Andrés Vera, finalista olímpico en LA84

Uno de los recuerdos más nítidos que tengo del verano de 1984 son las mañanas olímpicas. Debido a las 9 horas de diferencia entre California y España, resultaba complicado ver las pruebas atléticas de los Juegos de Los Ángeles en directo, de modo que aquel adolescente que era yo entonces se plantaba delante de la TV por las mañanas, sin tener ni idea de los resultados. Entonces Internet era una curiosidad inventada por el Ejército estadounidense, que no había salido de los ámbitos militares. Una de las pruebas que suscitaba mayor interés a los aficionados españoles eran los 1500 m. En aquellos años 80, la rivalidad entre los británicos Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956) había convertido esta carrera en la distancia reina del atletismo. En España, otra pugna, la mantenida por el toledano José Luis González (1957) y el cántabro José Manuel Abascal (1958), había llevado a ambos a la élite mundial. En la ciudad californiana se esperaba que estuviesen en la final luchando, tal vez, por el bronce. El tirón que ambos habían dado al kilómetro y medio en España había arrastrado a otros atletas. Por primera vez había cinco hombres con mínima olímpica. Además de Abascal y González, habían bajado de 3:39.00 el castellonense Andrés Vera Llorens (31 de diciembre de 1960), 3:37.53, el barcelonés Jaime López Egea (1956), 3:37.54, y el madrileño José Luis Carreira (1962), 3:38.79. Finalmente, la Federación se decidió por Vera, para el presunto papel de español convidado de piedra en el 1500.

Vera estaba indiscutiblemente en buena forma, pero su experiencia internacional era escasa. Había participado en el Europeo al aire libre dos años antes en 800 m y había sido 4º en la Universiada en 1500 m el año anterior. El estado de Abascal y de González arrojaba algunas dudas. El cántabro no decidió su participación hasta que un tiempo de 5:01.1 en 2000 m poco antes de viajar a Los Ángeles lo convenció de que estaba en condiciones, mientras el toledano había tenido algunos problemas físicos. En cualquier caso, no se esperaban incidencias en la primera ronda, que tendría lugar el 9 de agosto. Sin embargo, ocurrió la gran sorpresa. En la primera serie, un desconocido y bloqueado González se despedía de los Juegos, con unos pobres 3:47.01, a más de 8 segundos de la cabeza. Vera, haciendo gala de un potente final, entró 3º en la 2ª serie, con 3:45.44. Y Abascal se impuso en la 5ª serie con el mejor tiempo global de 3:37.68.

La eliminación de González supuso un enorme jarro de agua fría para la delegación española. Se perdía una de las opciones más claras de medalla. En el lado positivo, Abascal había demostrado muy buena forma y Vera se había desenvuelto como un veterano, aunque la final estaba cara. Las semifinales tuvieron lugar al día siguiente, 10 de agosto. El cántabro confirmó su excelente puesta a punto, ganando la primera semifinal, con unos excelentes 3:35.70, su mejor marca del año.

Era el turno de Andrés Vera. El castellonense lo tenía francamente difícil. En su serie estaban el campeón mundial, el británico Steve Cram (1960) y el plusmarquista mundial, Steve Ovett. Pasaban a la final los 4 primeros y 4 tiempos. Había que correr en menos de 3:38.12 para entrar por tiempos. Pero Andrés hizo la mejor carrera de su vida en el mejor momento. Un enorme sentido táctico y poderosísimo final lo colocaron en la final por puestos. Desde el inicio se vio que en esta segunda semifinal también se quería correr rápido, con una primera vuelta en 55.96 y el español bien colocado en 6ª posición. Se ralentizó el ritmo al paso por los 800 m, 1:57.88, con Vera algo encerrado en la 8ª posición. El italiano Stefano Mei (1963) tomó la cabeza en la mitad de la recta principal y dio paso al 1200 en 2:55.86. A falta de 200 m Cram se colocó líder y dio su tirón final. Vera era 7º a falta de 200 m y 6ª al iniciarse la recta final, momento en que sacó a relucir su fuerte cambio y escaló hasta la 3ª posición. El castellonense, con un último 400 en 53.8, hacía su mejor marca personal, 3:36.55, a 0.25 del ganador, Cram, y delante de Ovett, con el mismo tiempo. Recuerdo perfectamente cómo me había levantado del sillón diciendo se clasifica, se clasifica y dando un salto de alegría cuando se confirmó que Vera estaría en la final.

Así que en la carrera definitiva sí habría dos españoles, pero no los dos que se pensaba. Andrés Vera no acababa de creerse que estaba entre los 12 mejores. Poco antes de que la prueba se iniciase dijo a Abascal Menos mal que estás tú aquí, si no, me muero de miedo. Pero supo controlar perfectamente ese miedo En una de las finales míticas de la historia del 1500, Abascal puso muy caras las medallas con un gran acelerón a falta de 600 m. Se vio superado por Coe y por Cram en la última curva, pero pudo mantener el bronce, mientras los dos británicos copaban el oro y la plata. El castellonense hizo una carrera muy inteligente, siempre entre el 9º y el 10º puesto, con una última vuelta en 55,9, que le permitió llegar 7º, con 3:37.02, convirtiéndose en el 17º finalista olímpico español y el 2º en la prueba de los 1500 m.

Vera había sido campeón de España de 800 m en 1983. En 1984 un tropezón le impidió pelear por el oro del Nacional de 1500 m, que parecía para él. Apenas pudo competir en la temporada posolímpica por diversas lesiones. En 1986 realizó 3:35.86, su mejor marca de siempre, pero Abascal, González y Carreira le cerraron el paso al Europeo al aire libre de ese año. En 1987 fue 6º en el Europeo en sala, se proclamó campeón de España de 1500 m al aire libre y acudió al Mundial de Roma. En 1988 fue 8º en el Europeo en bajo techo, pero las lesiones acabaron apartándolo de la alta competición. Licenciado en Administración de Empresas y MBA del Instituto de Empresas, en la actualidad dirige la filial española de United Heroes, una empresa que promociona la actividad física reglada entre los empleados de corporaciones medianas y grandes, con el objetivo de mejorar el rendimiento laboral. Desde 2019 es también el director de relaciones institucionales del club de su ciudad natal Playas de Castellón.

Para la historia queda su actuación superlativa en aquella segunda semifinal de 1500 de LA84, que hizo dar un brinco a aquel jovencito tan entusiasmado como hoy por el atletismo.

España en los primeros Juegos Mundiales en sala

Tras el éxito obtenido en el primer Campeonato del Mundo al aire libre, la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur), hoy World Athletics, decidió probar suerte en pista cubierta organizando una competición de ámbito mundial. El 18 y el 19 de enero de 1985 se celebraron en París los primeros Juegos Mundiales en Pista Cubierta. Acaban, por tanto, de cumplirse 35 años. La IAAF, no segura de su continuidad, prefirió no darle inicialmente el marchamo de campeonato. La instalación elegida fue el Palais Omnisport de Bercy, hoy llamado, por razones de patrocinio, AccordHotels Arena, un modernísimo palacio de deportes inaugurado el año anterior. Un total de 69 países con 319 atletas acudieron a la llamada de la IAAF. Era la primera competición internacional tras los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Ningún campeón olímpico estuvo en París, aunque sí lo hicieron algunos medallistas y, sobre todo, jóvenes atletas que se encaramarían a la élite en los años siguientes. España envió un pequeño equipo de 9, todos hombres, de los que 8 alcanzaron un puesto entre los 8 primeros y 4 fueron medallistas. Todos ellos habían estado en LA.

La organización decidió incluir los 3 Km marcha en los Juegos. El catalán Jordi Llopart (1950), plata en 50 Km marcha en los Juegos Olímpicos de 1980 y 7º en 1984, ocupó la 7ª posición, en una prueba en la que se impuso el francés Gérard Leliève (1949), por delante del italiano Maurizio Damilano (1957), campeón olímpico de 20 Km marcha en 1980 y bronce en 1984.

En los 400 m, el zamorano Ángel Heras (1958), bronce en el Europeo en sala en 1983, consiguió superar las dos rondas necesarias para llegar a la final. En la carrera definitiva entró andando en la meta, tras un encontronazo en los 200 m. El ganador fue el joven alemán Thomas Schoenlebe (1965), que se hizo con las plusmarca mundial en sala al correr en 45.60. En 1987 superó en dos ocasiones la plusmarca europea al aire libre, con 44.48 y 44.33, esta última aún vigente.

Los 800 m vieron un inesperado doblete español, por parte del leonés Colomán Trabado (1958) y el madrileño Benjamín González (1958-2011). Trabado ya había sido campeón de Europa bajo techo en 1983 y bronce en 1982. González había ganado un bronce europeo en sala en 400 m en 1982. Hacía un año que se había cambiado a la doble vuelta. El leonés, con una buena táctica de carrera, se hizo con el oro, 1:47.42, 0.52 menos de el madrileño.

Tras su mala actuación en el 1500 olímpico el año anterior, el toledano José Luis González (1957), campeón de Europa en sala en 1982, volvía a la competición internacional. Le acompañaba el castellonense Andrés Vera (1960), brillante 7º en la final olímpica de LA. Ambos entraron sin problemas en la final, donde Vera, muy mermado físicamente, no pudo evitar la 8ª posición. González, por su parte, conseguía la medalla de plata, tras una dura pugna con el keniano Joseph Chesire (1961), 4º en LA. La victoria fue para el australiano Mike Hillard (1961), con 3:40.27, por 3:41.36 del español y 3:41.38 del africano.

Otros dos españoles compitieron en los 60 m vallas. El barcelonés Carlos Sala (1960), 7º en LA, no pudo repetir final en París. Quien sí lo hizo fue el oscense de Monzón Javier Moracho (1957), quien ganó la medalla de plata, con 7.69, 0.02 más que el ganador, el francés Stéphan Caristan (1964), que había precedido a Sala en la final olímpica. El bronce fue para el junior británico Jon Ridgeon (1967).

El único español que participó en concursos fue el barcelonés Alberto Ruiz (1961), gran dominador del salto con pértiga en España en los años 80. Obtuvo una excelente 6ª posición con plusmarca española en sala de 5.50 m. El ganador fue el plusmarquista mundial el ucraniano, entonces soviético, Sergei Bubka (1963) con 5.75 m, que se impuso bronce olímpico en LA, el francés Thierry Vigneron (1960).

España fue finalmente 7ª en el medallero, justo por delante de Estados Unidos, probablemente la única vez que este país resultó superado por España en una competición atlética internacional.

Otros destacados en categoría masculina fueron el canadiense Ben Johnson (1960), bronce en LA en 100 m precedido por el estadounidense Sam Graddy (1964). En los 60 m de París el canadiense se hizo con el oro y el estadounidense con la plata. Posteriormente, Johnson sería descalificado a perpetuidad por consumo de sustancias ilegales. Graddy se pasaría al fútbol americano. En el salto de altura, el subcampeón olímpico, el sueco Patrick Sjoeberg (1965) se impuso por delante del joven cubano Javier Sotomayor (1967). A unos días de cumplir 20 años, el búlgaro Khristo Markov (1965) conseguía en triple salto su primera gran victoria internacional. En el lanzamiento de peso, hubo un interesante duelo entre el checo, entonces checoslovaco, Remigius Manchura (1960), bronce en el Mundial al aire libre de 1983, y el alemán campeón olímpico en 1976 y de Europa al aire libre en 1982 Udo Beyer (1955), resuelto a favor del primero, 21.22 contra 21.10.

En categoría femenina la alemana Silke Gladys (1964), oro mundialista en 4 x 100 m en 1983, consiguió la victoria en 60 m con 7.20. Su veterana compatriota Marita Koch (1957) ganaba los 200 m, entonces oficial en sala, con 23.09. En concursos, una joven búlgara llamada Stefka Kostadinova (1965) ganaba el salto de altura, mientras el lanzamiento de peso era para Natalya Lisovskaya (1962), ya entonces plusmarquista mundial al aire libre con 22.63 m, tope aún vigente.

La IAAF consideró el ensayo satisfactorio. El 1987, en la ciudad estadounidense de Indianápolis, tuvo lugar el primer Campeonato del Mundo en Pista Cubierta. Esta competición se celebraría cada dos años. Hasta 1989 coincidió con el Campeonato de Europa, entonces anual. A partir de 1990, el Europeo y el Mundial se celebraron en años alternos. París repitió en 1997, con la formidable actuación del danés de origen keniano Wilson Kipketer (1972), que superó la plusmarca mundial bajo techo en dos ocasiones. En 2004 el Mundial pasó a disputarse los años pares y el Europeo los años impares. El próximo campeonato del mundo en sala tendrá lugar en la ciudad china de Nanjing, del 13 al 15 del próximo mes de marzo.

El 1500 en España (III). Abascal y González en Helsinki y Los Ángeles

En 1983 en Helsinki se celebraba el primer campeonato del mundo de atletismo en pista al aire libre. Tras los boicots de los países africanos a los Juegos de Montreal 1976 y de varios países occidentales a los Juegos de Moscú 1980, los mejores atletas sin excepciones por fin competirían entre si. Con los problemas físicos de Steve Ovett (1955) y Sebastian Coe (1956), el 1500 se presentaba muy abierto. Además de los dos británicos, su joven compatriota Steve Cram (1960), los estadounidenses Steve Scott (1956) y Sydney Maree (1956), el sorprendente mejor marquista del año, el marroquí Said Aouita (1959), y los españoles José Manuel Abascal (1958) y José Luis González (1957) contaban para estar entre los mejores en ese kilómetro y medio del primer Mundial.

Los españoles se presentaban en la capital de Finlandia en buenas condiciones. En pista cubierta, Abascal había repetido plata en el Europeo, un año en que González no compitió en sala. El toledano comenzó, sin embargo, muy bien la temporada al aire libre. El 24 de junio saltó a las portadas de los periódicos cuando en París batió a Sebastian Coe, con 3:34,84, por 3:35,13 del británico. Poco después se descubriría que Coe padecía una enfermedad parasitaria llamada toxoplasmosis, lo que lo obligó a dar por terminada su temporada. 4 días después en Oslo, González, junto con Abascal, que había hecho 3:35,88 poco antes, se enfrentaba a Steve Ovett. El cántabro se cayó en la última recta, ayudado por los potentes movimientos de brazos del británico, que se impuso con 3:33,81. González, que disputó la victoria hasta el final, fue segundo con su mejor marca personal, 3:33,93. Ni Abascal ni González participaron en el Campeonato de España, que tenía lugar en San Sebastián entre el 22 y el 24 de julio. La RFEA permitió a los mejores atletas no tomar parte en los Campeonatos, por lo que hubo varias ausencias significativas, entre ellas, las de los dos mediofondistas. La victoria en el 1500 se la llevó el leonés Colomán Trabado (1958). Campeón de Europa de 800 m en sala, decidió cambiarse a la prueba en la que el año anterior, con 3:39,6 había sido el tercer español en bajar de 3:40,0.

González, que parecía en gran forma, se mostró, sin embargo, muy titubeante en las series del 1500 del Mundial. Mientras Abascal entraba cómodamente segundo en la cuarta serie y pasaba a semifinales por puestos, González, tras ser 8º en la tercera serie, lograba in extremis la clasificación por tiempos con el peor registro. En las semifinales se confirmaron los peores temores y el toledano se quedó fuera de la final, en la que entró sin problemas Abascal. Otro ilustre eliminado fue el estadounidense Maree. Pese a ello, la final tenía un nivel muy alto y las medallas se presentaban muy caras sin un claro favorito para el oro. El cántabro esperaba una carrera rápida, pues su menor aceleración final hacía que le perjudicasen las pruebas muy tácticas. Las semifinales se habían ganado con 3:36,43 y 3:35,77. La final, sin embargo, resultó desesperadamente lenta con pases de 1:05,02 y 2:07,76. A falta de 500 metros el marroquí Said Aouita cambió bruscamente de ritmo llevándose con él a Cram, Scott y Abascal, dando paso al 1200 en 3:03,82. Cram sobrepasó al norteafricano en el último 200 y se acabó haciendo con el oro en 3:41,59. Aouita aguantó la segunda posición hasta que a falta de 50 metros lo adelantó Steve Scott, que sería plata. Abascal peleó con todas sus fuerzas para entrar en el podio, pero en la última recta perdió la 4ª posición en favor de Steve Ovett, muy atrás a la hora del tirón definitivo.

Es probable que a Abascal le hubiese beneficiado una carrera más rápida, pero lo cierto es que los 4 atletas que le precedieron en Helsinki acabaron 1983 con mejor marca que él. Tras el Mundial ganó el 1500 de la final B de la Copa de Europa, con 3:33,63, vigente plusmarca de la competición y se quedó muy cerca de su plusmarca española, al hacer 3:33,18 en Zúrich. Unos días después resultó derrotado por José Luis González en Bruselas. Tras su actuación en Helsinki, el toledano tuvo un rendimiento muy irregular, pero consiguió con 3:33,44 en el Memorial van Damme su mejor marca de siempre. El vencedor fue Cram con 3:31,66, a 0,3 de la plusmarca mundial. Abascal fue 3º con 3:35,23. El cántabro terminó el circuito europeo con una gran victoria en Roma, en la distancia de la milla, mejor marca personal de 3:51,71. Unos días después Aouita, a quien había derrotado Abascal en Roma, batía González (2º) y a Abascal (3º) en los 1500 de los Juegos del Mediterráneo. Los españoles acabaron 6º  y 7º del mundo en un año en que hubo 2 plusmarcas mundiales y 6 atletas por debajo de 3:33,0, pero mientras Abascal había confirmado su solidez en la alta competición, para González seguía siendo una asignatura pendiente.

En 1984 tendrían lugar los Juegos Olímpicos en Los Ángeles. La decisión de encargar a LA la organización de los Juegos se había tomado en 1978. La ciudad californiana era la única candidata. Tras el boicot a los Juegos de Moscú decretada por el Presidente James Carter (1924), se esperaba que la Unión Soviética respondiese no acudiendo a LA. Y así fue, el 8 de mayo de 1984 anunciaron que no irían a los Juegos aludiendo cuestiones de seguridad y sentimientos antisoviéticos. Los países comunistas secundaron el boicot soviético salvo Yugoslavia, Rumanía y China. En atletismo el boicot afectó principalmente a las pruebas femeninas y a los lanzamientos masculinos. En carreras masculinas apenas tuvo efecto.

En la temporada invernal, González tampoco compitió en sala. Sí lo hizo Abascal que había realizado en East Rutherford la mejor marca mundial de la milla en pista cubierta con 3:55,69. Una inoportuna infección respiratoria le impidió disputar la final del Europeo en sala. La temporada al aire libre de los dos españoles se inició en abril con un enfrentamiento en París en una milla urbana, ante un renacido Steve Ovett, que el año anterior había recuperado la plusmarca mundial con 3:30,77. El británico, no sin dificultades resultó vencedor, dando una gran impresión. Ya en junio, en Oslo, volvieron a citarse Ovett y González y el resultado fue similar al del año anterior, con victoria por 0,11 del británico con 3:34,50. Abascal entretanto se había lesionado y se llegó a cuestionar su participación en los Juegos. En el campeonato de España, celebrado del 29 de junio al 1 de julio, González optó sorprendentemente por los 800 metros, prueba en la que fue 5º. Abascal, lejos de su mejor forma, ganó con polémica el 1500. En la última recta el castellonense Andrés Vera (1960) y el cántabro sufrieron un encontronazo en el que Vera se llevó la peor parte. Abascal decidió dejar de competir e intensificar los entrenamientos para tratar de recuperar la forma. El 27 de julio, tras una prueba positiva en 2000 metros, en la que hizo 5:01,1, plusmarca española, el cántabro decidía ir a Los Ángeles a disputar el 1500 de los Juegos.

Abascal confirmó su buena forma en su serie y en su semifinal de los Juegos, al imponerse en ambas con el mejor tiempo global en 3:37,68 y 3:35,70 respectivamente. Sin embargo, sorprendentemente, José Luis González se quedaba eliminado en la primera ronda con 3:47,01 en la primera serie a más de 8 segundos del ganador. La final resultó, afortunadamente para el cántabro, mucho más rápida que en Helsinki. No había un claro favorito, pues Aouita había preferido el 5000, Cram había llegado corto de preparación, Ovett, con problemas físicos y Coe era una incógnita tras su polémica selección después de 2 años muy complicados. No obstante había dado muy buena impresión con su plata en 800. Se pasó el 400 en 58,85 y el 800 en 1:56,81, en ese momento con Steve Scott en cabeza. A falta de 600 metros, Abascal decidió avivar el ritmo para evitar una última recta multitudinaria. El cántabro pasó el 1200 en 2:53,21. En ese momento Steve Ovett, que ya había tenido problemas respiratorios en la final de 800 m, abandonaba.  A falta de 200 m solo Coe y Cram, que sobrepasaban al cántabro, aguantaban el ritmo. Coe se impuso, majestuoso, con 3:32,53, nueva plusmarca olímpica, Cram fue plata con 3:33,40 y Abascal logró mantener el bronce con 3:34,30.

El bronce de Abascal tuvo un impacto mediático enorme en España. Era la primera medalla del atletismo español en una carrera en pista, y además en la entonces considerada prueba reina. En las reuniones posolímpicas, Abascal no estuvo lejos de su plusmarca nacional. Hizo 3:33,69, tiempo con el que fue el 6º atleta del año. González, con el tiempo realizado en Oslo en julio de 3:34,61, fue el 16º del año.

En la final de LA hubo otro español, Andrés Vera Llorens (Castellón de la Plana, 31 de diciembre de 1960). En los primeros años de su carrera se había dedicado al 800, prueba en la que había participado en el Europeo de 1982. En 1983 fue campeón de España de las 2 vueltas, distancia en la que realizó su mejor marca, 1:46,85, en 1984. En 1983 en 1500 m había sido 4º en la Universiada de Edmonton, a 0,03 del bronce con mejor marca personal de 3:41,27. Al año siguiente realizó 3:37,53, que le valió para su selección olímpica. Su actuación en LA fue excelente. Tercero en su serie con 3:45,44 y en su semifinal con plusmarca personal de 3:36,55, se plantó brillantemente en la final, donde ocupó un magnífico 7º puesto con 3:37,02. Vera realizó un papel perfecto en los Juegos, ya que había llegado en su mejor forma en el mejor momento. Tras un año plagado por problemas físicos, en 1986, pese a realizar 3:35,86, su mejor marca en 1500 m, no acudió al Europeo al aire libre porque hubo tres atletas mejores que él. En 1987 fue 6º en el Europeo en sala, se proclamó campeón de España de 1500 m al aire libre y acudió al Mundial de Roma, pero las lesiones acabaron apartándolo de la alta competición.

En 1984 sucedió un hecho inédito. Hubo 5 atletas con mínima olímpica en 1500 m, que entonces era de 3:39,0. Además de los citados Abascal, González y Vera, el barcelonés Jaime López Egea (1955) y el madrileño José Luis Carreira (1962). Egea tuvo una buena etapa de junior, en que corrió en 1:47,9 los 800 m. Fue campeón de España de 1500 m en 1977 y de 5000 m en 1987. En 1983 se había convertido, con 3:39,71 y posteriormente con 3:39,02, en el 4º español sub3:40. En 1984 hizo 3:37,64, que resultó su mejor marca de siempre. En 5000 m realizó 13:38,49 (1985). Por su parte Carreira, también procedente del 800, corrió en 1984 en 3:38,79. Fue bronce y plata en los Europeos en sala de 1500 m de 1985 y 1986 respectivamente. Ese 1986 corrió al aire libre en 3:35,56 y fue 9º en el Europeo. Tras 2 años de ausencia reapareció en 1989 corriendo 5000 metros, prueba en la que fue campeón de España ese año y en la que tuvo una destacada actuación en la Copa del Mundo, 3º con mejor marca personal de 13:25,94.

Los mejores 1500 (VI): final de Los Ángeles 1984

A principios de 1984 la carrera atlética de Sebastian Coe (1956) había encallado, para un importante sector de la prensa definitivamente. Después de 6 años progresando y rompiendo límites, en 1982 y 1983 las fuerzas parecían haberlo abandonado. Determinar la causa resultó complejo. Finalmente pudo diagnosticarse de toxoplasmosis, una enfermedad producida por un parásito, habitualmente benigna, pero que en el caso de Coe no lo fue tanto. En esos 2 años no solo había perdido condición física, sino también su jerarquía en el 1500. Mientras Steve Ovett (1955) tampoco estaba en su mejor momento, otro británico Steve Cram (1960) se había hecho brillantemente con el oro en los Juegos de la Commonwealth, en el Campeonato de Europa y en el Campeonato del Mundo. La prensa tenía nuevo ídolo y dejó de prestar atención a los viejos rivales de los Juegos de Moscú.

Sebastian Newbold Coe había nacido en Chiswick (Londres) el 29 de septiembre de 1956 en el seno de una familia acomodada. Su padre, Peter, era ingeniero y su madre, Angela, actriz de teatro. Por el trabajo de Peter, la familia se trasladó a Sheffield cuando Seb era pequeño. El joven Seb comenzó a practicar atletismo a los 12 años. Peter Coe, gran aficionado al deporte, no estaba de acuerdo con el entrenamiento basado en volúmenes altos que aplicaban a su hijo. De modo que, con formación autodidacta, decidió entrenarlo él mismo. Su condición de ingeniero hizo que diese mucha importancia a la biomecánica. Siendo Seb adolescente pronosticó que sería el primer hombre en correr el 1500 en menos de 3:30. No se equivocó por mucho, pues su hijo fue el 4º atleta en superar esa barrera mítica.

El joven Seb afrontó su primera prueba importante en la final de 1500m del Eurojunior de 1975, celebrado en Atenas. Allí consiguió la medalla de bronce, detrás del juvenil finlandés Ari Paunonen (1958) y del entonces soviético Dimitri Dimitriev (1956). El primero repetiría título 2 años más tarde en Donetz (Ucrania) y desaparecería el mapa atlético. El segundo sería 4º en el 5000 del primer Campeonato Mundial. 8º en la carrera de Atenas fue José Manuel Abascal (1958), como Paunonen, aún en categoría juvenil. Durante sus años de junior y sus primeros años en categoría absoluta, Coe compaginó el atletismo con sus estudios de Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Loughborough. Se licenciaría en 1979. Sus mejores tiempos en categoría junior fueron 1:53,8 en 800m, 3:45,2 en 1500m y 8:14,8 en 3000m, buenas marcas, pero que en absoluto hacían presagiar lo que sucedería en los años siguientes, salvo para Peter Coe.

En 1976 alternó el 1500 y la milla con el 800. A finales de agosto de ese año corrió la milla en 3:58,35, su primera marca por debajo de 4 minutos. En los años siguientes se dedicaría principalmente al 800. Su primer éxito internacional le llegó en 1977, cuando se proclamó campeón de Europa de pista cubierta en San Sebastián. Ese mismo año, al aire libre, superó, con 1:44,95, la plusmarca británica de 800m. En 1978 volvió a mejorar la plusmarca nacional con 1:44,25. Esperaba convertirse en campeón de Europa en Praga en septiembre, pero un tiempo suicida en cabeza de 49,54 en la primera vuelta lo dejó sin fuerzas a partir de los 600 metros y lo relegó a la tercera posición, superado por el alemán Olaf Beyer (1957), con 1:43,84 y por Steve Ovett, que le arrebató la plusmarca británica con 1:44,09.  Esta plusmarca le duró a Ovett escasas semanas, ya que el 15 de septiembre en Crystal Palace, Coe, con 1:43,97, se convirtió en el primer británico en correr la distancia por debajo de 1.44,0.

1979 fue el año de la explosión atlética de Coe. Sin campeonatos importantes (entonces no había campeonato mundial), se centró en la consecución de plusmarcas mundiales. El 5 de julio, en Oslo, sorprendió al mundo atlético con una estratosférica marca en 800m de 1:42,33, 1,11 segundos por debajo de la plusmarca mundial del cubano Alberto Juantorena (1950). Doce días después en el mismo estadio Bislett recuperó la plusmarca mundial de la milla para las Islas Británicas, al correr la distancia en 3:48,95 (marca homologada en 3:49,0), con plusmarca europea de 1500m al paso (3:32,8). El último plusmarquista mundial británico de la milla había sido Derek Ibbotson (1932) con 3:57,2 en 1957.Un mes después, en Zürich, Coe se hizo también con la plusmarca mundial de 1500m, con 3:32,03 (homologada 3:32,1). Solo el alemán Otto Peltzer (1900-1970) había conseguido ser plusmarquista mundial de 800m y 1500m. Las plusmarcas de Coe continuaron en 1980. El 1 de julio en el estadio Bislett consiguió el tope mundial de 1000m, con 2:13,40, medio segundo mejor que el anterior, de Rick Wohlhuter (1950). Durante unos minutos Coe fue el único atleta de la historia en monopolizar las 4 plusmarcas del mediofondo (800m, 1000, 1500m y milla). Esos minutos fueron los que transcurrieron desde el final del 1000 hasta el final de la milla en la misma reunión, carrera en la que Steve Ovett estableció un nuevo primado mundial con 3:48,8.

El gran duelo entre ambos tendría lugar pocos días después en Moscú. Coe aspiraba a los dos oros, Ovett también. Había algunas ausencias importantes sobre todo en 1500m como las de Thomas Wessinghage (1953), Steve Scott (1956) o John Walker (1952) La primera parte del duelo tuvo lugar la tarde del 26 de julio, la final de 800m. Seb, excesivamente nervioso, temeroso de cometer el mismo error que en Praga dos años antes, prefirió mantenerse en puestos secundarios. La primera vuelta se pasó en 54,55. A falta de 200 metros el soviético Nicolai Kirov (1957) dio un acelerón, con Ovett detrás y Coe en quinta posición muy lejos de la cabeza. El final de Ovett lo llevó al oro en 1:45,40. Coe a duras penas se hizo con la medalla de plata (1:45,85). Hijo mío, has corrido como un idiota, Peter Coe no se anduvo por las ramas. Mañana será otro día y dará comienzo otra batalla , parece que contestó Seb. La prensa británica ensalzaba a Ovett, pese a que no les hablaba, y no tenía piedad de Coe. Al día siguiente la situación se presentaba difícil para Coe. Había perdido en su a priori mejor prueba, su autoestima estaba por los suelos y la de su rival por las nubes. El 1 de agosto, los dos rivales estaban nuevamente en la línea de salida de una final. Esta vez Coe se pegó al alemán Jürgen Straub (1953), quien dio paso al 400 (61,1) y al 800 (2:04,9). Steve, tras su oro, parecía algo menos motivado. El alemán continuó en cabeza en el 1200 acelerando (2:59,1) con los dos británicos pisándole los talones. A falta de 200 metros se abrió un pequeño hueco de 4 metros, insuficiente para descolgar a Coe, pues este superó a Straub a falta de 100 metros. Parecía que Ovett se le iba a echar encima, pero Straub logró aguantar la posición. Coe, majestuoso, se hizo con el oro en 3:38,40, Straub fue segundo (3:38,80) y Ovett tercero (3:38,99).

Moscú no resolvió la pregunta de quién era el mejor. Coe tras un 1500 en 3:32,19 en Zúrich dio por terminada la temporada debido a dolores lumbares. Ovett, por su parte, superó la plusmarca de 1500m de Coe con 3:31,36. Los dos rivales se prepararon para una terrible lucha que tendría lugar al año siguiente en pos de las plusmarcas mundiales. Coe comenzó pronto la temporada. El 10 de junio de 1981, en Florencia, volvió a dejar al mundo atlético boquiabierto con un tiempo en 800m de 1:41,73. El 7 de julio en Estocolmo hizo su único 1500 del año que corrió en 3:31,95, su mejor marca. Podría haber rondado la plusmarca mundial, pero pasó el 800 en 1:49,1 (El Guerrouj pasó en 1:50,73 el día de la actual plusmarca mundial de 3:26,00). 4 días después, el 11 de julio, Coe estableció otra plusmarca asombrosa, 2:12,18 en el kilómetro. En la segunda mitad de agosto, en 10 días, recuperó en 2 ocasiones el primado mundial de la milla con 3:48,53 y 3:47,33. En el medio de ambas carreras Ovett había hecho 3:48,40. La lucha de las plusmarcas tenía a Coe como ganador.

La temporada de ambos mediofondistas británicos de 1981 había concitado un enorme interés mediático, lo que había hecho que finalmente ambos cediesen a enfrentarse fuera de los grandes campeonatos. En 1982, además de los Campeonatos Europeos, que se celebrarían en Atenas en septiembre, se habían previsto tres enfrentamientos: un 3000 en Crystal Palace, un 800 en Niza y una milla en Oregon. Una fractura de estrés sufrida por Coe a principios de año hizo que los enfrentamientos previstos no tuviesen lugar. Coe se recuperó y comenzó su preparación para los Europeos, donde correría 800 y 1500. Ovett renunció por baja forma y Coe se vio derrotado sorprendentemente en el 800 por el alemán Hans Peter Ferner (1956). Unos exámenes médicos sugirieron que el británico padecía una enfermedad vírica denominada mononucleosis infecciosa. Le recomendaron no correr el 1500, carrera en la que se impuso la nueva estrella británica Steve Cram. A principios de  1983, Coe parecía plenamente recuperado. En la temporada en sala consiguió las plusmarcas mundiales de 800m (1:44,91) y 1000m (2:18,58). Al aire libre, sin embargo, y pese a correr los 800 en 1:43,80, comenzó a sufrir derrotas que lo llevaron a consultar sobre su condición física. La enfermedad del año anterior había reaparecido. Dado que esa no es la evolución normal de la mononucleosis infecciosa, se realizó una biopsia de un ganglio linfático, que reveló que Coe padecía toxoplasmosis. Ello significaba la renuncia inmediata al Campeonato Mundial de Helsinki y una tórpida recuperación, de incierto resultado a principios de 1984.

Pese a todas sus dudas, Seb Coe pudo reanudar sus entrenamientos en ese año olímpico de 1984, aunque en aquel momento los puestos de honor en los Juegos le parecían muy lejanos. Al cabo de unos meses, sin embargo, parecía ir por el buen camino. Pese a resultar derrotado por Peter Elliott (1962) en el 1500 del Campeonato Británico, realizó 1:43,84 en 800 y 3:54,6 en la milla. Finalmente, en una decisión muy polémica, la AAA decidió seleccionarlo para el 1500 junto con Cram y Ovett, en detrimento de Elliott. Elliott sí iría a los Juegos en el 800, con Coe y Ovett. Un sector de la prensa actuó de forma implacable contra Coe y los miembros de la AAA. Resulta curioso ver cómo la prensa disfruta creando y destrozando ídolos. Lo cierto es que a esas alturas ya tenían otro ídolo, Steve Cram.

Stephen Cram había nacido en Gateshead (Reino Unido) el 14 de octubre de 1960. Corredor de gran talento, consiguió en 1978, a los 17 años, con 3:57,42 bajar de 4 minutos en la milla. Este logro le valió para ir a los Juegos de la Commonwealth, que se celebrarían en Edmonton (Canadá), donde hizo 3:44,83 en su semifinal, insuficiente para pasar a la final. En 1979 ganó el oro en el Eurojunior en 3000m. No corrió el 1500 para evitar al escocés Graham Williamson (1960), plusmarquista europeo junior de 1500 con 3:36,6. Al año siguiente, sin embargo, fue Cram el seleccionado para el 1500 de Moscú, en detrimento de Williamson. En la final de 1500m Cram fue 8º. En 1981 hizo 3:49,95 en la milla y en 1982 consiguió el oro en el 1500 de los Juegos de la Commonwealth y en el Europeo de Atenas. Cram ratificó su clase mundial al año siguiente, cuando en una carrera muy táctica, ganó el oro en el primer Campeonato del Mundo celebrado en Helsinki. Segundo había sido Steve Scott y tercero el marroquí, que empezaba a asomarse a la élite, Said Aouita (1959). Cram redondeó su excelente temporada con sus mejores marcas en 800m (1:43,61) y 1500m (3:31,66, a 0,3 de la plusmarca mundial). Con estas credenciales, parecía el gran favorito para hacerse con el oro olímpico, cuando una inoportuna lesión en el tendón de Aquiles retrasó su puesta a punto para los Juegos.

Tras haber corrido 4 carreras de 800, Steve Ovett y Sebastian Coe se preparaban para tomar parte en la primera ronda del 1500 de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. La Unión Soviética y los países de su esfera de influencia habían decidido boicotear la competición en respuesta al boicot occidental a los Juegos de Moscú, pero en el caso del 1500, el boicot no había tenido efecto alguno. La suerte en el 800 había sido dispar para los 2 británicos. Mientras Coe consiguió una brillante plata (1:43,64), detrás del inabordable brasileño Joaquim Cruz (1963), oro con 1:43,00, Ovett, aquejado por problemas bronquiales, había sido último y acabado en el hospital. Pese a ello decidió correr el 1500. La prueba no tenía un favorito claro: la forma de Cram era una incógnita, Ovett parecía muy mermado físicamente y Coe había hecho un gran esfuerzo en el 800, en un año en que se había perdido parte de la temporada invernal. El mejor marquista del año, 3:31,54, Said Aouita, había preferido el 5000, que juzgaba más asequible. En la primera ronda Coe fue segundo en la segunda serie, 3:45,30, Ovett ganó la tercera, la más lenta, 3:49,23, y Cram la sexta con 3:40,33. El tiempo más rápido, 3:37,68, fue el del plusmarquista español José Manuel Abascal, quien, tras sufrir problemas físicos poco antes de los Juegos, parecía en plena forma. Las semifinales resultaron muy competidas. Abascal ganó la primera con unos excelentes 3:35,70, por delante de Scott, 3:35,71, Coe, 3:35,81, y el sorprendente keniano Joseph Chesire (1961), 3:35,83. En la segunda semifinal se impuso Cram con 3:36,30, el estadounidense Jim Spivey (1961) fue segundo, 3:36,53, la tercera posición fue para el español Andrés Vera (1960) con 3:36,55, marca personal, el mismo tiempo que Ovett.

La final se celebraba al día siguiente, 11 de agosto. Daba la sensación de que Coe se había reservado en las rondas previas, Cram parecía en buena forma y Ovett semejaba bastante recuperado. Abascal y Scott también habían causado una buena impresión. La carrera comenzó con el sudanés Omar Khalifa en cabeza, en  58,85 el 400. A los 500 metros un finalizador como Scott sorprendió colocándose el primero. En el 800 marcó 1:56,81. Sabedor de que su aceleración final era insuficiente, Abascal decidió que su momento había llegado y tomó la cabeza a falta de 600 metros. Marcó 2:39,04 cuando sonó la campana seguido por Coe, Cram y Ovett. A punto de iniciar la última contrarrecta, Ovett, agotado, abandonaba. Abascal seguía líder en el 1200, 2:53,21, por delante del dúo británico. Casi al final de la contrarrecta Cram intentó pasar a la primera posición. Coe se dio cuenta y fue él quien se colocó en cabeza, seguido muy de cerca de Cram, que también superó a Abascal. El rubio de Gateshead no pudo con el tirón final de Coe, que ganó exultante con 3:32,53, nueva plusmarca olímpica. Cram fue plata, 3:33,40, y Abascal, resistiendo el ataque final de Chesire, consiguió el bronce, 3:34,40. Coe nada más terminar se dirigió desafiante a la prensa británica y les preguntó ¿Quién decía que estaba acabado? Estos fueron los resultados completos:

  1. Sebastian Coe GBR 3:32,53
  2. Steve Cram GBR 3:33,40
  3. José Manuel Abascal ESP 3:34,30
  4. Joseph Chesire KEN 3:34,52
  5. Jim Spivey USA 3:36,07
  6. Peter Wirz SUI 3:36,97
  7. Andrés Vera ESP 3:37,02
  8. Omar Khalifa SUD 3:37,11
  9. Tony Rogers NZL 3:38,98
  10. Steve Scott USA 3:39,86
  11. Riccardo Materazzi ITA 3:40,74
    Steve Ovett GBR Ab

Tras dos años con problemas de salud muy serios Coe volvía a lo más alto. Se convertía en el primer atleta en repetir oro en los 1500m, en una carrera muy rápida en la que Abascal puso muy caras las medallas. Cram se tuvo que conformar con la plata. Probablemente en la forma del año anterior o del siguiente habría ganado el oro. Su propensión a las lesiones no le permitió alcanzar su máximo nivel. Aún le quedaban 2 temporadas muy buenas, de las que hablaremos en la próxima entrada, antes de dar paso al otro Cram.

Para Abascal el bronce de Los Ángeles supuso la confirmación de lo que había apuntado las dos temporadas anteriores. José Manuel Abascal Gómez había nacido en Alceda (Cantabria) el 17 de marzo de 1958. Como se dijo anteriormente fue 8º, siendo juvenil, en el 1500 del Eurojunior de 1975. Dos años después fue campeón de Europa junior de 3000m, con 7:58,3, tras pasar en 4:10 el 1500, y unos días más tarde con 3:38,2 se convirtió en el primer español en correr el 1500 por debajo de 3:40. Su carrera atlética se estancó en los años siguientes, años en que vio cómo José Luis González (1957) mejoraba la plusmarca española hasta dejarla en 3:34,41 en 1981. En 1982 Abascal volvió a despegar. Se hizo con el bronce en el 1500 del Europeo de Atenas y recuperó la plusmarca nacional con unos excelentes 3:33,12. En 1983 fue 5º en el Mundial de Helsinki. En los años siguientes a los Juegos llevó su marca personal a 3:31,13 (1986), muy cerca de los 3:30,92 que González había establecido como plusmarca nacional en 1985. Tras su bronce olímpico, ya no volvería a destacar en grandes campeonatos. Una semifinal trampa le impidió acceder a la final del Europeo de Stuttgart, cuando parecía en su mejor momento. A partir de 1987 diversos problemas físicos mermaron su rendimiento y optó por la retirada 2 años después. En la final hubo otro español, Andrés Vera Llorens (Castellón de la Plana, 30 12 1960), quien ocupó una excelente 7ª posición tras mejorar marca en semifinales. A sus 23 años su futuro parecía brillante. Desgraciadamente numerosas lesiones cortaron su progresión.

Coe siguió en la élite mundial algunos años más. En 1985 realizó 1:43,07 y 3:32,13, pero se vio desbordado por una catarata de grandes marcas de sus rivales. Fue tercero en la carrera en la que perdió la plusmarca mundial de la milla. En 1986 fue, por fin, campeón de Europa de 800m y 2º en el 1500m detrás de Cram. Poco después corrió el 1500 en 3:29,77, su mejor marca. Se perdió la temporada de 1987 y parte de la de 1988 por lesión, lo que le impidió hacer las mínimas olímpicas dentro del plazo. En 1989 fue segundo en el 1500 de la Copa del Mundo, detrás del campeón mundial de 1987, el somalí Abdi Bile (1962). Se retiró en 1990, después de haber corrido el 800 de los Juegos de la Commonwealth. Tras dejar la competición fue diputado, jefe del gabinete del líder conservador William Hague, presidente del comité organizador de los Juegos de Londres y, en la actualidad, es el presidente de la IAAF.

Como decíamos en la entrada anterior el duelo Coe-Ovett dio una nueva dimensión al atletismo. Además Coe fue un adelantado a su tiempo. Su plusmarca en 800m duró 16 años, hasta que Wilson Kipketer (1972) la igualó en 1997. Su plusmarca de 1000m fue aún más longeva, hasta 1999, cuando Noah Ngeny (1976) corrió en 2:11,98.

Tal vez la mejor biografía de Coe sea la de David Miller Born to run. Hay otra más reciente, ésta autobiografía, titulada Running my life.