John Powell, uno de los últimos grandes discóbolos estadounidenses

Hasta los años 70, el lanzamiento de disco fue un territorio casi exclusivo para los Estados Unidos. Tras los Juegos 1968, los atletas de ese país habían ganado doce de dieciséis oros olímpicos y un total de veintiocho medallas. A partir de los Juegos Olímpicos de 1972 las jerarquías comenzaron a cambiar con la irrupción de los atletas de los países del Este. El coplusmarquista mundial, compartía el tope universal, 68.40 m, con el sueco Richy Bruch (1946-2011), el estadounidense Jay Silvester (1937) era uno de los favoritos para hacerse por fin con el oro olímpico. Había ganado en las pruebas de selección de su país. Su gran rival era el entonces checoslovaco Ludvík Daněk (1937-1998). Ambos tenían ya treinta y cinco años y habían resultado ensombrecidos por el tetracampeón olímpico Al Oerter (1936-2007). Silvester encabezó la final desde la tercera ronda con un lanzamiento de 63.50 m, pero en el lanzamiento definitivo Daněk se fue a 64.40 m. Por primera vez desde 1948 no había un estadounidense en lo más alto del podio de la prueba. Bruch fue tercero y otro estadounidense, John Powell (1947-2022), ocupó la cuarta posición.

John Gates Powell nació el 25 de junio de 1947 en San Francisco, California. Tras graduarse en la Universidad de San José se unió a la policía, donde estuvo siete años. Lo acabó dejando para centrarse en el lanzamiento de disco. En 1972, tras ser segundo en las pruebas de selección olímpica, fue, como se ha señalado, cuarto en la final de Múnich. Ese año hizo una mejor marca de 64.21 m, duodécima de la temporada. En los años siguientes fue progresando hasta que en 1975 consiguió la plusmarca mundial con 69.08 m. Ese año venció en los Juegos Panaméricanos de México, batiendo a Silvester, de treinta y ocho años, tercero.

Powell parecía el mayor candidato para hacerse con el oro olímpico en 1976. Pero ese mismo año surgió un rival durísimo, su compatriota Maurice Mac Wilkins (1950). Acreditado en 66.78 m en 1976, el 24 de abril de 1976 superó la plusmarca mundial de Powel por 10 cm, 69.18. Seis días después, el 1 de mayo realizó una competición perfecta, nada menos que tres nuevas plusmarcas mundiales, 69.80, 70.2 y 70.86 m, primer atleta en superar los 70 metros. Wilkins era políticamente incorrecto y lenguaraz. No tenía piedad en las críticas a su propia federación. En la final olímpica de 1976, se colocó en primer lugar con un segundo lanzamiento de 67.50 m, que a la postre resultó ganador. Powell lanzó 65.70 m en la tercera ronda y no pudo mejorar. Un último lanzamiento de 66.22 m del alemán del Este Wolfgang Schmidt (1954), que ese temporada había lanzado 68.60 m, apeó a Powell de la segunda posición. Wilkins, último oro estadounidense en este concurso, felicitó calurosamente en Schmidt, algo que se interpretó como un desprecio a Powell. Posteriormente alabaría los métodos de entrenamiento de los atletas de Alemania del Este.

Wilkins volvió a derrotar a Powell en las simbólicas pruebas de selección olímpica de 1980, celebradas cuando ya era oficial el boicot estadounidense a los Juegos de Moscú. En 1981, Powell lideró la lista mundial del año con 69.98 m. En 1984, con casi treinta y siete años, superó por primera vez la barrera de los 70 metros. El 9 de junio en San José, en los campeonatos de Estados Unidos lanzaba 71.26 m, que acabó siendo la mejor marca de ese año, derrotando a Wilkins, 70.43 m. Unos días después, volvía a batir a Wilkins en las pruebas de selección olímpica, 67.14 frente a 66.14 m. Con estos resultados y con la ausencia de los atletas del Este por el boicot del bloque soviético a los Juegos, Powell parecía que, por fin, se podría hacer con el oro olímpico.

Pero las cosas no fueron bien para Powell en la final olímpica de Los Ángeles. El desconocido alemán Rolf Danneberg (1953), acreditado en 67.40 m ese mismo año, se hizo con el oro con un lanzamiento de 66.60 m en la tercera ronda, por delante de Wilkins, 66.30 m. Powell, que al comienzo de la sexta ronda era cuarto, consiguió entrar en el podio con 65.46 m. Estas dos medallas fueron las últimas de atletas estadounidenses en esta prueba en los Juegos Olímpicos.

A Powell aún le quedaba un gran logro. Ya con cuarenta años fue plata en el Mundial de 1987, por detrás del plusmarquista mundial, el alemán Jüngen Schult (1960), 74.08 m en 1986, todavía vigente. Schult lanzó 68.74, plusmarca de los campeonatos, mientras Powell hizo 66.22 m, su mejor marca oficial ese año. Poco después del campeonato, realizó 72.08 m, pero no se homologó por caída excesiva del campo de lanzamiento. Se intentó clasificar para los Juegos Olímpicos de 1988 pero fue quinto en las pruebas de selección olímpica. Su carrera atlética finalizó de una forma un tanto abrupta al resultar sancionado por competir en Suráfrica, entonces apartada de las competiciones deportivas por sus políticas discriminatorias, en 1989.

Ya desde su época de atleta, Powell se dedicó al entrenamiento de lanzadores en la Universidad de Las Vegas y en Stanformd. Murió el 19 de agosto de 2022.

Desde la plata de Powell en 1987, los lanzadores estadounidenses solamente han ganado otras dos medallas en los Mundiales. Anthony Washington (1966) fue oro en 1999 con 69.08 m y Mason Finley (1990) bronce en 2017 con 68.03 m, mejor marca personal.

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