Los Juegos Intercalados de Atenas 1906

El sueño del aristócrata francés Pierre de Coubertin (1863-1937) de resucitar los antiguos Juegos Panhelénicos, que tenían lugar cada cuatro años en Olimpia, desde 776 aC hasta 392 dC, se cumplió con los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna en 1896. En 1894, se había fundado el Comité Olímpico Internacional (COI), presidido por el propio Coubertin. La idea inicial de este organismo era celebrar los primeros Juegos en 1900, en el seno de la Exposición Universal de París, pero el entusiasta apoyo al proyecto de los griegos hizo que, una vez descartada Olimpia, por la ausencia de infraestructuras y malas comunicaciones, Atenas fuese la primera sede olímpica. Los Juegos fueron un éxito, pese a que los gobiernos de los países participantes no se involucraron y los deportistas hubieron de buscar financiación privada. Grecia se ofreció a organizar cada cuatro años la competición, pero Coubertin continuó con su idea inicial de celebrar la siguiente edición en París. Sin embargo, los Juegos de París de 1900 fueron un fracaso. Se prolongaron durante cinco meses y se quedaron ensombrecidos por la Exposición Universal. Para 1904, como agradecimiento del apoyo que Estados Unidos estaba brindando al Movimiento Olímpico, el COI decidió nombrar a Chicago sede de los Juegos. Sin embargo, San Luis, que celebraría una exposición universal ese año, adujo que tenía mejores condiciones y finalmente el COI cambió su decisión. El resultado fue parecido a París, con el problema añadido de muy poca asistencia.

Los fracasos de París y de San Luis dejaron muy tocado el incipiente Movimiento Olímpico. Grecia no había cejado en su empeño de ser la sede central de los Juegos. En 1901, el COI, con cierta oposición de Coubertin, decidió que Atenas celebraría una competición olímpica cada cuatro años, intercalada con los otros Juegos Olímpicos, que cambiarían de sede cada cuatro años. Los primeros Juegos Olímpicos Intercalados tendrían lugar en 1906.

Los Juegos Intercalados se celebraron en el Estadio Panathinaikó, sede de los Juegos de 1896, del 22 de abril al 2 de mayo de 1906. Fueron los primeros Juegos con desfile inaugural, ceremonia de clausura, villa olímpica y alzamiento de banderas nacionales para los medallistas. También por primera vez se limitó el número de atletas por país y por prueba. Compitieron 854 atletas, 6 mujeres, de 20 países. En su travesía desde Nueva York, al pasar por el estrecho de Gibraltar, una ola golpeó fuertemente la cubierta del barco que trasladaba al equipo de Estados Unidos, e hirió a seis deportistas.

En atletismo se celebraron 21 pruebas, solo en categoría masculina. No habría categoría femenina hasta 1928. Las pruebas fueron 100 m, 400 m, 800 m, 1500 m, 5 millas, maratón, 110 m vallas, 1500 m marcha, 3000 m marcha, salto de altura, salto de altura sin impulso, salto con pértiga, salto de longitud, salto de longitud sin impulso, triple salto, lanzamiento de peso, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco, lanzamiento de disco estilo griego, lanzamiento de piedra y pentatlón. Estados Unidos encabezó el medallero con 23 metales, 11 de oro. Uno de los grandes triunfadores fue el estadounidense Ray Ewry (1873-1937), ganador de los saltos sin impulso de longitud y altura. Había ganado estos dos saltos, junto con el triple sin impulso en las dos ediciones anteriores de los Juegos y repetiría en resultado de 1906 en 1908, totalizando 8 oros oficiales y 2 no oficiales. Esto lo convierte en el atleta con más oros olímpicos individuales de la historia. Otro destacado fue el también estadounidense Paul Pilgrim (1883-1958), ganador de los 400 y de los 800 m, que oficialmente solo repetiría el cubano Alberto Juantorena (1950) en 1976. El irlandés Peter O’Connor (1872-1957), plusmarquista mundial de salto de longitud, 7.61 m, que duraría hasta 1921, fue plata en esta prueba y oro en el triple salto. Molesto por competir bajo la bandera británica, en un acto vandálico, cambió esta del mástil por la irlandesa. El estadounidense James Lightbody (1882-1953), que había ganado en 1904 los oros olímpicos en 800, 1500 y 2500 m obstáculos, repitió victoria en 1500. Oficialmente solo el británico Sebastian Coe (1956) ha ganado dos veces el oro en el kilómetro y medio. Otro doble oro fue otro estadounidense Martin Sheridan (1881-1918), que ganó los lanzamientos de peso y disco. Además fue segundo en el lanzamiento de disco estilo griego y en los saltos sin impulso de longitud y altura.

Los siguientes Juegos Intercalados estaban previstos para 1910, pero los organizadores fueron incapaces de ponerlos en marcha. El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 hirió de muerte esta competición, que acabó teniendo solamente una edición. Aunque inicialmente el COI los consideró la competición como una más de los Juegos Olímpicos y le dio el marchamo oficial, con el paso del tiempo comenzó a considerarse, al principio extraoficialmente, la celebración del décimo aniversario de los Juegos Olímpicos de 1896. Finalmente, en 1949, una comisión del COI, presidida por el entonces vicepresidente Avery Brundage (1887-1975) retiró a los Juegos Intercalados, de forma retrospectiva, el reconocimiento oficial. Esta decisión no se ha vuelto a revisar, por lo que los Juegos Intercalados no se consideran hoy día olímpicos.

«La milla de los cuatro minutos», la serie

Tras el análisis de la serie Los primeros Juegos Olímpicos. Atenas 1896, llega una reseña sobre la serie La milla de los cuatro minutos, que se puede ver en YouTube. Como ya comentaba en la entrada de la primera serie, no hay demasiado de atletismo en series y películas. La milla de los cuatro minutos (The four minute mile) es una coproducción australiano-británica de 1988, que consta de dos episodios de 90 minutos de duración. Está dirigida por el británico Jim Goddard (1936-2013), cuya carrera se desarrolló casi completamente en series de televisión, con guion del australiano David Williamnson (1942). Trata de la historia de tres atletas, el británico Roger Bannister (1929-2018), interpretado por Richard Huw, el australiano John Landy (1930-2022), interpretado por Nique Needless (1964), y el estadounidense Wes Santee (1932-2010), interpretado por John Philby (1960). Los tres, sobre todo a partir de 1953, inician una frenética carrera contra el tiempo y separados por miles de kilómetros en busca de ser el primer atleta en correr una milla (1609.344 m) en menos de 4 minutos, que entonces se comparaba con la coronación del Everest.

La puesta en escena es mejorable. La historia de inicia poco antes de los Juegos Olímpicos de 1952. Mientras Bannister es un serio candidato al oro, Landy aspira a la selección olímpica, que finalmente consigue. Sin embargo, en aquella época los atletas tenían que buscar financiación para el viaje y la estancia, en este caso en Helsinki, adonde la delegación australiana llega tras una semana en varios vuelos. No se muestra la serie de 1500 m en la que coinciden los dos futuros rivales y en la que el australiano resulta eliminado. De la final solo se incluyen imágenes reales. Bannister siempre culpó a la organización de su ausencia en el podio, fue cuarto, pues en el último momento se decidió que habría tres rondas en lugar de dos. El británico, que entrenaba por su cuenta tres días por semana, declaró que no se había preparado para tal eventualidad. La moderación de Bannister en su relación con la prensa, contrasta con la vehemencia de su carismático amigo Chris Chataway (1931-2014), interpretado por Adrian Rawlins (1958), que, consciente de las posibilidades de Bannister, a veces más centrado en sus estudios de Medicina, trata de animarlo para que dé lo mejor de sí y se enfrenta a los periodistas ante la timidez de su compañero. Otro personaje destacado es el excéntrico entrenador Percy Cerutti (1895-1975), encarnado por Ralph Cotterill (1932), cuyos polémicos métodos y su mala educación llevan a Landy a romper con él tras los Juegos de Helsinki.

La pugna por la barrera de los 4 minutos se cierra el 6 de mayo de 1954, cuando Bannister, con la ayuda de sus amigos Chris Chataway y Chris Brasher (1928-2003), Robert Burbage (1964), en las pistas de Oxford de Iffley Road, consigue los míticos 3.59.4. En la serie se alternan imágenes reales con imágenes dramatizadas, con predominio de las primeras. Chataway viaja pocas semanas después, el 21 de junio, a la ciudad finlandesa de Turku, donde John Landy, invitado por su amigo el atleta local Denis Johansson (1928-1991), Lewis Fitz-Gerald (1958), consigue una nueva plusmarca mundial de 3:57.9, homologada 3:58.0. Chataway es segundo con 4:04.4. Unos días antes. el 6 de junio, Wes Santee, había realizado 4:00.6. A principios de 1955 recortó una décima. Sin embargo, ya no mejoraría, pues la federación de su país lo sancionó por supuesto profesionalismo.

Bannister y Landy se enfrentarían en la milla del siglo de los Juegos del Imperio Británico de 1954, el 7 de julio. En la serie se representa muy bien la presión a la que se ven sometidos ambos atletas y los problemas previos, una faringitis del británico y un corte en el pie del australiano. Sin embargo, los dos parecen dar lo mejor de sí mismos en la carrera, cuya victoria se lleva Bannister en 3:58.8, 0.6 menos que su rival, en la primera milla con dos corredores por debajo de 4 minutos. La carrera está muy bien llevada en la cinta, mezclando imágenes reales y dramatizadas. La miniserie se termina narrando brevemente lo ocurrido a los protagonistas tras esta millas.

Hay otros personajes importantes como el entrenador austríaco Franz Stampfl (1913-1995), interpretado por Michael York (1942), que acaba preparando a un reticente Bannister. Este finalmente accede tras la insistencia de Chataway y Brasher. También tiene un papel relevante el campeón olímpico de 100 m en 1924, el británico Harold Abrahams (1899-1978), Richard Wilson (1936), entonces presidente de la Federación Británica, muy preocupado con la legalidad de las liebres en las carreras. Otro personaje importante, amigo y consejero de Bannister es el periodista y antiguo velocista Norris McWirther (1925-2004), Adrian Dunbar (1958), que fue el encargado de anunciar la plusmarca mundial de la milla en la megafonía de Iffley Road. Salen brevemente la velocista australiana Marjorie Jackson (1931), Geneviève Picot (1956), el millero australiano compañero de Landy, Don MacMillan (1928-2004), Mark Pennell, o el futuro campeón olímpico de 5000 m, el neozelandés Murray Halberg (1933), Paul Davidson.

En resumen, se trata de una buena serie, bastante fiel a los acontecimientos reales, con un buen ritmo, una interpretación en general correcta con actores muy bien caracterizados, lo que compensa una mejorable puesta en escena, probablemente por problemas presupuestarios. Muy recomendable.

Ulrike Meyfarth, dos oros olímpicos separados por doce años

Un caso sorprendente en el atletismo es el de la saltadora de altura alemana Ulrike Meyfarth (1956). Meyfarth sorprendió al mundo atlético ganando la medalla de oro olímpica en 1972 en el salto de altura, con tan solo dieciséis años. Continúa siendo la campeona olímpica más joven en una prueba individual de atletismo. Tras su inesperada victoria olímpica, su progresión se cortó de raíz. Resurgió con fuerza a principios de los 80 y terminó su carrera siendo de nuevo campeona olímpica en 1984, dieciséis años después. En aquel momento fue la ganadora olímpica de salto de altura de más edad de la historia.

Ulrike Nasse-Meyfarth nació el 4 de mayo de 1956 en Frankfurt. Con quince años, en 1971, ya saltaba 1.80 m, con estilo Fosbury. Ese año fue segunda en el campeonato de Alemania. En 1972 mejoró hasta 1.85 m y consiguió la clasificación para los Juegos Olímpicos. Ante su público, en Múnich, la joven Ulrike, que entonces medía 1.84 m (llegaría a 1.88), se clasificó sin problemas para la final al saltar a la primera la mínima de 1.76 m. Hubo nada menos que 23 atletas que superaron la altura para estar en la final. La alemana comenzó a saltar en 1.71 m y fue pasando a la primera 1.71, 1.76, 1.79. 1.82, 1.85 y 1.88 m. Con este registro ya solo quedaban otras dos atletas, la búlgara Yordanka Blagoeva (1947) y la austríaca Ilona Gusenbauer (1947), plusmarquista mundial con 1.92 m, que llevaba varios nulos, uno de ellos en 1.88 m. Solamente Meyfarth, a la segunda, pudo superar la siguiente altura, 1.90 m, con lo que se convirtió en campeona olímpica. Ya sola en la competición igualó, 1.92 m, la plusmarca mundial de Gusenbauer, pero no pudo deshacer el empate pues hizo tres nulos en 1.94 m. La alemana ganaba el oro olímpico igualando la plusmarca mundial, una marca 7 centímetros mejor que la suya de antes de los Juegos.

La joven Ulrike se convirtió en una celebridad. Con 16 años es muy complicado digerir la fama y esto acabó pasándole factura. Al año siguiente, en el campeonato de Europa junior, entonces sub19 para mujeres, solo pudo ser segunda, con 1.80 m. La campeona, su compatriota Elena Murdinger (1955), había sido décima en la final olímpica del año anterior. Meyfarth no consiguió mejorar hasta 1978, cuando saltó 1.95 m el 12 de agosto. Había sido 7ª en el Europeo al aire libre de 1974 y no se había clasificado para la final de los Juegos Olímpicos de 1976. Entretanto la alemana del Este Rosemarie Ackerman (1952), campeona olímpica en 1976, había llevado la plusmarca mundial a 2.00 m en 1977. En el Europeo al aire libre de 1978. Ackerman vio como la italiana Sara Simeoni (1953) se iba hasta 2.01 m, mientras ella era segunda con 1.99 m. Meyfarth fue quinta, con 1.91 m.

El boicot de Alemania Occidental a los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, no permitió a Meyfarth disputar sus terceros Juegos. En el verano de 1981 conseguía, con 1.96 m, una nueva marca personal con la que se impuso en la Copa del Mundo. En 1982, la alemana volvía definitivamente a la élite de la prueba de altura. En el Europeo de pista cubierta se llevó la victoria con 1.99 m, que mejoraba por 3 cm su marca al aire libre. En la temporada estival se superó hasta 2.00 m. En el Europeo al aire libre se impuso con una nueva plusmarca mundial de 2.02 m, 5 centímetros más que las otras dos medallistas, la rusa, entonces soviética, Tamara Bykova (1958) y Sara Simeoni. Bykova consiguió derrotar a Meyfarth el año siguiente en el primer Mundial al aire libre, 2.01 frente a 1.99 m. Unos días después, el 21 de agosto, en Londres, ambas compartían la plusmarca mundial con 2.03 m. El empate duró 5 días, pues el 26 de agosto, Bykova saltaba 2.04 m y el 22 de junio de 1984 se iba a 2.05 m. Un mes después, la búlgara Lyudmila Andonova (1960) mejoraba en 4 cm su marca personal, con una nueva plusmarca mundial de 2.07 m.

El boicot de los países del Este frustró el duelo en los Juegos Olímpicos de 1984 entre Bykova, Andonova y Meyfarth, que había ganado por segunda vez el oro en el Europeo en pista cubierta de ese año. La mayor rival de Meyfarth en los Juegos de Los Ángeles era Sara Simeoni. Ambas pasaron 1.90 m para estar en la final. Las dos saltaron 2.00 m a la primera, con el mismo número de nulos previos. En 2.02 m, que para la italiana habría supuesto marca personal, mientras Meyfarth superaba el listón a la primera, Simeoni hizo tres nulos. Doce años después de su oro en Múnich, la alemana volvía a lo más alto de un podio olímpico. La italiana también hizo historia, pues era su cuarta final olímpica. Había estado en 1972, donde fue 6ª, en 1976 ganó la plata, el 1980 el oro y en 1984 la plata. No había vuelto a saltar 2.00 m o más desde 1978.

Con una diplomatura en Deportes, Meyfarth, que se retiró tras los Juegos de 1984, siguió vinculada al atletismo dando clases de Educación Física o como entrenadora de atletismo. Para la posteridad queda su doble victoria olímpica separada por doce años.

Helsinki 1983, el primer campeonato del mundo de atletismo

Desde su fundación en 1912, la World Athletics, entonces IAAF, tuvo la idea de un campeonato del mundo. Se decidió, sin embargo, que los Juegos Olímpicos tendrían esta consideración. En los años 60 esta idea comenzó a cambiar con dentro de la IAAF abogando por un campeonato mundial separado de los Juegos Olímpicos. Entonces la práctica del atletismo se había generalizado a los cinco continentes y la única competición de ámbito mundial tenía lugar cada cuatro años. La eliminación por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) de los 50 Km marcha de los Juegos de 1976, en contra del criterio de la IAAF, cristalizó en la organización de un campeonato del mundo de esta prueba ese mismo año, y la decisión de organizar un campeonato del mundo, al margen del COI, con todas la pruebas oficiales en 1983. Finalmente sería Helsinki la sede elegida, pero en el ínterin tuvo lugar, en 1980, un segundo campeonato mundial, tras el de la marcha, con dos pruebas, los 400 m vallas y los 3000 m en categoría femenina. La razón fue que estas dos distancias, pese a ser oficiales y haberse incorporado al campeonato de Europa en 1978, no se incluyeron en el programa olímpico de 1980.

El mundial de Helsinki, del 7 al 14 de agosto de 1983, resultó un éxito, ya de entrada, con la participación de 1355 de 153 países. Por primera vez desde los Juegos de Montreal, volvían a competir los atletas occidentales con los de Este. Encabezó el medallero la antigua República Democrática de Alemania, con diez oros y un total de veintidós medallas. Ganaron más metales Estados Unidos, veinticuatro, ocho oros, y la desaparecida Unión Soviética, veintitrés y seis oros. África solamente ganó tres medallas, con una plata para Etiopía, un bronce para Marruecos. y otro para Nigeria. Eran otros tiempos.

En categoría masculina el gran triunfador fue el velocista saltador estadounidense Carl Lewis (1961). Lewis llegó a Finlandia con la mejores marcas de siempre al nivel del mar de 100 m, 9.97, y salto de longitud, 8.79 m. Su mayor rival era su compatriota Calvin Smith (1961), plusmarquista mundial del hectómetro con 9.93, conseguidos en altitud. A la hora de la verdad Lewis no dio opción. Se impuso fácilmente en los 100 m a Smith, en la longitud y formó parte del equipo estadounidense del relevo 4 x 100 m, que se hizo con el oro con 37.86, plusmarca mundial. Lewis también tenía de esa temporada la segunda mejor marca de siempre en los 200 m, 19.75, parándose, pero renunció a esta distancia, en la que Calvin Smith se llevó la victoria. Los 400 m fueron para el jamaicano Bert Cameron (1959), que protagonizó al año siguiente en los Juegos Olímpicos la hazaña de clasificarse para la final tras lesionarse y pararse.

En los 800 m el alemán Willi Wülbeck (1954), que había sido cuarto en los Juegos de 1976, hizo la carrera de su vida al imponerse con 1:43.62. El 1500 fue la confirmación del campeón de Europa, el británico Steve Cram (1960). Volvía tras una temporada en blanco el plusmarquista mundial, el también británico Steve Ovett (1955), que fue cuarto, precedido del joven marroquí Said Aouita (1959), que tanto daría que hablar.

En las carreras de obstáculos y de fondo, tan solo hubo un medallista africano, el etíope Kebede Balcha (1951-2018), plata en el maratón tras el australiano Robert de Castella (1957), y por delante del campeón olímpico, el alemán Waldemar Cierpinski (1950). Las finales de 5000 y 10 000 m se convirtieron en duelos tácticos en los que triunfaron dos atletas muy rápidos, el irlandés plusmarquista mundial de la milla en pista cubierta Eamonn Coghlan (1952) en la distancia más corta, y el italiano campeón de Europa Alberto Cova (1958) en la más larga. En ambos casos derrotando al alemán Werner Schildauer (1958), también subcampeón de Europa en las dos distancias. En los obstáculos repitió el campeón de Europa, el alemán Patriz Ilg (1957).

Las vallas fueron para el dominador de aquella época en los 110 m, el estadounidense Greg Foster (1958) y para el entonces invencible Edwin Moses (1955), que estaría casi diez años sin conocer la derrota en los 400 m. Una mala entrega con caída en el relevo 4 x 400 m privó a Moses de ganar probablemente un segundo oro. Con los estadounidenses fuera de la cabeza la victoria fue para la Unión Soviética. En las pruebas de marcha se hicieron con el oro el mexicano Ernesto Canto (1959-2020) en los 20 Km y el alemán Ronald Weigel (1959) en los 50 Km, con el español José Marín (1950) segundo, la única medalla española.

En el triple salto el polaco Zdzisław Hoffmann (1959) derrotó al favorito, el estadounidense Willie Banks (1956). En los saltos horizontales se llevaron la victoria dos jóvenes ucranianos, entonces soviéticos, que derrotaron a atletas con marcas muy superiores a ellos, Hennadiy Avdyeyenko (1963) en el salto de altura y Sergei Bubka (1963) en el salto con pértiga. Ambos serían campeones olímpicos en Seúl y ninguno de los dos repetiría en los Juegos. Asvdyeyenko tampoco volvería a ganar ningún oro mundialista, pero Bubka se haría con los siguientes cinco campeonatos del mundo, además de superar treinta y cinco plusmarcas mundiales, diecisiete al aire libre y dieciocho en pista cubierta.

Los lanzamientos fueron un festival de los atletas de Europa del Este, que acapararon los cuatro oros y diez de las doce medallas en juego. El polaco Edward Sarul (1958) ganó el lanzamiento de peso, mientras el plusmarquista mundial, de ese mismo año, el alemán Udo Beyer (1955) se quedaba en la sexta posición. El checo, entonces checoslovaco, Imrich Bugár (1955) se hizo con el oro en el lanzamiento de disco. El duelo soviético en el lanzamiento de martillo entre Sergei Litinov (1958-2018) y Yuriy Sedykh (1955-2021) fue para el primero. Por último el alemán Detlef Michel (1955) derrotaba al plusmarquista mundial, el estadounidense Tom Petranoff (1958), en el lanzamiento de jabalina. El decatlón fue para el gran dominador de la primera mitad de los 80 el británico Daley Thompson (1958).

En categoría femenina aún faltaban unos cuantos años para igualar su programa con el de la categoría masculina. En este primer mundial tuvieron lugar los 100, 200, 400, 800, 1500, 3000 m, el maratón, las pruebas con vallas de 100 y 400 m, los saltos de altura y longitud, los lanzamientos de peso, disco y jabalina y el heptatlón. Dos atletas brillaron con luz propia, la checa, entonces checoslovaca, Jarmila Kratochvílová (1950) y la estadounidense Mary Decker (1958). Kratochvílová, que venía de superar la plusmarca mundial de 800 m, 1:53.28, aún vigente, se hizo con una fácil victoria en esta distancia, y repitió oro en los 400 m, con nueva plusamarca mundial de 47.99. La anterior plusmarquista mundial, la alemana Marita Koch (1957) no corrió esta prueba. Ganó la plata en los 100 y el oro en los 200 m, así como el oro en los dos relevos con el equipo de la República Democrática Alemana. En el relevo largo, Checoslovaquia fue segunda, con Kratochvílová en el equipo. El los 100 m se esperaba un gran duelo entre la reciente plusmarquista mundial, la estadounidense Evelyn Ashford (1957), 10.79A, y las alemanas Marlies Göhr (1958) y Marita Koch. Ashford se lesionó en la mitad de la carrera, lo que facilitó el triunfo de Göhr.

Mary Decker obtuvo dos resonantes victorias con un acelerón final muy poderoso en los 1500 y los 3000 m, mientras en el maratón la noruega Grete Waitz (1953-2011), entonces seis veces campeona mundial de campo a través y cuatro veces ganadora del maratón en Nueva York, obtenía su única victoria en un maratón de un gran campeonato. Las vallas fueron para la alemana Bettine Jahn (1958), los 100 m, y para la rusa, entonces soviética, Yekaterina Fesenko (1958), los 400 m.

La joven alemana Heike Daute (1964), más tarde Dreschler, obtuvo una gran victoria en el salto de longitud, mientras en la altura la rusa, entonces soviética, Tamara Bykova (1958), batió a la alemana, campeona olímpica en 1972, que repetiría en 1984, Ulrike Meyfarth (1956). Los lanzamientos fueron para la checa, entonces checoslovaca Helena Fibingerova (1949), el peso, la alemana Martina Opitz (1960), el disco, y la heroína local Tina Lillak (1961), la jabalina. La alemana Ramona Neubert (1958) venció en el heptatlón.

Las tres primeras ediciones tuvieron lugar con un lapso de cuatro años. Después de la tercera edición, de 1991, los campeonatos pasaron a ser bienales. Este año, de forma excepcional, tendrá lugar el campeonato del mundo. Será en la ciudad estadounidense de Eugene (Oregón), del 15 al 24 de julio. Inicialmente estaba previsto para 2021, pero el aplazamiento de los Juegos Olímpicos a 2021 por la pandemia de SARS-CoV-2 obligó a trasladarlo a este verano.