primera ronda, 23.6, y la mejoró en la semifinal, 23.4. La posibilidad de otro oro en el relevo, como ya se ha mencionado, se esfumó por una mala entrega. Esa misma temporada mejoró en 100 m hasta 11.4. Se retiró tras ganar tres oros en los Juegos de la Commonwealth de 1954. De 2001 a 2007 fue gobernadora general del estado de Australia Meridional.

Elizabeth Alysse Betty Cuthbert nació el 20 de abril de 1938 en Merrylands, Nueva Gales del Sur. Con tan solo 18 años fue olímpica en 1956. Esa misma temporada había mejorado con 23.2 la plusmarca mundial de Marjorie Jackson, por 0.2. En Melbourne sorprendió con un triple oro en 100, 200 y relevo 4 x 100 m. Su logro tuvo una enorme repercusión mediática, que no favoreció a la joven Betty. En los Juegos de la Commonwealth de 1958 fue cuarta en las 100 yardas y segunda en las 220 yardas. La vencedora de ambas carreras fue su compatriota Marlene Mathews (1934), que había sido doble bronce olímpico en 100 y 200 m. En 1960, sin embargo, parecía que había recuperado la forma. En marzo de ese año un tiempo de 23.2 en las 220 yardas (201.17 m) se homologó como plusmarca mundial igualada de 200 m. En los Juegos de 1960, sin embargo, se lesionó en las eliminatorias de 100 m. Decidió retirarse pero volvió en 1962. Formó parte del equipo australiano que ganó el oro en el relevo 4 x 110 yardas. En 1959 había corrido los 400 m, que por entonces no formaban parte del programa olímpico femenino, en 54.0. En los Juegos de 1964 se disputaría por primera vez esta distancia en la categoría femenina. Cuthbert decidió prepararla. En 1963 fue capaz de registrar 52.9, segunda mejor marca de esa temporada.

La plusmarquista mundial de 400 m en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1964 era la norcoreana Sin Kim-dan (1938). En 1962 había corrido la distancia en 51.9. Al año siguiente participó en los GANEFO (Games of the Emerging Forces), una competición organizada por Indonesia en la que participaban países independizados recientemente. Sin ganó los 200, los 400 y los 800 m, estas dos últimas pruebas con sendas plusmarcas mundiales de 51.4 y 1:59.1, primer tiempo por debajo de 2 minutos, pero la IAAF (hoy World Athletics) no reconoció la competición ni las plusmarcas. En 1964, la coreana mejoró hasta 51.2 y 1:58.0, pero la IAAF había suspendido a los participantes en los GANEFO, por lo que no reconoció los tiempos ni permitió su participación en los Juegos.

Ausente Sin, la mayor rival para Cuthbert en el 400 olímpico era la británica Ann Packer (1942), que acreditaba 53.6 del año anterior. La primera ronda tuvo lugar el 15 de octubre. Mientras la australiana fue tercera en la primera serie con 56.0, Packer se impuso en la tercera con 53.1, nueva plusmarca olímpica. Ambas se encontraron en la primera semifinal al día siguiente. Packer volvió a ganar con 52.7 con Cuthbert segunda, 53.8. La otra semifinal fue para otra australiana, Judy Amoore (1940), con 53.3. El 17 de octubre se esperaba una final muy rápida, como así sucedió. En lo que Cuthbert calificó como una carrera perfecta, se proclamó la primera campeona olímpica de la distancia con 52.0 (52.01), por delante de Packer, 52.2 (52.20) y de Amoore (53.4). Con esta victoria en 400 m, la australiana obtenía en único triple oro de la historia de los Juegos en 100, 200 y 400 m. En 1896, en estadounidense Thomas Burke (1875-1929) había ganado los 100 y los 400 m. No se habían disputado los 200 m en estos primeros Juegos. Packer ganaría los 800 m en estos mismos Juegos con 2:01.1, oficialmente plusmarca mundial, que superaría Amoore por 0.1 tres años después. Esta no volvió a los Juegos hasta 1976, donde en la semifinal realizó su mejor marca de siempre, 1:59.93, insuficientes para llegar a la final.

Cuthbert se retiró tras los Juegos de 1964. En 1969 se le diagnosticó esclerosis múltiple. Desde entonces se dedicó a difundir el conocimiento de esta enfermedad entre el público y a la búsqueda de recursos para la investigación. Murió el 6 de agosto de 2017.

Entre 1952 y 1964 las atletas australianas consiguieron ocho medallas de oro en pruebas de velocidad y vallas. Desde entonces otras cuatro australianas han sido campeonas olímpicas en alguna de estas dos modalidades, Maureen Caird (1951) en 80 m vallas en 1968, Debbie Flintoff-King (1960) en 400 m vallas en 1988, Cathy Freeman (1973) en 400 m en 2000 y Sally Pearson (1986) en 400 m vallas en 2012. Seguramente todas ellas encontraron inspiración en Strickland, Jackson y Cuthbert, protagonistas de la edad de oro de la velocidad y las vallas femeninas australianas.

El oro de Mariano García y las medallas españolas en los Mundiales de pista cubierta

El oro obtenido ayer por el murciano Mariano García (1997) en los 800 m del campeonato del mundo de pista cubierta, que se ha celebrado en Belgrado, es el segundo del atletismo español en la historia de esta competición, tras el triunfo del leonés Manuel Martínez (1974) en el lanzamiento de peso de la edición de 2003. Mariano García se incorporó a la élite nacional de los 800 m en 2019 cuando se proclamó campeón de España tanto en pista cubierta como al aire libre y registró 1:45.67 al aire libre. En el ámbito internacional, hasta su victoria en este Mundial, su mejor resultado había sido la cuarta plaza en el Europeo en sala de 2019. El año pasado consiguió mejorar su marca personal de 800 m por una centésima y en pista cubierta. Sin embargo tuvo un verano plagado de problemas físicos. Este año llegó a Belgrado con 1:45.12, mejor marca mundial del año y plusmarca española en sala. En una carrera en la que se pasó en 50.50 por la mitad, supo colocarse y atacar en el momento adecuado, lo que le valió el oro con 1:46.20. El salmantino Álvaro de Arriba (1994), que lo había derrotado en el campeonato de España, fue cuarto a 0.05 del bronce.

El atletismo español ha ganado un total de 36 medallas en esta competición, 2 de oro, 19 de plata y 15 de bronce. La primera edición del Mundial en sala se celebró en 1987. En 1985 la IAAF, hoy World Athletics, había organizado una competición en pista cubierta de ámbito mundial que llamó Juegos Mundiales. España tuvo una destacada actuación con cuatro medallas, oro y plata en 800 m para el leonés Colomán Trabado (1958) y el madrileño Benjamín González (1958-2011), y otras dos platas para el toledano José Luis González (1957) en 1500 m y el oscense Javier Moracho (1957) en 60 m vallas. El éxito de estos juegos hizo que la IAAF los convirtiese en campeonatos. En la primera edición de estos campeonatos, celebrada en Indianápolis en 1987, España ganó una medalla. El cántabro José Manuel Abascal (1958), bronce olímpico en 1500 en 1984, fue plata, detrás del irlandés Marcus O’Sullivan (1960), que repetiría oro en 1989 y 1993.

En la edición de 1989, José Luis González fue subcampeón del mundo en un gran 3000, en el que venció el marroquí Said Aouita (1959). González, que había sido plata en el Mundial de 1500 m al aire libre en 1987, derrotó al subcampeón olímpico de 5000 m, el alemán Dieter Baumann (1965), bronce. La otra medalla española fue para el catalán Cayetano Cornet (1964), bronce en 400 m. En 1991, los campeonatos se celebraron en Sevilla. El equipo español se preparó a conciencia, con un resultado de tres medallas de plata y una de bronce. El cántabro Tomás de Teresa (1968), campeón de Europa junior en 1987, fue segundo en 800 m, detrás del campeón olímpico y plusmarquista mundial en sala, el keniano Paul Ereng (1967). Ese mismo año de Teresa sería finalista en el Mundial al aire libre, la mejor prestación de un español en un 800 de ámbito mundial hasta la llegada de Adrián Ben (1998). En 1500 m se presentaron internacionalmente los dominadores de la prueba en los siguientes años. El ganador, el argelino Nourredine Morceli (1970), sería tres veces campeón mundial al aire libre y campeón olímpico en 1996, mientras que el soriano Fermín Cacho (1969), plata, se haría con el oro olímpico en 1992. La española de adopción, nacida en Kansas, Sandra Myers (1961) ganó la tercera plata, en los 400 m, distancia en la que alcanzaría bronce ese año en el Mundial al aire libre. Cayetano Cornet repitió el bronce de la edición anterior.

Tras los Juegos Olímpicos de 1992, el Mundial bajo techo de 1993 se celebró en Toronto. España se volvió con el bronce del granadino Enrique Molina (1968) en los 3000 m. Molina, que superaría en dos ocasiones la plusmarca española de 5000 m, sería sexto en la final olímpica de 5000 de 1996 y octavo en la del Mundial de 1997. En 1995 la competición volvía a España, a Barcelona. Se ganaron dos platas y un bronce. El mallorquín Mateo Cañellas (1972) fue segundo en los 1500 m, tras la emergente estrella marroquí Hicham El Guerrouj (1974), mientras el riojano Anacleto Jiménez (1967) obtuvo la misma posición en los 3000 m. Tanto Cañellas como Jiménez serían campeones de Europa en pista cubierta en 1996 y este último plusmarquista español de 5000 m ese mismo año. El bronce en este Mundial en sala fue para la alavesa Mayte Zúñiga (1964), séptima en la final olímpica de 800 m en 1988 y sexta en la de 1992 de 1500 m, en los 1500 m. No hubo medallas para España en la edición de 1997. En 1999, en la ciudad japonesa de Maebashi, se ganó una plata y un bronce. El formidable saltador de longitud asturiano, el malogrado Yago Lamela (1977-2014), mantuvo un duro duelo con el cubano Iván Pedroso (1972), que acabó imponiéndose con 8.62 m, 6 cm más que Lamela, plata. En los 1500 m, el coruñés Andrés Díaz (1969) acababa de hacer plusmarca europea de la distancia en pista cubierta. Fue bronce en un 1500 muy rápido ganado por el etíope Haile Gebrselassie (1973).

Tras su ausencia en los Juegos de Sídney por baja forma, el barcelonés Reyes Estévez (1976), bronce en los mundiales al aire libre en 1997 y 1999, acudió al Mundial en pista cubierta de Lisboa muy motivado para ganar el oro. En una carrera lenta, mantuvo una cerrada pugna con el portugués, medalla de bronce olímpica en 2000, Rui Silva (1977), quien lo superó por 0.14. España se llevó otros tres metales, todos bronces, el madrileño Alberto García (1970) en 3000 m, Manolo Martínez en el lanzamiento de peso y la nacida cubana Niurka Montalvo (1968) en el salto de longitud, prueba en la que había sido campeona mundial al aire libre en 1999.

En la edición de 2003, celebrada en Birmingham, España obtuvo su único oro hasta el de Mariano García de ayer. Manolo Martínez se impuso en el lanzamiento de peso, en el entonces mayor éxito de su carrera deportiva, posteriormente superado por el diferido bronce olímpico de 2004. Martínez se colocó en cabeza con un segundo lanzamiento de 21.14 m, pero el estadounidense John Godina (1972), tres veces campeón del mundo al aire libre, lo superó en la siguiente ronda con 21.23 m. Sus dos anteriores lanzamientos habían sido nulos, como lo fueron los dos siguientes. El español tampoco mejoró en la cuarta y quinta rondas, por lo que cuando le tocaba lanzar por sexta vez era segundo. Sin embargo, un tiro de 21.24 m lo colocó en cabeza y le dio el oro, pues Godina se quedó en 20.66 m en su último intento.

Aparentemente, el Mundial de 2003 fue el mejor para el atletismo español. Además del oro de Manolo Martínez, Lamela repitió la plata de la edición anterior, Alberto García fue segundo en el 3000, la palentina Marta Domínguez (1975) ocupó la misma posición en la carrera femenina y la nacida nigeriana Gloria Alozie (1977) también fue segunda en los 60 m vallas. Desgraciadamente estos tres últimos atletas acabarían sancionados por infringir diferentes normas respecto a las sustancias prohibidas. Hubo otra medalla más para España, el bronce en los 800 m de la vallisoletana Mayte Martínez (1976), en una carrera de altísimo nivel ganada por la mozambiqueña María Mutola (1972). Martínez alcanzaría el mayor éxito de su carrera deportiva con la medalla de bronce en el Mundial al aire libre de 2007.

Tras el Mundial de 2003, la cosecha española de preseas se redujo notablemente. En 2004 la World Athletics decidió trasladar la competición a los años pares, empezando por ese mismo año. España se marchó de Budapest, nuevamente sede del Mundial, sin medallas. En 2006, en Moscú, Gloria Alozie fue plata. La cántabra Ruth Beitia (1979) ganó el bronce, una de sus primeras medallas en campeonatos internacionales, que culminaría con el oro olímpico en 2016. La valenciana Concha Montaner (1981) también se hizo con la medalla de bronce, en salto de longitud. En Valencia, precisamente, se celebró la edición de 2008, por tercera vez en España. El resultado fue inferior a las otras dos ediciones en suelo español. Tan solo el burgalés Juan Carlos Higuero (1978) se subió al podio con su bronce en 1500 m. Ese mismo año sería cuarto en los Juegos Olímpicos.

En 2010, en Doha, el leonés Sergio Sánchez (1982), que venía de hacer plusmarca europea de 3000 m, 7:32.41, se proclamó subcampeón mundial. Sánchez nunca fue capaz de transferir sus resultados de la pista cubierta al aire libre. En 2013 recibió una sanción de dos años por haber sido positivo en un control de sustancias prohibidas. En esa misma edición la tarraconense Natalia Rodríguez (1979) fue plata en 1500 m y Ruth Beitia ocupó el mismo puesto en el salto de altura. Rodríguez había resultado descalificada tras cruzar la meta en primer lugar en el campeonato mundial al aire libre del año anterior. Ese año 2010 se haría con el bronce en el Europeo al aire libre, metal que repitió en el Mundial del año siguiente.

España se fue de vacío de Estambul, donde tuvo lugar la edición de 2012. En 2014 en Portland tan solo Ruth Beitia consiguió metal, al ser tercera en el salto de altura. La propia Beitia hizo que España figurase en el medallero del Mundial 2016, celebrado en la ciudad polaca de Sopot, al conseguir la plata. En 2018, nuevamente en Birmingham, España se tuvo que conformar con dos bronces. Ello pese a que el palentino Óscar Husillos (1993) fue el primero en los 400 m, con una magnífica plusmarca europea de 44.92. El exceso de celo de los jueces, que probablemente superaron la plusmarca mundial de descalificaciones en este Mundial, al interpretar de forma excesivamente estricta la norma de no pisar en la calle interior, supuso la descalificación del español. Hoy día no habría sucedido, pues la norma se ha modificado, precisamente para evitar estas absurdas exclusiones. Los bronces fueron en 800 m para el leonés Saúl Ordóñez (1994), que ese mismo año en la temporada estival se convirtió en plusmarquista español absoluto de la distancia, y para la gallega Ana Peleteiro (1995), en el triple salto, también bronce en los últimos Juegos Olímpicos.

La siguiente edición se tendría que haber celebrado en 2020 en la ciudad china de Nanjing, pero la pandemia por SARS CoV-2 obligó a trasladarla a 2023. En el Mundial de 2022 que acaba de terminar, España tenía tres o cuatro opciones de medalla, una de oro, con Mariano García, que se cumplió, dos de bronce con el catalán de adopción Adel Mechaal (1991) y Ana Peleteiro, y la posibilidad del relevo 4 x 400 m. Mechaal había superado con 7:30.82 la plusmarca europea de 3000 m, pero parecía que su forma había disminuido en los últimos días. Peleteiro no había hecho una gran temporada, pero se confiaba en su capacidad competitiva. Sin embargo, ocuparon la séptima y la octava posición, respectivamente, Mechaal en una carrera táctica, y Peleteiro haciendo su mejor marca del año, en un concurso donde la venezolana Yulimar Rojas (1995), camino de los 16 metros, superó con 15.74 m su propia plusmarca mundial absoluta.

El relevo ha tenido una actuación magnífica. Tras ganar la segunda serie, Bruno Hortelano (1991), Iñaki Cañal (1997), Manuel Guijarro (1998) y Bernat Erta (2001), afrontaron la final con el objetivo de la medalla, incluso del oro, que pareció posible durante gran parte de la prueba. Finalmente Bélgica consiguió superar al cuarteto español, que mantuvo la plata en la última recta ante el acoso neerlandés.

Del resto de la actuación española ha vuelto a destacar el vallista navarro Asier Martínez (2000), que ya demostró su enorme capacidad competitiva con su sexto puesto en los Juegos Olímpicos. En el 60 m vallas, tras superar una eliminatoria en la estuvo por debajo de lo esperado e igualar su marca en la semifinal, 7.55, fue brillante cuarto en la final con 7.57. Su futuro es espléndido. También ha destacado la castellonense Claudia Conte (1999), sexta con marca personal en el pentatlón. Otros buenos resultados fueron las séptimas posiciones de la valenciana Fátima Diame (1996) en el salto de longitud y del alicantino Jorge Ureña (1993) en el heptatlón, con muchos problemas físicos, así como el octavo puesto de la salmantina Lorena Martín (1996) en los 800 m. En total, España ha colocado diez atletas entre los ocho primeros

En Belgrado se ha cerrado la temporada invernal. En el verano esperan el Mundial de Eugene y el Europeo de Múnich.

Medallas españolas en los Campeonatos Mundiales de Pista Cubierta

José Manuel Abascal plata 1500 m 1987
José Luis González plata 3000 m 1989
Cayetano Cornet bronce 400 m 1989
Tomás de Teresa plata 800 m 1991
Fermín Cacho plata 1500 m 1991
Sandra Myers plata 400 m 1991
Cayetano Cornet bronce 400 m 1991
Enrique Molina bronce 3000 m 1993
Mateo Cañellas plata 1500 m 1995
Anacleto Jiménez plata 3000 m 1995
Maite Zúñiga bronce 1500 m 1995
Yago Lamela plata longitud 1999
Andrés Díaz bronce 1500 m 1999
Reyes Estévez plata 1500 m 2001
Alberto García bronce 1500 m 2001
Manolo Martínez bronce peso 2001
Niurka Montalvo bronce longitud 2001
Manolo Martínez oro peso 2003
Alberto García plata 3000 m 2003
Yago Lamela plata longitud 2003
Marta Domínguez plata 3000 m 2003
Gloria Alozie plata 60 m v 2003
Mayte Martínez bronce 800 m 2003
Gloria Alozie plata 60 m v 2006
Ruth Beitia bronce altura 2006
Concha Montaner bronce longitud 2006
Juan Carlos Higuero bronce 1500 m 2008
Sergio Sánchez plata 3000 m 2010
Natalia Rodríguez plata 1500 m 2010
Ruth Beitia plata altura 2010
Ruth Beitia bronce altura 2014
Ruth Beitia plata altura 2016
Saúl Ordóñez bronce 800 m 2018
Ana Peleteiro bronce triple salto 2018
Mariano García oro 800 m 2022
Equipo nacional* plata relevo 4 x 400 m 2022

*Bruno Hortelano, Iñaki Cañal, Manuel Guijarro, Bernat Erta

En 1985 se celebraron los Juegos Mundiales en Pista Cubierta, que no tuvieron categoría de campeonatos. España ganó cuatro medallas, Colomán Trabado, oro en 800 m, Benjamín González, plata en 800 m, José Luis González, plata en 1500 m y Javier Moracho, plata en 60 m vallas

En 1977, en una entonces pacífica Donetsk, se reunió la futura élite atlética europea

La ciudad, oficialmente ucraniana, de Donetsk, de un millón de habitantes, se fundó en 1869. Surgió a partir de una fábrica de acero establecida por el empresario galés John Hughes (1819-1889), aprovechando las minas de carbón próximas. Su rápido crecimiento fue paralelo a la industrialización, primero de Rusia, y, desde los años 20 del siglo pasado, de la Unión Soviética. En la época soviética, Donetsk formaba parte de la República Socialista Soviética de Ucrania, sobre el papel un estado federado, en la práctica férreamente sometido al centralismo de Moscú. Tras la disolución de la Unión Soviética, en 1991, Ucrania alcanzó su independencia. Donetsk, muy próxima a Rusia por el Este, se quedaba en el nuevo país, con una importante parte de la población prorrusa. En 2014 la ciudad se encontró en el medio del escenario bélico de la Guerra de Dombas, entre fuerzas prorrusas y el ejército de Ucrania. En junio de 2021, los primeros proclamaron la República Popular de Donetsk, territorio reconocido por Rusia, previamente a la invasión de Ucrania de febrero de 2022.

En ambientes atléticos, Donetksk se conoce principalmente por ser el lugar de nacimiento del pertiguista Sergei Bubka (1963). Precisamente fue en su ciudad natal donde Bubka realizó su mejor plusmarca mundial, 6.15 m, el 21 de febrero de 1993. La World Athletics no consideraba entonces los registros en pista cubierta como plusmarcas mundiales absolutas, aunque fuesen mejores que al aire libre. La mejor plusmarca mundial al aire libre del saltador ucraniano fue de 6.14 m el 31 de julio de 1994. También en Donetsk se superaron los registros de Bubka. El 14 de febrero de 2014, dos décadas más tarde, el francés Renaud Lavillenie (1986), saltaba en sala 6.16 m, ya considerada plusmarca mundial absoluta.

Complejo Regional de Deportes Olimpiyskyi (foto Wikipedia)

Unos años antes de los techos universales de salto con pértiga, en el Complejo Regional de Deportes Olimpiyskyi de Donetsk, tuvo lugar el IV Campeonato de Europa Junior. En aquel momento la categoría junior masculina era como la actual sub20. El límite de edad era el año en que el atleta cumplía 19. En categoría femenina era diferente a la actualidad, pues el límite máximo era el año en que la atleta cumplía 18. Esta competición se había originado con los Juegos Europeos Juniors, cuya primera edición, de tres, se había celebrado en Varsovia en 1964. En 1970 se transformó en Campeonato de Europa. Entre los jóvenes atletas que acudieron a la ciudad ucraniana del 19 al 21 de agosto de 1977 se encontraban varios que en poco tiempo accederían a la élite continental y mundial.

Uno de los atletas más poderosos de la categoría del momento no llegaría cumplir las expectativas que generó entonces. El finlandés Ari Paunonen (1958), que ya había sido campeón de Europa de la categoría de 1500 m en 1975, hizo buenos los pronósticos y repitió oro en la misma prueba. Ese año había corrido en 1:47.74 los 800 m, 3:38.07 los 1500 m, 3:55.65 la milla, 7:43.2 los 3000 m y 13:41.03 los 5000 m. Salvo en el caso de los 800 m, el resto de los registros fueron plusmarcas europeas junior. En el caso del 3000 aún vigente. Sus tiempos en la milla, los 3000 y los 5000 m también fueron plusmarcas mundiales de la categoría en su momento. Sin embargo, a lo largo de su vida deportiva, el finlandés solo fue capaz de mejorar su tiempo en 5000 m y por apenas 10 segundos. El tercero en el 1500 de Donetsk fue el suizo Pierre Deleze (1958), quien en 1985 se colocaría con 3:31.75 octavo de todos los tiempos.

Probablemente Paunonen habría sido un duro rival para el campeón de los 800 m, el alemán Andreas Busse (1958). Busse fue doble finalista olímpico en 1980, con su quinto puesto en los 800 m y el cuarto en los 1500.

Quizá para evitar a Paunonen, el español José Manuel Abascal (1958), que había corrido unos días antes los 1500 m en 3:40.01, optó por los 3000 m. En esta distancia tendría, no obstante, un rival durísimo, el alemán Hanjorg Kunze (1959), quien la temporada anterior, con 16 años, había realizado 7:56.4, aún plusmarca europea sub18. El español acabó imponiéndose con 7:58.3. Kunze, 8:01.2, perdió en los últimos metros la plata a manos de su compatriota Werner Schildauer (1959), 8:01.0. Abascal fue medalla de bronce en 1500 m en el Europeo al aire libre de 1982 y bronce olímpico en 1984. Kunze fue plusmarquista europeo de 5000 m, bronce en 10000 m en los Mundiales de Helsinki 1983 y Roma 1987 y bronce olímpico en 1988 en 5000 m. Por su parte, Schildauer tuvo una carrera más corta, si bien fructífera, con doble plata en 5000 y 10000 metros en el Europeo de Atenas 1982 y el Mundial de Helsinki 1983.

El 5000 del Eurojunior fue para el escocés Nat Muir (1958), con unos excelentes 13:49.1. El español Santiago Llorente (1958-2020) entró el cuarto con 13:57.8. Ninguno de los dos tuvo una gran carrera atlética en categoría absoluta. Quien sí la tuvo fue el quinto clasificado, el italiano Alberto Cova (1958), que en un trienio mágico y gracias a su fulgurante final, consiguió la triple corona en los 10 000 m con oro en el Europeo de 1982, en el Mundial de 1983 y en los Juegos Olímpicos de 1984. Noveno en esta carrera del Eurojunior fue el portugués Antonio Leitao (1960-2012), bronce en el siguiente Europeo de la categoría y bronce olímpico en 1984, siempre en 5000 m. Hubo otro español en la final, Antonio Prieto (1958), undécimo. Acabaría siendo uno de los grandes fondistas nacionales, con dos plusmarcas españolas en 10 000 y una en 5000 m, y un cuarto puesto en el 10 000 del Europeo de 1990.

La prueba de los 2000 m obstáculos, que entonces se disputaba en lugar de los 3000 m obstáculos, tuvo protagonismo español, con Domingo Ramón Menargues (1958) en segunda posición y Francisco Sánchez Vargas (1958) cuarto. Ambos serían respectivamente cuarto y quinto en los obstáculos de los Juegos Olímpicos de 1980. Ramón fue además bronce en el Europeo de 1982 y sexto en los Juegos Olímpicos de 1984. La sexta plaza en este Eurojunior fue para el alemán Hagen Melzer (1959), que en 1986 sería campeón de Europa y en 1987 subcampeón mundial de obstáculos.

El finlandés Arto Bryggare (1958), ganador de los 110 m vallas, tendría una exitosa carrera atlética en los años siguientes, con un 6º puesto en los Juegos Olímpicos en 1980 y el bronce en 1984, sendos bronces europeos al aire libre, en 1978 y 1982, y una plata, en 1986, y una plata en el Mundial al aire libre de 1983. El salto de altura fue para Vladimir Yashchenko (1959-1999), el malogrado ucraniano, entonces soviético, héroe local, nacido en Zaporiyia, a 200 Km de Donetsk. En aquel momento ya era plusmarquista mundial absoluto con 2.33 m. Yashchenko tendría una corta carrera en la que sería campeón de Europa absoluto en 1978. Ese año haría 2.35 m en pista cubierta, que no se consideró plusmarca mundial absoluta, y 2.34 m al aire libre. Sería el último plusmarquista mundial saltando con rodillo ventral. En el salto con pértiga, el búlgaro Atanas Tarev (1958), medallista de bronce, ganaría el mismo metal en el Mundial al aire libre de 1983. El noveno, el francés Thierry Vigneron (1960) bronce en el siguiente Eurojunior, llegaría a plusmarquista mundial absoluto, bronce olímpico en 1984 y plata en el Mundial al aire libre de 1987. En la prueba de triple salto compitieron dos futuros grandes saltadores de longitud, el alemán Lutz Dombrowski (1959), cuarto, y el español Antonio Corgos (1960), noveno. Dombrowski sería campeón olímpico en 1980, con 8.54 m, plusmarca europea, y campeón de Europa al aire libre en 1982, batiendo a Corgos, que fue segundo. El español sería, además, séptimo en la final olímpica de 1980 y quinto en la de 1988. El polaco Zdzisław Hoffmann (1959), que no entró en la final por 6 cm, sería campeón del mundo en esta prueba de triple salgo en 1983.

El italiano Alessandro Andrei (1959) pasó desapercibido con su noveno puesto en la final de lanzamiento de peso. Sin embargo, se proclamaría campeón olímpico en 1984, subcampeón mundial al aire libre en 1987 y plusmarquista mundial. El juvenil checo Remigius Manchura (1960) ocupó el puesto décimo cuarto en el peso. Ganaría la siguiente edición del Eurojunior. En 1983 sería bronce en el Mundial. El oro en este Mundial sería para el polaco Edward Sarul (1958), octavo en este Eurojunior. En 1985 resultaría suspendido por consumo de estanozolol. El ganador en el lanzamiento de disco, el ruso, entonces soviético, Yuriy Dumchev (1958-2016) obtendría, en 1983, la plusmarca mundial de la prueba, con 71.86 m. Ocuparía la cuarta posición en los Juegos Olímpicos de 1988. Otro ruso, Sergei Litinov (1958-2018), plata en el lanzamiento de martillo, sería subcampeón y campeón olímpico en 1980 y 1988 respectivamente, doble campeón mundial, en 1983 y 1987, y bronce y plata en los Europeos de 1982 y 1986. El campeón de lanzamiento de jabalina, el alemán Klaus Tafelmeier (1958), sería el primer plusmarquista mundial con la jabalina nueva, además de campeón de Europa en 1986 y cuarto en los Juegos Olímpicos de 1988.

La prueba de decatlón vio el primer duelo entre dos grandes rivales de los años 80. El británico Daley Thompson (1958), que conseguiría la quinta plaza en el salto de longitud de esta competición, se impuso en la combinada al alemán Jürgen Hingsen (1958), que ocupó la tercera plaza. Thompson se convertiría en uno de los mejores decatletas de la historia, con su doble victoria olímpica en 1980 y 1984, su oro mundialista en 1983, y sus oros europeos en 1982 y 1986, además de su plata en 1978. Superaría cuatro plusmarcas mundiales, una más que Hingsen, quien nunca conseguiría batir al británico en un gran campeonato y obtendría la plata en los Juegos Olímpicos de 1984, en el Mundial de 1983 y en los Europeos de 1982 y 1986.

El alemán Ronald Weigel (1959), segundo en los 10 Km marcha, sería plata olímpica en 20 y 50 Km marcha en 1988, bronce en 50 Km marcha en 1992, campeón mundial de 50 Km marcha en 1983 y subcampeón en 1987.

En categoría femenina, la británica Kathy Cook (1960), entonces Smallwood, fue bronce en 100, 200 y 4 x 100 m. Sería bronce olímpico en 4 x 100 en 1980. Repetiría en la misma prueba en 1984, además de ganar otro en 400 m. También conseguiría el bronce en 200 m en el Mundial de 1983, además de la plata en 4 x 100. En campeonatos de Europa al aire libre sería plata en 4 x 100 en 1978 y 1982 y plata nuevamente en 200 m en 1982. La campeona de 400 y relevo 4 x 400, la alemana Gaby Bussmann (1959) ganaría el bronce olímpico en 1984 en 4 x 400 m. En el salto de longitud, la quinta posición fue para la jovencita alemana Sabine Everts (1961). En la siguiente edición del Eurojunior conseguiría la plata en longitud y el oro en heptatlón. En la combinada se haría con sendos bronces en el Europeo de 1982 y en los Juegos Olímpicos de 1984. La ganadora del lanzamiento de disco, la alemana Ines Müller (1959), entonces Reichenbach, obtendría la plata en el Europeo al aire libre de 1986 y el bronce en el Mundial al aire libre de 1987. Otra alemana, Petra Felke (1959), segunda en el lanzamiento de jabalina, sería plusmarquista mundial absoluta, con un mejor lanzamiento de 80.00 m, campeona olímpica en 1988, subcampeona del mundo en 1987 y 1991, de Europa en 1986, así como bronce europeo en 1990.

Sin duda el de Donetsk fue un excelente campeonato de Europa, del que saldrían quince medallistas olímpicos, siete de oro, y ocho plusmarquistas mundiales. Desgraciadamente, la barbarie, de la que el ser humano siempre está a un paso, ha destrozado esta ciudad, que hace casi 45 años acogió durante tres días a un grupo de jóvenes, que estaban llamados a hacer historia en el atletismo.

«Los primeros Juegos Olímpicos. Atenas 1896». La serie

No han sido el atletismo en particular y el deporte en general temas demasiado tratados en la cinematografía. De 1910 a 2018, el deporte no figura entre los doce géneros cinematográficos más prevalentes en Hollywood. Hay alguna excepción, como El orgullo de los yanquis (Sam Wood, 1942), sobre la vida del jugador de beisbol Lou Gehring (1903-1941), malograda por la esclerosis lateral amiotrófica, o la aclamada Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981), sobre los atletas británicos en los Juegos Olímpicos de 1924. En el mundo de las series de TV el panorama es similar, incluso en la época actual de explosión de las plataformas de entretenimiento. Pero, en medio de tanta oferta, siempre hay la posibilidad de encontrar algo, aunque hubiese pasado desapercibido. En este sentido hay una serie, que se puede ver en YouTube, ya de 1984, muy recomendable para los aficionados al atletismo, Los primeros Juegos Olímpicos. Atenas 1896 (The First Olympics. Athens 1896), en ocasiones mal traducida por confundir Olympics (Juegos Olímpicos) con Olympiad (Olimpíada).

La cinta constituye una miniserie de dos episodios, con una duración de total de 3 horas 57 minutos, dirigida por el canadiense Alvin Rakoff (1927) con guion de Charles Gary Anderson (1938-2008). Cuenta los avatares de los inicios de los Juegos Olímpicos de la era moderna, centrándose principalmente en el equipo estadounidense de atletismo. En 1894, en París, bajos los auspicios del aristócrata francés Pierre de Coubertin (1863-1937), se fundó el Comité Olímpico Internacional. La idea de Coubertin era resucitar los antiguos Juegos Olímpicos y propuso organizar una competición multideportiva en Atenas entre el 6 y el 15 de abril de 1896. Su propuesta se aceptó y en los dos años siguientes el francés se afanó en tratar que los países más potentes deportivamente tomasen parte en la nueva competición. En aquella época de Coubertin contaba con poco más de 30 años. En la serie, sin embargo, está interpretado por el entonces sexagenario actor francés Louis Jourdan (1921-2015), que había hecho una brillante carrera en Hollywood con títulos como El proceso Paradine (Alfred Hitchcock, 1947) o Gigi (Vicente Minelli, 1958). En un gran papel, Jourdan da al personaje el porte aristocrático que se merece. Un hombre clave para el éxito de estos primeros Juegos es el profesor de Historia de Princeton, William Milligan Sloane (1850-1928), interpretado por David Ogen Stiers (1942-2018). Sloane respondió de forma entusiasta a la idea de revivir los Juegos Olímpicos. En 1895 fundó el Comité Olímpico de Estados Unidos y fue clave para que su país tomase parte en la primera edición. Tuvo que buscar deportistas y entrenadores dispuestos a ir a los Juegos, y también la financiación, pues no obtuvo ayudas públicas. Su granero fueron las universidades, donde ya había programas deportivos, si bien no todos los dirigentes universitarios estaban de acuerdo con esto.

La serie comienza con tres escenas, en tres países diferentes, de tres futuros campeones olímpicos. Robert Garrett (1875-1961) en Estados Unidos, interpretado por Hunt Block (1954), que ganaría el lanzamiento de disco y el lanzamiento de peso. Spiridon Louis (1873-1940) en Grecia, interpretado por Nicos Thiagos, que ganaría el maratón. Y Edwin Flack (1873-1935) de Australia, interpretado por Benedict Taylor (1960), que se llevaría una doble victoria en 800 y 1500 m. Aunque a estos primeros Juegos no fueron los mejores deportistas, la incansable labor del Dr Sloane hizo que Estados Unidos llevase a Atenas un sólido equipo. No solo tuvo que buscar atletas, sino también entrenadores. Su principal apoyo técnico fue John Graham, interpretado por Edward Wiley (1955), entrenador universitario, en gran parte autodidacta en atletismo. Finalmente, se envió a Atenas un equipo de catorce deportistas, la mayoría estudiantes en Harvard y Princeton o miembros del club Boston Athletics. Compitieron mayormente en atletismo, si bien hubo también un representante en natación y tres en tiro olímpico. Doce de estos catorce deportistas quedaron entre los tres primeros. En atletismo, con once representantes y solo un campeón nacional, el triplista James Connolly (1868-1957), se llevaron nueve victorias en doce pruebas, seis segundos y dos terceros puestos. Aunque en la serie los tres primeros atletas reciben premios, en realidad solo se premiaban al ganador y al segundo, con una medalla de plata y una de cobre respectivamente. El COI retroactivamente concedió medallas de oro, plata y bronce a los tres primeros.

Aunque, como se señaló anteriormente, algunas universidades de entonces tenían programas deportivos, no siempre sus dirigentes tenían un alto concepto del deporte. James Connolly, estudiante de Harvard, ganador de triple salto y primer campeón olímpico moderno, no obtuvo permiso de su universidad para ir a los Juegos, pero decidió acudir de todos modos. Eso le costó la expulsión. En la serie está interpretado por David Caruso (1956), que años más tarde se haría mundialmente famoso con el personaje del teniente Horatio Caine en la serie CSI Miami. Tras una travesía desde Nueva York de más de dos semanas, los atletas estadounidenses llegaban a Atenas, con algunos problemas, pues Grecia no había adoptado el calendario gregoriano y las fechas oficiales de los Juegos tenían un adelanto de doce días, que los estadounidenses ignoraban.

La serie hace una gran recreación del estadio Panathinaikó, con capacidad para 80 000 espectadores, reconstruido en el lugar del antiguo estadio que había albergado en la Antigüedad los Juegos Panateneos. La dureza de las pistas y el ángulo cerrado de las curvas hizo que los registros no fuesen buenos. El estadounidense Thomas Burke (1875-1929), interpretado por Hutton Cobb, fue campeón de 100 y de 400 m, con 12.0 y 54.2 respectivamente. Él mismo acreditaba 11.2 y 48.5. Las plusmarcas mundiales oficiosas de entonces eran 10.8 y 48.5, esta en 440 yardas (402.34 m). En atletismo, solo masculino, se programaron doce pruebas, 100 m, 400 m, 800 m, 1500 m, maratón, 110 m vallas, salto de longitud, triple salto, salto de altura, salto con pértiga, lanzamiento de disco y lanzamiento de peso. En la serie se representan con un notable realismo las doce pruebas, además de unas breves escenas del tiro olímpico y la natación con participación estadounidense. Los atletas estadounidenses solo dejaron de ganar los 800, los 1500 m y el maratón. En la ceremonia de inauguración hay dos notables anacronismos. El desfile de los países participantes, que en estos Juegos fueron catorce, no tuvo lugar hasta los Juegos de 1908, si bien en los llamados Juegos Intercalados de Atenas de 1906, no reconocidos por el COI, ya se había organizado. Por otro lado, Australia, que figura como país, no adquirió su entidad nacional hasta 1901. Previamente estaba formada por seis colonias británicas gobernadas de forma independiente.

La especialización de los atletas era entonces más laxa. Robert Garrett ganó el disco y el peso y fue plata en los saltos de longitud y altura, plata esta compartida con el campeón de triple James Connolly, que fue también bronce y longitud. Ellery Clark (1874-1949), interpretado por Ian Morton, ganó los saltos de altura y longitud. Robert Garrett no participó, como muestra la serie, en el maratón. Sí lo hicieron Edwin Flack, tras sus victorias en 800 y 1500 m, y el estadounidense Arthur Blake (1872-1944), interpretado por Alex Hyde-Blake (1959), que fue segundo en 1500 m, pero no en 800, como muestra la serie, prueba en la que no tomó parte. Ninguno de los dos terminó el maratón. Esta carrera se disputó desde la llanura donde tuvo lugar la batalla de Maratón en 490 a C hasta Atenas, en conmemoración del logro del soldado Filípides, que recorrió los aproximadamente 40 Km de distancia a Atenas para anunciar la victoria de los suyos sobre los persas. La idea partió del filólogo francés Michel Bréal (1832-1915), amigo de Coubertin. El primer maratón olímpico fue la apoteosis griega, con la victoria del pastor Spiridon Louis, que se convirtió en un héroe nacional. El entrenador estadounidense John Graham se quedó tan impresionado con la prueba que al año siguiente fundó el maratón de Boston, que hoy es uno de los grandes.

Los primeros Juegos Olímpicos fueron un éxito, a lo que sin duda contribuyó la presencia de los estadounidenses y permitió que el movimiento olímpico continuase, con altibajos, hasta consolidarse como el acontecimiento deportivo más importante del planeta.

Esta serie muy recomendable se puede ver en YouTube en dos partes, la primera en versión original sin subtítulos y la segunda en versión original con subtítulos en inglés autogenerados.

Esta lista de Internet Movie Database (IMDB) contiene 41 películas o series de temática olímpica. Próximamente habrá una entrada sobre The four-minute mile, que también se puede ver en YouTube.