Paavo Nurmi, tal vez el mejor corredor de fondo de siempre (y II)

A pesar de sus cinco medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1924, a Paavo Nurmi (1897-1973) se le había quedado una espina clavada, el no haber podido intentar la victoria en los 10 000 m. A principios de esa temporada de 1924, Nurmi era el plusmarquista mundial de la distancia con los 30:40.2 conseguidos en 1921. El 24 de mayo de ese año, su compatriota Ville Ritola (1896-1982), que vivía y entrenaba en Estados Unidos y había vuelto a su país para intentar ser olímpico, corría en 30:35.4. Los federativos finlandeses pensaron que con Ritola tenían grandes posibilidades de ganar esta distancia en París y decidieron excluir a Nurmi, que tomaría parte en otras cuatro pruebas, 1500 m, 3000 m por equipos, 5000 m y campo a través. La decisión no le sentó nada bien. Se dijo que mientras Ritola se proclamaba campeón olímpico con una nueva plusmarca mundial de 30:23.2, Nurmi corría más rápido él solo en una pista aledaña. Probablemente todo ello pesó en su ánimo cuando, tras tener un recibimiento de héroe a la vuelta de París, el 31 de agosto en la localidad finesa de Kuopio, intentó la plusmarca mundial de los 10 kilómetros en pista. Con parciales de 14:52.5 y 15:13.6, su tiempo de 30.06.2 se acercaba a la entonces imposible barrera de los 30 minutos. Por si quedaba alguna duda, el 14 y el 15 de septiembre derrotó a Ritola en un 5000 y un 10 000.

Tras su exitosa temporada, Nurmi decidió finalmente emprender viaje a Estados Unidos para competir con los mejores de ese país. Había recibido al primera invitación en 1922, pero en aquel momento no quiso romper su programa para los Juegos Olímpicos. Llegó a Nueva York el 10 de diciembre y permaneció en el país hasta finales de mayo del año siguiente. Recorrió unos 50 000 Km y tomó parte en 55 carreras. Solo resultó derrotado en dos ocasiones, un abandono por problemas de estómago y un 800 m, su última carrera de la gira. Durante su estancia americana, Nurmi se hizo muy popular, hasta el punto de tener una audiencia con el Presidente Calvin Coolidge (1872-1933). En 1926 fue testigo directo de la pérdida de dos de sus plusmarcas mundiales. Sucedió en Berlín, los días 11 y 12 de septiembre. El 11 el alemán Otto Peltzer (1900-1970) corría los 1500 m en 3:51.0, con el sueco Edvin Wide (1896-1996) segundo con 3:51.8 y Nurmi tercero con 3:52.8. Al día siguiente Wide lo derrotaba y se colocaba primero en la lista de siempre en las dos millas con 9:01.4 por 9:05.0 del finlandés.

Después de una temporada de 1927 de transición, 1928 volvía a ser olímpico. Los Juegos de Amsterdam vieron un notable cambio del programa masculino, que apenas se ha cambiado desde entonces. Se eliminaron el 3000 por equipos, la prueba de campo a través, los 10 Km marcha y el pentatlón. En Amsterdam, pese a la oposición de muchos, se inició el atletismo olímpico femenino, si bien con solo cinco pruebas. Nurmi no logró clasificarse para los 1500 m, por lo que lo intentó, con éxito, en los 3000 m obstáculos, prueba que apenas corría. Tomaría parte, además, en los 5000 y 10 000 m. Su actuación olímpica comenzó con la final directa de los 10 000 m, el 29 de julio. Sus rivales más duros, sobre el papel, eran Ritola y Wide. Tras 9 vueltas, los tres habían se habían destacado del resto de sus rivales. Hacia el kilómetro 6, el sueco perdió contacto con el dúo finlandés. Nurmi no de despegó de su rival y lo derrotó en la última recta, por 0.6 con 30:18.8. Dos días después los dos rivales finlandeses, junto con Wide, volvían a la pista para las series semifinales de los 5000 m. Se clasificaban los cuatro primeros de las 3 series. Sin forzar en absoluto, los tres pasaron con solvencia a la final, que tendría lugar el 3 de agosto. Pero antes, el 1 de agosto, se celebraban las series semifinales de obstáculos. Nurmi ganó la suya, pese a caerse en la primera ría, lo que le produjo una lesión. El francés Lucien Duquesne (1900-1991) le prestó graciosamente ayuda tras su caída. La final de 5000 el 3 de agosto repitió el duelo de los 10 000 m, con Wide como convidado de piedra. Esta vez Ritola logró despegar a Nurmi en la última curva y se impuso con 14:38.0 frente a 14:40.0. Wide fue tercero con 14:41.2. Los dos rivales se encontrarían, por tercera vez, al día siguiente en la final de obstáculos, aunque ninguno de los dos era favorito. Ritola abandonó en la segunda vuelta, mientras Nurmi conseguía la plata, a casi 10 segundos de su compatriota Toivo Loukola (1902-1984), quien, con 9.21.8, realizaba la mejor marca de siempre. Nurmi se hacía con su duodécima medalla olímpica, de las que nueve habían sido de oro.

Tras los Juegos, esa misma temporada, se centró en las distancias largas, probablemente con vistas al futuro. En Berlín, el 13 de octubre obtuvo tres plusmarcas mundiales en la misma prueba 50:15 en las 10 millas, 19 210 metros en la hora y 1h04:38.4 en los 20 kilómetros. A finales de ese año partió hacia Estados Unidos para completar su segunda gira americana. Pese a que ya pasaba de los 30, Nurmi tenía intención de participar por cuarta vez en unos Juegos Olímpicos. En 1930, con 8:59.6 se convertía en el primer atleta en correr las dos millas por debajo de 9 minutos, pero su objetivo para entonces eran las distancias largas. Pese a no haber completado nunca un maratón, fue capaz de registrar 2h22:03.8 en las 25 millas (40.2 Km), equivalentes a 2h.29:00 en el maratón, prácticamente la mejor marca mundial de entonces, lo que le valió la selección olímpica. Los Juegos tendrían lugar en Los Ángeles. Sin embargo, había un problema. En abril la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) había abierto una investigación a Nurmi por posible profesionalismo encubierto. La Federación Finlandesa presentó alegaciones, pero cuando faltaban tres días para la inauguración, el 28 de julio, con Nurmi ya en la ciudad californiana, la IAAF anunciaba su descalificación . Pese a este duro golpe, y dado que la Federación de Finlandia le permitió seguir en las competiciones nacionales, todavía siguió corriendo hasta 1934. En 1933 fue campeón finlandés de 1500 m.

Después de su retirada, Nurmi inició una fructífera carrera en los negocios, sobre todo en la construcción. En la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1952, celebrados en Helsinki, Nurmi fue el encargado de entrar con la antorcha en el estadio. Entregó el relevo al gran referente de su juventud, Hannes Kolehmainen (1889-1966). Pese a que siguió practicando deporte y a la ausencia de factores de riesgo cardiovasculares, a partir de los 60 años su salud comenzó a deteriorarse tras sufrir un primer infarto de miocardio. Murió el 2 de octubre de 1973, a los 76 años. Recibió un funeral de estado.

Paavo Nurmi fue un atleta excepcional, cuya fama excedió, con mucho, no solo el ámbito del atletismo, sino también del deporte. Fue uno de los primeros atletas verdaderamente mediáticos. Su fama y sus éxitos constituyeron todo un símbolo para su país, Finlandia, que, tras obtener su independencia de Rudia en 1917, sufrió una corta pero cruel guerra civil en 1918. En 1940, acompañado de Taisto Mäki (1910-1979), otro finlandés volador, entonces plusmarquista mundial de 5000 y 10 000 m, Nurmi hizo una nueva gira por Estados Unidos con el objetivo de recabar apoyos para su país, durante la Guerra de Invierno contra la Unión Soviética. Un siglo después de sus éxitos, en nombre Paavo Nurmi sigue siendo sinónimo de éxito, a decir de su amigo, el antiguo saltador de altura y Presidente de Finlandia, Urho Kekkonen (1900-1986), forjado con un indomable carácter y una determinación infinita.

Las 22 plusmarcas mundiales homologadas de Paavo Nurmi

10,000 m 30:40.2 22 junio 1921 Estocolmo
3000 m 8:28.6 27 agosto 1922 Turku
2000 m 5:26.3 4 septiembre 1922 Tampere
5000 m 14:35.4 12 septiembre 1922 Estocolmo
Milla 4:10.4 23 agosto 1923 Estocolmo
3 millas 14:11.2 24 agosto 1923 Estocolmo
1500 m 3:52.6 19 junio 1924 Helsinki
5000 m 14:28.2 19 junio 1924 Helsinki
10,000 m 30:06.2 31 agosto 1924 Kuopio
4 millas 19:15.4 1 octubre 1924 Viipuri
5 millas 24:06.2 1 octubre 1924 Viipuri
3000 m 8:25.4 24 mayo 1926 Berlín
4 × 1500 m 16:26.2 12 julio 1926 Estocolmo
3000 m 8:20.4 13 julio 1926 Estocolmo
4 × 1500 m 16:11.4 17 julio 1926 Viipuri
2000 m 5:24.6 18 junio 1927 Kuopio
15000 m 46:49.6 7 octubre 1928 Berlín
10 millas 50:15.0 7 octubre 1928 Berlín
1 hora 19,210 m 7 octubre 1928 Berlín
6 millas 29:36.4 8 junio 1930 Londres
2 millas 8:59.6 24 julio 1931 Helsinki
20,000 m 1:04:38.4 3 septiembre 1930 Estocolmo

Paavo Nurmi, tal vez el mejor corredor de fondo de siempre (I)

El camino abierto por Johannes Kolehmainen (1889-1966), con su triple oro en los Juegos Olímpicos de 1912, continuó para los finlandeses voladores en los siguientes Juegos, celebrados en Amberes en 1920. Los Juegos de Berlín de 1916 no tuvieron lugar por la Primera Guerra Mundial. Los atletas finlandeses continuaron dominando las pruebas de fondo y este dominio de prolongó hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Precisamente Kolehmainen había servido como referencia a uno de los grandes protagonistas de esta superioridad finlandesa, el que llegaría a ser campeón olímpico en nueve ocasiones Paavo Nurmi (1897-1973). Nurmi ganó un total de doce medallas olímpicas y oficialmente superó 22 plusmarcas mundiales en distancias desde los 1500 hasta los 20 000 m. Fue uno de los primeros atletas mediáticos, cuya fama superó notablemente las fronteras de su país y el ámbito del deporte.

Paavo Johannes Nurmi nació el 13 de junio de 1897 en la ciudad portuaria de Turku, al suroeste de Finlandia. Era el mayor de cinco hermanos. Se interesó desde muy joven por el deporte, especialmente por el atletismo. A los 11 años coincidió con Fabian Liesinen, un mediofondista finlandés, que le cronometró 5:02 en los 1500 m. La muerte de su padre, carpintero de profesión, le obligó a abandonar los estudios. Aunque no se entrenaba formalmente, los trabajos que realizaba implicaban un notable ejercicio físico. En 1912 se unió al club Turun Urheinluliitto, su único club de siempre. En 1914 comenzó a entrenar de forma más reglada. Ese año fue campeón júnior de Finlandia en 1500 m. Con trabajo atlético autodidacta, que consistía sobre todo en carrera continua, el joven Paavo prefería entrenarse a competir. En 1919 entró en el Ejército, donde tuvo ocasión de perfeccionar sus métodos de entrenamiento, introduciendo series y preparando la velocidad. Esa temporada sus mejores marcas eran 15:47.4 y 32:56.0 en 5000 y 10 000 m. En 1920 resultó seleccionado para los Juegos Olímpicos de Amberes en ambas pruebas. Poco antes, el 28 de mayo mejoraba por 0.6 la plusmarca finlandesa de 3000 m, que tenía Kolehmainen, con 8:36.2. Pese a quedarse a 3.0 del tope mundial del sueco John Zander (1890-1967). Nurmi no estaba entre los favoritos para el podio olímpico.

Su actuación fue, sin embargo, magnífica. Volvió a casa con cuatro medallas, tres de oro. El 16 de agosto fue, con 15:33.0, segundo en la tercera, de cuatro, serie semifinal. Al día siguiente, en la final, tras tres vueltas, Nurmi tomó la cabeza e imprimió un ritmo rapidísimo pasando al mitad de la prueba en 7:12. Consiguió despegarse de todos sus rivales salvo del francés Joseph Guillemot (1899-1975), quien lo sobrepasó a falta de 200 m y lo batió por 20 m, con tiempos de 14:55.6 y 15:00.0. El 19 de agosto, el finlandés volvía a la pista para disputar la semifinal de 10 000 m. Obtuvo un cómodo segundo puesto en la primera serie con 33:46.3. En la final, el día 20, volvió a tener como principal rival a Guillemot. La prueba se adelantó dos horas, para complacer al Rey de Bélgica. A falta de una vuelta, quedaban los dos en cabeza. Nurmi ralentizó su ritmo al inicio de la contrarrecta. El francés lo sobrepasó, pero en la última recta Nurmi se hizo con la victoria, 31:45.8 frente a 31:47.2. Guillemot, agotado, vomitó al lado de su rival. El cambio de hora de la prueba no favoreció su digestión. Finalmente, el 23 de agosto, Nurmi se imponía en la prueba individual de campo a través, entonces olímpica, y Finlandia en la prueba por equipos, lo que le suponía otras dos medallas de oro. Paavo Nurmi volvía a su país convertido en un héroe.

En los años 20, la única gran competición internacional eran los Juegos Olímpicos. De 1921 a 1923, Nurmi se consolidó como un corredor excepcional, con la superación de un buen número de plusmarcas mundiales, hasta totalizar, como se ha dicho anteriormente, 22. La primera de ellas tuvo lugar el 22 de junio de 1921, cuando con 30:40.2 en 10 000 m borraba de lo más alto de las listas los 30:58.0 de Jean Bouin (1888-1914). Ese año se mostró a sí mismo que también podía correr muy rápido distancias más cortas. El 10 de julio, otra vez en Estocolmo, realizaba con 4:13.9 la tercera mejor marca de siempre en aquel momento de la milla. Finalmente, el 23 de agosto de 1923, nuevamente en la capital sueca, y cuando ya era plusmarquista mundial de 2000, 3000, 5000 y 10 000 m, conseguía también el primado universal de la milla, con 4:10.4. El tiempo de paso de los 1500 m fue de 3:53.0, mejor que la plusmarca mundial oficial, aunque no se homologó como tal. Ese 1923 incluso fue capaz de ganar los 800 m del campeonato finlandés con 1:53.3, la 20ª marca mundial de ese año.

Su nueva faceta de mediofondista llevó a Nurmi a tratar de conseguir la victoria olímpica en 1500 y 5000 m en los Juegos de1924. El problema es que ambas finales se disputarían con media hora de diferencia. La presión de los directivos finlandeses solo logró aumentar la diferencia en 25 minutos. Nurmi aceptó el reto. Aunque su intención era también tomar parte en los 10 000, el comité olímpico de su país consideró que las dos pruebas individuales en pista, junto con el campo a través y los 3000 m por equipos eran suficientes para un solo atleta. Antes de ir a París, Nurmi decidió hacer un ensayo corriendo un 1500 y un 5000 muy rápidos separados por 55 minutos. El 19 de junio en Helsinki a las 19:05, el finlandés tomaba la salida en una prueba del kilómetro y medio, con un pase rapidísimo de 57.3 el primer 400 y 2:01.0 los 800 m. A continuación bajó el ritmo y pasó los 1200 m en 3:06. Acabó con una nueva plusmarca mundial de 3:52.6. A las 20:10 estaba de nuevo en la línea de salida para correr un 5000. Volvió a comenzar muy rápido, con un primer kilómetro en 2:48.6. Aún tuvo fuerzas para terminar en 1:04 la última vuelta, con otra plusmarca mundial de 14:28.2. El ensayo se convirtió en una enorme hazaña, difícilmente repetible. El doble oro en París era posible.

La actuación de Nurmi en París comenzó el 9 de julio en unas durísimas series semifinales, en la que se clasificaban los dos primeros de cada una de las seis series. El finlandés ganó cómodamente la tercera serie con 4:07.6. Al día siguiente se clasificaba para la final de los 5000 m. El 10 de julio tenía lugar la final de ambas pruebas. Los 1500 m se corrían a las 19:05. Como en Helsinki, unos días antes, los pases fueron rápidos con Nurmi delante en 58.0, 1:58.5 y 2:32 el kilómetro. Al comenzar la última vuelta, la ventaja del finlandés era de 40 m. Controlando el ritmo en los últimos 400, se impuso con unos excelentes 3:53.6. Esta victoria de Nurmi se representa fugazmente en la película Carros de fuego, pues uno de los protagonistas de la cinta, el británico de Cambridge, Hyla Henry Stallard (1901-1973) fue tercero. El esfuerzo de este fue tan grande que perdió el conocimiento al llegar a la meta.

La victoria de Paavo Nurmi en los 1500 m, fugazmente representada en la película Carros de fuego en el segundo 0:08

A quien el esfuerzo no pareció pasarle factura fue a Nurmi. A las 20:00 estaba de nuevo en la pista para correr la final de los 5000 m. Sus máximos rivales eran su compatriota Ville Ritola (1896-1982) y el sueco, nacido finlandés, Edvin Wide (1896-1996), campeón y subcampeón de los 10 000 m, que habían tenido lugar unos días antes. Confiados en que Nurmi estaría fatigado, impusieron un paso rapidísimo, con un primer kilómetro en 2:46.4. Sin embargo Nurmi, que llegó a estar 40 m por detrás, se colocó en cabeza a mitad de la prueba y acabó haciéndose con el oro en 14:31.2, 0.2 menos que Ritola y con Wide a medio minuto. Nurmi conseguía una hazaña histórica que nadie ha vuelto a repetir. Es cierto que Hicham El Guerrouj (1974) ganó los dos oros en 2004, pero en días diferentes.

Al finlandés, sin embargo, aún le quedaban tres días durísimos para tratar de conseguir otros tres oros. El 11 de julio, menos de 24 horas después de la doble hazaña, el equipo de Finlandia, con Nurmi, Ritola y Samedi Tala (1893-1961), ocupaba los tres primeros puestos en su semifinal de los 3000 m por equipos, con lo que se clasificaba para la final. El 12 de julio se celebraba la prueba de campo a través. Con una temperatura de 36º se convirtió en uno de los mayores desastres de los Juegos Olímpicos, y pasó a la historia como El infierno de Colombes. De los 38 corredores que tomaron la salida solamente terminaron 15. El circuito era especialmente duro y, además, estaba muy cerca de una fábrica que expulsaba humo irritante. Pese a todas estas dificultades y al cansancio acumulado, Nurmi entró en la meta destacado con casi un minuto y medio de ventaja sobre Ritola. Finlandia se hizo con el oro por equipos. Lo mismo sucedió al día siguiente con la final de 3000 m por equipos, en la que Nurmi volvió a ser el vencedor, y se hacía con su quinta medalla, al ganar Finlandia por equipos. No había clasificación individual en esta prueba. Tanto el 3000 por equipos como el campo a través no volvieron a ser olímpicas.

Historia de la plusmarca europea de 1500 metros en pista cubierta

El pasado 9 de febrero, en la ciudad francesa de Liévin, el noruego Jakob Ingebrigtsen (2000) superaba la añeja plusmarca europea de 1500 m en pista cubierta que el coruñés Andrés Díaz (1969) poseía con 3:33.32 desde 1999. Los 3:31.80 realizados por Ingebrigtsen lo convierten en el quinto mejor atleta de la distancia en sala de todos los tiempos, por detrás del etíope plusmarquista mundial Samuel Tefera (1999), 3:31.01, el marroquí Hicham El Guerrouj (1974), 3:31.18, y otros dos etíopes, Yomif Kejelcha (1997), 3:31.51+, y Haile Gebrselassie (1973), 3:31.76. El noruego es también el actual plusmarquista europeo de la distancia al aire libre con 3:28.68, actual campeón de Europa al aire libre de 1500 y 5000 m, en 2018, y de 3000 m en pista cubierta, así como subcampeón de 1500 m, en sala en 2017.

Hasta el 1 de enero de 1987 la Federación Internacional, entonces IAAF, hoy World Athletics, no consideró las marcas en pista cubierta como plusmarcas sino como mejores marcas. La primera mejor marca europea, y mundial, por debajo de los 4 minutos bajo techo fue para el finlandés Paavo Nurmi (1897-1973) con 3:56.2 al paso de 1 milla en 4:13.4, también plusmarca mundial, el 6 de enero de 1925. Nurmi llegaría a ganar 9 oros olímpicos y a superar oficialmente 22 plusmarcas mundiales. Su mejor marca en pista cubierta duró hasta el 27 de febrero de 1937. Ese día el italiano Luigi Beccali (1907-1990), campeón olímpico de 1500 m en 1932 y de Europa al aire libre en 1934, realizó 3:51.2. Su tiempo se mantuvo en lo más alto hasta 1955, oficialmente hasta el 11 de febrero, cuando obstaculista galés, bronce olímpico en 1952, John Disley (1928-2016) registró 3:51.2. Sin embargo, seis días antes, el danés Gunnar Nielsen (1928-1985), subcampeón de Europa de 1500 m al aire libre, había pasado en 3:48.5 camino de una milla, pero la presencia de un solo cronometrador impidió homologar el registro como mejor marca europea. Acabó la milla en 4:06.6, entonces mejor marca mundial de siempre.

El tiempo de Nielsen no se mejoró hasta el 28 de febrero de 1960, cuando el alemán del Este Siegfried Herrmann (1932-2017) realizó 3:44.6. Sin embargo, cuatro atletas previamente poseyeron oficialmente la mejor marca europea en sala. Fueron el irlándés, campeón olímpico en 1956, Ron Delany (1935), 3:51.0 el 9 de febrero de 1957, dos alemanes del Oeste, Adolf Schwarte (1935), 3:50.7 el 24 de enero de 1959, y Gunther Dohrow (1927-2008), 3:50.2 el 28 de febrero de 1959, y el alemán del Este, subcampeón olímpico en 1956, Klaus Richtzenhain (1934), 3:48.6 el 11 de marzo de 1959. Herrmann mejoró el 25 de febrero de 1962 hasta 3:44.5 al paso de 1 milla. El 14 de febrero de 1965 su compatriota Jürgen May (1942) realizó con 3:42.2 una nueva mejor marca mundial. Herrmann, sin embargo, recuperó el primado continental al paso de una carrera de la milla en 3:42.0 una semana más tarde. Al año siguiente, el 20 de febrero, May mejoraba hasta 3:41.9, también al paso de la milla. Una semana después se iba a 3:41.7, pero ese mismo 27 de febrero, unas horas más tarde, el francés Michel Jazy (1936) corría en 3:40.7. Jazy había sido plata olímpica en 1500 m en 1960 y campeón de Europa en 1962. Era el plusmarquista mundial de la milla al aire libre con 3:53.6 desde 1965. Ese año de 1966 sería subcampeón de Europa de 1500 m y campeón de 5000 m.

El primer atleta en superar la barrera de 3:40.0 en pista cubierta fue el alemán del Oeste Harald Norpoth (1942) el 13 de febrero de 1971, con 3:37.8. Norpoth había sido subcampeón olímpico de 5000 m en 1964 y de Europa en 1966. En 1968 había sido cuarto en la final olímpica de 1500 m. Siete años más tarde, el 16 de febrero de 1979, el irlandés Eamonn Coghlan (1952), subcampeón de Europa al aire libre, corría en 3:37.7, al paso de una milla de 3:52.6, nueva mejor marca mundial. Unos días más tarde fue campeón de Europa bajo techo. Coghlan sería 4º en los Juegos Olímpicos de 1980 en 5000 m y el primer campeón mundial en esta distancia en 1983. El 20 de febrero de 1980 realizaba 3:35.6 al paso por su mejor marca mundial de la milla de 3:50.6. Este tiempo de 1500 m se consideró mejor marca mundial hasta que el 1 de enero de 1987 se reconocieron los tiempos en sala como plusmarcas mundiales. En ese momento se determinó que el cronometraje de ese registro no estaba suficientemente acreditado. Coghlan superó su mejor marca mundial de la milla bajo techo el 27 de febrero de 1983, cuando se convirtió en el primer atleta en correr en sala por debajo de 3:50.00. Su marca de 3:49.78 fue la primera plusmarca mundial homologada y continúa siendo plusmarca europea. No se midió el pase por el 1500. Con velocidad constante, este pase sería de 3:34.15. En valor, el tiempo del irlandés en la milla equivale aproximadamente a 3:32.85. Es decir, la velocidad en el 1500 de Coghlan en su plusmarca mundial de la milla no se superó hasta los 3:33.32 de Andrés Díaz y el valor intrínseco hasta Ingebritgsen.

El 2 de marzo de 1980, el alemán Thomas Wessinghage (1952) se proclamaba en Sildelfingen campeón de Europa de la distancia en sala, con 3:37.54. Esta marca, que sigue siendo la plusmarca del campeonato, fue en su momento mejor marca europea de siempre. El alemán, que ya había sido campeón en 1975, volvería a repetir en 1981 y 1983. Al aire libre fue campeón de Europa de 5000 m en 1982. Tras rechazar los 3:35.6 de Coghlan como tope universal, el plusmarquista mundial pasó a ser, con carácter retroactivo desde el 1 de marzo de 1986, el español José Luis González (1957). González había corrido en Oviedo, en una carrera para intentar superar el registro del irlandés, en 3:36.03. Había sido campeón de Europa de esta prueba en 1982, 1985 y ese año unos días antes, y lo sería en 3000 m en 1987 y 1988. En 1989 fue subcampeón mundial en 3000 m. Al aire libre sería subcampeón mundial de 1500 m en 1987.

El irlandés Marcus O’Sullivan (1961) realizó el 13 de febrero de 1989 3:35.6 al paso por una milla. El año anterior había realizado, también al paso, 3:35.4, pero hubo problemas con los cronometradores. Fue el primer campeón mundial de la distancia en pista cubierta en 1987. Repitió oro ese mismo 1989 y en 1993.

Poco más de un año le duró al irlandés el techo europeo y mundial. El 27 de febrero de 1990, el británico Peter Elliott (1962), que venía de ganar unos días antes en Auckland el 1500 de los Juegos de la Commonwealth en 3:33.39, corrió en 3:34.20. Elliott había sido subcampéon mundial de 800 m al aire libre en 1987 y olímpico de 1500 en 1988. En pista cubierta se prodigó poco. En el Europeo de 1983 fue plata en 800 m.

Nueve años más tarde, el 24 de febrero de 1999, Andrés Díaz acudió a El Pireo acompañado de su amigo Pedro Esteso (1976), que haría el papel de liebre. Su idea era superar la plusmarca española del soriano Fermín Cacho (1969) de 3:35.29. Esteso marcó el ritmo hasta los 1000 metros con pases de 57, 1:54 y 2:23. Un último 500 de Díaz en 1:10 le permitió no solo superar a Cacho, sino también a Elliott, con 3:33.32. En aquel momento fue la quinta mejor marca mundial de siempre. Unos días después Díaz conseguía el bronce en la distancia en el campeonato del Mundo. En el Mundial al aire libre ese mismo año fue 5º en 1500 m con 3:31.83, su mejor marca de siempre. En los Juegos Olímpicos del año siguiente, mermado por una enfermedad viral, fue séptimo.

La plusmarca europea de Andrés Díaz ha sido con diferencia la más longeva. Cuando tuvo lugar, el siguiente plusmarquista, Jakob Ingebrigtsen, aún no había nacido. Como la progresión del noruego continúa siendo trepidante, probablemente sea él mismo quien la supere, siempre que siga haciendo incursiones en esta modalidad.

Progresión de la plusmarca europea de 1500 m en pista cubierta

3:56.2+ Paavo Nurmi FIN Nueva York 06 01 1925
3:51.3 Luigi Beccali ITA Nueva York 27 02 1937
3:48.5+* Gunnar Nielsen DIN Nueva York 05 02 1955
3:51.2 John Disley RU Frankfurt 11 02 1955
3:51.0 Ron Delany IRL Nueva York 09 02 1957
3:50.7 Adolf Schwarte RFA Dortmund 24 01 1959
3:50.2 Günter Dohrow RFA Dortmund 28 02 1959
3:48.6 Klaus Richtzenhain RDA Berlín 21 03 1959
3:44.6 Siegfried Herrmann RDA Berlín 28 02 1960
3:44.5+ Siegfried Herrmann RDA Berlín 25 02 1962
3:42.2 Jürgen May RDA Berlín 14 02 1965
3:42.0+ Siegfried Herrmann RDA Berlín 21 02 1965
3:41.9+ Jürgen May RDA Berlín 20 02 1966
3:41.7 Jürgen May RDA Berlín 27 02 1966
3:40.7 Michel Jazy FRA Lyon 27 02 1966
3:37.8 Harald Norpoth RFA Berlín 13 02 1971
3:37.7+ Eamonn Coghlan IRL San Diego 16 02 1979
3:37.54 Thomas Wessinghage RFA Sildenfingen 02 03 1980
3:35.6+* Eamonn Coghlan IRL San Diego 20 02 1981
3:36.03** José Luis González ESP Oviedo 01 03 1986
3:35.4+* Marcus O’Sullivan IRL East Rutherford 13 02 1988
3:35.6+ Marcus O’Sullivan IRL East Rutherford 10 02 1989
3:34.20 Peter Elliott RU Sevilla 27 02 1990
3:33.32 Andrés Díaz ESP El Pireo 3:33.32 24 02 1999
3:31.80 Jakob Ingebrigtsen NOR Liévin 09 02 2021

+ tiempo al paso de la milla
+* tiempo al paso de la milla no homologado por falta de acreditación
** primer tiempo homologado como plusmarca europea y mundial

El verdadero Harold Abrahams

Esta entrada se publicó por primera vez en el número 8 de la revista Somos Atletismo, de enero de 2021.

Uno de los campeones olímpicos que más éxito cinematográfico ha tenido es, sin duda, el británico Harold Abrahams (1899-1978), protagonista de la excelente y aclamada película Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981). La cinta no solo se centra en los logros atléticos de Abrahams, sino también en la psicología del personaje, magníficamente interpretado por el recientemente fallecido Ben Cross (1947-2020). En una entrevista de 2012, el propio Cross calificaba a Abrahams como un hombre motivado por una mezcla de prejuicio y paranoia. Y es que parece que Abrahams, judío, corría no solo como reivindicación personal ante el antisemitismo de la época, sino también para superar a sus dos hermanos mayores, que, como él, habían sido atletas.

Harold Maurice Abrahams nació el 15 de diciembre de 1899 en Bedford, 74 Km al norte de Londres. Su padre, nacido Isaac Klonimus, era un judío que había huido de la Polonia ocupada por Rusia en los años 70 del siglo XIX. Se cambió el apellido a Abrahams y prosperó como financiero. Se casó con Esther Isaacs, judía galesa, con la que tuvo cuatro hijos, de los que, además de Harold, otros dos, Adolphe (1883-1967) y Sidney (1885-1957), fueron atletas. Adolphe Abrahams, después de haber practicado atletismo, fue uno de los pioneros de la Medicina del Deporte, y ejerció como médico del equipo olímpico británico desde 1912 hasta 1948. Sidney Abrahams, por su parte, tuvo una fructífera carrera atlética. Fue 5º en salto de longitud en los Juegos Intercalados de 1906, 11º en los Juegos Olímpicos de 1912 y campeón británico en 1913. Posteriormente ejerció de Juez Supremo en diversas colonias británicas.

El pequeño Harold, sin duda influido por sus hermanos, comenzó a practicar atletismo a los 10 años. A los 14 se quedó impresionado cuando, durante los campeonatos británicos de 1914, vio a Willie Applegrath (1890-1958) superar, con unos entonces estratosféricos 21.2, la plusmarca mundial de 220 yardas (201.08 m). Este tiempo se mantuvo en lo más alto de las tablas mundiales hasta 1928 y de las británicas hasta 1958. Abrahams tuvo la oportunidad de conocerlo y de competir contra él durante su estancia en el ejército en 1919, donde había obtenido el grado de teniente, mientras Applegrath era sargento.

El mismo 1919, Abrahams comenzó a estudiar Derecho en Cambridge. Un tiempo de 10.0 en 100 yardas (91.4 m) le permitió acudir a los Juegos Olímpicos de 1920, que se celebraban en la ciudad belga de Amberes. Resultó eliminado en los 100 y los 200 m en la segunda ronda, fue 20º en salto de longitud y 4º en el relevo 4 x 100 m.

En Cambridge, Abrahams formó parte de numerosos clubes sociales y deportivos, entre ellos el Achiles Club, un club atlético formado por miembros de Cambridge y de Oxford, del que fue fundador, junto con el mediofondista Evelyn Aubrey Montague (1900-1948) que, a diferencia de lo que se muestra en Carros de fuego, era de Oxford y no de Cambridge.

Abrahams continuó entrenando durante su estancia en la Universidad. En 1923 consiguió mejorar hasta 7.19 m en salto de longitud, plusmarca nacional, y 21.6 en 220 yardas en línea recta. Sin embargo, no había podido ganar en los campeonatos nacionales, ni en 100 ni en 220 yardas. Con los Juegos Olímpicos de París a un año vista, Abrahams decidió contratar los servicios de un entrenador profesional, Sam Mussabini (1867-1927), que había sido el técnico de campeones olímpicos como el surafricano Reggie Walker (1889-1951), oro en 100 m en 1908, o el británico, doble campeón olímpico en 1920 de 800 y 1500 m, Albert Hill (1889-1969). El que Mussabini fuese profesional, en un mundo de estrictas reglas amateur, provocó a Abrahams no pocos quebraderos de cabeza.

Mussabini decidió que su pupilo se dedicaría preferentemente a los 100 m, incrementó a tres los días de la semana de entrenamiento, algo inédito entonces, y se centró en la mecánica de carrera, especialmente en la zancada. Los concienzudos entrenamientos del invierno y primavera de aquella temporada de 1924 dieron sus frutos. En junio superó su propia plusmarca británica de salto de longitud con 7.38 m. e igualó la plusmarca mundial de 100 yardas, 9.6, si bien en pista con desnivel y con viento a favor. En los campeonatos británicos se impuso en las 100 yardas, 9.9, y en el salto de longitud, 6.92 m. Abrahams resultó seleccionado para los 100, 200 m, el relevo 4 x 100 m y el salto de longitud. Un escrito anónimo en el diario Daily Express, criticando que eran demasiadas pruebas para un solo hombre, hizo que los federativos limitasen la participación del atleta a la velocidad. Tiempo después se supo que el autor de la carta había sido el propio Abrahams.

En París tendría la formidable oposición de dos velocistas estadounidenses, considerados entonces los mejores del mundo, el campeón olímpico en 1920, acreditado en 10.2 en 110 yardas (100.54 m), Charles Paddock (1900-1943), y Jackson Scholtz (1897-1986), oro en 4 x 100 m en los anteriores Juegos. Los 100 m en París tendrían 4 rondas, que se celebrarían el 6, las dos primeras, y el 7 de julio, la semifinal y la final. Abrahams ganó cómodamente su serie de la primera ronda con 11.0. En los cuartos de final, el mismo día, igualaba la plusmarca olímpica con 10.6. En la semifinal, al día siguiente, repitió los 10.6 y superó a Paddock, mientras Scholtz se había impuesto en la primera serie con 10.8. Tras correr la semifinal, Abrahams se dio cuenta de que podía ganar y, según sus palabras, se sintió como un condenado esperando a subir al patíbulo. En la final, 45 minutos más tarde, Abrahams salió a la pista con lo que le había dicho su entrenador rondándole la cabeza. Piensa solo en dos cosas, el disparo y la cinta de llegada. Cuando oigas la primera, corre como alma que persigue el diablo hasta alcanzar la segunda. A la mitad de la carrera estaban cuatro corredores bastante igualados, pero finalmente Abrahams emergió como ganador, nuevamente con 10.6, Scholtz fue segundo con 10.7, y el neozelandés estudiante de Medicina en Oxford, Arthur Porritt (1900-1994), tercero. Porritt, que en Carros de fuego sale como Tom Watson, llegó a ser Gobernador General de Nueva Zelanda. Hasta la muerte de Abrahams, todos los 7 de julio, a las 19, día y hora de la final de los 100 m, acudía a la casa de este a cenar.

Tras su éxito en los 100 m, primer campeón olímpico europeo de 100 o 200 m, a Abrahams aún le quedaban los 200 y los relevos 4 x 100 m. En el doble hectómetro, tras registrar en su semifinal unos buenos 21.9, fue último en la final con 22.3. Ocuparon el podio Scholtz, Paddock y el escocés Eric Liddell (1902-1945), otro de los protagonistas de Carros de fuego, que ganaría brillantemente el oro en los 400 m. En el relevo, Abrahams participó haciendo la primera posta en las tres rondas. El equipo británico superó la plusmarca mundial, con 42.0 en la primera ronda. Mejoraron a 41.8 en la segunda semifinal, pero en la primera los estadounidenses habían hecho 41.0. Estos repitieron registro en la final, ganando el oro, con los británicos segundos a 0.2.

Abrahams abandonó el atletismo al año siguiente, tras una fractura saltando longitud. Trabajó como abogado, periodista deportivo, comentarista de la BBC y estadístico. Desde 1926 hasta su muerte, en 1978 fue miembro de la Federación Británica de Atletismo (la AAA, Amateur Athletics Association), que presidió en 1976. También fue miembro de la IAAF (hoy World Athletics), donde se dedicó mayormente a temas normativos. En 1934 se casó con la cantante de ópera Sybil Evers (1904-1963). En la película Carros de fuego, se relaciona a Abrahams erróneamente con otra cantante, Sybil Gordon (1902-1981), a la que habría conocido antes de los Juegos de París. Abrahams murió el 14 de enero de 1978, después de una vida casi completamente dedicada al atletismo. Aunque ya era una figura conocida y respetada en el mundo atlético, el éxito de la película de Hugh Hudson redobló su fama, hasta convertirlo, junto con Eric Liddell, en un icono del atletismo.