«Más allá de la meta», el tercer libro de Emilio Navaza

Tras Gallegos en la gloria olímpica (1992) y Voluntad de hierro. Los gallegos de Barcelona 92, año olímpico (1996) llega Más allá de la meta, el tercer libro del periodista Emilio Navaza (Pontevedra, 10 de junio de 1948), exatleta de la sección de atletismo de la SD Compostela. Emilio dedicó la mayor parte de su vida profesional al diario compostelano El Correo Gallego y su radio asociada, Radio Obradoiro, donde fue jefe de la sección de Deportes. En 2003 la Federación Galega de Atletismo le otorgó la Insignia de oro, su máxima condecoración. También se hizo acreedor en 2013 de la Medalla Pierre de Coubertin de la Academia Olímpica Española. Tras su jubilación, Emilio ha seguido trabajando e investigando sobre el atletismo gallego, lo que lo ha llevado a entrevistar a numerosos protagonistas de este deporte en Galicia, cuyo origen data de los albores del pasado siglo. Emilio ha escrito sobre los grandes atletas gallegos, historias de clubes, de competiciones, de entrenadores… De toda esta labor ha surgido este nuevo libro, Más allá de la meta, en cuya cubierta, por cierto, aparece una versión más joven del propio autor, en una competición en la localidad coruñesa de Puentes de García Rodríguez. Emilio elige veintitrés historias atléticas para este libro, a las que une un generoso material gráfico.

Como no podía ser de otra manera, La Carrera Pedestre Popular de Santiago tiene un protagonismo especial en esta obra. No en vano, Emilio fue clave para que esta competición echase a andar y se consolidase como un gran acontecimiento en Compostela. Los cinco primeros capítulos tienen que ver con esta carrera, una de cuyas ilustres vencedoras fue la campeona olímpica de maratón en 1988, la portuguesa Rosa Mota (1958). Otro de los capítulos está dedicado a otro atleta mítico, el palentino Mariano Haro (1940), que visitó Santiago en 1980 con motivo de la Carrera.

También Emilio dedica una parte de su libro a otras carreras importantes del pedestrismo gallego, como el Gran Premio de Navidad de Vigo o la carrera de San Martín de Orense. También en cinco capítulos se habla entre otras cosas de un gran duelo entre el vigués Carlos Pérez (1935) y Mariano Haro en el Gran Premio de Navidad, de la primera participación de un atleta al que el autor admira especialmente, Javier Álvarez Salgado (1943), o el inicio de la participación femenina.

Precisamente el atletismo femenino tiene un relevante papel en la siguiente parte del libro, dedicado a los pioneros del atletismo. Tres mujeres son las protagonistas de tres capítulos, las coruñesas Nela Souto (1943), Natacha Astray (1944-2019) y la viguesa Luisa García Pena (1947), atletas de los años 60 y 70 cuando volvía la categoría femenina a los campeonatos de España. En esta sección también tiene cabida el Comesaña Sporting Club, primer club gallego de atletismo, fundado en 1915.

El cuarto bloque es para competiciones importantes celebradas en Galicia, como cinco campeonatos de España absolutos en pista al aire libre, el Mundial Militar de 1964 en Riazor, con el magnífico triunfo de Álvarez Salgado en obstáculos, el encuentro España-Portugal-Finlandia de 1984 en Santiago, en el que Galicia sustituyó a última hora a Polonia, o los triunfos del Celta de Vigo en los campeonatos de España de campo a través, con Carlos Pérez, Manuel Augusto Alonso (1930-2016) y Álvarez Salgado.

El libro se cierra con tres nombres propios, el del lucense Jesús González Margaride (1967), que sufrió una grave enfermedad mientras buscaba la mínima olímpica para los Juegos de Barcelona, y el de dos grandes del panorama mundial que visitaron las tristemente desaparecidas pistas de Riazor, el marroquí Said Aouita (1959), que en La Coruña se quedó a menos de medio segundo de la plusmarca mundial de 5000 m, y el vallista estadounidense Edwin Moses (1955).

Se trata de una recopilación que, sin duda, merece la pena leer, con un estilo que transmite el enorme entusiasmo de Emilio por el atletismo y una edición muy cuidada con numeroso e interesante material gráfico. Hay que dar las gracias al autor y a la editorial Alvarellos por su labor en pro de la divulgación del atletismo, en este caso del atletismo gallego.

Debo, asimismo, agradecer a Emilio que me haya pedido que escribiese el prólogo de su libro y que me haya incluido en los agradecimientos.

Se pueden consultar más detalles en la página de la editorial Alvarellos.

Cubierta del libro de Emilio Navaza Más allá de la meta, editado por Alvarellos. Emilio es el primero por la derecha

Esther Pedrosa y Raquel Suárez, cuando una conducta ejemplar acaba redundando en beneficio propio (y II)

Segunda parte de la entrevista a Esther Pedrosa y Raquel Suárez, publicada anteriormente en el número 12, del mes de mayo, de la revista Somos atletismo.

Raquel y la categoría máster

Tras retomar informalmente los entrenamientos para ayudar a Raquel, Esther se volvió a meter en el mundo de la competición y se ha convertido en una atleta máster de referencia. Tanto es así que en 2018 la RFEF le otorgó el premio a la mejor atleta de su categoría de ese año en España. Raquel volvió temporalmente a Santiago, tras licenciarse en Ciencias Geológicas en Oviedo. Cinco años después ninguna de sus antiguas compañeras de entrenamiento seguía en el atletismo.

P: Raquel, tu madre vuelve a practicar atletismo para ser tu compañera de entrenamientos y posteriormente acaba siendo tu entrenadora. ¿Cómo valoras eso?

R: Que me acompañara en los entrenos cuando volví de Oviedo lo agradecí muchísimo, porque había desconectado de todo el mundo y no tenía grupo de entreno. Lo de ser mi entrenadora… fue algo casual. Hace un par de años tuve que parar un año entero por lesión y cuando volví tuve que hacerlo adaptando entreno con el fisio. Había perdido motivación y no tenía ganas de entrenar, así que por no molestar a mi entrenador, Manolo Vigo, le pedía consejo a mi madre para ir haciendo cosillas, hasta que le pedí que me entrenara (que yo sé que era su gran ilusión, je, je). Es complicado porque donde hay confianza… ya se sabe. Pero la verdad es que está yendo mejor de lo esperado. En cuanto a la calidad como entrenadora estoy súper contenta porque mi madre es una persona que siempre está formándose y le encanta mejorar, así que siempre busca el mejor método para sacar el máximo rendimiento de las circunstancias, porque, como ella dice, si entreno como una cadete…, corro como una cadete.

P: Curiosamente tu presencia en el atletismo lleva a tu madre a convertirse en una de las mejores atletas de España en su categoría. ¿Cómo te sientes por haber sido la causa de su éxito?

R: Nunca me lo había planteado así. Estoy súper orgullosa de ella.

P: La categoría máster  ha subido mucho de nivel. Cada vez los atletas que compiten son más y mejores. ¿Cómo ves esta categoría y qué diferencias encuentras con otras?

R: La concepción que se tenía hace unos años del deporte máster era muy distinto al que hay actualmente y por eso me animé a participar. Cuando mi madre empezó a competir en máster entrenaban muy pocos y para mí eso desvirtuaba el trabajo de los que verdaderamente entrenan, por eso no me gusta que no haya mínimas para ciertos campeonatos. Me encanta que cada día haya más nivel porque ganar por no tener rival no tiene ningún mérito. La categoría máster me recuerda a la categoría cadete, que íbamos a las competiciones por ver a los amigos de otras ciudades, incluso al niño que te gustaba, y de paso competíamos.

P: ¿Has coincidido en alguna competición con tu madre? No te voy a preguntar el resultado. ¿Y en algún campeonato?

R: En ruta he competido muchísimo con mi madre y en algunas me ha ganado por supuesto. En pista coincidimos por primera vez en 2020 en mi primer campeonato máster en pista al aire libre. Con tal mala suerte que nos juntaron las categorías F 55 y F35. No nos gustó porque, obviamente, cada una quiere hacer su carrera y ver y dar ánimos a la otra y ahora que es mi entrenadora con más motivo. Además nos descentró mucho la expectación que se creó en el estadio por megafonía respecto de si ganaría la madre o la hija.

Esther y la categoría máster

Raquel señala que la categoría máster le recuerda a la categoría cadete por el ambiente de camaradería que se respira. Esther abunda sobre este punto.

R: He de decir que me llevé una gran sorpresa. Tenía otra idea de lo que era. Me encontré un ambiente magnífico. Me alegró mucho que estuviese Aurora Pérez, con la que había compartido club anteriormente. Los atletas máster disfrutan realmente de este deporte. No hay sentimientos negativos Nadie se presiona, ni sufre porque se obliga que ganar. Somos un grupo muy unido y muy alegre. A mí, que soy muy extrovertida, me encanta animar a todos, porque somos máster pero seguimos disfrutando del atletismo y del día a día. Una vez en un campeonato de Europa estaba mi hija Raquel en la grada y me vio animando a los atletas máster que estaban entre el público. Se quedó algo sorprendida, pero cuando vio cómo me animaban cuando competía se dio cuenta de la conexión que teníamos entre nosotros.

P: Dices que disfrutas mucho del atletismo y hablas de la ausencia de presiones. ¿Siempre fue así en tu primera etapa?

R: El que se presiona demasiado acaba mal con el atletismo. Es cierto que en mi primera etapa me ponía más nerviosa, aunque siempre he competido bien. De todos modos, al final acabé un poco saturada, pero fue porque elegí competir todos los fines de semana. Después lo dejé, pero no paré de hacer deporte. Cuando volví a entrenar de forma metódica, me di cuenta de que realmente echaba de menos estar todo el día cansada por el entrenamiento. No es fácil de explicar a alguien que no conoce el atletismo.

P: Tus éxitos en la categoría máster te han llevado a ser muy conocida. ¿Qué opinas de la cultura deportiva en España?

R: Creo que es bastante pobre. El público, incluso el que se interesa por el atletismo, ignora mayormente todo el trabajo que hay detrás de un atleta y lo difícil que es llegar a la élite. Ni siquiera el aficionado medio al fútbol, el deporte dominante, conoce realmente su deporte. Solo quiere que gane su equipo. En cuanto al atletismo, la mayoría solo se acuerdan cuando hay Juegos Olímpicos. Es cierto que de vez en cuando los medios hablan de atletas, como Ruth Beitia y ahora Ana Peleteiro, y acaban siendo conocidas, pero es un conocimiento superficial, basado en lo que dicen los medios.

P: Y ese es uno de los problemas, porque el atletismo español adolece de otros problemas, por ejemplo los entrenadores.

R: Sí, lo cierto es que el entrenador altruista es cada vez menos abundante, algo que es bastante comprensible. Aún quedan algunos, como Pepe Mareca o Jesús Montiel. Lo bueno de estos entrenadores románticos es que de alguna manera el atleta se siente en deuda con ellos, y eso es un motivo para seguir. En el caso de los entrenadores profesionales la clave está en la consecución del objetivo y tal vez se piensa menos en una trayectoria atlética. Habría que buscar románticos, pero que tuviesen una compensación, aparte de la satisfacción personal, por entrenar. De todas maneras no es solo cuestión de los entrenadores. En estos tiempos de pandemia, se habla mucho, con razón, del comercio y la hostelería, pero el mundo del deporte ha tenido un golpe brutal. Organizadores, médicos, fisioterapeutas, gimnasios, monitores, entrenadores, clubes… todos están sufriendo mucho y apenas se piensa en ellos. Los deportistas pierden la forma, pierden los patrocinadores. En el lado positivo, está la encomiable labor de la Federación, que fue capaz de organizar los campeonatos de España de todas las categorías. Yo estuve en el campeonato máster y la organización fue modélica. Eso sí, no nos podíamos ver fuera de la pista porque los circuitos estaban muy bien diseñados para que no coincidiésemos. Raúl Chapado está haciendo un gran trabajo. Está consiguiendo promocionar el atletismo, que estaba algo decaído.

El atletismo en Santiago de Compostela

Esther no está ligada al mundo del deporte solamente por ser atleta. Es técnico de deportes de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y, desde 2019, concejal de deportes del Ayuntamiento de Santiago. Esto le permite conocer de primera mano el estado del deporte en su ciudad.

P: Como nos has dicho, uno de tus logros fue hacer la mínima olímpica, aunque no resultaste seleccionada. ¿Por qué todavía no ha habido ningún deportista olímpico en Santiago?

R: Seguramente es una cuestión de falta de infraestructura, y no me refiero solo a instalaciones. En los años 80 y 90 la Universidad tenía un club y una escuela de atletismo. Había muchísimos atletas. Una tarde como la de hoy en el estadio se veían corredores de todas las modalidades, saltadores, lanzadores…  De la clase media sale lo excepcional y hubo atletas con posibilidades como Santiago Fraga, Manolo Gendra o, algo más tarde, Pedro Nimo. Hoy ya no existe el Club Universitario de Atletismo. La USC gestiona el atletismo a través de su Fundación, pero sus practicantes tienden a considerarla una actividad extraescolar. En el lado positivo, está el Club Atletismo Santiago que, con pocos medios, lo está haciendo muy bien.

P: Hace unos días el experiodista de El Correo Gallego Emilio Navaza denunciaba en su blog Vida atlética de Galicia el despropósito del Estadio Multiusos, cuyas pistas nunca se homologaron y apenas se han utilizado. ¿Cómo veis este problema desde el Ayuntamiento?

R: Había un proyecto para valorar una reforma que permitiese homologarlo, pero la pandemia lo frustró. En el momento en que se construyó el estadio el fútbol presionó muchísimo para que se acabase cuanto antes. Las pistas no se pudieron homologar por algunos problemas que se podrían haber resuelto en su momento, pero no hubo voluntad. Tengo mucho interés, tanto institucional como personal, para que las pistas tengan el uso que se merecen. No lo pierdo de vista. También el Estadio Universitario ha perdido la homologación, aunque esperamos que se recupere este mismo año.

Mariano García-Verdugo

Finalmente no podíamos dejar de hablar de quien ha conducido a Esther con mano sabia por el mundo del atletismo, su entrenador Mariano García Verdugo.

R: Mariano es mucho más que un entrenador para mí. Mi padre falleció cuando yo tenía veinte años y, de alguna manera, Mariano fue esa figura paterna ausente. Me encantó cuando se le hizo el homenaje sorpresa en 2012 con motivo de su jubilación. Creo que era necesario mostrarle lo mucho que le debemos los atletas. Mariano ha mejorado la vida de muchas personas. Es admirable su entusiasmo y su capacidad de trabajo. Cuando eres joven no lo valoras, pero las cosas no se hacen solas, un club, una escuela de atletismo. Detrás estaban las horas y horas que nos regalaba Mariano. Cuando hacíamos series en la Alameda, diluviando y con barro hasta las orejas, ahí estaba Mariano con su paraguas y su cronómetro animándonos. Uno de mis compañeros de trabajo fue lanzador de martillo y comenta a veces la de horas que se pasó con Mariano haciendo técnica. Y no es solo el momento de la técnica, sino las horas previas para adquirir el conocimiento que te permite saber que hay que corregir tres centímetros la posición del pie. Sorprende, a veces, el poco valor que le dan algunos atletas al entrenador. El buen entrenador te lleva a tu máximo potencial y sin entrenadores no hay atletismo. El entrenador te conoce. Es el pilar sobre el que se sustenta el atleta. Mariano me enseñó que el atletismo es el día a día y que solo si eres constante mejoras. También sabía perfectamente mi estado de forma en cada campeonato. Me decía que tenía que pasar en tiempos que no hacía en los entrenamientos. Y acertaba.

Terminamos la entrevista preguntando a Esther y a Raquel sobre el significado del atletismo en sus vidas.

Esther: El atletismo me ha dado tantas cosas que me resulta muy difícil imaginarme cómo habría sido mi vida sin él. Sin duda, peor. El atletismo me ha hecho mucho mejor como persona y me ha permitido conocer gente estupenda. Con las personas con las que entrenas y compites tienes una relación especial

Raquel: Es parte de mí como persona. Me ha enseñado grandes valores: responsabilidad, constancia, trabajo, sacrificio, empatía, compañerismo.

Esta es la historia de cómo el atletismo ha cambiado para mejor la vida de estas dos mujeres, de cómo Raquel, siguiendo el ejemplo de su madre, comenzó a practicar atletismo y cómo, tiempo después, la afición de Raquel arrastró a su madre, de nuevo, al mundo de la competición, donde está haciendo una labor superlativa.



Raquel en una competición reciente
Madre e hija con atuendos curiosos en una San Silvestre en Santiago

Multiusos de San Lázaro, las pistas que nunca se homologaron

A finales de los años 20 la Universidad de Santiago de Compostela (USC) adquirió los terrenos comprendidos entre la Alameda Compostelana, el barrio de San Lorenzo y la entrada sur a la ciudad, entonces conocidos como Campos de Mendo. El límite sur de estos Campos era el Monte de la Condesa, que acabaría también formando parte de la USC. La idea era construir una residencia para estudiantes y profesores, a la manera de la de Madrid. En 1930, siendo rector Alejandro Rodríguez Cadarso (1887-1933), el arquitecto vigués Jenaro de la Fuente Álvarez (1881-1963) presentó el anteproyecto de Residencia Universitaria, de estilo neobarroco compostelano, que incluía, entre otros edificios, cinco colegios mayores y un estadio de atletismo, entonces llamado stadium. Las obras se iniciaron inmediatamente y en 1935 se pudo inaugurar el primer colegio mayor, hoy llamado Rodríguez Cadarso. El estallido de la Guerra Civil paralizó las obras, que se retomaron de forma lenta y progresiva en los años 40. El stadium se comenzó en 1945, con una pista de ceniza que finalmente fue de 333 metros. La construcción sufrió numerosos parones. La instalación, incompleta, comenzó a utilizarse a finales de los años 50, pero no se terminó hasta 1966. A principios de los 80, con una reforma del arquitecto coruñés y antiguo vallista Jorge Zapata (1945), el estadio se remodeló completamente con pistas sintéticas de 400 m. La obra reformada se inauguró en 1982, Año Jacobeo, con la celebración del Campeonato de España de Atletismo. Santiago, de esta manera, se igualaba a Vigo y a La Coruña, las tres únicas ciudades gallegas con pistas sintéticas en aquel momento.

Proyecto Residencia
El proyecto inicial de la Residencia Universitaria compostelana. El stadium al fondo

Pero el Estadio de La Residencia, como se conoció entonces, tenía un problema muy serio. Se había construido en la ladera de un montículo y estaba completamente desprotegido del viento Norte. Cuando, bien entrada la primavera, cesa la lluvia en Santiago, comienza un viento del Norte tremendamente molesto, que los atletas que entrenan en el Estadio sufren con toda su intensidad en la recta de llegada. El Campeonato de España de 1982 se conoció como el campeonato del viento, que arruinó completamente las marcas en velocidad. El fallo del cronometraje automático desempeñó también su papel. Esto se vio compensado en parte por la exhibición de José Manuel Abascal (1958) en la prueba de 1500 m, vencedor con 3:37.97, entonces plusmarca de los campeonatos. Probablemente el viento ha contribuido a que esta instalación apenas haya visto acontecimientos atléticos de importancia. Además de este nacional, hubo un encuentro internacional en 1984, una reunión internacional en 1985 y cuatro campeonatos de España universitarios en pista, en 1982, 1987, 1993 y 1996.

En 1989 los atletas que entrenábamos en Santiago recibimos con una enorme alegría la noticia de que habría un nuevo estadio en el que se podría practicar y entrenar atletismo. Los gobiernos autonómico, local y el Consejo Superior de Deportes(CSD) firmaron un convenio para construir un multiusos en el barrio de San Lázaro. El periodista y antiguo atleta Emilio Navaza (1948) cuenta todos los detalles en su blog Vida Atlética de Galicia. Cita Emilio un artículo que escribí para El Correo Gallego el 12 de septiembre de 1995, titulado El uso único del Multiusos, porque, como contaba en dicho artículo, nuestra esperanza, para tener una instalación mejor donde entrenar y donde se pudiesen celebrar competiciones atléticas de alto nivel, se tornó en frustración, cuando nos dimos cuenta de que el atletismo solo interesó para obtener la subvención del CSD. Lo grave de este desagradable asunto fue que se aceptó la obra sin verificar las instalaciones atléticas y estas no se pudieron homologar nunca porque no se habían realizado correctamente. No importó. El estadio, construido con dinero público, paradójicamente llamado multiusos, era terreno exclusivo para un solo deporte. Se había concedido a Santiago la organización de la Copa de Europa B, donde participaría España con otros siete equipos nacionales, pero hubo de cambiarse de sede. Ni esa ni ninguna otra competición, siquiera local, han podido tener lugar en este estadio.

Han pasado más de 25 años desde que me uní a las denuncias de la situación en la prensa. Desde entonces, pese a que el fútbol de alto nivel ha desaparecido de Santiago, las pistas continúan languideciendo en un estadio donde la temporada pasada se juntaban unos 1000 espectadores para ver fútbol de tercera división. Parece el sino de las instalaciones atléticas cuando se comparten con este deporte. Las pistas han desaparecido en La Coruña, Madrid, San Sebastián o Palma. En Santiago ni siquiera han aparecido. Aunque, en honor a la verdad, hay que decir a veces no hay otros deportes a los que echar la culpa, como ocurre con las pistas de Balaídos en Vigo o las de la Ciudad Universitaria de Barcelona. Santiago ha visto nacer deportistas internacionales como los futbolistas José Luis Fidalgo Veloso (1937-2019), Tomás Reñones (1960) y Verónica Boquete (1987), el baloncestista Ricardo Aldrey (1965), los ciclistas José Bernárdez (1935-2018) y David Blanco (1975) o los atletas Ángel Calle (1942-2012), Esther Pedrosa (1961), Santiago Fraga (1968) o Pedro Nimo (1980), pero aún seguimos buscando al primer olímpico compostelano. Tal vez la falta de instalaciones tenga algo que ver.

Agradezco a Emilio Navaza su amabilidad al proporcionarme el artículo que escribí para El Correo Gallego en 1995.

Vida atlética de Galicia, el blog de Emilio Navaza

Esta es la entrada 170 de este blog, que comencé en julio de 2016. Pese a ser yo mismo de Santiago de Compostela, tan solo he dedicado tres entradas a atletas gallegos, la de Adrián Ben, tras su magnífico sexto puesto en los 800 m del Mundial al aire libre de 2019, y dos con un marcado toque personal, el de la excelente cosecha de fondistas gallegos de 1967 y el del 70 cumpleaños de mi entrenador, y gran amigo, Mariano García Verdugo. La razón de esta ausencia de atletas gallegos en mi blog es que toda la información sobre el tema está en Vida atlética de Galicia. Este es el título del blog que escribe el periodista Emilio Navaza, dedicado íntegramente a atletas de aquí o a acontecimientos atléticos sucedidos en Galicia. Desde enero de 2014, Emilio ha escrito 157 entradas. Su ritmo de publicación es actualmente de dos al mes. Pese a mi insistencia, no está en Twitter, por lo que a veces se nos escapan las novedades. El blog contiene un enorme caudal de información sobre el atletismo gallego desde sus orígenes.

Emilio Navaza González nació en Pontevedra el 10 de junio de 1948. Hijo de militar, vivió dos años y medio en Ibiza, cuando tenía 10. Al volver de Baleares, a los 13, se afincó en Santiago. Practicó atletismo en la sección que tenía en los años 60 la Sociedad Deportiva Compostela. Se entrenaba en el Estadio de la Residencia, que entonces era poco más que un camino de tierra. En 1966 se construyó un campo de fútbol y una pista de ceniza de 333.33 m. Ese año fue el lugar de entrenamiento de la selección española de fútbol antes del Mundial de Inglaterra. Las pistas sintéticas no llegarían hasta 1982. Tras diplomarse en Magisterio, la vida profesional de Emilio se inició en los 70 como profesor en un colegio de Santiago. Posteriormente tuvo una academia. A mediados de la década se unió a la sección de deportes de El Correo Gallego, el periódico local. Su dedicación principal fue al baloncesto, al ciclismo y al atletismo. En 1978, con motivo del centenario del periódico, Emilio fue el alma mater de la Carrera Pedestre Popular de Santiago, lo que permitió que ese año se celebrase su primera edición. En los años 80 y 90 era habitual verlo en el estadio de La Residencia, ya con pistas sintéticas, en campeonatos regionales, trofeos, ligas de clubes… Siempre tenía algún hueco en la sección de deportes, de la que llegaría a ser jefe, para el atletismo. Fue en aquella época cuando me abrió las puertas del periódico, con el que colaboré esporádicamente. Difícil imaginar entonces que en el futuro habría blogs. Posteriormente y hasta su jubilación, se ocupó de los deportes en Radio Obradoiro, la emisora de El Correo Gallego. Emilio ha publicado dos libros: Gallegos en la gloria olímpica (1992) y Voluntad de hierro. Los 19 gallegos del 92, año olímpico (1996). En 2002 recibió de Insignia de Oro de la Federación Gallega de Atletismo y en 2008 ganó en la modalidad de radio el Premio de Periodismo Deportivo de Galicia.

En enero de 2014, poco después de su jubilación, comenzó con el blog Vida atlética de Galicia. Lo ha dividido en Hechos y Personajes. En el primer apartado trata diferentes temas, desde la fundación del primer club gallego de atletismo, el Comesaña Sporting Club en 1915, hasta los inicios de la Carrera Pedestre de Santiago, pasando por el Mundial Militar celebrado en Riazor, o el encuentro internacional en que Galicia sustituyó a última hora a la selección de Polonia y se enfrentó a España, Portugal y Finlandia en Santiago. En el apartado Personajes, Emilio ha reunido la biografía de 95 atletas, entrenadores o directivos. Cada una de las biografías resulta muy detallada y muy documentada, en muchos casos con testimonios de los protagonistas. Estos son los 95 personajes por orden alfabético:

Miguel Abalo

María Abel

José Carlos Adán

Alessandra Aguilar

Manuel Augusto Alonso

María José Álvarez

Javier Álvarez Salgado

Eva Arias

Pedro Arteaga

Natacha Astray

Juan José Azpeitia

Ángeles Barreiro

Tomás Barris

Fernando Bremón

Ángel Calle

Mariano Carsi

Pepe Casal

Francisco Castrillo

Julio Castro

José Castro Ruibal

Rosa Costas

Andrés Díaz

José Antonio Díaz Núñez

Francisco Domínguez Sobral

Jorge Doncel

Estanislao Durán

Conrado Durántez

Estela Estévez

Benjamín Fernández

María José Fernández

Raimundo Fernández

Santiago Fraga

Loly García

Rafael García

Manuel García Gendra

Luisa María García Pena

Mariano García-Verdugo

Manuel Carlos Gayoso

Alejandro Gómez

David Gómez

Joaquín González

Virgilio González Barbeitos

César González Fares

José Luis González González

José María Guillén

Jesús Hermida

Isidoro Hornillos

Juan Lorenzo

Ramón Magariños

Ángeles Mandado

Celso Mariño

José Luis Martínez

Lorenzo Martínez

Luis Martínez

María José Martínez Patiño

Alejandro Miguel

Marta Míguez

Luís Miró

Ángeles Moinelo

Alfonso Ortega

José Otero

Fátima Paz

Dolores Pedrares

Esther Pedrosa

Carlos Pérez

José Ángel Pérez Villar

Julio Pita

Alfonso Posada

Antonio Prunell

Rogelio Rivas

Moncho Rodríguez

Rocío Rodríguez

Roberto Rodríguez Ozores

José Manuel Rodríguez Palelas

José Rodríguez Quinteiro

Saturnino Rodríguez Risco

José Ruiz López

Josefina Salgado

Antonio Sánchez

María Jesús Sanguos

Julián Sotelo

Nela Souto

Francisco Suárez Canal

César Suárez de Centi

Manuel Suárez Molezún

Fernando Tallón

Dolores Tasende

Ramón Tasende

José Teixeira

Eduardo Toba

José Luis Torrado

Carlos de la Torre

Elisardo de la Torre

Teresa Torres

Julia Vaquero

Sergio Vázquez

Jorge Zapata

Emilo adopta como gallego a Tomás Barris por su especial vinculación con Galicia, según testimonio del propio protagonista. Cuenta también con una sección de Fotografías con memoria, en la que en una sola entrada muestra imágenes curiosas e interesantes, como la de un joven Pepe Casal (1950) con Fernando González Laxe (1952), que llegaría a ser el segundo Presidente de la Autonomía Gallega.

En definitiva, una excelente iniciativa, un blog indispensable para consulta sobre casi cualquier cuestión de la historia del atletismo gallego. Muchas gracias a Emilio por su trabajo en este blog absolutamente recomendable.

Agradecimientos

Agradezco a Raquel Navaza que me haya aportado algunos datos sobre la biografía de su padre.