Atenas 1982, donde se inicia el despegue del atletismo español

El primer campeonato de Europa tuvo lugar en Turín en 1934 en categoría masculina. En la siguiente edición, la de 1938, por primera y única vez se celebraron en lugares diferentes los campeonatos de categoría masculina, en París, y femenina, en Viena. España tomó parte por primera vez en el cuarto campeonato de Europa, el de Bruselas 1950. Hubo que esperar hasta 1958, en Estocolmo, para que hubiese un finalista español, el albaceteño Antonio Amorós (1927-2004), octavo en 10 000 m con 29:31.0, plusmarca española. Los españoles no volvieron a entrar entre los ocho primeros hasta 1966, en Budapest, con el vigués Carlos Pérez (1935), cuarto en maratón, el vizcaíno Ignacio Sola (1944), quinto en salto con pértiga, y el aragonés Alberto Esteban (1943), séptimo en 800 m, con plusmarca española de 1:47.4. A finales de los 60 se intentó hacer el Europeo cada dos años. Hubo campeonatos en 1969 y 1971, pero posteriormente se decidió pasar nuevamente a cada cuatro años. En Helsinki, en 1971, hubo tres finalistas en las tres pruebas de fondo. El vigués Javier Álvarez Salgado (1943) fue quinto en los 5000 m, el mismo puesto que el palentino Mariano Haro (1940) en 10 000 m, con 27:59.4, plusmarca española. El tercer finalista fue el madrileño Agustín Fernández (1938), octavo en maratón. Mariano Haro repitió puesto de finalista en 1974, en Roma, octavo en 10 000 m. La vallesana Carmen Valero (1955) se convirtió en la primera mujer española finalista al ser séptima en 1500 m, con 4:11.6, plusmarca española. Finalmente el equipo español del relevo 4×100, formado por Luis Sarria (1949), Juan Sarrasqueta (1952), Miguel Ángel Arnau (1957) y José Luis Sánchez Paraíso (1942-2017), ocupó la sexta plaza. La primera medalla llegó en 1978, con el oro en 50 Km marcha del barcelonés Jordi Llopart (1952-2020). Además otro barcelonés, José Marín (1950), fue quinto en 20 Km marcha, y el tarraconense José Alonso (1957) séptimo en los 400 m vallas.

España acudía al campeonato de Europa de 1982, que tendría lugar en Atenas, con un equipo formado por diecinueve hombres y cuatro mujeres. En las ocho ediciones anteriores, los atletas españoles habían obtenido un total de trece puestos de finalista, entre ellos una medalla, de oro. Se confiaba en aumentar el número de medallas. Había atletas que habían tenido una buena actuación en los Juegos Olímpicos de 1980, donde otra vez Jordi Llopart había conseguido la primera medalla para el atletismo español, con su plata en los 50 Km marcha. Pero hubo otras buenas actuaciones como el cuarto puesto del alicantino Domingo Ramón Menargues (1958), con 8:15.78, plusmarca española, la quinta posición en la misma prueba del granadino Francisco Sánchez Vargas (1958), la quinta y sexta plaza de José Marín en 20 y 50 Km marcha y los séptimos puestos del barcelonés Antonio Corgos (1960) en salto de longitud, y del oscense Javier Moracho en 110 m vallas. Todos estos atletas estarían en Atenas, igual que tres de los cinco medallistas del Europeo en pista cubierta de ese año, el cántabro José Manuel Abascal, (1958), plata en 1500 m, el leonés Colomán Trabado (1958), bronce en 800 m, y el madrileño Benjamín González (1958-2011), bronce en 400 m. No acudirían a Grecia por lesión los campeones de 800 m, el granadino Antonio Páez (1956) y de 1500 m, el toledano José Luis González (1957).

La realidad superó las previsiones más optimistas. Los campeonatos tuvieron lugar del 6 al 12 de septiembre y la primera medalla llegó al día siguiente, el 7 de septiembre con el oro de José Marín en 20 Km marcha que recorrió en 1h23:43, plusmarca del campeonato. Dos días más tarde, el 9, España conseguía su segunda medalla. Antonio Corgos acreditaba 8.23 m en el salto de longitud, conseguidos en 1980. Se había clasificado para la final con el segundo mejor salto de los participantes, 8.02 m, aunque necesitó tres intentos. En la final se atascó con 7.82 m, que le daban la sexta plaza el comienzo de la sexta ronda, pero un salto de 8.19 m lo encaramaron a la segunda posición, de donde no se movió y ganó la medalla de plata. El día 10 de septiembre hubo doble fiesta. Tenían lugar simultáneamente la llegada de los 50 Km marcha, donde Marín se hacía con la segunda posición, y la final de 3000 m obstáculos, en la que Domingo Ramón conseguía la medalla de bronce. En la prueba de marcha, Jordi Llopart, sexto, fue el único español finalista que no ganó una medalla. España cerró el campeonato con la medalla de bronce de José Manuel Abascal en los 1500 m el día 11, que bien pudo ser algo más, pero se vio perjudicado por la caída del escocés Graham Williamson (1960), momento en que aprovechó el inglés Steve Cram (1960) para escaparse y ganar el oro. Al cántabro no le faltó demasiado para alcanzarlo, pero lo abandonaron las fuerzas a falta de 20 m.

Desde los Campeonatos de Europa de Atenas de 1982, España ha ganado 81 medallas, 25 de oro, en 11 ediciones de esta competición. En agosto, en Múnich, habrá una buena oportunidad para seguir sumando. Es cierto que el peso del atletismo europeo en el concierto mundial ha decrecido y que se ha incrementado en número de pruebas. Aun así, la progresión del atletismo español es innegable. A veces cuesta pensar en que los inicios hubiesen sido tan humildes.

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María Vasco, la primera atleta española medallista olímpica

El 28 de septiembre de 2000 en Sydney tenía lugar la final femenina de los 20 Km marcha. Era la primera vez que se disputaba esta prueba en unos Juegos. La marcha femenina había sido olímpica 8 años antes, en Barcelona, con la distancia de los 10 Km en ruta, lo mismo que 4 años después, en Atlanta. Al llegar a la ciudad australiana, España había ganado en total 8 medallas olímpicas en atletismo: Jordi Llopart (1952-2020), plata en 50 Km marcha en 1980, José Manuel Abascal (1958), bronce en 1500 m en 1958, Daniel Plaza (1966), oro en 20 Km marcha en 1992, Antonio Peñalver (1968), plata en decatlón en 1992, Javier García Chico (1966), bronce en salto con pértiga en 1992, Fermín Cacho (1969), oro en 1500 en 1992 y plata en 1996) y Valentí Massana (1970), bronce en 50 Km marcha en 1996. Hasta entonces ninguna mujer española había alcanzado un podio olímpico, pero eso iba a cambiar aquel día de finales de septiembre de 2000.

Había tres españolas en la prueba de los 20 Km marcha, las catalanas María Vasco (1975), Eva Pérez (1975) y Encarna Granados (1972), medalla de bronce en 10 Km marcha en el Mundial de 1993. Vasco era la plusmarquista española con 1h30:20, conseguida el 23 de abril de ese mismo año. Su tiempo estaba, sin embargo, lejos de la 1h25:20 de la rusa Olga Polyakova (1980), mejor registro de las participantes. Tras la prueba masculina, se sabía que los jueces de Sydney serían muy estrictos con el estilo de las marchadoras, de manera que María Vasco optó por una táctica conservadora y por esperar a la segunda parte de la prueba. Su objetivo realista era obtener un puesto entre las ocho primeras. A mitad de la prueba era decimoquinta, a 17 segundos de la cabeza, formada por 10 atletas. En los segundos 10 Km, Vasco fue ascendiendo hasta la sexta posición. La descalificación sucesiva de las atletas del trío de cabeza le permitió llegar a la meta en tercera posición y sin ningún aviso, con 1h30:23, que prácticamente igualaba su mejor tiempo. La marchadora catalana hacía historia al convertirse en la primera atleta española medallista olímpica. Granados ocupó la 20º posición y Pérez la 27º.

María del Monte Vasco Gallardo nació el 26 de diciembre de 1975 en la localidad barcelonesa de Viladecans, patria chica de las pioneras de la marcha femenina Mari Cruz Díaz (1969), campeona de Europa de 10 Km marcha en 1986, y María Reyes Sobrino (1967) o del mencionado Valentí Massana, campeón del Mundo de 20 Km marcha en 1993 y bronce olímpico en 1996 en 50 Km. Comenzó a hacer marcha en 1989 y los éxitos fueron inmediatos. En 1990, con 14 años, participó en el Campeonato del Mundo junior (sub20). Fue 15º en los 5 Km marcha. La joven María consiguió un logro poco común, tomar parte en tres Campeonatos del Mundo sub 20. Fue 6ª en 1992 y 4ª en 1994. En 1993, en el Europeo de la categoría fue también 4ª. En 1995 disputó su primer Campeonato Mundial absoluto. Ocupó el puesto 26º en los 10 Km marcha. Al año siguiente fue olímpica en la misma prueba y llegó la 28º. En 1997 fue subcampeona de Europa sub23 también en 10 Km. En 1998 consiguió su primer puesto de finalista en un campeonato de Europa absoluto al aire libre, al ser 5ª. En 1999 en el campeonato del Mundo se sustituye la prueba de los 10 Km por 20 Km. Vasco finalizaba 10ª en la edición disputada en Sevilla.

Con toda esta trayectoria, pese a tener solo 24 años, llegó a Sydney, donde marcó un hito en el atletismo español. Tras su bronce olímpico, le quedaba, sin embargo, una larguísima carrera atlética, que la llevaría a participar en otras tres ediciones de los Juegos Olímpicos, otro gran logro de esta atleta, con cinco participaciones olímpicas en total.

En 2001 consiguió una excelente 5ª plaza en el Mundial de 20 Km marcha. En 2002 y 2003 su rendimiento decayó y no finalizó ni en el Europeo ni en el Mundial al aire libre. En 2004 volvió a los Juegos Olímpicos y fue finalista al eacabar 7ª. En 2005 perdió el bronce en el tramo final del Mundial de 20 Km marcha y fue 4ª. En 2007, obtuvo su segundo mayor éxito deportivo, al ganar el bronce en el Mundial de Osaka.

En 2008, María Vasco acudió a su cuarta edición de los Juegos Olímpicos. En los 20 Km marcha estarían otras dos españolas, Beatriz Pascual (1982), también de Viladecans, y la zaragozana María José Poves (1978). Pese a no obtener medalla, Vasco hizo una de las mejores competiciones de su vida deportiva. La prueba se desarrolló bajo una intensa lluvia. Pese a ello, las doce primeras superaron la plusmarca de los anteriores Juegos. Hubo seis plusmarcas nacionales, incluida la española, y catorce marcas personales. La rusa Olga Kaniskina (1985) se escapó desde el principio y dejó al resto de participantes la lucha por la plata y el bronce. Los logros de la rusa, sin embargo, se mostrarían envueltos en la sombra de una duda por problemas con el consumo de sustancias prohibidas. Vasco peleó por las medallas hasta el final, pero finalmente se quedó a 13 segundos del bronce, con plusmarca nacional de 1h27:25, en la quinta posición. El registro de Kaniskina para ganar el oro fue de 1h26:31, 35 segundos más rápida que la medallista de plata, la veterana noruega Kjiersti Platzer (1972), que había precedido a Vasco en Sydney. Beatriz Pascual, en una competición plena de inteligencia, llegó en la sexta plaza, tras una gran remontada, con mejor marca personal de 1h27:44. Mientras, Poves era 17ª.

Tras su gran actuación en Pekín, el rendimiento de Vasco en la alta competición decreció. Resultó descalificada en el Mundial de 2009 y no terminó el Europeo de 2010. Fue 13ª en el Mundial de 2011. Pero aún le quedaba una gran actuación, en este caso diferida. En 2012 acudía a sus quintos Juegos Olímpicos, con Pascual y Poves, las mismas acompañantes que cuatro años antes. En conjunto, la prestación de las españolas fue notable, con Pascual 8ª, Vasco 10ª y Poves 12ª. En su última actuación olímpica, Vasco se había quedado muy cerca de las finalistas… inicialmente. Pero la historia cambió, como cambia demasiado últimamente. Los reanálisis diferidos de las muestras biológicas hacen cambiar clasificaciones incluso años después. En 2016, dos rusas, la medallista de plata Olga Kanyskina y la quinta clasificada Anisya Kirdyadpina (1989) vieron anulados sus resultados del 15 de agosto 2009 al 15 de octubre de 2012 por consumo de sustancias prohibidas, lo que incluía los Juegos de 2012. De esa manera, las españolas adelantaron dos puestos, 6ª Beatriz Pascual, 8ª María Vasco y 10ª María José Poves. Con este resultado, Vasco alcanzaba el puesto de finalista en cuatro Juegos Olímpicos, un logro único en el atletismo español. Otro marchador catalán, José Marín (1950), fue cinco veces finalista olímpico, pero en dos pruebas diferentes, tres en 20 Km y dos en 50 Km marcha.

María Vasco se retiró ese mismo año de 2012 con 36 años, tras una carrera deportiva de 22. En el ámbito nacional fue 15 veces campeona de España: una de 10 Km en ruta (1996), cinco de 20 Km en ruta (1998, 2001, 2002, 2003, 2004) y nueve de 10 000 m en pista (1996, 1997, 1998, 1999, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005). En las competiciones internacionales por países entró en primer lugar en la Copa de Europa en 2009 y en 2010 ocupó el mismo lugar en la Copa del Mundo. En la actualidad trabaja en la multinacional deportiva Asics. Su bronce olímpico en Sídney ya es parte de la historia del atletismo español.

¡Larga vida a Chuso!

Todo lo que se invierte en deporte la sociedad te lo devuelve con creces ya que se mejora la salud de la población, no se hace un uso desmesurado de los servicios sanitarios y se fomenta la integración y el afán de superación (1).

En esta afirmación de Jesús Ángel García Bragado probablemente está la clave de la motivación que encuentra un hombre de 50 años para seguir entrenando cada día y para competir entre los mejores del mundo. Resulta muy complicado buscar un calificativo que realmente pueda definir su 8º puesto en el Campeonato del Mundo de 50 Km marcha, a menos de tres semanas para entrar en la cincuentena. Bragado ha competido en 13 campeonatos del mundo y en 7 Juegos Olímpicos. Su plaza de finalista en el Mundial lo clasifica automáticamente para los que pueden ser sus octavos Juegos Olímpicos. La palabra excepcional adquiere aquí su pleno significado. En la historia del atletismo solamente hay dos precedentes parecidos, ambos en los Juegos Olímpicos. En el maratón de 1936, el canadiense, nacido británico, Percy Wyer (1884-1965) fue 30º a la edad de 52 años y 199 días. Dieciséis años después, en 1952, el estadounidense John Deni (1903-1978) tomó parte en los 50 Km marcha olímpicos con 49 años y 74 días, aunque no llegó a la meta.

Jesús Ángel García Bragado, Chuso, nació en Madrid el 17 de octubre de 1969. Su primera competición internacional fue la Universiada de 1991, donde se hizo con la 5ª plaza en los 20 Km marcha. Su relación con la prueba más corta de marcha fue efímera y en 1992, ya en la distancia más larga, ocupó la 10ª plaza en los Juegos Olímpicos, justo detrás de un veterano catalán de 42 años llamado José Marín (1950). La transición a los 50 Km marcha había resultado exitosa. Ese año registró 3h48:24. Al año siguiente se disputaba el Mundial de Stuttgart. Bragado llegó a Alemania con la segunda mejor marca de ese año, 3h48:06. La lista la encabezaba otro español, el catalán de Viladecans Valentí Massana (1970) con 3h46:11. Massana se decidió por los 20 Km marcha del Mundial y ganó el oro. Bragado, ante marchadores mucho más experimentados que él, decidió a partir del segundo kilómetro hacer su carrera. Cuarenta y ocho kilómetros más tarde se presentaba en solitario en el estadio para hacerse con el oro en 3h41:41, su mejor marca, la mejor del mundo ese año.

Con 24 años, una edad muy temprana para un marchador de élite, Bragado conseguía en mayor éxito de su carrera en valor absoluto. Sin embargo, sin duda, lo más meritorio del madrileño, algo casi inédito en el panorama atlético mundial, ha sido su número imposible de participaciones en grandes campeonatos. Tras la victoria de Stuttgart ha tomado parte en otros 12 Mundiales. Tan solo se perdió el de 2017 por lesión. Se hizo con el subcampeonato en 1997, 2001 y en 2009, con casi 40 años. Además del 8º puesto de ayer, fue 5º en 1991, 6º en 2003, 9º en 2017 y 12º en 2013. Resultó descalificado en 2005, 2007 y 2011 y abandonó en 1999.

En las 7 ediciones de los Juegos Olímpicos en que tomó parte nunca fue medallista, si bien consiguió notables clasificaciones. Además del 10º puesto de 1992, abandonó en 1996, en 2000 ocupó la 12ª plaza, fue 5º en 2004, 4º en 2008, 19º en 2012 y 20º en 2016.

En cuanto al Campeonato de Europa, sus mejores actuaciones tuvieron lugar en 2006 en que se hizo con la plata, y en 2002, en que ganó el bronce. En 1994 fue 4º, resultó descalificado en 1998, fue 5º en 2010 y 8º en 2014. En 2018 abandonó.

Fue además primero en la Copa de Europa de Marcha en 1996, 2000 y 2001 y primero en la Copa del Mundo de Marcha en 1997, prueba en la que hizo su mejor registro de siempre, 3h39:54

El logro del 8º puesto mundialista, con dos prótesis de cadera, es consecuencia de la motivación, de la devoción a un deporte, de la perseverancia, de la disciplina, del sacrificio pero, sin duda, también de la experiencia. Sabedor de las difíciles condiciones climáticas de la prueba, comenzó a un ritmo muy lento. A la altura del km 10 iba 31º. Fue progresando durante toda la competición hasta llegar entre los finalistas.

Residente desde hace varios años en la localidad barcelonesa de San Adrián de Besós, donde tuvo responsabilidades políticas municipales, Bragado es podólogo de profesión. Tiene a Montserrat Pastor como entrenadora. Será sin duda un placer ver a este descomunal atleta participar el año que viene en sus octavos juegos olímpicos. Chuso es todo un ejemplo de dedicación y devoción al deporte que lo apasiona. Una excelente referencia para todos.

¡Larga vida a Chuso!

(1) http://euskizofrenia.blogspot.com/2017/12/el-unico-atleta-heptaolimpico-chuso.html

Jordi Llopart, primer medallista español en un Europeo al aire libre

Tras los últimos campeonatos de Europa al aire libre, celebrados en Berlín este verano, España ha conseguido en esta competición un total de 88 medallas, 27 de oro, 24 de plata y 37 de bronce, 69 en la categoría masculina y 19 en la femenina. Los Europeos al aire libre se iniciaron en 1934. España no tomó parte hasta 1950, con un solo contendiente, el lanzador de disco, y posteriormente uno de los pioneros del entrenamiento en España, el madrileño José Luis Torres (1925). En las siguientes ediciones, el número de atletas españoles fue creciendo. Hubo 5 atletas en 1954, 7 en 1958, 5 en 1962, 7 en 1966, 6 en 1969, 16 en 1971, con participación femenina por primera vez, de 3 atletas, y 17 en 1974 con una mujer. Los mejores resultados hasta entonces habían corrido a cargo del vigués Carlos Pérez (1930), 4º en maratón en 1966, su paisano Javier Álvarez Salgado (1943), 5º en 5000 m en 1971, el palentino Mariano Haro (1940), 5º en 10 000 en 1971 y 8º en 1974, el bilbaíno Ignacio Sola (1944), 5º en pértiga en 1966, el equipo de relevos 4×100, 6º en 1974, el zaragozano Alberto Esteban (1943), 7º en 800 m en 1966, la vallesana Carmen Valero (1955), 7ª en 1500 m en 1974, el albaceteño Antonio Amorós (1927 – 2004), primer finalista español 8º en 10 000 m en 1958 y el manchego Agustín Fernández (1938), 8º en maratón en 1971. Es decir, España había conseguido un total de 11 finalistas y ninguna medalla en 9 ediciones.

Hubo que esperar hasta 1978 para estrenarse en el medallero. Ese año el Europeo se celebraba en Praga. Resultó un campeonato de un gran nivel. Dos de las plusmarcas actuales de los Campeonatos, la de 800 y la de 10 000 m masculinos se consiguieron allí. España acudió a la entonces capital de Checoslovaquia con 17 atletas, 3 mujeres, entre los que había algunos jóvenes como José Manuel Abascal (1958), Domingo Ramón (1958), Javier Moracho (1957) o José Alonso (1957), que habían conseguido destacados resultados en categoría junior (sub20) para los que era su primer campeonato absoluto. Salvo Alonso, que ocupó una brillante 7ª posición en los 400 m v, con 50,19, plusmarca española, los otros tres jóvenes atletas rindieron por debajo de sus posibilidades, aunque los éxitos no tardarían el llegar para ellos. Además de la actuación de Alonso, hubo otro puesto de finalista, en los 20 Km marcha en los que el catalán José Marín (1950), que tantas alegrías ha dado al atletismo español, fue 5º. El día 2 de septiembre, un día antes de que se clausurasen los campeonatos, se celebraba la final de los 50 Km marcha, con 32 participantes y 3 españoles, el citado José Marín y otros dos catalanes, Agustín Jorba (1947) y el campeón de España Jordi Llopart (1952). Mientras los dos primeros no pudieron terminar, Llopart realizó una carrera plena de inteligencia, siempre en el paquete delantero, hasta que a falta de 10 Km dio un fuerte tirón que lo dejó en solitario en cabeza. Entró en el estadio con más de un minuto y medio de ventaja y terminó la prueba en 3h53:30, plusmarca personal y de los campeonatos. Era la primera medalla, y de oro, para España en unos campeonatos de Europa al aire libre.

Jordi Llopart Ribas (El Prat de Llobregat, 5 de mayo de 1952) había comenzado a practicar atletismo en 1964, en campo a través. Participó en pruebas de medio fondo, fondo, obstáculos, incluso en lanzamientos, hasta que en una liga faltaba un marchador y probó la marcha. Aunque el resultado no fue muy bueno, se decidió por esta modalidad, entrenado por su padre, Moisés Llopart (1919-2002). El de Praga fue su primer gran campeonato, al que acudió con una mejor marca de 4h01:37. En 1979 realizó en Reus la que sería su mejor marca de siempre, 3h44:33. En los Juegos Olímpicos de 1980 volvió a ser pionero para el atletismo español, al conseguir la primera medalla olímpica. Fue plata en los 50 Km marcha, con 3h51:25, tras el alemán Harwig Gauder (1954), oro con 3h49:25. Aunque la de Moscú sería su última medalla en un gran campeonato, Llopart siguió rayando a gran altura hasta su retirada en 1992, a los 40 años. Fue 6º en el Europeo de 1982, 7º en los Juegos Olímpicos de 1984, 9º en el Europeo de 1986, 13º en los Juegos Olímpicos de 1988 y 17º en el Mundial de 1991. En 1992 aún fue capaz de registrar 3h49:31. Ese año formó parte del equipo técnico del campeón olímpico de 20 Km marcha Daniel Plaza (1966).

Llopart fue tanto el primer medallista en un Europeo al aire libre como en unos Juegos Olímpicos. El atleta catalán también inauguró la presencia de la marcha española en los grandes campeonatos, que continúa, con 18 medallas en campeonatos de Europa, 17 en Mundiales y 5 en Juegos Olímpicos. En la actualidad ganar medallas en los grandes campeonatos es lo habitual, pero hubo una época en la que el premio era ir a los campeonatos y se finalista el premio gordo. Se tardó 28 años en conseguirlo en el caso de los Europeos y 60 años en el caso de los Juegos. A pesar de que sigue habiendo mucho que mejorar, no hay que olvidar que, afortunadamente, vivimos en una época de abundancia. Hace poco más de 40 años, España había ganado 0 medallas en grandes campeonatos.

Beatriz Pascual, coleccionista de finales olímpicas

En los deportes individuales, los medios de comunicación no suelen prestar demasiada atención a todo lo que empeore el tercer puesto. Parece que las competiciones se terminan en la altura más baja del podio. Y, sin embargo, ser finalista olímpico es una auténtica proeza. De todos los deportistas de una determinada especialidad, solamente 8 lo alcanzan cada cuatro años. Y si resulta complicado hacerlo una vez, hacerlo tres es excepcional. La marchadora catalana Beatriz Pascual Rodríguez (Barcelona, 9 de mayo de1982) es una de los 5 atletas españoles que lo han conseguido. Formada como atleta en Viladecans, de la mano de la exmarchadora María Reyes Sobrino (1967), Pascual comenzó a destacar ya en categorías inferiores. En 2000 fue 6ª en los 10 Km marcha del Mundial Junior (sub20). Al año siguiente, en el Europeo Junior de Grosseto se hizo con la medalla de bronce en la misma prueba. En 2002 fue 12ª en el Europeo absoluto en 20 Km marcha. En 2003 se hizo con el 4º puesto en el Europeo sub23. En 2004 estaba preseleccionada para los Juegos de Atenas, pero no pudo participar por una lesión. Ese año, no obstante, se quedó muy cerca de bajar de hora y media con 1h30:22.

En los años siguientes consiguió una 20ª plaza en el Europeo de Gotemburgo 2006 y fue 13ª en el Mundial de Osaka en 2007. En 2008 alcanzó un excelente estado de forma. Tras un anodino 25º puesto en la Copa Mundial al principio de temporada, tuvo una magnífica participación olímpica en los 20 Km marcha en Pekín, bajo una intensa lluvia, al ocupar la 6ª posición con unos muy buenos 1h27:44, 2ª mejor marca española de siempre entonces. Diecinueve segundos antes había llegado María Vasco (1975), bronce 8 años antes en Sydney, y que había peleado por las medallas hasta el último tramo de la prueba.

Tras los Juegos de Pekín, Pascual continuó mostrándose muy regular en la alta competición. Fue 6ª en el Mundial de Berlín de 2009, 5ª en el Europeo de Barcelona al año siguiente y 8ª en el Mundial de Daegu 2011. Londres 2012 volvía a ser su gran objetivo, y lo pasó con nota. Pascual fue de menos a más y acabó en una excelente 8ª plaza con 1h27:56, su 2ª mejor marca de siempre. Posteriormente, en 2015 se descalificó a la rusa Olga Kaniskina (1985), que había sido plata, por lo que la catalana pasó a la 7ª plaza.

Pascual continuó con buenas actuaciones en los años siguientes. De nuevo fue 6ª en el Mundial de Moscú 2013 y 8ª en el Europeo de Zúrich 2014. Tras un 2015 complicado, llegaba de nuevo a los Juegos Olímpicos, de 2016, en buenas condiciones. Marchando de forma inteligente, la ya entonces experimentada Pascual entró en la 8ª posición, tercera vez finalista olímpica.

En cuanto a las competiciones nacionales, Pascual ha sido 5 veces campeona de España de 20 Km marcha (2006, 2008, 2009, 2011, 2016) y tres de 10 Km marcha en pista (2008, 2010, 2012). Es plusmarquista española de 5 y 10 Km en pista con 20:45,11 (2012) y 42:40,33 (2010).

Además de practicar atletismo de alto nivel, Pascual es licenciada en Bioquímica y Farmacia, tiene un máster en Biomedicina y es doctora en Genética Molecular. Acaba de retomar la competición tras un obligado parón la temporada pasada por maternidad.

Los otros 4 atletas españoles, 3 marchadores, que han estado en 3 finales olímpicas son el entrenador de Pascual, José Marín (1950), 5º en 1980, 6º en 1984 y 4º en 1988 en 20 Km marcha y 6º en 1980 y 4º en 1988 en 50 Km marcha, Francisco Fernández (1977), 7º en 2000 y 2008 y plata en 2004 en 20 Km marcha, María Vasco (1975) plata en 2000, 7ª en 2004 y 5ª en 2008 en 20 Km marcha y Ruth Beitia (1979), 4ª en 2008 y 2012 y campeona olímpica en 2016.

Probablemente sea Beatriz Pascual la atleta menos conocida de este selecto grupo, con el mérito añadido para la catalana de su currículo académico. En 2 años habrá de nuevo Juegos Olímpicos, ¿volverá a estar entre las 8 elegidas?