«Si le falla la cabeza, no es bueno»

Cuando algo se repite demasiadas veces suele acabar perdiendo su significado. La prensa tiende a utilizar la palabra épico con mucha facilidad, pero hoy, probablemente, no estén nada descaminados. La victoria de Rafael Nadal (1986) en el Abierto de Australia resulta difícil de calificar. En pocos meses, Nadal ha pasado de caminar con problemas a ganar su torneo número 21 del Grand Slam, convirtiéndose en el tenista con el mayor número de estos títulos. Hubo un momento clave en el partido. Tras perder los dos primeros sets y con un 3-2 en contra en el tercero, Nadal salvó un 0-40. ¿Cuánta fortaleza mental se necesita para levantar esta situación difícilmente reversible y acabar ganando el partido y el torneo?

No me vengáis con historias. Si le falla la cabeza, no es bueno. Mariano García-Verdugo (1948), nuestro entrenador no se cansaba de responder cuando le decíamos refiriéndonos a un atleta Es muy bueno, pero le falla la cabeza. Nos costó entender que la fortaleza mental es clave para dar lo mejor de uno mismo en cualquier actividad, pero sobre todo en una cuyo motor principal es la competitividad, como el deporte de alto nivel. Saber canalizar el estrés que genera la gran competición hacia el rendimiento óptimo y no hacia el bloqueo marca una diferencia decisiva. Los mejores se crecen ante las dificultades, como le ha sucedido a Nadal este domingo en Melbourne o como le ocurría a Michael Jordan (1963) cuando se jugaba el anillo de la NBA.

En este blog hemos contado algunos casos de atletas que han dado lo mejor de sí en situaciones muy complicadas. La neerlandesa Fanny Blankers-Koen (1918-2004) tuvo que esperar doce años, enfrentada a las privaciones de una guerra y a la incomprensión de la sociedad de la época, para volver a los Juegos Olímpicos y ganar cuatro medallas de oro. El estadounidense Al Oerter (1936-2007) ganó cuatro oros olímpicos consecutivos en el lanzamiento de disco. En ninguna de la cuatro ocasiones era el favorito. Destaca especialmente su tercera victoria, en 1964, donde compitió lesionado con un aparatoso collarín. El británico Seb Coe (1956) consiguió revalidar su título olímpico de 1500 m tras una grave enfermedad, llegando a los Juegos muy justo de preparación y con una gran parte de la prensa de su país en contra de su selección.

También hay ejemplos en sentido contrario. Un atleta que nos sorprendió especialmente, tal vez porque entonces éramos adolescentes impresionables, fue el portugués Fernando Mamede (1951). Mamede comenzó su carrera atlética corriendo 800 y 1500 m, pruebas en las que fue olímpico en 1972. En 1976 en los 1500 m de los Juegos Olímpicos realizó 3:37.98 en las series, su mejor marca de siempre. Se clasificó para las semifinales, pero no entró en la final. A partir del año siguiente se cambió a distancias superiores. En 1978 conseguía el tope portugués de 5000 m, 13:17.76, que sería la quinta mejor marca mundial del año. Sin embargo en el campeonato de Europa no pasó de la 15ª posición. En 1980 realizaba 27:37.88, tiempo con el que acabó tercero en la lista mundial del año. No pudo acudir a los Juegos de Moscú debido a que su país secundó el boicot estadounidense. En 1981 obtenía el mayor éxito de su carrera deportiva al ser tercero en el Mundial de campo a través. En la pista se hacía con la plusmarca europea de 10 000 m, 27:27.7, a poco más de 5 segundos de la plusmarca mundial. En 1982 mejoró en 5000 m hasta 13:14.6 y en 10 000 a 27:22.95, a tan solo 0.55 de la plusmarca mundial. No pudo acudir al campeonato de Europa al aire libre por lesión.

Tras más de una década en el atletismo, Mamede había demostrado que era capaz de correr muy rápido, pero su rendimiento en la alta competición había sido discreto. Aunque ya había pasado de los treinta, cronométricamente no había dejado de mejorar. En 1983 se celebraban los primeros campeonatos del Mundo al aire libre. Mamede acudió a la prueba de 10 000 m con unos excelentes 27:25.13. Dio una magnífica impresión al ganar su semifinal con 27:45.54, pero en una lenta final, nunca tuvo opción y acabó el 14º, a 17 segundos del ganador. Terminó la temporada con marca personal en 5000 m, 13:08.54, tiempo líder mundial del año. En 1984, el portugués tenía una nueva oportunidad de demostrar su valía, esta vez en los Juegos Olímpicos. Sus antecedentes no lo acompañaban, pero se pensó que la historia podría cambiar tras su exhibición en Estocolmo el 2 de julio, cuando se hizo con la plusmarca mundial de 10 000 m con un tiempo de 27:13.81. Mamede había corrido la segunda parte de la carrera en 13:28.41, el último kilómetro alrededor de 2:30 y la última vuelta en 57.5, tiempos inéditos entonces en una carrera tan rápida. En la semifinal de los Juegos volvió a dar una buena impresión al imponerse fácilmente con 28:21.87, pero la final resultó absolutamente decepcionante. Con un ritmo muy lento, Mamede fue perdiendo posiciones hasta quedarse el último y abandonar poco antes de la mitad de la carrera, que se pasó en 14:18.84.

Fernando Mamede es un ejemplo de contrapunto a quienes dan lo mejor de sí en la peor situación, un atleta de enorme clase, capaz de aguantar ritmos muy exigentes y de terminar muy rápido, al que, sin embargo, la gran competición siempre lo atenazó. Si le falla la cabeza, no es bueno. Y así es, porque le impide dar lo mejor de sí mismo, desarrollar su potencial. La calidad y la capacidad de entrenamiento no son suficientes sin la fortaleza mental.

Haile Gebrselassie, el atleta de la eterna sonrisa (y III)

La victoria olímpica en el 10 000 m de los Juegos de 2000 fue el último gran triunfo en pista del etíope Haile Gebrselassie (1973). Aunque siguió manteniendo un alto nivel, numerosos problemas físicos, junto con la aparición de su compatriota Kenenissa Bekele (1982), que acabó superando sus registros, le impidieron reeditar los logros de su quinquenio mágico, de 1995 a 2000. Sin embargo, el pequeño corredor fue capaz, tras triunfar en la pista cubierta, al aire libre y en el campo a través, de reconvertirse en un excepcional corredor de maratón. Tras los Juegos de Sídney, Gebre se sometió a una operación de su maltrecho tendón de Aquiles. Corto de preparación, tomó parte en el Mundial de 10 000 m de 2001, donde fue bronce, 27:54.41, superado por el keniano Charles Kamathi (1978), 27:53.25 y por el también etíope Assefa Megebu (1978), 27:53.97. Dos meses después, preparando la transición al maratón, Gebre se proclamó campeón mundial de medio maratón con 1h00:03. El maratón llegó en la temporada siguiente, el 14 de abril de 2002 en Londres. Previamente había mejorado en medio maratón hasta 59:40. Sus rivales más fuertes eran el marroquí plusmarquista mundial de la distancia Khalid Khannouchi (1971), 2h05:42, y su viejo rival (y amigo) el keniano Paul Tergat (1969), que en la edición del año anterior había sido segundo con 2h08:15, su mejor registro. Los tres permanecieron juntos hasta los últimos tres kilómetros, en que el marroquí consiguió despegar primero a Gebre y posteriormente a Tergat. Khannouchi se hizo con la victoria con una nueva plusmarca mundial de 2h05:38, 10 segundos más rápido que Tergat, mientras Gebre era tercero con 2h06:35.

Gebre terminó una corta temporada en Qatar con una mejor marca mundial en 10 Km en ruta, con 27:02 (la World Athletics no admite plusmarcas mundiales en esta prueba). La primera incursión en la carretera del etíope había resultado positiva, si bien algo oscurecida porque su gran marca de maratón no sucedió en una carrera ganadora. En 2003, sin embargo, Gebre decidió volver a la pista. Preparó la temporada en sala, con un excelente resultado. Superó con 8:04.69 la mejor marca mundial de las dos millas y se hizo con su tercer oro en el Mundial de 3000 metros. Al aire libre su objetivo era el título mundial de 10 000 m. Poco antes corrió en 12:54.36 y 26:54.58, pero en ambas ocasiones no ganó la carrera. Había perdido su tremendo acelerón final. En el Mundial de París se produjo un cerradísimo duelo etíope, entre Gebre y Bekele. Este último logró imponerse con 26:49.57, un registro magnífico, pero que se convierte en superlativo si se tiene en cuenta que cubrió la segunda mitad de la prueba en unos sorprendentes 12:57.24. Gebre peleó hasta el final y consiguió la plata a 1.20 de su rival.

En 2004, Gebre estaba decidido a defender su título olímpico. Sin embargo, su tendón de Aquiles no operado no le dejó alcanzar la forma necesaria. Aun así hizo una buena pista cubierta, con 7:29.34, aunque resultó derrotado en una carrera de 2 millas. Al aire libre solo corrió un 10 000, en 26.41.51, donde fue segundo, y un 5000 en 12:55.51, que ganó. En la final olímpica de Atenas, su estado empeoró y solo pudo se quinto, con 27:27.70, a 22.20 del ganador Kenenissa Bekele. Tras los Juegos se sometió a una nueva intervención quirúrgica.

A partir de 2005 ya se centró casi completamente en la carretera. Esa temporada hizo con 47:23 la mejor marca mundial de las 10 millas en ruta y ganó el maratón de Berlín con mejor marca de 2h06:20. La temporada de 2006 comenzó en enero con plusmarca mundial de medio maratón, 58:55. También mejoró al paso la de 20 Km, con 55:48. En el maratón de Londres solo pudo ser noveno, con 2h09:05. Mejoró notablemente en septiembre, en Berlín, donde ganó con 2h05:56, a 1:01 de la plusmarca mundial de Paul Tergat. Cerró la temporada en Fukuoka en diciembre con una nueva victoria en 2h06:52.

La plusmarca mundial se resistía, pero Gebre se había adaptado perfectamente a la distancia. El año 2007 tampoco comenzó bien, con el abandono en Londres hacia el kilómetro 30. En junio, sin embargo, pudo superar la plusmarca mundial de la hora con 21 285 Km y un pase por los 20 Km, también plusmarca mundial, de 56:25.98. Finalmente, el 30 de septiembre en Berlín, Gebre pudo hacerse con el techo universal de la distancia más larga, con 2h04:26. La primera mitad se había pasado en 1h02:29. Aunque ya no poseía las plusmarcas mundiales de 5000 y 10 000, superadas por Bekele en 2004, se había convertido en el primer plusmarquista mundial en las tres distancias.

En 2008, mientras resolvía la duda de si correr el maratón olímpico, comenzó con la victoria en el maratón de Dubai en enero, con 2h04:53, muy cerca de su plusmarca mundial. Finalmente, decidió que la calidad del aire de Pekín podría perjudicarlo y renunció a intentar ser campeón olímpico de la distancia. Unos buenos 26:51.20, detrás de su compatriota Sileshi Shihine (1983), le dieron cierta seguridad para afrontar el 10 000 olímpico. No se quedó muy lejos de las medallas. En una carrera ganada por Bekele con nueva plusmarca olímpica de 27:01.17, fue sexto con 27:06.58 a 2.57 del bronce. Poco más de un mes después, Gebre volvía a demostrar su condición de mejor maratoniano del momento, con una nuevo plusmarca mundial, en Berlín, de 2h03:59, con un pase intermedio de 1h02:04.

En 2009 volvió a ganar en Dubai, 2h05:29 y Berlín 2h06:08. En 2010 se hizo con un nuevo triunfo en Dubai, 2h06:09, pero abandonó en Nueva York. Ese día anunció su retirada del atletismo. Sin embargo aún continuó tres temporadas más con buen nivel, si bien con un rendimiento decreciente. No corrió ningún maratón en 2011. En 2012 realizó 2h08:17 en Tokio y 27:20:39 en 10 000, ya con treinta y nueve años. En 2013, con cuarenta, aún fue capaz de correr un medio maratón en 1h00:41. Ese año puso punto final a su carrera atlética de más de veinte años.

Desde su retirada, Gebre se ha dedicado a múltiples negocios que abarcan inmobiliarias, hoteles o plantaciones de café. De 2016 a 2018 fue el presidente de la Federación etíope de atletismo. Su longeva carrera atlética ha sido superlativa, lo que lo ha convertido en uno de los mejores corredores de fondo de todos los tiempos. Fue dos veces oro olímpico, cuatro veces campeón mundial al aire libre y otras cuatro en pista cubierta, además de haber superado veinticuatro plusmarcas mundiales. Tal vez podría haber sido incluso mejor si hubiese considerado el 5000 en las grandes competiciones, pero solo lo hizo en el Mundial de 1993, con una magnífica plata.

Plusmarcas mundiales superadas por Haile Gebrselassie

Aire libre 5000 m 12:56.96 4 Junio 1994 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 2 millas* 8:07.46 28 Mayo 1995 Kerkrade, Países Bajos
Aire libre 10 000 m 26:43.53 5 Junio 1995 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 5000 m 12:44.39 16 Agosto 1995 Zúrich, Suiza
Pista cubierta 5000 m 13:10.98 27 Enero 1996 Sindelfingen, RFA
Pista cubierta 3000 m 7:30.72 4 Febreroy 1996 Stuttgart, RFA
Pista cubierta 5000 m 12:59.04 20 Febrero 1997 Estocolmo, Suecia
Aire libre 2 millas* 8:01.08 31 Mayo 1997 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 10 000 m 26:31.32 4 Julio 1997 Oslo, Noruega
Aire libre 5000 m 12:41.86 13 Agosto 1997 Zúrich, Suiza
Pista cubierta 3000 m 7:26.15 25 Enero 1998 Karlsruhe, RFA
Pista cubierta 2000 m 4:52.86 15 Febrero 1998 Birmingham, Reino Unido
Aire libre 10 000 m 26:22.75 1 Junio 1998 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 5000 m 12:39.36 13 Junio 1998 Helsinki, Finland
Pista cubierta 5000 m 12:50.38 14 Febrero 1999 Birmingham, Reino Unido
Ruta 10 Km 27:02 11 Diciembre 2002 Doha, Qatar
Pista cubierta 2 millas* 8:04.69 21 Febrero 2003 Birmingham, Reino Unido
Ruta 10 millas* 44:24 4 Septiembre 2005 Tilburg, Países Bajos
Ruta 20 Km 55:48+ 15 Enero 2006 Tempe, Arizona, EUA
Ruta Medio maratón 58:55 15 Enero 2006 Tempe, Arizona, EUA
Aire libre 20 000 m 56:25.98+ 27 Junio 2007 Ostrava, República Checa
Aire libre 1 hora 21 285 m 27 June 2007 Ostrava, República Checa
Ruta Maratón 2h04:26 30 Septiembre 2007 Berlin, RFA
Ruta Maratón 2:03:59 28 Septiembre 2008 Berlin, RFA

*Mejor marca mundial

Haile Gebrselassie, el atleta de la eterna sonrisa (II)

En la temporada invernal anterior a los Juegos Olímpicos de 1996, Haile Gebrselassie (1973) demostró ser un verdadero todoterreno. El 21 de enero comenzó ganando la prueba de campo a través de Itálica, batiendo por seis segundos a un joven keniano, plusmarquista mundial junior (sub20) de 5000 m, 12:56.15, llamado Daniel Komen (1976). El 27 de enero se hizo con la plusmarca mundial de 5000 m en pista cubierta, 13:10.98, y 8 días más tarde, con la de 3000 m, 7:30.72. No volvió a competir hasta marzo, en el Mundial de Campo a Través, donde ocupó la quinta posición. Al aire libre también compitió muy poco. En mayo mejoró su mejor marca de 1500 m hasta 3:34.64. Hizo otro 1500 algo más lento y un 3000 en 7:34.66. Su siguiente carrera fue ya en Atlanta, en los Juegos Olímpicos. Como en el anterior Mundial, prefirió tomar parte solamente en los 10 000 m. La final de esta prueba fue excelente, con un mano a mano entre Gebre y el keniano campeón del mundo de campo a través, Paul Tergat (1969). La mitad de la carrera se pasó en un tranquilo 13:55.22. A falta de dos kilómetros, Tergat dio un fuerte tirón con un 800 en 2:02.3. Solo Gebre pudo aguantar. El etíope se colocó en cabeza justo con el toque de la campana. Fue abriendo un hueco que acabó siendo definitivo. Gebre ganaba su primera medalla de oro olímpica con 27:07.34, con 57.49, 2:31.56 y 13:11.4 los últimos 400, 1000 y 5000 m. Tergat llegó a 0.83 del vencedor.

Tras los Juegos, Gebre acudió a los 5000 m de la reunión de Zúrich, donde se produjo una gran sorpresa, al resultar derrotado por Komen, que no se había clasificado para los Juegos al haber sido cuarto en las pruebas kenianas de selección. Komen se impuso con 12:45.09, 7.61 menos que el etíope. Poco antes de los Juegos, Komen había superado la plusmarca keniana de 5000 m con 12:51.60 y la mejor marca mundial de las dos millas (la World Athletics no reconoce plusmarcas mundiales en esta prueba) con 8:03.54. Tras la carrera de Zúrich, Gebre dio por terminada su temporada de pista, mientras Komen realizaba el 1 de septiembre en Rieti la estratosférica plusmarca mundial aún vigente de 7:20.67.

Pese a la presencia de Komen, cuyo rendimiento se fue difuminando a partir de 1998, el ciclo olímpico hasta los Juegos de 2000 fue una cadena de éxitos para Gebrselassie, que demostró una incontestable superioridad. En la temporada invernal de 1997 se dedicó íntegramente a la pista cubierta. Mejoró en 1500 m hasta 3:32.39, detrás del marroquí Hicham El Guerrouj (1974), 3:31.18, plusmarca mundial, y en 5000 m, con una nueva plusmarca mundial en sala de 12:59.04. En el Mundial en pista cubierta, se impuso con cierta facilidad en los 3000 m, con 7:34.71. La temporada al aire libre comenzó con una nueva mejor marca mundial de las dos millas, 8:01.08. El 4 de julio, en los Bislett Games de Oslo, el etíope recuperó la plusmarca mundial de los 10 000 m, que había perdido el año anterior tras los Juegos, a manos del marroquí Salah Hissou (1972), bronce olímpico en la prueba, con 26:38.08. Gebre se quedó solo antes de la mitad de la carrera. Corriendo solo contra el reloj se fue a 26:31.32.



La siguiente parada tuvo lugar un mes después, el campeonato del mundo de 10 000 m de Atenas. Gebre se mantuvo detrás de Tergat y de Hissou. Cambió a falta de 500 metros. La reacción de Tergat fue tardía. Se repitió el podio de Atlanta con Gebre, 27:24.58, Tergat, 27:25.62, y Hissou, 27:28.67.

Tras los Juegos, tocaba la reunión de Zúrich, el 13 de agosto. En aquella época los atletas mantenían la forma durante semanas después del gran campeonato del año, lo que daba lugar a excelentes registros. La ciudad suiza fue testigo de un formidable duelo en la prueba de 5000 m entre Gebre y Komen, reciente campeón mundial de la distancia. Antes del Mundial, el keniano había roto la barrera de los 8:00.00 en las dos millas, 7:58.61. Con un pase de 7:38.07, los dos atletas se mantuvieron juntos hasta los últimos 200 m, que el etíope corrió en 26.6. Su tiempo de 12:41.86 era una nueva plusmarca mundial. Komen fue segundo con 12:44.90, mientras Tergat llegaba tercero con 12:49.87.

Gebre había ganado el campeonato del mundo y superado. otra vez, las plusmarcas mundiales de 5000 y 10 000 m. Esa temporada terminaría con tan solo dos derrotas, en el 1500 ya reseñado en pista cubierta y en un 800 también en sala. Y, sin embargo, al final de la temporada perdió las dos plusmarcas mundiales que poseía. El 28 de agosto, en Bruselas, los tres protagonistas de la carrera de Zúrich, decidieron no coincidir. Se programó, por este orden, un 3000, un 5000 y un 10 000. Gebre ganó la prueba más corta, con su mejor marca, 7:26.02, pero a más de 5 segundos de la plusmarca mundial de Komen. Este fue el protagonista de los 5000 m, con una nueva plusmarca mundial de 12:39.74. Poco después, Tergat también rompía el techo universal de los 10 000 m con 26:27.85. En una tarde, Gebre se quedaba sin sus dos joyas de la corona.

Tergat continuaría siendo un formidable rival para Gebre durante los años siguientes. Komen, sin embargo, comenzó con un rendimiento menguante a partir de 1998. Esa temporada aún fue capaz de mejorar las plusmarcas mundiales en pista cubierta de 3000 m, 7:24.90, y 5000 m, 12:51.48. Precisamente la anterior plusmarca mundial de 3000 m era de Gebre, que unos días antes había hecho 7:26.15. El etíope también mejoró en 1500 m, 3:31.76, su mejor marca de siempre en cualquier pista, y realizó la plusmarca mundial de 2000 m en sala con 4:52.86. Al aire libre, su objetivo era recuperar las plusmarcas mundiales perdidas de 5000 y 10 000 m y no tuvo que esperar a que la temporada estuviese muy avanzada para hacerlo. El 1 de junio en Hengelo, con un ritmo muy uniforme y un pase de 13:11.53, mejoraba hasta 26:22.75 en los 10 000 m, y doce días después, en Helsinki, con un pase de 7:38.93, restaba unas centésimas al registro de Komen con 12:39.36. Fueron sus últimas plusmarcas mundiales en ambas distancias.

Salvo por una derrota en 800 m en pista cubierta, Gebre terminó el año imbatido. Consiguió también mejorar en 3000 m con 7:25.54 y 7:25.09, lejos, sin embargo, de la plusmarca mundial de Komen.

En 1999, Gebre decidió intentar el doblete 1500/3000 en el Mundial en sala. Antes del campeonato se mostró en muy buena forma con 7:26.80, 3:34.28 y 12:50.38, este último tiempo, plusmarca mundial de 5000 m en pista cubierta. En el Mundial tuvo que emplearse a fondo para poder cumplir el objetivo del doblete, que finalmente consiguió. No se lo pusieron fácil los kenianos Paul Bitok (1970), al que batió por 0.22 en un 3000 táctico, ni Laban Rotich (1969), al que superó por 0.21 en el 1500. Al aire libre cerró la temporada con una nueva victoria en el campeonato mundial de 10 000 m, volviendo a batir a Tergat, 27:57.27 frente a 27:28.56, con un último 400 en 54.4.

Gebre acabó la temporada con problemas en el tendón de Aquiles, lo que le hizo reducir notablemente sus carreras en 2000. No compitió durante el invierno. Con la mirada puesta en la final olímpica de 10 000 m, que se celebraría en Sídney a finales de septiembre, el etíope solo tomó parte en cuatro carreras antes de los Juegos, todas de 5000 m. En todas ellas resultó el vencedor, siempre por estrecho margen. Su mejor marca fue 12:57.95. Los 10 000 m de Sídney supusieron su victoria más difícil. Con un pase de 13:45.88, Gebre se mantuvo siempre en los puestos de cabeza. A falta de 250 m, un cambio seco de Tergat parecía terminar con la carrera, pero en una bellísima última recta, el keniano y el etíope mantuvieron un durísimo e igualadísimo mano a mano, que se decantó del lado del segundo, por tan solo 0.09. El tiempo de Gebre fue de 27:18.21. Tergat había corrido el último 200 en 26.0, pero Gebre fue más rápido, 25.4.

Después de los Juegos, Gebre se intervino quirúrgicamente de sus problemas en el tendón de Aquiles. No volvería a ganar ningún gran campeonato en pista al aire libre, pero todavía le quedaba muchas carretera por delante.

Viktor Saneyev, una trayectoria de oro

El comienzo de este 2022 nos ha dejado una noticia triste. El día 3 de enero fallecía Viktor Saneyev (1945-2022), el atleta georgiano de origen ruso que consiguió tres medallas de oro olímpicas en triple salto. En realidad su recorrido atlético ha sido incluso más amplio. Entre campeonatos de Europa al aire libre, en pista cubierta y Juegos Olímpicos, en catorce finales en que tomó parte, ganó once medallas de oro y tres de plata.

Viktor Danilovich Saneyev nació el 3 de octubre de 1945 en el seno de una modesta familia rusa en la ciudad georgiana de Sujumi, hoy capital de la no reconocida República de Abjasia. Comenzó a practicar atletismo a los once años, prestando más atención al salto de altura. En 1963 decidió concentrarse en el triple salto, tras un registro de 14.88 m. Se dio a conocer internacionalmente con su victoria en la final de la Copa de Europa de 1967, con un salto de 16.67, su mejor marca, representando a la Unión Soviética. Ese año también saltó 7.90 m en longitud. En 1968 mejoró hasta 16.87 m, cerca de la plusmarca mundial del polaco Józef Szmidt (1935), 17.03 m. Con ese salto, Saneyev se convertía en uno de los favoritos para el oro en los Juegos de México. Sobre el papel, sus principales rivales serían el finlandés Pertti Pousi (1946), con 17.00 m, y el italiano Giuseppe Gentile (1943), con 16.74m.

La competición de triple salto en México fue la mejor de la historia. La fase de clasificación tuvo lugar el 16 de octubre. La mínima para entrar en la final se estableció en 16.10 m. Saneyev hizo un primer salto de 16.22 m y se fue a la ducha. Gentile necesitó un segundo salto, tras un primer nulo. Se fue a 17.10 m, nueva plusmarca mundial, a las 11:10 de la mañana. Pousi se quedó fuera de la final con unos pobres 15.84 m. Al día siguiente por la tarde se celebraba la final. Gentile pareció cerrar la competición con un salto de 17.22 m en el primer intento. El segundo mejor salto de esa primera ronda fueron los 16.71 m del senegalés Mansour Dia (1940). Pero lo mejor estaba por llegar. Saneyev, que se había quedado en 16.49 m en su primer intento, mejoró hasta 16.84 m en la segunda ronda. Al término de esta tanda ocupaba la tercera posición, tras Gentile y el brasileño Nelson Prudêncio (1944-2012), que mejoraba largamente con 17.05 m, sus mejor marca previa de 16.32 m. Todo cambió en la tercera ronda. Saneyev se colocaba en cabeza con la segunda plusmarca mundial de la tarde, 17.23 m. Entretanto, Gentile seguía con un solo salto válido. Saneyev hizo unos buenos 17.02 m en la cuarta ronda, en la que no hubo cambios. La quinta tanda supuso un nuevo vuelco, con otra plusmarca mundial, cuando Prudêncio se fue a 17.27 m. La réplica de Saneyev fue muy corta, 16.81 m. Le quedaba un intento. Gentile solo había sido capaz de hacer un salto válido más, el quinto, de 16.54 m, Prudêncio hizo unos buenos 17.15 m. Saneyev no desaprovechó la oportunidad y cerró la competición con la cuarta plusmarca mundial de la tarde, 17.39 m. Szmidt, campeón olímpico en las dos anteriores ediciones, fue séptimo, con 16.89 m, y vio cómo los cinco primeros habían superado los 17.03 m, que tenía como tope universal hasta el día anterior. No cabe duda de que la altitud y el tartán desempeñaron un papel clave en la mejora de los registros, pero México supuso un punto de inflexión para la prueba. A partir de entonces saltar más lejos de 17 metros comenzó a ser la norma en las grandes competiciones.

Para Saneyev, México fue el primero de una serie de éxitos que durarían más de una década. En 1969 se impuso en el Europeo al aire libre con 17.34 m, muy cerca de su plusmarca mundial, casi medio metro más que el segundo. En 1970 ganó su primer oro europeo en sala. Repetiría en 1971, 1972, 1975, 1976 y 1977. En 1971 resultó derrotado en el Europeo al aire libre por el alemán Jörg Drehmel (1945), 17.16 frente a 17.10 m, en ambos casos con viento a favor excesivo. En 1972, el georgiano renovaba su oro olímpico conseguido cuatro años antes, esta vez con menos dificultad. Un salto inicial de 17.35 m ya no lo apeó de la cabeza. Además realizó un tercero de 17.19. En la quinta ronda Drehmel, con 17.31 m, se le acercó peligrosamente, pero el alemán no fue capaz de ir más allá. Tercero fue Nelson Prudêncio, con 17.05 m. Tras los Juegos, el 17 de octubre, en Sujumi, su ciudad natal, al nivel del mar, recuperaba la plusmarca mundial con 17.44 m. El año anterior el cubano Pedro Pérez (1952-2018) había saltado en la altitud de Cali, Colombia, 17.40 m.

Los éxitos continuaron para Saneyev, absoluto dominador de la prueba en la mayor parte de los años 70. En 1974 se proclamó por segunda vez campeón de Europa con 17.23 m, 55 cm más que el segundo clasificado. En 1975 perdió definitivamente la plusmarca mundial, cuando el brasileño João Carlos de Oliveira (1954-1999), en México, se fue a 17.89 m. No pudo, sin embargo, Oliveira, superar a Saneyev en los Juegos Olímpicos de 1976. El georgiano se colocó en cabeza en la tercera ronda con 17.06 m, el primer salto de todos los participantes por encima de los 17 metros. En la siguiente tanda, sin embargo, el estadounidense James Butts (1950) lo superaba con 17.18 m. Este se repuso en la quinta ronda, con un salto ganador de 17.29 m. De Oliveira fue bronce con 16.90 m.

El dominio de Saneyev comenzó a declinar a partir de 1977. En 1978, ya con 32 años, aún fue capaz de ganar la medalla de planta en el campeonato de Europa al aire libre. En una final sin saltos por encima de 17 metros, se quedó, con 16.93 m, a 1 cm del ganador, el serbio, entonces yugoslavo, Miloš Srejović (1956). El cierre de la carrera deportiva de Saneyev llegó en 1980, con los Juegos Olímpicos de Moscú. El boicot de los países occidentales no afectó demasiado a la prueba de triple salto, aunque no estaba el estadounidense Willie Banks (1956), acreditado en 17.23 m el año anterior el México. Las autoridades deportivas soviéticas estaban decididas a conseguir que Saneyev igualase los cuatro oros olímpicos en al misma prueba del discóbolo estadounidense Al Oerter (1936-2007). El prestigio del georgiano era tal, que resultó el elegido para entrar con la antorcha en el estadio olímpico, algo que, normalmente, se reserva para deportistas retirados. Desgraciadamente la gestión excesiva de los federativos locales dio lugar a una final bochornosa. Los encargados de controlar la prueba fueron jueces exclusivamente soviéticos. De los doce saltos de Oliveira y del australiano Ian Campbell (1957) dieron solamente tres válidos. Los saltos anulados injustamente habrían permitido a ambos copar las dos primeras plazas del podio, con marcas probables de alrededor de 17.90 m para el brasileño y 17.60 m para Campbell. Sin embargo, ni aun así consiguieron que la victoria fuese para Saneyev. El ganador fue el estonio, representando a la Unión Soviética, Jaak Uudmäe (1954), que se fue a 17.35 m en su tercer salto. Saneyev acreditó 17.24 m en su último salto, su mejor prestación desde 1976, lo que le permitió sobrepasar por dos centímetros a de Oliveira.

Saneyev se retiró ese mismo año olímpico de 1980. Desde entonces, tan solo el estadounidense Carl Lewis (1961), con cuatro oros en el salto de longitud, lo ha superado. El jabalinista checo Jan Železný (1966) fue capaz de igualar la prestación de Saneyev, con una plata y tres oros olímpicos, si bien el puesto real del exsoviético en sus últimos Juegos fue probablemente el cuarto. Saneyev, ingeniero agrónomo de profesión, trabajó como técnico de atletismo para el equipo nacional soviético y para su club, el Dinamo de Tblisi. Tras la disolución de la Unión Soviética, tuvo serios problemas económicos, por lo que emigró con su familia a Australia, donde trabajó hasta de repartidos de pizzas, antes de encontrar trabajo como profesor de Educación Física y posteriormente como entrenador de saltos. Murió el su casa de Sídney el 3 de enero de 2022

Haile Gebrselassie, el atleta de la eterna sonrisa (I)

Hablar del etíope Haile Gebrselassie (1973) es hablar de uno de los mejores corredores de fondo de siempre, capaz de correr de forma exitosa en todos los terrenos y de mantenerse entre los mejores durante veinte años. Gebre tanto corría los 1500 en 3:31.76 en pista cubierta como el maratón en 2h03:59, en su momento plusmarca mundial. Como la de tantos atletas africanos, su historia personal es una historia de superación desde muy abajo, y, en su caso, siempre, con una sonrisa en la boca.

Haile Gebrselassie nació el 18 de abril de 1973 en la ciudad etíope de Asella, en el centro del país, a 2430 m sobre el nivel del mar. Sus padres eran granjeros. Haile tenía nueve hermanos y una vida modesta sin agua corriente en casa. Como la escuela distaba 10 Km de donde vivía, el joven Haile corría todos los días 20 Km con los libros bajo el brazo. Era inevitable que se sintiese atraído por el atletismo. Admiraba a los dos héroes nacionales del deporte, Abebe Bikila (1932-1973), doble oro olímpico en maratón en 1960 y 1964, y Miruts Yifter (1944-2016), doble oro olímpico en 5000 y 10 000 m en 1980. Con siete años, recordaba escuchar en la radio la narración de las carreras en las que Yifter alcanzó la gloria en los Juegos de Moscú. Para Haile, la carrera era alto natural, por lo que, sin entrenamiento específico, tomaba parte en competiciones escolares, que solía ganar. Con quince años corrió un maratón en 2h42. En 1991, todavía sin una preparación técnica adecuada, terminó el quinto en el campeonato de Etiopía junior (sub20) de campo a través y acudió al Mundial, donde fue octavo, justo detrás del keniano Ismael Kirui (1975), que sería un duro rival en los primeros años de la carrera atlética de Gebre. A finales de esa temporada corrió un relevo de 5 km en ruta en unos excelentes 13:35 y fue capaz de convencer al exfondista neerlandés Jos Hermens (1950), antiguo plusmarquista mundial de la hora, para que fuese su representante.

En 1992, ya plenamente centrado en el atletismo, Gebre comenzaba la temporada en el campo a través. con una medalla de plata en el Mundial junior, otra vez detrás de Kirui. Poco después, en el mes de abril, hacía 13:58.05 en su primer 5000 en pista, y en mayo 28:45.0 en su primer 10 000, en la altitud de Addis Abeba. No volvió a competir hasta septiembre, en el Mundial Junior al aire libre, donde tomaría parte en los 5000 y 10 000 m. En tres días, del 17 al 19, tendría tres carreras, la semifinal de 5000 m, la final de 10 000 m y la final de 5000 m. Tras clasificarse fácilmente para la final de 5000, Gebre afrontó la final directa de los 10 000 m, donde mantuvo un cerradísimo mano a mano con el keniano Josaphat Machuka (1973). En los metros finales de la carrera, Machuka golpeó violentamente a Gebre, tras verse sobrepasado, lo que le costó la descalificación. Gebre se hizo con el oro con unos excelentes 28:03.99.

Al día siguiente, Gebre mantendría otro mano a mano en la final de 5000 m con otro atleta keniano, su viejo conocido Ismael Kirui, con un resultado menos violento. El etíope se impondría por 0.05, con 13:36.06. Tercero, a cierta distancia, fue el marroquí Hicham El Guerrouj (1974), con 13:46.79. En pocos años se convertiría en uno de los mejores corredores de 1500 de siempre. Gebre terminó la temporada con 13:24 en un relevo de 5 km en carretera. En su primera temporada con una dirección técnica adecuada, y con muy pocas competiciones, Gebrselassie se había coronado como el mejor fondista del año en su categoría. Su futuro parecía espléndido, como así sucedió en los años siguientes.

El año de 1993 fue su primero en categoría absoluta. En invierno alternó la ruta con el campo a través, con 1h04:29 en medio maratón y 59:36 en 20 Km, y sendos segundos puestos en campo a través en Itálica, Elgóibar y Lasarte. Fue séptimo en el Mundial, celebrado en Amorebieta, superado por Kirui, que fue bronce. Al aire libre, en junio, en los Campeonatos Panafricanos fue tercero en los 10 000 y segundo en los 5000 m, en ambos casos con marcas personales de 27:30.17 y 13:10.41. En agosto mejoró en 5000 m hasta 13:05.39. En el Mundial al aire libre, por primer y única vez participaría en los 5000 y los 10 000 m. En primer lugar corrió la prueba más corta, donde volvió a protagonizar un durísimo duelo con Kirui, que terminó derrotándolo en una trepidante carrera. El keniano se colocó en cabeza con 700 m de carrera. Al paso por el 3000 llevaba unos 50 metros al grupo perseguidor y con 7:45.62 estaba en tiempo de plusmarca mundial. Pese a que su ritmo iba decreciendo, a falta de 400 m, todavía conservaba unos 30 metros de ventaja. El hueco se iba reduciendo, por el cambio final del etíope, bronce olímpico en 1992, Fita Bayisa (1972) y de Gebre. Kirui entraba en la recta final con una ventaja de unos 15 metros. El esfuerzo final de Gebre no fue suficiente para el oro. Kirui consiguió mantener la primera posición y terminó en 13:02.75, 0.42 más que su rival. Este fue el único gran campeonato de 5000 m para el etíope. Desde entonces solo tomó parte en los 10 000 m.

Tras su gran actuación en los 5000 m, Gebre salió en la final de 10 000. Su principal rival volvió a ser otro keniata, el anterior campeón mundial Moses Kiptanui (1965). El keniano se colocó en cabeza y Gebre decidió no despegarse de él, pero sin dar ningún relevo, algo que no gustó a Kiptanui. Al entrar en la última vuelta, Gebre pisó involuntariamente a Kiptanui y lo despojó de una zapatilla. El keniano, enfadado, cambió de ritmo, de modo que a falta de 200 m tenía una ventaja de 10 m. Sin embargo, el etíope fue capaz de neutralizarla y de ganar con 27:46.02, 0.52 menos que Tanui. No hubo felicitaciones y sí un gesto amenazante por parte del keniano con su zapatilla perdida en la mano.

Con 20 años, Gebre había realizado una espléndida temporada, con un oro y una plata en los campeonatos del mundo. En 1994, sin competiciones importantes, llegaría la primera plusmarca mundial. En la temporada invernal consiguió su mejor clasificación en el Mundial de campo a través, con una medalla de bronce. El verano no pudo comenzar mejor para el etíope. El 4 de junio en Hengelo, con pases de 2:36.6, 5:13.8, 7:50.9, 10:28.5 y un último km en 2:28.4, superaba con 12:56.96 la plusmarca mundial de 5000 m, en poder del marroquí Said Aouita (1959). El resto de la temporada mejoró todas sus marcas personales, con 3:37,04 en 1500 m, 7:37.49 en 3000 m y 27:15.00 en 10 000 m.

En 1995 volvía a haber campeonato del mundo al aire libre. Fue la temporada de su consolidación como mejor fondista del momento. En el Mundial de campo a través estuvo muy cerca de las medallas, al ocupar la cuarta plaza. Al aire libre comenzó el 27 de mayo con una mejor marca mundial en las dos millas (la World Athletics no reconoce plusmarcas mundiales en esta distancia) de 8:07.46, superando los 8:09.01 del obstaculista keniano Moses Kiptanui (1970). El pase de los 3000 m de 7:36.37 era marca personal del etíope. El 4 de junio, en Hengelo, Gebre realizaba su primera plusmarca mundial de 10 000 m, con 26:43.53, superando en 8.70 al keniano William Sigei (1969). El ritmo fue muy constante con un pase de 13:21.7 en la mitad de la carrera. Tras dos victorias en dos rápidos cinco miles, la siguiente parada era el campeonato del mundo de 10 000 m, en Gotemburgo, donde esperaba renovar el oro conseguido dos años antes. Esta vez sus grandes rivales eran el marroquí campeón olímpico Kalih Skah (1967) y el keniano Paul Tergat (1969). El ritmo, ligero desde el principio, fue progresivamente acelerándose. Se pasaron los 5000 m en 13:46.20. En la última vuelta quedaban cuatro atletas en la cabeza, Gebre, Skah, Tergat y otro marroquí, Salah Hissou (1972), Se mantuvieron juntos hasta la última curva, momento en que Gebre dio un acelerón al que ninguno de sus rivales pudo responder. Se impuso con 27:12.95, tras una última vuelta en 56.07 y un último 200 en 25.1. Skah conseguía la plata ante la oposición de Tergat, 27:14.53, 0.17 menos que el keniano.

Ocho días después de su oro en Gotemburgo, el 16 de agosto, Gebre recuperaba la plusmarca mundial de los 5000 m. El 8 de julio de ese año, Moses Kiptanui había realizado 12:55.30. Ese día de agosto, en Zúrich, con pases de 2:34.11, 5:08.70, 7:42.92, 10:14.15 y un último 1000 en 2:30.24, completaba la prueba en unos sorprendentes 12:44.39.

Dos semanas después, Gebre derrotaba de forma clara a Kiptanui, que en Gotemburgo, se había proclamado por tercera vez campeón mundial de obstáculos, en la prueba de 5000 m, con 12:53.19, 7.71 menos que el keniano.

En toda la temporada de 1995, Haile Gebrselassie solamente había cosechado una derrota, en el Mundial de campo a través. En 1996, afrontaría sus primeros Juegos Olímpicos con 23 años, siendo doble campeón mundial de 10 000 m y plusmarquista mundial de 5000 y 10 000 m.