Ana Peleteiro (1995) ha declarado recientemente en varios medios que se entrena para ser campeona olímpica de triple salto. Ese puesto parecía reservado para su compañera de entrenamientos, campeona olímpica, mundial, en cuatro ocasiones, y plusmarquista mundial, 15.74 m, la venezolana Yulimar Rojas (1995). Sin embargo, una grave lesión en el tendón de Aquiles la ha dejado sin posibilidades de estar en París. Peleteiro, actual medallista de bronce olímpica, con su mejor marca de siempre, 14.87 m, y gran competidora, tendrá que superarse mucho a sí misma para estar en lo más alto del podio, pues el oro olímpico siempre se ha cotizado muy por encima de los 15 metros.
El triple salto femenino fue olímpico por primera vez en 1986. Como siempre ocurre, el Comité Olímpico Internacional (COI) tardó en introducir esta prueba, oficial ya en el Europeo en sala de 1992 y en el Mundial al aire libre de 1993. La campeona del mundo mal aire libre del año anterior, con plusmarca mundial, 15.50 m, la ucraniana Inessa Kravets (1966) fue la primera campeona olímpica, 15.33 m, muy por delante de la rusa Inna Lasovskaya (1969) y de la checa Šárka Kašpárková (1971). La cuarta, la búlgara Iva Prandzheva (1972) resultó descalificada in situ por el consumo de sustancias prohibidas. En 2000 le volvió a suceder lo mismo. Kravets, que ya había recibido una sanción de tres meses por haberse detectado restos de estimulantes en una muestra suya, recibió una sanción de dos años en julio de 2000 por uso de anabolizantes, lo que arroja la sombra de una duda sobre todos sus logros.
En 2000 la búlgara Tereza Marinova (1977) se llevó el oro con 15.20 m. La acompañaron en el podio la rusa Tatiana Lebedeva (1976), 15.00 m, y la ucraniana Olena Hovorova (1973), 14.96 m. Lebedeva era la gran favorita, tras haber saltado previamente ese año 15.34 m, para los Juegos de 2004. En la clasificación, sin embargo, sorprendió la griega Hrysopiyi Devetzi (1976), con un primer salto de 15.32 m. Su mejor marca previa era 14.84 m, del año anterior, en sala. Pero en la final hubo otra sorpresa, la camerunesa Françoise Mbango Etone (1976), que se fue a 15.30 m en su segundo salto tras un nulo. Acreditada previamente en 15.05 m, su concurso fue magnífico, con cinco saltos por encima de 15.00 m, nulo, 15.30, 15.02, 15.17, 15.21 y 15.30. Estaba motivada, pues Devetzi se había colocado segunda, con 15.25 m, en la cuarta ronda, pero la griega no pudo ir más allá. Lebedeva ocupó la tercera posición con 15.14 m. Unos días después ganaría el salto de longitud. Era la primera vez que las tres medallistas superaban los 15 metros, algo que también hizo la cuarta, la jamaicana Trecia-Kaye Smith (1975), 15.02 m.
La final de 2008 fue aparentemente la de mayor nivel de la historia. Mucho después se demostró que, en realidad, no había sido para tanto. El podio fue inicialmente el mismo que cuatro años antes. Etone se colocó en cabeza con 15.19 m en la primera ronda. En el segundo intento, Lebedeva se acercó a la cabeza con 15.17 m y Devetzi fue líder de forma efímera con 15.23 m. Etone respondió con unos formidables 15.39 m, segunda mejor marca de siempre y plusmarca olímpica. La griega hizo cuatro nulos a continuación y Etone dos saltos válidos por debajo de 15 metros. Lebedeva saltó 15.32 m en el tercer intento, pero ya no volvió a mejorar. Inicialmente la joven kazaja Olga Rypakova (1984) ocupó la cuarta posición, 15.11 m, quinta fue la cubana Yargelis Savigne (1984), 15.05 m, y sexta la eslovena Marija Šestak (1979), 15.03 m. Nada menos que seis atletas habían superado los 15 metros. Pero desde hace unos años, en el atletismo los resultados no son definitivos hasta casi una década después. En 2016, en una muestra de 2007 de Devetzi, que ya había recibido una sanción de dos años en 2009 por no acudir a un control, se descubrieron restos de estanozolol, un esteroide anabolizante. La correspondiente sanción de cuatro años implicaba la anulación del bronce olímpico de 2008, no así la plata de 2004. En 2017 sucedió lo mismo con Lebedeva, En un reanálisis de una muestra de 2008 se encontraron trazas de turinabol, otro esteroide anabolizante. Se la desposeyó de la plata olímpica de triple salto y de salto de longitud, que había ganado también en 2008.
El nivel medio bajó mucho en los Juegos de 2012, donde por primera vez se ganó con menos de 15 metros. Rypakova fue la campeona con 14.98 m, superando a la colombiana Caterine Ibargüen (1984), 14.80 m, y a la ucraniana Olha Saladukha (1983), 14.79 m, campeona de Europa unas semanas antes. Ibargüen ganó con autoridad los siguientes Juegos, de 2016, 15.17 m, por delante de una joven Yulimar Rojas, 14.98 m, y de Rypakova, 14.74 m, que ganaba su tercera medalla en tres ediciones de los Juegos. En la última final olímpica, la de Tokio 2020, celebrada en 2021, Rojas se mostró absolutamente superior a cualquier rival, compitiendo contra sí misma. Rompió la plusmarca olímpica con un primer salto de 15.41 m, hizo un cuarto de 15.25 m y redondeó su actuación con un último salto de 15.67 m, nueva plusmarca mundial. La segunda clasificada, la portuguesa Patrícia Mamona (1988), que ese año había hecho su mejor marca de siempre, 14.75 m, se superó a sí misma 14.91 m, 15,01 m y 14.97 m, para ganar una merecida plata. Ana Peleteiro, con su gran capacidad competitiva, también tuvo su mejor actuación en el mejor escenario y fue tercera con 14.87 m, nueva plusmarca española.
La próxima parada será en París el 2 y el 3 de agosto, después del Europeo de Roma. El oro olímpico estará muy caro, probablemente muy por encima de los 15 metros. Tan solo en una ocasión de seis, estuvo por debajo y solo dos centímetros. De las dieciocho medallas, la mitad se lograron con menos de quince metros. Una tarea titánica para Peleteiro.