Los grandes corredores de fondo de la Historia, de Hannes Kolehmainen a Joshua Cheptegei

Aunque en este blog he escrito sobre casi todas las modalidades atléticas, es evidente que mis favoritas son el medio fondo y el fondo. Recientemente he escrito un resumen sobre la historia del 1500 masculino siguiendo las entradas que he escrito sobre esta distancia. Hoy hago lo mismo con el fondo en pista, de Hannes Kohlemainen a Joshua Cheptegei, con las entradas dedicadas a los grandes de la historia en orden cronológico, cuyos enlaces pondré al final de esta entrada.

El fondo en pista se inició en los Juegos Olímpicos de 1912, cuando se incluyeron en el programa los 5000 y los 10 000 m. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los corredores finlandeses dominaron esta modalidad. El pionero fue Hannes Kolehmainen (1889-1966), primer campeón olímpico de ambas distancias y nuevamente oro olímpico en maratón en 1920. El gran dominador en esta década de los 20 fue su compatriota más famoso, y aun hoy, un siglo después, considerado por muchos el mejor de siempre, Paavo Nurmi (1897-1973). Nurmi fue nueve veces campeón olímpico en tres Juegos y superó oficialmente 22 plusmarcas mundiales, de los 1500 a los 20 000 m. Los logros de Nurmi ensombrecieron, en cierta manera, los de otro finlandés. Ville Ritola (1896-1992), ocho veces medallista olímpico, cinco de oro, en 1924 y 1926. Unos días después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, uno de los últimos finlandeses voladores, Taisto Mäki (1910-1979) rompía la barrera de la media hora en los 10 000 m por primera vez en la historia. El año anterior había sido campeón de Europa.

La guerra paralizó la actividad atlética casi por completo en Europa. Suecia fue la gran excepción, con la irrupción de dos mediofondistas excepcionales, Günder Hagg (1918-2004) y Arne Andersson (1917-2009). Entre ambos superaron diecinueve plusmarcas mundiales, principalmente en los 1500 m y la milla, pero Hägg tuvo también la oportunidad de convertirse en el primer atleta en correr los 5000 m por debajo de catorce minutos. El británico Sydney Wooderson (1914-2006) sirvió de enlace entre el atletismo pre y posguerra mundial. Campeón de Europa de 1500 en 1938, plusmarquista mundial de 880 yardas y de la milla, fue campeón de Europa de 5000 m en 1946, con la segunda mejor marca de siempre de entonces. No consiguió llegar a los Juegos de 1948, donde surgió la figura del checo Emil Zátopek (1922-2000), oro olímpico en 10 000 m ese año y triple campeón olímpico de 5000, 10 000 m y maratón en 1952. Su dominio llegó a su fin en el Europeo de 1956 con la irrupción del ucraniano, entonces soviético, Vladimir Kuts (1927-1975), campeón europeo de 5000 m ese año y olímpico en esta distancia y en los 10 000 m en 1956. Su correr agonístico, siempre en cabeza, hizo que se rebajase en más de 10 segundos la plusmarca mundial de 5000 m. En los Juegos de 1956 el oro en maratón fue para el francés Alain Mimoun (1921-2013), que, por fin, pudo derrotar a su gran rival y amigo Emil Zátopek. Durante estos años 50 destacó sobremanera la escuela húngara de medio fondo y fondo. Cronométricamente su representante más destacado fue Sándor Iharos (1930-1996), plusmarquista mundial de 1500, 5000 y 10 000 m. Diversas circunstancias le impidieron traducir esta superioridad en la gran competición.

Los años 60 se iniciaron con la victoria del neozelandés Murray Halberg (1933-2021) en los 5000 m de los Juegos de 1960. Poco después comenzaba a superar plusmarcas mundiales el australiano Ron Clarke (1937-2015). Llegaría a mejorar diecisiete oficiales. Era favorito para el oro en los Juegos de 1964, tanto en 5000 como en 10 000 m. Sin embargo, en ambas pruebas la victoria fue para dos corredores estadounidenses, que hicieron la mejor carrera de sus vidas, Billy Mills (1938) en 10 000 m y Bob Schul (1937) en 5000 m. Uno de los grandes favoritos en esta última distancia, el francés subcampeón olímpico de 1500 m Michel Jazy (1936) solo pudo ser cuarto. Los atletas africanos fueron los grandes protagonistas en los Juegos de 1968, sin duda beneficiados por la altitud de Ciudad de México. Los 10 000 m fueron para el keniano Naftali Temu (1945-2003), seguido del etíope Mamo Wolde (1932-2002), que ganaría el maratón, y del tunecino, anterior subcampeón, Mohamed Gammoudi (1938). Gammoudi se hizo con la victoria en 5000 m, seguido del keniano Kip Keino (1940) y de Temu. Keino era más mediofondista, aunque había poseído la plusmarca mundial de la distancia. Ganaría brillantemente el oro en 1500 en estos Juegos.

Los finlandeses tuvieron un corto período en los años 70 en que reverdecieron viejos laureles, con el doble oro de Juha Väätäinen (1941) en 5000 y 10 000 m en los Europeos de 1971, pero sobre todo con Lasse Virén (1949). Como le sucedería al británico Mo Farah (1983) cuarenta años después, Virén fue cuádruple campeón olímpico, con dos oros en 5000 m y otros dos en 10 000 m en 1972 y 1976. El británico lo haría en 2012 y 2016. Como el finlandés, Farah ganó uno de sus oros en 10 000 m tras una caída. Fue más consistente que Virén en los años no olímpicos, pero, a diferencia de este, nunca fue plusmarquista mundial. Los subcampeones olímpicos en 1976 fueron el neozelandés Dick Quax (1948-2018) en 5000 m, que llegó a ser plusmarquista mundial de la distancia, y el portugués Carlos Lopes (1947), quien se convertiría en uno de los mejores corredores de campo a través y de maratón con su oro olímpico en 1984.

Los años 70 concluyeron con la explosión de uno de los fondistas con más talento de siempre, el keniano Henry Rono (1952), quien en el espacio de ochenta y un días estableció las plusmarcas mundiales de 5000 m, obstáculos, 10 000 y 3000 m. Tan genial, como irregular, el boicot de Kenia a los Juegos Olímpicos de 1980 lo afectó sobremanera. En 1981 consiguió superar su plusmarca mundial de 5000 m. Los oros olímpiocos de 5000 y 10 000 m en 1980 acabaron en el cuello del etíope Miruts Yifter (1944-2016), tras sendos finales trepidantes. La plusmarca mundial de Rono resultó sorprendentemente mejorada por el mediofondista británico David Moorcroft (1952), aproximándose ya a los trece minutos, en 1982 en una carrera sin liebre. Tendrían que pasar, no obstante, cinco años para que esta barrera cayese. El autor, el marroquí Said Aouita (1959), campeón olímpico de la distancia en 1984 y uno de los corredores más versátiles de la historia.

Los años 90 dieron paso a una gran generación de fondistas, que llevaron las plusmarcas mundiales a registros impensables. El mejor de ellos fue el etíope Haile Gebrselassie (1973), dos veces campeón olímpico de 10 000 m y autor de nada menos que veintisiete plusmarcas o mejores marcas mundiales, al aire libre, bajo techo y en la carretera. Sus mayores rivales fueron dos kenianos, el fugaz Daniel Komen (1976) y el consistente Paul Tergat (1969), un todoterreno en la pista, el campo a través y el maratón. El sucesor de Gebre fue su compatriota, y gran corredor de campo a través, Kenenisa Bekele (1982), tres veces campeón olímpico y once veces campeón del mundo de campo a través, entre otros muchos logros. Una de sus escasas derrotas en la alta competición, sucedió en el campeonato del mundo de 5000 m en 2003, donde resultó batido por un keniano desconocido llamado Eliud Kipchoge (1984). Kipchoge fue bronce olímpico en 5000 m en 2004 y plata en 2008. Acabó dejando la pista y convirtiéndose en el mejor maratoniano de siempre.

En la actualidad, un tercer país se ha unido al dominio africano de las carreras de fondo. Se trata de Uganda con Joshua Cheptegei (1996), campeón olímpico de 5000 m en 2021 y plusmarquista mundial de 5000 y 10 000 m.

Hannes Kolehmainen
Paavo Nurmi y 2
Ville Ritola
Taisto Mäki
Sydney Wooderson
Günder Hagg
Emil Zátopek y 2
Alan Mimoun
Vladimir Kuts
Sándor Iharos
Murray Halberg
Ron Clarke
Billy Mills
Bob Schul
Michel Jazy
Mohamed Gammoudi
Kip Keino
Naftali Temu
Mamo Wolde
Juha Väätäinen
Lasse Virén y Mo Farah y 2
Dick Quax
Carlos Lopes y 2
Henry Rono
Miruts Yifter
David Moorcroft
Said Aouita y 2
Haile Gebrselassie, 2 y 3
Daniel Komen
Paul Tergat
Kenenisa Bekele y 2
Eliud Kipchoge
Joshua Cheptegei y 2

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Daniel Komen, una fugaz catarata de desbordante talento

Esta temporada de invierno, asistimos a la superación de la longeva plusmarca mundial de 3000 m en pista cubierta. El 15 de febrero el obstaculista etíope Lamecha Girma (2000) paraba el crono en 7:23.81, mejorando los 7:24.90 del keniano Daniel Komen (1976), realizados el 6 de febrero de 1998. Acababa de cumplir veinticinco años. Komen irrumpió en la elite en 1995 y se convirtió en plusmarquista mundial de 3000 m, tanto al aire libre como en pista cubierta, de las 2 millas (mejor marca en este caso), en dos ocasiones, y de los 5000 m también al aire libre y en pista cubierta. Se mostró superior a los mejores del momento, con algún borrón como su ausencia en los Juegos de 1996, fue de los pocos que consiguió derrotar al etíope Haile Gebrselassie (1973), pero su recorrido entre los mejores fue muy corto. Aunque siguió compitiendo hasta 2003, a partir de 1999 su rendimiento ya no volvió a ser el mismo.

Daniel Kipsgetich Komen nació el 17 de mayo de 1976 en la localidad keniana de Mwen, Distrito Elgeyo Marakwet, en el valle del Rift. Como muchos atletas kenianos comenzó a correr para ir a la escuela, a los siete años. Hacia los dieciséis comenzó a entrenarse de forma regular. En 1993 bajó por primera vez de 14 minutos en 5000 m al registrar 13:58.30 el 10 de diciembre en Sydney. Poco después, el 26 de marzo de 1994 se proclamaba campeón mundial junior (sub20) de campo a través. Al aire libre fue campeón africano de su categoría, con 13:31.10, su mejor marca personal, y campeón mundial, también junior, de 5000 y 10 000 m, en esta distancia, con marca personal de 28:29.74. Tomó parte en su primera competición en categoría absoluta, los Juegos de la Commonwealth, donde fue noveno en los 10 000 m.

En 1995 pasó de ser un buen junior a la elite mundial, al menos cronométricamente. El 8 de junio en Roma peleaba codo a codo con su compatriota, el obtaculista Moses Kiptanui (1971) en pos de la victoria en la prueba de 5000 m. Se impuso Kiptanui, con 12:55.30, nueva plusmarca mundial, mientras Komen hacía la segunda mejor marca mundial de siempre en ese momento, 12:56.15. Sin embargo, en el campeonato keniano, clasificatorio para el Mundial al aire libre, no estuvo a la altura de ese tiempo y solo pudo ser cuarto, lo que significaba que no estaría en Gotemburgo. Esa temporada realizó además 3:34.83 en 1500 m y 7:38.09 en 3000 m.

La temporada de 1996 representó para Daniel Komen la cara y la cruz. Fue capaz de realizar registros superlativos, pero no pudo clasificarse para los Juegos Olímpicos. Las pruebas de selección olímpica tenían lugar el 27 de junio, series, y el 29, la final de 5000 m. El 5 de junio, Komen había sido quinto en Roma con 13:01.38, a más de 10 segundos del ganador, el marroquí Salah Hissou (1972), y superado por sus compatriotas Philip Mossima (1977), Moses Kiptanui y Tom Nyariki (1971). Dos días después, sin embargo, en Moscú se había impuesto en los 3000 m con 7:39.43, derrotando con cierta facilidad a Nyariki y a Kiptanui. En las pruebas de selección volvió a ser cuarto. Estaba fuera de los Juegos Olímpicos. Irían Nyariki, Paul Bitok (1970) y Stephen Koroia (1972). En los días siguientes, sin embargo, Komen mostró una forma magnífica. el 3 de julio corría los 3000 m en 7:31.33, el día 8 realizaba plusmarca nacional de 5000 m, 12:51.60, y el 14 superaba su primera plusmarca mundial, en realidad mejor marca, al correr las dos millas en 8:03.54.

Tras el obligado parón por los Juegos Olímpicos, Komen continuó aun con más fuerza. El 10 de agosto realizaba 7:25.16 en los 3000 m, a 0.05 de la plusmarca mundial del argelino Nourredine Morceli (1970). Cuatro días después, en Zúrich, dejó a Haile Gebrselassie sin fuerzas en la última vuelta. El etíope acababa de ganar el oro en los 10 000 m del campeonato del mundo. El año anterior, en el mismo escenario, había mejorado por 11 segundos la plusmarca mundial de Kiptanui, con 12:44.39. Ese día, sin embargo, no pudo hacer nada ante aquella fuerza de la naturaleza llamado Daniel Komen. A falta de cinco vueltas, con un pase de 7:41.28, el keniano y el etíope se quedaron solos. Komen se colocó en cabeza, mientras Gebre no se despegaba. A falta de 150 metros, Gebre claudicaba. Mientras Komen cruzaba la meta en 12:45.09, el etíope entraba casi andando en 12:52.70.

Pero lo mejor de la temporada aún estaba por llegar. El 1 de septiembre, en Rieti, Komen hacía una extraordinaria plusmarca mundial de 3000 m, todavía vigente, de 7:20.67, restando más de cuatro segundos a la anterior de Morceli. Los pases fueron de 2:25.89 en los 1000 m, 3:38.4 en los 1500 y 4:53.18 en los 2000 m.

Komen terminaba 1996 con unos registros superlativos y con dos plusmarcas mundiales, pero con la espina de no haberse clasificado para los Juegos Olímpicos. En 1997 uniría superioridad cronométrica a superioridad competitiva. Comenzó fuerte la temporada, con una victoria en Roma el 5 de junio con 12:48.98. Antes de las pruebas de selección keniana mejoró en 1500 m hasta 3:31.29. Se impuso en las pruebas de selección y el 19 de julio realizaba un hito histórico, al convertirse en el primer y hasta la fecha único atleta en correr las dos millas por debajo de 8 minutos, 7:58.61.

Tras hacerse con el oro, con cierta facilidad, en el campeonato del mundo que, a la postre, sería su única medalla en campeonatos de ámbito mundial, volvió a Zúrich el 13 de agosto, tres días después de su victoria en Atenas, para enfrentarse de nuevo a Gebre. Esta vez el etíope se mostró superior, con una nueva plusmarca mundial de 12:41.86, mientras Komen era segundo con mejor marca personal de 12:44.90.

Pese a la derrota, Komen siguió sacando el máximo partido de su buena forma. El 16 de agosto, en Mónaco, se imponía en los 1500 m, con 3:29.46, que sería su mejor marca de siempre. Ese año fue el cuarto en la lista mundial de esta prueba. Y el 22 de agosto, conseguía la plusmarca mundial de los 5000 m, con 12:39.74.

Aún tuvo tiempo para correr la milla en 3:46.38, en la actualidad quinta mejor marca de siempre. En resumen, 1997 resultó una temporada magnífica, en la que mostró una notable superioridad en los 5000 m, salvo en Zúrich, donde resultó derrotado por Gebre. En 1998 decidió por primera vez hacer pista cubierta y volver al campo a través. Los resultados fueron inmejorables. El 7 de febrero realizaba 7:24.90 en 3000 m y el 22 12:51.48, en ambos casos plusmarcas mundiales en sala. Estando en tan buena forma, intentó superar su mejor marca mundial de las dos millas al aire libre. El 28 de febrero en Sydney se quedaba en 7:58.91, a 0.30 de su objetivo. El 21 de marzo en Marrakech se proclamaba subcampeón mundial de campo a través en la modalidad corta. Esta gran temporada invernal hacía presagiar un gran verano, pero su tono fue inferior al del año anterior. No se acercó a sus mejores marcas, ni a los registros bajo techo, pero logró las victorias en el campeonato africano y en los Juegos de la Commonwealth, en ambos casos en los 5000 m.

El invierno de 1998 marcó el punto de inflexión en la carrera deportiva de Daniel Komen. Aunque siguió compitiendo hasta 2003, progresivamente se fue alejando de los mejores, pese a contar con tan solo 23 años. En 1999 fue quinto en el 5000 del campeonato del mundo al aire libre, su último gran campeonato. En 2000 ya no se clasificó para los Juegos Olímpicos. Se retiró en 2003. En la actualidad dirige una escuela privada con su mujer.

Daniel Komen fue un excepcional corredor de fondo, del que muchos aficionados hemos pensado que, por las circunstancias que fuese, no llegó a dar lo mejor de sí, pese a haber sido campeón y plusmarquista mundial. Casi tres décadas después, ahí continúan imbatidos sus registros de 7:20.67 en 3000 m y 7:58.61 en la milla.

Rosa Mota, triple corona y triple oro europeo en maratón

El 12 de septiembre tenía lugar en Atenas el primer maratón femenino en un campeonato de Europa. Cuando se llevaban 35 kilómetros, tres atletas lideraban la prueba, la noruega Ingrid Kristiansen (1956), acreditada en 2h30:08 y gran favorita, la italiana Laura Fogli (1959), con una mejor marca de 2h34:48 y una atleta portuguesa llamada Rosa Mota (1958), que nadie se esperaba que estuviese en el grupo de cabeza a esas alturas de la prueba. Era su primer maratón. La Federación de su país le había permitido participar con la condición de que lo hiciese también tres días antes en la final de los 3000 m, que también se celebraban por primera vez en un Europeo femenino. Mota había sido décimo segunda, con 9:04.82, a más de medio minuto de la ganadora, la rusa, entonces soviética, Svetlana Ulmasova (1953-2009).

Rosa María Correia dos Santos Mota había nacido en Foz, un suburbio de Oporto, el 29 de junio de 1958. Comenzó a practicar atletismo en la escuela en 1975. Se unió a un club local de Foz, donde no había pista. En 1980 conoció a José Pedrosa, médico de profesión, que sería su entrenador durante toda su carrera y, lógicamente, también se encargó de sus aspectos médicos. Fue precisamente Pedrosa, convencido de que Mota podría hacer un gran papel en el primer maratón de un Europeo, el que presionó a la Federación portuguesa para que permitieran que corriese la distancia. Había en Portugal un cierto miedo atávico al maratón desde los Juegos Olímpicos de 1912, en que el joven corredor portugués Francisco Lázaro (1891-1912) se murió de un golpe de calor mientras disputaba el maratón olímpico. En el kilómetro 35 del Europeo, Mota comenzó a darle la razón a su entrenador, cuando fue capaz de despegarse de Fogli y de Kristiansen. Consiguió llegar en solitario al estadio de Atenas, donde se proclamó campeona de Europa con 2h36:08, 25 segundos menos que la italiana y 35 menos que la noruega.

La victoria de Atenas fue el inicio de una exitosísima carrera deportiva en la prueba más larga. A lo largo de los siguientes nueve años, Mota tomaría parte en otros diecinueve maratones, de los que terminaría diecisiete y ganaría trece. En 1983 corrió tres maratones y en los tres hizo marca personal. En primavera fue primera en Rotterdam con 2h32:27. En agosto llegó a Helsinki, con la intención de entrar en el podio del maratón del primer campeonato del mundo. Realizó 2h31:50, pero ocupó la cuarta posición a 37 segundos de las medallas, en una carrera ganada brillantemente por la noruega Grete Waitz (1953-2011). Mota terminó el año con otra victoria en Chicago, con 2h31:19. No volvió a competir hasta el maratón olímpico de 1984, el 5 de agosto. Tres atletas parecían superiores a ella, la estadounidense Joan Benoit (1957), mejor marquista mundial (no se reconocieron plusmarcas mundiales en maratón hasta 2003) con 2h22:43 y las noruegas Grete Waitz e Ingrid Kristiansen. Benoit ganó brillantemente con 2h24:52, casi un minuto y medio mejor que Waitz, mientras Mota se colaba en el podio con mejor marca personal de 2h26:57, por delante de Kristensen. Ese otoño, la portuguesa volvía a mejorar hasta 2h26:01, al ganar el maratón de Chicago. A Chicago volvió en 1985 para disputar su séptimo maratón y mejorar por séptima vez, hasta 2h23:29, que sería su mejor marca de siempre. Pese a su gran tiempo se vio superada por Joan Benoit, que con 2h21:21 también hacía su mejor marca de siempre, y por la reciente mejor marquista mundial con 2h21:06, Ingrid Kristiansen, 2h23:05.

En 1986, tras hacer 2h27:15 e imponerse en el maratón de Tokio, acudió a su segundo Europeo. Su rival más peligrosa era Ingrid Kristiansen, pero optó por los 10 000 m, que se celebraban por primera vez en los campeonatos, donde obtuvo una fácil victoria. Ausente la noruega, no había nadie que le pudiese disputar el oro a Mota, que ganó con 2h28:38, 4:14 menos que Laura Fogli, que fue segunda. En 1987 siguió el mismo esquema competitivo, con triunfo en Boston en primavera, 2h25:21 y una resonante victoria en el campeonato del mundo de Roma, donde obtuvo el oro con 2h25:17, con más de siete minutos de ventaja sobre la segunda clasificada, la kazaja, entonces soviética, Zoya Ivanova (1952).

Rosa Mota había ganado dos Europeos y un Mundial. Ansiaba la triple corona con el oro olímpico. Y el oro llegó en los Juegos de Seúl de 1988. Anteriormente esa temporada había ganado el maratón de Boston, 2h24:30, si bien no era la mejor marca del año. La australiana Lisa Martin (1960) había realizado en Osaka 2h23:51. Las dos estaban, junto a la alemana Katrin Dörre (1961) en cabeza a falta de 5 kilómetros para la conclusión del maratón olímpico. En ese momento Mota cambió de ritmo y ninguna de sus rivales pudo seguirla. Cruzó la meta, y consiguió la triple corona, con 2h25:40, 13 segundos menos que Martin y 41 menos que Dörre.

En 1989 comenzaron a aparecer problemas físicos, que hasta entonces Mota había esquivado. En 1980 había tenido problemas respiratorios. La habían diagnosticado de asma de esfuerzo, pero adecuadamente tratada por Pedrosa, pudo seguir compitiendo y progresando. En ese año posolímpico comenzó con alteraciones del nervio ciático. Abandonó en el maratón de Osaka y fue segunda en Los Ángeles, con 2h35:27, su tiempo más lento desde su victoria en el Europeo de 1982. En 1989 consiguió recuperarse. Ganó en Osaka, 2h27:47, Boston 2h25:24, y consiguió su tercer oro europeo, 2h31:27, tan solo 5 segundos menos que la rusa, entonces soviética, Valentina Yegorova (1964).

En 1990 Rosa Mota, ya con 32 años, ganaba su último gran campeonato. En 1991 aún pudo ganarla Copa del Mundo, que entonces se celebraba independiente del Mundial, en Londres, con 2:26:14, pero poco después los problemas físicos ya no la abandonaron. No terminó en el Mundial de 1991 ni en el maratón de Londres de 1992. Su objetivo de participar en sus terceros Juegos Olímpicos no pudo materializarse. Ya no volvió a tomar parte en un maratón. Sus intentos por recuperarse fueron infructuosos.

Poco después, en 1995, resultó elegida para el Parlamento de Portugal. La retirada de Mota no dejó huérfano al fondo femenino portugués. Un buen grupo de corredoras siguió obteniendo buenos resultados en los grandes campeonatos. Así, Aurora Cunha (1959) fue capaz de correr la distancia en 2h28:11. Albertina Dias (1965) fue campeona mundial de campo a través en 1993. Manuela Machado (1963) fue campeona del mundo de maratón en 1995 y de Europa en 1994 y 1998. Fernanda Ribeiro (1969) fue campeona olímpica de 10 000 m en 1996, mundial en 1995 y europea en 1994, además de campeona del mundo de campo a través en 1996.

Como cuenta Emilio Navaza (1948) en su blog Vida atlética de Galicia y en su libro Más allá de la meta, Rosa Mota dejó un gran recuerdo en Santiago de Compostela. En 1980, siendo una desconocida, había sido tercera en la Carrera Popular de la ciudad. En 1981 ganó en la categoría femenina y repitió el triunfo en 1982, siendo ya campeona de Europa. Volvió en 1987, como campeona del mundo, y no tuvo rival. Mota también fue la vencedora de la San Silvestre de São Paulo de 1981 a 1986. Ningún atleta, hombre o mujer, aparte de Rosa Mota, ha ganado tres Europeos en maratón ni la triple corona. Con razón en su país es un auténtico mito.

Marta Galmany y la historia de la plusmarca española femenina de maratón

El pasado 4 de diciembre, en Valencia, la catalana Marta Galimany (Valls, Tarragona, 5 de octubre de 1985), tras haberse quedado muy cerca hace dos años, consiguió finalmente mejorar la plusmarca española de maratón de la palentina Ana Isabel Alonso (1963) de 2h26:51 lograda el de 1995. El tiempo de Galimany fue de 2h26:14. En febrero de este mismo año había realizado 2h27:53. En 2020, también en el maratón de Valencia, había corrido en 2h27:08. La carrera atlética de Galimany, de 37 años, es algo atípica. Practicó baloncesto y no se dedicó al atletismo hasta pasada la veintena, con resultados poco llamativos en pruebas de medio fondo y obstáculos. En 2016 probó en medio maratón donde realizó 1h13:37. En 2017 corrió por primera vez un maratón con unos buenos 2h34:16. En 2019 se quedó al borde de la barrera de las 2h30, con 2h30:15. En febrero de 2020 se proclamó campeona de España con 2h29:02. Ha participado en el campeonato de Europa de 2018, 24ª, 2h38:25, 3ª por equipos, en el Mundial de 2019, 16ª, 2h47:45, en los Juegos Olímpicos de 2021, 37ª, 2h35:29, y en el campeonato de Europa de 2022, 11º, 2h31:14, 2ª por equipos.

Los inicios del maratón femenino están envueltos en una gran polémica. Se consideraba que las mujeres no podrían aguantar físicamente la distancia. Hasta finales de los años 60 no se autorizó la presencia femenina en la prueba, si bien algunas mujeres habían participado clandestinamente en años previos. La primera plusmarca española oficial fue 4h31:32 de la guipuzcoana Lourdes Gabarain (1960) el 16 de octubre de 1977. Fue la primera española en correr un maratón con dorsal. El tiempo de Gabarain, como era de esperar, duró pocos meses. El 12 de marzo de 1978 la catalana Matilde Gómez (1942) ganaba el primer Maratón de Cataluña, hoy Maratón de Barcelona, con 3h55:03. Esta atleta había comenzado a practicar la carrera a pie a los 33 años, influida por su marido el antiguo fondista olímpico y entrenador Josep Molins (1933). Mejoró dos meses más tarde, el 21 de mayo, al imponerse en su categoría en el maratón de Madrid, con 3h37:46. No acabó el año como plusmarquista española, pues el 15 de octubre, en el primer Maratón del San Sebastián, la guipuzcoana Rosa Talavera (1961) ganaba en la categoría femenina con 3h27:45. Matilde Gómez recuperó la plusmarca española en la segunda edición del Maratón de Cataluña, el 18 de marzo de 1979, 3h18:48. Algo más de un mes después, el 29 de abril, Rosa Talavera mejoraba hasta 3h03:39, ya muy cerca de la barrera de las h, que superaría el 20 de julio de 1980, con 2h59:30.

Tres meses se mantuvo Talavera como mejor española. El 20 de octubre irrumpió la primera corredora de maratón española de talla internacional, la madrileña Iciar Martínez (1947), primera española en correr el maratón de Nueva York, donde recortó más de 10 minutos al techo español, con 2h49:02. Martínez mejoraría otras tres veces la plusmarca nacional: 2h47:12 en el Maratón de Cataluña, 15 de marzo d e1981, 2h43:32, San Francisco 6 de junio de 1982 y 2h42:36, Nueva York 24 de octubre de 1982. Participó en el maratón del primer Mundial al aire libre celebrado en Helsinki en 1983.

El maratón femenino español continuó mejorando con otra madrileña, Mercedes Calleja (1958). En 1985 realizó 2h39:53 en Laredo. El 15 de septiembre en Roma restaba unos segundo a su tiempo con 2h39:20. El 11 de abril de 1987 en Seúl corría en 2h37:13. Ese tiempo le sirvió para tomar parte en el segundo Mundial al aire libre, que tenía lugar en Roma a finales de agosto. Fue 13ª con 2h38:57. El puesto 19º fue para otra española, la guipuzcoana María Luisa Irízar (1964), que el 13 de octubre de 1991 ganaría el maratón se San Sebastián con nueva plusmarca nacional, 2h36:28. En la edición del año siguiente del mismo maratón, el 11 de octubre de 1992, Irízar era segunda y vería cómo Ana Isabel Alonso llevaba el tope español a 2h35:34. Posteriormente se demostró que el recorrido tenía 122 m de más. Este tiempo duró muy poco en lo más alto de la lista española, pues el 8 de noviembre, la asturiana Rocío Ríos (1969) corría en Sama de Langreo en 2h31:46, registro muy cuestionado por un posible desnivel excesivo.

El 31 de octubre de 1993 tuvo lugar en San Sebastián la V Copa del Mundo de maratón. La actuación española en el apartado femenino fue excelente con la cordobesa María Luisa Muñoz (1959) quinta con nueva plusmarca española de 2h31:01, la valenciana Mónica Pont (1969), sexta, 2h31:21, y Rocío Ríos séptima, 2h31:33. España se proclamaba subcampeona del mundo. Sería Pont, que en 1995 sería 6ª en el Mundial, la siguiente plusmarquista nacional y primera española por debajo de 2h30 al correr en Boston el 18 de abril de 1994 en 2h29:36. Tampoco fue una plusmarca muy longeva, pues el 25 de septiembre en Berlín Rocío Ríos volvía a encabezar el maratón español con 2h29:00. Poco más de un año más tarde, el 15 de octubre de 1995, Ana Isabel Alonso ganaba el maratón de San Sebastián y recortaba la plusmarca española hasta 2h26:51. Rocío Ríos era segunda con 2h28:02, su mejor tiempo de siempre. En cuatro años, las maratonianas españolas habían recortado 10 minutos al mejor tiempo. Sin embargo tuvieron que pasar 27 años para superar esos mágicos años 90.

No obstante, hubo algunos logros reseñables en estas casi tres décadas. En 1996 había por primera vez representación española en el maratón olímpico, con tres atletas, Ana Isabel Alonso, Rocío Ríos y Mónica Pont, que en febrero había mejorado hasta 2h27:53. Ríos tuvo una magnífica actuación al ser quinta, la mejor prestación de la historia de una maratoniana olímpica española. Pont fue 14ª y Alonso 49ª. En el Europeo de 1998, Rocío Ríos ocupó la sexta posición. Otra atleta muy destacada es la lucense Alessandra Aguilar (1978), que se quedó muy cerca de la plusmarca española en dos ocasiones, ambas en Rotterdam. En 2011 hizo 2h27:00 y en 2013 2h27:03. Fue quinta en el Europeo de 2010 y en el Mundial de 2013.

Valencia continúa su escalada mundial en las carreras de fondo

Esta mañana tuvo lugar la 42 edición del maratón de Valencia, organizado por la SD Correcaminos, cuyo presidente es Francico Borao y su gerente Juan Botella. Se contaba con la posibilidad de la plusmarca mundial femenina por parte de la etíope Letesenbet Gidey (1998), pese a su juventud, vieja conocida de la afición valenciana. Finalmente no pudo ser y Gidey en su primer maratón ocupó la segunda posición, pero el nivel de la prueba estuvo a la altura de los mejores maratones mundiales.

Valencia se ha convertido en una de las grandes capitales mundiales de las carreras de fondo. En total, ha visto cómo se superaban seis plusmarcas mundiales en diferentes distancias, a saber, ordenados por fecha, 10 Km en ruta, Joshua Cheptegei (1996), de Uganda, el 1 de diciembre de 2019, 26:38, 10 Km en ruta, Rhonex Kipruto (1999), de Kenia, el 12 de enero de 2020, 26:24, el paso de 13:18 por el kilómetro 5 también se homologó como plusmarca mundial, 5000 m, Letesenbet Gidey, 4 de octubre de 2020, 14:06.62, 10 000 , Joshua Cheptegei, 4 de octubre de 2020, 26:11.00, medio maratón , Kibiwott Kandie (1996), de Kenia, el 6 de diciembre de 2020, 57:32, y medio maratón, Letesenbet Gidey, 24 de octubre de 2021, 1h02:52.

Este año se intentó subir la apuesta. Letesenbet Gidey es la actual plusmarquista mundial de 5000 y 10 000 m en pista, 15 Km en carretera y medio maratón. En su estreno en maratón intentaría la plusmarca mundial en carrera mixta de 2h14:06 de la keniana Brigid Kosgei (1994) el 13 de octubre de 2019 en Chicago. En hombres el objetivo era algo más modesto, superar la plusmarca del maratón de Valencia, 2h03:00 del keniano Evans Chebet (1988) en 2020. Se confiaba sobre todo en el etíope Tamirat Tola (1991), acreditado en 2h03:39, y en el tanzano Gabriel Geay (1996), con 2h04:55 como mejor marca personal.

En la carrera femenina, los tiempos de los primeros kilómetros no hacían pensar en un registro próximo a la plusmarca mundial, pero el ritmo se fue avivando y el pase por el medio maratón fue de 1h07:18, con Gidey rodeada de hombres dando muy buena impresión. La acompañaba su compatriota Amane Beriso (1991), acreditada en 2h20:48 de 2016, que no parecía rival para Gidey. La carrera continuó animándose, de manera que en el kilómetro 35 se aproximaban a los pases de la plusmarca mundial. A esas alturas de la carrera Beriso cambió de ritmo y consiguió separarse de Gidey. No pudo, sin embargo, seguir acercándose a la plusmarca mundial y terminó en unos excelentes 2h14:58, tercera mejor marca de siempre detrás del techo mundial de Kosgei y de las 2h14:18 de la también keniana Ruth Chepngetich (1994), de este mismo 2018. Gidey hizo una última parte de la carrera más lenta y terminó segunda en 2h16:49. Cuatro mujeres terminaron en menos de 2h18:00 y siete por debajo de 2h19:00. Por detrás, en el puesto 17, la catalana de 37 años Marta Galimany (1985) mejoraba la mítica plusmarca española de la palentina Ana Isabel Alonso (1963) de 2h26:51 en 1995. Galimany realizó un tiempo de 2h26:14, un enorme éxito para esta mujer que en 2020 se quedó a 17 segundos de ser plusmarquista española de maratón.

En la categoría masculina, las cosas salieron mucho mejor de lo que se preveía, con la inesperada rapidísima victoria del keniano Kelvin Kiptum (1999), quien, como Gidey, se estrenaba en la prueba. Kiptum corría por tercera vez en Valencia. En 2020 había hecho 58:42 en medio maratón, su mejor marca, y en 2021, 59:02. Sus credenciales no impresionaban, pero su actuación sí lo hizo. Tras cruzar el medio maratón en 1h01:41, algo por encima de lo esperado, la cadencia se fue incrementando progresivamente. Un parcial de 14:00 le permitió quedarse solo en el kilómetro 35. Se fue en solitario hacia la meta, terminando en 2h01:53. En toda la historia tan solo el también keniano Eliud Kipchoge (1984), con sus dos plusmarcas mundiales de 2h01:09 y 2h01:39, y el etíope Kenenisa Bekele (1982), 2h01:41, han corrido la distancia más rápido. Dado que estos tres tiempos se hicieron en Berlín, Valencia se ha convertido en el segundo maratón más rápido de siempre. Segundo fue Gabriel Geay, que igualó la anterior plusmarca de la carrera, 2h03:00, y tercero el keniano Alexander Munyao (1996), 2h03:29. Tola fue cuarto, a un segundo de su mejor marca, 2h03:40. Hubo cuatro hombres por debajo de 2h04:00, seis en menos de 2h05:00 y nueve en menos de 2h06:00. Por parte española, se vivió la gran alegría de los 2h07:17 del gallego de adopción Tariku Novales (1998), cuarta mejor marca nacional de suempre, a quien el futuro se le presenta brillante.

Una vez más, Valencia ha demostrado que va camino de convertirse en la ciudad más importante del fondo mundial. El entusiasmo de la SD Correcaminos y el apoyo de la Fundación Trinidad Alonso están consiguiendo que Valencia haga historia.

A título personal, quisiera dar mi más sincera enhorabuena a mi amigo Juan Botella. Su trabajo y su enorme sapiencia atlética son clave para el éxito de esta gran competición.

Eliud Kipchoge, la leyenda del maratón

En este blog se han dedicado varias entradas al keniano Eliud Kipchoge (1984), para plantear si era el mejor corredor de maratón de la historia (ya no hay dudas), cuando corrió los 42.195 m por debajo de 2 horas extraoficialmente y tras su sorprendente derrota en el maratón de Londres de 2020. Sin embargo nunca se había hecho una entrada con una semblanza sobre su sobresaliente carrera deportiva. Su nueva plusmarca mundial de maratón de 2h01:09 bien se merece contar todos sus logros atléticos desde el lejano año 2003.

Eliud Kipchoge nació en Kapsisiywa, condado de Nadi, el 5 de noviembre de 1984. Como muchos niños kenianos tenía que recorrer una buena distancia para llegar a la escuela, en su caso seis kilómetros de ida y vuelta, por lo que el pedestrismo llegó a su vida de forma natural. En 2001 se encontró a una persona que sería clave en su vida, el entrenador, plata olímpica en obstáculos en 1992, Patrick Sang (1964), quien, a partir de entonces, dirigiría sabiamente la carrera atlética del joven Eliud. Los resultados no se hicieron esperar. En 2002, ocupaba la quinta posición en el Mundial de Campo a Través, categoría sub20. No pudo acudir al Mundial en pista de la categoría por problemas físicos. Pese a ello, terminó el año con unos magníficos 13:13.03. Su ausencia del Mundial importó poco, porque al año siguiente estaba en uno nuevo, el absoluto al aire libre en la distancia de 5000 m. En la temporada invernal de ese año 2003 se había proclamado campeón mundial de campo a través sub20. Pese a haber realizado poco antes del Mundial de pista al aire libre unos excelentes 12:52.61, plusmarca mundial sub20 y quinta mejor marca de ese año, nadie consideraba al joven keniano candidato al oro. Se esperaba un gran duelo entre el marroquí, plusmarquista y campeón mundial de 1500 m, Hicham El Guerrouj (1974), acreditado ese mismo año en 12:50.24, y el etíope, campeón mundial de 10 000, Kenenisa Bekele (1982), 12:52.24 ese 2003. La final fue rapidísima. A falta de dos vueltas El Guerrouj decidió avivar más el ritmo y se colocó en cabeza. Al comenzar los últimos 400 m, el ritmo del marroquí había conseguido poner a todos sus rivales en fila, pero no lograba despegarse de Kipchoge ni de Bekele. Al entrar en la recta final, los tres estaban igualadísimos, aunque El Guerrouj seguía delante. Un terrible mano a mano entre este y Kipchoge acabó con la victoria del keniano por 0.04, 12:52.79 frente a 12:52.83, con Bekele tercero 12:53.11.

Kipchoge en una temporada había pasado de ser un buen corredor sub20 a incorporarse a la élite mundial. Sin embargo, el camino hacia lo más alto sería más largo de lo que se podría haber esperado aquella tarde de agosto de 2003. En 2004, llegó a la final olímpica con 12:46.53, segunda mejor marca del año, que a la postre resultaría la mejor suya de siempre, tras la plusmarca mundial de Bekele de 12:37.35. Este se presentó en los 5000 m de los Juegos de Atenas con el oro en los 10 000 m y El Guerrouj con un trabajadísimo oro en los 1500 m. Esta vez Kipchoge sí contaba para la victoria final, pero en una carrera lenta se vio superado tanto por el marroquí, como por el etíope, si bien peleó en una trepidante última recta hasta el final. Los tiempos fueron El Guerrouj 13:14.39, Bekele 13:14.59 y Kipchoge 13:15.10.

Un oro mundialista y un bronce olímpico son un extraordinario logro para cualquier atleta, pero mucho más si aún no se han cumplido los veinte años. Kipchoge se perfilaba como el posible dominador de las carreras de fondo en pista en las temporadas venideras. En los años siguientes el keniano fue un asiduo visitante de los podios en campeonatos de ámbito mundial. En 2006 se hizo con el bronce en el Mundial en sala, con 7:42.58, a 3.26 del ganador, Kenenisa Bekele. En 2007 fue plata en el Mundial al aire libre a 0.13 del ganador, el ya entonces estadounidense Bernard Lagat (1974), en una lentísima carrera, 13:45.87 por 13:46.00. En los Juegos Olímpicos de 2008 subió un peldaño respecto a la edición anterior y fue segundo a cierta distancia de Bekele, 12:57.82, frente a 13:02.80.

Esta plata olímpica fue, sin embargo, la última medalla que conseguiría Kipchoge en la pista. En los Mundiales de 2005 y 2007 fue quinto y séptimo, respectivamente en los 5000 m y no logró clasificarse para los Juegos de 2012. Esta merma de rendimiento en los 5000 m probablemente hizo que se replantease su carrera atlética y que se pasase al maratón. La transición fue bastante rápida. Sus últimas carreras de 5000 y 10 000 m, en esta última prueba había acreditado 26:49.02 en 2007, fueron en 2012. No volvió a tocar la pista desde entonces. Ese mismo año, el 1 de septiembre realizó 59:25 en medio maratón. Un mes después fue sexto en el campeonato del mundo de la distancia. El 17 de abril de 2013 Eliud Kipchoge corría su primer maratón, en Hamburgo. Difícilmente podría haberlo hecho mejor, ganador con 2h05:30. El 29 de septiembre volvía a Alemania, esta vez a Berlín, a disputar un nuevo maratón. Mejoró hasta 2h04:05, si bien resultó batido por su compatriota Wilson Kipsang Kiprotich (1982), quien con 2h03:23 se hacía con la plusmarca mundial.

El pase al maratón había obtenido un excelente resultado. Con tan solo dos carreras estaba codeándose con los mejores y a 42 segundos de la plusmarca mundial. En 2014 volvió a correr dos maratones, con sendos primeros puestos, Rotterdam, 2h05:00 y Chicago, 2h04:11. A partir de entonces, con la excepción de dos medios maratones, su preparación ha ido encaminada a disputar dos maratones al año, de los que ha ganado todos menos uno. En 2015, Londres 2h04:42 y Berlín 2h04:00. En 2016, Londres, 2h03:05, a 8 segundos de la plusmarca mundial del también keniano Denis Kimetto (1984) y el oro olímpico en Río, 2h08:44, su tercera medalla en los Juegos, primera de oro. Su victoria fue contundente, con una ventaja de 1:10 sobre el segundo, el etíope Feyisa Lilesa (1990).

En el año posolímpico, Kipchoge cambió ligeramente su rutina, sustituyendo el maratón de primavera por un intento no oficial de bajar de dos horas en una carrera preparada de 42 195 m en el circuito de Fórmula I de Monza. Se vería ayudado por un prototipo de zapatilla, por liebres de entrada y salida y por coches que le bloqueaban el viento. Se quedó muy cerca de su objetivo, 2h00:25. En otoño volvió al maratón oficial con una nueva victoria en Berlín, 2h03:32.

En 2018 tras calentar en Londres con nueva victoria, 2h04:17, consiguió en Berlín su primera plusmarca mundial, 2h01:39, 1:18 menos que Kimetto, tras un pase de 1h01:06 en la mitad de la prueba. El ritmo medio por kilómetro fue de 2:52.98.

En 2019 Kipchoge volvió a ganar en Londres, con la que en aquel momento era la segunda mejor marca de la historia, 2h02:37. En octubre renunció a Berlín para intentar, en una nueva carrera preparada, como en Monza, intentar romper la barrera de las dos horas. Esta vez sería en el Prater vienés. Su viejo rival, Kenenisa Bekele, que se había pasado a la distancia más larga, sacó partido de la ausencia del keniano en la capital de Alemania y se hizo con la victoria en un tiempo de 2h01:41, a apenas dos segundos de la plusmarca mundial de Kipchoge. El Keniano sí cumplió su objetivo en Viena, al acabar los 42 195 m en 1h59:41, a 2:50.16 cada kilómetro.

La pandemia por SARS Cov2 llevó a suspender casi toda la actividad atlética de 2020. Entre las excepciones se encontraba el maratón de Londres, que se trasladó de la primavera al 4 de octubre. Se anunció un gran duelo entre Kipchoge, que no había competido ese año, y Bekele, pero el etíope renunció dos días antes, alegando problemas físicos. Se esperaba una fácil victoria del keniano, pero saltó la sorpresa y, en un circuito de algo más de dos kilómetros en Saint James Park, solo pudo ser octavo, 2h06:49, a 1:08 del vencedor, el etíope Shura Kitara (1996). Si tenía algún problema, no se hizo público. Esta fue la segunda y, hasta ahora, última derrota de Kipchoge en la distancia.

En 2021 Kipchoge continuó siendo el de siempre, son sus dos maratones anuales. Ganó en Enschede (Países Bajos), 2h04:30. En los Juegos de Tokio, trasladados a esta temporada, se impuso fácilmente en el maratón celebrado en Sapporo, 2h08:38. Su ventaja sobre el segundo clasificado, en neerlandés Abdi Nageeye (1989) fue de 1:20.

Kipchoge volvió a Japón esta misma temporada de 2022, el 6 de marzo, para correr el maratón de Tokio. No perdió las buenas costumbres y ganó con 2h02:40. Este 25 de septiembre, en Berlín, anunció que intentaría mejorar su plusmarca mundial. Visto el pase de 59:51 en la primera parte de la prueba, su idea era bajar de las dos horas. En los últimos kilómetros aflojó, sin embargo, el ritmo y terminó en unos no menos magníficos 2h01:09, 30 segundos menos que su anterior tiempo, una media de 2:52.27 cada kilómetro. Tal vez con una primera mitad algo más lenta había podido realizar alrededor de 2h00:30, pero es evidente que se ve capaz de romper legalmente la barrera de las dos horas.

Ya antes de su actuación en Berlín este año, Eliud Kipchoge era la leyenda del maratón. Sin incluir las dos carreras de exhibición, ha ganado quince de los diecisiete maratones que ha disputado y ha sido campeón olímpico en dos ocasiones. Pero la leyenda continúa. Tal vez siga pensando que la barrera de las dos horas es posible y lo vuelva a intentar. De los grandes maratones le falta por ganar en Boston y en Nueva York. Y podría intentar un tercer oro olímpico, en los que serían sus quintos juegos. Tendría 39 años, pero para este hombre austero no parece que haya límites. Durante la semana vive en Kaptagat donde, según sus propias palabras, cuando no está entrenando lee y los fines de semana se reúne con su familia en El Doret, a 25 Km de su lugar de entrenamiento. Nos seguirá sorprendiendo.

Carreras de maratón de Kipchoge

2013 Hamburgo 1º 2:05:30 21 04 2013
2013 Berlín 2º 2:04:05 29 09 2013
2014 Rotterdam 1º 2:05:00 13 04 2014
2014 Chicago 1º 2:04:11 12 09 2014
2015 Londres 1º 2:04:42 26 04 2014
2015 Berlín 1º 2:04:00 27 09 2015
2016 Londres 1º 2:03:05 24 04 2016
2016 Juegos Olímpicos Río 1º 2:08:44 21 08 2016
2017 Exhibición Monza 2:00:25* 06 04 2017
2017 Berlín 1º 2:03:32 24 09 2017
2018 Londres 1º 2:04:17 22 04 2018
2018 Berlín 1º 2:01:39** 16 09 2018
2019 Londres 1º 2:02:37 28 04 2018
2019 Exhibición Viena 1:59:40* 12 09 2019
2020 Londres 8º 2:06:49 04 10 2020
2021 Enschede 1º 2:04:30 21 04 2021
2021 Juegos Olímpicos Tokio (Sapporo)* 1º 2:08:38 08 08 2021
2022 Tokio** 1º 2:02:40 06 04 2022

2022 Berlín 1st 2:01:09** 25 09 2022

*Tiempo no homologable
**Plusmarca mundial
***Oficialmente Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La prueba de maratón tuvo lugar en Sapporo
****Oficialmente Maratón de Tokio 2021. Se pospuso a 2022 por la pandemia

Paul Tergat, de la carretera y el campo a través a la pista y vuelta a la carretera

El keniano Paul Tergat (1969) fue uno de los grandes corredores de fondo de los años 90 y los primeros 2000. Cinco veces campeón del mundo de campo a través, plumarquista mundial de 10 000 m y dos veces subcampeón olímpico y otras dos subcampeón mundial, hizo una exitosa transición al maratón, prueba en la que también fue plusmarquista mundial. Su trayectoria atlética fue, sin embargo, completamente diferente de la mayoría de los corredores africanos de fondo. A la edad en que Ismael Kirui (1975), 18, Eliud Kipchoge (1984), 19, o Haile Gebrselassie (1973), 20, fueron campeones del mundo en pista al aire libre, Tergat aún no había empezado a practicar atletismo.

Paul Kiibi Tergat nació el 17 de junio de 1969 en Riwo, Distrito Baringo, provincia del Valle del Rift, en Kenia. Comenzó a hacer atletismo en el ejército, al que se había unido al terminar la escuela secundaria. Previamente había practicado balonvolea, baloncesto y fútbol. En 1991, sin apenas entrenamiento, corrió los 1500 m en 3:45 y los 10 000 en 29:46.8, en la altitud de Nairobi. En 1992, ya con la preparación adecuada, sorprendió al ganar el campeonato nacional de campo a través y el Cross de Nairobi del circuito de la entonces IAAF, hoy World Athletics. Se encontraba en gran forma para el campeonato del mundo, pero una grave lesión lo dejó fuera de combate seis meses. Volvió en septiembre. Fue quinto en el campeonato del mundo de medio maratón, 1h01:03 y corrió los 5000 m en pista en 13:48.64. Las buenas perspectivas apuntadas en 1992 se confirmaron al año siguiente, en que Tergat compatibilizó la carretera con el campo a través y la pista. Fue décimo en el Mundial de campo a través y mejoró sus marcas de 5000 m, 13:20.16, 10 000 m, 27:18.43, y medio maratón, 1h00:45. Pese a sus buenos cronos, la calidad de los atletas de su país no le permitió clasificarse para el Mundial del pista al aire libre. En 1994 fue cuarto en el Mundial de campo a través y la progresión continuó en la pista, 13:15.07, y la carretera 1h00:13.

En tres años practicando atletismo, Tergat se había mostrado como un atleta muy versátil, de un gran nivel, pero todavía inferior a los mejores de su país. Sin embargo, las cosas cambiarían en 1995. En la temporada invernal se proclamó, por primera vez, campeón del mundo. Ganaría consecutivamente las cuatro ediciones siguientes, entonces el campeonato era anual, y el 2000 sería medalla de bronce. En la pista disputó su primer Mundial al aire libre, con un bronce en los 10 000 m, detrás del que acabaría siendo su gran rival, Haile Gebrselassie, y del marroquí, polémico campeón olímpico en 1992, Khalid Skah (1967). Sus mejores marcas esa temporada fueron 13:07.49 y 27:14.08. No descuidó la carretera y en medio maratón bajó de la hora por primera vez con 59.56. En 1996 dio definitivamente el salto a la élite mundial, con el oro en el Mundial de campo a través y la plata olímpica en 10 000 m, a 0.83 de Gebre. Cronométricamente se fue a 7:28.70 en 3000 m, 12:54.72 en 5000 m, 26:54.41 en 10 000 m. Corrió un medio maratón en 58:51 pero no se homologó como plusmarca mundial porque el recorrido no estaba completo.

La temporada de 1997 fue en la que Tergat realizó sus mejores tiempos de siempre en pista de siempre. Tras volver a ser plata en el Mundial de 10 000 m, a 1.04 de Gebre, realizó 12:49.87 en un 5000 m de altísimo nivel, donde fue tercero, detrás de Gebre, 12:41.86, plusmarca mundial, y de su joven compatriota Daniel Komen (1976), 12:44.90. Nueve días después, Tergat realizaba su primera y única plusmarca mundial en pista, al correr los 10 000 m en 26:27.85, 3.47 menos que el tiempo de Gebre, del mes anterior. La primera parte de la carrera se pasó en 13:17.5. Sin campeonatos importantes en pista, tras convertir en rutina el oro en el Mundial de campo a través, el keniano continuó 1998 con un buen nivel en las pistas. En la carretera logró con 59:17 la plusmarca mundial de medio maratón. En 1999 cerró su racha de cinco oros consecutivos en el Mundial de campo a través. En el Mundial de 10 000 m volvió a ser plata, a 1.29 de Gebre. En septiembre se proclamó campeón mundial de medio maratón.

El año olímpico de 2000 sería el último para Tergat en la pista. Tras su bronce en el Mundial de campo a través, corrió en Lisboa un medio maratón en 59:06, pero no se homologó como plusmarca mundial. En la pista los problemas físicos de Gebrselassie lo convirtieron el favorito para el oro olímpico, pero el bravo etíope consiguió superarlo por 0.09 en una antológica recta final. Probablemente no le sirvió de consuelo, pero mes y medio más tarde, Tergat revalidaba el oro en el Mundial de medio maratón.

A partir de 2001, Tergat abandonó la pista y se dedicó principalmente a la carretera, con alguna incursión en el campo a través. Ese año realizó 2h08:15 en su primer maratón. En 2002 mejoraba hasta 2h05:48, segunda mejor marca de siempre. En 2003 se convertía en el primer atleta en romper la barrera de 2h05:00, al correr en 2h04:55. Fue su última gran temporada. Aunque siguió corriendo hasta 2009, su rendimiento menguó notablemente. En 2004 fue 10º en el maratón olímpico. En 2007, con casi 38 años, aún fue capaz de correr en 2h08:06.

Desde 2005 Tergat tiene una fundación que lleva su nombre para promover el deporte entre sus compatriotas más desfavorecidos. Posee varias empresas de ropa deportiva y de comunicación. Paul Tergat ha sido uno de los corredores de fondo más versátiles de los últimos tiempos, cuya carrera se ha visto algo ensombrecida por la presencia de su gran rival, y amigo, Haile Gebrselassie, que le impidió en cuatro ocasiones, por un estrecho margen, hacerse con el oro en un campeonato de ámbito mundial.

«Si le falla la cabeza, no es bueno»

Cuando algo se repite demasiadas veces suele acabar perdiendo su significado. La prensa tiende a utilizar la palabra épico con mucha facilidad, pero hoy, probablemente, no estén nada descaminados. La victoria de Rafael Nadal (1986) en el Abierto de Australia resulta difícil de calificar. En pocos meses, Nadal ha pasado de caminar con problemas a ganar su torneo número 21 del Grand Slam, convirtiéndose en el tenista con el mayor número de estos títulos. Hubo un momento clave en el partido. Tras perder los dos primeros sets y con un 3-2 en contra en el tercero, Nadal salvó un 0-40. ¿Cuánta fortaleza mental se necesita para levantar esta situación difícilmente reversible y acabar ganando el partido y el torneo?

No me vengáis con historias. Si le falla la cabeza, no es bueno. Mariano García-Verdugo (1948), nuestro entrenador no se cansaba de responder cuando le decíamos refiriéndonos a un atleta Es muy bueno, pero le falla la cabeza. Nos costó entender que la fortaleza mental es clave para dar lo mejor de uno mismo en cualquier actividad, pero sobre todo en una cuyo motor principal es la competitividad, como el deporte de alto nivel. Saber canalizar el estrés que genera la gran competición hacia el rendimiento óptimo y no hacia el bloqueo marca una diferencia decisiva. Los mejores se crecen ante las dificultades, como le ha sucedido a Nadal este domingo en Melbourne o como le ocurría a Michael Jordan (1963) cuando se jugaba el anillo de la NBA.

En este blog hemos contado algunos casos de atletas que han dado lo mejor de sí en situaciones muy complicadas. La neerlandesa Fanny Blankers-Koen (1918-2004) tuvo que esperar doce años, enfrentada a las privaciones de una guerra y a la incomprensión de la sociedad de la época, para volver a los Juegos Olímpicos y ganar cuatro medallas de oro. El estadounidense Al Oerter (1936-2007) ganó cuatro oros olímpicos consecutivos en el lanzamiento de disco. En ninguna de la cuatro ocasiones era el favorito. Destaca especialmente su tercera victoria, en 1964, donde compitió lesionado con un aparatoso collarín. El británico Seb Coe (1956) consiguió revalidar su título olímpico de 1500 m tras una grave enfermedad, llegando a los Juegos muy justo de preparación y con una gran parte de la prensa de su país en contra de su selección.

También hay ejemplos en sentido contrario. Un atleta que nos sorprendió especialmente, tal vez porque entonces éramos adolescentes impresionables, fue el portugués Fernando Mamede (1951). Mamede comenzó su carrera atlética corriendo 800 y 1500 m, pruebas en las que fue olímpico en 1972. En 1976 en los 1500 m de los Juegos Olímpicos realizó 3:37.98 en las series, su mejor marca de siempre. Se clasificó para las semifinales, pero no entró en la final. A partir del año siguiente se cambió a distancias superiores. En 1978 conseguía el tope portugués de 5000 m, 13:17.76, que sería la quinta mejor marca mundial del año. Sin embargo en el campeonato de Europa no pasó de la 15ª posición. En 1980 realizaba 27:37.88, tiempo con el que acabó tercero en la lista mundial del año. No pudo acudir a los Juegos de Moscú debido a que su país secundó el boicot estadounidense. En 1981 obtenía el mayor éxito de su carrera deportiva al ser tercero en el Mundial de campo a través. En la pista se hacía con la plusmarca europea de 10 000 m, 27:27.7, a poco más de 5 segundos de la plusmarca mundial. En 1982 mejoró en 5000 m hasta 13:14.6 y en 10 000 a 27:22.95, a tan solo 0.55 de la plusmarca mundial. No pudo acudir al campeonato de Europa al aire libre por lesión.

Tras más de una década en el atletismo, Mamede había demostrado que era capaz de correr muy rápido, pero su rendimiento en la alta competición había sido discreto. Aunque ya había pasado de los treinta, cronométricamente no había dejado de mejorar. En 1983 se celebraban los primeros campeonatos del Mundo al aire libre. Mamede acudió a la prueba de 10 000 m con unos excelentes 27:25.13. Dio una magnífica impresión al ganar su semifinal con 27:45.54, pero en una lenta final, nunca tuvo opción y acabó el 14º, a 17 segundos del ganador. Terminó la temporada con marca personal en 5000 m, 13:08.54, tiempo líder mundial del año. En 1984, el portugués tenía una nueva oportunidad de demostrar su valía, esta vez en los Juegos Olímpicos. Sus antecedentes no lo acompañaban, pero se pensó que la historia podría cambiar tras su exhibición en Estocolmo el 2 de julio, cuando se hizo con la plusmarca mundial de 10 000 m con un tiempo de 27:13.81. Mamede había corrido la segunda parte de la carrera en 13:28.41, el último kilómetro alrededor de 2:30 y la última vuelta en 57.5, tiempos inéditos entonces en una carrera tan rápida. En la semifinal de los Juegos volvió a dar una buena impresión al imponerse fácilmente con 28:21.87, pero la final resultó absolutamente decepcionante. Con un ritmo muy lento, Mamede fue perdiendo posiciones hasta quedarse el último y abandonar poco antes de la mitad de la carrera, que se pasó en 14:18.84.

Fernando Mamede es un ejemplo de contrapunto a quienes dan lo mejor de sí en la peor situación, un atleta de enorme clase, capaz de aguantar ritmos muy exigentes y de terminar muy rápido, al que, sin embargo, la gran competición siempre lo atenazó. Si le falla la cabeza, no es bueno. Y así es, porque le impide dar lo mejor de sí mismo, desarrollar su potencial. La calidad y la capacidad de entrenamiento no son suficientes sin la fortaleza mental.

Haile Gebrselassie, el atleta de la eterna sonrisa (y III)

La victoria olímpica en el 10 000 m de los Juegos de 2000 fue el último gran triunfo en pista del etíope Haile Gebrselassie (1973). Aunque siguió manteniendo un alto nivel, numerosos problemas físicos, junto con la aparición de su compatriota Kenenissa Bekele (1982), que acabó superando sus registros, le impidieron reeditar los logros de su quinquenio mágico, de 1995 a 2000. Sin embargo, el pequeño corredor fue capaz, tras triunfar en la pista cubierta, al aire libre y en el campo a través, de reconvertirse en un excepcional corredor de maratón. Tras los Juegos de Sídney, Gebre se sometió a una operación de su maltrecho tendón de Aquiles. Corto de preparación, tomó parte en el Mundial de 10 000 m de 2001, donde fue bronce, 27:54.41, superado por el keniano Charles Kamathi (1978), 27:53.25 y por el también etíope Assefa Megebu (1978), 27:53.97. Dos meses después, preparando la transición al maratón, Gebre se proclamó campeón mundial de medio maratón con 1h00:03. El maratón llegó en la temporada siguiente, el 14 de abril de 2002 en Londres. Previamente había mejorado en medio maratón hasta 59:40. Sus rivales más fuertes eran el marroquí plusmarquista mundial de la distancia Khalid Khannouchi (1971), 2h05:42, y su viejo rival (y amigo) el keniano Paul Tergat (1969), que en la edición del año anterior había sido segundo con 2h08:15, su mejor registro. Los tres permanecieron juntos hasta los últimos tres kilómetros, en que el marroquí consiguió despegar primero a Gebre y posteriormente a Tergat. Khannouchi se hizo con la victoria con una nueva plusmarca mundial de 2h05:38, 10 segundos más rápido que Tergat, mientras Gebre era tercero con 2h06:35.

Gebre terminó una corta temporada en Qatar con una mejor marca mundial en 10 Km en ruta, con 27:02 (la World Athletics no admite plusmarcas mundiales en esta prueba). La primera incursión en la carretera del etíope había resultado positiva, si bien algo oscurecida porque su gran marca de maratón no sucedió en una carrera ganadora. En 2003, sin embargo, Gebre decidió volver a la pista. Preparó la temporada en sala, con un excelente resultado. Superó con 8:04.69 la mejor marca mundial de las dos millas y se hizo con su tercer oro en el Mundial de 3000 metros. Al aire libre su objetivo era el título mundial de 10 000 m. Poco antes corrió en 12:54.36 y 26:54.58, pero en ambas ocasiones no ganó la carrera. Había perdido su tremendo acelerón final. En el Mundial de París se produjo un cerradísimo duelo etíope, entre Gebre y Bekele. Este último logró imponerse con 26:49.57, un registro magnífico, pero que se convierte en superlativo si se tiene en cuenta que cubrió la segunda mitad de la prueba en unos sorprendentes 12:57.24. Gebre peleó hasta el final y consiguió la plata a 1.20 de su rival.

En 2004, Gebre estaba decidido a defender su título olímpico. Sin embargo, su tendón de Aquiles no operado no le dejó alcanzar la forma necesaria. Aun así hizo una buena pista cubierta, con 7:29.34, aunque resultó derrotado en una carrera de 2 millas. Al aire libre solo corrió un 10 000, en 26.41.51, donde fue segundo, y un 5000 en 12:55.51, que ganó. En la final olímpica de Atenas, su estado empeoró y solo pudo se quinto, con 27:27.70, a 22.20 del ganador Kenenissa Bekele. Tras los Juegos se sometió a una nueva intervención quirúrgica.

A partir de 2005 ya se centró casi completamente en la carretera. Esa temporada hizo con 47:23 la mejor marca mundial de las 10 millas en ruta y ganó el maratón de Berlín con mejor marca de 2h06:20. La temporada de 2006 comenzó en enero con plusmarca mundial de medio maratón, 58:55. También mejoró al paso la de 20 Km, con 55:48. En el maratón de Londres solo pudo ser noveno, con 2h09:05. Mejoró notablemente en septiembre, en Berlín, donde ganó con 2h05:56, a 1:01 de la plusmarca mundial de Paul Tergat. Cerró la temporada en Fukuoka en diciembre con una nueva victoria en 2h06:52.

La plusmarca mundial se resistía, pero Gebre se había adaptado perfectamente a la distancia. El año 2007 tampoco comenzó bien, con el abandono en Londres hacia el kilómetro 30. En junio, sin embargo, pudo superar la plusmarca mundial de la hora con 21 285 Km y un pase por los 20 Km, también plusmarca mundial, de 56:25.98. Finalmente, el 30 de septiembre en Berlín, Gebre pudo hacerse con el techo universal de la distancia más larga, con 2h04:26. La primera mitad se había pasado en 1h02:29. Aunque ya no poseía las plusmarcas mundiales de 5000 y 10 000, superadas por Bekele en 2004, se había convertido en el primer plusmarquista mundial en las tres distancias.

En 2008, mientras resolvía la duda de si correr el maratón olímpico, comenzó con la victoria en el maratón de Dubai en enero, con 2h04:53, muy cerca de su plusmarca mundial. Finalmente, decidió que la calidad del aire de Pekín podría perjudicarlo y renunció a intentar ser campeón olímpico de la distancia. Unos buenos 26:51.20, detrás de su compatriota Sileshi Shihine (1983), le dieron cierta seguridad para afrontar el 10 000 olímpico. No se quedó muy lejos de las medallas. En una carrera ganada por Bekele con nueva plusmarca olímpica de 27:01.17, fue sexto con 27:06.58 a 2.57 del bronce. Poco más de un mes después, Gebre volvía a demostrar su condición de mejor maratoniano del momento, con una nuevo plusmarca mundial, en Berlín, de 2h03:59, con un pase intermedio de 1h02:04.

En 2009 volvió a ganar en Dubai, 2h05:29 y Berlín 2h06:08. En 2010 se hizo con un nuevo triunfo en Dubai, 2h06:09, pero abandonó en Nueva York. Ese día anunció su retirada del atletismo. Sin embargo aún continuó tres temporadas más con buen nivel, si bien con un rendimiento decreciente. No corrió ningún maratón en 2011. En 2012 realizó 2h08:17 en Tokio y 27:20:39 en 10 000, ya con treinta y nueve años. En 2013, con cuarenta, aún fue capaz de correr un medio maratón en 1h00:41. Ese año puso punto final a su carrera atlética de más de veinte años.

Desde su retirada, Gebre se ha dedicado a múltiples negocios que abarcan inmobiliarias, hoteles o plantaciones de café. De 2016 a 2018 fue el presidente de la Federación etíope de atletismo. Su longeva carrera atlética ha sido superlativa, lo que lo ha convertido en uno de los mejores corredores de fondo de todos los tiempos. Fue dos veces oro olímpico, cuatro veces campeón mundial al aire libre y otras cuatro en pista cubierta, además de haber superado veinticuatro plusmarcas mundiales. Tal vez podría haber sido incluso mejor si hubiese considerado el 5000 en las grandes competiciones, pero solo lo hizo en el Mundial de 1993, con una magnífica plata.

Plusmarcas mundiales superadas por Haile Gebrselassie

Aire libre 5000 m 12:56.96 4 Junio 1994 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 2 millas* 8:07.46 28 Mayo 1995 Kerkrade, Países Bajos
Aire libre 10 000 m 26:43.53 5 Junio 1995 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 5000 m 12:44.39 16 Agosto 1995 Zúrich, Suiza
Pista cubierta 5000 m 13:10.98 27 Enero 1996 Sindelfingen, RFA
Pista cubierta 3000 m 7:30.72 4 Febreroy 1996 Stuttgart, RFA
Pista cubierta 5000 m 12:59.04 20 Febrero 1997 Estocolmo, Suecia
Aire libre 2 millas* 8:01.08 31 Mayo 1997 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 10 000 m 26:31.32 4 Julio 1997 Oslo, Noruega
Aire libre 5000 m 12:41.86 13 Agosto 1997 Zúrich, Suiza
Pista cubierta 3000 m 7:26.15 25 Enero 1998 Karlsruhe, RFA
Pista cubierta 2000 m 4:52.86 15 Febrero 1998 Birmingham, Reino Unido
Aire libre 10 000 m 26:22.75 1 Junio 1998 Hengelo, Países Bajos
Aire libre 5000 m 12:39.36 13 Junio 1998 Helsinki, Finland
Pista cubierta 5000 m 12:50.38 14 Febrero 1999 Birmingham, Reino Unido
Ruta 10 Km 27:02 11 Diciembre 2002 Doha, Qatar
Pista cubierta 2 millas* 8:04.69 21 Febrero 2003 Birmingham, Reino Unido
Ruta 10 millas* 44:24 4 Septiembre 2005 Tilburg, Países Bajos
Ruta 20 Km 55:48+ 15 Enero 2006 Tempe, Arizona, EUA
Ruta Medio maratón 58:55 15 Enero 2006 Tempe, Arizona, EUA
Aire libre 20 000 m 56:25.98+ 27 Junio 2007 Ostrava, República Checa
Aire libre 1 hora 21 285 m 27 June 2007 Ostrava, República Checa
Ruta Maratón 2h04:26 30 Septiembre 2007 Berlin, RFA
Ruta Maratón 2:03:59 28 Septiembre 2008 Berlin, RFA

*Mejor marca mundial

Haile Gebrselassie, el atleta de la eterna sonrisa (II)

En la temporada invernal anterior a los Juegos Olímpicos de 1996, Haile Gebrselassie (1973) demostró ser un verdadero todoterreno. El 21 de enero comenzó ganando la prueba de campo a través de Itálica, batiendo por seis segundos a un joven keniano, plusmarquista mundial junior (sub20) de 5000 m, 12:56.15, llamado Daniel Komen (1976). El 27 de enero se hizo con la plusmarca mundial de 5000 m en pista cubierta, 13:10.98, y 8 días más tarde, con la de 3000 m, 7:30.72. No volvió a competir hasta marzo, en el Mundial de Campo a Través, donde ocupó la quinta posición. Al aire libre también compitió muy poco. En mayo mejoró su mejor marca de 1500 m hasta 3:34.64. Hizo otro 1500 algo más lento y un 3000 en 7:34.66. Su siguiente carrera fue ya en Atlanta, en los Juegos Olímpicos. Como en el anterior Mundial, prefirió tomar parte solamente en los 10 000 m. La final de esta prueba fue excelente, con un mano a mano entre Gebre y el keniano campeón del mundo de campo a través, Paul Tergat (1969). La mitad de la carrera se pasó en un tranquilo 13:55.22. A falta de dos kilómetros, Tergat dio un fuerte tirón con un 800 en 2:02.3. Solo Gebre pudo aguantar. El etíope se colocó en cabeza justo con el toque de la campana. Fue abriendo un hueco que acabó siendo definitivo. Gebre ganaba su primera medalla de oro olímpica con 27:07.34, con 57.49, 2:31.56 y 13:11.4 los últimos 400, 1000 y 5000 m. Tergat llegó a 0.83 del vencedor.

Tras los Juegos, Gebre acudió a los 5000 m de la reunión de Zúrich, donde se produjo una gran sorpresa, al resultar derrotado por Komen, que no se había clasificado para los Juegos al haber sido cuarto en las pruebas kenianas de selección. Komen se impuso con 12:45.09, 7.61 menos que el etíope. Poco antes de los Juegos, Komen había superado la plusmarca keniana de 5000 m con 12:51.60 y la mejor marca mundial de las dos millas (la World Athletics no reconoce plusmarcas mundiales en esta prueba) con 8:03.54. Tras la carrera de Zúrich, Gebre dio por terminada su temporada de pista, mientras Komen realizaba el 1 de septiembre en Rieti la estratosférica plusmarca mundial aún vigente de 7:20.67.

Pese a la presencia de Komen, cuyo rendimiento se fue difuminando a partir de 1998, el ciclo olímpico hasta los Juegos de 2000 fue una cadena de éxitos para Gebrselassie, que demostró una incontestable superioridad. En la temporada invernal de 1997 se dedicó íntegramente a la pista cubierta. Mejoró en 1500 m hasta 3:32.39, detrás del marroquí Hicham El Guerrouj (1974), 3:31.18, plusmarca mundial, y en 5000 m, con una nueva plusmarca mundial en sala de 12:59.04. En el Mundial en pista cubierta, se impuso con cierta facilidad en los 3000 m, con 7:34.71. La temporada al aire libre comenzó con una nueva mejor marca mundial de las dos millas, 8:01.08. El 4 de julio, en los Bislett Games de Oslo, el etíope recuperó la plusmarca mundial de los 10 000 m, que había perdido el año anterior tras los Juegos, a manos del marroquí Salah Hissou (1972), bronce olímpico en la prueba, con 26:38.08. Gebre se quedó solo antes de la mitad de la carrera. Corriendo solo contra el reloj se fue a 26:31.32.



La siguiente parada tuvo lugar un mes después, el campeonato del mundo de 10 000 m de Atenas. Gebre se mantuvo detrás de Tergat y de Hissou. Cambió a falta de 500 metros. La reacción de Tergat fue tardía. Se repitió el podio de Atlanta con Gebre, 27:24.58, Tergat, 27:25.62, y Hissou, 27:28.67.

Tras los Juegos, tocaba la reunión de Zúrich, el 13 de agosto. En aquella época los atletas mantenían la forma durante semanas después del gran campeonato del año, lo que daba lugar a excelentes registros. La ciudad suiza fue testigo de un formidable duelo en la prueba de 5000 m entre Gebre y Komen, reciente campeón mundial de la distancia. Antes del Mundial, el keniano había roto la barrera de los 8:00.00 en las dos millas, 7:58.61. Con un pase de 7:38.07, los dos atletas se mantuvieron juntos hasta los últimos 200 m, que el etíope corrió en 26.6. Su tiempo de 12:41.86 era una nueva plusmarca mundial. Komen fue segundo con 12:44.90, mientras Tergat llegaba tercero con 12:49.87.

Gebre había ganado el campeonato del mundo y superado. otra vez, las plusmarcas mundiales de 5000 y 10 000 m. Esa temporada terminaría con tan solo dos derrotas, en el 1500 ya reseñado en pista cubierta y en un 800 también en sala. Y, sin embargo, al final de la temporada perdió las dos plusmarcas mundiales que poseía. El 28 de agosto, en Bruselas, los tres protagonistas de la carrera de Zúrich, decidieron no coincidir. Se programó, por este orden, un 3000, un 5000 y un 10 000. Gebre ganó la prueba más corta, con su mejor marca, 7:26.02, pero a más de 5 segundos de la plusmarca mundial de Komen. Este fue el protagonista de los 5000 m, con una nueva plusmarca mundial de 12:39.74. Poco después, Tergat también rompía el techo universal de los 10 000 m con 26:27.85. En una tarde, Gebre se quedaba sin sus dos joyas de la corona.

Tergat continuaría siendo un formidable rival para Gebre durante los años siguientes. Komen, sin embargo, comenzó con un rendimiento menguante a partir de 1998. Esa temporada aún fue capaz de mejorar las plusmarcas mundiales en pista cubierta de 3000 m, 7:24.90, y 5000 m, 12:51.48. Precisamente la anterior plusmarca mundial de 3000 m era de Gebre, que unos días antes había hecho 7:26.15. El etíope también mejoró en 1500 m, 3:31.76, su mejor marca de siempre en cualquier pista, y realizó la plusmarca mundial de 2000 m en sala con 4:52.86. Al aire libre, su objetivo era recuperar las plusmarcas mundiales perdidas de 5000 y 10 000 m y no tuvo que esperar a que la temporada estuviese muy avanzada para hacerlo. El 1 de junio en Hengelo, con un ritmo muy uniforme y un pase de 13:11.53, mejoraba hasta 26:22.75 en los 10 000 m, y doce días después, en Helsinki, con un pase de 7:38.93, restaba unas centésimas al registro de Komen con 12:39.36. Fueron sus últimas plusmarcas mundiales en ambas distancias.

Salvo por una derrota en 800 m en pista cubierta, Gebre terminó el año imbatido. Consiguió también mejorar en 3000 m con 7:25.54 y 7:25.09, lejos, sin embargo, de la plusmarca mundial de Komen.

En 1999, Gebre decidió intentar el doblete 1500/3000 en el Mundial en sala. Antes del campeonato se mostró en muy buena forma con 7:26.80, 3:34.28 y 12:50.38, este último tiempo, plusmarca mundial de 5000 m en pista cubierta. En el Mundial tuvo que emplearse a fondo para poder cumplir el objetivo del doblete, que finalmente consiguió. No se lo pusieron fácil los kenianos Paul Bitok (1970), al que batió por 0.22 en un 3000 táctico, ni Laban Rotich (1969), al que superó por 0.21 en el 1500. Al aire libre cerró la temporada con una nueva victoria en el campeonato mundial de 10 000 m, volviendo a batir a Tergat, 27:57.27 frente a 27:28.56, con un último 400 en 54.4.

Gebre acabó la temporada con problemas en el tendón de Aquiles, lo que le hizo reducir notablemente sus carreras en 2000. No compitió durante el invierno. Con la mirada puesta en la final olímpica de 10 000 m, que se celebraría en Sídney a finales de septiembre, el etíope solo tomó parte en cuatro carreras antes de los Juegos, todas de 5000 m. En todas ellas resultó el vencedor, siempre por estrecho margen. Su mejor marca fue 12:57.95. Los 10 000 m de Sídney supusieron su victoria más difícil. Con un pase de 13:45.88, Gebre se mantuvo siempre en los puestos de cabeza. A falta de 250 m, un cambio seco de Tergat parecía terminar con la carrera, pero en una bellísima última recta, el keniano y el etíope mantuvieron un durísimo e igualadísimo mano a mano, que se decantó del lado del segundo, por tan solo 0.09. El tiempo de Gebre fue de 27:18.21. Tergat había corrido el último 200 en 26.0, pero Gebre fue más rápido, 25.4.

Después de los Juegos, Gebre se intervino quirúrgicamente de sus problemas en el tendón de Aquiles. No volvería a ganar ningún gran campeonato en pista al aire libre, pero todavía le quedaba muchas carretera por delante.