Grandes triunfadores en los Campeonatos de Europa de pista cubierta

Del 2 al 5 del próximo mes de marzo tendrá lugar en Estambul la 37ª edición de los Campeonatos de Europa de pista cubierta, que se celebraron por primera vez en Viena en 1970, hasta 1990 con periodicidad anual, a partir de entonces pasaron a ser bienales. La IAAF, hoy World Athletics, organizaba desde 1987 el Campeonato del Mundo de pista cubierta, cada dos años. Esto hizo que inicialmente los años pares hubiese Europeo y los impares Mundial, hasta que se cambió en 2004, cuando se pasó el Mundial a los años pares. De este modo hubo dos Mundiales en años consecutivos, 2003 y 2004, mientras el Europeo hubo de esperar de 2002 a 2005. De 1966 a 1969 tuvieron lugar los Juegos Europeos en pista cubierta, competición antecesora de los Campeonatos, cuya primera edición fue en la ciudad alemana de Dortmund y la tercera en Madrid en 1968.

El primer Europeo, de 1970, fue un éxito con seis mejores marcas mundiales superadas (la plusmarcas mundiales en sala no se reconocerían hasta 1987) y una igualada. Destacó especialmente la mejor marca mundial de 3000 m del británico Ricky Wilde (1945-2019), 7:46.85, por delante del alemán Harald Norporth (1942), subcampeón olímpico de 5000 m en 1964, 7:49.50, y del español Javier Álvarez Salgado (1943), 7:52.45, mejor marca española, hasta el 1 de enero de 1987, y, oficialmente, efímera plusmarca nacional, hasta el 22 de febrero de ese año, en que se superó. España tuvo una muy buena actuación con otras dos medallas, plata en 800 m para Juan Borraz (1946) y bronce en salto de longitud para Rafael Blanquer (1945). En total, durante la historia de esta competición, España ha ganado 119 metales, 33 oros, 48 platas y 18 bronces. Ocupa el puesto histórico 9º, a un oro de Italia. De las 37 ediciones, cuatro tuvieron lugar en suelo español, San Sebastián en 1977, Madrid en 1986 y 2005 y Valencia en 1998.

Aunque no siempre los mejores han tomado parte en este campeonato, ha habido unos cuantos ilustres que han dominado en diferentes épocas su especialidad en estos campeonatos. En categoría masculina, el atleta más laureado es el ucraniano Valeriy Borzov (1949), que competía con la Unión Soviética. Ganó siete oros, todos ellos en los 60 metros lisos, de 1970 a 1977, con la excepción de 1973, año en que no participó. Borzov es uno de los mejores velocistas europeos de siempre, doble campeón olímpico de 100 y 200 m en 1972, así como campeón de Europa de 100 m en 1969, 1971 y 1974 y de 200 m en 1971.

Un clásico de estos campeonatos fue el alemán Thomas Wessinhage (1952) en los años 70 y 80. Es el atleta que más medallas ha obtenido en esta competición, con un total de doce, seis de oro. Fue campeón del relevo 4×720 m en 1972 y 1973, prueba que ya no se disputa, y de 1500 m en 1975, 1980, 1981 y 1983. Al aire libre fue campeón de Europa de 5000 m en 1982 y llegó a tener, con 3:31.58, la segunda mejor marca de 1500 m de siempre en 1980.

Seis medalla de oro se llevó también de estos campeonatos el saltado de triple georgiano, entonces soviético, Viktor Saneyev (1945-2022), en los años 1970, 1971, 1972, 1975, 1976 y 1977. Saneyev fue uno de los mejores triplistas de siempre, con tres oros y una plata olímpicos y dos oros continentales al aire libre.

El campeón olímpico de salto de altura en 1984, el alemán Dietmar Mögenburg (1961) fue un habitual del Europeo en sala, donde se hizo con ocho medallas, cinco de oro, una de plata y dos de bronce. Se proclamó campeón en 1980, 1982, 1984, 1986 y 1989. En 1982 fue también campeón de Europa al aire libre.

También con seis cinco oros, y un bronce, figuran el velocista polaco Marian Woronin (1957) y el mediofondista español José Luis González (1957). Ambos coincidieron por primera vez en el Campeonato de Europa Junior de 1975, donde obtuvieron sendos bronces, el polaco en 100 m y el español en 3000 m. Woronin, que en 1984 fue plusmarquista europeo con 10.00 (9.992), ganó los 60 m lisos en el Europeo en sala en 1979, 1980, 1982 y 1987. En 1982 ganó los 50 m lisos, que, por las reducidas dimensiones de la instalación de Grenoble, se celebraron en lugar de los 60 m. Su mayor logro individual al aire libre fue un bronce en 100 m en el Europeo de 1978. Por su parte, González ganó los 1500 m en 1982, 1985 y 1986 y los 3000 m en 1987 y 1988. Al aire libre fue subcampeón mundial de 1500 m en 1987.

En categoría femenina, la atleta más laureada es la lanzadora de peso checa, entonces checoslovaca, Helena Fibingerová (1949), con once medallas, ocho de oro y tres de plata. Fibingerová ganó en 1973, 1974,1975, 1977, 1980, 1983, 1984 y 1985. Todavía posee la plusmarca mundial en pista cubierta, 22.50 m desde 1977. Al aire libre su mayor logro fue el oro en el primer Campeonato del Mundo de 1983.

La neerlandesa Nelli Cooman (1964), de fulgurante salida, se hizo con ocho medallas en estos Europeos bajo techo, seis oros y dos bronces, todas en 60 metros. Sus victorias sucedieron en 1985, 1986, 1987, 1988, 1989 y 1994. Fue plusmarquista mundial de la distancia con 7.00. Al aire libre fue bronce en 100 m en el Europeo de 1986.

La alemana Marlies Göhr (1958), campeona mundial de 100 m en 1983 y varias veces plusmarquista mundial, compitió también con mucho éxito en la pista cubierta. Fue medallista en nueve ocasiones, con cinco oros, dos platas y dos bronces. Se llevó la victoria en 60 m lisos en 1977, 1978, 1979, 1982 y 1983.

Cinco oros, junto con una plata y un bronce, ganó también la rumana Doina Melinte (1956), campeona olímpica de 800 m en 1984. Fue oro en 800 m en 1982 y 1989 y en 1500 m en 1985, 1988 y 1990.

A partir del día 2 de marzo volveremos a tener la oportunidad de ver esta competición en la que nunca están todos los que son, pero en la que los que están suelen hacerlo muy bien.

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El oro de Mariano García y las medallas españolas en los Mundiales de pista cubierta

El oro obtenido ayer por el murciano Mariano García (1997) en los 800 m del campeonato del mundo de pista cubierta, que se ha celebrado en Belgrado, es el segundo del atletismo español en la historia de esta competición, tras el triunfo del leonés Manuel Martínez (1974) en el lanzamiento de peso de la edición de 2003. Mariano García se incorporó a la élite nacional de los 800 m en 2019 cuando se proclamó campeón de España tanto en pista cubierta como al aire libre y registró 1:45.67 al aire libre. En el ámbito internacional, hasta su victoria en este Mundial, su mejor resultado había sido la cuarta plaza en el Europeo en sala de 2019. El año pasado consiguió mejorar su marca personal de 800 m por una centésima y en pista cubierta. Sin embargo tuvo un verano plagado de problemas físicos. Este año llegó a Belgrado con 1:45.12, mejor marca mundial del año y plusmarca española en sala. En una carrera en la que se pasó en 50.50 por la mitad, supo colocarse y atacar en el momento adecuado, lo que le valió el oro con 1:46.20. El salmantino Álvaro de Arriba (1994), que lo había derrotado en el campeonato de España, fue cuarto a 0.05 del bronce.

El atletismo español ha ganado un total de 36 medallas en esta competición, 2 de oro, 19 de plata y 15 de bronce. La primera edición del Mundial en sala se celebró en 1987. En 1985 la IAAF, hoy World Athletics, había organizado una competición en pista cubierta de ámbito mundial que llamó Juegos Mundiales. España tuvo una destacada actuación con cuatro medallas, oro y plata en 800 m para el leonés Colomán Trabado (1958) y el madrileño Benjamín González (1958-2011), y otras dos platas para el toledano José Luis González (1957) en 1500 m y el oscense Javier Moracho (1957) en 60 m vallas. El éxito de estos juegos hizo que la IAAF los convirtiese en campeonatos. En la primera edición de estos campeonatos, celebrada en Indianápolis en 1987, España ganó una medalla. El cántabro José Manuel Abascal (1958), bronce olímpico en 1500 en 1984, fue plata, detrás del irlandés Marcus O’Sullivan (1960), que repetiría oro en 1989 y 1993.

En la edición de 1989, José Luis González fue subcampeón del mundo en un gran 3000, en el que venció el marroquí Said Aouita (1959). González, que había sido plata en el Mundial de 1500 m al aire libre en 1987, derrotó al subcampeón olímpico de 5000 m, el alemán Dieter Baumann (1965), bronce. La otra medalla española fue para el catalán Cayetano Cornet (1964), bronce en 400 m. En 1991, los campeonatos se celebraron en Sevilla. El equipo español se preparó a conciencia, con un resultado de tres medallas de plata y una de bronce. El cántabro Tomás de Teresa (1968), campeón de Europa junior en 1987, fue segundo en 800 m, detrás del campeón olímpico y plusmarquista mundial en sala, el keniano Paul Ereng (1967). Ese mismo año de Teresa sería finalista en el Mundial al aire libre, la mejor prestación de un español en un 800 de ámbito mundial hasta la llegada de Adrián Ben (1998). En 1500 m se presentaron internacionalmente los dominadores de la prueba en los siguientes años. El ganador, el argelino Nourredine Morceli (1970), sería tres veces campeón mundial al aire libre y campeón olímpico en 1996, mientras que el soriano Fermín Cacho (1969), plata, se haría con el oro olímpico en 1992. La española de adopción, nacida en Kansas, Sandra Myers (1961) ganó la tercera plata, en los 400 m, distancia en la que alcanzaría bronce ese año en el Mundial al aire libre. Cayetano Cornet repitió el bronce de la edición anterior.

Tras los Juegos Olímpicos de 1992, el Mundial bajo techo de 1993 se celebró en Toronto. España se volvió con el bronce del granadino Enrique Molina (1968) en los 3000 m. Molina, que superaría en dos ocasiones la plusmarca española de 5000 m, sería sexto en la final olímpica de 5000 de 1996 y octavo en la del Mundial de 1997. En 1995 la competición volvía a España, a Barcelona. Se ganaron dos platas y un bronce. El mallorquín Mateo Cañellas (1972) fue segundo en los 1500 m, tras la emergente estrella marroquí Hicham El Guerrouj (1974), mientras el riojano Anacleto Jiménez (1967) obtuvo la misma posición en los 3000 m. Tanto Cañellas como Jiménez serían campeones de Europa en pista cubierta en 1996 y este último plusmarquista español de 5000 m ese mismo año. El bronce en este Mundial en sala fue para la alavesa Mayte Zúñiga (1964), séptima en la final olímpica de 800 m en 1988 y sexta en la de 1992 de 1500 m, en los 1500 m. No hubo medallas para España en la edición de 1997. En 1999, en la ciudad japonesa de Maebashi, se ganó una plata y un bronce. El formidable saltador de longitud asturiano, el malogrado Yago Lamela (1977-2014), mantuvo un duro duelo con el cubano Iván Pedroso (1972), que acabó imponiéndose con 8.62 m, 6 cm más que Lamela, plata. En los 1500 m, el coruñés Andrés Díaz (1969) acababa de hacer plusmarca europea de la distancia en pista cubierta. Fue bronce en un 1500 muy rápido ganado por el etíope Haile Gebrselassie (1973).

Tras su ausencia en los Juegos de Sídney por baja forma, el barcelonés Reyes Estévez (1976), bronce en los mundiales al aire libre en 1997 y 1999, acudió al Mundial en pista cubierta de Lisboa muy motivado para ganar el oro. En una carrera lenta, mantuvo una cerrada pugna con el portugués, medalla de bronce olímpica en 2000, Rui Silva (1977), quien lo superó por 0.14. España se llevó otros tres metales, todos bronces, el madrileño Alberto García (1970) en 3000 m, Manolo Martínez en el lanzamiento de peso y la nacida cubana Niurka Montalvo (1968) en el salto de longitud, prueba en la que había sido campeona mundial al aire libre en 1999.

En la edición de 2003, celebrada en Birmingham, España obtuvo su único oro hasta el de Mariano García de ayer. Manolo Martínez se impuso en el lanzamiento de peso, en el entonces mayor éxito de su carrera deportiva, posteriormente superado por el diferido bronce olímpico de 2004. Martínez se colocó en cabeza con un segundo lanzamiento de 21.14 m, pero el estadounidense John Godina (1972), tres veces campeón del mundo al aire libre, lo superó en la siguiente ronda con 21.23 m. Sus dos anteriores lanzamientos habían sido nulos, como lo fueron los dos siguientes. El español tampoco mejoró en la cuarta y quinta rondas, por lo que cuando le tocaba lanzar por sexta vez era segundo. Sin embargo, un tiro de 21.24 m lo colocó en cabeza y le dio el oro, pues Godina se quedó en 20.66 m en su último intento.

Aparentemente, el Mundial de 2003 fue el mejor para el atletismo español. Además del oro de Manolo Martínez, Lamela repitió la plata de la edición anterior, Alberto García fue segundo en el 3000, la palentina Marta Domínguez (1975) ocupó la misma posición en la carrera femenina y la nacida nigeriana Gloria Alozie (1977) también fue segunda en los 60 m vallas. Desgraciadamente estos tres últimos atletas acabarían sancionados por infringir diferentes normas respecto a las sustancias prohibidas. Hubo otra medalla más para España, el bronce en los 800 m de la vallisoletana Mayte Martínez (1976), en una carrera de altísimo nivel ganada por la mozambiqueña María Mutola (1972). Martínez alcanzaría el mayor éxito de su carrera deportiva con la medalla de bronce en el Mundial al aire libre de 2007.

Tras el Mundial de 2003, la cosecha española de preseas se redujo notablemente. En 2004 la World Athletics decidió trasladar la competición a los años pares, empezando por ese mismo año. España se marchó de Budapest, nuevamente sede del Mundial, sin medallas. En 2006, en Moscú, Gloria Alozie fue plata. La cántabra Ruth Beitia (1979) ganó el bronce, una de sus primeras medallas en campeonatos internacionales, que culminaría con el oro olímpico en 2016. La valenciana Concha Montaner (1981) también se hizo con la medalla de bronce, en salto de longitud. En Valencia, precisamente, se celebró la edición de 2008, por tercera vez en España. El resultado fue inferior a las otras dos ediciones en suelo español. Tan solo el burgalés Juan Carlos Higuero (1978) se subió al podio con su bronce en 1500 m. Ese mismo año sería cuarto en los Juegos Olímpicos.

En 2010, en Doha, el leonés Sergio Sánchez (1982), que venía de hacer plusmarca europea de 3000 m, 7:32.41, se proclamó subcampeón mundial. Sánchez nunca fue capaz de transferir sus resultados de la pista cubierta al aire libre. En 2013 recibió una sanción de dos años por haber sido positivo en un control de sustancias prohibidas. En esa misma edición la tarraconense Natalia Rodríguez (1979) fue plata en 1500 m y Ruth Beitia ocupó el mismo puesto en el salto de altura. Rodríguez había resultado descalificada tras cruzar la meta en primer lugar en el campeonato mundial al aire libre del año anterior. Ese año 2010 se haría con el bronce en el Europeo al aire libre, metal que repitió en el Mundial del año siguiente.

España se fue de vacío de Estambul, donde tuvo lugar la edición de 2012. En 2014 en Portland tan solo Ruth Beitia consiguió metal, al ser tercera en el salto de altura. La propia Beitia hizo que España figurase en el medallero del Mundial 2016, celebrado en la ciudad polaca de Sopot, al conseguir la plata. En 2018, nuevamente en Birmingham, España se tuvo que conformar con dos bronces. Ello pese a que el palentino Óscar Husillos (1993) fue el primero en los 400 m, con una magnífica plusmarca europea de 44.92. El exceso de celo de los jueces, que probablemente superaron la plusmarca mundial de descalificaciones en este Mundial, al interpretar de forma excesivamente estricta la norma de no pisar en la calle interior, supuso la descalificación del español. Hoy día no habría sucedido, pues la norma se ha modificado, precisamente para evitar estas absurdas exclusiones. Los bronces fueron en 800 m para el leonés Saúl Ordóñez (1994), que ese mismo año en la temporada estival se convirtió en plusmarquista español absoluto de la distancia, y para la gallega Ana Peleteiro (1995), en el triple salto, también bronce en los últimos Juegos Olímpicos.

La siguiente edición se tendría que haber celebrado en 2020 en la ciudad china de Nanjing, pero la pandemia por SARS CoV-2 obligó a trasladarla a 2023. En el Mundial de 2022 que acaba de terminar, España tenía tres o cuatro opciones de medalla, una de oro, con Mariano García, que se cumplió, dos de bronce con el catalán de adopción Adel Mechaal (1991) y Ana Peleteiro, y la posibilidad del relevo 4 x 400 m. Mechaal había superado con 7:30.82 la plusmarca europea de 3000 m, pero parecía que su forma había disminuido en los últimos días. Peleteiro no había hecho una gran temporada, pero se confiaba en su capacidad competitiva. Sin embargo, ocuparon la séptima y la octava posición, respectivamente, Mechaal en una carrera táctica, y Peleteiro haciendo su mejor marca del año, en un concurso donde la venezolana Yulimar Rojas (1995), camino de los 16 metros, superó con 15.74 m su propia plusmarca mundial absoluta.

El relevo ha tenido una actuación magnífica. Tras ganar la segunda serie, Bruno Hortelano (1991), Iñaki Cañal (1997), Manuel Guijarro (1998) y Bernat Erta (2001), afrontaron la final con el objetivo de la medalla, incluso del oro, que pareció posible durante gran parte de la prueba. Finalmente Bélgica consiguió superar al cuarteto español, que mantuvo la plata en la última recta ante el acoso neerlandés.

Del resto de la actuación española ha vuelto a destacar el vallista navarro Asier Martínez (2000), que ya demostró su enorme capacidad competitiva con su sexto puesto en los Juegos Olímpicos. En el 60 m vallas, tras superar una eliminatoria en la estuvo por debajo de lo esperado e igualar su marca en la semifinal, 7.55, fue brillante cuarto en la final con 7.57. Su futuro es espléndido. También ha destacado la castellonense Claudia Conte (1999), sexta con marca personal en el pentatlón. Otros buenos resultados fueron las séptimas posiciones de la valenciana Fátima Diame (1996) en el salto de longitud y del alicantino Jorge Ureña (1993) en el heptatlón, con muchos problemas físicos, así como el octavo puesto de la salmantina Lorena Martín (1996) en los 800 m. En total, España ha colocado diez atletas entre los ocho primeros

En Belgrado se ha cerrado la temporada invernal. En el verano esperan el Mundial de Eugene y el Europeo de Múnich.

Medallas españolas en los Campeonatos Mundiales de Pista Cubierta

José Manuel Abascal plata 1500 m 1987
José Luis González plata 3000 m 1989
Cayetano Cornet bronce 400 m 1989
Tomás de Teresa plata 800 m 1991
Fermín Cacho plata 1500 m 1991
Sandra Myers plata 400 m 1991
Cayetano Cornet bronce 400 m 1991
Enrique Molina bronce 3000 m 1993
Mateo Cañellas plata 1500 m 1995
Anacleto Jiménez plata 3000 m 1995
Maite Zúñiga bronce 1500 m 1995
Yago Lamela plata longitud 1999
Andrés Díaz bronce 1500 m 1999
Reyes Estévez plata 1500 m 2001
Alberto García bronce 1500 m 2001
Manolo Martínez bronce peso 2001
Niurka Montalvo bronce longitud 2001
Manolo Martínez oro peso 2003
Alberto García plata 3000 m 2003
Yago Lamela plata longitud 2003
Marta Domínguez plata 3000 m 2003
Gloria Alozie plata 60 m v 2003
Mayte Martínez bronce 800 m 2003
Gloria Alozie plata 60 m v 2006
Ruth Beitia bronce altura 2006
Concha Montaner bronce longitud 2006
Juan Carlos Higuero bronce 1500 m 2008
Sergio Sánchez plata 3000 m 2010
Natalia Rodríguez plata 1500 m 2010
Ruth Beitia plata altura 2010
Ruth Beitia bronce altura 2014
Ruth Beitia plata altura 2016
Saúl Ordóñez bronce 800 m 2018
Ana Peleteiro bronce triple salto 2018
Mariano García oro 800 m 2022
Equipo nacional* plata relevo 4 x 400 m 2022

*Bruno Hortelano, Iñaki Cañal, Manuel Guijarro, Bernat Erta

En 1985 se celebraron los Juegos Mundiales en Pista Cubierta, que no tuvieron categoría de campeonatos. España ganó cuatro medallas, Colomán Trabado, oro en 800 m, Benjamín González, plata en 800 m, José Luis González, plata en 1500 m y Javier Moracho, plata en 60 m vallas

En Toruń los atletas europeos han vuelto a la alta competición

Toruń es una ciudad polaca de 200 000 habitantes, situada en la orilla del Vístula. Esta temporada invernal se ha convertido en un lugar clave para el atletismo europeo. La última gran competición para los atletas del Viejo Continente había tenido lugar en Doha, con el Mundial al aire libre de 2019. La pandemia impidió la celebración del Mundial en sala de Nankin y del Europeo al aire libre de París, y aplazó los Juegos Olímpicos de Tokio. Desde el jueves 4 hasta hoy, 7 de marzo, en Toruń se han celebrado los Campeonatos de Europa de Pista Cubierta. Ha resultado una buena competición, con atletas en forma y con una más que buena actuación del equipo español. Sin embargo, esta competición se ha visto envuelta en cierta polémica por un exceso de celo con la aplicación de las normas, que ha dado lugar a un rosario de descalificaciones y recalificaciones, con criterios irregulares.

El 1500 masculino era, sin duda, una de las mayores atracciones de la competición. La presencia del reciente plusmarquista europeo con 3:31.80, el noruego Jakob Ingebrigtsen (2000), concitaba una enorme atención. A priori su máximo rival era el polaco Marcin Lewandowski (1987), quien en el Europeo anterior había frustrado el doblete del nórdico en el 1500 y el 3000. Los españoles Jesús Gómez (1991) e Ignacio Fontes (1998), tras su gran actuación en las semifinales también estaban entre los favoritos para el podio. El noruego se impuso sin apenas oposición, tras colocarse en cabeza a los 200 m de carrera. La sorpresa saltó cuando los jueces decidieron descalificar al ganador, por pisar fuera tras un encontronazo con el polaco Michal Rozmys (1995).

Ingebrigtsen intenta pasar a Rozmys, que no protegía bien la cuerda, y acaba empujando al polaco. Este le devuelve el empujón, el noruego se desequilibra y pisa fuera. La descalificación es por pisar fuera, pero es fruto de un empujón, y la acción en absoluto beneficia al noruego, sino todo lo contrario. Finalmente, la apelación de la Federación Noruega, amenazas de retirada incluidas, dio lugar a la recalificación. Por acciones similares, aunque no provocadas, en las que el atleta no había obtenido ninguna ventaja, se privó del oro olímpico de obstáculos en Río al keniano Ezekiel Kemboi (1982) y del oro mundialista en sala de los 400 m en 2018 al español Óscar Husillos (1993). En este caso, aplicando a rajatabla en reglamento, tal vez se tendría que haber descalificado tanto a Ingebrigtsen como a Rozmys por haberse empujado mutuamente. El problema es que si se hace esto puede que acabe habiendo más medallas que atletas. Quizá debería tenerse en cuenta como criterio principal si el atleta infractor se beneficia, bien directamente, bien porque perjudica a otros. Ninguno de estos dos supuestos se da en este caso.

Ingebrigtsen ha sido el gran triunfador de este campeonato con su doble oro en los 1500 y en los 3000 m, inédito en las historia de los campeonatos. Otros atletas destacados han sido los plusmarquistas mundiales de salto con pértiga, el sueco Armand Duplantis (1999), y de decatlón, el francés Kevin Mayer (1992). El primero se impuso fácilmente con 6.05 m, ausente a última hora por lesión su gran rival, el francés Renaud Lavillenie (1986). Mayer, por su parte, se hizo con el oro en el heptatlón, con notable superioridad sobre sus rivales. En la categoría femenina han sobresalido la belga Nafi Thiam (1994), que realizó la mejor marca del año en el pentatlón, 4904 puntos, y la joven ucraniana Yaroslava Mahuchikh (2001), líder del año en salto de altura con 2.06 m, que ganó su prueba con 2.00 m, sin fallos, e intentó 2.07 m.

La actuación española fue muy positiva, con 5 medallas y un total de 13 finalistas, de un equipo de 36, 18 hombres y 18 mujeres. Hubo además 7 mejores marcas personales. el mejor español fue el palentino Oscar Husillos, que se impuso, con 46.22, su mejor marca del año, en una complicada final de 400 metros. Desde su descalificación en el Mundial bajo techo de 2018, Husillos parecía incómodo en la competición y en Toruń se ha reencontrado con el atleta que era. Muy meritorias han resultado las dos medallas de plata de la delegación española, pues fueron al cuello de dos atletas que habían tenido sendas temporadas invernales muy complicadas. El alicantino Jorge Ureña (1993) volvió a demostrar lo bien que se desenvuelve en sala y se proclamó subcampeón de Europa de heptatlón, tan solo detrás del inabordable Kevin Mayer, con 6158 puntos, a 91 puntos de su plusmarca española. Es su tercera medalla consecutiva en esta competición, tras el oro de 2019 y la plata de 2017. La gallega Ana Peleteiro (1995) no había competido mucho previamente y tan solo en una ocasión había sobrepasado los 14 metros, 14.21 m en el campeonato de España. En la clasificación consiguió la mínima exacta de 14.10 m en el segundo salto. En la final ocupaba la última posición, con 13.85 m, tras tres saltos, pero en el cuarto se fue a 14.34 m, a 1 cm del bronce. Tras un nulo en el quinto, un sexto salto de 14.52 m, le permitió ganar la plata. El oro fue para la portuguesa Patricia Mamona (1988), con 1 cm más. Las dos medallas restantes fueron dos bronces, en los 1500 y los 3000 m. Se sabía que el oro estaba muy caro en ambas pruebas, pero que los españoles Jesús Gómez e Ignacio Fontes, en 1500 m, y Adel Mechaal (1991) y Mohamed Katir (1998), en 3000 m, tenían serias opciones de podio. Así resultó, con los dos primeros tercero y cuarto en la prueba más corta, y los dos segundos ocupando las mismas posiciones en la más larga, donde el ganador hizo 2:21.90 en el último kilómetro.

La catalana Esther Guerrero (1990) era una de las favoritas en la final de 1500 m. La acompañaban en la final la soriana Marta Pérez (1993) y la segoviana Águeda Muñoz (1999), que en las semifinales había realizado con 4:09.93 su mejor marca personal. Pero, en una carrera muy lenta, Guerrero dio un cambio demasiado brusco, demasiado pronto y sucumbió en los últimos 100 m, pasando a la quinta plaza, justo por detrás de Marta Pérez. Sorprendentemente, en consonancia con las incoherencias de este campeonato, Águeda Muñoz resultó descalificada tras haber entrado séptima.

Una de las sorpresas más agradables en el equipo español fue la actuación del navarro Asier Martínez (2000), quien, después de plantarse por puestos en la final de los 60 m vallas, y tras una salida mejorable, remontó hasta la cuarta plaza, con plusmarca personal de 7.60. También hizo marca personal en la clasificación del salto de longitud la valenciana Fátima Diame (1996), con 6.62 m. Fue séptima en la final con 6.47 m. La gran alegría el primer día de la competición corrió a cargo de la gallega Belén Toimil (1994). La pupila de Carlos Burón mejoraba en el primer lanzamiento de la clasificación, con 18.64 m, la plusmarca española en pista cubierta por 70 cm. Este registro era también mínima olímpica y plusmarca española absoluta. En al final, con 18.01 m, su segunda mejor marca de siempre, ocupó la séptima posición. Otra finalista que mejoró su marca previa, y en dos ocasiones, fue la madrileña Lucía Rodríguez (1998), octava en los 3000 m con 8:53.90, tras realizar 8:56.71 en la semifinal.

En el lado menos positivo, hay que mencionar a una de las atletas más prometedoras del panorama nacional. La catalana María Vicente (2001) perdió la opción de superar su reciente plusmarca nacional de pentatlón al hacer tres nulos en el salto de longitud. Esto es algo que ocurre en las combinadas. En este mismo campeonato el suizo Simon Ehammer (2000) perdió toda opción cuando iba segundo e hizo tres nulos en salto con pértiga. El propio ganador, el francés Kevin Mayer, se quedó fuera del Europeo al aire libre de 2018 por tres nulos en el salto de longitud. Poco después superó la actual plusmarca mundial de decatlón.

En definitiva, el atletismo está de enhorabuena por la vuelta de la gran competición internacional, donde el atletismo español ha dejado un muy buen sabor de boca. Próxima estación: Tokio.

Las dos plusmarcas mundiales en sala de Wilson Kipketer en el Mundial de París 1997

La final de 800 m de los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996 fue la mejor de las hasta entonces disputadas. Los 4 primeros corrieron más rápido que la plusmarca olímpica, en poder del brasileño Joaquim Cruz (1963), con 1:43,00 desde 1984. El vencedor fue el noruego Vebjørn Rodal (1972), con 1:42,58, por delante del surafricano Hezekiél Sepeng (1974), 1:42,74, y del keniano Frederick Onyancha (1969), 1:42,79. El cubano Norberto Téllez (1972) habría ganado cualquier final anterior con 1:42,85, pero en Atlanta solo pudo ser cuarto.

Sin embargo, pese a la formidable exhibición en la carrera de las dos vueltas, de quien más se acordaron los aficionados fue del gran ausente, el danés, nacido keniano, Wilson Kipketer (1972), campeón del mundo el año anterior y que acabaría ese año con una plusmarca personal de 1:41,83, tercera mejor marca de siempre. Kipketer no obtuvo la autorización del Comité Olímpico Internacional para participar por problemas administrativos debido su cambio de nacionalidad.

Wilson Kosgei Kipketer había nacido en Kapchimoiywo, condado de Nandi, cuna de ilustres corredores kenianos, el 12 de diciembre de 1972. Aconsejado por el doble oro olímpico Kip Keino (1940), que supo ver su potencial, se fue a estudiar a la Escuela Católica de San Patricio, en Iten, institución con una gran infraestructura para el atletismo. Tras un viaje de estudios a Copenhague en 1990, decidió solicitar la nacionalidad danesa. En 1993 ya corría en 1:45,46. Al año siguiente, con 1:43,29, fue segundo en la lista mundial del año. En 1995 consiguió el primero de sus tres títulos mundiales y acabó liderando la lista mundial con 1:42,87.

Tras su decepción por no haber podido disputar el oro olímpico, decidió preparar al conciencia la temporada de pista cubierta de 1997. Después del éxito de los Juegos Mundiales en sala de 1985, celebrados en París, la Federación Internacional decidió dar continuidad cada dos años a esta competición otorgándole la condición de campeonato del mundo. El mismo escenario de los Juegos Mundiales, el Palacio Omnisport de Bercy, hoy AccorHotels Arena, acogería la 6ª edición de los Campeonatos del Mundo de Pista Cubierta de 1997. La actuación de Wilson Kipketer fue memorable. La competición tuvo lugar los días 7, 8 y 9 de marzo. Los 800 m se organizaron en tres rondas, una cada día. La primera ronda se dividió en 5 series. Accedían a la final los dos primeros de cada serie y los siguientes ocho mejores tiempos. La plusmarca mundial en sala estaba en poder el keniano Paul Ereng (1967), campeón olímpico en 1988, que al año siguiente en el Mundial de Budapest, se impuso tras una espectacular remontada con 1:44,84, superando el anterior tope universal que tenía el británico Sebastian Coe (1956) desde 1983 en 1:44,91.

En París, las cuatro primeras rondas de 800 m transcurrieron sin sobresaltos. El tiempo más rápido había sido de 1:48,03, del neerlandés Marko Koers (1972) en la primera serie. Quedaba la serie de Kipketer. Nadie se esperaba lo que sucedería a continuación. El danés decidió salir a romper. Pasaba la mitad de la prueba en 50,77 y paraba el cronómetro en unos asombrosos 1:43,96, 0,88 menos que el tiempo de Ereng en Budapest. Sin duda el no haber podido estar en Atlanta supuso una motivación muy poderosa. Lo que podría suceder en las dos siguientes rondas era la pregunta que se hacían la prensa y los aficionados. El tiempo de Kipketer era estratosférico, pero la aparente facilidad con que lo había conseguido hacía pensar que tal vez no había corrido al límite. En la siguiente ronda, el día 8 de marzo, el danés se limitó a ganar la tercera serie semifinal con 1:48,49. Pasaban a la final los tres primeros de cada serie. El mejor tiempo correspondió al marroquí Mahoub Haïda (1970), con 1:47,22, ganador de la primera serie. En la final del día 9 la duda era si Kipketer se limitaría a ganar o trataría de mejorar su tiempo de la primera ronda. Enseguida se vio que ocurriría lo segundo, cuando se colocó en cabeza a un ritmo rapidísimo, con pases de 24,22, 50,22, 1:16,49 y unos espectaculares 1:42,67. Haïda era plata a más de 3 segundos, 1:45,76, y el estadounidense Rich Kenah (1970), bronce con 1:46,16.

Kipketer superaba en pista cubierta al siguiente atleta de siempre, al anterior plusmarquista Paul Ereng en más de dos segundos. En aquel momento, al aire libre, tan solo 6 atletas, incluyendo al propio Kipketer, habían corrido más rápido. Esta es la lista:

1:41,73 Sebastian Coe (GB) Florencia 10 06 1981
1:41,77 Joaquim Cruz (BRA) Colonia 26 08 1984
1:41,83 Wilson Kipketer (DIN) Rieti 01 09 1996
1:42,28 Sammy Koskei (KEN) Colonia 26 08 1984
1:42,58 Vebjørn Rodal (NOR) Atlanta 31 07 1996
1:42,60 Johnny Gray (USA) Coblenza 28 08 1985

En la actualidad, bajo techo, todavía no hay quien haya podido siquiera acercarse a la marca del danés. El siguiente mejor tiempo corresponde al keniano Michael Saruni (1995), que corrió el año pasado en 1:43,98, único sub1:44 en sala además de Kipketer.

El Mundial de París tuvo un altísimo nivel conjunto, sobre todo en medio fondo. Además de Kipketer destacaron la emergente estrella marroquí Hichan El Guerrouj (1974), oro en 1500 m, y el campeón olímpico de 10 000 m, el etíope Haile Gebreselassie (1973), oro en 3000 m. Para España no fue tan bien, pues no entró en el medallero.

Kipketer completó una temporada de 1997 perfecta. Al aire libre, el 7 de julio igualó la plusmarca mundial de Sebastian Coe de 1:41,73, el 8 de agosto renovó su título mundial al aire libre, el el 13 se convirtió en único plusmarquista universal con 1:41,24 y el 24 mejoró hasta 1:41,11. En 1998 enfermó de malaria. Aun así fue capaz de correr en 1:43,18, pero no pudo evitar el último puesto en la final de Europeo al aire libre. Se recuperó en 1999 y se proclamó campeón del mundo al aire libre por tercera vez consecutiva. A partir de entonces, no obstante, los problemas físicos fueron una constante en su carrera deportiva y no pudo cumplir su objetivo del oro olímpico. En 2000 fue plata en una carrera muy lenta y en 2004 bronce. En 2002 se había proclamado campeón de Europa. Se retiró en 2005.

Kipketer ha sido uno de los más grandes corredores de 800 m de la historia, al que las circunstancias le negaron el oro olímpico. Sigue siendo el segundo mejor atleta de siempre, tras los 1:40,91 de David Rudisha (1988) y posee tres de las 10 mejores marcas de siempre. Pese a su biotipo, nunca se planteó correr los 1500 m. Su mejor marca es de 3:42,80, de 1993, al inicio de su carrera. Con 2:14,96 fue también plusmarquista bajo techo de los 1000 m. Para la historia quedará su exhibición en París, sin duda, movida por su exclusión de los Juegos de Atlanta, donde, probablemente, habría conseguido el oro.

España en los primeros Juegos Mundiales en sala

Tras el éxito obtenido en el primer Campeonato del Mundo al aire libre, la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur), hoy World Athletics, decidió probar suerte en pista cubierta organizando una competición de ámbito mundial. El 18 y el 19 de enero de 1985 se celebraron en París los primeros Juegos Mundiales en Pista Cubierta. Acaban, por tanto, de cumplirse 35 años. La IAAF, no segura de su continuidad, prefirió no darle inicialmente el marchamo de campeonato. La instalación elegida fue el Palais Omnisport de Bercy, hoy llamado, por razones de patrocinio, AccordHotels Arena, un modernísimo palacio de deportes inaugurado el año anterior. Un total de 69 países con 319 atletas acudieron a la llamada de la IAAF. Era la primera competición internacional tras los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Ningún campeón olímpico estuvo en París, aunque sí lo hicieron algunos medallistas y, sobre todo, jóvenes atletas que se encaramarían a la élite en los años siguientes. España envió un pequeño equipo de 9, todos hombres, de los que 8 alcanzaron un puesto entre los 8 primeros y 4 fueron medallistas. Todos ellos habían estado en LA.

La organización decidió incluir los 3 Km marcha en los Juegos. El catalán Jordi Llopart (1950), plata en 50 Km marcha en los Juegos Olímpicos de 1980 y 7º en 1984, ocupó la 7ª posición, en una prueba en la que se impuso el francés Gérard Leliève (1949), por delante del italiano Maurizio Damilano (1957), campeón olímpico de 20 Km marcha en 1980 y bronce en 1984.

En los 400 m, el zamorano Ángel Heras (1958), bronce en el Europeo en sala en 1983, consiguió superar las dos rondas necesarias para llegar a la final. En la carrera definitiva entró andando en la meta, tras un encontronazo en los 200 m. El ganador fue el joven alemán Thomas Schoenlebe (1965), que se hizo con las plusmarca mundial en sala al correr en 45.60. En 1987 superó en dos ocasiones la plusmarca europea al aire libre, con 44.48 y 44.33, esta última aún vigente.

Los 800 m vieron un inesperado doblete español, por parte del leonés Colomán Trabado (1958) y el madrileño Benjamín González (1958-2011). Trabado ya había sido campeón de Europa bajo techo en 1983 y bronce en 1982. González había ganado un bronce europeo en sala en 400 m en 1982. Hacía un año que se había cambiado a la doble vuelta. El leonés, con una buena táctica de carrera, se hizo con el oro, 1:47.42, 0.52 menos de el madrileño.

Tras su mala actuación en el 1500 olímpico el año anterior, el toledano José Luis González (1957), campeón de Europa en sala en 1982, volvía a la competición internacional. Le acompañaba el castellonense Andrés Vera (1960), brillante 7º en la final olímpica de LA. Ambos entraron sin problemas en la final, donde Vera, muy mermado físicamente, no pudo evitar la 8ª posición. González, por su parte, conseguía la medalla de plata, tras una dura pugna con el keniano Joseph Chesire (1961), 4º en LA. La victoria fue para el australiano Mike Hillard (1961), con 3:40.27, por 3:41.36 del español y 3:41.38 del africano.

Otros dos españoles compitieron en los 60 m vallas. El barcelonés Carlos Sala (1960), 7º en LA, no pudo repetir final en París. Quien sí lo hizo fue el oscense de Monzón Javier Moracho (1957), quien ganó la medalla de plata, con 7.69, 0.02 más que el ganador, el francés Stéphan Caristan (1964), que había precedido a Sala en la final olímpica. El bronce fue para el junior británico Jon Ridgeon (1967).

El único español que participó en concursos fue el barcelonés Alberto Ruiz (1961), gran dominador del salto con pértiga en España en los años 80. Obtuvo una excelente 6ª posición con plusmarca española en sala de 5.50 m. El ganador fue el plusmarquista mundial el ucraniano, entonces soviético, Sergei Bubka (1963) con 5.75 m, que se impuso bronce olímpico en LA, el francés Thierry Vigneron (1960).

España fue finalmente 7ª en el medallero, justo por delante de Estados Unidos, probablemente la única vez que este país resultó superado por España en una competición atlética internacional.

Otros destacados en categoría masculina fueron el canadiense Ben Johnson (1960), bronce en LA en 100 m precedido por el estadounidense Sam Graddy (1964). En los 60 m de París el canadiense se hizo con el oro y el estadounidense con la plata. Posteriormente, Johnson sería descalificado a perpetuidad por consumo de sustancias ilegales. Graddy se pasaría al fútbol americano. En el salto de altura, el subcampeón olímpico, el sueco Patrick Sjoeberg (1965) se impuso por delante del joven cubano Javier Sotomayor (1967). A unos días de cumplir 20 años, el búlgaro Khristo Markov (1965) conseguía en triple salto su primera gran victoria internacional. En el lanzamiento de peso, hubo un interesante duelo entre el checo, entonces checoslovaco, Remigius Manchura (1960), bronce en el Mundial al aire libre de 1983, y el alemán campeón olímpico en 1976 y de Europa al aire libre en 1982 Udo Beyer (1955), resuelto a favor del primero, 21.22 contra 21.10.

En categoría femenina la alemana Silke Gladys (1964), oro mundialista en 4 x 100 m en 1983, consiguió la victoria en 60 m con 7.20. Su veterana compatriota Marita Koch (1957) ganaba los 200 m, entonces oficial en sala, con 23.09. En concursos, una joven búlgara llamada Stefka Kostadinova (1965) ganaba el salto de altura, mientras el lanzamiento de peso era para Natalya Lisovskaya (1962), ya entonces plusmarquista mundial al aire libre con 22.63 m, tope aún vigente.

La IAAF consideró el ensayo satisfactorio. El 1987, en la ciudad estadounidense de Indianápolis, tuvo lugar el primer Campeonato del Mundo en Pista Cubierta. Esta competición se celebraría cada dos años. Hasta 1989 coincidió con el Campeonato de Europa, entonces anual. A partir de 1990, el Europeo y el Mundial se celebraron en años alternos. París repitió en 1997, con la formidable actuación del danés de origen keniano Wilson Kipketer (1972), que superó la plusmarca mundial bajo techo en dos ocasiones. En 2004 el Mundial pasó a disputarse los años pares y el Europeo los años impares. El próximo campeonato del mundo en sala tendrá lugar en la ciudad china de Nanjing, del 13 al 15 del próximo mes de marzo.